Efesios 3:14-21 - Pueblo Nuevo Bautista

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1
Estudio Inductivo
EFESIOS
Autor Alberto Prokopchuk
7
Texto seleccionado: Efesios 3:14-21
I
Preguntas inductivas
1.1
Efesios 3:14-15
“Por esta causa doblo mis
rodillas ante el Padre de
nuestro Señor Jesucristo,
de quien toma nombre toda
familia en los cielos y en la
tierra.”
1.2
1.3
¿Por qué en otras versiones de la Biblia no figura “de
nuestro Señor Jesucristo” sino solamente “doblo mis
rodillas ante el Padre”?
El apóstol Pablo se arrodillaba para orar ¿Podemos
mencionar a otros personajes bíblicos que oraban de esta
forma?
¿Qué dice el texto sobre las familias?
Respuesta:
1.1
Como en la antigüedad no existía la imprenta, todas las copias de la
carta original de Pablo se hacían a mano. Luego se acumularon las
copias de las copias. Y esas copias no eran idénticas, porque los
copistas a veces reemplazaban una palabra por otra, agregaban una
frase o salteaban alguna palabra. Esas diferencias fueron llamadas
“variantes” del texto. Los papiros o pergaminos más antiguos tienen
menos agregados y omisiones, porque eran las primeras copias de
los originales y sirven como referentes para saber si una copia
posterior fue modificada. Y aquí tenemos un ejemplo de una
“variante” es decir, de una frase que fue añadida posteriormente,
posiblemente más de 400 años después que fue escrita la epístola, y
esa frase es “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de
nuestro Señor Jesucristo” Las últimas tres palabras que aparecen
en negrita “de nuestro Señor Jesucristo” fueron agregadas y no
pertenecen a Pablo. Ya que todos sabemos que el Padre, es Padre
de Jesucristo, no hacía falta modificar el texto original, pero lo
hicieron, pensando que así aclaraban el texto. Pero no es así. Sin
embargo, esta variante tiene poca importancia porque no le añade ni
le quita nada a la doctrina. No obstante, los traductores actuales han
optado por quitar esa frase de sus versiones, y dejar el texto como
era al principio, como por ejemplo, la Versión Latinoamericana dice
“Por eso doblo las rodillas en presencia del Padre”. La Versión
Internacional: “Por esta razón me arrodillo ante el Padre”.
1.2
Podemos mencionar, aparte de Jesucristo, como ejemplo a tres
varones: (1) El rey Salomón. “Cuando acabó Salomón de hacer a
Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas
delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo…” (1
Reyes 8:54) (2) El profeta Elías “Elías subió a la cumbre del Carmelo
y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas…” (1 Reyes
18:42) (3) Esdras. “…me postré de rodillas y extendí mis manos a
Jehová mi Dios” (Esdras 9:5) Si bien es verdad que Dios mira más
nuestro corazón que la postura de nuestro cuerpo, también es cierto
2
que hay ocasiones en que lo que está en el corazón se refleja en el
cuerpo. Por ejemplo en este caso, con sus rodillas dobladas ante
Dios el apóstol expresaba vehementemente su súplica a favor de la
iglesia.
1.3
Efesios 3:16
“para que os dé, conforme
a las riquezas de su gloria,
el ser fortalecidos con
poder en el hombre interior
por su Espíritu,”
Dice que Dios es la fuente y el origen de todas las familias de la
tierra, y utiliza el término “patria” que en griego significa: familia,
nación, pueblo. Por eso se puede traducir también “De quien toda
nación o pueblo adquiere su nombre, tanto en el cielo como en la
tierra”. Este versículo nos deja ver que no solo que en la tierra el
nombre de las familias proviene de Dios, sino que hay familias,
naciones y pueblos en el cielo, que también reciben un nombre de
parte de Dios: “de quien toma nombre toda familia en los cielos y en
la tierra”.
2.1
Respuesta
2.1
Pedía fortaleza interior. “los refuerce y fortalezca interiormente por su
Espíritu” (NBE) “que estéis vigorosamente fortalecidos por la acción
de su Espíritu en el hombre interior” (BJ). Porque el apóstol sabía
muy bien que exteriormente podemos ser fuertes, seguros,
poderosos, elocuentes y dominantes, pero en lo más íntimo, allí
donde solo Dios puede ver, somos débiles. Y si esa parte interior
permanece así, algún día podríamos desmoronarnos. Además, Pablo
tenía presente que somos frágiles, que nuestra estructura interior no
está preparada para recibir una mayor gloria, y si Dios nos llena de su
presencia no podríamos resistir. Por eso, antes de pedir que Dios los
llene, pide que sean fortalecidos con poder por medio del Espíritu
Santo en su interior.
