1 EDITORIALES Medicina basada en la afectividad Albert J. Jovell Agencia d'Avaluació de Tecnologia Medica. Servei Catala de la Salut. Departarnent de Sanitat i Seguretat Social. Barcelona. Themostbeaut;fulexpress;on;ntheEnglishlaflguage is not I love you, it is 4 ' s benigns W O O Allen ~ ~ a un rnedico en DeconstructingHarv El siglo xx pasará a la historia de la medicina como el siglo de la tecnificación. El conjunto de innovaciones científicas desarrolladas durante este siglo ha producido un gran avance en la detección, prevención, diagnóstico, tratamiento y paliación de las enfermedades. La tecnificación científica junto con el progreso social ha supuesto una mejora en las condiciones de vida, así como un incremento sustancial de la calidad y de la expectativa de vida de los seres humanos. El mejor exponente de este progreso, sin precedentes en la historia de la humanidad, se puede vislumbrar en el importante número de posibilidades y opciones tecnológicas disponibles en sanidad, que ya empieza a superar la capacidad de pago de los sistemas sanitarios. Esta situación de exceso de posibilidades, que no sólo de escasez de recursos, ha impulsado la adopción de nuevas estrategias de gestión basadas en la implementación de modelos racionales de toma de decisiones. De esta forma. la medicina basada en la evidencia científica aparece como una respuesta a la necesidad de priorizar la utilización de aquellas tecnologías sanitarias cuya eficacia o efectividad ha sido acreditada por los resultados de investigaciones específicas frente a aquellas en que aún no se han evidenciado tales beneficios y que se denominan tecnologías experimentales. La medicina basada en la evidencia científica podría considerarse sinónimo de la medicina .basada en la eficacia o en la efectividad de las diferentes tecnologías o intervenciones sanitarias. En este contexto de progreso tecnológico y, por ende, sanitario, cabría preguntarse si, además de contabilizar los beneficios atribuibles a las tecnologias médicas, no se deberían tener también en cuenta los potenciales efectos adversos de las mismas. En otras palabras, es posible que a la par que se está produciendo un progreso científico sin precedentes, se esté asistiendo a una tendencia a la pérdida del humanismo asociado a la práctica de la medicina. Este es un hecho similar al que está ocurriendo con la adopción en primera elección de determinadas pruebas diagnosticas en lugar de utilizarlas de forma complementaria a la exploración física. Un ejemplo de esta situación lo constituye el denominado síndrome Romario por el que, ante una rodilla presumiblemente patológica, se indica una resonancia magnética en sustitución de la exploración física convencional. La tendencia a la deshumanización tecnológica supone la Correspondencia: Dr. A.J. Jovell. Fundacio Biblioteca Josep Laporte. Universitat Autonorna de Barcelona. Pornaret, 21. 