LA SITUACIÓN DE LAS RELIGIONES HISTÓRICAS A INICIOS DEL

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LA SITUACIÓN DE LAS RELIGIONES HISTÓRICAS A INICIOS DEL SIGLO XXI
Y LOS NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS
ESCRIBE: MARIO MORVELÍ
En esta sección exponemos fugazmente la situación de las religiones históricas, así como la conformación
de los nuevos movimientos religiosos a partir de la descripción de dos nuevos movimientos religiosos: el movimiento
del Recobro y la AEMINPU.
A. La situación de las religiones históricas
Con relación a la situación de las religiones históricas, Parker (1996a:39-41) señaló dos postulados:
Primero, menciona que el problema religioso en la sociedad moderna se explicaba en términos de Iglesia y secta, de
religión oficial y no-oficial. Así, toda sociedad religiosa o personas que no participaban de las normas teológicas
occidentales (católicas o protestantes) fueron subestimadas, enjuiciadas y hasta perseguidas, con el pretexto de ser
herejes o sectarios. No obstante, la historia ha cambiado, hoy la cultura de la sociedad post-industrial pluralista
viene influyendo en el desarrollo de una nueva conciencia de identidad distinta y al mismo tiempo de tolerancia o de
convivencia intercultural con efectos religiosos como el de la apertura a nuevas creencias y expresiones místicas de
carácter condescendiente, así como del auge de nuevas necesidades espirituales.
Segundo, indicó que la crisis de las religiones universales e institucionalizadas en iglesias corre paralela al
incremento de las nuevas expresiones religiosas particulares y difusas. Esta situación exige a que las religiones
históricas reajusten sus principios teológicos a las necesidades de los hombres actuales, por el contrario corren el
riesgo de desaparecer. Pues está claro que los nuevos movimientos religiosos se van moviendo en el marco de la
difusión de nuevos simbolismos y nuevas mitologías desarrolladas por áreas culturales y con sabor ecuménico,
tolerante y de globalización.
Así pues, las religiones históricas están experimentando una suerte de crisis. Puga Batllori (1991) confirma
referente al catolicismo lo siguiente: que hoy, una nueva cultura parte la Iglesia en dos; Hanegraaff (1993)
refiriéndose al protestantismo menciona también que el cristianismo vive una situación de crisis. En otro documento
mencionamos que los místicos católicos y protestantes enfrentan una crisis a razón de que sus teologías y sus
doctrinas van resultando insuficientes para la satisfacción de las nuevas necesidades espirituales (Morveli Salas,
1998:9). Por ello hoy los conflictos dejaron de ser teológicos y doctrinarios y más bien aparecieron problemas de
identidad religiosa y de cómo contestar a la globalización religiosa.
Hay que hacer notar también que a través de la historia de la humanidad se han alcanzado testimonios de
experiencias acerca de periodos rápidos de cambios socioculturales y económicos que provocaron la crisis y el
nacimiento de nuevos cultos religiosos y espirituales. A este respecto se escribe:
“Todas las grandes religiones del mundo han nacido en épocas de rápidas transformaciones culturales. El
budismo y el hinduismo surgieron en el Valle del Ganges, en el norte de la India, durante una época de
deforestación, crecimiento demográfico y formación de estados. El judaísmo lo hizo durante las
prolongadas migraciones de los antiguos israelitas. El advenimiento del cristianismo coincidió con los
intentos de sacudirse del yugo del imperialismo romano. El Islam apareció en Arabia y el norte de África
mientras el modo de vida tradicional de pastoreo nómada daba paso al comercio y los imperios. Los
protestantes se separaron del catolicismo cuando el capitalismo sustituyó al feudalismo” (Harris, 1988:159).
La referida cita goza de importancia justamente porque en estos momentos se vive notables
transformaciones. Son incuestionables los cambios que se experimentan en la estructura sociocultural, política y
económica. Los efectos de estos cambios influyen en la crisis religiosa y en el advenimiento de nuevos movimientos
e identidades religiosas. El caso peruano es parte de esta situación, por lo que a continuación sintetizamos lo
observado:
1) Las iglesias protestantes, particularmente las denominadas pentecostales y Asambleas de Dios, vienen
adoptando la mística inmanentista especialmente la budista. La espiritualidad asiática se va haciendo parte del
cuerpo doctrinario de un sector del cristianismo evangélico mediante la Ley de la Incubación explicada por el Pastor
Yonggi-Cho (1981). Las observaciones efectuadas de estos sectores evangélicos evidencian dicha aceptación. Por
cierto, estos asiáticos inmanentistas valoran por sobre todo las experiencias internas antes que las externas y, en
ese sentido hacen predominar las relaciones impersonales con un Gurú que generalmente es traducido como un
Dios que hace incubar en la mente y luego hacer nacer aquello que se ha establecido en la mente. Esta doctrina no
corresponde a la teología cristiana del pentecostalismo, pero se han hecho habituales en la vida eclesiástica. Por
ejemplo, el año 1993, el movimiento paraeclesiástico denominado Asociación Misionera Evangélica a las Naciones
(AMEN) y el Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP) organizaron una Gran Conferencia con el Pastor
Yonggi-Cho en el actual Museo Nacional de Lima en el que predicó justamente todo lo relacionado a la Ley de la
Incubación. Igualmente, la Iglesia Asambleas de Dios, en Tacna, habría incorporado dichas experiencias
manifestándose justamente en las oraciones, los ayunos y las vigilias, con discursos orientados a la incubación y el
parto aludido por Yonggi-Cho. Estos seguidores que buscan hacer incubar en sus mentes una necesidad para
seguidamente hacer nacer comparten también otra mística plasmada en escuadrones de oración en el que oran y
ayunan para liberar ciudades y otros espacios del dominio satánico, estas experiencias son el resultado de la fusión
de la mística inmanentista con la mística cristiana armeniana.
