El príncipe peregrino, y prodigio en Dinamarca

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TRAGI-COMEDIA NUEVA,
TITULADA:
L
PRINCIPE
IJ^EGRINO,
PRODIGIO
EN
DINAMARCA,
EN TRES ACTOS.
CON LICENCIA:
AÑO
DE
M.DCC.XC.IX.
ARGUMENTO..
V>Jao Príncipe Kcjnl de Bina marea, mo.vido de divinqrim•pulso huye ©cultamente de: Ja, Corte á los doce años* de su
edad, para retirarse á un Desierto: la R.eyna su Madre
hace varias diligencias para hallarle $ p'efoVéh :„vano* Sale á
buscarle su Ayo, y después de muchos años , le encuentra
en una gruta, en trage de Ermitaño :.redúcele á volver á su
Reyrio.'Avisada su Madreada orden para que salga á recibirle toda la Corte: mas llegando á su presencia no le reconoce por hijo suyo'} teniéndose por engañada. Disimula su
enojo, y á poco tiempo, inrtigada de algunos Cortesanos, le
hace arrestar, y le condena á ser quemado vivo, como impostor, y reo de lesa rVlagesíacl Sacanle al suplicio, y Dios manifiesta la inocencia del Príncipe, haciendo que no le ofenda
el fuego., A vista de este prodigio , es aclamado por sus vasallos, y reconocido, por su legítimo Soberano.. Perdona con
christiana generosidad á su Madre, y á los que habían conspirado contra su vida : y Reyna después pacificamente,
La acción cuya duración es de pocos dias7
se representa toda en el J?alacio Real
de Copenhague,
TRAGI-COMEDIA NUEVA,
EL
PRINCIPE
PEREGRINO,
Y
PRODIGIO
EN
DINAMARCA.
EN TRES ACTOS.
PERSONAS:
La
El
Ei
El
El
Reynst Margarita.
Principe Olao Enrique.
Duque Erico.
Conde Ernesto'.
Conde Qldewburgo , Mariscal General del Reyno-
X
&
<*>
&
«£>
V
El Senescal de la Corona.
Federico, Capitán de la Guardia*
Astolfo.
Christitino.
Ran¡uU , Criado,
Soldados.
MÚSICA.
ACTO
PRIMERO.
S CE N A
sfparea
I.
un Salan de Palacio-, y en su fondo el Solio Jleat,
Canta la Música.
*n~^
Cor. T.JU'e Palas y de Minerva,
las ficciones son verdades
que en su Bey na Mai garita
hoy admira Copenhague.
Cor. i. l a s Diosas en competencia
lus rinden por vasallage,
Minerva sabiduría,
Palas valor y cora ge.
Cor. i. Hable Dinamarca.
Cor. i. Noruega la aclame.
Cor. i. Por sabia,
Cor. i. Por fuerte,
Cor. i. Por justa. Cor. i. Por dulce.'
Los dos. Y toda la Europa con razon la llame
Al
del
4
El Priticip, perseguido,
da] Norte la segunda Scmiramis..
pues enlazando su mano
con la mia , quedarían
jil concluir la música van salando
en perpetuo eterno lazo
los Soldados con el Capitán do la
unidas las. dos Coronas,
guardia que se quedan formados:
y para siempre quitados
Chrisñano , Astolfo , el Mariscal,
motivos de rompimiento
el Senescal, el Duque E/ico, y la
entre vecinos Estados.
llcyna de luto: ¿untase la Reyud en
El Key mi Padre que ya
el Solio, y el Duque á su lado e,i un
meditaba de antemano
(isiento: haxo : habrá prevalidos ana.*
tan útiles intereses,
tro taburetes sin respaldo.
vino gustoso en los pactos,
Jieyn, Nobles ilustres Daneses,
y con mi consentimiento
deudos, amigos, vasallos,
se- firmaron los tratados.
de cuyo Consejo pende
Pasó Aquino á Dinamarca
todo el bien de mis Estados,,
de su Corte acompañado:
en cuya prudencia, fio,
celebróse el Desposorio
en cuya lealtad descanso,
con fiesta y real aparato;
y entre quienes repartidos
y de este dulce himeneo
tengo todos mis cuidados,
cogimos antes de un año.,
os he mandado juntar;
de nuestra fecundidad
pues tengo que consultaros
el fruto, tan- deseado,
sobre el nías grave negocio,
de aquel bellísimo Infante:
sobre el asunto mas arduo^
mi hijo el Principe Olao.
que solo decidir puede
¡Ay
hijo de mis entrañas!.
el1 gran Consejo de Estado».
¡Ahí. Principe mal logrado!
Vosotros le componéis;
No puedo de tí acordarme,
y antes de comunicaros
ni pronunciarte mi labio,
el cuidado que me aflige
sin que dexe el corazón
tomad asiento los. quairo. sitntan.
en lágrimas desarado
llor-A.
Ya s..beis nobl:s Señores,
dar indicios de su pena,
como habiendo yo quedado
señales de ?u cuidado.
sucesoia de este Rey no
Los dos Reynos á porlia
por, muerte de mis hermanas,
su gozo manifestaron,
Aquino, Rey d? Noruega,
su amor y fidelidad
político consumado,
para con sus Soberanos
y Principe mas cabal
en publicar regocijos,
de su tiempo, deseando
con que todos celebraron
la paz, y tranquilidad
del Principe el nacimiento:
de susííeynos y Vasallos,
mas,oh!que siempre en lo humano
una solemne embijida
suelen ser las alegrías
á mi Padre Valdcmaro
presagios de un grande llanto»
despacho, ton los poderes
A pocos meses murió
mas amplios y necesarios,
de una fiebre arrebatado
pidiéndome por Esposa?
mi Esposo Aquino í y después
pa-
y prodigio en DirnifíWrca.
g
pasados casi dos anos,
y para que asegurado
siguió tan funesta suerte
quede el Trono, se le busque
mi Padre el Rey Valdemaro..
digna Esposa de su tálamo.
Quede sola, viuda y joven,
No pu&iendo yo negarme
y en las aguas de mi llanto
á estos tan justificados
las hachas del himeneo
deseos de los dos Reynos,
para' siempre se apagaron,,
quando ya se iban tomándoatendiendo solamente
las medidas á este fin,
al gobierno y al cuidado
el Principe, ¡ Ay Dios! Olao
del Principe y de los Reynoa,
se desapareció: ¡Ay de mí! desmnj»
cuya tutela y amparo
JMarisc. Gran Señora reparaos:
por sn última voluntad
no 3sí quiera V. Alteza
los dos Reyes me encargaron,
á extremos descompasados,
hasta la mayor edad
de dolor abandonarse,
de mi hijo el Principe Olaot
afligiendo a sus vasallos,
Busquele sabios Maestros,
pues quizá el Principe vive.
asignándole por A y o
J?£)'//¿j.Vive, ó Conde, mi hijo Olao?
al Conde Ernesto, de quienjbjarisc. Señora, no lo sabemos;
tengo concepto formado
mas tempoco cerciorados
ssr Caballero de prendas,
estamos de que haya muerto}
dignas de empleo tan altoy mientras no lo sepamos
El Principe por su parte
con evidencia , no es justo
fué luego manifestando
un doler tan extremado.
un talento , y comprehensión
Heyna.Qué esperanza, Conde amigo,
muy superior á sus años:
puedo yo tener de hallarlo,
una Índole muy bella,,
si- desde que se ausentó
un animo sosegado,
se han pasado ya diez anos^
y á las- virtudes reales
por mas diligencia*; que
y chrisüanas inclinado.
se han hecho para buscarlo?