08017 Barcelona. Manuscrito aceptado el 25-2-1999 Med Cltn f8arcl 1999; 113: 173-175 introducción de la técnica como interfase entre el médico y el paciente. No sólo se tecnifica el acto de cuidar y tratar a los pacientes. sino que la tecnología tiende a invadir y ocupar en ocasiones todo el ámbito relaciona1entre profesionales y pacientes. De esta forma, la interfase tecnológica se extiende también a las relaciones entre administrativos y pacientes, comprobando estos ú\timos cómo es la pantalla de un ordenador la que les comunica el día de la próxima exploración o visita. Cabría preguntarse si puede resultar más cómodo, y posiblemente más seguro en condiciones de presión asistencial, utilizar la tecnología como un instrumento demedicinadefensivafrentealaobservaciónvigilanteyal interrogatorio de 10s pacientes. No cabe ninguna duda de que la tecnología es bella y útil, sobre todo si no se tienen en cuenta los valores ~redictivosde las técnicas diannósticas o los posibles efectos adversos de los tratamiento; No es objeto de este artículo de opinión, explícitamente anecdótico y no fundamentado en la evidencia científica, dudar de las bondades del progreso tecnológico. Sólo se pretende reflexionar sobre el hecho de que la tecnología sanitaria, que entre sus múltiples atributos no incluye la inteligencia o los sentimientos, se esté convirtiendo en una barrera física y relaciona1 entre médicos y pacientes. Esto se uniría a las barreras tradicionales secundarias a la utilización de una jerga específica, a la asimetría de conocimiento y a la configuración de un entorno particular, en el que se ha de destacar el protagonismo de la bata blanca. La barrera del lenguaje se acrecienta al transformar el argot científico formal en informal y al reemplazar los vocablos por acrónimos, lo que puede dificultar la interpretación del proceso clínico no sólo a los pacientes sino también a otros médicos. Así, un certificado de alta hospitalaria de un enfermo ingresado en urgencias por un dolor precordial, entregado por un administrativo y escrito a mano, describía los siguientes diagnósticos: ((1.HTA, 2. IAM: Q+, SK IV < 6h., sin que el enfermo pudiera entender el significado de tales descriptores. Por otro lado, el acceso universal a las nuevas tecnologías de la información facilita una disminución de la asimetría de conocimiento entre profesionales y pacientes, al poder acceder estos últimos desde su casa tanto a artículos científicamente validados en las bases de datos bibliográficas tipo Medline como a información de procedencia, credibilidad y calidad muy dispar'-4. Esto implica que los pacientes pueden, tras consultar Internet, acudir a la visita médica habiendo valorado su sintomatología o seguir la evolución de los acontecimientos científicos en torno a una enfermedad específica. Además, la introducción de las tecnologías de información pueden favorecer una nueva forma de relación médico-paciente5. La medicina basada en la afectividad (MBA) determina,que la relación médico-paciente debe partir de la suposición de que los pacientes son lo suficientemente conscientes de su situación y muestran interés por su estado de salud y, por 10 tanto, tienen derecho a obtener respuestas adaptadas a su nivel de conocimiento. Los pacientes, además, tienen sentimientos, por lo que, al igual que cualquier otra persona en situación de crisis o desamparo, tienen necesidad de afecto, aunque a veces deban recurrir a la resignación o a la negación como estrategias de evitación de la enfermedad. En este sentido, cabría recordar que la mejor tecnología disponible sigue siendo la