Consejo de la Magistratura - Poder Judicial de la Nación

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Consejo de la Magistratura
RESOLUCION Nº 359/09
En
Buenos
Aires,
a
los
20
días
del
mes
de
agosto del año dos mil nueve, sesionando en la Sala de
Plenario
del
Judicial
de
Consejo
la
de
Nación
la
“Dr.
Magistratura
Lino
E.
del
Palacio”,
Poder
con
la
Presidencia del Dr. Luis María Bunge Campos, los señores
consejeros presentes, y
VISTO:
El
expediente
73/09,
caratulado
“Moran
Ana
Paula c/ Dra. Muleiro Elvira E. (Juzgado Federal N° 5 de
la Seguridad Social)”, del que
RESULTA:
I. La presentación efectuada por la Dra. Ana
Paula Morán, a efectos de formular denuncia contra la
Dra. Elvira E. Muleiro, titular del Juzgado Federal de
Primera Instancia de la Seguridad Social Nº 5, por su
actuación
iniciara
en
varios
en
su
beneficiarios,
considerado
expedientes
calidad
en
los
de
cuales
arbitrariamente
que
la
mandante
la
presentante
de
distintos
magistrada
limitar
el
habría
acceso
a
la
justicia de aquellos individuos, obstaculizando su acceso
por
estimar
no
habilitada
la
vía
judicial
por
inexistencia de resolución denegatoria expresa del órgano
administrativo (fs. 17/25).
Las causas son: “Berenstam, Carlos Adolfo c/
Anses s/ reajustes varios”, expte. 49285/08; “Borgnino,
Ricardo Agustín c/ Anses s/ reajustes varios”, expte.
20974/08; “Cordoba, Juan Carlos c/ Anses s/ reajustes
varios”, expte. 48867/08; “Freitag, Renata Ana c/ Anses
s/
reajustes
varios”,
expte.
54707/08;
“García,
José
Atilano c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 51349/08;
“Pautaos, Agustín Rafael Tobías c/ Anses s/ reajustes
varios”,
expte.
22969/08;
“Sgariglia,
Walter
Rubén
c/
Anses s/ reajustes varios”, expte. 51623/08; “Fenoglio,
Iden
Argentino
c/
Anses
s/
reajustes
varios”,
expte.
31476/08; “Leegstra, Héctor Mario c/ Anses s/ reajustes
1
varios”, expte. 31980/08; “Pantin Rivero, Manuel Raúl c/
Anses
s/
reajustes
varios”,
expte.
34075/07;
“Raffo,
Ernesto Alberto c/ Anses s/ reajustes varios”, expte.
20778/08;
“Saez,
Andrés
Manuel
c/
Anses
s/
reajustes
varios”, expte. 33896/08.
Manifiesta que ante cada nueva presentación de
demanda
de
reajuste
que
realizaba,
la
Dra.
Muleiro,
contrariando la normativa expresa invocada por esa parte
decidió, a criterio de la presentante, dictar resolución
en cada uno de los casos insistiendo arbitrariamente en
abusar del derecho con parcialidad manifiesta, vulnerando
los
principios
de
imparcialidad
y
administración
de
justicia.
En tal sentido, sostiene que primero la Sra.
Juez
comenzó
negando
el
acceso
a
la
justicia
de
los
jubilados bajo el arbitrario fundamento de considerar que
sólo con el silencio de la Administración no se puede
tener por habilitada la instancia judicial, basándose en
que
“de
la
redacción
del
nuevo
art.
12,
(de
la
que
entien[de] se refiere al art. 12 de la ley 25.344 ya que
V.S. en ningún momento lo aclara) en cuanto modifica el
art. 31 de la LNPA, establece que sólo con el ‘silencio’
de
la
administración
no
se
puede
tener
habilitada
la
instancia judicial’(causa 34075/07, 20974/08)” (fs. 18).
Agrega que luego, en casos posteriores bajo la
luz
de
un
“nuevo
criterio”
“falto
de
argumentación
jurídica” –a criterio de la presentante- dispuso que “las
resoluciones
de
la
Administración
Nacional
de
la
Seguridad Social podrán ser impugnadas ante los Juzgados
Federales de Primera Instancia de la Seguridad Social de
la Capital Federal, y ante los juzgados federales con
asiento en las provincias, dentro del plazo de caducidad
previsto en el artículo 25, inc. a) de la Ley 19.549,
mediante
49285/08,
51623/08,
demanda
de
48867/08,
31476/08,
conocimiento
54707/08,
31980/08,
pleno…’
51349/08,
20778/08,
(causas
22969/08,
33896/08)”,
es
decir, dentro de los 90 días hábiles judiciales, contados
desde su notificación (art. 25, inc. a) ley 19.549).