2) Los periodos de rápidos cambios socioculturales y económicos, así como la progresiva adhesión a una
espiritualidad asiática, van ocasionando la crisis de valores y de espiritualidad trascendentista. Los indicadores de la
crisis son ciertamente el hecho de que la gente anda buscando nuevas normas, valores y conductas místicas para
sustituir esa vieja espiritualidad y valores establecidos por las iglesias históricas en torno a la filosofía Judía y
Griega.
3) Los gobiernos de turno vienen enfrentando el acelerado crecimiento de la extrema pobreza, así como
las masivas migraciones poblacionales internas y externas. Los resultados de este fenómeno incrementan la
delincuencia, los suicidios, el caos social, entre otros, especialmente entre las personas incapacitadas para
responder a los nuevos retos de la sociedad de mercado; aunque hay también otro gran sector social que logró
responder los retos que presenta la historia a través de la “informalidad”. En esa perspectiva se indican, por ejemplo,
el desarrollo de una economía “informal”, de una política “informal”, o también aparecen las llamadas religiones
“informales”. El último caso es el de nuestro interés.
Por cierto, existe un sector social dedicado a la delincuencia, a la prostitución, al pandillaje, etc., que
obviamente corresponden a sectores marginados por las iglesias históricas. Estos por dogma teológico no
heredarán el Reino de Dios, salvo que se arrepientan y abandonen sus actos de infracción; pero es casi imposible
en tanto no haya soluciones económico-políticas. Es obvio que estos sectores tienen también necesidades
espirituales y para satisfacerlas crearon intercesores a quienes les brindan culto, fe y adoración. Por ejemplo, Sarita
Colonia en Lima es un caso de intercesora de estos sectores sociales con el Dios Todopoderoso, en Cusco se
puede citar al Niño Compadrito. En fin, en estos últimos tiempos se levantan grupos religiosos buscando una nueva
identidad religiosa que satisfaga sus necesidades espirituales.
Además, considerando que los gobiernos de turno no están dando respuestas concretas al problema
económico-social, muchos sectores sociales en condición marginal buscan salidas desesperadas pero que terminan
en soluciones de tipo religioso. Por consiguiente, postulamos que este factor es una de las razones para el
nacimiento de los nuevos movimientos religiosos o nuevas identidades religiosas.
4) Otra de las variables para la crisis de las religiones históricas en el Perú es que progresivamente se
está perdiendo la confianza entre los feligreses y sus líderes. La pérdida de la confianza debilita la solidaridad y sus
consecuencias son: las divisiones, el desinterés por la fe y la iglesia, las sospechas de todo tipo, entre otros; esta
situación deteriora a las iglesias históricas originando los nuevos grupos religiosos. Debemos notar que hasta hace
poco se contemplaba que ciertas actividades religiosas y civiles importantes de un distrito lejano o de comunidades
campesinas se efectuaban con la presencia de un Sacerdote católico, éste era importante y nadie estaba en
condiciones de oponerse; pero sucede que hoy, muchas de estas fiestas distritales o comunales ya no cuentan con
estas personalidades, pues ya no les invitan; y si es que se tiene la presencia de un Sacerdote el comportamiento
del pueblo es indiferente, de modo que hasta pueden maltratarlo. Igual acontece con los pastores protestantes que
hasta hace poco su presencia en las comunidades implicaba algún temor de parte de los feligreses, espanto que
llevaba a asumir compromisos como el no beber, no fumar, no mascar coca, estar alejados de las fiestas
comunales, etcétera; hoy cambiaron los factores y muchos protestantes pueden participar de las bebidas e incluso
pueden infringir algunas reglas sin problema alguno de coacción debido a que el Pastor, Obrero u otro líder, ha
perdido autoridad, por ello que las visitas a las iglesias han disminuido. Estos son sucesos que indican la crisis
espiritual y de valores cuya causa es justamente la pérdida de la confianza.
Ahora bien, los cuatro factores indicados para la crisis religiosa cristiana tienen que ver con el nacimiento
de los nuevos movimientos religiosos con características ecuménicas y de tolerancia, y muchos de estos van
convirtiéndose en movimientos que inspiran el criterio empresarial a partir del desarrollo de la confianza como
elemento estructural de sus congregaciones. Se nota que los nuevos movimientos religiosos se han conformado
alrededor de feligreses católicos y protestantes como el de la AEMINPU, o el Movimiento del Recobro que se ha
organizado en torno a feligreses protestantes. De este modo, el catolicismo y especialmente el protestantismo van
experimentando su desmoronamiento con retiros o salidas progresivas de sus feligreses jóvenes.
Para el caso protestante, la observación efectuada nos indica que la fragmentación sucedida de la I.E.P.
en Cusco el año 1995 fue por falta de entendimiento del sector adulto al joven, quienes buscando nuevas dinámicas
religiosas que satisfagan sus necesidades espirituales se apartaron (un buen bloque) para formar el grupo
denominado Iglesia de Cristo con contenidos carismáticos. Lo mismo sucedió con la I.E.P. de TalaveraAndahuaylas1 en el que un grupo juvenil se apartó de la Iglesia madre para formar otro grupo con sabor carismático
liderado por Grimaldo Ortiz. Igualmente la I.E.P. de la ciudad de Andahuaylas se ha dividido, pues un grupo juvenil
se apartó de la central para practicar el pentecostalismo bajo el liderazgo de Feliciano Ccoica. Además, en términos
generales, la I.E.P. vive experimentando una división teológica por lo menos en tres líneas: unos que no optan por el
cambio e insisten mantenerse en el fundamentalismo ascético; otros que habrían optado la práctica de una
espiritualidad basada en la teología latinoamericana; y un tercer sector, especialmente del sur peruano (Cusco), que
han optado por el desarrollo de una mística a partir de la teología andina, aunque este último no ha logrado
prosperar.
