Personalidad e inmunología

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Personalidad
Se ha estudiado mucho el rol de la personalidad en la salud, pero no tanto en la inmunología, que involucra
pobre motivación (Jemmott et. al.1983), estilo pesimista (Kamel−Siegel et. al.1991) y represión (Esterling et.
al.1993).
Nos centraremos en represión/ negación que se caracteriza por una negación o minimización de aflicciones y
emociones negativas. Quienes la padecen reaccionan a los estímulos estresantes con mayor arousal autónoma
que las personas con gran ansiedad o aflicción.
Antoni et. al. (1990) realizaron un trabajo con homosexuales que sugiere la posibilidad de que exista un nexo
entre represión/ negación y la respuesta inmunológica celular, aunque al mismo tiempo destaca que la escala
usada para medir represión/ negación es importante.
La enfermedad no se produce sólo cuando entra un agente patógeno al cuerpo, sino también cuando las
defensas son incapaces de reconocer un material extraño. Es por esto que las variables psicológicas que
influencian la inmunidad influyen.
Lo que no está muy claro es la magnitud o tipo de las variables psicológicas que alteran la habilidad del
cuerpo para combatir enfermedades.
Se revisará una serie de estudios sobre el rol de los factores psicológicos en las enfermedades infecciosas...
Enfermedades Infecciosas
Infecciones respiratorias :
Meyer & Haggerty (1962) dicen que los elementos disruptivos cotidianos y el estrés crónico familiar se
asocian a un mayor riesgo de infecciones respiratorias.
Graham et. al. (1986) midió el estrés de vida de un grupo de 94 familias donde se recogieron diariamente
síntomas respiratorios durante 6 meses. Los grupos con alto grado de estrés, tenían mayores episodios de
enfermedades y más días con síntomas de enfermedades respiratorias, aunque eran muy similares a los de bajo
estrés en cuanto a prácticas demográficas y de salud.
La mayor incidencia de infecciones respiratorias bajo estrés en estos estudios, puede deberse al aumento de la
inducción de estrés en exposición a agentes infecciosos.
Stone et. al. (1992) hablan de la relación entre los eventos de la vida estresante y la susceptibilidad a las
enfermedades infecciosas respiratorias, identificando la misma vía biológica. En resumen, los eventos
estresantes de la vida y el estrés psicológico se asocian con el aumento de la susceptibilidad a mayores
infecciones respiratorias.
Infecciones de Virus Herpes :
El virus herpes se relaciona con resfríos, lesiones genitales, mononucleosis infecciosa y síndrome de
mononucleosis, y sordera en neonatos.
Los virus herpes están presentes constantemente en los individuos, generalmente en forma latente. La
respuesta inmune celular juega un rol de llave en proteger el inicio de la infección de virus herpes y mantener
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el virus herpes latente, sin convertirse en activo.
Una explicación para el aumento de anticuerpos virus herpes se asocia muchas veces con condiciones
estresantes.
En un estudio hecho con estudiantes de enfermería en los 70`, el comienzo de las clases se asociaba
generalmente con un gran número de episodios de herpes bucales (Friedmann et. al.1977, Katcher et. al.1973,
Luborsky et. al.1976).
Hoon et. al. (1991) realizaron estudios que indican que el estrés aumenta la vulnerabilidad a enfermedades en
general, así como la vulnerabilidad no específica que resulta en herpes.
En resumen, los estudios sobre herpes generalmente sostienen una relación entre estados emocionales
negativos y la ocurrencia de enfermedades. Sin embargo, la evidencia no es enteramente consistente, y las
limitaciones metodológicas advierten tener cuidado en la interpretación de los resultados.
Sida :
No todos los que se exponen al Sida se infectan. Su contagio se relaciona con mal nutrición, drogas,
exposición repetida al virus y otras infecciones virales que pueden acelerar la progresión de la enfermedad del
Sida. Variables psicológicas contribuyen a la resistencia al HIV, alterando prácticas de comportamiento
relevantes y ambientes hormonales e inmunes (Braum &Nesselhof 1988, Kemedy 1994, Scheneiderman et. al.
1994).
Los estudios del rol del estrés y el afecto negativo en la progresión del HIV son inconsistentes en sus
conclusiones.
Burack et. al. (1993) dicen que los homosexuales contagiados de Sida que estaban deprimidos, mostraban un
mucho mayor declive que los que no lo estaban.
En otro estudio (Kemedy et.al. 1995), se vio que los hombres contagiados que recientemente habían perdido
un compañero íntimo de Sida, tenían una progresión en la enfermedad.
Sin embargo, las investigaciones del rol de la negación en el Sida son inconsistentes.
Ironson et. al. (1994) estudiaron el progreso de la enfermedad del Sida inicial asintomático. Las personas que
negaban su diagnóstico aumentaron pobremente la progresión de la enfermedad un año después y reportaron
más síntomas dos años después. No hay ninguna prueba directa de medición inmune entre negación y
síntomas.
Reed et. al. (1994) reportaron que los homosexuales contagiados de Sida que se rehusaban a aceptar su
enfermedad e implicaciones, vivirían nueve meses más que los que la aceptaban realistamente.
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