Folleto Arroz Produce

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TECNOLOGÍA - PRODUCE
ARROZ DE RIEGO EN MICHOACÁN
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IV
TECNOLOGÍA-PRODUCE
ARROZ EN MICHOACÁN
Contenido
Introducción
Suelos
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Almácigo, plantero o pachol
Variedades
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Época de siembra
Fertilización
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Autores
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Control de enfermedades
Cosecha
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Combate de malas hierbas
Control de plagas
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Preparación del terreno
Método de siembra
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M.C. Armando López Acosta
Ing. Raúl López Maldonado
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ARROZ DE RIEGO EN MICHOACÁN
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Introducción
En el Estado de Michoacán, la superficie dedicada al cultivo del arroz se ubica en la región
del Valle de Apatzingán, concretamente en los municipios de Gabriel Zamora, Parácuaro,
Nuevo Urecho, Apatzingán, Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec; ocupando los dos primeros municipios el 1er. y 2º lugar con 47 y 20 porciento, respectivamente, en cuanto a superficie sembrada y volumen de producción. Regionalmente, la superficie de siembra oscila
alrededor de 5 mil hectáreas de arroz, cuyo rendimiento medio es del orden de las 6.5
toneladas por unidad de superficie, arrojando una producción total de 32 mil 500 toneladas.
En la zona, éste cultivo reviste gran importancia socioeconómica debido a la enorme cantidad de jornales que demanda su producción (alrededor de 520 mil), por la persistencia del
sistema de siembra empleado (bordeo manual y trasplante), en cerca del 35 % de la superficie.
Suelos
Por ser arcillosos y pesados, los suelos de la región son los apropiados para el cultivo del
arroz, por lo general con 2 ó 3 pasos de rastra es suficiente para su establecimiento, puesto
que en arroz el sistema radicular es muy superficial; y las preparaciones del suelo profundas aumentan su permeabilidad, lo que hace que se requieran mayores volúmenes de agua
para mantener el suelo saturado o inundado.
Preparación del
Terreno
Independientemente del sistema de siembra que se use (trasplante o directa), el proceso
para cultivar arroz se inicia con la preparación del terreno, la cual se realiza a través de los
siguientes pasos:
Limpia. La finalidad de esta labor es eliminar los residuos de la cosecha anterior, así como
de ciertos arbustos que se encuentren en el terreno. Conviene eliminar estos residuos, ya
que de no hacerlo, pueden dificultar las labores subsiguientes.
Barbecho. Es conveniente realizar esta labor, por lo menos, un mes antes del establecimiento del cultivo, para de esta manera eliminar algunas plagas que viven en el suelo. El
barbecho debe realizarse a una profundidad de 20 a 30 centímetros.
Cruza. En caso de que por efecto de la pedregosidad del terreno, o algún otro motivo no
haya quedado "parejo" el barbecho, sino que hayan quedado partes crudas, es necesario
efectuar una cruza para emparejar el terreno.
Rastreo. Cuando no haya sido necesaria la cruza, es conveniente realizar un rastreo, el
cual, aparte de desmenuzar los terrones grandes y emparejar el terreno, facilita el manejo
del agua en el momento de iniciar el riego y bordeo.
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Trazo de tajos y machos. Cuando la siembra es en trasplante, inmediatamente después
de las labores de cruza o rastreo, se trazan los tajos, los que deben ser de 12.5 metros de
ancho, y machos de un máximo de 50 metros de largo; dicha labor se puede realizar con
una surcadora de un solo arado. En este sistema de siembra se efectúa el bordeo y trasplante en tareas de 1000 metros cuadrados. Cuando la siembra es directa, también llamada
regional, por lo general el trazo de tajos y machos se hacen a una distancia que permitan un
adecuado manejo del agua de riego.
