Damos a conocer la publicación del estudio "Valuación de la Empresa para efectos de su venta en términos de la Ley de concursos Mercantiles" del Lic. Federico G. Lucio Decanini, Perito, Valuador, Mediador y Árbitro, cuyo contenido es responsabilidad exclusiva del autor, por ser una interesante aportación al análisis y estudio de la materia concursal. VALUACIÓN DE LA EMPRESA PARA EFECTOS DE SU VENTA, EN TÉRMINOS DE LA LEY DE CONCURSOS MERCANTILES Federico G. Lucio Decanini SUMARIO: 1.- Objeto del Trabajo; 2.- Preceptos Legales de la Ley de Concursos Mercantiles; 3.- Aplicación Supletoria del Código de Comercio; 4.- Formas Alternativas de Valuación de la Empresa; 5.- Teoría de la Valuación; 6.- Métodos de Valuación de Empresas; 7.- Aplicación de la Metodología Analítica o Patrimonial para la Valuación de la Empresa en el Supuesto de la Venta por Separado de los Activos que Integran la Misma; 8.Razones para la No Aplicación de la Metodología Sintética en la Valuación de la Empresa Concursada; 9.- Valuación de la Empresa como Negocio en Marcha o por Unidades de Producción por el Método Mixto o Compuesto; y, 10.- Conclusiones. 1.- Objeto del Trabajo El presente trabajo consistirá en el análisis de los preceptos contenidos en la Ley de Concursos Mercantiles, publicada el día 12 de mayo de 2000 en el Diario Oficial de la Federación, referentes a las facultades de los síndicos para ordenar la preparación de los avalúos de las empresas concursadas; las diferentes formas en que una empresa debe de venderse para maximizar su precio; como consecuencia de lo anterior, los diferentes tipos de avalúos que deben de realizarse; la metodología que en todo caso debe de aplicarse para la valuación de la empresa sujeta al procedimiento concursal y algunos comentarios a la metodología que deberá de aplicarse para valuar a las empresas en cualesquiera de las diferentes situaciones que así lo autorice el síndico. 2.- Preceptos Legales de la Ley de Concursos Mercantiles El segundo párrafo del artículo 3 de la Ley de Concursos Mercantiles preceptúa que “La finalidad de la quiebra es la venta de la empresa del Comerciante, de sus unidades productivas o de los bienes que la integran para el pago a los Acreedores Reconocidos”. De dicho artículo se desprenden los siguientes supuestos que deben de valuarse: a) b) c) La empresa del comerciante; Las unidades productivas; o, Los bienes que integran a la empresa. Los tres supuestos del artículo que se comenta, se refiere a la valuación de la empresa y es por ello necesario señalar, que cada uno de dichos supuestos admiten métodos de valuación específicos y diferentes al respecto. Por su parte, el artículo 190 señala que “dentro de un plazo de sesenta días contados a partir de la fecha en que el síndico tome posesión de la empresa del Comerciante, deberá entregar al juez: .... II. Un inventario de la empresa del Comerciante. .... El inventario se integra en términos del artículo 191 de la Ley en cita, mediante una relación y descripción de: a) b) c) d) Todos los bienes muebles o inmuebles; Todos los títulos valores de todas clases; Todos los géneros de comercio; y, Todos los derechos a favor del Comerciante. De ello se desprende que el perito debe de valuar los muebles, inmuebles, títulos, géneros de comercio, derechos y todo lo que se incluya en la relación de los inventarios de la empresa. El artículo 151 establece que “El conciliador recomendará la realización de los estudios y avalúos que considere necesarios para la consecución de un convenio...”, sin embargo quien solicita los peritajes, avalúos y demás estudios necesarios, es el síndico, en términos del artículo 210 de la Ley de la materia. “Declarada la quiebra, aun cuando no se hubiere concluido el reconocimiento de créditos, <artículo 197> el síndico procederá a la enajenación de los bienes y derechos que integran la Masa, procurando obtener el mayor producto posible por su enajenación”. La enajenación podrá realizarse de tres maneras diferentes a saber: a) b) c) Respecto de los bienes y derechos de la empresa ; De las unidades productivas de la empresa en operación;, y, De la empresa como negocio en marcha. El objeto de la venta es permitir maximizar el producto de la enajenación, por lo cual el síndico deberá considerar la conveniencia de mantener la empresa en operación o de enajenarla por partes separadas o enajenarla en unidades de producción. El artículo 199 preceptúa que el