comunicación médico-paciente y el mejor procedimiento para favorecer dicha relación es la confianza mutua, basada en el respeto, la comprensión Y el afecto. La tecnificación no debería reemplazar o infravalorar la importancia de la relación médico-paciente, entre otras cosas porque ésta no se encuentra siempre en condiciones de satisfacer todas las necesidades reales de los enfermos. , 1 1 pep!sa3au el ap soue!p!go3 sold~ua!a sol ap soun8le uaAnl sol ap olloiiesap la alue!pau sohqeuioj So!iq!l!nbaSap sol -sa J ! ~ ~ J iod J O ozianjsa ~ un opua!3eq elsa as soye sou11ln -!]su03 sale!3uals!se salah!u ailua uo!3eu!p~oo3sapel A el!s!h sol ua anb ia30uo3a.I anb Aeq 'SaUO!3el!u!l Selsa ap ieSad apu!i anb sol e so!3!Nas A so3!pau sald!llnu sol e aluaij 03 - ! U O Jalua!3ed ~ lap alua8e ouo3 anpe anb le!3uals!se iopeu .o3!pau lap le!3os ~ O Jla i o l a u i!u!jap e i!nq!iluo3 ueyp -!pi003 un i a ~ o u o i dou :cap saluaiaj!p ua se3!lsou8e!p seq -od anb se!ialeu ue!hqo as soh!1euJo4 solxaluo3 coque u3 d uo!3e3!ldxa eun8u!u .ep!8a(a pep!le!3adsa el ap oiluap e3!u3a1 uo!3ez!le!3adsa -anid sesiah!p se1 ~ e u e i 8 o ~!leuo!3!pe u!s 'opeuioju! o$ua!u!juasuo3 ap e3!iaua8 elou eun u03 J o A ~ L I J eun Ja3aiohej e sa3ah s e q n u apua!l saluap!sai so3 -!p?u ap uo!3euioj e( 'seuapv .e!ieui!id uo!3uale ap o3!p lel!dsoq la ua owiajua le i!q!3aJ !eh!leu~oju!ein13ej aluau - ? u un ap oleqe~i(e seuaie s e u sapep!le!3adsa ap o!pn]sa -!Fiad el ap opeueduo3e sou!uoi3e ap ouall A oueu e 011~3 la O W O ~!se 'ielnla3 A ie113a1ow e!8olo!q el ap ope((e1 -sa e!ie(e1!dsoqelle ap auJoju! un ap e8a~iuael or\!geJls!u!u -ap o~ua!u!~ouo:,un ia3aiohej ap pep!sa3au el ua opua!gs!s -pe un ua ie8alap ipnles ns eied iauodns apand up!3enl!s esa anb so8sa!i sol A eiadsa ap els!l ua ueiluan3ua as anb -u! an8!s opei8aid ua alueiadu! oh!gempa olapou la 'so!p sol ~ o so~!gou d sol souJajua sol e ie3!ldxa ou !pep!l!paj ap -nisa ap saueld sohanu sol ap uo!3e]ue1du!el SeJl 'O!que3 Seualqoid u03 seilo u03 sepezeiequa saia!nu se3!jei803a u3 :ejiauiajua ap selanxa se1 ap o eup!paw ap sapelln3ej sauo!3eioldxa eied eiadsa ap eles e u s ! u eun ua ieaqn se1 ap so!pnga ap saueld sol ap 'sauopda3xa ohles 'aued !Seuosiad seilo ap e!3uasaid ua elecalue eun ua o oll!sed JeUJOj UalanS OU SO!Jal!J3 SOlSa JPJOleh ual!uiad anb SEU un ap o!pau ua es!id Jaual ap uo!3esuas opua!l!usueJ1 A -!ldps!p se1 'pep!nba A e!3ua!3!ja 'pep!le3 ap soh!ga!qo sol ua opeseq o!iel!ues euals!s un uahanuoid anb se!ie]!ues saAal a!d ap saluaped sol e ieuiojul 'eio!au ap se!8aleqsa salq!s ~ Spep!(e3 el ap uo!3eio(eh seun opua!ual 'anb 03!!0pe~edlas ap e!ap ON .pepa!~ose( -od ap uo!3!u!jap el ua A O ! ~ ! A Jlap ap sehanu sapep!sa~au~a3ejs1les e opelua!io ' S a l e ~ ~ ! S a j ~ i del ua sous!u sol ap uo!3ed!ayed el e1!3!ldu! ier\al( uejiaqap ouepepnp le o alua!p le epelua!io uo!3uale ap soida3uo3 saioleh ap o!que:, un i a ~ o u o i dap o uo!3euiioj ns ua se!) s o l .saled!3u!~dsaio13e uos anb sol ap e!iei!ues uo13uale -eiuaualduo3 seu!ld!~s!pJ ! ~ ~ ~ O Jap I U !pep!