Y o me llenaba de gozo
El Conde Ernesto que fué
mirando también logrados:
de mi hijo el Principe Ayo,
mis desvelos y fatigas
ha tres años que salió
en su educación : mas paso
en busca suya; jurando r
en silencio algunas cosas
y haciendo pleyro homenage
que entonces se le notaron
á fuerza de leal vasallo
como defectos : no siendo
de no volver á la Cortesino unos indicios claros
sin venir asegurado
de su piedad religiosa,
si h3 muerto el Principe, ó vivet
y su corazón ebristiano,
y habiéndose ya pasado
llegando en fin á la edad
tanto tiempo-, el Conde Ernesto
competente, los Estados
ni parece , ni ha avisado^
del Reyno juntos pidieron
haber ten'Ho noticia,
que al joven Principe Olao,
ni descubierto algún rastro
mayor de edad se declare:
del Principe. Viendo, ya
sei
6
El Principa ' perseguido,
ser caso desesperado,
por Principe hereditario
y que nombrar Sucesor
de estos Reynos , hasta que
del Trono será acerrado
seguramente sepamos
pava evitar una guerra
que el Real Principe ha muerto;
civ¡! ; he determinado
pues teniéndole jurado
adoptar al Duque Erico
los dos R e y n o s , será dar
mi sobrino : siendo claro
motivo á sangrientos vandos.
su derecho al Trono Real,
Mas , supongamos al Duque
por ser el mas inmediato
admitido y proclamado
cíe la sangre Real, y nieto
Principe de Dinamarca
de mi Padre Valdemaro.
por nieto de Valdemaro:
De vuestra prudencia espero,
¿será lo mismo en Noruega?
de vuestra lealtad aguardo
éste es el nudo gordiano,
me digáis vuestro dictamen
que solo podrá romperse
sin adulación, ni engaño.
con la espada de Alexandro.
Si'rrsc. Señora , vuestra propuesta
Si los pueblos de Noruega
es punto tan delicado,
quietos y subordinados
que resolverse no puede
se mantienen hasta aquí;
sin mucho acuerdo y despacio.
no se espere lo estén quando
No obstante si á V. Alteza
sepan que un nuevo heredero
en Dinamarca han jurado
le pareciere acertado,
usarán de su derecho
hablarán estos Señores
eligiendo
un Soberano
su dictamen expresando,
de la sangre de sus Reyes;
y el último hablaré yo.,
sin que impedirlo podamos:
aunque soy el mas anciano.
y si V . Alteza intenta
Jieyna. Bien me parece: hable pues
;COii las armas sujetarlos,
el Concejero Christiano.
con tantos años de paz
ChrisL. Y o , Señora, aunque pudiera
et Reyno está sin Soldados,
tenerme por excusado
el
Erario sin dineros,
de hablar en esta materia
e] F.xercito sin Cabos,
mi corta edad alegando,
las Plazas sin guarniciones.,
y aun mas teniendo que hablar
los
Navios desarmados.
en presencia riel honrado
La Inglaterra y Suecia
Senescal de la Corona,
que nos están observando,
el mas hábil y versado
romperán luego la tregua,
en políticas materias
y
á la Noruega auxiliando,
haré lo que habéis mandado,
vendrá á ser la Dinamarca
mi dictamen proponiendo:
juguare de sus contrarios.
y ante todo protestando
Dnq.
O que tímido y cobarde
que sola la ingenuidad
será el móvil de mis labios.
se manifiesta Chrisiiano.
Dirjo , pues, que no conviene,
Christ. No es temor ni cobardía:
ni pmás será acertado
sino un r e c i o fundado
proclamar al Duque Erico
en políticos principios
poi
por la prudencia dictados,
que vos Duque no advenís:
y si el caso no esperado
llegase de una campaña,,
entonces Duque venamos^
quien es tímido- y cobarde.
2iey/ra: Baso -ya, basta Christiano:
hablad vos Astolfo..
Jst.Yo, discurro como mi hermano,
y soy del mismo dictamen;
resueltamente afirmando,
que no juraré jamás
otro Principe que a Olao.
Rey na. Hable- el Conde de Oldemburgo.
Marisc. teniendo por excusados
preámbulos y digresiones
que no nos h/.cen al caso,
es mi parecer que luego
el Duque sen proclamado
Principe de Dinamarca.
Y en caso que'los Estados
de Noruega se resistan
á obedecer lo mandado,
con la espada rómpase
aqueste nudo- gordiano,
que tanto pavor infunde
al corazón de Christiano.
Rey na. Hablad ya , vos , Senescal..
ÍIWJC.Aunque siempre es arriesgado
y difícil conciliar
pareceres encontrados,
como en efecto lo son
los que sobre el caso han dado
estos Señores, es cierto
que el parecer de Christiano
dá ciato indicio de ser
político refinado,
en la escuela de su Padre
Conde Ernesto aleccionado.
El dictamen de Oldemburgo
no lo apruebo ; aunque lo alabo
solamente por ser hijo
de su corazón bizarro:.
n Vi'/iúi/.'drcit.
7
qi.e en ardores militares
lo valiente no es extraño;
m.is no se ha de propasar,
lo valiente á temerario.
Dictando, pues, la prudencia
que en extremos encontracíós
es el camino seguro
tomar el me:lio entre ambos,
y que el tiempo es el mejor
consejero en casos ai dúos:
mi parecer es, Señores,
que se dilate ñ otro año
el proyecto de aclamar,
por Principe hereditario
al Duque, vuestro sobrino;
y si al tiempo señalado
no hubiese alguna noticia
de nuestro Ptindpe ()!;:o,
entonces llevar a efecto
vuestro proyecto : entre tanto
ordenad que con presteza
se apronte lo necesario
á la defensa del Reyno,
nuevas tropas reclurando;
equípese nuestra esquadra,
adiéstrense los Soldados,
y en las, Plazas de Noruegaque mas hicieren al caso
para contener al Pueblo
inquieto y alborotado,
competentes guarniciones
pong.inse por decontado
de tropas Dinamarquesas,,
con Oficiales y Cabos
de fidelidad notoria
el pretexto aparentando
de asegurar las fronteras
contra enemigos extraños,.
Este modo me parece,
Señora , el mss acertado
para llevar el proyecto
á los fines deseados.
Rey/ia. Me conformo Senescal,,
con vuestro dictamen s,ibio„,
3
El
Pnn 'ipt
que en las circunstancias es
el mas justo y adequado:
y siendo vos h quien toca
mis órdenes y mandatos.,
estender y publicar,
os encaigo, y aun os mando
que luego lo executeis:
id con Dios, y retiraos.
vari(r
Correase los vastidores.
S C E N A
IL
Aparcan la fachada y puerta de Valerio cerradas. Salen el Principe y el
Conde Ernesto de Peregrinos.
Cond. Esta vistosa Ciudad,
cuyos altos baluartes,
cuyas soberbias murallas
bañn el mar con sus cristales,
Prin-.ipe, dueño y Señor,
es la bella Copenhague,
del Reyno de Dinamarca,
Cone ilustre , rica y grande.
En tnge de Peregrinos
disfrazados, sin que nadie
con lanto tropel de gente,
en vos, ni en mí reparase,
hemos pasado seguros
sus puertas, plazas y calles?
este P.ihcio que veis.,
de mármoles y de jaspes
arrogante promontorio
dispuesto con traza y arte,
es residencia ordinaria
de la Rey na vuestra Madre
Margarita, á quien con justa
aclamación los leales
Dinamarqueses la llaman
del Norte la Semiramis.
En él nació V. Al tez i,
en él vio de los mortales
la primera luz ; y en él
con las aguas bautismales
perseguido.
reengendrado a nuestra vids
Aquino el Rey vuestro Padre
con el generoso nombre
de Olao, quisa que os llamasen.