síndico publicará la convocatoria para la subasta de los bienes y derechos la que deberá de contener los siguientes requisitos: “I. Una descripción de cada uno de los bienes o conjunto de bienes de la especie y calidad que se pretende enajenar; II. El precio mínimo que servirá de referencia para determinar la adjudicación de los bienes subastados, acompañado de una explicación razonada de dicho precio y, en su caso, la documentación en que se sustente; III. La fecha, hora y lugar en los que se propone llevar a cabo la subasta, y IV. Las fechas, lugares y horas en que los interesados podrán conocer, visitar o examinar los bienes de que se trate”. La explicación razonada del precio de la empresa, obedece a que el síndico debe de determinar cuál fue el método utilizado por el perito en la valuación indicada, a efecto de que el posible comprador sepa con toda seguridad que la metodología usada es la correcta para la valuación de la empresa correspondiente. 3.- Aplicación Supletoria del Código de Comercio Si bien es cierto que la Ley de Concursos Mercantiles no indica quién debe de actuar como el perito valuador encargado de determinar el precio comercial o de mercado de las empresas concursadas, ya que dicha Ley nada establece al efecto, el Código de Comercio en vigor que es de aplicación supletoria en primer lugar, frente a los demás señalados en el artículo 8 de la Ley de Concursos Mercantiles, puede esclarecer la laguna de la Ley, en donde de dicho Código de Comercio, se desprende, que en todos los casos que tengan por objeto valuar bienes, derechos o servicios, el perito valuador debe de ser un Corredor Público. Dicha determinación aplica en los procedimientos judiciales mercantiles, como se puede leer en el tercer párrafo del artículo 1257 del Código de Comercio en vigor que establece que “en todos los casos en que se trate únicamente de peritajes sobre el valor de cualquier clase de bienes y derechos, los mismos se realizarán por avalúos que practiquen dos corredores públicos... nombrados por cada una de las partes...”. Lo anterior puede interpretarse que en materia concursal los corredores públicos pueden actuar como peritos valuadores respecto de los avalúos recomendados por el conciliador o solicitados por el síndico. En materia procesal mercantil, el incumplimiento a dicha determinación, puede dar lugar a la objeción por parte de alguno de los interesados, y solicitar al Juez del conocimiento, no le dé valor alguno al dictamen de valuación realizado por algún otro profesionista, ya que fue realizado por una persona diferente a la autorizada por el Código de Comercio para hacerlo, sin negarle que dicho perito tenga las capacidades y experiencias para realizar el avalúo indicado, pero que de acuerdo con dicho Código, en este tipo de valuaciones, los competentes para valuar son precisamente los corredores públicos. Independientemente de lo anterior, sea quien fuere el que actúe como perito valuador, el síndico podrá solicitar al corredor público colabore con él, para que de manera conjunta determinen cuál es la mejor metodología de valuación aplicable al efecto. 4.- Formas Alternativas de Valuación de la Empresa La venta de la empresa debe de hacerse a juicio del síndico mediante cualquiera de las tres formas alternativas siguientes: a) Mediante la venta de los activos en forma separada e independiente de la empresa; b) Mediante la venta de la empresa como negocio en marcha; o, c) Mediante la venta de las unidades de producción de la empresa. En base a lo anterior, el perito valuador, deberá de determinar cuál es el método aplicable a cada uno de los tres supuestos alternativos señalados anteriormente. 5.- Teoría de la Valuación Determinar el precio o el justo valor de la empresa es fundamentalmente el objeto del análisis. De esta manera, establecemos que el precio es una relación de intercambio de bienes, vale decir el cociente de las cantidades que de cada quien entran en juego en un intercambio. De este modo, en casi todo intercambio participa un bien llamado moneda, y simplificamos tal situación diciendo que la valoración personal de un bien es el dinero que se está dispuesto a dar por él para adquirir su dominio o el dinero que se pretende para transferirlo. El precio y los bienes, los dos elementos que se integran entre sí se mueven en un conjunto que se denomina mercado. De este modo, el rol del precio surge como rector de las conductas económicas, por