Supresión de la clase de teoría del sistema homeopático

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SUPRESION DB LA CLASB DE rEORI!
DEL SISTEMA HOMEOPATICO_
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:a fines del mes de noviembre próximo pasado se propusieron, los médicos alópatas dcl Oonsejo académico,
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Büprimir la clase de Teoría del sistema homeopático, establecida por el Poder Ejecutivo en la Escuela de Medicina
de la Universidad nacional. Pero como en dicho Oonsejo hai personas imparciales i verdaderamente ilustradas,
que comprenden la injusticia del odio, que los sectarios de la Escuela antigua, le profesan a la Homeopatía, se estableció una acalorada discusioD durante dos sesiones consecutivas, i para desidir la cuestion, tuvo la osadía de
proponer, uno de los citados alópatas, que si se enseñaba la Homeopatía, deberia enseñarse tambien el Espiritismo, el DarwiQismo i la Quiromancia. El fJue esto propuso no procedió de buena fe porque a nadie se le puede
ocurrir que esas otras ridiculeces tengan ninguna relacion con el sistema homeopático, ni hayan sido consideradas
jamas como sistemas médicos ni como ciencias que merezcan estudio. CO!! mucha más raz~:m pueden proponer
los médicos homeÓpatas, q1le, si se sigue enseñando la. alopatía, se enseñen tambien el Humorismo, el Solidismo,
el Rasorismo i tantos otros errores" que se han repartido la candorosa credulidad de los alópatas."
El comparar la Homeopatía con teorías erróneas no es refutarla; i los alópatas del Oonsejo académico tenian la obligacioI) de demostrar que el sistema homeopático no es científico O que está mas poblado de errores qne
el siste~a antiguo, para poder prohibir su enseñanza universitaria, porque aun suponiendo que los dos sistemas médicos de que nos ocupamos dén iguales resultados, lo natmal i 10 lójico es que se sigan enseñando á:llbos.
Nuestro actual PI'eRidente de la Nacion mandó que se enseñase la teoría del sistema homeopático en la
Univel'sidad nacional, porque dumnte los viajes que ha hecho por' Europa i por la Amédca del Norte, ha visto
las miversidades, los diRpensarios i los hospitales homeopáticos; ha leido tamhien algunas obr'us de homeopatía
i ha sido recetado i cUl'ado por este sistema. Así pues, los tl'es alópatas del Consejo académico, que apénas
conocen el nombre del sistema homeopático, que no han quel'ido tomarse el trabajo de estudiarlo i ensayarlo
imparcialmente i que no habiéndolo estudiado, cal·ecen de autoridad para juzgado, no debieron supI'imir la enseñanza de una ciencia que les es absolutamente desconocida, como lo prueba el argumento en que se apoyaron
"para Ruprimir su estudio en la Universidad. Si hubieran leido siquiera la polémica sostenida por el señor doctor
Salvador l\f. Alvarez, en el periódico titulado La Homeopatía, en contra de la~ teorías alopáticas de los miembros
de la Sociedad de Medicina, no habrian abusado del poder que 1es confirió el Gobierno para modificar el reglamento universitario, suprimiendo arbitrariamente la clase menciona(la, sólo pOl' espíl'itu de antagonismo,
Por tanto, dcseamos que el Gobierno nacional no npl'Uebe la derogacion oel decreto por el cual se establece
la cátedra de TeOl"ía del sistema homeopático, porq ne el derogado, cq nivllle a. convenir con los alópatas d el Oonsejo en que habia decretado la enseñanza de un sistema médico tan elTóneo como la Quiromancia i el Darwinismo, lo cual, ademas de ser completamente falso, tiene que ofender profundamente al ilustrarlo Presidente de la
Union, a los dignos miembros del Oonsejo que sostuvieron que debía continuar la enseñanza universitaria del
sistema de Hahnemann i a todos los homeópatas dc la República.
El ,Espiritismo, el Darwinismo i la Qnil'omancia tienen mas relacion con las teorías de 108 alópatas que con
la doctrina médica homeopática que sostiene que las enfermedades se curan con los medicamentos que producen, en el hombre sano, síntomas semejantes a los de la afeccion que se quiere curar; que es por eso que los
alópatas, contl'arianrlo su doctrina., curan, con la quinina algunas fiebres intermitentes; con el mercurio, algunas
manifestaciones de la sífi 1if.! ; con los purgantes, algunas diarreas, &.a Ademas, todo mundo sabe que la vacuna
preserva de la viruela por la gra.n semejánza qne hai entre cstas dos afecciones. Pero apesar de esto i de que
M. Paste tu', el mtís ilustre de los natnralistas fl'anceses, acaba de den"!ostrar prácticamente que el preservativo
infalible del cólera i del carbunclo es el mismo vims de estas enfermedades cn alta atenuacion, i de que todos
los descubrimientos modernos confirman la doctrina de Hahnemann, continúan los viejos partidarios del empirismo lu:.ciendo la. guerra a la única medicina racional, difundida hoi en todas las naciones civilizadas.
Actualmente hai en esta ciudad más de diez médicos homeópatas. Oasi tOdDS han hecho sus estudioR en
la Escuela alop~ítica, i despnes de haber recetado durante algun tiempo por esa sistema i de haber visto todos
los errores i las contradicciones de los maestros de la Escuela secular, han vuelto los ojos a esa jóven me·d icina,
que en otro tiempo les pareció ridícula, la han estudiado i examinado detenidamente ise han convencido de que
"este admirable sistema, apesar de tener tantos deb'actores gratúitos, es más lójico, más racional, i en todo mejol'
que el antiguo. ¿ No es esta una prueba evidente de la superioridad del sistema homeopático? ¿ Podrán citar los
alópatas ejemplo ele un cambio en sentido inverso? No. En todo el mundo se ve que los alópatas se vuelven
homeópatas, que el número de los convertidos aumenta diariamente i que cuando se han pasado, persi§ten i perseveran en el estudio de la Homeopatía hasta la muerte; pet'O nunca se ha visto que un homeópata abandone la
verdadera ciencia i prefiera las vanas teorías hipotéticas de la alopatía a la sabia i filosófica doctrina que enseña
el verdadero arte de curar las enfel'lpedades con prontitud, con Slla vidad i sin peligro.
Por estas razones, nos permiti~os suplicar encarecidamente al ciudadano Presidente de la República, a
nom.bre de la juventud que se ednca; de una gran parte de esta sociedad que se receta por el sistema homeopático, i de tantos infelices que están suft'iendo las malas consecuencias de las dósis tóxicas, administradas con
tanta frecuencia por los alópatas, que so~tenga la cátedra de Teoría del sistema homeopático, que en buena hora
creó con su decreto, i, que si es posible, ~e digne conceder a los médicos homeópatas la direccion del Hospital
militar para que puedan demostrar prácticamente las ventajas de su sistema i comprobar, con la pub ·cacion de
los resultados estadísticos, la disminucion de las def'í{nciones.
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Bogotá, diciembre de 1881.
/VARIOS PARTIDARIOS DE LA HOMEOPATIA.
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