A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 11 de julio de 2007,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de
votación:
doctores
Soria,
Pettigiani,
Kogan,
Genoud,
Hitters, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte
de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia
definitiva en la causa L. 86.743, "Gómez, Hugo Oscar contra
Transportes Nueva Chicago C.I.S.A. Despido".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo nº 2 de La Matanza hizo
lugar parcialmente a la demanda promovida, imponiendo las
costas a la accionada.
Ésta
dedujo
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
I. En lo que interesa para la resolución de la
litis, el Tribunal del Trabajo acogió la demanda deducida
por
Hugo
Oscar
Gómez
contra
"Transportes
Nueva
Chicago
C.I.S.A." en cuanto reclamaba el cobro de indemnizaciones
por antigüedad y falta de preaviso, así como la integración
del mes de despido.
Resolvió de tal manera por considerar que si bien
la falta cometida por el accionante -no haber detenido el
vehículo de transporte automotor que conducía, en calidad
de chofer, en una de las paradas destinadas al efecto,
dejando
a
pie
a
pasajeros
que
esperaban
para
ascender-
afectó los intereses de la empresa demandada, circunstancia
que lo hacía merecedor de una sanción disciplinaria, no
revistió,
empero,
desplazar
el
trabajo,
la
gravedad
principio
resultando
de
el
suficiente
conservación
despido
del
dispuesto
como
para
contrato
una
de
sanción
desproporcionada que constituía un abuso de su potestad
disciplinaria, tornando -en consecuencia- injustificada la
ruptura unilateral del vínculo.
Especificó
expuesta
el
acreditado
en
hecho
el
que
de
no
que
obstaba
Gómez
veredicto-
a
la
tuviera
antecedentes
conclusión
-como
resultó
disciplinarios,
ponderando, como elementos a tener en cuenta para atenuar
los incumplimientos y considerar injustificado el despido,
la
circunstancia
de
que
el
actor
tenía
21
años
de
antigüedad en la empresa, como asimismo, el "espíritu de
colaboración"
que
demostró
el
dependiente
hacia
el
empleador al acceder a cubrir el reemplazo de un compañero
ausente al primer requerimiento que se le hizo, toda vez
que
fue,
precisamente,
en
cumplimiento
de
dicha
tarea
cuando incurrió en la falta a la postre sancionada con el
despido.
En
tribunal
virtud
que
no
de
esas
consideraciones,
existían
elementos
juzgó
objetivos
el
que
permitieran valorar que los hechos demostrados revistieran
una
gravedad
tal
como
para
impedir
la
continuidad
del
vínculo laboral, toda vez que, en el marco del ejercicio de
las facultades disciplinarias, la accionada tenía la de
aplicar
una
sanción
menos
grave,
en
tanto
la
Ley
de
Contrato de Trabajo autoriza al empleador para disponer de
hasta treinta días de suspensión sin que el trabajador goce
de su salario (ver sent. fs. 323/324).
II.
demandada
Contra
dicho
mediante
inaplicabilidad
de
ley
pronunciamiento,
recurso
en
el
se
alza
extraordinario
que
denuncia
absurdo
la
de
y
violación de los arts. 44 inc. "e" de la ley 11.653 y 375 y
474 del Código Procesal Civil y Comercial, como asimismo,
de la doctrina legal de esta Suprema Corte que indica (ver
fs. 338/344).
Señala que la decisión adoptada por el tribunal
de grado resulta absurda, toda vez que el a quo consideró
que la falta en que incurrió el accionante no revestía la
gravedad suficiente como para justificar el despido, al que
juzgó una sanción desproporcionada, omitiendo analizar sus
antecedentes desfavorables y soslayando, de ese modo, que
la
relación
de
proporcionalidad
debía
ponderarse
en
correlación con tales antecedentes.
Añade que el fallo atacado contradice la doctrina
legal de esta Corte que establece que corresponde morigerar
la
exigencia
de
proporcionalidad
entre
la
falta
y
la
sanción de despido cuando -como ocurrió en el caso- existe
una
multiplicidad
de
antecedentes
disciplinarios
desfavorables del trabajador.
Finalmente,
instancia
ordinaria
congruencia,
agrega
ha
que
el
transgredido
introduciendo
tribunal
el
novedosamente
de
la
principio
de
hechos
no
invocados por las partes y sobre los cuales no se produjo
prueba alguna, violando de esa manera los arts. 14 bis, 16
y 17 de la Constitución nacional.
III. El recurso no es de recibo.
1. En reiteradas oportunidades ha señalado este
Tribunal que evaluar la conducta de las partes previa a la
rescisión
del
vínculo
laboral,
para
establecer
la
existencia o no de injuria, se encuentra reservado a la
función axiológica de los jueces de grado (conf. causas L.