(iq!sod e( aiqos aleqap un oya!qe eAeq as anb u!s '03!8olou3al oh!)eiadu! la ap sosa3oid sol ap ovas!p la ua iedp!ped e sopeuell uos A uo!3ez!le!3adsa el a3aiohej anb le~O!SajOidIOJ ap olapou !S A ' o u s ! u lap pep!pouo3 o pep!auop! el aiqos sope1lns un ap uo!3dope e( ap A oh~e3npaeuals!s un ap opellnsai la -u03 uos solsa sa3ah seluen:, asielun8aid e!Jqe3 .salua!3ed 'eiaueu euap ua 'uos e u p p a u el ap saleuo!Sajoid sol .eu sol e ~ e doh!sai8e souau oqs!j ouJolua un ap uo!3eai3 e( sa -p!pau el i a ~ ~ aeied l a 'sapep!ueunq ap ewo~d!pun o3od t/gm el Jeluauepunj anb la ua uo!3?e ap lah!u opun8as u n - u e l A 'pepauiajua ap ope3!j!ua:, un ie1!3!los ap elei) as ON .opep!n3 A pep!h!l3aje sa salua!~ed O J ~ (e~o!Sa~Oid .o!eqeil ap e!p i a u sol e sauo!se30 seunale ua J ~ U O ! ~ J O ~apand la anb o31ur~01 'pep!h!paja ap epuasne el aluv 'alqel!hau! -lid ns alueinp sepua8~nap olnDel!qeq un ua sopesai8u! 01 alue olanp ap olua!u!guas la i!Bu!j 'aua!huoD !s A 'JenlDe souiiajua ap IOJ la opuapia!a i a ~ a u e u ~ aedo y i a u ! i d ap e A sa(!3!)!p sauo1s13apalue ie!308au A i!pensiad iaqes 'ses saiuap!sai sol e oAnilsu! 'o!ielel!dSoq a l u a ~ o pA o31pau ap -JaApe sauo!3enl!s ie]uoijuo3 'salua!3ed so( ap saioleh sol olsand ns ua asieiaa1u!ai A iaDue3 un ieiadns ceil 'opuen3 '~oj2oaa41 elnqad el ua oz!q FinH ue!ll!M anb 01 e op ie]adSai 'eh!la!q0 UO!3eLUJOjU! eUn JaahOJd O U 0 3 SaleUO!Sa4 -oid sol e ievasua ejiaqap epen3ape e3!ls!ueunq uo!3euioj -!3aied 0 8 1 ~ 'ouiajua ap ia3eq sa pepauiajua el ap alua!p -uad J!A!Ae3!j!u8!s anb 01 iapualua ap e u i o j i o i a u el anb ap eun 'aeiqeled eun !u appap. uaqes ou A paied el ua seuold epnp eun8u!u aqe3 ON .a$ua!3edlap la iod olJ!n1!1sns A o3!p -!p OP uaua!] . . . . v :uapua!ge al anb so3!pau sol e e p u a ~ a j - a u lap laded la saluelsu! soun iod opueuopueqe 'saloi ap -ai ua '(ddaa Auuyoy) a!uuoa e a a p al 'eujoiaq ap s!sopaiq -os iod ol!q ns ap apanu el aiue 'opuen3 o2se~ga!uuoa e( o!que3 un ~eidopesa 0iedLIJP~apap uo!3esuas le1 ieioleh A iapualua ap saleuo!sajoid sol ue!ipual anb eiaueu i o l a u el -n3!lad el ua (ouped ~t/)oia!%ng Qai e ! ~ u a l o d uap ! s!sop epap eun u03 esaidxa se1 uopeuioj ap o!iq!l!nbacap alsa 'aluaualq!sod ' e ! ~ u a ! ~ eeld sa ep!]!uiad elsandsa~e3!un el ap se!3uan3asuo3 se1 .e3!u3al el A e!3ua!3 el iod pep!lelol anb sol alue A so!Jel!ues souiolua saluaiaj!p sol ua i!qpiad uapand solsa anb o~eduesapA uo!3elosap ap uo!~esuas ns !se3 ua epezelduaai eis? opua!s 'e3!gs!ueunq u o ! ~ u el i!3npai eied sa]ua!3!jns uos ou e3!u3a] el A o]ua!u!~ouo3 -JOJap e]om e!iesa~auel ap apu!~saidas anb (a ua 'eIs!u la 'e!3ua!iadxa e( anb 'seu zah eun 'olsa!j!ueu ap uauod al -o!mnpai Anu leuo!sajoid 10) ap A oh!le3npa olapou un ap -ua!3ed le ez~!ls!loquo!3uale eun ~aahoidap sape~ln3!j!pse1 uoi3dope e( ap e!3uan3asuo3 Jas apand 04s3 'epez!le!~adsa .,sou~a!qo8 sol e A saleuo!sajo~dsol A els!3!ue8~0s e u UQ!S!Aeun ap sesuadxa e elc!leiaua8 A e3 -~s!loqUO!S!Ael a~uaue~!sa~EJo~d 0pua!piad eh as .sapepau e sep!nq!ije aluauleuo!3!peil sauo!3un) se1 ap aped salel -ua,ueuiaqn8 ou sauo!3ez!ue8io ua ue8alap saiop!unsuo3 - l a y a se1 ap pep!!alduo3 el ~e3!isou8e!pua epeijua3 s e u (eu!j eun epeq salua!