DEL BLAT A LA FARINA I PA, EN SANT MATEU ÍNDICE Introducción Datos del trabajo Autores Contexto Contenidos El pan casero INTRODUCCION.- El trigo ha sido durante siglos un alimento básico para la humanidad. Su abundancia o escasez fueron decisivos para la supervivencia humana y su carencia ha sido causa de hambrunas significativas. Durante el siglo pasado en toda España fue objeto de especial regulación con objeto de garantizar el abastecimiento y la alimentación de la gente, especialmente entre la II República en 1931 hasta la llegada de la Democracia en los años 80. En nuestra comarca, en los alrededores de San Mateo tuvo una importancia significativa, ya que en esta población existía uno de los almacenes del SERVICIO NACIONAL DEL TRIGO, por lo que este trabajo pretende recordar las particularidades de esta producción en esta zona. ElTrigo.doc 1 DATOS DEL TRABAJO. Autores: José Arnau García Mila Segura Bofill Clara La Riviere Juan Esteller Grañana Matías Morte Lecha Pilar Boix Balaquer. Contexto. Trabajo realizado durante el curso 2014-15 como actividad de la universidad Jaume I en las actividades de Universitat per a Majors en la sede de San Mateo. Se ha buscado información entre los viejos del lugar, el Ayuntamiento de San Mateo, en personas conocedoras del tema como Herminio Sales Segarra, de 90 años de edad y vecino de Culla. San Mateo, 11 de diciembre de 2014 Contenidos Durante la II República, debido a una reforma agraria que nunca acabó de acabarse, hubo en toda España una disminución significativa de la producción agraria en general y en especial de trigo. Luego la Guerra Civil, contribuyó a esa disminución y escasez de la producción de trigo y dificultó aún más su distribución y transporte lo que produjo serios problemas de escasez, carencia y racionamiento. ElTrigo.doc 2 Para atender ese problema el recién constituido Gobierno de Franco promulgó el Decreto Ley de Ordenación Triguera de 23 de agosto de 1937 q u e e s t u v o vigente hasta la promulgación de la Ley 16/84 de 29 de mayo de 1984 de liberalización del cultivo del trigo que regula la producción y comercialización del trigo sin las exigencias limitativas de la ley anterior. Esta nueva ley se promulgó por exigencias de la futura entrada de España en la Unión Europea, si bien en los últimos años de vigencia de la ley anterior apenas tuvo importancia por que ya no se aplicaba. Pero aquel decreto de “ordenación triguera” marcó su cultivo, comercialización y muchas costumbres locales de los pueblos de nuestro entorno durante medio siglo. Algunos productos de primera necesidad estaban intervenidos por el Estado, como el aceite, el arroz o el trigo. Los agricultores no eran libres de cultivar o no otros productos en las tierras llamadas “Terra Pa” que eran las más fértiles. La siembra se llevaba a cabo al final del año, en los meses de octubre y noviembre, según la climatología y durante el invierno simplemente las plantas habían germinado y sobresalido unos centímetros de la tierra. A partir de la primavera crecía con rapidez y a finales de mayo o primeros de junio se cosechaba. ElTrigo.doc 3 A finales de noviembre o primeros de diciembre empezaba a notarse el Decreto Ley de Ordenación Triguera aunque ningún agricultor supiera de él. El alguacil de cada pueblo solía hacer la ronda con su flauta y el pregón de turno decía más o menos lo siguiente: “De orden del Sr. Alcalde se hace saber que durante los próximos 10 días, todos los agricultores que hayan sembrado trigo deberán manifestar los datos en la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos”. Todos los agricultores censados como productores de cereales, (trigo o cebada) en años anteriores debían pasar por la Hermandad y declarar la extensión que tenían sembrada y la producción estimada. La Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos era como un ayuntamiento paralelo para gestiones exclusivamente agrarias. Tenía un presidente y varios vocales que luego de recogidos todos los datos los valoraban y aprobaban ajustando al alza o a la baja algunas de las cantidades manifestadas por los agricultores y los datos aprobados se mandaban a la Delegación Provincial del Ministerio de Agricultura. Esa medida tenía por