Asimismo, según otro informe2, citamos el caso de la separación suscitada en la Iglesia Maranata - Cusco
en dos bloques: unos que se apartaron del local central de la Av. El sol bajo el liderazgo del Pastor Jehan Villafuerte,
y otros que se quedaron bajo el liderazgo de Bernardo Ccarita. De igual forma se ha observado3 que las Asambleas
de Dios en Tacna y Moquegua han sufrido fragmentación causada por el Movimiento del Recobro.
Por supuesto se ha observado también la escasez de liderazgo, así como el crecimiento progresivo de
“conductas impropias” en las iglesias locales. Estos son los factores que de una u otra manera han debilitado la
confianza en la estructura de la Iglesia con impactos de crisis y de emergencia de nuevos grupos religiosos locales.
B. Los nuevos movimientos religiosos
La historia de las religiones nos trae al recuerdo el nacimiento de nuevos movimientos religiosos como
algo frecuente. Uno, como desprendimiento de las religiones matrices: es el caso del catolicismo que de su contexto
nació el protestantismo como nuevo movimiento religioso contestatario liderado por Martín Lutero en el tiempo de la
Reforma, que seguidamente alcanzó a organizarse y sistematizar sus normas teológicas para seguir difundiéndose.
Mas tarde el protestantismo fue también víctima de otros desmoronamientos originando otros nuevos movimientos
religiosos con sus respectivas teologías y cuyas causas fueron el crecimiento cuantitativo y cualitativo no-planificado
ni controlado, pérdida de control de los feligreses, deterioro de la confianza, insatisfacción de las necesidades
religiosas, desacuerdo a normas teológicas, de marginación a ciertos sectores sociales, etc. Otro, como fruto de los
cambios o reformas efectuadas en la dinámica sociocultural, económica y política, con consecuencias de crisis
interna de normas y valores teológicos a raíz de que no consiguieron satisfacer las nuevas necesidades espirituales
de la generación nueva, y la falta de ajuste a los nuevos valores y conductas.
La búsqueda de una nueva identidad religiosa a inicios del siglo XXI es uno de los problemas que enfrenta
el hombre “post moderno”. El corolario del dilema referido es justamente el desequilibrio de las teologías que
caracterizan a las religiones históricas como el catolicismo y el protestantismo, así como la emergencia de nuevos
movimientos religiosos. Diversas literaturas indican que el hombre de la denominada sociedad virtual vive el vacío
espiritual y la ausencia de sentido de vida. Esta experiencia exige la búsqueda de un sentido en la vida, tanto en el
presente como en el futuro, y pretenden encontrarlo en las nuevas espiritualidad, desde luego diferente a la
experiencia religiosa que brinda o brindaron las religiones históricas.
Así pues, evidenciamos el auge de los nuevos movimientos religiosos como alternativa no sólo a las
religiones históricas, sino también a la sociedad global y a la situación política que vive el mundo. Para ello, la tesis
1
Informe que corresponde al Pastor Isaías Calle de 35 años, Andahuaylas, 1999.
Informe que corresponde al Pastor Víctor Astete de 39 años, Cusco, 2002.
3
Informe que corresponde al Misionero Guillermo Mateo de 40 años, Tacna, 2001.
2
central que planteamos es que los nuevos movimientos religiosos nacen y se desarrollan actualmente tomando dos
formas teológicas: unas que se desarrollan siguiendo un patrón teológico con contenidos y postulados de mística
propias del catolicismo, del protestantismo y de la mística asiática, como el caso del RECOBRO; y otra que se
desarrolla en torno a un patrón teológico exclusivamente andino como el caso de la AEMINPU.
Los dos nuevos movimientos religiosos nacieron y se desarrollan para impugnar y resistir a las religiones
históricas y a la sociedad de mercado que cada vez más individualiza a la colectividad. Buscan sobre todo fortalecer
a la familia y a la empresa, así como reivindicar la confianza y la solidaridad, además que protagonizan el diálogo
interreligioso a fin de encontrar puntos teológicos comunes, y de este modo ser actores de un pensamiento
ecuménico.
Gil y Nistal (1994:33) indican que la situación religiosa actual se puede resumir en una “vuelta a lo
religioso”. Explican que la vuelta de lo sagrado es un gran y variopinto carrusel en el que tienen cabida todos los
productos culturales, religiosos y convivenciales, con tal que puedan exhibir un real o supuesto carácter de
alternativa de negación del establishment. Para Gil y Nistal, el retorno a lo sagrado es un fenómeno sumamente
indefinido.
Los mismos autores, citando a Velasco, escriben que la vuelta a lo religioso es una forma de denuncia de
la inhumanidad de la sociedad y la cultura que está imponiendo el proceso modernizador. Todo lo mencionado es
una evidencia de hambre y sed religiosa del hombre de finales del siglo XX e inicios del XXI, que desde luego las
religiones históricas no están en condiciones de saciar espiritualmente al hombre post moderno.
Gil y Nistal sustentan que lo indicado es un hecho cierto y no previsto por los analistas que hablaban de
una progresiva secularización. El paisaje es complejo, pues reviste formas numerosas, variadas y de diferente valor,
como es la permanencia, la vuelta, la transformación de lo sagrado, las nuevas manifestaciones religiosas, las
formas juveniles de religiosidad, los signos de intercomunicación cultural y de ecumenismo religioso.
