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Español 6
ANEXOS GUÍA DOCENTE
Unidad 1 • Tema 3
Descargables •
• actividad
•Aprendamos una retahíla guanacasteca.
Anoche dormí con mi novia
y ni siquiera la toqué,
a la mañana siguiente me dijo:
¡Qué pendejo que es usted!
Ayer pasé por tu casa
me tiraste un limón,
el limón me dio en la cara
y el zumo en el corazón.
Ayer pasé por tu casa
y en la puerta un burro había,
y pensando que eras tú
le dije adiós vida mía.
Las muchachas de hoy en día
no saben tocar marimba,
pero apenas cumplen quince años
salen con tamaña timba.
El zapatito me aprieta
la media me da calor,
el muchacho de enfrente
me tiene loca de amor.
Fragmento, retahíla popular guanacasteca
Una cosa si te digo
que no te hagas de ilusiones,
ya mi mamá no quiere yernos
que anden flojos los calzones.
Foto: Kattia Vargas / Grupo Nación GN S.A.
Hace tiempo te llevaba
en el puro corazón,
ahora ya no quiero verte
cara de chancho pelón.
Gavilán, gavilancito
que vienes tan halagüeño,
si vienes por esta polla
ya esta polla tiene dueño.
Las flores de San Agustín
hace tiempo no florecen,
la vergüenza de las mujeres
se ha perdido y no aparece.
¡ay! Cielo santo
jardín florido,
cada mujer casada
con su marido.
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ANEXOS GUÍA DOCENTE
Unidad 2 • Tema 1
Descargables •
• actividad
•Leo y comento la historia de Mafalda.
Qué piba cumpleañera
Un 29 de setiembre apareció por primera vez en la
revista Primera Plana. Más de tres décadas después
festejamos su cumpleaños contando cómo nació
esta niña terrible y genial, que a fuerza de un humor
corrosivo e inconveniente nos hace reír y pensar
todos los días
Como las grandes ideas y las mejores historias de
amor, el nacimiento de esta chica preguntona, que
ama la paz con la misma intensidad con que detesta
ese brebaje oscuro y humeante llamado sopa, fue
producto de la casualidad.
Resulta que un día los directivos de la agencia
de publicidad Agnes encargaron al dibujante
Miguel Brascó la creación de una historieta para
urgentemente en su tablero, rescató aquellas ocho
tiras que había dejado en el cajón.
Solo quedaba por resolver el nombre de la criatura,
porque desde aquellos primeros originales, fue la hija
de esta familia típica de clase media quien se impuso
como protagonista de la historia.
Resultó que por esos días se estrenó una versión
cinematográfica de la novela Dar la Cara, y allí
aparece un bebé al que llaman Mafalda: a Quino le
pareció simpático y lo adoptó para su historieta. Así
un 29 de setiembre de 1964, Mafalda se publicó por
primera vez.
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ANEXOS GUÍA DOCENTE
Unidad 2 • Tema 1
Descargables •
• actividad
Viene de la página anterior
De San Telmo a Japón
San Pedro Telmo es el último barrio colonial de Buenos
Aires, originalmente elegante; fue abandonado por
sus moradores iniciales cuando una epidemia de
fiebre amarilla azotó el Río de la Plata. Una vez que
los patricios moradores partieron hacia el barrio
norte, fueron reemplazados por una variopinta fauna
de inmigrantes italianos y españoles que habían
cruzado el mar con una mano atrás y otra adelante
y poblaron el barrio de conventillos, pensiones
y ruidosos cardúmenes de niños insolentes. Allí
vivía Quino cuando comenzó a dibujar Mafalda y,
siguiendo la sabia costumbre de pintar su aldea, fue
de San Telmo de donde tomó la imagen de esa noble
institución de distribución alimentaria, conocida
como el Almacén Don Manolo; inclusive el propio
edificio donde Mafalda vive es una copia de la casa
de apartamentos donde Quino alquilaba.
Claro que este dibujante, quien apenas pudo terminar
sus estudios primarios, no sospechaba que la nena y
su barra de amigos se ganarían el corazón de miles
de personas en todo el mundo y serían traducidos a
26 idiomas incluido, el japonés; que se venderían más
de veinte millones de ejemplares de sus diez libros,
y que, aún veinte años después de haber dejado de
dibujarla, se seguiría publicando.
De Vietnam a Bosnia
Cuando Mafalda comenzó a publicarse era el auge
de Vietnam, los Beatles daban su primer recital en
Hamburgo, los hippies atravesaban de costa a costa
el país del norte como una manada de búfalos en
motocicleta, y en Argentina los militares derrocaban
por enésima vez a un presidente civil llamado Illia.
Treinta años después, a los hippies se les cayó
el pelo, las dictaduras latinoamericanas son,
afortunadamente, un recuerdo de lo que nunca debe
volver a ser, los norteamericanos salieron de Vietnam
colgados de sus helicópteros, los Beatles fueron
reemplazados por Nirvana, pero Mafalda sigue allí,
con esa carga de rebeldía, irreverencia, lucidez y
ternura que la mantienen vigente y hace pensar a
veces en que muchas de sus tiras tienen la categoría
de cuentos morales, con perdón de la palabra.
franquismo español o las guerrillas latinoamericanas
de mediados de los setentas, sin que su autor pudiera
ponerle freno, o elegir a quién prestarle su cara,
como cuando de buen grado dibujó a Mafalda en
campañas para la UNICEF y la Cruz Roja. Tal vez como
decía Pirandello “cuando un personaje de verdad
nace, adquiere a veces tal independencia de su autor,
que puede ser imaginado por todos en situaciones
en que el autor no pensó colocarlo, y adquirir, por sí
mismo, un significado que el autor nunca soñó darle”.