2
Consejo de la Magistratura
Destaca
que
lo
que
sus
mandantes
intentan
impugnar mediante demanda de pleno conocimiento, sería la
denegatoria tácita configurada por cumplimiento de los
requisitos exigidos por el art. 10 de la LNPA al reclamo
de reajuste de haberes, con lo cual el plazo de 90 días
hábiles judiciales debería contarse desde el vencimiento
al plazo de pronto despacho, interpuesto para configurar
el silencio administrativo, pero nunca a partir de la
resolución que otorga el beneficio jubilatorio.
Asimismo,
dispone
que
“la
indica
demanda
que
el
podrá
art.
26
iniciarse
de
en
la
LNPA
cualquier
momento cuando el acto adquiera carácter definitivo por
haber transcurrido los plazos previstos en el art. 10 y
sin
perjuicio
de
lo
que
corresponda
en
materia
de
prescripción” (fs. 18 vta.). Sostiene que la Dra. Elvira
Muleiro, habría rechazado in limine la acción de cada
parte, basándose para ello en el art. 2 de la ley 24.655
que para las causas enunciadas en el art. 15 de la ley
24.463 remite el plazo de caducidad previsto en el art.
25 inc. a) de la ley.
Expresa
que
en
cada
uno
de
los
mencionados
casos la instancia administrativa se encontraría agotada
de conformidad con la normativa invocada por la parte
actora (art. 10 Ley 19.549) ya que el silencio de la
administración contemplado por la LNPA es a favor de los
administrados. Refiere que cada uno de los titulares de
las
causas
enunciadas
cumplirían
con
los
requisitos
exigidos por la ley para la configuración del silencio
administrativo y cabría decir que el silencio sería un
puro hecho al que la ley le reconoce ciertos efectos
jurídicos
y
como
ser
el
carácter
denegatorio
(fs.
19
que
se
vta.).
Menciona
que,
los
requisitos
para
configure el silencio de la administración se encuentran
contemplados en la LNPA y ellos son: a) el transcurso del
plazo
establecido
de
60
días
otorgados
para
el
pronunciamiento de la administración, b) la denuncia de
la
mora
pronto
administrativa,
despacho
y
c)
esto
el
es,
la
presentación
cumplimento
del
del
plazo
3
complementario
de
los
30
días.
Estos
requisitos
se
habrían cumplido en cada uno de los casos mencionados
(fs. 20 vta.).
Indica
que,
la
Dra.
Muleiro
habría
decidido
arbitrariamente denegarles el acceso a la justicia por
carecer de resolución denegatoria expresa a su reclamo.
Asimismo, expresa que sería la única jueza de todo el
fuero que utilizaría un criterio tan ambiguo e imparcial
para tener por habilitada o no la instancia judicial (fs.
21 vta.).
Concretamente
supuesta
comisión
de
le
imputa
los
delitos
a
la
de
magistrada
prevaricato,
la
mal
desempeño, denegación y retardo de justicia.
En
conclusión,
establecido
por
la
sostiene
Dra.
que
Muleiro
la
el
criterio
cual
habría
considerado que la instancia judicial no se encontraba
habilitada
por
la
configuración
del
silencio
de
la
administración distaría de la realidad. Pone de resalto
que la Excma. Sala I, el 31 de octubre de 2008, revocó el
fallo
dictado
por
la
denunciada
en
autos
“Borgnino,
Ricardo Agustín c/ ANSES s/Reajustes Varios” ordenando
tener
por
habilitada
configuración
del
la
instancia
silencio
de
la
judicial
por
administración.
Asimismo, la Sala II, el 28 de noviembre de 2008, también
revocó
otra
resolución
de
la
magistrada
por
el
mismo
hecho.