Murió el R e y , quedando vos
de tres años no cabales.
Pw/.Bien me acuerdo, Ernesto amique por muerte de mi Padre (go„
Aquino , que de Dios goze,
herédelo me jurasteis
de Dinatmrca y Noruega;
y que en mis sienes reales;
se unieron las dos Coronas
para nunca separarse.
Que tú en mi Coronación
en tus brazos me llevaste,
como mi Ayo y Maestro;
y que la Reyna mi Madre
fué voluntad del difunto
mi Padre el Rey gobernase
los dos R e y n o s , hasta que
mi edad mayor- se declare.
Pero ¡ A h ! Ernesto, no llegó
este caso á efectuarse.
Mas aunque con brevedad^
te contaré las causales
que para ello tuve : al punr#
que aquella luz radiante
del discurso racional
comenzaba á iluminarme,
una fuerza superior
me inclinaba á que dexase
las delicias de esta vida
aparentes y falaces,
los honores , las riquezas,
aplausos, comodidades,
la posesión üsougera
de las Coronas Reales
de Dinamarca y Noruega,
y todo q-.ianto aprecia-ble
reputa el mundo, pues todo s
según dice el líclesiastes,
es mirarlo á bu-Jna luz,
vanidad cié vanidades,
Es-
y prodigio
ílste modo de pensar
tan justo, tan razonable
en mis años tiernos, fué
causa que yo me ocupase
en devotos exercicios:
esto , Conde, tú lo sabes,
y te es notorio también
que de nú Reyno los Grandes,
y Cortesanos glosando
estas virtudes morales
de mí juventud , según
sus caprichos singulares,
á estilo de los mundanos
de los bienes y de los males,
de Jas virtudes y vicios
trocábamos nombres y trages:
mi humildad :1a reputaban
abatimiento cobarde:
mi retiro hipocresía;
mi devoción veleidades,
y muchos con insolencia
como si fuera injuriarme
con escarnio me llamaban:
Olao, el Principe Frayle.
En fin, por no disgustar
á mis Vasallos, ni ciarles
aun aparente pretexto
de mi desprecio, ó ultraje,
(aunque al vasallo no toca
juzgar acciones reales
del Soberano) me vi
en la dura inexcusable
necesidad de oculrar
con cautelosos ambages
mis devotos exercicios,
cautelando' en adelante
la virtud , como si fuera
el delito mas infame;
Mas quando ya se llegaba
el tiempo de declararme
mayor de edad, los Estados
de los Reynos unánimes
á mi Madre propusieron.
Dinamarca.
9
que era forzoso buscarme
una Esposa , que en el Tióno
sucesión asegurase,
súpelo , y en la oración
pedí al Señor me ilustrase.
Oyó mis humildes ruegos,
y con ánimo constante
la resolución tomé
animosa de ausentarme
de mis Rey-nos-, y pasar
donde no supiera nadie
jamás de mí: y libremente
al servicio dedicarme
de Dios en la soledad;
teniendo por exetnplares
de -ésta'determinación
á Pablo, á Alexo > y millares
de Santos Anacoretas.
Salí, pues, de Copenhague
disfrazado, y con el nombre
de Enrique quise ocultarme
para frustrar de este modo
diligencias eficaces,
que para buscarme haría
mi Padre por todas partes.
Entré en Alemania, y luego
pasando veloz por Flandes,
llegué í Francia, y di con unos
Peregrinos Alemanes,
que en devota romería
caminaban á las partes
de Galicia á venerar
el Sacrosanto Cadáver
del Apóstol Santiago.
Determíneme, pues, juntarme
con los devotos Romeros,
y vistiéndome su mge
de puerta en puerta pedia
el pan para alimentarme.
Llegamos a Compostela
con mil incomodidades:
visitamos al Apóstol,
y dispuesto ya el viaje
io
El Principe. pQrsegtádo,
para volver á Alemania,
yo determiné quechi me
oculta en. Espuria; pues
siendo e-í, jReyno mas. distante
de Dinamarca pensé.
nunca, pudierais hallarme,
y en las ásperas montañas
de Cantabria, cuyos valles
forman las mas. silenciosas,
y devoras, soledades,
me- oculté, y alli:-viví
«n el modo que roe hallaste.
Y o pues, Conde , venerando
la providencia suave
y fuerte de.nuesno Dios,
que dispuso. me.encontrases,
viéndote, determinado
y resuelto á. no apartarte,
de mi lado , hasta ponerme
en. Dinamarca:::, Cond.. No hable
V.. Alteza mas ; que veo
en. aquella boca, calle
dos embozados, que ya
caminan acia esta parte.
Esperemos arrimados
en. esta puerta, que. pasen,.
por sucesor, declarado
de Dinamarca y Noruega? (do!
Comí. Qiié.-ics lo que estoy escuchanapliquemos el oído.
JWartsc, Es indolente el. muchachos.
á a m i a de que sabe
quatro párrafos de Baldo,
quiere con sofisterías
á todos aturrullarnos.
Jüul\Svi hermana mayor Astolfo
es mas prudente y callado.
Jlfarisc.Y-m-as valiente tambien 5
mas con tqdo,. no temamos
de conseguir el designio
de sucesor aclamaros
del Reyno :• y si prosiguieren
en; oponerse- arr.ojados
al proyecto de la JÜQyna,
los mataremos á entrambos.
Pri'nc Conocéis a, los que hablan?
Cond. El uno, sino. .oís- engaño^
es. Erico. vuestro primo:
y elvptro que hflbU mas alto»
es el jSpndt d^iDldemburgo»
militar acreditado,
y Mariscal General
de todos-vuestros. Estados.
Ponense en la puerta., y salen el Du- Dug. Ola.,:Conde,"no advertís
que y el Mariscal, de, embozo,
en el Arco de-Palacio
dos hombres?, ellos: sin duda
Dtttj. Bella noche!
nos estarán escuchando.
Maiisc,Qy\si2
y fresca,
Marisc. NQ. tiene duda: lleguemos».
como noche de verano.
J)uq, Pues, mientras llega la hora,
Saca, la espada el Mariscal, y vá
de U cena, y :dql sarao
acia, el Arco..
tomemos Conde lo fresco
en la Plaza de Palacio,
Qué gente sois ? declaraos,,
Mañsc. Bien me parece.
ó moriréis ahora mismo.
Diuj, H;»beis visto.
Cond. Señor, tened, reportaos,
que somos dos Peregrinos
con qu..intq empeño y descaro,
que en este instante acabamos,
los hijos, d.-.*!. Conde Ernesto,de llegar a la Ciudad:
especialmente Chrisiiano
y por las calles andamos.
se han opuesto á que yo sea
bus-
j> prodigio
"¡buscando alvergue ó pasada.
Este edificio tan airo
nos pareció el Hospital;
y por esto aqui llegamos.
Duq. Buenos hombres, no sabéis
que este es el Real Palacio?
Mariscaayan de aqui vagamundos,
ó las artaré de palos.
Peregrinos a estas horas?
qué bravo par de espantajo?.
Trine. Caballero , no tratéis
tan mal a dos hijos-dalgo,
que quizá serán tan buenos,
lan nobles, y tan honrados
como TOS.
Marisc. Quién se lo niega?
id con Dios ó con los diaolos.
Vanse los ios.
Duq. Mariscal v el corazón
¡me dice con sobresalto
que aquel primero que habló
quando á preguntar llegamos
quienes eran, es sin duda
el Conde Ernesto.
Marisc. .Qué bravo?
Duq.Un la voz me ha parecido,
aunque la ha disimulado.
Marisc. V . Alteza está dormido,
ó el recelo os ha engañado.
N o habia de saber el Conde
qus éste es el Keal Palacio?
ni á qus fin el Conde habia
de venir Transfigurado
en trage de Peregrino ?
