Doble sentido

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EL DOBLE SENTIDO
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ÍNDICE
Introducción
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El doble sentido en el s.XVII
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El doble sentido en la Ilustración
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El doble sentido en el s.XIX
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El doble sentido en el s.XX
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INTRODUCCIÓN
El sentido del humor es la capacidad para originar o crear situaciones graciosas. Consta de
un referente real y se halla inmerso en un contexto comunicativo que generalmente es compartido
tanto por el emisor como el receptor. Por consiguiente, para explicar lingüísticamente su
funcionamiento, es preciso recurrir a la pragmática o disciplina que analiza el sentido o
significación de los enunciados en relación con el conjunto de circunstancias extralingüísticas que
los suscitan.
El doble sentido es una figura literaria en la que una frase puede ser entendida de dos
maneras, usualmente como una forma de humor. Los chistes muchas veces están basados en el
doble sentido. También es muy usado en otras formas discursivas, por ejemplo en la poesía. Se le
conoce a menudo como juego de palabras.
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EL DOBLE SENTIDO EN EL S.XVII
Al ser este uno de los siglos de mayor importancia en cuanto a producción literaria de la
historia de España, resulta oportuno adentrarnos un poco en las formas literarias utilizadas durante
este siglo.
La poesía de este siglo está cargada de figuras literarias basadas en el doble sentido. Sin
duda la mejor forma de demostrarlo es transcribir algunas de ellas:
Metáfora:
“Un monte era de miembros eminente.” (Luis de Góngora)
Ironía:
“Divirtióse con las alabanzas que iba oyendo de sus buenas carnes, que le iba de perlas lo
colorado.” (Francisco de Quevedo)
Paradoja:
“Es herida que duele y no se siente” (Francisco de Quevedo)
En cuanto al teatro, la comedia nueva (formada alrededor de Lope de Vega) tiene también
algo de doble sentido. En ella se superponen dos acciones, una de tema amoroso y otra histórica o
legendaria, morisca o de cautivos, o religiosa.
En prosa, tenemos exponentes claros de lo que es el doble sentido. Durante el siglo XVII se
desarrolla el llamado género burlesque. Este género ridiculiza intencionadamente temas
considerados serios.
El máximo exponente del burlesque español es Cervantes, y la obra que mejor pone de
manifiesto esta afirmación es El Quijote. De todos es sabido que fue escrita imitando las novelas de
caballerías para poder ridiculizarlas. Cervantes también utilizó este género en otras obras, como en
las Novelas Ejemplares, en las que ridiculiza el romanze medieval.
Cabe destacar también el uso de la alegoría (figura literaria que consiste en representar una
idea valiéndose de formas humanas, animales u objetos) por Cervantes en su obra maestra:
«Dime: ¿no has visto tú representar alguna comedia adonde se introducen reyes, emperadores y pontífices,
caballeros, damas y otros diversos personajes? Uno hace el rufián, otro el embustero, éste el mercader, aquél el
soldado, otro el simple discreto, otro el enamorado simple; y, acabada la comedia y desnudándose de los
vestidos della, quedan todos los recitantes iguales.
-Sí he visto —respondió Sancho.
-Pues lo mismo —dijo don Quijote— acontece en la comedia y trato de este mundo, donde unos hacen los
emperadores, otros los pontífices, y, finalmente, todas cuantas figuras se pueden introducir en una comedia;
pero, en llegando al fin, que es cuando se acaba la vida, a todos les quita la muerte las ropas que los
diferenciaban, y quedan iguales en la sepultura.
-¡Brava comparación! —dijo Sancho—, aunque no tan nueva que yo no la haya oído muchas y diversas veces,
como aquella del juego del ajedrez, que, mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio; y, en
acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la
vida en la sepultura.
-Cada día, Sancho —dijo don Quijote—, te vas haciendo menos simple y más discreto».
(Quijote, II)
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EL DOBLE SENTIDO EN LA ILUSTRACIÓN
La Ilustración es un movimiento artístico-cultural que ocupó buena parte del siglo XVIII,
extendiéndose con rapidez por un gran número de países europeos. La defensa de la primacía de la
razón impulsará la creación de un gran número de obras, no solo tratados científicos y filosóficos,
sino también obras literarias con una intención didáctica. La necesidad divulgativa de este
movimiento, que deseaba ser accesible a una gran parte de la sociedad, para así lograr su finalidad
educativa (el progreso y la mejora social eran cuestiones de principal importancia en lo que esta
corriente respecta) hizo que muchos autores se decantasen por el estilo claro de los escritores
clásicos y renacentistas, además de introducir elementos satíricos, burlescos e incluso dobles
sentidos que amenizasen los contenidos de las obras. En concreto, los ilustrados españoles tomaron
como referencia la comicidad de figuras barrocas como Quevedo (en el caso de Diego de Torres
Villarroel) o de Lope de Vega, aunque en quién verdaderamente se inspiren será en Cervantes y, en
especial, en sus Novelas Ejemplares y El Quijote.