II. En oportunidad de dar cumplimiento con lo
establecido en el art. 11 del Reglamento de la Comisión
de Disciplina y Acusación, el 27 de mayo de 2009, la
magistrada denunciada efectúa diversas apreciaciones en
los términos de la reglamentación aplicable respecto de
la denuncia impetrada en su contra por la Dra. Ana Paula
Moran (fs. 30/36).
En tal sentido, considera que el escrito de
acusación
contiene
argumentos
más
altisonantes
que
sólidos, los cuales pretenden demostrar que el criterio
adoptado con relación a
los recaudos de admisibilidad de
la acción contencioso-administrativa regulada por el art.
15 de la ley 24.463 resultan desacertados a la luz del
4
Consejo de la Magistratura
derecho vigente. Sobre la base de estas declaraciones,
que a criterio de la magistrada, debieron ser albergadas
en
un
escrito
configuradas
de
apelación,
las
la
causales
denunciante
considera
constitucionales
de
mal
desempeño y de delito en ejercicio de las funciones, por
la presunta comisión de la miríada de delitos que se
enumeran en forma desaprensiva (fs. 30).
Señala los motivos por los cuales la denuncia
resulta inadmisible desde la perspectiva de la doctrina
que,
en
materia
de
responsabilidad
judicial
por
el
contenido de las sentencias, surge de los dictámenes de
la Comisión de Disciplina y Acusación de este Consejo de
la Magistratura; doctrina y jurisprudencia que delimitan
un ámbito en el cual las decisiones adoptadas por los
magistrados
resultan
ajenas
a
la
competencia
de
los
órganos de enjuiciamiento político, por elemental respeto
a la independencia judicial y al principio republicano de
la división de poderes (fs. 31).
Sostiene que la denunciante no puede ignorar
que la promoción de ésta clase de juicios resulta, de
algún modo, incompatible con la utilización de la figura
del silencio administrativo como denegatoria tácita del
reclamo.
Mencionó
que
aquél
conducto
procesal
ésta
diseñado por el art. 28 de la ley 19.459 para lograr un
pronunciamiento
dictado
expreso
agota
determina
el
expresamente
la
del
instancia
art.
15
dispone
de
que
ente
de
la
provisional,
conformidad
24.463,
para
la
cuyo
como
artículo
habilitación
lo
que
de
instancia no será necesaria la interposición de recurso
alguno en sede administrativa (fs. 33).
Destaca que en
el escrito presentado por la
denunciante se observa cierta inconsistencia conceptual,
por cuanto se le atribuye una ignorancia manifiesta del
derecho
aplicable
a
la
adopción
del
resultado
de
un
supuestos
de
naturaleza
excluyen
criterio
proceso
recíprocamente,
vez
de
que
se
considera
resolución
intelectivo.
razón
por
constituyo
Se
completamente
la
que
trata
el
de
dos
que
se
ambos
no
diversa
cual
la
5
pueden lógicamente concurrir en el presente caso (fs.
34).
Asimismo,
refiere
que
en
cuanto
a
la
ignorancia del derecho que se pretende derivar, indica
que éste no puede extraerse de las decisiones que motivan
la denuncia, salvo que se tome como exclusivo parámetro
de
corrección
superior;
a
los
pero
la
pronunciamientos
utilización
de
de
la
instancia
este
carril
interpretativo llevaría al absurdo de considerar “error
judicial” a toda decisión revocada, más allá del grado de
fundabilidad jurídica que aquélla posea.
Pone
de
resalto,
que
en
el
escrito
de
la
denuncia no se demuestra ni la incorrección jurídica de
la sentencia, por cuanto se ensaya una mera discrepancia
de criterios jurídicos, ni se indican hechos o razones
que permitan inferir una cierta intencionalidad de dictar
resoluciones
resolución
injustas.
contraria
a
Expresa
los
que
el
intereses
dictado
de
la
de
parte
una
no
tipifica en las figuras penales descriptas en el art. 273
del Código Penal, por cuanto no se alegó ni probó que las
resoluciones
se
hayan
dictado
fuera
de
los
plazos
legales, tampoco fallar bajo el pretexto de obscuridad,
insuficiencia o silencio de la ley (fs. 35).
Finalmente, señala que la acusación planteada
no resulta más que el producto de la disconformidad de la
denunciante
y
ofrece
a
los
efectos
de
probar
el
funcionamiento del juzgado a su cargo se inspeccione el
mismo, tanto en lo referente al estado de las causas en
trámite como de los tiempos para dictar sentencia (fs.