que un comportamiento económico racional exige que cada individuo intercambie (cuando lo hace) no según sus valoraciones personales, sino según el precio determinado por el mercado en el cual él actúa. Quede claro que las valoraciones personales determinan si alguien intercambiará o no, pero no por cuanto lo hará. El precio de este modo, es externo al individuo (así como es externo al bien) éste no puede calcularlo basándose en su propia escala de valores, si no se debe pronosticar mediante el asesoramiento que hubiese necesidad de atender y que rija el mercado correspondiente. La técnica para determinar el precio de cuanto se debe vender o comprar se llama tasación (o valuación, que es su sinónimo, aunque con mayor grado de generalización). El componente ético de justo precio nació de la teología moral, para deslindar los comportamientos pecaminosos de los no pecaminosos. Este enfoque teológico moral se mantiene hasta el día de hoy. De este modo, existen diferentes precios para diferentes mercados y una predeterminación de precio será “justa” en la medida en que responda a la probabilidad esperable de obtención de tal precio en una situación de mercado sometida profesionalmente. Por otro lado, es también importante destacar que los precios son meras manifestaciones de un componente más íntimo, intrínseco del bien, llamado valor. De este modo podemos admitir que el valor es un precio potencial, es decir, el precio que tendría un bien en un determinado mercado. La predecibilidad aproximada de los precios se basa en principios que dan a tal pronóstico un fundamento científico, la ciencia que se dedica a la valuación se llama tasación. La tasación se integra por cinco principios a saber: permanencia, coherencia, equivalencia, proporcionalidad y normalidad. Tales principios configuran un modelo que explica con aproximación satisfactoria la realidad. Por el principio de permanencia sabemos que hay un lapso durante el cual los precios se mantienen. Esto admite la variabilidad de los precios, pero siempre habrá un lapso durante el cual el precio pronosticado tiene vigencia. El principio de coherencia se refiere a las diversas manifestaciones del precio de un bien, las cuales guardan una relación lógica entre sí. El principio de equivalencia sostiene que dos bienes equivalentes en mercados equivalentes tienen el mismo precio. El principio de proporcionalidad afirma que dos bienes semejantes en mercados semejantes tienen precios semejantes, y que la diferencia de precios es proporcional a las diferencias entre sus características (de bienes y de mercados). El principio de normalidad asegura que los pronósticos de precio obtenidos para un mismo bien en un mismo mercado tienen todos una distribución estadística llamada normal. Los primeros cuatro principios inducen a la comparación como técnica para el pronóstico de los precios. Lo anterior en virtud de que el precio no se calcula, sino que se mide, y toda medición implica comparación. De este modo el dictamen deberá de fundarse en la ciencia de la tasación a efecto de valuar la empresa para un mercado determinado y así fijar el valor de la empresa. El proceso pericial ya visto en la práctica, es la investigación que conduce al cumplimiento del cargo pericial. Consiste en la indagatoria que inicia con el planteamiento de una cuestión y concluye con el esclarecimiento de la misma. De este modo, el procedimiento pericial deberá sujetarse a tres lineamientos generales: PRIMERO.- Deberá ser objetivo y racional. SEGUNDO.- Técnico y metódico. TERCERO.- Realista. Cuando el procedimiento se ha desarrollado con estricto apego a los anteriores lineamientos, se reflejará en el resultado del dictamen por tres elementos caracterizantes: PRIMERO.- Será específico. SEGUNDO.- Reproducible. TERCERO.- Confiable. El método aplicado se sitúa en la práctica pericial como la piedra angular que le da cimiento a una buena investigación, ya que ello permite desarrollar un proceso entendible y con grandes posibilidades de éxito. Al realizar con orden el estudio de valuación, el resultado se presenta de tal manera que facilita y posibilita una adecuada valoración, aspectos que evitan, dada su claridad (el orden da claridad), caer en entredicho o confusión del dictamen. La investigación pericial no es ninguna tarea ordinaria del facultativo como tantas, sino todo un proceso que involucra método, ciencia, técnica, experiencia, etcétera, el cual se centra en el perito y le reclama poner en juego su experiencia y madurez profesional a efecto de que su intervención satisfaga la ilustración por quien fuere, lo que explica y destaca en forma relevante la necesidad de ceñirnos estrictamente a los cánones de la metodología que rige la especialidad. 