Método de Siembra
El método de siembra de trasplante, se debe iniciar cuando las plántulas presenten una
altura entre 18 y 20 centímetros, o bien cuando las plantitas tengan 25 días de edad; depositando dos plantas por golpe espaciados 20 centímetros. Es muy importante procurar que
la edad de las plantas al momento del trasplante no exceda de 35 días, ya que se pueden
ocasionar daños a las raíces de las plántulas al momento de ser arrancadas, lo que hace
más difícil su recuperación; en este sistema de siembra se requiere hacer un almácigo o
pachol.
Cuando el método de siembra es directa o regional, su establecimiento se hace en seco y
al voleo, tirando de 120 a 150 kilogramos de semilla certificada por hectárea. En este sistema de siembra, el riego inicial se debe realizar 3 ó 4 días consecutivos según las características del suelo, tratando que el agua no arrastre la semilla. En caso de que la semilla quede
muy superficial, y exista riesgo de arrastre por la ligera pendiente del terreno, un rastreo
ligero colocará la semilla a una profundidad de 3 ó 4 centímetros. Los riegos subsecuentes
se hacen periódicamente, procurando que no le falte humedad al cultivo en etapas críticas.
Almácigo, Plantero o
Pachol
Establecimiento del pachol. En una parte del terreno, donde el agua es constante y fácilmente controlada, se establecen los almácigos o pacholes cuyo tamaño depende de la
superficie que se vaya a plantar. La siembra se debe hacer con 20 kilogramos de semilla, la
cual es suficiente para una superficie de 130 a 150 metros cuadrados de almácigo, que a la
vez produce planta para el trasplante de una hectárea.
Labores en el pachol. Después de que el pachol ha sido preparado y cuenta con una
lámina de agua alrededor de 5 centímetros, se procede inmediatamente a la siembra al
voleo. Cuando se utiliza semilla seca, se debe dejar el agua por espacio de cuatro días, y
cuando se realice la siembra utilizando semilla pregerminada, el agua se mantiene solamente durante un día. Posteriormente deben aplicarse riegos a intervalos de dos a tres días
de acuerdo a las características del terreno; y cuando las plantitas alcancen una altura de
10 centímetros, se debe dejar el agua entablada.
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Si se observa un amarillamiento de las plantitas, es conveniente y necesario realizar una
aplicación de 30 gramos de sulfato de amonio por metro cuadrado de almácigo.
Variedades
Tomando en consideración varios trabajos de investigación realizados en terrenos de productores de arroz de los municipios de Gabriel Zamora y Parácuaro, se sugieren las siguientes variedades, las cuales pueden establecerse indistintamente en cualquiera de los
sistemas de producción prevalecientes: trasplante y siembra directa.
Variedad Apatzingán A-88. Es una variedad liberada y entregada a los productores de
arroz por el INIFAP, a través del Campo Experimental Valle de Apatzingán, la cual presenta
una altura de planta de 110 centímetros en el ciclo primavera-verano, y de 83 centímetros
en otoño-invierno; 125 días a floración y 155 días a madurez; de 26 a 34 tallos por planta,
con tipo de corona semi-compacta y espigas de 22 a 27 centímetros. Esta variedad es
tolerante a problemas de suelo, rinde en promedio de 10 a 12 toneladas por hectárea;
generalmente su rendimiento es superior a la variedad Milagro Filipino; su calidad molinera
arroja 64 porciento de granos pulidos enteros (10 % más que la variedad Milagro Filipino);
presenta granos sin panza blanca y de excelente calidad culinaria. Esta variedad registra
mejor comportamiento en siembra directa.
Variedad Milagro Filipino. Esta variedad presenta una altura de planta de 108 centímetros
en el ciclo de primavera-verano y 80 centímetros en otoño-invierno; 140 días a madurez en
primavera-verano y 160 días en otoño-invierno. Esta variedad produce en promedio 10
toneladas por hectárea; es de mediana calidad molinera, es decir, que presenta bajo porcentaje de granos enteros en el molino; además, es susceptible a problemas de alcalinidad
de los suelos.