36).
CONSIDERANDO:
1°) Que las
facultades
disciplinarias del
Consejo de la Magistratura, al igual que antes las de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, se limitan a lo
estrictamente
administrativo;
directa
indirectamente,
o
jurisdiccional.
disciplinarias
6
En
otros
apuntan
a
no
puede
inmiscuirse,
la
competencia
en
términos,
que
el
las
Consejo
sanciones
de
la
Consejo de la Magistratura
Magistratura
logre
disciplina
en
el
cumplimiento
de
reglas ordenatorias para la administración del universo
de
conflictos,
no
para
la
decisión
un
ni,
determinada
línea a los actos procesales (Kemelmajer de
Aída,
“El
Poder
para
conflicto
determinado
Carlucci,
consecuentemente,
de
Judicial
imprimir
en
la
una
Reforma
Constitucional”, página 49).
Así, se ha entendido que existe responsabilidad
administrativa cuando media inobservancia de los deberes
inherentes a la calidad de magistrado, ejercicio impropio
de las funciones judiciales, descuido voluntario, falta
de asiduidad en el cumplimiento de esas funciones o actos
que
perjudiquen
el
“responsabilidad
disciplinaria”
servicio
público.
administrativa”
son
sinónimos
y
De
modo
que
“responsabilidad
(Marienhoff,
“Tratado
de
Derecho Administrativo”, Tomo III, página 369, Abeledo
Perrot, 1994).
Que sobre esas bases, el artículo 14 de la ley
24.937
y
su
correctiva
24.939
–cfr.
modif.
según
ley
26.080-, prevé expresamente los supuestos que constituyen
faltas disciplinarias y que, por ello, dan
responsabilidad
de
esa
índole
de
los
lugar a la
magistrados
del
Poder Judicial de la Nación.
Que,
por
su
parte,
el
art.
53
de
la
Constitución Nacional prevé las causales que constituyen
mal desempeño y, como consecuencia, ameritan la remoción
de
los
jueces
del
Poder
Judicial
de
la
Nación,
estableciendo el art. 114 de la Carta Magna, dentro de
las atribuciones de este Consejo de la Magistratura la de
decidir la apertura de dicho procedimiento de remoción
cuando los hechos denunciados fueran los previstos en el
referido art. 53 (cfr. ley 24.937 y modificatorias).
2°)
Que,
en
el
presente,
se
cuestiona
la
actuación de la Dra. Elvira Muleiro, titular del Juzgado
Federal de la Seguridad Social N°5, en diversas causas
por en las cuales la denunciante actúa como mandante de
los actores contra la A.N.Se.S. en procesos de reajuste
por movilidad, por considerar que la magistrada habría
incurrido
en
prevaricato,
denegación
y
retardo
de
7
justicia, al limitar “arbitrariamente” y obstaculizar el
acceso
a
la
justicia
de
los
actores,
considerando
no
habilitada la vía judicial por inexistencia de resolución
denegatoria expresa del órgano administrativo.
3°)
Que
disconformidad
si
de
la
bien
resulta
denunciante
evidente
con
el
la
criterio
sustentado por la magistrada en las causas referenciadas,
hechos
que,
por
tratarse
de
cuestiones
de
carácter
estrictamente jurisdiccional, escaparían al análisis de
este
cuerpo
por
no
constituir
ésta
la
vía
idónea
al
efecto, atento las manifestaciones efectuadas por la Dra.
Morán en orden al supuesto mal desempeño de funciones por
parte de la Dra. Muleiro, corresponde formular algunas
consideraciones.
En tal sentido, debe señalarse que, tal como la
magistrada lo expresara en oportunidad de presentar su
descargo
conforme
lo
dispuesto
por
el
art.
11
del
Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación, este
Consejo,
ha
sostenido
reiteradamente
que,
las
meras
discrepancias con los criterios adoptados por los jueces
no resultan suficientes para sostener o justificar un
proceso
sancionatorio
magistrados.
Por
ende,
y
menos
la
el
misión
de
de
remoción
este
cuerpo
de
no
consiste en determinar si el criterio adoptado por los
tribunales resulta el más acertado o apropiado para la
resolución de los conflictos, puesto que de otro modo se
convertiría
en
un
órgano
de
casación
política
de
los
criterios judiciales.