3.1
Efesios 3:17-19
“para que habite Cristo
por la fe en vuestros
corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados
en
amor,
seáis
plenamente capaces de
comprender con todos los
santos cuál sea la
anchura, la longitud, la
profundidad y la altura, y
de conocer el amor de
Cristo, que excede a todo
conocimiento, para seáis
llenos de toda la plenitud
de Dios.”
¿Qué pedía el apóstol Pablo a Dios de rodillas? ¿por qué
se supone que pedía esto?
3.2
¿No recibieron a Cristo los cristianos de Éfeso? ¿No
estaba Cristo en ellos? Si es así ¿Por qué Pablo oraba
“para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones”?
¿De qué manera podremos ser llenos de toda la plenitud
de Dios?
Respuesta:
3.1
Algunas preguntas pueden responderse con otras preguntas. ¿Es
válido pensar que algunos que han recibido a Cristo no permiten que
el habite en ellos? ¿Es válido suponer que Cristo ocupa un sector de
su vida y no su totalidad? Por ejemplo: Pablo escribió “no deis lugar
al diablo” ¿cómo podemos dar lugar al diablo si Cristo ocupa la
totalidad de nuestra vida? Muchas veces hemos oído decir “Donde
Cristo está no puede estar el diablo” por lo cual, un creyente no
puede tener un demonio. ¡Correcto! La lógica nos dice esto. Pero si
seguimos con este razonamiento también debemos decir que donde
está Cristo no puede haber pecado. ¡Es imposible que Cristo conviva
con el pecado! ¿Por qué si admitimos la presencia de Cristo con el
pecado y no admitimos la presencia de Cristo con el demonio? Los
cierto es que ni el pecado ni el demonio deberían contaminar nuestra
vida, y esto es posible si Cristo habita totalmente en nuestra vida. Por
3
eso Pablo oraba “que Cristo viva, se establezca y resida por la fe en
sus corazones”
3.2
Efesios 3:20-21
“Y a Aquel que es poderoso
para hacer todas las cosas
mucho
más
abundantemente de lo que
pedimos o entendemos,
según el poder que actúa
en nosotros, a él sea gloria
en la iglesia en Cristo Jesús
por todas las edades, por
los siglos de los siglos.
Amén.
Muchas veces hemos escuchado frases como “llenura del Espíritu
Santo” o de la experiencia de ser “llenos de su poder”, o “llenos de la
unción” o “llenos de gracia”, pero aquí el apóstol va más lejos al
referirse a la plenitud de Dios. Esto significa ser llenos del Padre,
llenos del Hijo, y llenos del Espíritu Santo. Llenos de la manifestación
de su gloria y de la misma naturaleza de Dios. Tal vez Pablo estaba
pensando en el tabernáculo o en el templo de Salomón cuando fue
lleno de la gloria de Dios. Pero en lugar de un templo de piedras y
madera, la plenitud de Dios puede llenar la iglesia. ¿Cómo se logra
esto? Nos da tres pasos (1) Debemos estar arraigados y cimentados
en amor. Así como uno se arraiga al lugar donde vive y no quiere
abandonarlo por nada del mundo, así debemos establecernos en el
amor, debemos extender nuestras raíces y colocar nuestro cimiento
allí. (2) Debemos comprender las dimensiones. “Cual sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la altura”, Y esa comprensión se logra
“con todos los santos”, o todos los que han recibido a Cristo y han
nacido de nuevo. Y si es con todos, significa que no está pensando
en una persona excepcional o un grupo que tiene fama de ser más
espiritual que el resto, sino toda la iglesia. ¿Las dimensiones de qué?
En la primera lectura nos parece que está refiriéndose al amor de
Cristo, pero si observamos mejor, notaremos que del amor de Cristo
se menciona en la siguiente frase, después de comprender las
dimensiones añade “y de conocer el amor de Cristo”. Por lo cual,
cuando habla de dimensiones al parecer se está refiriendo a la
iglesia: ¿Cuál es su medida? ¿Cuál es su anchura? ¿cuál es su
longitud? ¿cuál su profundidad? ¿cuál su altura? Las medidas
señalan un límite, una forma y un espacio. Al comprender esto,
sabremos si estamos llenos de su plenitud o no. ¿Cómo puedo estar
seguro que algo está lleno si no se su capacidad ni sus dimensiones?