Duq. Mariscal, lo he sospechado,
y para- salir de dudas
los Peregrinos sigamos,
que aun van por allá , y sabremos
en donde toman descanso:
apuremos este enigma.
Marisc» Vamos por no disgustaros.
Vanse,
en
"Dinamarca.
Sale Basquil
n
de Peregrino.
Hasq. ¡Válgame Dios, y que noche
tan obscura! Valga el diablo
la piedra ó la tentación: tropiez.
que por-poco me he quebrado
una espinilla. No sé,
ni me acuerdo si mi amo
me dixo que me esperaban
en la puerta de Palacio.
Según el vulto, este es:
y sin duda este es el Arco,
jinda á tientasi
ni veo, ni oigo, ni tiento
anadie. Qué bravo chasco
que se hayan marchado yaí
j y si acaso no han llegado í
será preciso esperar:
}y qué hé de hacer entretanto?
fatigado del camino,
el sueño me anda rondando;
pero me pondré á rezar
por si acaso asi lo espanto.
Saca el Rosario.
Padre nuestro::: Vénganos:::
El pan nuestro::: perdonamos::;
peor creo que es rezar?
porque es del sueño reclamo;
pues tiendome., porque asi
dormiré mas descansado, echase.
Vuelven á salir el Duque y
Mariscal,
el
Duq. La obscuridad fué la causa.
que de vista los perdamos.
Jiasq. Gente suena por aqui:
¿siac.iso será mi amo?
Mar.tí o hay Señor porque os canséis
en hacer discursos vanos:
V. Alteza ha de reynar
que venga , ó no venga Olao.
B2
Rasq\*
12
El Principe
JRasq. Tate, que pica en historia
h conversación: oigamos.^
pero apenas la percibo,
porque estoy adormiscado.
MA h.iya el sueño! la caxa
saco , y un polvo tomando
dcspavilaré el celebro, toma tah
Qué valiente es el tabaco l
como de España : Jesús! estorn,
Maris. Tenemos otro espantajo i
no dexará de llevar
é<te algunos bastonazos..
Quién vá allá?
Míisq. Ni yá , ni biene,
que aquí se está muy sentado*
Maris. Qué, no responde e] vergante ?
dale.
Xasq. Válgame San Pablo,
San Roque, y San Rafael»
de Peregrinos 2mparo.
Maris. Qué hacéis aqui borrachon?
Rasq^ Pardiez Señor, no he catado
el vino tres años ha.
Maris., Pues quién sois ?
Jiasq. Soy desgraciado,
porque en vuestras, manos dí$
después que peregrinando
tres años por esos mundosj
no, ha quedado. Santuario,
que no visite, pidiendo
por los mal intencionados.
Duq. Sois Peregrino?
JRasq. Algo de eso.
Duq. Y venis acompañando
á o.ros dos que de este sitio
poco, ha se retiraron ?
JRasq. No, Señor, que yo venia
acompañando, á mi amo,,
y de vista le perdí,
sin saber, como , ni quando*
Duq. Coiiio.sc-Ua.mai
Raq. Aseguro,.
que nunca me lo ha contado,.
pn'scgu 'do,
jDvq<J~)s dónd,e es?
liasq. Otra que ral:
era Señor, un hidalgo
de Noruega , ó Suecia:
que también se me ha olvidado,
y. de buenas á primeras
s,e quiso meter a Santo,
como si fuera tan fácil:
y para esto se ha empeñado
en andar por ese mundo
visitando Santuarios.
Duq. Comadnos vuestro viagej,
porque gusto de escucharos.
JRasq. A fé que ruinca mas cuecd©.
en toda mi vida he estado.
Pues Señor de mi alma, digo
que el vijge comenzamos,
por unas tierras, en donde
el lenguage no entendíamos,
porque ahullaban como perros,
ó. mayaban edmo gatos.
Pasando mas adelante
en otras tierras- entramos,
donde hablaban con la boca,
con los ojos y las- manos,
como los representantes,
y con mucho mas garvo.
En otras tierras cantaban
quando querían hablarnos.
Después de estos habladores,
á la Provincia pasamos
de los mudos, y por señas
con ellos nos entendíamos»
Yo Señores , me admiraba
de extremos tan encontrados*
Esto no obstante , nos eta
forzoso el acomodarnos
á las modas del Pais,
haciendo lo que veíamos.
Entramos luego después
al País de los Enanos,
hombres pequeños, con un3s
cabezas, como canastos.
Se-
y prodigio
Seguíase después de éstos
el P;iis de los Azefalos,
que son hombres sin cabeza,
y es por cierto bien estraño;
pues lo que aquellos le sobra
están éstos oíros faltos.
Al Beyno de los Gigantes
con mucho: miedo llegamos-,
hombres rales, que tendrán
sus treinta varas de alto;
y junto á ellos nosotros
como orm.ig3S parecíamos.
Inmediato al Gigantísimo»
en un Heyno separado
hallamos á los Pigmeos,
hombres de un codo de altos;
y fué para ellos fortuna
el que hubiésemos llegado.
Es el caso, que las grullas
les destruyen los sembrados,
y contra ellas salió
un exército formado
de mas de cien mil Pigmeos,,
con sus lanzas en la mano
forjadas de caña-exa:
y habían hecho tal estrago
las grullas en los Pigmeos,
que ya se iban retirando.
nosotros con los bordones
las espantamos á palos,
y les dimos la victoria:
en fin , para no cansaros,,
habiendo ya recorrido
el Keyno de los Ojancos,
Amazonas.,, Patagones,
y el Imperio dilatado
del Preste Juan de las Indias,
en Tánger nos embarcamos-,
y pasamos el estrecho
de Gibraltar con el ánimo
de registrar las columnas
del famoso Hercules Tebáno.
Duq.Son muy grandes las columnas?
en Dinamarca.
J$
Jiasq. Como dos torres de alto
y grueso serán, Señor;
ion de bronce macizado,
hechas á marcha y martillo
en la fragua de Yulcano.
Y no obstante de que son
tan grandes como he contado»
con su mano cada una
el valiente Hércules Tebáno*
las columnas manejaba
como si fueran dos váculos.
Duq. No nos dixiste al principie»
que tü junto con tu amo
habíais ido por el mundo
visitando Santuarios?
Masq. Es verdad , Señor.
Duq. Pues cómo
en tanto como has contado,
ni la mas leve mención
has hecho de un Santuario?
Rtsq.-'Lz razón ha sido
el tener por esensado,
y aun superfino , referir
devociones y milagros
á Señoritos de Corte,
Soldados y Currutacos,
que impropiamente se rien¡
y burlan, lo mas sagrado,
(mejorando los presentes)
Mame. Malicioso es el villano*
vamonos, Señor , que ya
estoy yo mas que apurado
de sufrimiento.
Duq. Tomad esa limosna paysanoj
y Dios os guarde.
Dale limosna, y vanse,
JZasq, Señor,
sea por Dios, y por los palos;
bravo par de perillanes!
á fé Mué bien me he safado
dé aquestos dos preguntones^
mas ya me parece en vana
esperar aquí mas tiempo»
Me-
El Principe
14
Mejor será retirarnos
no sea que vengan algunos
de aquestos que andan al rastro
de Jas damas cortesanas,
(que la noche es para el caso)
y me den algunos muertos.
Seguramente mis amos
estarán ya recogidos:
voyme á acostar decontado. vas.
ACTO
SEGUNDO.
SCENA
I.
Aparea el talón-de Palacio ^.camo
al principio,, y la Reyna sentada en
acción de pensativa , ¿ott un retrata
en la mano, y canta la Música.
2íus.-¡Lda Semiramts de JOnente.