En tal sentido debe tenerse
principio
de
independencia
jurisdiccional
es
de
tal
en
presente que el
cuanto
importancia
a
que
la
labor
habrá
de
resguardárselo celosamente en relación a todo aquello que
pueda limitarlo o eliminarlo (conf. Adolfo Gelsi Bidart,
“Independencia Judicial y Poder Disciplinario”, en E.D.
109, páginas 854/855).
En
tales
condiciones,
debe
procurarse
evitar
que se utilice la solicitud de sanciones disciplinarias o
incluso la amenaza de juicio político, como herramientas
para
8
condicionar
el
ejercicio
independiente
de
la
Consejo de la Magistratura
magistratura, lo cual constituye un avance indebido sobre
las
atribuciones
constitucionales
de
los
órganos
judiciales. Consecuentemente, cuando la conducta que se
pretende
cuestionar
es
el
pronunciamiento
de
un
magistrado en el marco de un proceso, la cuestión plantea
un límite concreto: las sentencias judiciales son actos
jurídicos
producto
de
la
actividad
jurisdiccional, cuya validez sólo
de
un
órgano
puede ser cuestionada,
en su caso, ante un órgano del mismo ámbito, sin que sean
susceptibles de revisión en un juicio que es político
(Conf. Bidart Campos, Germán, “El Derecho Constitucional
del Poder”, Ediar, Buenos Aires, 1967, T. II, página 245,
n° 871).
Es
dable
aplicación
destacar
que,
lo
atinente
a
la
e interpretación de normas jurídicas en un
caso concreto es resorte exclusivo del juez de la causa
sin perjuicio de los recursos que la ley procesal concede
a
las
partes
para
subsanar
errores
o
vicios
en
el
procedimiento o para obtener reparación a los agravios
que
los
pronunciamientos
ocasionarles.
No
enjuiciamiento,
del
cabe,
intentar
magistrado
pues,
un
por
la
cercenamiento
pudieran
vía
de
la
del
plena
libertad de deliberación y decisión de que deben gozar
los jueces en los casos sometidos a su conocimiento, ya
que admitir tal proceder
significaría atentar contra el
principio de independencia del Poder Judicial que es uno
de
los
pilares
básicos
de
nuestra
organización
institucional.
En el marco descripto, forzoso es colegir que
las
imputaciones
importan
efectuadas
por
la
conductas que pudieren
disciplinaria.
En
efecto,
lo
denunciante
no
tipificar una falta
que
en
definitiva
se
cuestiona es el criterio tenido en mira por la magistrada
para decidir del modo en que lo hizo, vale decir, su
específica
sometido
y
facultad
de
juzgar
el
asunto
teniendo
en
cuenta
a su consideración.
4°)
tales
privativa
Que
en
circunstancias,
consecuencia,
las
que
restan
fundamento
a
la
denuncia que nos ocupa, y de las que surge palmariamente
9
la
disconformidad
de
la
denunciante
con
resoluciones
dictadas por la Dra. Elvira Muleiro, titular del Juzgado
Federal de la Seguridad Social N°5, que han resultado
contrarias
a
postular
la
sus
intereses,
se
desestimación
impone
de
el
la
criterio
presente
de
por
improcedente.
5°)
Que
no
obstante
ello,
y
a
mayor
abundamiento cabe destacar que, es cierto que los jueces
pueden
equivocarse ya que en definitiva, se trata de una
justicia humana. Pero para ello los Códigos Procesales
establecen
remedios.
Por
otra
parte,
tampoco
hay
que
olvidar que en muchas ocasiones la ley es susceptible de
diversas
interpretaciones
destacar
es
que,
en
pero
lo
definitiva,
que
aquí
cualquiera
interesa
sea
la
interpretación, aún la menos aceptable para el común de
la gente, ella no puede justificar la aplicación de una
sanción pues resulta evidente que en el caso concreto lo
que está en juego es la evidente disconformidad de la
denunciante con el criterio sustentado.
En
ese
sentido
sostiene
Parry
que
“nuestra
organización judiciaria, humana y previsora, reposa sobre
la base del posible error judicial”, y a ello obedecen
los recursos que consagra la ley contra las decisiones
que
se
estiman equivocadas
por las partes (…); el
error no puede incriminarse porque es independiente de la
voluntad humana”, y por ello “la sociedad y la ley no
podrán
exigir
Disciplinarias
un
del
juez
Poder
infalible”
Judicial”,
(“Facultades
Editorial
Jurídica
Argentina, Buenos Aires, 1939, página 337 y siguientes).