objeto conocer y controlar la producción y en aquellas épocas de escasez impedir el mercado negro, llamado en aquellos tiempos “estraperlo”. ElTrigo.doc 4 Pero en años de posguerra, en medios rurales cargados de rencillas, odios y rivalidades locales por tales o cuales fincas, linderos, envidias y sobre todo de experiencias desagradables de la guerra todavía caliente... a veces, con frecuencia produjo más de una picaresca, como por ejemplo añadirle un cero a la cantidad manifestada por un agricultor y como esa cantidad era imposible que el agricultor la consiguiera, tenía que recurrir al mercado negro para comprar esa cantidad que no había producido, so pena de que le acusaran de desviar trigo a ese mercado negro al que él había tenido que recurrir. Así aquellas medidas que pretendían evitar el estraperlo obligaron a más de un agricultor a recurrir al mercado negro para comprar trigo so pena de ser acusado de “Desafecto” con consecuencias imprevisibles, sobre todo en los primeros años de posguerra. A finales de mayo y primeros de junio venía la época de la siega. Era una época que necesitaba de todos los medios humanos disponibles y generalmente la familia entera se volcaba en las tareas de siega que daba trabajo para todos. Los mayores, hombres y mujeres, segaban con la hoz y la zoqueta. Una protección de madera donde se introducían los dedos meñique, anular y corazón de la mano izquierda para protegerlos de la hoz que con la saña y energía que se manejaba podía ensangrentar la mano al menor descuido. Las ElTrigo.doc 5 jornadas de siega eran agotadoras, de sol a sol. Los hombres con frecuencia vestían una gruesa faja que les protegía los riñones y la espalda. La demás familia se dedicaban a otras tareas: los niños tendían las cuerdas para atar las mieses, trían el agua y también la bota de buen vino tinto, del “híbrido” negro como la misma tinta china.... los más viejos recogían las mieses y hacían las gavillas, la abuela hacía el puchero, rico en grasa, cuando se podía, aunque fuera verano para que las fuerzas de los segadores no desfallecieran y por lo general se ayudaban entre unas y otras familias procurando trabajar siempre en las parcelas más maduras. Realizada la siega a finales de julio se entraba de lleno en la trilla, primero en las eras, pero esa actividad requería de muchos medios que solo tenían algunas pocas familias de cada pueblo. La mayoría se agrupaban los medios de varias familias para disponer de 4 ó 5 mulos en jornadas agotadoras, a pleno sol. Debían trotar sobre las mieses extendidas en la era durante varias horas, por lo que había que hacerlo en turnos de un par o tres de mulos cada media hora y descansarlos otro tanto. Hacían falta también por lo menos una docena de hombres. Luego se generalizó la máquina ElTrigo.doc 6 trilladora que facilitó el trabajo y en un solo día trillaba lo que en las eras hubiera costado más de una semana. Recogida la cosecha venía lo más importante, vender o transformar la cosecha de trigo en harina. Pero solo se podía vender al Estado, por medio del SERVICIO NACIONAL DEL TRIGO que marcaba los precios de todos los cereales para toda España. Pero a los productores se les permitía “cambiar” una cantidad de trigo por harina y salvado y aquí aparecía una nueva faceta. El Servicio Nacional del Trigo en esta zona de la provincia de Castellón tenía 3 almacenes donde se debía llevar el trigo: Benicarló, Morella y San Mateo. En cada pueblo de la comarca a partir del mes de junio entraba en acción de nuevo el alguacil que hacía la ronda por todo el pueblo acompañado de su flauta: “De orden del Sr Alcalde se hace saber que en el almacén de San Mateo se cambiará trigo por harina los lunes y jueves de todo el mes de julio” en cada pueblo se daban unos días distintos para evitar aglomeraciones. Pero a pesar de ello ese día era mucho más largo que cualquier otro. A partir de ese pregón venía la peregrinación: Primero ElTrigo.doc 7 al Ayuntamiento, para empadronar a cuantos más familiares mejor, pues la cantidad de trigo para poder cambiar por harina dependería del número de miembros de la familia: el matrimonio, los suegros, los hijos, si había algún hermano soltero también, si se tenía algún asalariado