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II ENCUENTRO NACIONAL DE DOCENTES UNIVERSITARIOS CATOLICOS
LA DOCENCIA Y SU FUNCION ORIENTADORA EN EL MARCO DE LA
UNIVERSIDAD
Resumen:
La orientación es un quehacer pedagógico que apunta a la formación de la voluntad y
al perfeccionamiento de la persona, por medio de la promoción de valores, se basados
en la adquisición de conocimientos y el desarrollo de aptitudes especificas para la
profesión que ha elegido y para su desempeño como ser íntegro y responsable en la
sociedad
Entendemos a la docencia y su función orientadora en el marco de la Universidad,
como el proceso de ayuda a los estudiantes, ejercido por los profesores, para que
logren su madurez personal, por medio de estímulos y situaciones diversas, que
promuevan en el estudiante, el libre desarrollo de sus capacidades.
La presentación de los valores y disvalores es inseparable de la tarea docente, la
enseñanza no es neutra: el clima que genera en la clase, la evaluación que plantea, el
método que usa, las bibliografías, pueden ser ejemplo de amor a la verdad,
generosidad, justicia, alegría.
El desarrollo personal del alumno
surge con la ayuda, orientación, apoyo y
consideración de a su persona que viva en el aula, con la posibilidad de ejercicio de su
autonomía, y con el clima establecido en la relación educativa.
La forma de planificar y organizar las cátedras, el modelo didáctico centrado en el
aprendizaje de los alumnos, y la aplicación de la evaluación con criterio formativo,
sentarán bases sólidas para el cumplimiento de la función docente como orientación.
Elvira Teijido de Suñer
Licenciada en Ciencias de la Educación
Profesora Titular Ordinaria
Facultad de Filosofía y Letras
Pontificia Universidad Católica Argentina
Cátedras de Didáctica, Planeamiento curricular, Problemáticas educativas
contemporáneas
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Concebimos a la educación como un proceso perfeccionamiento intencional de la
persona humana, mediante un clima cordial de convivencia, una actividad bien
prevista, bien realizada y bien evaluada,
Entendemos por orientación al proceso de ayuda a la persona del alumno, con el fin
de que desarrolle la capacidad de conocerse a sí mismo y al mundo que la rodea;
descubrir el sentido de su vida y decidir la solución a los problemas que ella le plantea.
La orientación es un quehacer pedagógico que apunta a la formación de la voluntad y
al perfeccionamiento de la persona, por medio de la promoción de valores, basados en
la adquisición de conocimientos y el desarrollo de aptitudes especificas para la
profesión que ha elegido y para su desempeño como ser íntegro y responsable en la
sociedad
Entendemos a la docencia y su función orientadora en el marco de la Universidad,
como el proceso de ayuda a los estudiantes, ejercido por los profesores, para que
logren su madurez personal, por medio de estímulos y situaciones diversas, que
promuevan en el estudiante, el libre desarrollo de sus capacidades.
La misión esencial de la docencia como orientación, es ayudar al alumno a formular su
proyecto de vida, y a fortalecer su voluntad de modo que sea capaz de llevarlo a
termino. Es un proceso interactivo entre profesor y alumno en el que los dos se
perfeccionan mutuamente.
Es aquí donde orientación y educación se autoimplican. La educación no será un
proceso de ayuda a un sujeto para que llegue al conocimiento de sí mismo, del mundo
en torno que le haga resolver los problemas de su vida, si no la concebimos como
orientación, y esto lleva a la síntesis entre conocimiento, y el desarrollo de la capacidad
para tomar las decisiones adecuadas.
Solemos hablar de distintos tipos de orientación: orientación universitaria o escolar para
otros niveles del sistema educativo, orientación profesional, y orientación personal.
Orientación universitaria es el proceso de ayuda al estudiante para que sea capaz de
resolver los problemas que la vida académica le plantea sobre todo en lo relativo a sus
técnicas de estudio , a la diversidad de evaluaciones, a la elección de los contenidos, y
a la sistematización de su trabajo como estudiante.
