SE HA PLANTEADO LA CUESTIÓN POLÍTICA P. Alejandro Lerroux

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iHedacción y Administración Calle de J/arra, 8. Madrid..
Diario.independiente de Ja noche fundado por D. Nicoláis M.Urgoití eMLl920
voz
^ PreciotilO éüntimos Año XVI. Núm. 4.465. Viernes 3 mayo 1935.
SE HA PLANTEADO LA CUESTIÓN POLÍTICA
P. Alejandro Lerroux presenta la dimisión
c o l e c t i v a del Gobierno
'S/^^^^^^AW<^i^i^^^^i^^^i^ii^^^í^iWiWa^^^»»¡l!iai!Jli<<^^^AAAAi^^<i^
El Presidente de la República, partidario de
que la crisis en todo caso t e n g a carácter
parlamentario, invita al jefe del Gobierno
\
a que reflexione
El Sr. L e r r o u x difo q u e volvería a Palacio p a r a d a r
u n a c o n t e s t a c i ó n a Su Excelencia
A las diez y cuarto de la mañana llegó a la Presidencia el jefe del Gobierno, y momentos después recibía la visita del ministro de la Gobernación.
Poco antes de las once salía el
Sr. Pórtela Valladares de la
Presidencia, y dijo a los periodistas :
—He venido a dar cuenta al
presidente del estado del orden
público y de otros asuntos. Ahora, dentro de poco, irá a Palacio.
Yo me voy al entierro del agente
de Policía Sr. Pelegrín.
HELEN
VINSON
Un Ótelo
Enfurecido p o r los c e l o s
Apalea cruelmente a su mujer en presencia dfe sus hijos:
MALAGA 3 (3,S0 t.).—En el pueblo de Humilladero, Elias
Vuentes Fernándes, en un arrebato de celos, apaleó ferozmente
a su esposa, Carmen Buig Doblas, dejándola en tierra y bañada
en sangre. Después sacó una pistola; pero desistió de dispararla creyendo que había matado a su mujer, y se marchó de la
casa/ no sin antes golpear en la cabeza a Carmen con la culata
del arma. El heclio ocurrió ante los dos hijos del matrimonio,
que, abrazándose a las piernas de Elias, le pedían llorando que
Jio matara a su madre. Al salir a la calle, Elias se cruzó con su
suegro, Francisco Ruiz, al que dijo: "Vaya a casa. He matado a
su hija".
Carmen fué curada por el médico del pueblo de heridas gra^
visimas y llevada luego al hospital de Antequera. La Guardia
Civil detiivo al agresor. (Febus.)
Literatura
EPÍSTOLA MISCELÁNEA
El declive de la novela en la diJección del público se substituye
con el" auge de la poesía. Espero
que usted comparta mi alborozo.
La poesía ya no se encierra exclusivamente en el círculo vicioso de
'la "élite": discurre también bajo
el sol libre e higfiénico.de la calle.
El transeúnte,' atrafagado por la
Urgencia, se detiene ante el libro
de poesía y lo hace suyo mediante
Una transacción módica. ¡.Ahí es
Hada! ¡Leer, y sobre todo comprar, libros de versos! Pues así es.
El mecenazgo del público—en mi
opinión, el único mecenazgo legítimo, no vejatorio — asiste a los
poetas. Sin incurrir en la candidez
<ie ilusionarme excesivame n t e ,
acudo a un ejemplo harto significativo: Espasa-Calpe nos ofrece
en estos días la quinta edición del
"Romancero gitano", de Loroa.
Recuerde usted,. a propósito de
la poesía, el nombre y la obra de
Feliciano Rolan. Otro espléndido
poeta. Su libro —• "De mar a
mar"—es también de los que no
prescriben. Ignacio de Noreña reune ahora en un folleto, como homenaje postumo, los breves estudios y algunas de las adhesiones
que se leyeron en la velada a la
msmoria de Rolan que celebró el
Lycóum Club Femenino. No deje
Usted de hojear y ojear estas páginas, donde se insertan im retrato y un autógrafo facsímil del joven lírico gallego. Y guste usted
«obre todo, las sales marinas de
8u poema. Es justicia que se le
debs.