frecuente, se le metía también en la familia si se podía. Luego con aquel certificado del Ayuntamiento se iba a la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos para que nos expidieran la “guía de circulación y transporte” para el trigo, de acuerdo con la cantidad que en su día reflejó la Cámara Agraria, sin la cual no se podía transportar trigo por ningún sitio. Además esa guía especificaba la cantidad de trigo que se podría cambiar por harina y salvado. El resto debería venderse allí mismo, eso sí, se cobraba al contado. Con la guía en el bolsillo, en los pueblos del alrededor, Traiguera, La Jana, Canet lo Roig, San Jorge, Chert, Tírig, Salsadella... se organizaban grupos de agricultores para cada día, pues había que organizarse de alguna manera, si no se corría el riesgo de coincidir muchos el mismo día y aquello podía hacerse interminable. El día anterior se cargaba el trigo en el carro y ElTrigo.doc 8 después de cenar se partía hacia San Mateo, o a las 4 de la madrugada lo más tardar se salía en grupos hacia San Mateo. Los grupos de carros iban bien sobre todo por la tertulia, pues 4 horas de carro daba para mucha tertulia. Había que evitar algunas horas y algunos puntos “verdes” como la capella o el Puntarró de Traiguera o el cementerio de La Jana o el cruce de La Serafina... puntos donde solía apostase la Guardia Civil y a veces pedía demasiados papeles. Para eso se solía llevar un pequeño saco con un par de kilos de harina que llegado el caso podían despejarle a uno el camino. La Guardia Civil y sus familias como parte integrante del sistema padecían los mismos rigores del racionamiento y de la escasez que el resto de la sociedad. A la llegada a San Mateo, siempre antes de las 8 de la mañana, con un poco de suerte se podía ser de los primeros, se aseguraba el turno, se ElTrigo.doc 9 aseguraba agua para el mulo de una pila que había en la fachada del molino y un lugar tranquilo y se hacía la visita obligada a la taberna de El Toro en la porticada plaza de San Mateo y al salir de allí con media docena de vasos de vino entre pecho y espalda, los sacos de trigo pesaban mucho menos y los kilos que se había producido aquel año se multiplicaban a cada paso y a cada vaso. Un tema curioso era el de “El Pito” que fue el peluquero de moda en San Mateo para toda la comarca durante mucho tiempo y las mozas y menos mozas de estos pueblos aprovechando que su padre o su marido iba a cambiar trigo por harina a San Mateo aprovechaban también para ir a la peluquería y después poder lucir en el pueblo, un pelo de “El Pito” de San Mateo. Después de todo eso ya solo quedaba esperar el turno y despachar cuanto antes la faena. Llegado el momento a media mañana o a media tarde, se despachaba en las oficinas del molino. Se entregaba la guía donde constaba la cantidad aproximada de kilos, se pesaba todo el trigo, se descontaban los kilos que podían cambiarse por harina y salvado, se metía a harina y salvado en los sacos limpios de lino blanco que se traían para ello y se liquidaba el resto en las oficinas. Así con la harina y salvado en el carro y el dinero en la faja se iniciaba el camino de regreso generalmente bien entrada la ElTrigo.doc 10 tarde, las más de las veces anocheciendo. Para el regreso los carros de San Jorge solían preferir la ruta de Cervera del Maestre, porque ya tarde era menos probable tropezarse con la Guardia Civil, aunque a veces si se encontrabana los civiles al final del viaje, y aunque éstos no pararan al carro, los mismos agricultires se paraban a liar un cigarrillo de picadura y al final les daban voluntariamente ese saquito de harina, pues en el fondo la gente del campo sentía cierto aprecio por la Benemérita. Así, a la llegada a casa con un par de sacos de harina y otros tantos de salvado, se tenía asegurado el pan para toda la familia y con el salvado el alimento de conejos, puercos y gallinas para una buena temporada: En esa casa ya no se pasaría hambre en mucho tiempo. Pero es evidente que todo ese control pretendía “controlar” la producción y el consumo porque había escasez, pero al mismo tiempo propiciaba una picaresca propia, que en este caso concreto tenía un nombre muy concreto ”El Estraperlo” y todo el mundo que podía