Mafalda sigue viva, quizás, porque al dibujarla por
primera vez, Quino captó un pedacito del corazón del
mundo que todos queremos mantener vivo.
Fuente: Ernesto Rivera Casasola, Áncora, 28/09/1997
Consultado sobre la vigencia de Mafalda, su creador
apuntaba que “tal vez muchas de las cosas que
ella cuestionaba siguen todavía sin resolverse, hoy
seguramente hablaría del sida, de la ecología, de la
manipulación genética...”
Como muchas otras divas, Mafalda carga con el
pesado karma de la fama. Desde que dejó de dibujarse
en 1973, sus personajes han sido inconsultamente
utilizados para animar causas tan distintas como el
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Unidad 3 • Entrada de unidad
Descargables •
• actividad
•Decoro el paisaje y el dragón con elementos alusivos a los siguientes temas:
• Vocales fuertes y vocales débiles
• Diptongo, hiato y triptongo
• Algunas reglas ortográficas que recuerdo
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Unidad 4 • Entrada de unidad
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• actividad
•Observo las portadas de algunos libros.
Lecturas recomendadas para Sétimo
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Unidad 5 • Entrada de unidad
Descargables •
• actividad
•Leo el fragmento de La historia interminable,
de Michael Ende.
Fantasía en peligro
A sus agujeros, nidos y madrigueras se dirigían todos
los animales del Bosque de Haule.
Era medianoche, y en las copas de los viejísimos y
gigantescos árboles rugía un viento tempestuoso. Los
troncos, gruesos como torres, rechinaban y gemían.
De pronto, un resplandor suave cruzó en zig-zag por
el bosque, se quedó temblando aquí o allá, levantó el
vuelo, se posó en una rama y se apresuró a continuar.
Era una esfera luminosa, aproximadamente del
tamaño de una pelota, que daba grandes saltos,
rebotaba de vez en cuando en el suelo y volvía a
flotar en el aire. Pero no era una pelota.
Era un fuego fatuo. Y se había extraviado. Un fuego
fatuo infatuado, lo que resulta bastante raro, incluso
en Fantasia. Normalmente son los fuegos fatuos los
que hacen que otros se infatúen.
En el interior del redondo resplandor se veía una
figura pequeña y muy viva, que saltaba y corría a más
no poder. No era un hombrecito ni una mujercita,
porque esas diferencias no existen entre los fuegos
fatuos. Llevaba en la mano derecha una diminuta
bandera blanca, que tremolaba a sus espaldas. Se
trataba, pues, de un mensajero o de un parlamentario.
No había peligro de que, en sus grandes saltos aéreos
en la oscuridad, se diera contra el tronco de algún
árbol, porque los fuegos fatuos son increíblemente
ágiles y ligeros y pueden cambiar de dirección en
mitad de un salto. A eso se debía su ruta en zigzag, porque, en general, se movía siempre en una
dirección determinada.
Hasta que llegó a un saliente rocoso y retrocedió
asustado. Jadeando como un perrito, se sentó en la
oquedad de un árbol y reflexionó un rato, antes de
atreverse a asomar de nuevo y mirar con precaución
al otro lado de la roca.
Ante él se extendía un claro del bosque y allí, a la
luz de una hoguera, había tres personajes de clase
y tamaño muy distintos. Un gigante que parecía
hecho de piedra gris y que tenía casi diez pies de
largo estaba echado sobre el vientre. Apoyaba en
los codos la parte superior de su cuerpo y miraba a
la hoguera. En su rostro de piedra erosionada, que
resultaba extrañamente pequeño sobre sus hombros
poderosos, la dentadura sobresalía como una hilera de
cinceles de acero. El fuego fatuo se dio cuenta de que
el gigante pertenecía a la especie de los comerrocas.
Eran seres que vivían inconcebiblemente lejos del
Bosque de Haule, en una montaña... pero no sólo
vivían en esa montaña, sino también de ella, porque
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se la iban comiendo poco a poco. Se alimentaban
de rocasAfortunadamente, eran muy frugales y un
solo bocado de ese alimento, para ellos sumamente
nutritivo, les bastaba para semanas y meses.
Además, no había muchos comerrocas y, por otra
parte, la montaña era muy grande. Pero como
aquellos seres vivían allí desde hacía mucho tiempo
-eran mucho más viejos que la mayoría de las
criaturas de Fantasía-, la montaña, con el paso de los
años, había adquirido un aspecto muy raro. Parecía
un gigantesco queso de Emmental lleno de agujeros
y cavernas. Sin duda por eso la llamaban la Montaña
de los Túneles.
Pero los comerrocas no sólo se alimentaban de piedra,
sino que hacían de ella todo lo que necesitaban:
muebles, sombreros, zapatos, herramientas...,
hasta relojes de cuco. Y por eso no resultaba muy
sorprendente que aquel comerrocas tuviera detrás
una especie de bicicleta totalmente hecha del
material citado, con dos ruedas que parecían robustas
piedras de molino. En conjunto, la bicicleta parecía
una apisonadora con pedales.
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• canción
•Observo la imagen y escribo una leyenda fantástica.
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