RAZONAMIENTO ABDUCTIVO Como pensar como Sherlock Holmes *Andrés Algara Moreno El famoso detective ha tenido bastantes incursiones en diferentes ámbitos, comenzando desde sus más humildes lugares en el papel y la tinta con el puño y letra de Arthur Conan Doyle. Es posible que Sherlock Holmes sea el detective más conocido de todos los tiempos e inspirador ante bastantes otras series. Sherlock Holmes se caracteriza por su peculiar forma de pensar, siempre aislado de la sociedad y sin un amigo discernible entre todos sus pensamientos que elocuentemente realiza ante el calor de una pipa y en la oscuridad de la calle 221B Baker Street. Watson, su inseparable amigo y elocuente narrador, incursiona como el primer agente externo que comienza a ver las increíbles dotes de observación de su querido compañero, y aunque inicialmente fue resistente a creerlo, sus creencias se convirtieron en hechos al ver y describir sus aventuras durante 18 de los 23 años que Sherlock fue un detective. Sherlock nunca creyó que su mayor característica deductiva se fuese a convertir en su principal trabajo, pues en sus años más joviales el entretenimiento de deducir fue un simple juego. Conforme fue deduciendo más, su trabajo se convirtió en la mejor arma para Scotland Yard y Lestrade, los “incompetentes” policías que tanto trabajo tienen para resolver casos que nadie más logra desentrañar. Siempre se le percibe como un alma que no conoce las emociones humanas, y de las cuales siempre tiene su búsqueda en la columna de avisos de consejos en un periódico familiar. Sin embargo, su pensamiento se encuentra muy profundo, como él lo describe en sus historias y hoy en día se encuentra a nuestro alcance ante la gran cantidad de los libros escritos sobre el personaje y la reimpresión de los textos originales, así como por la tecnología hoy existente. Situación que no existía en 1888 y no dejaba acercarse tan fácilmente a los textos. Holmes fue un erudito del conocimiento que era únicamente necesario para su investigación; temas tan banales como la astronomía no figuraban en su repertorio, pues su única existencia no generaba una influencia en el desenvolvimiento de sus crímenes objeto de análisis y de las aventuras que le acompañaban. Su mente se encontraba llena de diferentes aspectos que ninguna otra persona abonaría en su “desván mental”. Tales como las marcas de una llanta de bicicleta, las manchas de comida en la ropa, entre otros. 1 El desván mental que Sherlock describe en su primera aventura lo posiciona como un lugar amueblado con los conocimientos que adquirimos, siendo una alegoría ante todos nuestros recuerdos, memorias y emociones que influyen en nosotros. Descrito como “Un imbécil llenaría su desván con cualquier cosa” haciendo referencia a que es necesario que nos eliminemos de todo conocimiento innecesario para los fines que perseguimos. Tenemos toda una serie de cajas que representan nuestro conocimiento; cada vez que recordamos algo o explayamos nuestras habilidades, en nuestro desván mental procedemos a ir a la caja marcada con dicha habilidad o memoria. Si quisiésemos demostrar nuestro conocimiento matemático, vamos a la caja marcada con “matemáticas” y sacamos su contenido. Sin embargo, Sherlock tiene una ventaja, pues los humanos tenemos una debilidad, que cuando una caja es abierta, su contenido siempre es diferente, en cambio para el detective inglés, no. La memoria se divide en dos secciones, la semántica y la episódica, de la cual la gente suele tomar más recuerdos de la episódica, la que mantiene una sensación etérea por sentimientos en nosotros. Cada vez que recordamos algo, la memoria es distorsionada, y mientras más saquemos aquel recuerdo de nuestro cajón, siempre diferente es, pero no para Mr.Holmes, pues en su desván mental, lo encontraríamos todo nítido, bien acomodado, al punto que recuerda cada pieza de información como si fuese la primera vez que la viese. Este detective no es una persona muy diferente a nosotros, simplemente él no encuentra un disfrute en la sociedad, los gustos, el pensar, sus saberes, varían a tal punto que prefiere encontrar el disfrute en otro tipo de situaciones, siendo estas las de misterio, el razonamiento, la indagación que acompaña al observar atento y meticulosos, pues para él una prueba directa y evidente no es más que una simple y engañosa apariencia, la más descartable de todas. El razonamiento abductivo de Sherlock inicia precisamente con el desván mental, Ante nada, se realiza una observación directa, plena y consciente en una persona. Cualquier mínimo detalle tiene una procedencia, y todo dato o información es importante para determinar una nueva hipótesis. Entonces, ante un detalle, vamos a nuestro desván mental, en él tenemos toda la información recopilada, sea empírica o aprendida, y comenzamos a realizar un análisis de dicho detalle; por supuesto, si no se está atento a la persona, a sus expresiones corporales y verbales, ante sus acciones y reacciones, entonces no podremos realizar un razonamiento abductivo conciso. ¿Cómo hace Sherlock para evitar el caos en el diván mental? Simple, evita y aparta todo prejuicio, toda idea sin fundamentos, toda personificación que apunte hacia una teoría que pretenda ajustar los hechos a su explicación, y no al revés? 