Orientación profesional es el proceso de ayuda para que elegir una profesión, y
prepararse académicamente para su ejercicio. Durante su proceso de formación irá
cotejando su elección a través de la relación con sus docentes, quiénes serán guía y
ejemplo en el camino hacia su concreción.
Orientación personal apunta a la vida interior del hombre, es el proceso de ayuda para
que se conozca a sí mismo, a su entorno, y pueda resolver los problemas que la vida le
plantea.
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Es difícil establecer los limites entre las tres, evidentemente la personal supone las
otras dos. Ellas tienen que ver con el campo de los conocimientos y las aptitudes y la
personal implica lo afectivo. La orientación personal culmina el proceso formativo de
una persona.
Para ello la educación ha de incidir en toda la persona del alumno. En el sentido
humanista del término, el profesor, el maestro es aquel que enseña a vivir,
trascendiendo el solo transmitir conocimientos. La expresión maestro, docente, aúna
dos compromisos esenciales: el compromiso con su ciencia que le da sentido a su
función, y el compromiso con la persona entera del alumno. Esto nos lleva a educarlo
en la libertad y en la responsabilidad. Consiste en provocar en los alumnos la inquietud
por descubrir valores objetivos a los que debe ajustar su conducta y así fortalecer su
propia voluntad.
Esta visión nada tiene que ver con el adoctrinamiento como imposición externa de
normas morales al amparo de la superioridad, ni el liberalismo absoluto que excluya
cualquier principio rector.
La presentación de los valores y disvalores es inseparable de la tarea docente, la
enseñanza no es neutra: el clima que genera en la clase, la evaluación que plantea, el
método que usa, las bibliografías, pueden ser ejemplo de amor a la verdad,
generosidad justicia, alegría.
Qué valores son los primordiales? Aquellos que tienen su fuente y justificación en la
dignidad de la persona. Son los que permiten el autodespliegue de la personalidad del
educando expresados en hábitos operativos que concuerden al estudiante la posibilidad
de hacer el bien
Los componentes esenciales de la función docente no han cambiado ni van a cambiar
en el futuro. Hacen al concepto mismo de docencia. Ellos son:
Primero.- La función viene definida por algo invariable: producir aprendizajes que sean
beneficiosos al desarrollo de la persona humana. Supone descentrar la función del
enseñar para focalizarla en el aprendizaje de los alumnos
Segundo: personalidad definida para el ejercicio de una función ejemplar, diferente a la
de los otros profesionales, con gran capacidad de afecto y de servicio a los demás.
Tercero: conocimientos teóricos y prácticos. Experto en determinado campo. Tiene
que ser respetado por su saber con relación a la materia o habilidad que enseña. A
partir de su solidez científica el centro de su acción es el saber enseñar .
Lo decisivo es que su enseñanza produzca aprendizaje. Si no es promotor de
aprendizaje su enseñanza es vana y hasta contraproducente, pues puede crear
reacciones adversas respecto de su saber concreto e incluso al estudio y aprendizaje
en su conjunto. Los múltiples recursos sólo lo ayudarán en su función.
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Cuarto: Ejemplaridad. La Universidad no transmitirá valores si los docentes no los
viven personalmente: coherencia en las convicciones, respeto, honradez, veracidad,
tolerancia, buenos modales, entre otros, serán los valores que deberán iluminar el
ejercicio de su función.
La docencia en la Universidad supone la consideración de dicha función como función
profesional, la que no pasa sólo por la profesión de origen de quien la ejerce que le
permite la transmisión autorizada del saber, sino porque asume su tarea como un
profesional autónomo y crítico, consciente de su responsabilidad social. Por ello una
preparación especial, el respeto a un código ético que supone la aceptación y
compromiso con el ideario de la institución a la que pertenece, y por lo tanto una
dedicación ejemplar.