50.519,
"Martínez",
sent.
de
9-III-1993;
L.
52.284,
"Moyano", sent. de 31-VIII-1993; L. 56.904, "Hunt de Fara",
sent. de 19-XII-1995; L. 58.863, "Morandi de Amado", sent.
de 10-XII-1996; L. 71.275, "Novoa", sent. de 30-VIII-2000)
y que, en consecuencia, las conclusiones relativas a la
existencia o no de injuria legitimante del despido, sólo
pueden
ser
revisadas
por
la
Suprema
Corte
en
caso
de
absurdo, o si se demuestra que la valoración no ha sido
efectuada con la prudencia que la ley exige (art. 242,
L.C.T.; conf. causas L. 34.655, "Guerrero", sent. de 17XII-1985;
37.223,
L.
"De
35.463,
Car",
"Cuenca",
sent.
sent.
de
de
3-VI-1986;
23-VI-1987;
L.
L.
61.646,
"Cervino", sent. de 8-VII-1997; L. 69.452, "Junco", sent.
de 12-V-1998; L. 68.779, "Habarna", sent. de 26-X-1999; L.
73.679,
"Fernández",
sent.
de
27-II-2002;
entre
otras
muchas).
2.
Entiendo
que
el
impugnante
no
alcanza
a
demostrar que el sentenciante hubiera incurrido en alguno
de
los
defectos
señalados,
pues
-de
un
lado-
si
bien
denuncia el absurdo, no logra acreditar su configuración y
-del otro- no invoca que el tribunal hubo de valorar la
injuria sin la prudencia exigida por el art. 242 de la Ley
de Contrato de Trabajo, norma cuya violación ni siquiera ha
denunciado.
Centra su crítica el quejoso en el absurdo en que
-a su juicio- habría incurrido el tribunal al prescindir, a
la hora de valorar la injuria alegada por la accionada para
despedir
al
desfavorables
actor,
que
de
los
antecedentes
resultaron
disciplinarios
demostrados
con
la
prueba
producida en la causa.
Considero que no le asiste razón. De la lectura
del
veredicto
y
la
sentencia
puede
advertirse
que
el
juzgador lejos estuvo de prescindir de los antecedentes
disciplinarios del actor para fundar su conclusión relativa
a la ilegitimidad del despido dispuesto por la patronal.
En efecto, en el fallo de los hechos el a quo
tuvo por probado -con sustento en las pruebas documental y
pericial contable- que, a lo largo de los 21 años que duró
la relación laboral entre las partes, el actor fue "pasible
de numerosas sanciones". Incluso, se detuvo a analizar con
especial minuciosidad aquéllas que se le habían aplicado en
los dos años anteriores al despido, determinando sus causas
y su gradación (vered. cuestión tercera, fs. 317 vta.).
Posteriormente,
calificar
jurídicamente
en
los
la
etapa
hechos
que
sentencial,
habían
al
resultado
acreditados en el veredicto, reiteró la referida conclusión
fáctica
relativa
a
la
existencia
de
antecedentes
disciplinarios desfavorables (sent., fs. 322), mas, pese a
ella,
juzgó,
tras
ponderar
la
existencia
de
ciertos
atenuantes, que el despido resultaba desproporcionado. Así
se
desprende
del
propio
texto
del
fallo,
en
el
cual
expresamente el tribunal afirmó que "... si bien el actor
tenía antecedentes ... y merecía una sanción ... considero
que esa sanción no era el despido" (sent., fs. 323), para
concluir manifestando que la accionada se excedió en el
ejercicio de su potestad disciplinaria.
Así,
el
tribunal
no
ha
omitido
valorar
la
incidencia de los antecedentes disciplinarios del actor que
surgen
de
la
prueba
documental,
sino
que,
muy
por
el
contrario, ha considerado -por una serie de razones que
explicitó- que la falta en que éste incurrió, sumada a sus
antecedentes
negativos,
no
conformaban
-ni
siquiera
de
consuno- una situación objetiva de suficiente gravedad como
para justificar la ruptura unilateral del contrato.
En
consecuencia
-independientemente
de
lo
que
pudiera opinarse sobre la valoración jurídica de la injuria
invocada,
la
cual,
reitero,
no
ha
sido
cuestionada-
no
acierta el quejoso en cuanto tilda de absurda la decisión
por haber prescindido el a quo de los antecedentes del
actor
y
tampoco
alcanza
a
demostrar
mediante
sus
aseveraciones -que sólo traslucen un criterio valorativo
discordante
con
el
expresado
por
el
sentenciante-
que
aquellos hubieran sido irrazonablemente valorados.