Perdone usted el violento tránBito, de Norte a Sur, que le impongo. Mas luego de paladear '.as
ráfagas salobres de los mares gallegos, también puede gustarse la
salsedumbre de un colmado andaluz. Ni usted ni yo somos devotos
dsl "cante". No nos enerva, sino
que nos crispa, la gracia autóctona del "jipío". Pero el verdadero
"cante" tal vez se oculte en el to-
no patético inicial, que es hondura
legitima, y no en las estridencias
y desgarros con que se enjuaga y
conjuga el virtuosismo heterodoxo
de las laringes "jondas". Y en último término, el poeta no se inmoviliza hieráticamente con la
"mala uva" del "cantaor", ni desparrama "tientos" jacarando s o s
de "tocaor" perlático. Porque un
lírico puede salirse por peteneras
sin que su fuga se dipute fuga de
vocales ni salida de tono. Así, por
ejemplo, Alvaro Arauz, en "Voz y
cuerda", escancia el. oro líquido
de unas soleares, soleariyas, sevillanas, serranas y alegrías, sin
tambalearse ni desequilibrarse. Su
"cantaora" de Jerez ("menta en
volantes liada,—eco del Guadalquivir") nos solivianta con sus hechizos: con su boca, "volcán de
azúcar caliente", y con ese garbo
que le despierta los "percales".
En el nuevo libro de Arauz—^suma
y sigue de las "33 canciones" precedentes—, lo donairoso se complica con lo marchoso. Es menester que el juvenil autor depure su
estilo.
¿Teatro para leer? He aquí dos
volúmenes de teatro para leer, pero no irrepresentable: "Rodríguez", de Isaac Pacheco, y "El
mundo sin deseo y otros dramas",
de Francisco Navarro. íile reduzco a recomendar a usted su lectura. El enjuiciar estos propósitos
escénicos cae fuera de mi órbita.
Un nuevo escritor—Daniel Tapia Bolívar — se sirve aportarnos
el fruto en agraz, verdaderamente
gustoso, de sus primeros afanes:
"Ha llovido un dedito", colección
de crónicas incipientes, donde se
acusa sin novelerías un esoí'itor
novel. Como señaló sagazmente
Cañedo, Tapia Bolívar, que escribe
en prosa, asume una actitud poética. En esto constituye la antítesis de su padre, escritor satírico,
que al escribir en verso adopta
deliberadamente una tesitura ¡pro-
TODO APLAZADO H A S T A
LAS TRES Y CUARTO
A las ontíe y cuarto de la mañana llegó a la Presidencia, par a entrevistarse con el Sr. Lerroux, el ministro de Comunicaciones, Sr. Jalón,
A las once y media, el secretario particular del jefe del Gobiersaica. Las crónicas de Tapia Bolívar no se disminuyen en sus diminutivos burlones — "Ha llovido
un dedito", "Un viajecito a Rusia"—, antípodas de los del padre
Laburu.
Al conjuro del nombre de DíezCanedo, que cité anteriormente,
surge otro nombre: el de su ñamante revista "Tierra firme". La
revista de Díez-Canedo "busca "a
un público de habla española que,
en los ámbitos de nuestra cultura,
espera con afán una Información
exacta y un índice de temas que
no puede hallar sino tras la consulta de muchas publicaciones, en
idiomas diversos y no siempre fácilmente asequibles". Y añade:
"Los problemas españoles y del
mundo hispano, y con ellos las
tendencias del pensamiento universal que el hombre moderno necesita conocer para acomodar su
vida mental al ritmo del tiempo,
han de ser tratados aquí por autorizadas firmas. España no puede
permanecer aislada, confinada, en
el estudio de sí misma, contemplando su propia historia." Y' por
último: "Queremos substituir la
retórica y divagación con que se
han tratado los más vitales temas
hispánicos por el dato exacto y la
comprensión más severa." El propósito es tan plausible como irreprochable. Y el sumario del primer número hace concebir la esperanza de que el tal propósito se
logre. Américo de Castro, Gonzalo
R. Lafora, J. Huizinga, Karl Mannheim, Ernst Wogemann y Ángel Rosemblat trabajan honradamente, científicamente, esta "Tierra firme", sobre la que ha de
asentarse el prestigio de una genuina "Universidad": de una verdadera cultura española.
Y hago aquí punto, anunciándol e ' a usted el fin o traca final de
estas líneas en un número próximo. También, y aunque no lo parezca, las "epístolas misceláneas"
dan con el punto feliz de su acabamiento.
JUAN JOSÉ DOMBNCHINA
La vefcrmcia ofrecida a la Prensa \MT el Sr. Lerroux al salir esta tardü del domicilio particular de Su Excelencia, después de plante.ido el problema político, cambia, por lo menos en
apariencia, todas las perspectivas de la crisis tan anunciada,
prevista y discutida.