El ejercicio de la función docente supone varios aspectos que afectan al diseño y
desarrollo de los procesos educativos en el aula, la programación y articulación de
dichos procesos en su cátedra, intercatedras, y con el plan de formación todo, lo
relativo a la enseñanza en sí, y el aspecto orientador acerca de la cual pretendemos
reflexionar especialmente.
Este proceso se genera en la formación de un sistema de valores y de actitudes ante la
vida en general, y en particular ante los estudios y las tareas académicas.
El desarrollo personal del alumno está relacionado con la ayuda, orientación, apoyo y
consideración de la persona, la posibilidad de ejercicio de la autonomía impuesta y con
el clima establecido en la relación educativa.
El docente puede influir en la formación de actitudes de los alumnos, básicamente por
tres caminos: la presentación de modelos de identificación, la selección y valoración de
la información que proporciona, y el empleo de los incentivos necesarios para el logro
de un aprendizaje formativo.
Los procesos de identificación con el docente como modelo personal y profesional son
especialmente importantes en la formación de los estudiantes ya que los aprendizajes
sociales adquiridos a través de formación de los estudiantes son más significativos que
los aprendizajes cognitivos.
Particularmente cobra importancia lo que se enseña, cuando se enseña, aquello que se
manifiesta a través del ejercicio de la autoridad, del estilo evaluador, de los gestos de
las palabras.
Desde el punto de vista cognitivo, el docente deberá orientar a sus alumnos a
solucionar desde la comprensión los problemas típicos, emplear la argumentación, a
reflexionar acerca de su pensamiento y de su aprendizaje. Desde allí el alumno podrá
aprender a manejar el error, a estructurar su conocimiento, a mejorar su memoria, a
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transferir y aplicar, a organizar su trabajo y manejar el tiempo, a recolectar datos
adecuadamente, a usarlos con propiedad, a manejar fuentes de información disciplinar
e interdisciplinar.
Con todo ello podremos decir que estarán capacitados para pasar de la opinión a la
argumentación, ordenar y jerarquizar el conocimiento, discernir y significar en un marco
de valores.
La conducta social esta básicamente determinada por el tipo de incentivo, premio o
castigo, con relación a la conducta personal en el entorno que cada uno se
desempeña. En el aprendizaje de actitudes juega primordial importancia el sentimiento
de confianza que despierta el docente, generalmente promovido por la actitud
esperanzada del mismo ante las posibilidades educativas de sus alumnos.
Para cumplir estos dos compromisos el profesor debe cumplir dos condiciones. La
primera es mantenerse al día en el conocimiento de su ciencia, ser competente en ella,
sin esto no podrá transmitirla, ni colaborar en la formación de los alumnos. De la misma
manera es indisoluble el vinculo docencia y orientación. La orientación no es un
capricho de la pedagogía, es una condición necesaria para el ejercicio de la docencia.
La función de orientación personal corresponde a todos los profesores, se realiza en la
vida cotidiana del aula si se ayuda al alumno a mejorar, a desarrollar sus capacidades a
que adquiera formas adecuadas de hacer, es decir ayudarle a ser mejor, a buscar
libremente el bien, a hacer bien algunas cosas.
Si el aprendizaje que promueve el profesor no es rutinario, memorístico, el profesor
lograra imprimir en los alumnos el sentido de la actividad que realizan, el juicio critico la
riqueza de la expresión, el orden, la puntualidad, la laboriosidad, mas allá del sentido de
que ese aprendizaje va a ser evaluado.
En este sentido la educación supone entrega personal del educador: hacer y enseñar,
ejemplo y palabra, coherencia entre lo que piensa y lo que vive, compromiso en la
búsqueda de la verdad, y generosidad para transmitirla a sus alumnos.
Por todo esto es necesario que el equipo docente de la universidad coordine no solo los
aspectos conceptuales de sus asignaturas, sino los grandes fines educativos que
inciden en la formación del futuro profesional.