6.- Métodos de Valuación de Empresas Desde la perspectiva del análisis económico financiero cabe señalar que los medios existentes para la valoración de empresas son extremadamente variados y en general se suelen arropar de formulaciones matemáticas, simples o complejas, según el correspondiente método valorativo adoptado. Los principales métodos de valuación empresarial pueden ser reducidos a tres grandes categorías a saber: a) Métodos analíticos o patrimoniales, basados en la estricta valoración de los distintos elementos patrimoniales que componen el activo y pasivo de la empresa; b) Métodos sintéticos o de rendimientos, fundados en el calculo y actualización de sus rendimientos futuros; y, c) Métodos mixtos o compuestos, que, como su nombre lo indica, obtienen el resultado de la combinación de ambos valores empresariales –valor empresarial y valor de rendimiento. 7.- Aplicación de la Metodología Analítica o Patrimonial para la Valuación de la Empresa en el Supuesto de la Venta por Separado de los Activos que Integran la Misma La técnica o metodología de valuación que se recomienda aplicar respecto de los supuestos de valuación de “activos en forma separada” de empresas derivadas de la Ley de Concursos Mercantiles, es mediante el sub-tipo valor sustancial de la metodología analítica o patrimonial, que busca determinar el valor comercial o precio de mercado de los bienes, equipos o maquinaria de la empresa estimados en su justo precio. Pedro J. Rubio Vicente en su obra denominada “LA APORTACIÓN DE EMPRESA EN LA SOCIEDAD ANÓNIMA” Editorial Lex Nova, S.A. Valladolid, España, a paginas 684 y siguientes, afirma: “Esta categoría se halla configurada por el conjunto de métodos que tienen como objetivo averiguar el valor económico de la empresa a partir de la búsqueda exclusiva de su valor patrimonial. Para ello, se procede a la suma algebraica y posterior cálculo por diferencias entre el activo y el pasivo empresarial. Su punto de partida común lo constituye, pues, el patrimonio contable de la empresa. De ahí que también se conozca este grupo de métodos como valor matemático o valor contable, habida cuenta del contenido de las operaciones realizadas o de las fuentes utilizadas en su ejecución. No obstante estas consideraciones de carácter general, la diversa perspectiva histórica o dinámica con la que se juzgue el balance de ejercicio y el mayor o menor espectro de datos contables que se tomen en consideración ponen de manifiesto la eventual existencia de métodos o valores patrimoniales muy diferentes entre sí.” En este grupo encontramos los siguientes sub-tipos: Valor Contable o Activo Neto Contable. Valor Contable Corregido o Activo Neto Real. Valor Liquidativo. Valor Sustancial. La metodología de valor sustancial es definida por el autor señalado, de la siguiente forma: “Constituye el valor real del conjunto de bienes y derechos utilizados en la explotación. A diferencia del método anterior, se parte de la continuidad efectiva de la empresa, y por tanto de la sustitución de los medios productivos implicados directamente en el proceso económico-empresarial. En otras palabras, introduce la idea del valor de reposición de los activos; es decir, el coste que supone poner en marcha una empresa de idénticas características a la que es objeto de valoración. Para ello, se debe de averiguar el coste individualizado de adquisición o producción de todos y cada uno de los elementos esenciales a la actividad económica o, en su caso, de aquellos que por sus características comunes o semejantes proporcionen las mismas utilidades. La suma aritmética de todas estas variables manifiesta el valor sustancial bruto. Por el contrario, si a esta cantidad de le detrae el importe del pasivo exigible, se obtiene el valor sustancial neto. Sea como fuere, tanto en un caso como en otro, no tiene cabida en su seno el valor de los activos accesorios o indispensables a la actividad. Lo único que le interesa a este método es constatar el montante de las inversiones que son necesarias para ejecutar la actividad económica.” La metodología de valor sustancial es la aplicable para valuar la empresa