Cuando escribimos estas líneas ignoramos aún el resultado de
las meditaciones que la previsión de su excelencia el jefe del Estado aconsDjó hoy al Sr. Lerroux; pero sean cuales fueren estas
reacciones y resoluciones, no creemos que aventuramios inucho
al afirmar lo que antes decimos.
El primer acto del conflicto político queda planteado en fornia que la solución pucdiera diferir en mucho de lo que todos
esperaban.
no dijo a los periodistas que el
Sr. Lerroux se había puesto al
haibla telefónicamente c o n el
Presidente de la República, y
qiie como el jefe del'Estado tenía
tina ceremonia diplomática, había acordado aplazar su visita al
Sr. Alcalá Zamora hasta las tres
o tres y cuarto de la tarde, hora
en que iría al domicilio particular de Su Excelencia para presentarle la dimisión colectiva del
Gobierno.
E L SR. LERROUX RATIFICA EL APLAZAMIENTO DE
LA CRISIS
A la una y cinco de l,a tarde,
el Sr. Lerroux síilló de la Presidencia para dirigirse a su domi.
cilio, y al encontrarse con los i>eriodistas les dijo:
.—No tengo nlngima noticia.
Pasé recado a ustedes de que la
visita a Su Excelencia se había
retrasado unas horas. Ahora se
la ratifico. Hasta las tres y cuarto no iré a plantear la cuestión
al Presidente de la República en
visita que le haré en su domicilio particular.
—¿Ha hecho U5ted alguna
gestión hoy por teléfono?
—¿Para qué? Si ya todo está
terminado. Ahora me voy a casa
a descansar un rato y a poner
las ideas en orden. Tengo que
pensar algunas cosas.
—¿Entonces, señor presidente,
a las tres y cuarto caerá el bólido ?
—Nada de "bólido. Lo que sucede es que el Gobierno actual, al
presentarse al Parlamento, se
encontraría con la falta de apoyo, porque me lo niegan los que
fueron mis anteriores colaboradores. En este plan, como ustedes comprenderán, no tengo más
remedio que presentar la dimisión total del Gabinete.
•—¿Usted cree que las consultas serán largas?
—^Esto no depende de mi voluntad. Si de mí dependiera, la
vida de este Gobierno se prolongaría indefinidamente. ,
— Y sin decir, más, el Sr. Lerroux salió de la Presidencia.
LO QUE DICE EL SR. POR.
: • ', •• "TELA "
El ministro de la Gobernación
manifestó a mediodía que carecía de noticias que comunicar a
la Prensa. Agregó que esta mañana había conferenciado con el
Presidente del Consejo y que había presidido el traslado a la estación de los restos del agente
Sr. López Pelegrín, que había
constituido una gran manifestación de duelo, a la que se habían
sumado diputados "de todos los
partidos.
Los periodistas le felicitaron
por la concesión de la banda de
la Orden de la República, y el
ministro lo agradeció, diciendo:
•—Mañana celebraremos quizás
esa distinción y mi cese en el
cargo.
LLEGA EL SR. LERROUX AL
DOMICILIO DEL JEFE DEL
ESTADO
Minutos antes de las tres de la
tarde salió el jefe del Gobierno
de su domicilio particular para
dirigirse al del Presidente de la
República. Como ©1 Sr. lerroux
observase que algunos periodistas le habían seguido, exclamó al
entrar en el dosniclUo del jefe del
Estado:
—Veo que ustedes desconfían
de mi palabra, y por eso a la salida no les diré nada.
Durante veinte minutos conferenciaron tos dos presidentes, y
al salir dijo, el Sr. Lerroux:
—Me debería callar, en vista
de que algunos de ustedes desconfían de mí, lo cual me mortifica; pero como me interesa que
se sepa lo que voy a decir, he
aquí lo que tengo que manifestar: He sometiuo a la firma de
Su Excelencia los decretos resultantes de los últimos consejos de
ministros, y acto seguido le he
presentado la dimisión colectiva
del Gobierno.
He dicho al jefe del Estado
que después de haber conferenciado con los Sres. GU Robles y
Martínez de Velasco y decirme
estos dos señores que mantenían
el mismo criterio sostenido al
plantearse la crisis, y al encontrarme sin poder mantener el
antiguo bloque gubernaimental,
-no podía continuar en el Gobierno. El Presidente de la República me ha invitado a reflexionar,
diciéndome que me tome todo el
tiempo que crea necesario para
que decida si acudo o no al Parlamento y que allí se plantee la
crisis. Su Excelencia es partidario de una crisis parlamenta^
ria. Ahora voy a meditar, y
cuando tenga elementos de juicio suficientes y haya pensado acerca del problema todo lo
que estime necesario iré esta
misma tarde a Palacio para dar
una respuesta a Su Excelencia.
