Alucinosis alcohólica aguda femenina. A propósito de un caso

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NOTAS CLÍNICAS
Alucinosis alcohólica aguda femenina.
A propósito de un caso
M.J. Muñoz y A.M. Castellanos
Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario Virgen de Valme. Sevilla.
La alucinosis alcohólica se ha definido clásicamente
como una psicosis exógena, debida a la ingesta
crónica de alcohol, que cursa con la sintomatología
propia de las psicosis endógenas y cuyo pronóstico es
generalmente bueno, siempre que se mantenga la
abstinencia etílica. En los últimos años la bibliografía
centrada en esta entidad ha sido escasa. En el caso de
la mujer, la clandestinidad en el consumo abusivo
de alcohol puede demorar su correcto diagnóstico
clínico y abordaje terapéutico.
Se presenta el caso de una paciente de 30 años de
edad ingresada en dos ocasiones en el servicio de
psiquiatría de un hospital general por presentar
sintomatología alucinatoria-delirante aguda, que fue
calificada inicialmente como “trastorno psicótico
agudo y transitorio”. La presentación clínica sugería
un cuadro típico de alucinosis alcohólica aguda. Una
exploración detallada de sus antecedentes personales
reveló la existencia de un patrón de consumo abusivo
de alcohol en solitario.
Female acute alcoholic hallucinosis.
A case report
Palabras clave:
Alucinosis. Alcohol. Mujer.
Key words:
Hallucinosis. Alcohol. Woman.
INTRODUCCIÓN
Fue Wernicke quien propuso el término “alucinosis de
los bebedores” para denominar una psicosis alucinatoria
desencadenada por la ingestión crónica de alcohol, que
puede presentarse de forma aguda o crónica1. Kraepelin,
en su descripción original de la alucinosis alcohólica,
distinguía una forma aguda, de unos días a unas semanas de duración, y una forma subaguda, de hasta 2 o
3 meses. En su concepción ambas formas eran debidas
Correspondencia: Dr. MJ. Muñoz-Molero.
Servicio de Psiquiatría.
Hospital Universitario Virgen de Valme.
Crta. de Cádiz, km 548. 41014 Sevilla.
Alcoholic hallucinosis has been classically defined
as an exogenous psychosis due to the chronic
ingestion of alcohol that presents with the typical
symptomatology of endogenous psychoses. The
prognosis is generally good, provided that the patient
abstains from alcohol consumption. In the last few
years, little has been published on this entity. In
women, secrecy surrounding excessive alcohol
consumption may delay the correct clinical diagnosis
and therapeutic management.
We present the case of a 30-year-old woman who
was twice admitted to the Department of Psychiatry
with acute hallucinatory-delirious symptomatology.
The initial diagnosis was “acute and transient
psychotic disorder”. The clinical presentation
suggested a typical acute alcoholic hallucinosis.
Detailed investigation of the patient’s history
revealed a pattern of excessive solitary alcohol
consumption.
al efecto del tóxico, quedaban así adscritas a las psicosis
tóxicas y separadas de la demencia precoz. Tanto
Bonhöffer como Meyer siguieron el punto de vista kraepeliniano. Más tarde, Bleuler incluyó en la esquizofrenia la mayor parte de las alucinosis alcohólicas, sobre
todo si la duración del proceso se prolongaba. Wolfensberger, en una posición intermedia, consideró esta entidad como el resultado de la acción tóxica del alcohol sobre una personalidad fuertemente “esquizoide”, por lo
que el alcohol no haría más que poner en marcha “mecanismos esquizofrénicos” preexistentes en el sujeto2.
En las clasificaciones internacionales más difundidas
en la actualidad3,4 la alucinosis alcohólica queda incluida en el epígrafe de Trastorno Psicótico inducido por alcohol, con predominio de las alucinaciones.
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Muñoz MJ, et al. Alucinosis alcohólica aguda femenina. A propósito de un caso
CASO CLÍNICO
Se presenta el caso de una mujer de 30 años de edad ingresada en el Servicio de Psiquiatría del Hospital de Valme de
Sevilla. Casada, con tres hijos de corta edad. Ama de casa, de
nivel sociocultural muy bajo. Su madre, fallecida hace años
por neoplasia ovárica, padeció trastornos afectivos no filiados,
y su padre y abuelo paterno, alcoholdependencia. Durante la
enfermedad materna abandona la escolarización y se hace responsable del cuidado de varios hermanos menores. Tras casarse, gestante del primer hijo, traslada su residencia a una ciudad
distante de su lugar de origen. Sus antecedentes somáticos no
son relevantes. No constan antecedentes psiquiátricos. Personalidad premórbida con predominio de rasgos por dependencia
y escasa capacidad de afrontamiento.
En el año previo presenta de forma aguda un síndrome alucinatorio-delirante que motiva un primer ingreso hospitalario
psiquiátrico de 10 días de duración. Se recogen en su historia
clínica fenómenos alucinatorios auditivos de contenido insultante, ideas delirantes de contenido autorreferencial y de perjuicio, distimia de miedo y ansiosa, aislamiento sociofamiliar,
disminución del apetito e insomnio. Niega el consumo de tóxicos. Como posibles desencadenantes se registra el fallecimiento de un familiar, al que se sentía muy unida, unos meses antes, y un cambio en el trabajo del marido, que le obliga a estar
todo el día fuera del domicilio. Se prescribe haloperidol (3,5
mg/día) y biperideno (4 mg/día). En varios días se encuentra
asintomática, no detectándose síntomas psicóticos ni afectivos.