cuando se trate de “activos en forma separada”. El desarrollo del dictamen de valuación deberá de ser el encaminado a valuar los bienes de la empresa como parte integrante de ésta, y a través de las diferentes metodologías aplicables a cada caso en particular. Por ejemplo, si lo que se busca es valuar un terreno, el método aplicable será el comparativo; si lo que se busca es valuar las oficinas, los métodos a desarrollar son el de valor físico y cuantificación de rentas; si lo que se busca es valuar maquinaria y equipo, la mejor metodología será la aplicación del valor neto de reposición. Una vez que han sido valuados los bienes y activos de la empresa, a través de las diferentes metodologías que a cada caso correspondan, se deberá de sumar el valor de éstos y se obtendrá el valor sustancial bruto de la empresa. 8.- Razones para la No Aplicación de la Metodología Sintética en la Valuación de la Empresa Concursada La valuación de la empresa como negocio en marcha o mediante unidades de producción, a través de la metodología o técnica de valuación conocida como MÉTODO SINTÉTICO O DE FLUJOS FINANCIERO O MONETARIOS, no es la más adecuada como podrá verse a continuación. Pedro J. Rubio Vicente en la obra antes referida a paginas 690 y 691 opina: “La critica realizada a los métodos de valoración analíticos o patrimoniales tienen como efecto inmediato la aparición de un conjunto de métodos basados en todos ellos en el cálculo del rendimiento empresarial. Frente a la categoría anterior, y por directa contraposición a ella, estos ya no consideran a la empresa en situación estática, sino como un ente dinámico, capaz en principio de generar excedentes en el futuro. Lejos de tener en cuenta el montante de los medios utilizados en la obtención del resultado, centran su atención en forma exclusiva en el análisis mismo de los resultados que se esperan alcanzar con aquellos elementos materiales e inmateriales durante un periodo de tiempo preestablecido. Se trata, pues, de calcular el valor de la empresa a partir de predicciones, conjeturas y actualizaciones sobre los rendimientos pasados de la empresa hacia el futuro. La determinación, en suma, de la rentabilidad económica que puede generar la empresa si el adquirente mantiene la misma gestión que su antecesor. Por ello, ni se tienen en cuenta los eventuales resultados que se podrían conseguir por efecto de la nueva gestión, ni los procedentes de las sinergias generadas por su inserción en el marco empresarial ya constituido por el nuevo titular. Si bien este es el objetivo y común denominador que da razón de ser a su existencia y sistematización como categoría autónoma y uniforme, la pluralidad de técnicas valorativas aglutinadas bajo el epígrafe presenta entre sí notables diferencias de computo en función del parámetro o variable utilizada como máxima expresión del rendimiento empresarial. Esto permite hablar, entre otros, de métodos fundados en el valor de beneficio, los dividendos o los flujos financieros monetarios.” Ya que no se recomienda la aplicación de los Métodos Sintéticos para la valuación de la empresa concursada como negocio en marcha o como unidades de producción, es que no se definen los sub-tipos de dicha metodología. La aplicación de métodos sintéticos de valuación para empresas concursadas no es recomendable, ya que requiere de la existencia innegable de dos constantes o requisitos: a) b) De una economía nacional estable; y, De una empresa financiera y contablemente estable. Si no se presentan simultáneamente estas dos constantes, entonces el método sintético no es recomendable al efecto. Lo anterior se acredita con el siguiente ejemplo: Suponiendo que se valúa una empresa en el mes de octubre de 1993, en donde el país se encontraba en pleno crecimiento, con una microeconomía estable y una macroeconomía estrictamente controlada, con una paridad de tres pesos por dólar, con un tratado de libre comercio con América del Norte y con la esperanza de lograr que al fin, México dejara de ser un país tercermundista. Se prepara el avalúo en base al método sintético de flujos de efectivo a valor presente y se obtiene un precio o valor comercial muy alentador. La empresa se vende y en el mes de enero de 1994 estalla la guerra en Chiapas y en diciembre dl mismo año, se comete el conocido error de 1994 y la paridad del peso frente al dólar se triplica, los capitales extranjeros salen del país por ser golondrinos y México