América Latina viene experimentando un período de clara innovación y fermento espiritual. Los elementos
claves del actual despertar parecen ser:





Un rápido crecimiento de movimientos evangélicos pentecostales que predican la venida del Mesías y el
experimento inmediato del poder del Espíritu Santo que se torna en mensaje escatológico y de esperanza,
especialmente para los sectores sociales de economía débil.
Una rápida expansión de grupos evangélicos pequeños como desprendimiento de las iglesias matrices a
manera de una división y que protagonizan una teología digamos eventual o al azar, con prácticas ecuménicas,
pentecostales o de mística asiática.
Aumento progresivo de prácticas de una espiritualidad asiática en el contexto de las religiones cristianas con
efectos de desequilibrio de patrones teológicos fundamentalistas.
La aparición y el desarrollo de diversos cultos de tipo autoritario como el caso de la AEMINPU.
La aparición de cultos que buscan reivindicar identidades locales como las fiestas al agua, al sol, etc.
Gil y Nistal (1994) indican que al vasto florecer de las religiones se les da el nombre genérico de nuevos
movimientos religiosos o nueva religiosidad. Por eso que advierten que la expresión de nuevos movimientos
religiosos carece de sentido a la hora de designar un grupo. Su significado es colectivo, se refiere a un conjunto de
movimientos independientes unos de otros, pero de estilo nuevo que han surgido en un período de tiempo
determinado y han despertado un gran interés sobre todo en la juventud, e incluso en medios universitarios que se
consideraban poco sensibles a la propaganda de las “sectas” clásicas. Se percibe por tanto como un fenómeno
nuevo en el que su impacto colectivo y el énfasis común en el fervor emocional y en la “experiencia” espiritual son
profundos.
Sudbrackl indica que el fenómeno de las nuevas religiones no se puede describir de manera sistemática
como un edificio intelectual filosófico, o como el mensaje del fundador de la religión. Se parece más bien a un
sentimiento del mundo que se manifiesta en muchos puntos y bajo múltiples aspectos. Esto es justamente lo que
caracteriza a las nuevas sociedades religiosas que más adelante describimos. Está claro que carecen de una
teología sistemática y razonable, pero gozan de una teología de sentimiento, de interpretación individual de los
libros sagrados, de revelaciones, de sueños y de tantos otros fenómenos de carácter religioso. Predomina también
el sentimiento contra el sistema religioso histórico, contra el modelo social, económico y político (Gil y Nistal,
1994:37).
La crisis de las religiones históricas así como el nacimiento de los nuevos movimientos religiosos
acontecen generalmente en épocas de rápidas transformaciones culturales. Ocurren cuando hay incorporación de
otras místicas diferente a lo establecido por la teología clásica, cuando la doctrina teológica deja de satisfacer las
expectativas de los feligreses y de la población en general, cuando hay la incapacidad de resolver la búsqueda de
nuevos valores y nuevas místicas, cuando la teología es extremadamente fundamentalista e inflexible que no da
opciones de salvación y de pastoral a personas como delincuentes, pandilleros, etc., y que estos luego buscan
solucionar sus problemas espirituales mediante los nuevos cultos como el caso a Sarita Colonia en Lima o al Niño
Compadrito en Cusco, y cuando hay pérdida de confianza y solidaridad en los grupos religiosos.
Los nuevos movimientos religiosos se agrupan en dos familias: los nuevos movimientos religiosos que
establecen estructuras teológicas en torno a la espiritualidad cristiana mezclada con la espiritualidad asiática como
el caso del Recobro, y los nuevos movimientos religiosos que estructuran su teología en torno a la espiritualidad
andina combinando con elementos de la teología católica y protestante como el caso de la Asociación Evangélica de
la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal.
A continuación describimos como evidencia de lo expuesto a dos nuevos movimientos religiosos: al
Movimiento del Recobro que es básicamente urbano y con fuerte incidencia en la teología occidental, y a la
Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal (AEMINPU) que es netamente andino con
aventuras de la reivindicación del Inka y de la mística andina. Así, arriesgamos una descripción general y rápida
acerca de los dos nuevos movimientos referidos, con mayor detenimiento en la constatación referente al hallazgo de
cuatro versiones del mito de inkari como parte del cuerpo doctrinal y político de la AEMINPU.
a. El movimiento del Recobro
Este movimiento nace en el continente asiático con Watchman Nee el año 1922. Creció y se difundió por
todas partes del mundo4 llegando también al Perú, y en los últimos años a las ciudades más pequeñas como Cusco,
Tacna, Moquegua. Los miembros de este movimiento proceden del contexto de las iglesias evangélicas, además de
que el espacio de evangelización y la pastoral son básicamente los círculos evangélicos y excepcionalmente el
sector católico.
La esencia doctrinaria del referido movimiento está en función de dos variables: la Economía Divina y el
Caos Satánico. La Economía de acuerdo a la explicación que efectúan se compone de dos vocablos griegos: oikos
(que significa casa) y nomos (que significa ley). De esto deducen que una oikonomía es una ley doméstica, una
administración familiar. Así es que plantean que la Economía de Dios es su plan, su administración y su arreglo,
vale decir, la Economía Divina es la Iglesia en sí y en el que predomina la administración familiar. Aquí la familia es
interpretada como una unidad, pues indican que un cristiano no puede formar parte de dos o más familias, sino
únicamente de una y por tanto debe ser administrado según al Plan Supremo de Dios.