2 Cuando alguien, viendo un detalle, una premisa, la dirige a un punto predeterminado, entonces tenemos muchas posibilidades de que no sea correcta, sin embargo, lo contrario significa tener la capacidad para ser un observador frío, atento, detallista, lo cual siempre Conan Doyle demuestra entre sus páginas. Tenemos un detalle/premisa, el siguiente paso refiere a realizar una abducción, o sea obtener nuevas hipótesis. El pensador “normal” tendrá trabajo p a r a encontrar dicha referencia, aquel punto de origen de la premisa, y aunque se haya convertido en un pensador frío, su forma de pensar se encuentra ante un nuevo obstáculo, del cual no todos logran obtener una base sólida para resolver problemas: El pensamiento lateral. Este término, acuñado por Edward de Bono, alude a buscar soluciones creativas, no siempre dentro del marco de la pregunta inicial, para resolver algunas cuestiones o dudas; el pensamiento lateral busca cómo generar nuevas hipótesis que pueden variar desde lo sólido hasta la locura, a partir de unas cuantas premisas. Entre todas las respuestas formuladas posibles se puede encontrar la correcta, la más ajustada a la realidad objetiva pero no siempre logramos llegar a ella. La experiencia siempre hace énfasis en la resolución de problemas, cuando nos encontramos ante un detalle -digamos sangre- y nunca la habíamos visto, entonces no conoceríamos cuál sería su procedencia ni su importancia para el análisis; sin embargo, si trabajásemos en homicidios y la sangre ha formado parte de nuestra vida cotidiana, entonces sin duda estaríamos en posibilidad de saber con alto grado de precisión de donde proviene y como se formó. Con la experiencia se va ganando información que entrará en nuestras “cajas mentales”, y conforme la utilicemos, tendremos mejores maneras de poder abducir, y deducir. Sherlock es un pensador científico, el método científico contiene un método de observación, experimentación y conclusiones a partir de los resultados obtenidos; si tuviese una teoría que probar, la experimentaría a toda costa, no descansaría hasta verificarla o desecharla... si el sujeto asesinado tiene atravesado un arpón para cazar ballena, é l iría a experimentar con cerdos para ver qué tanta es la fuerza necesaria para atravesar a alguien, ¿sus conclusiones? sólo un hombre de alta masa musculosa lo lograría. Watson, en cambio, es una persona que sería considerada como “mortal” ante los ojos de Sherlock; el hombre ermitaño lo considera su mejor amigo y en varias de sus aventuras los expresa. Pero la función de Watson se puede desempeñar en otro nivel, pues sin él, el gran pensador no habría de conocer bien sus teorías, pues cuando se explica un tema ante un tercero y se logra que lo comprenda completamente, entonces el que explica ha comprendido en su totalidad el tema. Y esta es la función que cumple Watson. 3 Es imposible no comunicarse y el lenguaje corporal puede ser señal de cómo funciona dicho proceso. Cuando una persona mantiene una atención consciente y plena, sabe interpretar señales y captar indicios entre la gente que no se perciben en primer plano. El lenguaje corporal juega un importante rol en la formación abductiva, pues ante una conversación, por simple que sea, sabemos cómo se siente la persona, cómo actúa y cómo funge en su relación con nosotros. Sherlock es un hombre ético, nunca hace uso de la manipulación emocional, sólo cuando considera absolutamente necesario recurrir a las emociones para obtener información, recurre a ellas. Conclusiones: Abducir es un término complejo, profundo y, simultáneamente, concreto; el pensamiento lógico, la abducción, deducción e inducción, siempre son un trabajo constante, que uno nunca debería dejar de usar de ejercitar. Desde una perspectiva psicológica, siempre hay bastantes funciones en el cerebro humano y, a diferencia de las matemáticas que ejercen como una ciencia exacta, existen teorías que constantemente se modifican, rechazan o añaden nuevos elementos para poder explicar cómo personalmente el ser humano logra pensar, razonar, interpretar, formular juicios y explicaciones, con un cerebro que ha desarrollado durante bastantes años; millones si lo enfocamos como especie y todos los de la propia vida, si lo valoramos individualmente. En el proceso educativo observar, experimentar, deducir, inducir, abducir, razonar, comparar, conjeturar y concluir son operaciones mentales que forman parte inseparable del método de investigación científico. Sherlock no es ninguna diferencia, su método de pensamiento, su ser, su relación con John Watson forman parte de un proceso complicado de existencia que él mismo ha realizado durante bastantes años en conjunto con su hermano mayor, Mycroft Holmes. No nos es posible determinar con precisión que pensaba ni el Doctor Joseph Bell House (médico escocés en quien se inspira Sir Arthur Conan Doyle para dar vida a Sherlock), pero podemos tener una aproximación de cómo es ser un pensador de este estilo tan característico. Siempre ha sido un personaje peculiar, sin embargo, si no tomamos en cuenta las pistas e indicios que existen en el objeto de análisis, si no logramos unir todos los hilos y construir el entramado que ofrezca explicaciones, entonces nunca podemos decir que actuamos lógicamente, nunca podremos ser como Sherlock Holmes. Bibliografía November 20, 2014 Konnikova, M. (2013). Mastermind: How to think like Sherlock Holmes. New York: Viking. 4 Smith, D., & Smith, A. (2011). How to think like Sherlock: Improve your powers of observation, memory and deduction. Doyle, A. (1888). The adventures of Sherlock Holmes. Champaign, Ill.: Project Gutenberg. Doyle, A., & Morley, C. (1930). The complete Sherlock Holmes. Garden City, N.Y.: Doubleday &. 5