~edsol ap opep!n3 le epelua!io le!3 sol len3 la iod 'uo!3e!pau~alu!sapap ouauouaj la a3np -oilu! alua8e ap uopunj el ap epuaie3 e7 .03!8olo3!sd ouo3 -!u! pn1!13e eun apsap 'saJue!pnlsa sol ap uo!3e3oh el eiaii leuo!3unj olue1 'pnles ap opejsa ns ap uo!3eiadn3aJ el -e3 el ap o8iel 01 e ieuio4sueil apand (enpe oh!le:,npa olap e ~ e deS!3aJd aluaped la anb le!3uals!se pep!leunl!8uol A pep - o u 13 'onp!h!pu! lap e!80103!sd el A Jounq lap uo!3eiaile el -!nu!luo3 el 'sale!puals!se salan!u soilo ua ie8alap ap o 'uop sa 'oue8~oun ap uopunjs!p el ap seuape 'pepawajua -nl!Isu! e!doid e( ua ~ e u o p ~ o d oap~ ueqe3e d ou 'sepe3!ls!jos e( A 'e3!la8iaua A e3!u!nb uo!3!soduoo eind anb s e u o8le uos soueunq salas sol anb opep '03!ue8~0A o3!8olo!q solap s e u se3!lnadeia] A se3!gsou8e!p se!8olou3a$ se1 aAnpu! anb e!Je]!ues uo!3uale eun o$xa u03 ~ a ~ a iap j o sa3ede3 opua!s -oui sol ua a!de~u!qoluel ia3eq eyaqap as ou aJuaualq!sod 'so!iel!ues saleuo!sajoid sol ap uo!3e3npa el e ol3adsai u03 'soi1ua3 salel .e3!uo~3ase) el ua olua!w!n8as open3apeu! un anb zah el e pepauiajua el ap epn8e ase4 el ua alqe3ad 'uo!3euioju! e[ ap sej8olou3al sehanu se( ap uo(3dope - u ! aluaue3!u3al uo!~ualeeun ~aahoidle so!ie$!uess o i l u a ~ e( ealueld anb aiua!3ed-o3!pau uy3elai ap oh!geJaq!lap 01 sopeu!uialap ua a3npoid as anb o!iq!l!nbasap la e!aljai -apow un ap uo!3eluaualdu! a o!Jel!ues ouJolua (ap uopez -!ue8io el ua salua!3ed so( ap uo!3ed!3!yed 'so!iel!ues saleu eppeied le1 .lan!u JasJa1 ap lel!dsoy lap ebpeied epeu!uou -ap el ua3npoid o!Jei!ues euaIs!s lap olsai le aluaij aiuap -o!sajoid so( ap soh!lempa soln3!~in3 sol ua sapep!ueunq -ed lap aiquou ua o!ie!pauia]u! ouo3 anpe anb alua8e un se1 ap uo!33npoi$u! :so~!iaua8copadse sa$ua!n8!s sol eld ap elle4 el A sale!3uals!se salayu aqua uo!~eu!p~oo3sap el -ualuo3 anb e3!u!l3 uo!]sa8 ap e!8aleilSa enanu eun ouo3 .o!ieI!ues ouiolua t/gm el ananuoid as 'eu!3!pau el ap u~!3ez!ueunqap ep!p laP uQ!3ez!ueunq el ua Jed!3!yed e s o u ~ a j u asol e Jel!hu! ap -iad ap o8sa!~la ~!uahaidap pep!(eu!j el u03 A euJoj elsa aa A.J. J0VELL.- programas de atención domiciliaria, la implantación de la medicina paliativa y la promoción de un mayor número de plazas profesionales de la especialidad de medicina familiar y comunitaria. Junto a la ausencia de un debate público sobre los modelos educativos que mejor definen el papel social del médico dentro de un sistema mayoritariamente de financiación pública, existe la presión ejercida sobre la profesión, que exige al facultativo una mayor formación en disciplinas complementarias, como son la estadistica, la gestión o la epidemiología, sin poder abandonar tener que estar al día en la especialidad elegida. Es obvio que, tras un debate adecuado, se deberia valorar la posibilidad de evitar un modelo educativo único y, así, poder favorecer diferentes estrategias formativas entre las que los profesionales puedan establecer prioridades de formación. No cabe ninguna duda de que también hay que priorizar en formación médica. En este sentido, en una sociedad que exige tanto a los médicos también se debería valorar hasta qué punto se están ofertando los recursos adecuados para una formación de calidad y se les está compensando salarialmente, en comparación a otras profesiones, el esfuerzo, la dedicación y la responsabilidad exigidos. La denominada carrera profesional debería contemplar el reconocimiento social del esfuerzo intelectual y la responsabilidad asociada al ejercicio de la profesión médica. Por otra parte, se debería