Cor. x. Llora puerto su Marido;
pero la del Norte llora
á su Principe perdido.
Cor. 2. Quál será mayor dolor?
Quál será mayor martirio?
Cor. i. La del Asia .llora
por solo su niño.
Cor. 2. La del Norte llora
su Esposo y su hijo.
Jiepit.QuM será mayor dolor?
Quál serí mayor martirio?
Tleyna. Federico ?
.Sale Federico,-Capitán
delaQuardia,
Fcd. Gran Señora í
Feyna.Qmén esa leira compuso?
Fcd; La Ierra'y el tono es obra
del I'aliano Jueqneti,
jRcyna. Pues bien, dadle por ahora
de mi bolsillo secreto
cien doblones., y esta joya:.":
Dale un anillo.
perseguido,
Los Músicos se retiren,
y todos dexadme sola, vas, Ftft»
Toma el retrato y habla con él,
Hcprcs. Hijo de mi corazón,
ó si el Cielo se ablandará,
y piadoso te avisará
de mi pena y aflicción!
es cierto que á compasión
de tu Madre te movieras,
y á mi presencia vinieras,
í no ser que.endurecido
un ánimo empedernido
te hayan prestado las fieras.
Q u é motivo, ó hijo mioi
tu Madre te pudo dar
para hacerme asi penar
con tu retiro y desvio i
eq mi1 loco .desvario
será mi muerte tu ausencia;
y^solo con tu presencia
se acabará mi tormento,
mas en tanto 'sufrimiento
denme los Cielos paciencia.
Pero sino oyes mis qüexas
se .las digor á tu retratos
¿por qué motivo, hijo Ingrato»
desconsolada me dexas?
¿para qué de mí te alejas,
¡muriendo por t í , mi bien?
ven , hijo á mis brazos ven 9
y pues no vivo sin tí,
compadécete de mí,
ó máteme tu desden.
Sale Federico.
Fed. El Mariscal Gener.il,
y el Duque vuestro sobrino
para entrar á veros piden
vuestra licencia y permiso.
Rey na. Qué novedad h;ibr;?, Cielos í
diles que entren , Federico.
Sa-
y prodigio- en Dinamarca.
Salen el Duque y ti Mariscal..
Los dos..A los pies de V . Alteza.
Bey na. Buen, dia os dé' Dios, amigos,,
Duq. Cómo ha pasado la noche
V. Aheza?
Jieyna. Bien, sobrino..
i Pues- u n temprano en Palacio ?'
; hay algo de nuevo ? dilo.
Di'q.. Algo de nuevo h a y , Señora}
mas no os. turbéis al oírlo.
Ancla un rumor eu la Corte
que anoche dos Peregrinos
ya. tarde desembarcaron,
sin poder ser conocidos,
y entraron en. la. Ciudad;
y que al llegar al registro
de las. puertas, presentaron.
un pasaporte , ó escrito
firmado del Conde Ernesto.
Otros dicen que es el misma
Conde, el uno de los dos
mencionados Peregrinos,
que por el ayredel cuerpo
y la-voz fué conocido.
Las Plazas de Copenhague
esta'n llenas de corrillos;
y añadiendo cada uno
un poco i lo que ha oido,
ha tomado tanta fuerza
la mentira , que aun á gritos:
no reparan en decir
que el Principe ya ha venido,,
y que oculto le tenemos
en Palacio , y escondido:
si quiere V..Alteza
ver el inmenso gentío
que á la plazu.de Palacio
la novedad ha traído
asómese á. esta ventana..
15
jRcyira. Ciclos 1 aquel es el Conde
que seguido de sus hijos,
y acompañado de- muchos
amigos y conocidos,.
á Palacio se. enermina.
Salid luego á recibirlo*.
Vanse los dos.
El Conde biene de gal.%
sin duda es segura indicio
de que alegres nuevas trae
deL Principe Olao mi hijo.
Tocan marcha* y van saliendo Chri$~
tiano y Astolfo „ Federico, el Maris-*
cal, y últimamente el Duque y el
Senescal: llevando enmedio al tojide
Ernesto..
Cond. Demc á besar V. Alteza.
la manoBeyna. Seáis, bien venido:
de pie-,
Conde-Ernesto-, anvgo fiel.
Decidme' por Dios : es. viva
el: í Principe?
Cond.S'i, Señora.
Reyna. Gracias os rindo, Dios mio4,
por esra dichosa nueva.
Coríd. El Principe vuestro hijo
goza perfecta salud.
Beyna.. Y en dónde está ,. Conde
amigo?'
Cond. No lejos de Copenhague
Je he dexado, y he venido.
yo delante de.- orden suya,
Señora,, por preveniros;
antes que en vuestra presencia
llegue a ponerse : el peligro
cautelando-, que pudiera
causar un gozo, imprevisto;
pues como; mata un pesar,
Se levanta la Bey na y- se pone en una:
mata un gozo repentino^
ve tiran a.
Beyna. "Vendréis , Conde , fatigado.
Foc.Hkn venido, bien venido..
de tan molesto camino:.
ió
El Principe perseguido,
toma asiento y decid
cómo hallarle habeis podido:
dónde lo habéis encontrado,
dónde ha estado detenido
el Principe tanto tiempo?
pues todo gustaré oírlo.
Toma asiento el Conde.
Conde, Después , Señora, que del Reyno todo
las vivas diligencias se frustraron,
que para hallar al Principe se hicieron,
sin perdonar fatigas , ni cuidados:
con el orden Real de V. Alteza
en su busca salí juramentado
de no volver sin él í Dinamarca,
ó morir en la empresa de buscarlo.
Del estrecho de Suxd las altas olas
en un esquife las pasé volando,
y en pocas horas con dichosa suerte
de Suecia en las costas desembarco.
A Copenhague ordeno que se vuelvan
los que hasta alli me habian acompañado:
para obviar sospechas de estrangeros,
conmigo queda solo un fiel Criado.
Tomo de Peregrino humilde trage,
y era habito Romero disfrazado,
la esclavina y bordón de pasaporte
me sirven para andar Ecynos exrraños.
Seguro ya con esta salva guardia,
«ntro en Suecia, y á Estocolmo paso,
en contorno girando todo el Eeyno,
sus Ciudades exploro con cuidado.
Doy la vuelta á Alemania, región grande
habitada de varios Soberanos,
que unidos forman el robusto cuerpo
del germánico Imperio dilat.ido.
La Franconia, Saxonia y Brandcmburgo,
la Babiera , y los dos Palatinados,
el aleo y baxo P i n , con la Suabia,
y las dos Austrins corro en casi nn año.
Paso al Tiról, penetro el Apenino:
entro en Italia, llego al Mantuano,
vísíto de Loreto el santo Templo,
y las costas del Golfo Veneciano.
Luego á la Capital del Christianisrao
encamino mis pasos sospechando
j> prodigio c?i Dinamarca.
que solamente en Roma se pudiera
ocultar el Principe Olao.
Un año entero en Roma me detengo,
admirando sus Templos y Palacios,
sus Arcos , y soberbios obeliscos,
tristes memorias del Poder Romano.
Pero viendo frustrados mis intentos,
inútiles mis. ansias y cuidados,
dexando á Roma á Francia, me encamino
por Genoba , :Turin y. el Delfinado.
Pasando por la Galia Narbonense,
enrro en España, Reyno celebrado
por su fé , su piedad , y por su culto,
en Templos y famosos santuarios.
De Barcelona paso í Monsenate,
célebre Monasterio , colocado
en la áspera montaña de este nombre,
que í la Madre de Dios es consagrado»
Llego .luego á la insigne Zaragoza,
cuyos muros del Ebro son bañados,
Capital de Aragón, muy celebrada
por sus Templos, sus Mártires y Santos»
Pero lo que en extremo la ennoblece
es el precioso bello simulacro
de aquella Virgen siempre inmaculada
por la columna , del Pilar llamado.
