ETAPA 2. JAÉN Cuesta imaginar desde casa cómo corre el tiempo cuando se está corriendo una vuelta por etapas, una de las de verdad, de las de varias horas sobre la bici por etapa, desplazamientos, y muchos pequeños detalles que hacen que lo que previsiblemente van a ser horas de descanso, acabe siendo alguna hora suelta. Por que en la vida son los pequeños detalles los que nos marcan el devenir, aunque los impactantes nos lo marcan de golpe y porrazo, en uno o unos pocos segundos, como ya podimos comprobar ayer en la crono, cuando en un momento casi echamos por tierra las ilusiones que habíamos traido en la mochila y que nos ha dejado contra las cuerdas, pero hemos venido a jugar, somos Titanes, eso sí, en horas bajas. Vendrán mejores. Han sido esos pequeños detalles los que nos han traido a tener que escribir la crónica de la etapa cuando ya me encuentro en la cama, restando algún minuto de sueño, pero es por buena causa. Llegas tarde a meta, mucho más de lo previsto en condiciones normales, lleva bici a lavar, sube a comer, un masajito en las camillas de Compex, la charleta con los compañeros del Compex Team, con nuestra asistencia de lujo, Salva y Marga,... Monta cosas en coche, ve al hotel, encuentra aparcamiento, sigue hablando un rato más, coloca cosas en la habitación, ducha, enreda un poco, ¿la hora de cenar? Se nos va de las manos esto. Mañana trataremos de acelerar un poco el proceso, aunque nos pasará lo mismo. A las 7 de la mañana sonaba el despertador, demasiado pronto, tampoco importaba mucho, la noche no habia sido buena, con mucho dolor por los golpes y heridas, donde molestaba hasta ligero roce de la sábana. Desayuno con el Compex Team, comentando las mejores jugadas del día anterior, estado físico y de ánimo y a para la salida. Con el trastazo del día anterior, tampoco hacía falta mirar el listado, nuestro cajón iba a ser el último o el penúltimo. Y ciertamente, el penúltimo era el nuestro, más atrás, el coche escoba y el de la escoba. Así pude saludar a Manolo Gigante, el Gigante de Piedra de L'Alcora, la prueba de un día más dura de Europa. Ayer habían tenido una avería. No le he vuelto a ver hoy, espero que hayan tenido más suerte. Desde nuestro lugar, la línea de salida se podía ver con prismáticos. Ni un movimiento en más de un minuto desde que arrancara Lakata y compañía. Como piezas de un domino, poco a poco se iban moviendo filas completas de ciclistas por delante hasta que nos llegó a nosotros, nos deseamos suerte Ángel Macías y yo, y a correr. La salida han sido 16 minutos a casi 34km/h, los trascurridos desde que echábamos a andar, sorteando a gente, buscando un hueco para poder echar a rodar, hasta el giro a izquierda en el que se vislumbraba un gran tapón en el comienzo de los caminos. Una salida a fuego por calles, autovías, carreteras... Adelantando a pelotonos, esquivando caídas no se muy bien cómo y deseando suerte a los múltiples ciclistas enganchados en las montoneras. Un peligro muy alto, riesgos que corremos, muchas veces por malas praxis y mala leche de algunos. Una de las caidas la pudimos librar por los pelos, al caer a más de 40km/h, dos chicos justo delante nuestra. Con el corazón en la boca, primera subida y tapón brutal. Llegamos a la altura de Isa y Fran, les echamos una mano a subir y que lograsen mejorar posiciones hasta Macu y Rocío. Hasta esa zona, tan solo dolor en la pierna derecha, pero soportable, del que no te limita para pedalear, limitaba más el calentón hasta llegar allí. El hombro sería un poco más adelante cuando diera más guerra. El primer pateo... Madre que pateo. Escalando una montaña por un olivar, sin trazada fija, subiendo desniveles de más de 2-3 metros, gente por todos lados, parecía el asalto a un castillo, imágenes de la reconquista, jugábamos a "atrapa la bandera". Vaya marabunta en la que salía a flor de piel los instintos más primarios del ser humano, cargado de cortisol, desfrontalizados, pasando por encima unos de otros. Una vez fuera de esa locura, larguísima subida de sendero, en la procesión del Cristo de Jaén. Es Andalucía, no? Pues a andar todos. Al hombro no le hacía mucha gracia cargar con la bico, pero que remedio. Al menos hemos echado un buen rato y unas risas con el Compex Team que se ha dejado ver por allí. Tras coronar, carretera, senderito y bajada rápida donde el hombro dice que vaya rápido yo, pero que con él no cuente para sujetar la bici. La tónica del día hasta el final, aunque cada vez peor, llegando a tener calambre en el trapecio en bajadas largaz. Y qué bajadas, las trialeras de la ABR son legendarias, como los trastazos del personal antes de llegar al eterno puerto largo. Vaya subida, por una interminable pista que te da tiempo hasta echarte amigos, si no fuesen por los dolores que llevas a esa altura, más te reirias. Etapa muy dura, calor, mucha calima, hasta llegar a la mets no ha habido tregua, si acaso un larguísimo tramo favorable, con viento aún más a favor en el que literalmente se ha volado. Finalmente, meta cruzada y ya son dos, vamos sumando, esperando poder disfrutar al final de la semana. En meta, a pasar por la sala de Compex, programita para el dolor muscular en el hombro, y cuello listo para volver a mirar al paisaje mañana, y no tanto la rueda delantera. Seguiremos informando. Fdo. Ángel Denche