Variedad Morelos A-92. Esta variedad ha sido recién introducida y promovida en la región
por los productores de arroz, la cual presenta una altura de 125 centímetros en el ciclo
otoño-invierno y de 145 centímetros en primavera-verano; llega a su madurez a los 170 días
en promedio; tiene una habilidad de amacollamiento intermedia: su tipo de grano es alargado grande, y presenta una resistencia al acame moderada. Produce 7 toneladas por hectárea en promedio, por su tipo de grano es muy aceptada en el mercado nacional. Esta variedad tiene mejor comportamiento en siembras de trasplante.
Época de Siembra
Para siembras de trasplante en el ciclo primavera-verano, se debe establecer el almácigo a
partir del 15 de abril hasta el 30 de mayo; en cambio, para el ciclo otoño-invierno, los pacholes
deben establecerse del 1º de noviembre al 15 de diciembre; el trasplante se debe realizar
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entre los 25 y 30 días de edad de las plántulas, independientemente del ciclo de producción.
En el sistema de siembra directa, se sugiere que ésta se realice durante el mes de mayo y
hasta el 15 de junio para el ciclo primavera-verano; mientras que para el ciclo otoño-invierno se realice en el mes de diciembre.
Fertilización
El cultivo de arroz requiere de una adecuada y oportuna fertilización, con el propósito de
promover un mejor desarrollo de plantas (amacollamiento), y una máxima productividad. La
aplicación del fertilizante antes o al momento de la siembra no es recomendable, debido a
que la eficiencia de éste es menor y gran parte del mismo es aprovechado por las malas
hierbas.
Trabajos de experimentación realizados en las áreas productoras, señalan que la dosis de
fertilización que se debe aplicar al arroz es la 120 - 40 - 00 dividida en dos aplicaciones u
oportunidades.
Realice la primera aplicación del fertilizante (50 % del nitrógeno y todo el fósforo) tres días
después de la aplicación de herbicidas, lo cual se consigue con 300 kilos de sulfato de
amonio ó 150 kilos de urea mezclados con 100 kilos de superfosfato de calcio triple por
hectárea.
La segunda aplicación se debe realizar cuando el arroz inicie su floración, debiendo aplicar
el restante 50 % del nitrógeno por hectárea (300 kilos de sulfato de amonio ó 150 kilos de
urea).
Es importante, que al día siguiente de la aplicación del fertilizante en cualquier oportunidad,
se proporcione riego al cultivo para evitar pérdidas de éste.
En la medida de lo posible, evite aplicar nitrato de amonio al arroz, ya que este fertilizante
tiende a dañar al cultivo.
Combate de Malas
Hierbas
El período en el cual el cultivo de arroz debe permanecer libre de maleza a fin de evitar
reducciones en el rendimiento, es durante los primeros 40 días de emergido.
En el Valle de Apatzingán las principales malezas presentes en orden de importancia son:
zacate pinto, coquillo, alfilerillo, cucharilla y zacate colorado.
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Los herbicidas más empleados en arroz son mezclas a base de Propanil, que actúa sobre
la maleza de hoja angosta y 2,4-D amina que tiene acción sobre maleza de hoja ancha y
Cyperáceas (coquillo). La dosis sugerida de esta mezcla varía desde 8 a 10 y de 1 a 1.5
litros de material comercial por hectárea, respectivamente, aplicada entre los 10 y 15 días
después del trasplante y/o cuando la maleza se encuentre en el estadío de desarrollo de 2
a 4 hojas.
Con esta mezcla se logrará un buen control, si antes de aplicar, el suelo está drenado para
volver a regar dos o tres días después de haberla aplicado. Es necesario señalar que al
efectuar aspersiones fuera del período recomendado, será necesario aumentar la dosis de
Propanil, lo que incrementará el costo; además, el control de zacates será menos eficiente
y, por consecuencia, el rendimiento se reducirá.