Su identificación es compleja. Se les puede distinguir como el Movimiento del Recobro, árbol de vida,
aunque también se reconocen sólo como Iglesia, o bien se registran con el nombre de la ciudad en el que están
ubicados. Por ejemplo, en el caso Cusco se denominan Iglesia de Cusco, en Tacna como la Iglesia de Tacna, etc.
Esa manera de compenetración responde análogamente a la forma cómo se denominaban las iglesias después de
Jesucristo, por ejemplo en la Biblia se hace referencia a la Iglesia de Tesalónica, de Efeso, de Galacia, de Esmirna,
etc. Ellos declaran que la Iglesia de Cristo es una, por lo que no aceptan nombres de tipo denominacional que es
característico del protestantismo, por eso es que no se consideran denominación sino sólo Iglesia. A fuerte
exigencia de cómo ubicarles y conocerlos consienten por eventualidad el nombre de acuerdo a la ciudad en el que
están trabajando, de allí que es posible indicar su identificación equivalente como la Iglesia de Tacna, de Cusco, de
Arequipa, de Moquegua.
Lee (1992:114), uno de los líderes de este movimiento, señala que la Iglesia como Economía de Dios es
equivalente a la ciudad o pueblo en el que se encuentran. Pues admiten que la práctica de la vida de la Iglesia en
los primeros días consistía en tener una sola Iglesia por ciudad, y eso es lo que debe encaminar a todo aquel
verdadero cristiano.
Según Lee (1983:5-6), la cosa principal en el sentido práctico de la vida de la Iglesia es la vida y el
crecimiento en vida. Para la experiencia y el disfrute de la vida, Lee indica que es necesario alimentarse de Jesús, y
4
Informe recogido de Víctor Astete, Pastor de la Comunidad Cristiana “La Roca”, Cusco, 2000.
la mejor forma de comer y participar de Él (quien es vida) es ejercitar el espíritu invocando su nombre y orar leyendo
su palabra, practicar el amor fraternal, la obediencia y cuidar de otros. Nótese que las citas hacen fuerte énfasis a
ciertos valores vinculados a la administración familiar y/o eclesiástica, evitando en todo momento el caos satánico.
La Iglesia según ellos no es un concepto, sino más bien un hecho. Con esto se refieren al conjunto de
hombres que han creído en la Economía Divina, que obviamente es la única Iglesia por ciudad. Postulan que hoy en
día los creyentes se apartaron de la Economía de Dios para practicar el caos satánico que es la otra variable
esencial de la doctrina del movimiento al que nos referimos.
El caos satánico, según explican, se evidencia en la existencia de muchas iglesias. La diversidad de
iglesias según raza, confesiones y denominaciones, que no son sino muestras de división, suponen la situación de
la degradación de la Economía de Dios.
Además, los fieles de este nuevo movimiento se consideran independientes en todo sentido. El punto de
partida de la fe y el culto en la Economía Divina es la experiencia personal con el Espíritu Santo, sin que esto
signifique que necesariamente tengan que compartir con los movimientos pentecostales o carismáticos, pero no se
consideran protestantes pese a compartir las mismas argumentaciones teológicas.
Para este nuevo movimiento, toda teología carece de validez. Pues exponen que son degradaciones
sistemáticas que no responden a las experiencias personales y que únicamente se dividen en las llamadas
denominaciones, además de que se alimentan de la filosofía y no de la Palabra, y eso es el caos satánico.
Con relación a los lugares de reunión, no participan de la idea de Iglesia local desarrollada por las
religiones históricas. Postulan, en cambio, por el área geográfica como el terreno de la Iglesia local. Con ello quieren
decir que cada creyente es la única Iglesia y, donde estén, allí está la Iglesia y/o la Economía de Dios. De este
modo, no interesa el lugar específico para congregarse, pues cualquier lugar y tiempo es válido para el caso
referido.
No aceptan ni desarrollan la noción de Ministro, ni jerarquía, tampoco consideran las estructuras
organizativas que es característico de los protestantes. Cada cual es autoridad y predomina la experiencia religiosa
que es personal. La experiencia de arrepentimiento y encuentro con Jesús o Dios no es administrado por ancianos,
pastores o sacerdotes; pues cada cual busca experimentar con el Espíritu Santo y eso es válido y suficiente como
para ser intérprete de la Biblia y predicar su razonamiento a los cristianos que aún no conocen la plena salvación de
Dios y hasta se consideran casi como el mismo Dios. La salvación según ellos no se pierde precisamente porque
experimentaron al Espíritu Santo.
No reconocen a las denominaciones o grupos religiosos, al contrario los califican de herejes porque no se
dejan guiar por el Espíritu Santo. Además luchan contra el sistema sociocultural, político y económico, y para ellos
todo este sistema humano es parte del caos satánico.
Lo importante del movimiento en mención es que todos los cristianos son hijos de Dios, sólo necesitan
experimentar el Espíritu Santo. Para ello es necesario que los cristianos contemplen y sientan la presencia y el
poder de Dios.
Según estos creyentes, el diálogo con un cristiano evangélico es parte de la misión. Dicha entrevista o
encuentro es un medio eficaz para contagiarles el poder y así busquen o logren la plena salvación, de este modo
pueden hacerse parte de la Iglesia. Cuando alguien les contradice no se hacen problemas, dicen sólo amén, pues
son tolerantes y cultivan la confianza entre sus miembros. Este comportamiento tolerante es atrayente para los
oyentes permitiendo la rápida aceptación de sus discursos. Este movimiento religioso trabaja más entre los sectores
sociales medios, todos de una u otra manera miran el negocio o la empresa que al mismo tiempo son mecanismos
de ingreso económico para garantizar el crecimiento de la Iglesia y de su familia.