Es tradición-constante, que traída
por ministerio de Angeles, Santiago
le fabricó la celestial Capilla,
primer Templo á Maria dedicado.
De allí á Burgos camino presuroso,
Corte antigua del Reyno Castellano,
Patria del Cid , azote de los Moros;
cuna de los Alfonsos y Fernandos.
Paso á León , penetro las Asturias,
y venciendo sus montes encumbrados,
llego á Galicia , y voy á Compostela,
á venerar el cuerpo de Santiago.
Entro en su Templo, en oración me pongo,
y el corazón en lágrimas derramo,
pidiendo-.al Santo Apóstol me encamine
en mis dudas, mis ansias y mis pasos.
Por tres días mis súplicas .repito,
C
El Principe
perseguido,
al Apóstol devoto-visitando,
y por su intercesión el Señor quiso
que en mis1--penas: quedase consolado»
Oid , Señotai coiíid' fué : cumplidos,
los tres días que llevo 'ir-ienciopados,
quando ya a la partida me prevengo,
me reclino a romar algún descanso.
Oprimidos sentidos y potencias,
mas q.ue"' d'cl. sneño'i de u n dolor amargo,
sin saber 'si dormido ,. ó;' ?i dispertó,
me quedo-en-dulce calma sosegado.
Ved aquí que delante se presenta
\m Personage en h.ibitos extraños,
de aspecto magestnoso y venera-'blé',
despidiendo su TOSUO hermoso í rayos.
Yo , Conde Ernesto.:, dfce , soy Jacobo.
Apóstol de Jesús, mayor llamado,
hermano del amado Ev3ngelisia v
Patrón, y Protector del Reyno Hispano.
Dios, por mi intercesión oyó tus ruegos",
y quiere que te vuelvas,-consolado:
tomate a Dinamarca v porqué ames
que á España dexes, hallarás á Olao.
En los ásperos montes dé Cantabria
le encongarás en trage de Ermitaño»
dedicado á el obsequio, de Maria,
en un Templo á so nombre consagrado*
E^to- dicho-, el Apóstol' desaparece,
y yo en mí- vuelvo- todo alborotado
huyen las penas., cesan las fatigas,
y doy gracias á Dios por favor tanto.
Nuevamente visito al Santo Apóstol,
y en su promesa, siempre confiando,
sin pasat a Castilla y Lusirania,
á la. vuelta de Francia me preparo..
Desde Burgos pasando montes de Oca,
llego á Vitoria , Pueblo muy nombrado,
y siguiendo el camino de la Francia
ía tierra paso de. los. fuertes Cántabros.
Esta gente feroz, á1 quien por fuerza
sujetar no pudieron ro& Romanos;,
pues por su voluntad' tan solamente
se rindieron al César Octaviano,
y prodigio en
Dinamarca.
Esta gente :feroz, á decir vuelvo»
un Pais habita nunca conquistado
de ninguna, nación de tancas, cerno
á Ja feliz España- subyugaron.
Ni los Godos allí llegar pudieron,
ni los Moros en él jamás entraron,
ni Suevos., ni Celtas, ni Silingos,
ni aun los crueles Vándalos y Alanos.
Por sus leyes y fueros se gobiernan,
los que nunca se-vieron alterados;
ni tampoco su lengua primitiva,
que pura se conserva tanto? años.
Viven ocultos en profundos valles,
rodeados de montes elevados^
cubiertos de frondosas arboledas
de carrascas, de robles y castaños.
No lejos del camino Real de Francia
en un áspero monte y escarpado,
un Templo suntuoso se descubre
á la.'Virgen Mana dedicado.
En él su bella Imagen se venera
por los devotos pueblos comarcanos,
con el nombre de Aranzazus llamada,
que Espino significa en Castellano.
Entre las asperezas de aquel monte
ocultos viven muchos Ermitaños,
que prófugos del mundo y sus placeres,
una nueva Tebaida se han formado.
De un ceniciente saco andan vestidos;
ceñidos de un cordón nudoso y áspero;
y aunque Erayles no son de S. Francisco,
son del Orden Tercero de este Santo.
Y o con estas noticias que me dieron
las gentes del P a i s , y confiando
ser este monte aquel que el Cielo dixo
donde desconocido habita Olao.
Presuroso acia el monte me encamino
por ásperos senderos y quebrados;
pues de aquella montaña lo eminente
un precipicio ofrece á cada paso.
Después que entre peligros y rodeos
dos leguas españolas hube andado,
al pie de un aira inacesible roca
C2
Ei Principe perseguido,
descubro aquel devoto Santuario.
Entro en el Templo; en oración me pongos
y á la Madre de Dios pido su amparo,
el corazón de confianza' lleno
de mi próxima dicha dá presagios..
Estando asi suspenso ; una campana
hace señal, y aquellos Ermitaños
de sus grutas saliendo cada uno
en el Templo se fueron congregando.
Para el alto y tremendo sacrificio
de la Sagrada Misa preparado
estaba un Venerable Sacerdote,
la qqe oir debian aquellos solitarios.
Yo recatadamente los observo
en un rincón del Templo retirado^
admirando sus rostros macijentos,
sus. barbas, y cabellos enmarañados.
Qüando ya el Sacerdote se llegaba
í principiar el sacrificio santo,
advierto que á servirle, se- levanta
vm bien dispuesto joven Ermitaño.
Miróle- atentamente sus facciones,
y aunque al rostro desmiente un color pálids».
por el ayre gaiv.oso de su talle
i Olao me parece estar mirando.
Así, (entre mi discurro) asi tenia
]as facciones mi Principe adorado:
así tenia la boca', así los ojos:
así su talle, así llevaba el paso*
De e'-te modo notando sus acciones
estuve largo tiempo embelesado,
sin atender á mas; y el Sacerdore
Ja santa Misa concluyó entretanto.
Al punto los Varones penitentes
á sus cuevas se fueron retirando,
quedindose en el Templo solamente
el joven que sospecho ser Qlao.
Vá del Templo á salir, y yo advertido
desde el sitio donde estaba retirado,
en la lengua Daresa le saludo,
y con su propio nombre alíi le Hamo.
Sin reflexión al pumo el rosno vuelve,
y suspensa se queda» reparando
y prodigio en Dinamarca*
acia donde Je llaman; me conoce:
y del Templo se sale acelerado.
Veloz, acia su cueva se vá huyendo,
qual, ciervo de los perros espantador
yo le sigo también ligeramente,
como fiel Caín en busca de su amo»
Llego en fin á la entrada de su gruta
á tiempo que la puerta habia cerrado,
toco en-ella, le llamo, no responde;
y llorando de gozo así le hablo:
Por q u é , ó Principe, dueño y Señor mío,,
a?í huis de aquel que con trabajo
tanto tiempo ha que os busca?¿qué te ocultas
del que la dicha tuvo de encontraros'.
El Conde Ernesto soy, vuestro Maestro,
que tantas veces os llevó en sus brazos:
si esta tierna memoria no os obliga,
apiadaos de mis lágrimas y llanto.
Oid de vuestra Madre los su piros,
consolad vuestros Reynos y Vasallos:
y si esto no consigo, en esta cueva
quedará el Conde Ernesto sepultado*
Con esras y otras tiernas expresionesinsto, suspiro, y altamente clamo,
hasta que con mis ruegos y lamentos
del Real Principe el corazón- ablando.
