Hospital en alta mar

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R ep or ta j e M a rin a
Hospital en alta mar
Contusiones, hematomas o quemaduras graves: los Médicos de la marina tienen que estar preparados
para lo que sea, actuando igual que sus colegas en tierra.
E
l paciente presentaba fiebre alta,
escalofríos y fuertes dolores de
cabeza. Su boca estaba completamente seca. Le dolían los músculos.
Además, tenía diarrea y náuseas, mucho
más fuertes que en una gripe normal. El
médico del barco, el doctor Axel Haber,
informó alarmado acerca de su primer
caso de sospecha de gripe A (H1N1). La
enfermedad se manifestó el año pasado
en un soldado de la marina, infectado a
bordo de la fragata «Sajonia» tres días
después de dejar el puerto canadiense
de Halifax. Debido al riesgo de pandemia mundial, el Dr. Haber y sus colegas tomaron medidas de seguridad muy
estrictas: el soldado fue aislado y se trató a toda la tripulación con el medicamento antigripal ‘Tamiflu’. «Afortunadamente estuvimos tanto tiempo en el
Atlántico que al llegar al puerto inglés
de Liverpool el paciente ya estaba curado
y los demás tripulantes ya habían pasado
la fase de incubación. Por eso estábamos
seguros de que los demás soldados ya no
se contagiarían», recuerda Haber.
Su lugar de acción: el buque de apoyo «Frankfurt am Main», un coloso de
acero, concebido como buque de doble
casco y el mayor buque de la armada
El «Frankfurt am Main»,
un buque de apoyo de la
clase Berlín, surca casi
todos los mares del planeta.
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Parece casi un hospital normal bajo cubierta, pero con menos espacio. El Dr. Axel Haber (dcha.) no solo dispone de un
quirófano completamente equipado (izq.), sino que también puede consultar a otros médicos especialistas por satélite.
Foto : dpa/picture-alliance
­ lemana, con sus 174 metros de eslora,
a
24 metros de manga y 7,4 metros de calado. Los dos motores de diesel tienen juntos una potencia de 14.500 caballos, funcionan con 5,28 megavatios cada uno,
como máximo, y aceleran el gigante de
veinte mil toneladas a hasta 20 nudos
(unos 37 km/h). La función de estos
buques (de la clase Berlín) es apoyar a
las unidades de la armada en el extranjero, sobre todo en la logística –con víveres, piezas de repuesto o combustible–,
pero también en el campo médico.
Para este fin, el buque de apoyo lleva
consigo un centro de asistencia y socorro a la marina, que se compone de una
combinación de instalaciones fijas en
el barco y diversas unidades de tratamiento y diagnóstico. Este sistema de
dos plantas, construido de un total de
26 contenedores especiales (de 20 y 30
pies), se encuentra en la cubierta superior. Hasta tres equipos médicos pueden
trabajar en los contenedores pintados de
gris. Disponen de dos quirófanos, una
unidad de cuidados intensivos, un sistema de rayos X, laboratorios e incluso
una instalación odontológica. «Si no hay
un dentista a bordo, manejo yo mismo
el taladro», comenta el médico nativo
de Hamburgo y destaca que sus conocimientos han de ser más amplios que en
las especialidades tradicionales.
Un crucero turístico es otra cosa
Los incidentes van desde contusiones,
hematomas y lesiones causadas por las
compuertas (en todos los espacios del
buque se reduce la presión atmosférica) hasta quemaduras graves, reanima-
Dräger Review 1.1 | JuniO DE 2010
ciones o incluso un embarazo ectópico.
«Las urgencias a bordo de un buque de la
armada son más bien traumatológicas;
en otros casos –por ejemplo, a bordo de
cruceros– son más bien de tipo internista», cuenta el Dr. Haber. Pero tienen bastante en común. Ambos médicos prestan
una asistencia integral a sus pacientes,
como antaño. En tierra, con las especialidades se ha perdido un poco este tipo de
cuidado. Aquí, incluso lesiones mínimas
se tratan desde que ocurren hasta que
estén completamente curadas. La ventaja a bordo: los pacientes no se pueden
escapar, y viceversa. «Puedo observar a
mis pacientes todos los días», dice Haber.
Y si nota algo extraño, está más rápidamente con su paciente que cualquier
médico de urgencias en su ambulancia.
Basta con llamar al puente de mando; las
distancias son comparables a las de una
planta normal de un hospital.
Médicos especialistas
como asesores
Cada buque de la armada alemana tiene
su propio médico a bordo. El equipo
médico de una fragata consta de hasta
cinco personas: un médico, un asistente
médico náutico, dos suboficiales sanitarios y uno de la marina o tropa. En un
buque de apoyo se complementa el equipo con otros ocho soldados, entre ellos
dos técnicos de equipos médicos. Por si
esto aún fuera poco, tienen la posibilidad de recibir apoyo de Alemania a través del Instituto de Medicina Náutica
de la Armada, gracias a la telemedicina. «Tenemos un equipo abordo, con el
que podemos enviar informes, radiogra-
fías y ecografías en imágenes o en video
de cualquier lugar del mundo a especialistas para consultar diagnósticos»,
explica Haber.
¿Qué hace en casos de psicosis? Se
suelen dar –y una de las pocas razones
por la que algún soldado deja el ­barco–
y se manifiestan, por ejemplo, con
uno de los camaradas amenazando
con tirarse por la borda. La clave del
­t ratamiento es reconocer a tiempo los
cambios psíquicos de los soldados. Para
los casos más difíciles hay además un
cura militar. Pero casi nunca se llega a
tales extremos: «Pasadas unas ­semanas,
suelo conocer tan bien a los soldados
que sé decir cuánto aguanta cada uno»,
dice el ­médico. Una de las razones es
que el número de soldados es considerablemente menor (unos 200 soldados)
comparado con un cuartel, donde puede llegar a hasta 4.000 soldados. Por
eso puede ocuparse de cada uno de sus
pacientes si fuese necesario.
Como recientemente: el buque
«Frankfurt am Main» partió en enero
de Kiel, su puerto de origen, y emprendió, como parte de un cuerpo de
operaciones y formación de la armada,
su viaje de más de cinco meses hacia
Sudáfrica. Durante el recorrido, más
de 200 aspirantes a oficial hicieron
prácticas a bordo. Para los cadetes fue
el segundo viaje en alta mar, después
de su formación náutica en el velero
escuela «Gorch Fock» en otoño de 2009.
El Dr. A xel Haber lleva mucho más
tiempo en la mar. Dentro de cinco años
concluirá su servicio de 17 años en
la armada. Björn Wölke
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