Séptima generación de la familia Cousiño toma el

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LATERCERA Domingo 28 de agosto de 2016
Séptima
generación
de la familia
Cousiño
toma el relevo
Tres son los miembros de la séptima
generación -de un total de 10- que se han
integrado a las empresas familiares de los
Cousiño. Para normar la sucesión, el
tradicional grupo formalizó un protocolo.
JESSICA MARTICORENA
Este 2016, la Viña Cousiño Macul
cumplió 160 años de historia. Se trata del grupo vitivinícola chileno más
antiguo del país, que sigue en manos
de la misma familia fundadora. Hoy,
los descendientes de Matías Cousiño
han abierto las puertas a la incorporación de la séptima generación del
clan, la que gradualmente comienza
a tomar el relevo del negocio.
A inicios de año, Verónica Cousiño Mery (34) asumió la Subgerencia
de Exportaciones y Marketing de la
viña. La ingeniera comercial es la hija
mayor de Carlos Cousiño Valdés (60
años, sociólogo), el mayor de los tres
hermanos que conforman la sexta
generación y que, además, integran
Emilio (58, abogado) y Arturo (55, ingeniero). Los hermanos Cousiño Valdés lideran el desarrollo de los negocios familiares en los sectores vitivinícola, a través de Viña Cousiño
Macul, e inmobiliario, con Crillón
Desarrollo Inmobiliario.
“Somos una familia pequeña. Los
tres hermanos y los respectivos hijos
hemos funcionado súper bien sobre
la base de la confianza, lo que ha facilitado las relaciones familiares y
también de trabajo”, relata Verónica.
Para formalizar las relaciones laborales y normar la sucesión, hace un
par de años la familia Cousiño preparó un protocolo familiar para definir
cómo las nuevas generaciones se irían
integrando al negocio. Lo hicieron,
dice Verónica, pensando en la séptima generación, que conforman los 10
“
“
FRASES
“Nos hemos
preparado
para minimizar
los riesgos
de conflicto
entre los primos”.
“Acá no hacemos
directores, sino gente
que conozca su
negocio. Nadie de mi
generación va a ser
director sin saber
de qué se trata la
empresa en la que
está trabajando”.
VERÓNICA COUSIÑO,
SUBGERENTA DE
EXPORTACIONES
Y MARKETING
VIÑA COUSIÑO MACUL.
RR Verónica Cousiño Mery es parte de la séptima generación de la familia Cousiño. Asumió la Subgerencia
de Marketing de la viña a inicios de año. FOTO: ANDRÉS PÉREZ
hijos de los hermanos Cousiño Valdés, de entre 21 y 34 años. Tras ellos,
ya hay una octava generación, que
hasta el momento integran ocho nietos. “Nos hemos preparado para minimizar los riesgos de conflicto entre los primos”, indica.
Dicho protocolo, cuenta, se hizo a
medida de cada una de las tres ramas,
pacto que después fue socializado y
compartido para recoger opiniones.
Esquema de sucesión
Durante décadas, los Cousiño Valdés
han cultivado una máxima: los tres
integran los directorios de cada negocio y si bien cada hermano tiene su
área de trabajo definida -Carlos preside la viña, Emilio preside Crillón
Desarrollo Inmobiliario y Arturo es
director de la viña y de Crillón-, las
decisiones relevantes siempre las toman por unanimidad. “Si no se logra
al comienzo, se debate la idea o proyecto hasta alcanzar esa unanimidad”, destaca Verónica.
El protocolo dejó por escrito esa
forma de operar que por años fue sólo
un acuerdo de palabra, cuentan otras
fuentes conocedoras. También y,
como en muchas empresas familiares, se definió la conformación de un
consejo de familia, una instancia de
participación adicional a los gobiernos corporativos. En estos últimos
participan, además, asesores externos, entre ellos, el economista Cristián Eyzaguirre Johnston.
También se normó la incorporación al trabajo. La premisa general es
que cada uno de los descendientes
pueda escoger su propio camino profesional, “sin sentirse presionados a
incorporarse a los negocios de la familia”. Si algún integrante tiene el interés de hacerlo, los Cousiño no
creen que el primer paso sea sentarse en las mesas directivas. La filosofía es que las nuevas generaciones se
vayan sumando desde abajo, para
que conozcan la operatividad y el
día a día de las empresas.
“La familia no cierra la puerta a
que ocupemos cargos en el directorio, pero acá no hacemos directores,
sino gente que conozca su negocio.
Nadie de mi generación va a ser director sin saber de qué se trata la
empresa en la que está trabajando.
Nos han inculcado que hay que conocer cómo funciona y de qué se
trata el negocio para poder aportar”,
dice Verónica.
El protocolo aborda, también, la
propiedad y la forma de venta de las
distintas participaciones en los negocios, si es que alguna rama de la familia desea enajenar su porcentaje en
algún momento, señala otra fuente.
Tres son los integrantes de la séptima generación que se han integrado a las empresas. Además de Verónica, está su hermano Diego (33),
ingeniero civil y subgerente de Desarrollo de Proyectos en Inmobiliaria
Crillón, y Elisa Cousiño Vial (27), hija
de Emilio, fotógrafa y brand manager del mercado nacional de la viña.
Viña y desarrollo inmobiliario
El apellido Cousiño está unido a la actividad industrial, minera y agríco-
la de la historia de Chile. Hoy, la viña
y el negocio inmobiliario son los ejes
comerciales del grupo.
La viña ha sido el bastión familiar.
Hoy produce 300 mil cajas, el 60% lo
exporta a un precio promedio de
US$ 44 la caja. En 1996, parte de la
viña se trasladó a Buin, a un terreno
de 300 hectáreas. Aún quedan en
Peñalolén 100 hectáreas productivas, que irán disminuyendo para dar
paso a la expansión del negocio inmobiliario, anticipa Verónica. “Siempre nos quedaremos aquí con unas 30
hectáreas”, añade. Tienen, además,
otras 30 en Alhué, cerca de Rapel.
Para explotar de manera más rentable las 300 hectáreas que ocupaban
los viñedos en Peñalolén, en 2001 la
familia comenzó a desarrollar el negocio inmobiliario. Un rubro no desconocido, pues durante años se dedicaron a la renta de oficinas en el
centro de Santiago y, hasta hoy, son
dueños de la Galería Crillón.
A la fecha, Parque Cousiño Macul
ha desarrollado más de 25 proyectos
-ejecutados por Crillón y otras inmobiliarias- en 150 hectáreas. Hoy viven
en el sector unas 8.500 personas,
habiéndose totalizado una inversión
aproximada de US$ 600 millones,
cuenta Carlos Basch, gerente general
de Inmobiliaria Crillón.
Y los planes siguen. “Para 2017, en
otro paño de terreno de la Viña Cousiño, recientemente adquirido por
Crillón, se desarrollará un proyecto
a 10 años, donde invertiremos
US$ 250 millones para construir
1.500 viviendas”, detalla Basch. N
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