y C L A V E L L I N A , I 65 que queden bien sujetas, y sin riesgo de romperse. A l g u n o s floristas económicos, atan los tallos del clavel con j u n c o s , cortezas correosas de los. á r b o l e s , y otros equivalentes. A cada tallo se atan d o s , tres tí mas ligaduras sueltas y h o l g a das , para que los aires no los r o m p a n , lo que suele acontecer fácilmente por tener sus nudos sumamente quebradizos y vidriosos. D e b e reprol arse la práctica de algunos floristas p o c o c u i d a d o s o s , que por despachar prontamente atan sin a l i ñ o á un m i s m o tutor todos los tallos de una maceta de c l a v e l ó de c l a v e l l i n a ; porque asi se hallan confundidos t o dos los tallos y flores de la p l a n t a ; carecen de la v e n t i l a ción necesaria ; no pueden prevalecer sus tiernos vastagos; se guarecen entre sus hojas y flores muchos insectos perjud i c i a l e s , que no es fácil destruir tí a h u y e n t a r ; cuesta mas trabajo la ejecución de las maniebras del c u l t i v o ; y ú l t i mamente n o presenta la planta aquel g o l p e de vista agrad a b l e que proporciona la hermosura de sus flores. Destallar. T o d o curioso debe procurar mas bien o b t e ner un buen clavel en una p l a n t a , que m a y o r porción de flores desmedradas y pequeñas. Se logra que una flor de clavel sea grande y espaciosa suprimiendo en la planta todos los tallos e n d e b l e s , y laterales que nacen del sobaco de las h o j a s , que nunca producen sino flores pequeñas incompletas y de m a l a s p e c t o , y solamente sirven para desustanciarla sin a p r o v e c h a m i e n t o , dejando existentes únicamente los tallos centrales ó principales de mas empuje, y que mas p r o m e t e n . E n cada caña no debe quedar mas de una flor tí b o t ó n , los demás d e ben espinzarse con la u ñ a , tí cortarse con tijeras, lo que es mas útil á la p l a n t a , á fin de que el botón final, tí que está colocado en lo alto del tallo p r i n c i p a l , acreciente y aumente su v o l u m e n . U n o s conservan todos los vastagos que nacen del pie tíraiz de la p l a n t a , y otros dejan subir á flor solamente cuatro tí seis cañas espinzando todas las demás según la fortaleza de la planta del c l a v e l . Se debe hacer esta operaciou con conocimiento para no suprimir mas tallos de los que necesita la p l a n t a ; porque si n o , resulta que casi todos los v a s tagos p e q u e ñ o s , que sirven para acodar y esquejar, reciben