cae en una crisis severa. Los parámetros utilizados por el perito valuador en el dictamen de valuación de la empresa por el método de flujos de efectivo a valor presente, no se presentaron en la realidad, ya que no se cumplía con la constante de una economía estable como se señaló anteriormente, por lo que los resultados que arrojó el avalúo indicado quedaron fuera de lugar, en el ejemplo que se indica. Una empresa concursada no cumple por ningún motivo con la segunda constante que debe de presentarse para que el método sintético pueda ser debidamente aplicable al efecto, ya que se encuentra empasivada, en estado de insolvencia, con múltiples problemas de pagos a sus acreedores, etcétera, razón por la cual las proyecciones financieras que puedan practicarse al efecto, no serían de gran utilidad, ya que al tomarse en cuenta obligatoriamente el pasado mediato de la situación contable y financiera de la empresa para proyectar hacía el futuro, arrojará obligatoriamente números rojos, en detrimento del valor comercial de la empresa. Por estas razones no se recomienda la utilización de los métodos sintéticos en la valuación de las empresas para su venta en términos de la Ley de Concursos Mercantiles. 9.- Valuación de la Empresa como Negocio en Marcha o por Unidades de Producción por el Método Mixto o Compuesto Siguiendo con la opinión doctrinal de Pedro J. Rubio Vicente a que se refiere la obra ya indicada, a paginas 696 y siguientes, es que para la valuación de empresas como negocio en marcha así como por sus unidades de producción, lo recomendable es la utilización de un MÉTODO MIXTO O COMPUESTO. “Son el resultado de la confluencia o integración recíproca de métodos analíticos y sintéticos en un único procedimiento valorativo. Lejos de realizar una apreciación exclusivamente unilateral de las dimensiones de la empresa, el valor económico de ésta se extrae de la combinación y justo equilibrio de las variables representativas de ambas categorías. Al importe de la suma de los singulares elementos patrimoniales –valor patrimonial- se debe añadir el correspondiente a la capacidad de producir beneficios futuros –valor de rendimiento- . Ambos aspectos, estático y dinámico, constituyen dimensiones complementarias de una misma realidad económica. En consecuencia, la diferente información económica que proporcionan debe de participar sin ulteriores exclusiones en la estimulación final. Ya no se trata de la existencia de dos métodos distintos y alternativos de valoración, como sucedía hasta ahora, cuya parcialidad y consiguiente ineficacia eran evidentes por separado. En puridad de criterios el método es único, si bien dotado de dos fases claramente diferenciadas entre sí en atención al tipo de conocimientos suministrados en cada una de ellas, patrimoniales o funcionales. En un primer momento, el objetivo perseguido es el cálculo del valor global y actualizado del patrimonio empresarial en los términos expuestos –activo neto real o valor sustancial-; posteriormente, se determina y agrega el valor del beneficio prospectivo o plusvalía resultante de la coordinación y funcionalidad de los factores o recursos económicos utilizados. La necesidad de estimar las expectativas o fondo de comercio de la empresa, es decir, su aptitud para generar beneficios futuros, constituye la razón fundamental que motiva la aparición de éstos métodos. El valor inmaterial asignado a esta cualidad también forma parte integrante del valor total de la empresa. Lo expuesto no impide sin embargo constatar diferentes niveles de concurrencia en la ponderación de ambos valores. Antes al contrario, según cuál sea éste y sus eventuales combinaciones, se puede advertir una plural tipología de procedimientos mixtos o compuestos. 10.- Conclusiones: 1.- El síndico es el encargado de proponer y ordenar la práctica de los avalúos de las empresas sujetas al procedimiento concursal. 2.- El avalúo que el síndico busque, deberá de tener por objeto determinar el valor de los activos de la empresa; o el valor de las unidades de producción de la empresa; o el valor de la empresa como negocio en marcha. 3.- Para determinar el valor de los activos de la empresa, debe de utilizarse la metodología denominada valor sustancial de la metodología conocida como Patrimonial o Contable. 5.- Para valuar la empresa como negocio en marcha o a través de las unidades de producción, debe de utilizarse la metodología mixta o compuesta.