Se le diagnostica “trastorno psicótico agudo y transitorio”.
Durante unos meses se mantiene asintomática y sin seguir
tratamiento psicofarmacológico. Ingresa nuevamente en este
servicio de psiquiatría presentando una sintomatología idéntica a la ya referida. A la exploración psicopatológica está lúcida y orientada, sin alteraciones en funciones superiores. Muestra un discurso coherente y taquipsiquia discreta. Presenta fenómenos ilusorios y alucinatorios en esfera auditiva poco
diferenciados (siseos y silbidos) y en forma de voces de contenido acusador e insultante, localizados exclusivamente en espacio exterior: “me silban, se meten conmigo, dicen que soy
una puta y mi marido un cabrón, que mis hijos no son de
mi marido... que van a por mí. Lo dicen cuando pasan bajo mi
ventana... he mirado pero no los he visto”. Expresa ideación
de contenido autorreferencial, persecutorio y de perjuicio, deliroide, de carácter interpretativo, centrada en su vecindario:
“en todo el pueblo la gente sabe lo que pasa, se han corrido rumores... en la tienda me señalaron y se rieron, estaban hablando de mí. Temo que me peguen si salgo”. De forma reactiva
presenta distimia pánica e ideas de suicidio: “ya no lo soporto
más, he pensado en matarme para que acabe esta pesadilla”,
así como incontinencia emocional, inquietud psicomotriz, anorexia, insomnio, abandono de tareas habituales y retraimiento
social. No se evidencian trastornos en la vivencia del yo. Niega consumo de alcohol y de otros tóxicos. No hay conciencia
de trastorno psíquico. La exploración somática y neurológica
no revelan hallazgos significativos, salvo un temblor fino distal. Las pruebas complementarias (hemograma y bioquímica)
tampoco demuestran alteraciones de interés.
Se pauta tratamiento sintomático con haloperidol
(5 mg/día), diazepam (30 mg/día), biperideno y zolpidem como hipnoinductor. En sucesivas entrevistas se vuelve a explorar el posible consumo de alcohol en la paciente ante la sospe-
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cha clínica de alucinosis alcohólica, sustentada en los datos referidos de la historia transversal y longitudinal. Refiere, finalmente, que desde hace al menos un año consume diariamente,
y de forma encubierta, un mínimo de 2 l de cerveza y vino en
cuantía no determinada, que relaciona con su situación vital de
soledad y desarraigo.
Se añade al tratamiento prescrito pauta de vitaminoterapia.
Evoluciona hacia la completa desaparición de la psicopatología que motivó el ingreso en aproximadamente una semana,
manteniendo sólo un ligero temblor fino distal.
DISCUSIÓN
El consumo abusivo de alcohol en la mujer suele llevarse a cabo en la clandestinidad. En los últimos años se
asiste a un incremento en su prevalencia entre amas de
casa que permanecen solas gran parte del día5. El abuso
etílico en las mujeres se inicia entre los 28 y los
39 años, de 4 a 8 años más tarde que en los varones. Los
antecedentes familiares de alcoholismo, fundamentalmente en el padre, el índice de privación afectiva infantil por pérdida precoz de un progenitor y una mayor vulnerabilidad fisiológica y psiquiátrica, son más frecuentes entre las mujeres que entre los varones alcohólicos6,
así como su relación con acontecimientos vitales de estrés6,7. El consumo diario de alcohol de la paciente, al
menos 80 g/día, se considera elevado8. El patrón de consumo, inicialmente negado por ella y desconocido por
su entorno, retrasó el correcto diagnóstico. Por otra parte, la presentación clínica de la alucinosis alcohólica
aguda es típica, según se demuestra en la bibliografía1,9-12.
En un estado claro de conciencia, aunque puede existir
de forma ocasional ligera obnubilación, aparecen trastornos sensoperceptivos en esfera auditiva en forma de
fenómenos ilusorios y alucinatorios, desde los más simples (ruidos, silbidos, etc.) hasta la percepción de voces
que insultan o acusan al paciente de faltas reales o imaginarias. De forma secundaria se genera un sistema de
ideas deliroides de persecución, generalmente poco estructurado. El estado afectivo fundamental es la angustia, el temor persecutorio, el pánico reactivo. La conducta oscila entre la huida pánica, que puede culminar en el
suicidio, y la defensa activa. Hay repercusiones en las
tareas habituales, el ritmo de sueño, la ingesta alimentaria, el contacto social, etc. El diagnóstico diferencial se
establece fundamentalmente con el delirium tremens y
la esquizofrenia paranoide. Los trastornos en el nivel de
conciencia, el predominio de alucinaciones visuales y el
cortejo vegetativo caracterizan al primero1. La presencia
de trastornos en la vivencia del yo parecen ser los síntomas más discriminadores respecto a la esquizofrenia paranoide 9 , así como el curso y la respuesta al
tratamiento2. La historia psiquiátrica familiar también
puede tener valor diagnóstico. En cuanto al tratamiento,
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Muñoz MJ, et al. Alucinosis alcohólica aguda femenina. A propósito de un caso
son de primera elección los antipsicóticos1,9,11. Los síntomas desaparecen generalmente en pocos días o semanas2,9,13. El pronóstico es bueno, siempre que se mantenga la abstinencia; en caso contrario, el riesgo de recurrencia es alto 11. En el caso presentado, la paciente
mantuvo el consumo etílico tras el primer episodio de
alucinosis, por lo que tras estar varios meses asintomática se produjo una recaída sintomatológica que precisó
un segundo ingreso hospitalario.
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