—¿Dónde va usted ahora?
Y el presidente contestó:
—Síganme ustedes y ya lo verán.
El Sr. Lerroux se dirigió en su
autoanóvil a gran velocidad a la
Presidencia del Consejo.
El coche, a buena marcha, entró al jardinUlo por una de las
puertas del Palacio de la Caste-
llana y salió por la otra, siempre a gran velocidad.
EL SR. LEKROUX LLEGA A
LA PRESIDENCIA PARA HACER ALGUNAS GESTIONES
POR TELEFONO
A las cinco y diez ha llegado
el Sr. Lerroux a la Presidencia,
después de haber estado dando
im paseo por la carretera de La.
Coruña hasta algo más allá de
Villalba.
Los periodistas, al encontrarse
al Sr. Lerroux, le dijeron:
—Señor presidente, nos ha tenido usted un gran rato despistados buscándolo por todas partes.
—Ustedes tienen la culpa por
no haberme creído. Yo he dado mi
paseo acostumbrado de todas las
tardes, y ahora vengo para hacer unas gestiones por teléfono.
Se despidió de los Informadores y subió a su despacho.
El Día del Ven
dedor
Por (acuerdo de la Unión dis Empresas Periodísticas y los vendedoreis de periódicos, se celebrará
mañana, sábado, el Día deJ Vendedor, vendiéndose todos los perió.
diioas diarios a 15 céntimos, destinándoije todos las ingresos a la adquisición de la Oasa del Vendedor.
Con motivo del citado día se preparan, diversos actos, que cpinsistírán e n ' u n a conferencia por radio hoy, viernes, a las diez y cuarto de al noche, y mañana, sábado,
se celebrará una carrera ds relevos entre vendedores de periódicos ,en la que, partiendo desde la
Casa del Vendedor, carretera de
Chamartin, 26, marcharán por el
paseo de la Castellana, Recoletos,
Cibeles, Alcalá, Puerta del Sol,
Arenal y Palacio Nacional, donde
itutregarán a su excelencia tí.
Presidente de la República todos
los periódicos diarios de la mañana con un menisaje die saludo de
los vendedores de peiriódicos.
Lios relevos estarán situados en
la siguiente forma: 1, Casa del
Vendedor; 2, estatua de Castetar;
3, CStaeileis, y 4, Puerta del Sol.
La salida se dará a las diez y
media en punto de la mañana.
Para dar brillEUitez al Día del
Vendedor, venderán periódicos por
la mañana numerosos periodistas
de diversos periódicos madrileños,
y por la noche, en casi todos los
teatros, las actrices que esa noche no actúen.—La Directiva.
Un terremoto calesa 200 muertos
ESTAMBUL 2 (12 n.).—Han
pereciidio 200 ipersonas y resultaido
gravemente heridas 500 duirarnte
un terreimoto que ha destruidlo
15 pueibloB en la regióai de Kars,
cerca de Armeonia. Millares da
peTscmas, presas de pánico, huyeron a los campos, donde ahora se
encuentran sin comeiElbitoles. Los
trabajos de socorro preseatan dificultadess, especialmieinte por ctetrucoiones en las oa.rretoras, que
están llemas de rocas
I/O famosa e histórica fuente .',•, ;.> I¡\'t'i, '\ ,,•.-,'., situada ahora o 2a entrada principal de la Casa de Ca:r..pj
.
1
(Foto Pando.;
MARGO
RAFT
En Zaragoza
Un sastre corto de genio
A quien no le faltó para suicidarse más que resolución
ZARAGOZA 3 (3 t.J.—Vn individuo llamado Ángel MOrtíne» '
Pérez, de oficio sasti-e, ha dado motivo al siguiente suceso:
Decidió suicidarse, y con tal objeto se dirigió al Canal Itnpe- •
rial. Llevaba escrita la consabida carta de "No se culpg a na-die
de .mi muerte". Dejó la ropa po^- aquellos alrededores, y un iwUvidúo que pasó pWr allí descubrió la citada carta en un bolsillo. Dio
parte a ¡¡«•s autoridades, y cuando todos creían que se hnbia ahch
gado en el Canal el supuesto suicida, apareció éste sano y salvo,
diciendo que tuvo miedo y no se atrevió a llevar a cabo su resolución.
La aparición de Ángel produjo una gran alegría entre *% fam,ilia,res. (Febus.)