El trabajo docente en la Universidad no puede concebirse como una labor solitaria, sino
como una acción coordinada de los profesores que constituyen el equipo educador lo
que permite un conocimiento completo de cada estudiante, evita el subjetivismo, y logra
coherencia en los fines que se persiguen.
En un mundo donde tiene importancia la competitividad el intentar superarse es
esencial. Cuestiones como las de la función docente y la estructura del curriculum
universitario guardan total relación con las dificultades para cumplir la función
orientadora del profesor.
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La orientación es la atención docente a los estudiantes para contribuir a la formación
académica y humana en el plano individual y social. Depende de que el profesor se
sienta llamado por vocación a ejercerla y el estudiante a pedirla y aceptarla.
La orientación es posible en el encuentro de la concepción de la educación universitaria
en esta coyuntura actual y la idea acerca de la función docente. Su sentido en la
Universidad reside en:
 El logro de una educación centrada en la persona su pleno desarrollo como tal y
como profesional que le proporcione capacidades que pueda transferir en el futuro
 Que sean capaces de actuar con eficiencia en su profesión en el marco de la
solidaridad y la dignidad
 Este universitario se formara en el marco del dialogo personal intelectual, ético, y
profesional que debe darse entre profesores y alumnos comprometidos en
responder responsablemente al reto de la formación
La acción educativa de orientar debe ser amplia, precisa, con coherencia interna,
interiorizada personalmente, adecuada a las tareas que afronta y abierta al cambio.
Dimensión orientadora del profesor consiste en la atención personal de los alumnos
con intencionalidad formativa a la que podemos llamar atención docente, que se
provoca por alguna de las partes como respuesta a la necesidad de orientar u orientare.
Es la acción del maestro por excelencia en relación con sus alumnos.
Consideran maestros y alumnos que la orientación no es un añadido al enseñar y
aprender sino una actividad central en el proceso formativo. Esta claro que docencia y
orientación son dos caras de la misma moneda que es la educación
Esta forma de la función docente sólo se puede concretar con:




Convicción
Coherencia como actitud y forma de acción
Confianza
Respeto
Para ello, este estilo supone una serie de capacidades
 Dialogo y comunicación (empatía) flexibilidad apertura mental
 Orientación potenciadora (indagación, interiorizacion,
 Capacidad de critica constructiva
 Estilo docente que promueva el estilo personal autónomo y asesorado, que implique
dificultad y esfuerzo<o
 Conciencia del valor formativo de la orientación
 Procedimientos técnicos para personalizar la educación
Pero al hablar de la función orientadora del profesor debemos diferenciarla de la de
aquellos docentes que ejercen la tutoría El profesor tutor es aquel docente que por
delegación del equipo directivo de la Universidad tiene como función la orientación
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personal de un alumno o grupo de alumnos, aplicando recursos y estrategias
profesionales. Acompaña en el desarrollo educativo de dichos alumnos en forma
paralela o no al ejercicio de la cátedra.
En un enfoque personalista de la educación se confunden los planos que son propios
de los profesores y los del tutor. Ambos deben esforzarse en que el alumno alcance un
rendimiento satisfactorio, se conozca, valore el mundo que lo rodea, haga recto uso de
su libertad, alcance las metas que le permitan un desarrollo humano y espiritual pleno.
Pero el tutor irá más allá. Centrado en relación personal de confianza con el alumno le
compete una labor sistemática, centrada en el principio de confidencialidad. La
aceptación mutua no puede ser obligada y probablemente se deba pensar en la
elección libre de tutor y de pupilo.
Pero la presencia de la función tutorial no exime a los profesores de:
 Aceptar al alumno con sus cualidades y limitaciones, poniéndose en el lugar del
otro, no invadiendo su intimidad,
 Fomentar la autonomía del alumno no creando dependencias
 Saber escuchar y responder eficazmente a los requerimientos del alumno
 Crear un clima de cordialidad y amabilidad sin imponer, coaccionar, o sobre proteger
así estudiante ayudando al alumno a superar sus dificultades y potenciar sus
cualidades
El profesor universitario además de ejemplo personal deberá ser ejemplo profesional .