(3) En tercer lugar, para ser llenos de la plenitud de Dios debemos
conocer el amor de Cristo, un amor que excede a todo conocimiento.
Aquí no hay medidas que alcancen, todo se empequeñece ante un
amor tan grande. Cuando uno más piensa, más se da cuenta que no
puede explicar nada. Sin embargo, debemos conocer lo que no se
puede conocer, porque “excede a todo conocimiento”, o que “supera
o sobrepasa a todo conocimiento”
4.1
¿En qué Dios es poderoso?
Respuesta:
4.1
Por medio de estos versículos podemos afirmar que (1) Dios es más
poderoso que las circunstancias. Literalmente en griego se lee así “y
Aquel que es poderoso más allá de todas las cosas”. “Todas las
cosas” son las circunstancias, los problemas, las dificultades, las
trabas, los obstáculos, la oposición satánica. ¡Mas que todas las
cosas! (2) Dios es muchísimo más poderoso para hacer todas las
cosas mejor de lo que pedimos. “mucho más allá de todo lo que
podemos pedir”. A veces nos preguntamos “¿Habré orado bien?
¿Fue suficiente mi oración? ¿Pedí todo lo que podía pedir? Cuando
oro por alguien sin conocer bien su necesidad y mi oración se limita a
pocas frases ¿Dios responde solo de acuerdo a lo que le pido?
¿Nuestro desconocimiento o ignorancia limita a Dios?
4
¡Absolutamente no! Dios siempre va más allá, y nos da “mucho más
abundantemente de lo que pedimos” (3) En tercer lugar, podemos
afirmar que Dios es mucho más poderoso para hacer todas las cosas
mejor de lo que pensamos. Nosotros imaginamos la respuesta de
Dios de una forma; tal vez de una manera “aceptable” o “posible”, y,
en cambio, Dios nos sorprende con un milagro que escapa a toda
explicación. El convierte lo imposible en posible. (4) Por último, Dios
lo hace todo “según el poder que actúa en nosotros” La operación de
Dios se realiza por medio de la iglesia sobre las circunstancias, las
peticiones y sobre los pensamientos. Todo este poder está adentro,
no fuera. Por eso concluye con una doxología que dice “a
Él sea la gloria en la iglesia, en Cristo Jesús por todas las edades,
por los siglos de los siglos. Amén”
II
Actividad práctica
1. Para descubrir si un cristiano es maduro o inmaduro basta con
escuchar sus motivos de oración. El cristiano inmaduro solo se
interesa por sí mismo y sus propios problemas; el cristiano
maduro, por el contrario, se interesa por el bien de los demás, por
la iglesia, y por la extensión del reino de Dios. Por eso, en esta
ocasión haremos de cuenta que todos los miembros del grupo
son maduros y espirituales, y por lo tanto, orarán como tales. Si el
lugar donde se reúne el grupo lo permite, podrían “doblar sus
rodillas ante el Padre”, para pedir y suplicar por dos o tres motivos
previamente acordados.
2. Orar en forma especial por la iglesia para que sea llena de toda la
plenitud de Dios.
III.
Sugerencias para el facilitador
1. Antes de orar por tu Grupo de Bendición y Crecimiento, (1)
Examina su “anchura” es decir, su amplitud para invitar, recibir y
atender con cariño a la gente nueva ¿es un grupo estrecho o
amplio? ¿exclusivo o inclusivo? (2) Examina su longitud, es decir,
su alcance. ¿a qué tipo de personas está alcanzando? Si
solamente a una edad o a todas las edades, a todas las razas y
culturas. Si su alcance es en un mismo barrio o también otros
lugares. (3) Examina su profundidad. ¿Les interesan los temas
espirituales o prefieren hablar de cosas superficiales como el
resultado del último partido, o la forma de vestir de alguien, o son
adictos al chisme? ¿Tienen una fe madura o dejan de ir a la
iglesia por cualquier problema? (4) Por último, examina su altura.
¿Han crecido espiritualmente en los últimos meses o años?
¿Tienen más paciencia? ¿se preocupan por el bien de los
demás? ¿mejoraron su forma de hablar y comportarse? Si notas
que en algún área de sus vidas aun les falta, ya sabes qué debes
pedir a su favor.
IV.
Texto bíblico para memorizar: Efesios 3:20-21 “Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de
lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por
los siglos de los siglos. Amén.
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