Abre la puerta, y á sus pies me arrojodexándolos en lágrimas bañados:
y entre afable y severo así" me habla
en acentos Daneses mal formados:
Quién, Conde Ernesto, aquí re ha dirigido.§'
quién por estos desiertos, re-ha-guiado?
no es posible que humanas diligencias
jtara encontrarme aquí te hayjn bastado..
No bastaran , Señor, yo le respondo,
si por sus altos fines reservados.
no dispusiera Dios que á Dinamarca
volváis a gobernar vuestros Estados.
JEsra es su voluntad, y yo os la intimo?
no queráis resistirla- porfiado;
porque si voluntad no fuera suya,
no dispusiera que os hubiera, hall ¿do.
Con. estas reflexiones convencido,
2S
El Vrhi'ipc perseguido,
y mucho mas habiéndole contado,
Señora, vuestras ansias y susphos,
det.errnina volver a -yuestros brazos.
De. Peregrino toma luego el trage,
dexando el penitente de Ermitaño:
y en esta forma salvos y seguros
á^Copen.hague ayer tarde llegamos»
A mi casa directamente fuimos,
donde Id noche el Principe ha pasado,
y espera que yo Heve vuestro aviso
para venir a veros á Palacio.
jReyna. C ó m o podré, Conde amigo,
Vos Mariscal, prevenid
un favor tari csircmado
las guardias y los soldados,
porque dignamente pase
recompensar i ni con qu<;
el Principe acompañado
mercedes podré pagaros
de casa del Conde Ernesto
vuestros servicios leales?
á este sú Real Palacio:
las fatigas y Hatajos
en donde le esperaré
de un tan penoso camino?
y recibiré en mis brazos.
El premio de haber hallado
I d , Conde Ernesto, y decid
al Principe , dignamente
al Principe que le aguardo
no puedo recompensaros.
con tiernas ansias de Madre:
No obstante, de diez logares
y todos los Cortesanos,
Señor Soberano os hago,
Títulos y Caballeros
con el m e r o misto imperio
os vayan acompañando.
sobre todos los vasallos.
Sencsc. A vuestras órdenes todos,
Y ahora en acción de gracias
Señora, prontos estamos,
por favor tan soberano,
y con toda brevedad
Senescal, despachad orden
se
hará lo que habéis mandado.
se cante el Te IJeum Laudamus
Guarde
Dios a V. Alteza,
en Ja Capilla Rea],
Vanse. todos,
y rambien en todos quantos
Templos hay en Copenhague,
y demás d e mis Estados.
S C E N A II.
Iluminóse la Co'ne;
gala traiga por espacio
Cúrrense los vastidores, aparece unce,
de quince dias continuos.
a/uesala, y salen el Duque
y Mariscal.
Y porque regocijados
Duq. Mariscal , ó estoy soñando,
puedan todos celebrar
ó no sé lo que me diga.
este venturoso hallazgo,
¡Qué pronto se han agotado
de los tributos que deben
mis esperanzas! El Ceno
pagar rodos los vasallos
se me h.i caído de las manos, (ro:
á la Corona Real,
Mai\
No os turbéis, Señor, tan piónse eximirán por un año.
vol-
y prodigio
volved en v o s , recobraos;
y esperemos en que para
el suceso no esperado
de la venida del Conde,
y del Principe su ahijado.
Acaso será; imposible
que rodo quanto lia contado
sea una mera ficción?
Aquel repentino hallazgo
del Principe en una cueva
en el trage de Ermitaño,
tiene visos de- Novela:
yo así me lo persuado,
el que Principe se llama
será acaso muy extraño
que sea algun impostor
que pretenda con engaños
subir al Trono Real,
por parecerse alguir tanto
en las facciones del rostro
á nuestro Principe Olao.
Y que el Conde Ernesto quiera,,
esta ficción, apoyando,
levantar a su familia
gobernando los Estados?
Todo es posible, Señor,
pero después mas despacio
sobre esto discurriremos.
(mos
JDuq. Decis bien , Conde, ahora vaá practicar, como es justo,
lo que la Beyna ha mandado.vans t Sale Jlasqúl
de gala,
Jiasij, ¡O que confusión de Corte!
todo el Pueblo alborotado
esta con nuestra venida:
y yo buscando a mi amo
huyendo que me atrepéllenme- he refugiado en Palacio;
y al subir por la escalera
al Mariscal me encomiado,
y al Duque Etico , ellos son.
n. Dinamarca
33
los que me dieron de palos
anoche, Yo los perdono;
porque al fin es de christianos
amar á los enemigos,
y perdonar los agravios.
Ellos no< me. han conocido,
y al pasar iban, hablando
ciertas palabras obscuras
contra el Principe y mi amo<
Y o me temo que estos dos
con algunos allegados
nos han de dar pan de perro
á rodos antes de un año.
EHo dirá : pero qué es esto
que estoy hablando?
teme lengua no mormures,
que no es lícito al Chrístiano
hablar de ninguno nial,
ni hacer juiúos- temerarios.
Mudemos de pensamiento:¡qué bien dice aquel adagio!
Apnndcd Jiores de w/,
lo que va de ayer á /?o"y,
ayer Peregrino J'uU
y hoy Gentil-Hombre ye soy».
A)er con mi amo andaba
por esos mundos tunando,
y hoy cogiendo cerno un Duque
lo fresco en el Real. Palacio.
Ayer comido de- piojos,
y hoy muy limpio y aseado.
Ayer sin catar el pan,
y hoy torta y psn pintado..
Ayer bebiendo agua zupia,
y hoy un vino como un bálsamo,.
Ayer, ante ayer, y el otro:::
Voc. Viva el gran Principe Olao.
Jiasq. Esto es que la comitiva
ha llegado ya a Palacio.
Vo) á ver desde un rincón:
tan magnifico aparato..
vas.
SCE»
24
El
Princ, fe
perseguido,
Scnes.Vuestro primo el Duque Erico.
S C E N A III.
Princ. Primo llegad í mis brazos;
no es bien que postrado esté
Aparece el salón como al principio
un nieto de Valdemaro,
con el Solio Real. Suena la música,
joven sois para el empleo
y ruido de tambores y trompas con
á que pienso destinaros.
salvas. Van saliendo los Soldados Dttq.A. vuestra obediencia estoy t
con el Capitán de la guardia , que
vivid Señor muchos años.
se quedan formados presentando las Ernest. Señor, mil enhorabuenas
armas, i-hristiano, Astolfo, el Maos dá Ernesto vuestro Ayo.
riscal, el Conde Ernesto, el Senescal, Princ. Como á mi Padre os venero,
si Duque, todos de gala , y el Priny aun lo que os debo no os pago.
cipe con bastón y manto Real.
Seríese. El Mariscal General.
Princ. Debe ser un buen Soldado»
Senetc, Dichoso, Señor, será,
Marisc. Servidor de V . Alteza.
y en los tastos -celebrado
Senesc. Estos jóvenes bizarros
de Dinamarca, este dia
que ahora llegan, son los hijos
que al nieto de Valdemaro
del Conde Ernesto, llamados
•su legitimo heredero
Chrisriano y Astolfo.
vén sobre el Solio sentado
Trine. Yo
vuestros Ke) nos : ocupad
en mucho debo estimarlos
ese Trono abandonado
en atención á ser hijos
en vuestra primera edad.
del Vasallo mas honrado.
Princ. Altos juicios reservados
De Cjpitan General,
á nuestro D i o s , Senescal,
Astolfo tenéis el grado:
me lucen volver á ocuparlo.
y vos Chrisriano seréis
Hoy en su nombre me siento.
mi Secretario de Estado;
Sienta se.
«si quiero en algún modo
Senesc. Sea, Señor, eternos años:
los méritos encumbrados
y ahora la Corte espera
de vuestro Padre premiar.
para besaros !a mano:
C.ond. Los tres rendidos os damos,
yo el primero la obediencia
Señor, muy humildes gracias
á nombre de los listados
por f.ivor reñí Soberano.
de Jos dos J&cynos, os doy.
