Tema3_3_MARIO VARGAS LLOSA

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3.3.- -UN NOVELISTA DE NUESTROS DÍAS: MARIO VARGAS LLOSA. T EORÍA DE LA NOVELA .
TÉCNICAS NARRATIVAS . LA EVOLUCIÓN DE SU NOVELÍSTICA ENTRE LA CIUDAD Y LOS PERROS Y EL
SUEÑO DEL CELTA.
M ARIO VARGAS LLOSA
Nació en Arequipa (Perú), en 1936. Sus padres se separaron antes de que naciera y en 1946, se
encontró por primera vez con su padre. La relación con él fue siempre tortuosa y conflictiva. Se casó con su
tía política, Julia Urquidi, catorce años mayor que él, en 1955. En 1959 obtiene en la Universidad
Complutense de Madrid el título de Doctor en Filosofía y Letras.
En 1959 publica un conjunto de cuentos con el título “Los jefes” y obtiene el premio “Leopoldo
Arias”. En 1960 se traslada a París y en el 64 se divorcia de Julia Urquidi y regresa al Perú. En 1965 se
casa con Patricia Llosa, prima suya, con quien tuvo tres hijos. Traductor en la Unesco, Grecia 1967, y hasta
1974 su vida transcurre entre París, Londres y Barcelona. En 1990 participa como candidato a la presidencia
de la República de Perú, pero pierde las elecciones y regresa a Londres. Ha colaborado con varios
periódicos, universidades, eventos como jurado, etc.
Fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 1986, compartido con Rafael
Lapesa, y en 1994 recibió el premio Cervantes. Es miembro de la Real Academia desde 1996. Premio Nobel
2010.
Teoría de la novela
Mario Vargas Llosa nos explica su propia concepción de la novela: “Escribir novelas es un acto de
rebelión contra la realidad, contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad. Es una tentativa de
corrección, cambio o abolición de la realidad real, de su sustitución por la realidad ficticia que el novelista
crea. Éste es un disidente: crea vida ilusoria, crea mundos verbales porque no acepta la vida y el mundo tal
como son (o como cree que son). La raíz de su vocación es un sentimiento de insatisfacción contra la vida;
cada novela es un deicidio secreto, un asesinato simbólico de la realidad.
Las causas de esta rebelión, origen de la vocación del novelista, son múltiples, pero todas pueden
definirse como una relación viciada con el mundo. Porque sus padres fueron demasiado complacientes o
severos con él, porque descubrió el sexo muy temprano o muy tarde o porque no lo descubrió, porque la
realidad lo trató demasiado bien o demasiado mal, por exceso de debilidad o de fuerza, de generosidad o de
egoísmo, este hombre, esta mujer, en un momento dado se encontraron incapacitados para admitir la vida tal
como la en tendían su tiempo, su sociedad, su clase o su familia, y se descubrieron en
discrepancia con el mundo. Su reacción fue suprimir la realidad, desintegrándola para rehacerla convertida
en otra, hecha de palabras, que la reflejaría y negaría a la vez.
Todos los novelistas son rebeldes, pero no todos los rebeldes son novelistas. ¿Por qué? A diferencia
de los otros, éste no sabe por qué lo es, ignora las raíces profundas de su desavenencia con la realidad: es un
rebelde ciego. La demencia luciferina a que lo empuja su rebeldía —suplantar a Dios, rehacer la realidad-, el
carácter extremos que éste adopta en él, es la manifestación de esa oscuridad tenaz./ “Escribir una novela es
como conducir una campaña militar: ataques de sorpresa, retiradas estratégicas, emboscadas, fuego
graneado”.
Técnicas narrativas
En Vargas Llosa, como en los escritores sudamericanos contemporáneos, la novedad se encuentra
en las técnicas narrativas y en el lenguaje: se rompe la línea argumental del relato («rompecabezas
temporal», «contrapunto», «caleidoscopio», combinación de las personas narrativas, estilo indirecto libre,
monólogo interior); se cambia la forma de contar la historia (desde el principio, in media res, desde el final),
las personas narrativas y el punto de vista. Alterna la descripción del narrador omnisciente con el monólogo
interior y el estilo indirecto libre. Se introduce el collage. El tiempo, en algunos casos, es lineal, pero en
otros se torna cíclico o el relato es atemporal. Se invita al lector a reelaborar la historia. Se mezclan
oraciones en diferentes idiomas, se inventan palabras y lenguajes inexistentes; se rompe con la puntuación
tradicional y con la ortografía; alterna el vocabulario culto y erudito con el popular e, incluso, vulgar.
Vargas Llosa nos explica sobre este punto: “Las técnicas que empleo tienen por objeto poner en
movimiento, vitalizar, animar esas historias que cuento y que a mí me gustaría que se leyeran como una
novela de Dumas o como se ve un buen «western».