Si la infestación de maleza es alta, se sugiere hacer una segunda aplicación de herbicidas,
teniendo cuidado de hacerla antes de la iniciación del primordio floral; aplicación cercana o
posterior a esta etapa, repercutirá en forma notoria en el desarrollo de la planta y en el
rendimiento.
Con el propósito de evitar una reinfestación de maleza (sobre todo en los bordos), es conveniente realizar un roce de bordos aproximadamente 35 días después de la aplicación de
los herbicidas.
Control de Plagas
En el Valle de Apatzingán el cultivo del arroz es atacado por dos tipos de plagas, que son:
insectos y aves; las cuales, relativamente son importantes, siendo éstas las siguientes:
gusano barrenador o palomilla blanca, chicharrita, chinche hedionda y pájaros; mismas que
se describen a continuación:
Barrenador o palomilla blanca. El adulto es una palomilla blanca con el cuerpo cubierto
de escamas superpuestas; el daño lo ocasiona en estado larvario, son de color blanquecino
de cabeza pequeña rojiza. Esta plaga hace un orificio en la parte baja del tallo y luego
perfora los entrenudos y abre galerías; como consecuencia de este ataque, en algunos
casos se presenta amarillamiento de las hojas inferiores y cuando la planta llega a floración
aparecen espigas blancas.
Esta plaga, aún en altas poblaciones, no llega a causar daños de importancia económica al
cultivo, por lo que no se requiere hacer aplicaciones de insecticida para su control.
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Chicharrita. En algunas ocasiones se presentan daños severos causados por ataque de
chicharritas, las cuales causan daño mecánico a las plantas de arroz al insertar su estilete
y absorber el jugo de la planta. El síntoma característico en las plantas es la presencia de
hojas de color verde-amarillento que comúnmente se confunde con una deficiencia de nitrógeno.
La mayor incidencia de chicharritas se ha observado en los ciclos de otoño-invierno, principalmente en la fase de máximo amacollamiento, disminuyendo la población en la fase
reproductiva de las plantas (embuche-floración). Su control se logra con aplicaciones de
Folidol M-72 o Lucation a razón de 1.0 lt/ha. Se sugiere aplicar en floración y formación de
grano al observar la presencia de las chicharritas para evitar el chupado del grano.
Chinche hedionda. Esta plaga antes de causar daño al cultivo, vive en las hierbas, principalmente en los zacates. El daño se presenta cuando las plantas de arroz tienen sus granos en estado lechoso. Una buena medida de prevención es mantener tanto el cultivo como
las orillas del mismo libres de zacates. Su control se consigue con una aplicación de Folimat
1200 en dosis de 0.5 lt/ha o Metasystox R-50 en dosis de un litro por hectárea.
Aves. Estas deben controlarse a través de una estrecha vigilancia tan pronto se presente la
formación de grano, ya que si las parvadas se establecen en el cultivo, después será más
difícil ahuyentar los pájaros del arrozal.
Control de
Enfermedades
En el Valle de Apatzingán, Mich., las enfermedades no se consideran de importancia económica, por lo que no es recomendable aplicar productos fungicidas para su control.
Se considera que una fertilización excesiva, con la cual se produzca gran follajeo del arroz,
existe una alta predisposición de la planta a la incidencia de enfermedades, principalmente
del tipo fungoso.
Cosecha
Cuando las espigas de la planta de arroz presentan un color amarillo dorado y se inclinan
por el peso del grano, las plantas han llegado a su madurez; en este momento debe
suspenderse el riego y a los 15 días se realiza la cosecha.
La humedad del grano determinará cuando efectuar la cosecha, generalmente ésta debe
ser entre el 20 y 22 porciento para su industrialización; en cambio, si la producción se
destina para semilla, la humedad de cosecha en campo será del 13 al 15 porciento.
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