Inglaterra
- • * ,
PARA EL HOGAR IDEAU
LiONDRES, ABBIL.—^No SiSrá necesario decir aquí, pues oonstdtuye una verdad archisiatoida, la importancia qUe tiene en Iniglaterra
la casa o el hogar. La importancia que tiene la casa en .Inglaterra está en razón directa de la
poquísima importancia que tiene
la calle. Bn E.=piafia, en Francia,
en Italia, se concede tanto a la
oasa como a la calle; a veces, más
a la calle que a la casa. En Inglaterra, singularments en Londres, la calle es sólo un lugar de
tránsito, el paso Inevitable para
trasladarnos de un punto a otro,
por cuyo motivo tienen las rúas
londinenses,. sin los remansos dé •
los cafés continentales, sin -restaiuirantes a flor de piel o de fachada, un dejo entero y sobrio,
que algunos comsideraai inhóspito.
Unía calle es para nosotros, antes
que una calle, al mismo tiempo
que una callí, una porción de cosas: lugar d;e esparcimiento, sala
de dita, patio die vecinda.d; aquí,
una «alie no es más que urna calle.
En la belleza de Una calle continental entran por mucho notas
extrañas, cu^irpos extraños, episodios extraños, los cuales nada tienen que ver con lo que propiam.einte es una calle; por el ocntrario, en, la estética de una calle inglesa apenas si encontramos mixturas ni impurezas, por cuya razón eu pergeño nos produce la
misma sensación química y rectilínea del poemia puro... En Esipaña hay una corriente, una como
osmosis y endóismosis' entre la casa y la calle, que hace que la cavile no sea sólo una calle y que la
casa no esté del todo cerrada a
la calle; en Inglaterra no hay corriente alguna, no hay comunicación posible. "La casa del inglés
—^dicen los ingleses con tanto orgullo como propiedad—es su castillo." La calle del ing!é.s—podríamos agrsgar nosotros, ya sin orgullo, pero con la r.iJsma propiedad—es el paso de un castillo a
otro...
Por tT'do lo cual se comprenderá fácilmente el culto inglés a
la ca&a. Basta que la vida sa organice un poco de puertas adentro pana qús la ca.sa,ccns-tituya la
priip'sra ipreocupaci-^. Que lo es
a-n D-ra4o sumo €11 "nsü,atetTa lo
demuestra la Exposición del hic*i
gar ideal ("The idjeal home exhlji
bition") que se celetora anualmieiw
te en Londres, ocupando las soi^
las enormes del Olympia, momx»
mental edificio situado en el barrial
de Kensington. En esta Exposi*
ción del hogar ideal, una ¡mujeá
de su casa, lo mismo si se t r a t *
de la mujer de un obrero que da
la mujer de tm perfecto burgués,
puede encontrar todos los ad-€lan-«
tos hogareños del año, deside loa
útiles más modestos hasta axjuelíos otros elementos que sólo son
en una casa decoración o -adornOí
De modo que entrar en esta Exposición es recibir unas leccionea
(y hay en verdad imas señoras
que nos las dan vertaalmente, sobre todo en lo que respecta a las
nuevas cocinas, verdaderas maravillas de asepsia y elegancia), es
recibir urnas leccioneg sobre todo
cuanto se ha adeilantado al.cabo!
de un año en belleza y útiütiad.
Encantadores jardines (síntesis d«f
la gracia de los jardines de Espa.
ña, Holanda, Italia, Japón), salones, comedores, despachos, biblio»
tecas y alcobas según las últimas
invenciones del mobiliario; loa
más pintoresciC'S—y a la vez loa
más útiles—utensilios mecánicos
de limpieza; el adorno, el «¡siento
original de jardín, cuantos detalles necesita una casa i)erfecta, se
ven len los distintos hogares de esta Exposición, cuya gracia está
precisamente en su elegancia y
su prosaísmo, en su belleza y su
utilidad.
Una visita a la Exposición dsl
hogar ideal es una lección, provechosa para quienes quieran poser
casa. También es una leoción de
psicología. Por ella podemos alcanzar muchos matices de la vida
inglesa que allí se mE^niñestan, lo
mism.0 que en loa sagrarios eigipcios, en sus utensilios de a diario.
Por esta Exposición cabe comprender el "castillo", la casa, del
inglé.s; pero también es verdadl
que por esta • Exposición, por el
"cornfcrt" hogareño que representa, • hemos comprendido también
m:jC7 la sequedad de la calle inglesa. Al salir a la calle.
DIEGO EXOJO
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