amagaba todo lo que podía porque con la cantidad que asignaba el decreto de Ordenación Triguera no había suficiente, pero ese trigo amagado no se podía llevar a ningún molino, porque carecía de guía de circulación y transporte y se tenía que moler en casa, ElTrigo.doc 11 generalmente por las noches o los días de lluvia con molinos muy rudimentarios. El que vemos en la foto es un molino medio, para dos personas, llamado de media vuelta, porque con dos cuerdas se iba tirando en uno y otro sentido, mientras una tercera persona iba tirando el grano por el agujero del centro. En las imágenes vemos las dos piedras que componían el molino, y a Clara La Riviere, Mila Segura y Hermino “El Sastre” de la población de Culla y propietario del molino y además de otras muchas antigüedades que solo él posee. El día 18 de noviembre fuimos a Culla a fotografiar el molino, donde tomamos las fotos anteriores, pero además charlamos con el amigo Herminio Sales Segarra “El Sastre” una autoridad moral y cultural de Culla y nos contó que en aquel tiempo todo o casi todo estaba racionado, controlado y entre este todo estaba también el abono. Culla como tiene un término grande le correspondía una cantidad relativamente mayor que a otros municipios y por lo tanto se podían hacer más chanchullos que en otros municipios. Pero un año, a mediados de los años 40 se exageró demasiado en algunos pueblos con el abono y los “fiscaleros” iban de pueblo en pueblo comprobando si el abono destinado al pueblo había llegado y se había repartido bien, pero como en Culla faltaba mucho abono, concretamente sulfato amónico, (NH₄)₂SO₄ se sustituyó y se mezcló con sal que tiene un aspecto muy similar y aquel año muchos sembrados se quedaron raquíticos y se secaron cuando no llegaban ni siquiera al palmo de altura, parecían escobitas, por lo que se llamó el año de la “Granereta” (de la escobita). ElTrigo.doc 12 El pan casero. En muchas casas se “pastaba” por lo regular un par de días a la semana. El día anterior se iba a la tienda a por una peseta de “pastilla” era un fermento que se disolvía en agua con la que amasaba una poca harina y a la mañana siguiente con aquella masa minúscula se amasaba el total de la hornada. Era un trabajo propio de la mujer de la casa, hacer el pan un par de veces por semana y cada familia tenía pan tierno dos veces por semana. Cuando se tenía la pasta al punto en un cajón grande y de lados muy bajos se llevaba hasta el horno del pueblo. ElTrigo.doc 13 Las mujeres eran muy hábiles para llevar ese cajón de más de un metro de largo y más de medio metro de ancho sobre su cabeza a lo largo de empinadas calles y escaleras. Como de costumbre iban las vecinas juntas en animada tertulia sin sostener con las manos el cajón y nunca se les cayó nada a ninguna. En el horno el hornero colocaba con la pala de hornear todos los panes de cada mujer en el horno. Cada una le hacía a sus panes unos cortes diferentes como distintivo de sus panes para que no se confundieran, era su propia firma ElTrigo.doc 14 particular, y mientras se cocían sus panes se entretenían en elaborar algún otro producto típico como coca, hogazas, mostatxons, magdalenas, almendrados... Cuando se acababa el horneado, se colocaban los panes y las pastas sobre el cajón y éste sobre su cabeza y se volvían a casa tan campantes. Esos panes, de 1 Kg de peso exacto, en la panadería normal, en los años 40 costaban 14 pesetas, cuando el jornal de un hombre en el campo era de 15 pesetas. NOTA DE HUMOR. Hay un chiste de la época comprime buena parte de la problemática. que En el Apolo, un teatro muy popular en el Paralelo de Barcelona en los años 40, sale al escenario un humorista muy famoso de nombre Walter, famoso luego por el show de “Pedrito Corchea. Salió con una motocicleta y empieza a darle patadas al pedal para arrancarla. Al cabo de varios minutos de monótona escena y la moto sin arrancar, el público empieza a impacientarse, a gritar a silbar y cuando el artista vio el ambiente adecuadamente caldeado, suelta airadamente la moto y en el silencio espontáneo que se creó exclama: ¡Com te que arrancar si se'n-li va l'oli pels molls! Y encima en catalán. Resultado: El humorista detenido en comisaría. ElTrigo.doc 15