Del movimiento descrito se puede resaltar la noción de experiencia personal con lo sobrenatural, y la
noción del negocio o la empresa. La experiencia con el Espíritu Santo permite que desarrollen la confianza entre
ellos, y creemos que es el factor esencial para el crecimiento progresivo de la Iglesia y de su economía. Se puede
asimismo resaltar la práctica religiosa “moderna” con fuerte énfasis teológico occidental, pero al mismo tiempo con
técnicas de interpretación bíblica orientadas a la economía y a la empresa.
Finalmente, el nuevo movimiento descrito se caracteriza por gozar de una vocación teológica con
principios occidentales, pero con la particularidad que el movimiento es básicamente urbano y con criterios
doctrinales orientadas a la noción de empresa, economía, experiencia personal, autonomía y tolerancia.
b. La AEMINPU
En cuanto a la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal, afirmamos que es
un nuevo movimiento religioso nativo y político que se ha originado en el corazón andino-amazónico desde 1968
bajo la dirección del líder fundador con autoridad carismática y profeta andino Ezequiel Ataucusi Gamonal. Es un
nuevo movimiento nativista particular que requiere mayor atención y cuidado en la investigación. Por eso que en
esta ocasión nuestra preocupación no es referirnos al movimiento en su conjunto, sino únicamente a aventurar una
importante constatación referido al hallazgo de cuatro versiones del mito de inkari como parte del cuerpo doctrinal y
político de la AEMINPU y cumpliendo la función esencial de eidos5. Esta evidencia nos lleva a admitir que la base
estructural de la teología israelita radica en la mitología del inkari que inspiró una forma de identidad andinoamazónica, así como la revitalización y la perpetuación de la cultura andina tawantinsuyana.
El mito del inkari es la filosofía de la historia y la base de la escatología y la soteriología israelita. Quiere
decir que la visión del tiempo (pasado y futuro), del espacio y de la salvación (el porvenir), está expresada en el mito
del inkari. En ese sentido, no es posible regatear la vigencia de la utopía andina a inicios del siglo XXI. Ello ha sido la
razón de la existencia de los marginados andino-amazónicos, por cuanto les ha brindado esperanzas de vida
(escatología) en un contexto socioeconómico, político y religioso dominante.
Es un nuevo movimiento religioso con proyecto político, o también un movimiento político con proyecto
religioso. Su cuerpo doctrinal es una mezcla de principios religiosos, bíblicos y teológicos de procedencia católica,
protestante y andino prehispánica. Al mismo tiempo son contestatarios a las religiones históricas (especialmente al
catolicismo y el protestantismo), a los modelos políticos, económicos y culturales, planteando así un proyecto
utópico realizable a partir del modelo tawantinsuyano. El mito del inkari cumple aquí el papel de cohesionar e
integrar a los andinos amazónicos para formar una gran nación con una filosofía de la historia basada en el inkari. A
continuación narramos cuatro versiones del mito del inkari que han sido recogidos de entre los feligreses israelitas:

Versiones del inkari
Primer mito del inkari6
Los inkas han venido de Europa, de Oriente. En tiempos de la construcción de la Torre de Babel se han establecido
en este continente, traen de Europa los modelos de pirámides y ángulos. Con todo eso hacen grandes fortalezas.
Los inkas conocían a Dios, por eso sabían los diez mandamientos. Ellos habían pedido que el sol se detenga que es
el solsticio del día 21 de junio. Cuando llegaron los españoles destruyeron al Inka Atawallpa y cortaron su cabeza, y
su cabeza se lo llevaron al Vaticano de Roma7 y allí está cerrado y su cuerpo está en el Perú8.
Ahora se está esperando que la cabeza del Inka se recupere para que vuelva al Perú y para esto se espera llevar un
poquito de tierra del Perú9 de cualquier parte para llevar a Roma y así conquistar el mundo. Luego habrá un solo
Estado, un solo Gobierno y ya no habrá gobiernos con diferentes ideologías; todos seremos iguales de un solo
Padre, de un sólo Hijo y de un sólo Espíritu Santo, así como en Génesis había un solo varón y una sola mujer.
Segundo mito del inkari10
5
El término eidos fue tomado de Bock (1985:424-425). El término significa integrar creencias que dan coherencia a una ideología. Fue acuñado
por Bateson para designar los principios generales que dan coherencia a un sistema de creencias. Las creencias que conforman una ideología
no son una selección al azar, encajan entre sí dentro de un patrón integrado que tiene sentido, aun cuando existen muchos cabos sueltos y
contradicciones sin resolver.
6
Mito recogido el 18 de mayo de 1992 en Cieneguilla-Lima y narrado por el feligrés israelita Máximo Obregón Palomino de 40 años, de
procedencia Huancavelicana y que vive en Cieneguilla hace 15 años.
7
El informante explica que la cabeza del Inka significa sabiduría, ciencia, por eso lo llevaron a Roma, y si no lo hubieran llevado, los inkas
hubieran dominado el mundo.
8
El informante menciona que el cuerpo que está en el Perú es Ezequiel Ataucusi que irá a conquistar el Vaticano, él es la tierra, él irá con su
mandato, con la Ley, con esto conquistará el mundo, esto pasará el año 2000 (desde luego que este dato requiere actualizarse)
9
El informante señaló que para llevar la tierra, primero tomará el Estado peruano y que la primera oportunidad como dice Ezequiel 24:12 ha
perdido las elecciones, porque dice la Biblia.
