los campos más abiertos, de quienes es adorno peregrino su singular belleza. Ella es encornada de nna caña, cuyo canto es poco más de una pulgada; su color fnsco, ebrudo, macanoso y repleto de un vastago humetante de color lúteo, fibroso, tierno; su diámetro de un palmo, igual en toda su elevación, la cual está cubierta,de una cartilla plomiza, muy asida á la macana. Sus hojas dependen de unas conchas, que abrazan toda la circunferencia de la caña por la base, cada una de por sí. Es su figura angular, obtusa, de cuyo vértice depende un vastago redondo igual en todo el largo, que es de dos varas poco menos; de color verde lustroso, rematando en un pavés á manera de abanico desplegado, cuyos dobleces terminan en ¡Dimtas no menos agudas, que verde es su color. Este abanico es sostenido por 20 venas del grueso de una línea, que de mayor á menor arrancan desde el astil y acaban en la punta, donde concluye el pliegue, que tiene no menos de una vara en largo. Como es extremada la expansión de este follaje, el apiñado de las hojas, y alternativamente, van creciendo las más altas des pues que las primeras, resulta que abriéndose las mayores horizontalmento y las siguientes menos, vienen á formar un medio globo ó un acoparlo circular que presenta á la vista una pantera ó un botón engastado en la punta do una caña, verde y punteada su sumidad, que es un objeto de recreo. A esta vista acompaña el monstruo imponderable de su fecundidad. Ella es tal que, produciendo racimos en las cuatro témporas del año, alcanzan los sazonados á los tiernos y forman un nuevo adorno debajo de la copa, que mostrando los racimos más hechos, de dos raras en largo, con una multitud tan apiñada de frutas, como suelen, ó más que los plátanos; su color amarillo, con manchas y conchuelas de encarnado; su cuerpo cónico, dos pulgadas en largo, forman otros tantos ramilletes, que fueran de flores apiñadas al vastago (1). (1) La circunscripción d>íl fruto, os mal comparado al del Plátano, pues el de éste no nace de. pedúnculos ramosos como el del Quitcbe; en todo semejante al que da la palma que llaman Real, al margen del rio de la Magdalena, cuanto á la composición de los racimos.