Cabe señalar que estos recursos humorísticos no se hallan supeditados a un género
determinado, al contrario, se manifiestan en mayor o menor medida en prosa, teatro, poesía, pero
sobre todo, en el ensayo ya que será el más cultivado. Entre la amplia diversidad de clases que
abarcan, destaca la presencia de los dobles sentidos, que se pueden producir de dos maneras:
sintáctica y semánticamente.
En cuanto a la primera de ellas, es representativo el ejemplo de la obra de Moratín El sí de
las niñas debido a la confusión de los referentes mediante el empleo equívoco de los pronombres
deícticos.
RITA: Ése es su cuarto (Señalando el cuarto de don Diego, el de doña Irene y el de doña Francisca),
éste es de la madre y aquél el nuestro.
CALAMOCHA: ¿Cómo nuestro? ¿Tuyo y mío?
RITA: No por cierto. […]
En segundo lugar se pueden distinguir las ambigüedades semánticas, causadas por la
convivencia simultánea, en una misma palabra, del significado denotativo y del connotativo,
produciéndose, de esta forma, una doble lectura, que es muy utilizada en las fábulas como
caricaturización de las cualidades de una persona. Tal es el caso del conocido poema de Iriarte sobre
el burro flautista que, jugando con la acepción de “animal” y la de “necio” critica ciertas actitudes
de la sociedad, como la de aquellos individuos que se juzgan sabios por haber descubierto algo sin
esfuerzo y “por casualidad”.
No obstante, estos dobles sentidos léxicos también se pueden apreciar en obras de otros
géneros. Entre ellas, sobresalen los ensayos de Cadalso como Los eruditos a la violeta:
Repetid una por una todas las barquillas de Lope de Vega, aunque, con ellas lleguéis a marear a todos
los oyentes.
[
…] habéis de entrar en alguna botillería preguntando si tienen botas inglesas
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EL DOBLE SENTIDO EN EL S.XIX
1ª mitad S. XIX Romanticismo
Se explica la no ausencia de doble sentido en este movimiento debido a sus características:
* en una búsqueda de la libertad no cabe signo alguno de doble sentido o anfibología.
* está presente una subjetividad que se busca solo por los sentimientos.
* tampoco hay marca alguna de anfibología en el carácter histórico de estas obras.
* la huida de la realidad y el irracionalismo podrían ser los únicos que abarcasen el doble sentido,
pero los autores románticos prefieren hacerlo a través del exotismo de espacios y culturas
orientales.
Algunos autores como Mariano José de Larra introducen la pragmática en su obra,
pero no a través del doble sentido sino de la ironía y el humor. En el ámbito del teatro tampoco es
destacable este aspecto del doble sentido, ya que se usa un lenguaje sencillo para exaltar las
emociones.
2º mitad S. XIX Realismo y naturalismo
En este siglo se quiere reflejar la realidad a través de la observación y documentación.
Los narradores de esta época intervienen en sus obras juzgando a seres con intención satírica,
irónica; una vez más esto es muestra del uso de la pragmática.
Autores realistas como Benito Pérez Galdós inventan un mundo ficticio y reflejan la realidad de la
época, otra vez usando la pragmática a través de la ironía el humor y la parodia.
Dentro del naturalismo, el autor que más hace uso de la pragmática es Leopoldo alas Clarín, quien
como sus contemporáneos, se basa en transmitir la pragmática a través de la sátira y la ironía,
ambas para su producción crítica.
En este siglo XIX, como se explica anteriormente, el tema tratado aquí, la anfibología o doble
sentido no es muy usado, ya que se sustituye por la ironía, el humor o la sátira todos ellos para un
fin común dar crédito de la realidad social de la época “criticándola” de la forma posible. Es decir,
la pragmática se usó en este siglo de maneras diferentes pero útiles.
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EL DOBLE SENTIDO EN EL S.XX
Este recurso resulta especialmente útil a la hora de tratar temas tabú. Un ejemplo muy claro lo
tenemos en los cuentos: las famosas perdices que los protagonistas se comen.
Realmente, este doble sentido viene de la edad media, cuando se creía que las perdices tenían
efectos afrodisiacos y se ha transmitido a lo largo de los siglos como parte de nuestra cultura.
En las comedias de enredo, por ejemplo, se juega con las posibles interpretaciones de una
frase para crear confusión entre los personajes, generando malentendidos que tendrán que ser
arreglados.
La anfibología es también muy empleada en anuncios publicitarios. Recuerdo un anuncio en
el cual uno de los personajes decía–Toma precauciones– queriendo decir que se pusiera el cinturón,
pero dando pie a una interpretación totalmente distinta.
Un famoso oculista y poeta del siglo XX llamado Aleister Crowley introdujo en uno de sus
tratados varios poemas con doble sentido, he aquí uno de ellos:
«¡Hickory, dickory, dock!
La rata subió el reloj,
Y el reloj marcó la una.
Y la rata bajó corriendo,
¡Hickory, dickory, dock!»
Para entender el otro sentido de este poema, decía Crowley, se necesita tener conocimientos
de la cábala, es por tanto, una especie de código secreto diseñado para que solo los adeptos pudieran
entenderlo.
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