realizar un esfuerzo por valorar las necesidades percibidas por los profesionales tanto de formación como, sobre todo, de información7. La MBA también deberia contribuir a introducir un modelo deliberativo de relación médico-pacientea. Con ello se debería superar el modelo paternalista fundamentado en la autoridad profesional y justificado en la asimetría del conocimiento, sin caer en los riesgos del modelo científico-elitista. En este último modelo, el profesional esconde sus emociones tras los tecnicismos propios del lenguaje médico, los resultados de las diferentes pruebas y los análisis de la evidencia científica, pareciendo, a veces, más preocupado por el progreso de la ciencia que por las necesidades del paciente. Ambos modelos, bien sea por el desconocimiento de la naturaleza de su enfermedad o por exceso de información científica, colocan al paciente en una situación sociológica de lealtad ciega o de fuga cuando se le invita a participar en la decisión sobre el abordaje de su problema de salud. El modelo deliberativo, en contraposición a los anteriores, intenta situar al enfermo en la mejor de las condiciones posibles de igualdad con respecto al profesional para entender la naturaleza de su enfermedad y las posibilidades técnicas disponibles. Este modelo requiere profesionales preparados para confrontar situaciones complejas y para evaluar las necesidades y los valores de los pacientes con respecto al dolor, la calidad de vida o la supervivencia; así como dispuestos no sólo a informar, sino a negociar cuál es la opción tecnológica más idónea en función de las características y los valores de los enfermos. El modelo deliberativo aparecería como una tercera vía que evitaría las posiciones extremas del modelo paternalista, en el que el enfermo es un sujeto pasivo y obediente, y del modelo científico, en el que el paciente es un sujeto activo que toma decisiones según la evidencia presentada por el médico de forma neutral. En este sentido, el acto médico también es un acto de pedagogía. Por otra parte, la necesidad de fundamentar afectivamente la relación médico-paciente es importante si se considera que la falta de comunicación, la percepción de ausencia de cuidado y la incomodidad constituyen las razones más frecuentes de demanda legal por parte de los pacientesq. La implementación del modelo deliberativo de relación también requiere una apropiada definición de conceptos que, MEDICINA BASADA EN LA AFECTIVIDAD aunque aparentemente similares, son diferentes, como pacientes, enfermos, usuarios, consumidores, clientes o ciudadanos. En este sentido, podría transmitirse la impresión de que cuanto más se aleja uno de los conceptos clásicos de enfermo (el que sufre una enfermedad) o paciente (el que tiene paciencia ante la incertidumbre), mayor es el riesgo de desnaturalizar la comunicación médico-paciente al equipararla a cualquier otra relación de agencia o de servicio, en la que el sufrimiento de una de las partes no tiene por qué estar presente o ser objeto de discusión. Finalmente, la MBA deberia contribuir a la implantación de un nuevo modelo de gestión basado en el conocimiento y en los valores, que tuviera como ejes principales la formación como estrategia de capacitación, la documentación