Este ejemplo se concretará desde el modo mismo de ejercer su rol docente. De nada
vale que sea eficiente en su ámbito profesional, si ello no se trasluce en el ejercicio de
la docencia como profesión.
Para ello será esencial la forma en que concrete tres dimensiones de su rol docente: la
organizativa de su cátedra, la relativa a la enseñanza, y la evaluativa.
En lo relativo a la faz organizativa de su cátedra será necesario que:
 Planifique el programa de su materia en total correspondencia con el proyecto
relativo a dicha carrera en la universidad donde ejerce su función
 Demuestre en cada clase que ella ha implicado una preocupación precedente
 Evidencia coherencia entre todos los miembros del equipo docente de la cátedra,
tanto en los contenidos, como en las actitudes y en las valoraciones
 Proponga una bibliografía que previamente se ha juzgado, acordado, y seleccionado
en relación a los objetivos que lo convocan
 Asuma su tarea con puntualidad, corrección y convicción
 Inserte en el programa el desarrollo de destrezas ,conocimientos y actitudes que
hagan del estudiante alguien capaz de tomar decisiones a nivel personal y
profesional
En lo relativo a la dimensión de la enseñanza el docente deberá:
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 Cambiar la óptica de la reflexión: su responsabilidad no es la enseñanza, sino el
aprendizaje de los alumnos. Para ello convertir al aprender y al aprender a lo largo
de la vida en contenido y propósito de la propia enseñanza
 Pensar la materia desde los estudiantes que van a aprenderla, sus capacidades, sus
necesidades e intereses personales y profesionales
 Mejorar los conocimientos que los docentes poseemos acerca del aprendizaje y de
cómo aprenden los alumnos
 Ajustar las metodología a lo que a los alumnos les permite aprender
 Ajustar la amplitud de la materia a las disponibilidades reales de tiempo de los
alumnos
 Atender al número de alumnos para que sea eficiente la intervención, y elegir las
estrategias pertinentes para ello
En lo relativo a la dimensión evaluativa:
 Asumir a la evaluación como un proceso continuo y permanente que cumple una
esencial función orientadora. Esta sólo se concreta si el proceso evaluativo es de
calidad.
 Considerar que el autoconocimiento del alumno, la autoevaluación del profesor son
las metas de la evaluación y hacia ellas se integra con el aprendizaje. El objetivo
del aprendizaje es la formación del alumno, no el examen final
 La evaluación sólo es evaluación formativas si el docente la ejerce desde la
objetividad expresando juicios debidamente fundamentados, en un clima de mutuo
respeto.
 La evaluación sólo cumple su función si no ejercida por el docente como un
elemento de poder.
A modo de conclusión: algunas preocupaciones que debiera asumir la Universidad para
que en el marco de una educación humanista y cristiana, cumpla ésta su función
orientadora
 Presentar desde la Universidad a los docentes, a los nuevos docentes y a los
alumnos la función docente con un sentido unívoco: docencia es orientación
 Pensar estrategias para generar los procesos orientativos en cada facultad y cada
carrera
 Evaluar la inserción y concreción curricular de objetivos que demuestren el proceso
orientador
 Definir el perfil que guía la formación de los profesores que egresan de la
Universidad, en el marco de las características antedichas.
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 Generar programas de Inserción laboral de los estudiantes donde el docente como
orientador concrete su función
 Desarrollar orientación consultiva para articular las necesidades de los alumnos con
las funciones de los profesores
 Capacitar a los docentes en ejercicio para mejorar su función con criterio orientador
 Animar y acompañar a los docentes cumpliendo los directivos su función con
criterio orientador
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