Vargas Llosa le tiene pavor a esos «tiempos muertos» en la novela. ¿Cómo mantener entonces el
interés narrativo del lector? Los cuatro procedimientos estructurales básicos que él utiliza son los
siguientes:
La simultaneidad rítmica o los vasos comunicantes:
Es una técnica que arranca de las novelas de caballerías y que ha llegado a ser tan corriente en la
narración moderna, a identificarse tanto con la técnica de la novela, desde que Flaubert lo empleó en el
célebre capítulo de «Los comicios agrícolas» de Madame Bovary (...) hasta su utilización por Faulkner.
Consiste en asociar, dentro de una unidad narrativa, episodios que ocurren en tiempo o/y espacio diferentes,
o que son de naturaleza distinta, de modo que las tensiones y emociones particulares a cada episodio pasen
de uno a otro, iluminándose, esclareciéndose mutuamente (...).
El dato escondido:
Se narran por omisión escamoteando datos significativos para el esclarecimiento de la historia, de
manera que «azucen la imaginación del lector, de modo que este tenga que llenar aquellos blancos de la
historia con hipótesis y conjeturas de su propia cosecha». Propone, además, como ejemplo, las narraciones
de Ernest Hemingway, «llenas de silencios significativos, de datos escamoteados por un astuto narrador»
La caja china o la muñeca rusa:
Una historia principal genera otras historias derivadas, lo que aporta a la historia contada misterio,
ambigüedad y complejidad. Ejemplo indudable son Las mil y una noches.
Las mudas y el salto cualitativo:
Es toda alteración que experimenta cualquiera de los puntos de vista: espaciales, temporales o de
nivel de realidad (...). Quizás menos frecuentes que las espaciales sean las mudas temporales, esos
movimientos del narrador en el tiempo de una historia, con los que se despliegan ante nuestros ojos,
simultáneamente, el pasado, el presente o el futuro, consiguiendo también, si la técnica está bien
aprovechada, una ilusión de totalidad cronológica, de autosuficiencia temporal para la historia.
Evolución novelística.
La primera novela de Vargas Llosa, La ciudad y los perros, fue publicada en 1963. La obra se
desarrolla en medio de una comunidad de cadetes en una escuela militar en Lima; la trama está basada en
las propias experiencias del autor en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima. En 1965 publica La Casa
Verde, acerca de un burdel del mismo nombre y cómo su casi mítica presencia afecta las vidas de los
personajes. En 1967, Los cachorros.
La tercera novela de Vargas Llosa, Conversación en La Catedral, fue publicada en 1969, a la edad de
33 años. En 1971, Vargas Llosa publicó García Márquez: Historia de un deicidio como su tesis doctoral
en la Universidad de Londres. Dicha tesis fue posteriormente publicada como un libro. Después de la
publicación de la obra Conversación en La Catedral, la producción de Vargas Llosa se distanció de los
temas de mayor seriedad como son la política y los problemas sociales. El especialista en literatura
latinoamericana, Raymond L. Williams, describe esta fase de su carrera literaria como «el descubrimiento
del humor». Su primer intento en una novela satírica fue Pantaleón y las visitadoras, publicada en 1973.
En 1977, Vargas Llosa publicó La tía Julia y el escribidor, basado en parte en el matrimonio con su
primera esposa, Julia Urquidi, a quien dedicó la novela. En 1981 publicó su cuarta novela más importante,
La guerra del fin del mundo, la cual fue su primer intento de una novela histórica. Esta obra inició un
cambio radical en el estilo de Vargas Llosa hacia temas como el mesianismo y la conducta irracional
humana. Esta novela tiene lugar en las profundidades del sertao brasileño del siglo xix, y se basa en hechos
auténticos de la historia del Brasil.
Otras obras importantes son: ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986), El hablador (1987), Elogio
de la madrastra (1988). Tras un período de intensa actividad política, Vargas Llosa volvió a ocuparse en la
literatura con su libro autobiográfico El pez en el agua (1993), Lituma en los Andes (1993), Premio
Planeta, Los cuadernos de don Rigoberto (1997) y El paraíso en la otra esquina (2003). Otro trabajo
destacable es un ensayo que resume el curso dictado en Oxford, sobre la novela Los Miserables de Víctor
Hugo, La tentación de lo imposible.
La novela La Fiesta del Chivo (2000) fue llevada al cine por su primo Luis Llosa en la película de
igual título. En mayo de 2006 presentó su novela Travesuras de la niña mala (Alfaguara, 2006). En 2010,
año en que fue premiado con el Nobel de Literatura, apareció El sueño del Celta (novela que empieza en
el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. Aquí se cuenta la peripecia vital
de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement, quien, después de haber estado en el Congo Belga y
en la Amazonia, conspira contra Londres en plena I Guerra Mundial. La aparición de unos supuestos diarios
hace que sea despreciado por sus compatriotas).
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