10
Versión recogida el 25 de mayo de 1992 en Cieneguilla-Lima. Narrado por el israelita Jerónimo Montes de 28 años, de procedencia Nazca y
vive en Lima; y el israelita Víctor Iguria Motta de 46 años, de procedencia Arequipa y vive en San Juan de Lurigancho.
El Inka vino del Oriente. Dice tenía dos hijos: uno fue ungido y el otro no. El ungido es el que vino al Perú y ése fue
el Inka que estableció el Tawantinsuyo y tenía la ciencia de Dios. Los inkas eran lampiños porque el ungido fue
lampiño. Cuando llegaron los españoles hubo saqueos, masacres, matanzas, trajeron la opresión, las mentiras;
cuando cayó el Inka Atawallpa lo aniquilaron, lo cortaron su cabeza y su sangre manaba y seguía manando y por
eso se lo llevaron a España en un cofre, pero igual, los inkas siguen viviendo. Esa cabeza la han encerrado en un
cuarto con llave, pero vive. Volverá a restablecer el Tawantinsuyo y esto es un misterio.
Tercer mito del inkari11
En el tiempo del Tawantinsuyo había varios dioses. Los inkas eran también dioses. Ellos eran de poder, por eso
arreaban las piedras con azote y custodiaban las fortalezas. Los inkas gobernaban el Tawantinsuyo y había justicia.
Pero cuando han llegado los españoles llegaron trayendo sus ídolos y han aniquilado al Inka, por eso la mayoría son
católicos y tienen ídolos, y en el Perú hay injusticia. La cabeza del Inka está en Roma - eso recién he sabido - va ha
resucitar y sólo se está esperando llevar un poquito de tierra del Cusco hacia Roma para que resucite. Al resucitar
será transformado y volverá al Perú, allí será el verdadero gobierno tawantinsuyano de justicia y paz.
Cuarto mito del inkari12
Los inkas eran un pueblo de Dios. Por eso el Inka era un hombre inteligente y sabio. Tenía mucho poder y fuerza,
por eso lograron construir grandes ciudades, así como caminos y fortalezas. Ellos adoraban al sol porque era el
Espíritu de Dios, pero han fallado habiendo idolatrado y creyendo en la luna, las estrellas, los rayos, las montañas
(Dt.17: 3). El Inka era el ungido de Dios por eso se vestía con ropas bordadas, telas preciosas y adornados con
joyas, brazaletes y collares y llevaban una corona. El Inka no ha muerto, tal vez se encuentra en la selva, pero sé
que pronto aparecerá y cambiará este desorden, esta forma de vida que tenemos. Sólo sabemos que Atawallpa
murió por tirar la Santa Biblia, porque Dios no le dio el poder para saber leer.
En esta ocasión, de las cuatro versiones del inkari recogidos de entre los israelitas del Nuevo Pacto
Universal, resaltamos dos postulados. El Primero de los motivos narrado en las versiones presentadas es el
concerniente a la cabeza del Inka que vive y está en Roma (M-01,03) o España (M-02) o quizá en la selva (M-04),
allí se halla encerrado. Para los israelitas la cabeza del Inka es un símbolo que significa sabiduría, ciencia o
conocimiento andino. Es explicado en el sentido que cuando los españoles llegaron al Perú se toparon con todo un
amplio conocimiento científico para gobernar el mundo. No obstante, ese conocimiento se lo llevaron los españoles
y desde entonces el pueblo andino quedó sin sabiduría, por eso la “incapacidad” para enfrentar a los gobernantes.
Empero, no todo está consumado, pues en el mito se expresa que el cuerpo es Ezequiel Ataucusi (Dios andino,
Inka). Éste es la esperanza (el Inka) que debe conquistar el Vaticano, quiere decir que cuando Ezequiel Ataucusi
asuma el poder político en el Perú y se legitime, en esos días debe conquistar y retomar el poder tawantinsuyano
con la ciencia y/o conocimiento andino.
El FREPAP es el camino político para reivindicar la identidad andina (cultura y sociedad andina, política
andina, religión andina, economía andina) y hacer realidad la utopía andina. Se deduce que la candidatura
presidencial del líder carismático respondió a la consumación de la utopía andina vigente, y eso es en términos
hipotéticos lo que caracteriza a los nuevos movimientos religiosos indígenas y/o andinos en América Latina. Pues es
sabido que las religiones históricas que comparten el poder político se hallan en una situación de crisis, y esta
situación es hábilmente explotada por los israelitas para resurgir y hacerse presente con fuerza en el siglo XXI.
El segundo de los motivos es referido al retorno del Inka para restablecer el Tawantinsuyo (M-02,03),
luego conquistar el mundo (M-01), o para cambiar el desorden (M-03). Esta es la esencia de la escatología y
soteriología de la AEMINPU que cumple el papel de integrar las creencias y los ritos del catolicismo, protestantismo y
andino prehispánico en una nueva filosofía de la historia que les permite arribar al actual movimiento religioso de
carácter económico-político. Los motivos resaltados son los que les impulsa y les revitaliza a los feligreses israelitas
para seguir viviendo con esperanzas en esta sociedad de desesperanza, y que algún día llegará el Inka (el Inka es
un símbolo que significa cambio) para cambiar definitivamente este sistema injusto. Los motivos referidos les integra
también en una nueva comunidad eclesiástica, y así se mantiene viva la utopía andina.
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Versión recogida en 1991 en Ayacucho. Narrado por el israelita Julio Gutiérrez de 50 años, de procedencia Andahuaylas-Apurímac.
Versión recogida por el Bach. Sergio Ccori Huamán en Cusco. Narración que corresponde al israelita Cirilo de La Cruz de 51 años.
