“Biología humana, salud y hábitos saludables” “Cómo son nuestras células” J Ballesta El ser humano, en su origen, no es más que una célula. De hecho, todos, provenimos de una sola célula. La unión del espermatozoide y el óvulo originó una célula que tras millones de divisiones y un prodigioso proceso de diferenciación en órganos y sistemas originan nuestro cuerpo que, en realidad, no es más que la suma de 10 trillones de células de 230 tipos distintos. Nosotros y otros organismos multicelulares contenemos miles de millones de células organizadas en estructuras complejas, pero muchos organismos son una simple célula. Pero, aún los organismos unicelulares exhiben todas las propiedades que distinguen a los seres vivos, lo que indica que la célula es la unidad fundamental de la vida. Así como las plantas y los animales son seres vivos, también lo son las células. De hecho la vida es la propiedad fundamental de las células y ellas son las unidades más pequeñas que muestran esta propiedad. A diferencia de las partes de una célula, que simplemente se deterioran cuando se aislan, las células pueden ser extraídas de una planta o de un animal y cultivar en un laboratorio, donde crecen y se reproducen durante un tiempo prolongado. Curiosamente, algo tan importante, es de relativamente reciente conocimiento. La primera célula se descubrió hace poco más de un siglo. El primer cultivo de células humanas fue iniciado por George Gey, de la Universidad John Hopkins, en 1951. Prácticamente todos nuestros conocimientos sobre las células se han desarrollado en estos últimos cien años. A Cajal le concedieron el Premio Nobel por la teoría neuronal que individualizaba las neuronas, en contra de las teorías reticularistas. Estamos pues, ante una de las ramas científicas más recientes de la historia de la ciencia. Así, se ha calculado que en el campo de la biología celular y molecular, cada cinco años se renuevan el 50% de los conocimientos que poseemos. Las células presentan una sorprendente variedad de tamaños y formas. Algunas se mueven con rapidez y tienen estructuras que cambian también rápidamente. Otras son en gran manera estacionarias y estructuralmente estables. El oxígeno mata algunas células, pero es un requerimiento absoluto para otras. En los organismos multicelulares la mayoría de las células están íntimamente involucradas con otras células. Si bien algunos organismos unicelulares viven en aislamiento, otros forman colonias o viven en estrecha relación con otros tipos de organismos, como la bacteria que ayuda a las plantas a extraer el nitrógeno del aire o la que vive en el intestino y ayuda en la digestión de los alimentos. En el reino de la biología las magnitudes se miden con escalas que varían más de mil millones de veces en sus dimensiones. Más allá de ellas, en términos macro, se ubica la ecología y las ciencias relativas a la tierra y, en términos micro, la química y la física. Las plantas y los animales visibles que nos rodean son medidos en metros (1-100m). Más de cerca, podemos ver un 1 “Biología humana, salud y hábitos saludables” mundo biológico de milímetros y aun décimas de milímetro. Dejando a un lado rarezas como los huevos de pollos, la mayoría de las células son de 1-100 micrómetros (1 micrómetros=10-6 m) de longitud y por lo tanto claramente visibles solo cuando son magnificadas. Para ver las estructuras dentro de las células, debemos ir hacia abajo en la escala de los 10-100 nanómetros (1nm=10-9 m). Las células, y las estructuras que las forman, son pues demasiado pequeñas para verlas, escucharlas o tocarlas directamente. Pero a pesar de este tremendo inconveniente las células son tema de miles de publicaciones cada año, y prácticamente se han investigado todos los aspectos de su minúscula estructura. En un extremo del espectro científico los astrónomos estudian objetos en la orilla más alejada del universo con propiedades muy diferentes a las que se encuentran en la tierra. Y en el otro extremo del espectro, los físicos nucleares dirigen su atención sobre partículas de dimensiones subatómicas que tienen igualmente propiedades inconcebibles. En medio se sitúan los biólogos celulares que han diseñado complejos instrumentos y elaborado sofisticadas técnicas para efectuar sus descubrimientos. Es muy claro, por lo tanto, que nuestro universo contiene mundos dentro de otros mundos, y el estudio de todos sus aspectos es fascinante. Al igual que nosotros, cada célula que forma nuestro cuerpo puede alimentarse, trabajar, crecer, reproducirse, procesar información, desplazarse, responder a estímulos y llevar a cabo una asombrosa variedad de reacciones químicas. También puede morir. El investigador de las ciencias de la vida ha desarrollado técnicas y procedimientos que le sirven para estudiar las células y sus mecanismos más íntimos. El principal instrumento, aunque no el único, es el microscopio, de diversos tipos, óptico, electrónico, confocal y la combinación de diferentes técnicas incluyendo técnicas de biología celular y molecular. Realizaremos un paseo por las principales estructuras de la célula, viajando hacia su interior, un mundo vivo y fascinante; encontrándonos con la membrana plasmática, los principales orgánulos para realizar las funciones vitales y las relaciones con el mundo que las rodea. 2