como estrategia de información, la evaluación como estrategia de provisión de evidencia y la deliberación científico-técnica como estrategia de abordaje de problemas de salud y de dilucidación de desacuerdos morales. Este modelo, combinación de ciencia y humanismo, debería establecer cuál es el puesto de la profesión médica en la mejor de las condiciones para afrontar los retos y cambios que se van a producir en la sanidad del siglo xxi, consecuencia de la creciente innovación tecnológica, los cambios en la estructura demográfica, el aumento de la prevalencia de enfermedades crónicas, la globalización de la economía, la mundialización acrítica de la información sanitaria y la necesidad de determinar prioridades, es decir, de tomar decisiones difíciles de racionamientolo. En este sentido, el mensaje de la MBA sugiere que la práctica de la medicina, al igual que el cine, no sólo debe apelar a la técnica sino también a los sentimientos. En todo caso, y como recordaba Joan Manuel Serrat recientemente: «la técnica sin corazón no sirve absolutamente para nada y el corazón sin la técnica es un absoluto desastre. ( E l País, 18 de noviembre de 1998). Evitando navegar sin rumbo entre la nada y el desastre, la MBA propone alcanzar la mejor combinación entre técnica (efectividad) y corazón (afectividad) en el cuidado de los pacientes. Agradecimiento Quisiera expresar mi agradecimiento a Salvador Jovell Bar6 por enseiiarrne los fundamentos de la medicina basada en la afectividad y a María D. Navarro Rubio, Marta Aymerich y Nuria Teira por la revisión critica de una versión previa de este manuscrito y a Antoni Parada por la provisión de la documentación necesaria. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Sonnenberg FA. Health information on the Internet: opportunities and piifalls. Arch lntern Med 1997; 157: 151-152. 2. Widman LE. Tong DA. Requests for rnedical advice frorn patients and families to health care providen who publish on the World Wide Web. 1. Arch lntern Med 1997; 157; 209-212. 3. Sikorski R, Peters R. lnternet anatomy 101: accessing inforrnation on the World Wide Web. JAMA 1997; 277: 171-172. 4. lrnpicciatore P. Pandolfini C, Casella N, Bonati M. Reliabiliiy of health information for the public on the world wide web: systematic survey of advice on rnanaging fever in children at home. Br Med J 1997; 314: 1.875-1.881. 5. Mandl KD, Kohane \S, Brandt AM. Electronic patient-physicianCornmUnication: problerns and promises. Ann lntern Med 1998; 129: 495-500. 6. Blumenthal D. The future of qualiiy rneasurement and management ln a transforming health care systern. JAMA 1997; 278: 1.622-1.625. 7. McColl A, Srnith H, White P. Field J. General practitioner's perceptions0f the route to evidence based medicine:a questionnaire suNeY. Br Med J 1998; 3 16: 361-365. 8. Emanuel EJ, Emanuel LL. Four rnodels of the physician-patientrelationship. JAMA 1992; 267: 2 221-2.226. 9. Beckrnan HE, Markakis KM, Suchrnan AL, Frankel RM. The doctor-patient relationship and rnalpractice: lessons form plaintiff depositions. " Arch lntern Med 1994; 154: 1.356-1.370. 10. Jovell AJ. Avanzando hacia una sanidad mejor. decisiones fundarnentadas en la evidencia cientifica. Anales Sist San Navarra 1997; 20: 145154. ' I l