En suma, debido a que las religiones históricas en el Perú vienen enfrentando una crisis, y que las
escatologías bíblicas han perdido autenticidad (Prueba de ello es que las iglesias ya no predican o ya no inciden en
ese punto), las mitologías andinas, en este caso el inkari, han reemplazado la escatología de las religiones
históricas. Es sabido que los nuevos movimientos religiosos en el Perú (Religiosidad popular andina, movimientos
de la mística andina, movimientos religiosos locales “informales”, etc.) ya no fundamentan como base escatológica
los mitos judíos y griegos, al contrario fueron reemplazados. Los mitos andinos como el caso del inkari vienen a ser
la esencia, probablemente, de todo movimiento religioso indígena en América Latina, debido a que los mitos
cristianos han perdido autenticidad como en el caso de las iglesias evangélicas del Perú.
Los mitos andinos, en términos generales, y de manera específica el inkari, es actualmente la filosofía de
la historia de defensa de la cultura andina a través de los nuevos movimientos religiosos indígenas como la
AEMINPU. La simbología de la muerte del Dios Inka fue sólo el paso de una dinámica sociocultural tawantinsuyana a
una nueva de gobierno foráneo (católico), pero con la esperanza del retorno del mismo personaje sagrado. El inicio
del siglo XXI implica una “nueva” dinámica sociocultural y el pueblo andino no es ajeno a este “cambio”, pues vive
atento a los sucesos. Así es que percibieron que los católicos y los protestantes perdieron su fuerza y están
debilitados, se percataron que sus mensajes ya no responden a la actual circunstancia. Este es un fenómeno que ha
despertado la creatividad religiosa del pueblo andino y amazónico marginado, evidenciándose en el nacimiento de
los nuevos movimientos religiosos con contenidos de mitologías como el inkari que impulsan la acción contestataria
y revolucionaria en el sentido que la cultura andina no ha muerto y allí está presente y lista para seguir conviviendo
en el mundo de la globalización, y al lado de otros movimientos, pero esta vez con tolerancia y reafirmando la
identidad andino-amazónica a partir de las nociones del Dios Roal, del Inka, etc.
En términos generales, acerca de los nuevos movimientos religiosos indígenas, es importante indicar que
en la actualidad crecen con fuerte incidencia del marketing religioso. El nuevo comportamiento religioso dará forma
a las necesidades del consumidor, y el empresario que no considere dicho factor no será un buen competidor en el
mercado si desconoce las nuevas necesidades, y esto es parte de la problemática de la globalización.
El crecimiento y la aceptación de estos nuevos movimientos religiosos, en la sociedad peruana, es de
acuerdo al sector social y cultural que corresponde. Hay nuevos movimientos religiosos “informales” que albergan a
personas de “mal” vivir (prostitutas, ladrones, etc.) como el caso del entorno de Sarita Colonia en Lima. Hay también
nuevos movimientos religiosos que albergan a personas marginadas de “buen” vivir como el caso del entorno del
Niño Compadrito en Cusco. Hay igualmente nuevos movimientos religiosos de renegados de la teología de la Iglesia
Madre. Hay nuevos movimientos religiosos que surgen para satisfacer sus necesidades espirituales como el caso de
los pentecostales que siguen a Yonggi-Cho, etc.
El crecimiento y desarrollo de estos nuevos movimientos se debe a que cultivan los sentimientos de
solidaridad cuya esencia no es sino la confianza, aquello que descuidaron las religiones históricas. Uno de los
factores para la crisis de las religiones históricas, en el caso peruano, es la pérdida progresiva de la confianza y la
intensificación del libertinaje, factor que les llevó a la desconfianza general. En cambio, los nuevos movimientos
religiosos han hecho predominar la confianza y la que permitió la aceptación, el crecimiento y el desarrollo
progresivo.
C. Importancia de las religiones a inicios del siglo XXI
En las páginas anteriores se han citado a Toffler, Matsuschita, Morelli y Parker, de los cuales concluimos
que la religión cumplirá un papel trascendental en la dinámica social, económica, cultural y política del mundo,
disfrutando igualmente de un carácter global. Ello no significa que todos los pueblos adoren a un mismo Dios, pues
cada cultura gozará de la opción de desarrollar, ratificar o reivindicar una identidad religiosa. Obviamente nos espera
un sistema religioso diferente a las religiones históricas, se trata de nuevos movimientos religiosos que no son sino
retos para las religiones históricas y que les exigen someterse a la nueva dinámica socioeconómica y política: como
es el abandono del fundamentalismo, apertura del ecumenismo, de la tolerancia y de la confianza, así como el
acercamiento a la ciencia. Las religiones que no desarrollan los factores referidos como estructuras de sus teologías
simplemente desaparecerán. La exigencia de las empresas, de la política, de la competencia y del conocimiento
para la tecnología, pesará sobre la religión, en consecuencia, la demanda de la nueva situación designará a la
religión una nueva tarea.
En ese entender, el papel imprescindible de la religión, cualquiera sea su identidad, radica en la prédica de
la cultura de la solidaridad, la confianza, la tolerancia y el protagonismo para el diálogo interreligioso a partir de
puntos teológicos comunes. Las congregaciones eclesiásticas locales cumplirán labores de ser unidades sociales de
socialización y reproducción de ética, solidaridad, confianza y tolerancia. Así, Dios como elemento sagrado será
explicado en términos de globalización.
Además, la religión debe ser protagonista de fuerzas económicas y políticas. Es decir, el desarrollo
económico de los pueblos debe descansar en los hechos religiosos en el que se cultive la solidaridad, la confianza y
la tolerancia. Por consiguiente, la Iglesia debe cubrir ese espacio y allí radica su importancia.
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