Resulta
oportuno
recordar
que
la
tarea
de
juzgar no se encuentra exenta de la posibilidad de error
y negar esa hipótesis sería apartarse de la realidad. Con
acierto se ha señalado que si cada juez se hallase sujeto
al temor de responder patrimonialmente por la más mínima
equivocación,
sólo
un
mendigo
o
un
tonto
aceptaría
desempeñar ese cargo (“Miller v. Hope”, House of. Lords,
April I, 1824).
La
necesaria
serenidad
que
debe
presidir
el
proceso de juzgamiento se vería seriamente resentida si
10
Consejo de la Magistratura
el
magistrado
o
funcionario
debiera
temer
por
las
represalias que, en forma de juicios de responsabilidad o
de denuncias, pudieran adoptar quienes están disconformes
con el fallo, aunque en él hubiese efectivos desaciertos.
Así
lo
entendió
desde
antiguo
la
Suprema
Corte
de
Estados Unidos de Norteamérica, al señalar con agudeza
que: “es un principio general de fundamental importancia
de toda administración de justicia que un funcionario
judicial, cuando ejerce las facultades que le han sido
conferidas, tenga libertad para actuar de acuerdo con sus
propias convicciones, sin miedo a sufrir consecuencias
personales.
La
responsabilidad
que
lo
exponga
a
responder ante cada persona que pueda sentirse agraviada
por una de sus acciones, resultaría incompatible con el
ejercicio de su libertad, y destruiría la independencia
sin la cual ningún poder judicial puede ser respetable o
útil”. Dijo también que “(…) La desilusión
una decisión
provocada por
adversa, frecuentemente da rienda suelta a
imputaciones de este tipo y -dada la imperfección de la
naturaleza humana- esto difícilmente constituya un caso
excepcional” (“Bradley
v. Fischer” 80 U.S. (13 Wall)
335-1871).
Así,
el
delicado
equilibrio
que
supone
verificar la regularidad del desempeño de un magistrado
frente
a
la
innegable
posibilidad
de
error
en
el
ejercicio de su labor jurisdiccional exige actuar con
máxima
prudencia
desaciertos
y
al
la
valorar
atribución
la
de
proyección
de
tales
intencionalidad
en
su
comisión. Se ha dicho que “siempre puede denunciarse que
existen
motivos
investigarse
expuestos
a
erróneos
las
o
corruptos,
motivaciones,
demandas
los
angustiantes,
y
si
pudieran
jueces
existan
o
estarían
no
esas
motivaciones” (“Bradley v.Fischer, cit supra).
En
alguna
de
conclusión,
las
aún
actuaciones
cuando
conforme
resultara
se
menciona
errónea
en
la
denuncia, lo que no se verifica en la especie, ello no
constituiría un obstáculo para desestimar sin más trámite
la misma.
11
6°) Que, por lo expuesto precedentemente, se
advierte con claridad que en las presentes actuaciones no
se verifican conductas que pudieran constituir faltas de
carácter
disciplinario
en
los
términos
del
art.
14,
apartado a) de la ley 24.937 y sus modificatorias, como
tampoco hechos que alcanzaran a implicar supuesto alguno
que
constituya
establecido
Nacional.
En
en
causal
el
de
artículo
consecuencia,
remoción,
53
de
conforme
la
corresponde
lo
Constitución
desestimar
las
presentes actuaciones en los términos del artículo 19,
inc. a) del Reglamento de la Comisión de Disciplina y
Acusación
7°) Que ha tomado intervención la Comisión de
Disciplina y Acusación, mediante dictamen 197/09.
Por ello,
SE RESUELVE:
1°) Desestimar la denuncia formulada contra la
Dra. Elvira E. Muleiro, titular del Juzgado Federal N° 5
de la Seguridad Social.
2°) Notificar a la denunciante, a la magistrada
denunciada y archivar las actuaciones.
Regístrese.
Firmado por ante mí, que doy fe.
Fdo: Luis Maria R. M. Bunge Campos - Hernán Luís Ordiales
(Secretario General)
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