No
apreciación
constituye
opinable
o
absurdo
que
cualquier
aparezca
como
error,
ni
discutible
la
u
objetable porque se requiere algo más, el vicio lógico del
razonamiento
o
la
grosera
desinterpretación
material
de
alguna prueba, circunstancias que deben ser denunciadas y
demostradas por quien las invoca (conf. causas Ac. 56.373,
"Villarreal de Iborra", sent. de 20-V-1997; Ac. 71.765, "De
Paoli", sent. de 23-II-2000; Ac. 82.864, "Rodríguez", sent.
de 1-III-2004; L. 80.468, "Anderica", sent. de 12-V-2004; Ac.
88.465, sent. de 14-IX-2005; entre otras), carga que, como ha
quedado
establecido,
no
ha
logrado
cumplir
el
aquí
recurrente.
Por las razones expuestas, el agravio debe ser
desechado, toda vez que la sola exhibición de un criterio
discordante con el de los magistrados del trabajo, resulta
insuficiente para evidenciar la existencia del vicio de
absurdo (art. 44 inc. "d", ley 11.653) o que la valoración
de la injuria fue realizada sin la prudencia que la ley
exige (art. 242, L.C.T.; causa L. 61.521, "Campos", sent.
de 27-V-1997).
3.
Tampoco
acierta
el
recurrente
al
denunciar
violación de la doctrina legal de esta Corte.
Cierto es -como afirma el agraviado- que si el
trabajador tiene antecedentes disciplinarios desfavorables,
la
relación
de
proporcionalidad
en
la
valoración
de
la
injuria no debe limitarse al último hecho que determinó el
despido, sino que éste debe ser ponderado en su correlación
con tales antecedentes (conf. causas L. 33.397, "Salina",
sent. de 2-IV-1985; L. 54.892, "Castillo", sent. de 22-XI1994; L. 56.936, "López", sent. de 1-VIII-1995) pues la
injuria susceptible de legitimar la ruptura unilateral del
contrato puede provenir tanto de un hecho aislado de una
gravedad tal que impida -por sí solo- la prosecución del
contrato (dimensión cualitativa de la injuria) como de una
serie concatenada de hechos que, aisladamente considerados,
no
resulten
de
entidad
aunque
valorados
luego
en
su
conjunto, pueden igualmente justificar el despido (dimensión
cuantitativa de la injuria).
Sin embargo dicha doctrina no ha sido conculcada
en el caso bajo juzgamiento. En efecto -de conformidad con
lo
resuelto
ponderar
la
en
el
punto
correlación
anterior-
entre
la
el
tribunal,
última
falta
tras
en
que
incurrió el trabajador y sus antecedentes disciplinarios,
consideró
que,
aun
conjuntamente,
ambas
circunstancias
(última falta + antecedentes disciplinarios) no alcanzaban
a configurar, ni siquiera por su dimensión cuantitativa, un
incumplimiento injurioso que impidiera la prosecución de la
relación laboral en los términos del art. 242 de la Ley de
Contrato de Trabajo.
A
quedó
mayor
plasmado
sentenciante
abundamiento,
en
valoró
el
relato
diversos
cabe
de
señalar
que
-como
antecedentes-
atenuantes
para
fundar
el
su
conclusión relativa a que el despido resultaba una sanción
desproporcionada (ver sent. fs. 323 vta.), aspecto que ha
sido dejado huérfano de crítica por el recurrente y arriba
firme a esta instancia, lo que refuerza la conclusión de
que en el sub lite han mediado hechos diferenciales que
impiden la aplicación de la doctrina invocada.
Siendo ello así, no se verifica la infracción
denunciada. Sabido es que si en los precedentes invocados
mediaron presupuestos de hecho y derecho diferentes a los
propios del caso en juzgamiento, la denuncia de violación
de doctrina legal deviene ineficaz (conf. causas L. 72.894,
"Francano", sent. de 25-IV-2001; L. 74.813, "Prego", sent.
de 21-V-2002; entre innumerables más).
4.
relativo
a
congruencia
Por
la
último
cabe
pretendida
resulta
mencionar
violación
manifiestamente
que
del
el
agravio
principio
insuficiente.
de
El
quejoso se ha limitado a denunciarla, omitiendo especificar
cuáles habrían sido los hechos o alegaciones novedosamente
introducidos por el tribunal que permitirían abordar su
tratamiento en casación. Ergo, el recurso tampoco ha de
tener favorable acogida en esta parcela.
IV.
rechazar
el
En
virtud
recurso
de
intentado
lo
y
expuesto,
confirmar
corresponde
la
sentencia
impugnada en cuanto fue materia de agravio.
Costas a la recurrente (art. 289 del C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los
señores
jueces
doctores
Pettigiani,
Kogan,
Genoud e Hitters, por los mismos fundamentos expuestos por
el
señor
Juez
doctor
Soria,
votaron
también
por
la
dictándose
la
negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
traído,
con
devuélvase.
costas
(art.
289,
C.P.C.C.).Notifíquese
y
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