Princ. Al Duque Erico mi primo
para Virrey he nombrado
de mi Peyno de Noruega,
Besa la mano el Senescal, y se pene
á el lado del Principe.
por juzgarlo necesario
á mi servicio líeal,
y quietud de aquel Estado.
Princ, Agradezco á mis Vasallos
El Mariscal General
su fidelidad, y pueden
cjtár siempre' asegurados
pasará condecorado
de mi amor y voluntad:
á París, con el carácter
los demás vayan llegando.
de Embaxador Ordinario.
Vos,
y prodigio $n Dinamarca,
25
a !gn n o. • pu e;de escu cha ros,
Esperad que, el tiempo aclare
ó la verdad, ó el engaño.
Yo como menor de edad,
nunca vi al Principe Olao.
Maris. En nada se le parece.
Duq, Puede, haberse demudado:
y así pata no exponemos
á disgustos'muy i pesados,
luego .que el pjingipe salga
de ver á la Rejíni, lal quarto
pasaremos de su Alteza,
á ver qué juicio ha formado
del que se llama su hijo.
También de. los Cortesanos
Vanseel Principe y,el Conde.por una
que al Principe conocieron
puerta , y.-los. demás por otra
ó de cerca le trataron
5CENA
IV.
el parecer tomaremos,
su dictamen escuchando.
Cúbrese el salón , y aparece el ante»
Y en quanto á vuestro viage
sala. Vuelven á salir el Duque
podéis estar descuidado;
y el Mariscal.
pues no marchareis tan pronto
como el Principe ha ordenado.
ftlar, Qué os parece de esto Duque? Maris. Primero que vos , ni yo
buenos habernos quedado
de Copenhague salgamos,
con el nuevo Rey : los hijos
ha de ser toda la Corte
del Conde Ernesto elevados
el mas sangriento teatro.
ú los supremos empleos,
y nosotros desterrados
ACTO TERCERO.
de la Corte , Con pretexto
de cierta razon.de estado,
SCENA I.
y con palabras preñadas
de amenazas y de amagos,
Se descubre el gavinete Real, y el
¿Y esto sufrimos? ¡qué:b¡eri
Trinápe sentado, un bufete con reyo me habla sospechado!
cado de escribir, y el Conde Er¡Ah, Principe fementido!
nesto sentado en un tabunte sin
jAh, Conde Ernesto villano!
respaldo.
¿pretendes que a un impostor
extrang^ro recibamos
Trine. ; \ £ u á n t o pesa una Corona,
como a legítimo Rey 5
Conde Ernesto! ¡qué arriesgado
no será así.
es subir al Trono Real!
J2uq- Sosegaos,
si con reflexión miramos
Mariscal, que en este sitio
ios cuidados queá un Monarca
Vos, Senescal, estended
Jos despachos necesarios
á este fin : así conviene
por motivos reservados
que me asisten.
Sene se. Bien, Señor.
Trine. La brevedad os encargoí
así me parece justo
dar principio á mi Reynado.
!La Reyna mi Madre espera;
á visitarla en su quarto voy.
seguidme vos Ernesto,,
y los demás retiraos.
D
10-
Eí Principepewegiihdo,
ro.dc.m -por todos' lados,
Acuérdese "V. Arreza,
no tiene 'un instante--sutydí
de Enriquece! piadosa y Santo,
todos son di; los vasallos.
Duque excelso de B'jbiera,.
I'uos, q:;:é será si se .ariende
Emperador de Romanos,
á lo que nos dice él. sabio;
en la Corte mas brillanteque á los que mandan espera.
de toda Europa educado.
un juicio duro y exacto?
Un Luis Nono de Francia,
Esta infalible-verdad,
aquel Héioe-celebrado,
es un-torcedor ta margo
que fué del Asia, terror,
de mi merjjóf'ibíiSi apenas
d e l o s Sultanes ¿espanto
se salvará, él ,J{JSíe'-y. Sanro;
en sns dos expediciones
¿cómo vivirá fOgnro.
de las cruzadas aun quando
un Rey , que tiene u su cargo
desgraciado^ en- ella;-..'fuese.
el. administrar justicia
Qué diré: d e aquel- Fernando
sin pasión y-sin-ongañoí
de-'jCastil 1 á¡prí mo suy"oí?
l O dichosa solé/dad i
Azote-de- Mahometanos,
en donde el hombre ocupado
siempre, feliz , victorioso,
tan solamente con. Dios^
siempré'eh. la. campaña: armado,
vive quieto y sosegado,
y emre dichas y victorias
sin. peligros que le asusten,
siempre humilde, ssiempre Santol
sin riesgos, ni sobresaltos.
¿y>.qúé os- podro:: refejir
Q<md> Dexe , Señor V V . Alteza
de aquellos dos Eduardos
aquesos remores vanos,
de Inglaterra ? Y en fin,
que los Heyes no nacieron
i quinto- pudiera contaros
para vivir solitarios
de nuestro beroyco Canuto!
compañeros de- las. fieras.
el mas perfecto' dechado
El hacedor Soberano,
de: Principes-,-y de Chrísto
los pino sobre IJ tierra
invicto Mártir y Santo?
en un empente gradó
sacrificado al furorsuperior a los demás,,
de aquel su; ambicioso, hermano
en respectivos estados
cuyo Solio Real aun
para gobern.ir los Pueblos;
con su sangre salpicado
para que subordinados-,
boy. ocupa Y. Alteza?
los hombres, á una. cabeza,
Estos Héroes, adrrifrados;
seguros y sosegados,
por sus he¡róica& virtudes,
puedan- vivir sin temor
en Palacio se formaron:
b.ixo de este orden gerarqnico.
no en los ásperos desiertos,
Si en los. desiertos, Señor,
ni err. parages solitarios.
.se han hecho los hombres santos
P'rinc*.Ernesto,, no re lo niego:
al rigor de austeridades
todo es verdad, mas es claro
inauditas, los Palacios
que
son los menos.: y es
también Santos han; tenido
dificultoso
¡mirarlos.
entre sedas y brocados»
Gond* No lo será si de Dios
•26
1
núes-
y prodigio
nuestro Señor imploramos
el aux¡lio v y a su gracia
no resistimos ingratos.
Sale Christiano»
Dinamarca.
no resista ,1o. ¡mandado;
pues es lo que le conviene.
Yo al Qrarorio entreunto
me retiro a la oración
como estoy acostumbrado.
27
Va.se el Conde» corrensc los vasa doChrist» Señor, el gran Senescal
res , aparece..el gavinete de ¿a Ihyna
me ha .entregada.los.-despachos
que estci sp.ntflia con-el- Duque-,.y el
y órdenes -ñW:Alteza;
Mariscal estará de p>i<¡y solo.-falta: finnarlos:
aqui tiene Y. Alteza
la estampilla.
SCENA
II.
Fr'uic. No Ghristiano,
que es necesario que vayan
Reyna.Con q,u.e en fin sin mi.noticia,
firmados de propia mano,
Mariscal, se ha decretado
y firme también mi Ma'dre
v uest ra sal ida del- ÍR ey nQ $
para mas autorizarlos,
Marisc. Así lo tiene mandado
por ser la primera vez
el que vuestro hijo se llama.
que yo firmo en los despachos» •Reyna.Y vos, Duque, al Vineynato
CJirist. Estp-él nombramiento es
de Noruega vais ?
del Duque en el Virreyriato
Duqt Es fuerza
de Noruega : y éste otro
obedecer, ó quedarnos
el orden Real y despacho
expuestos a los rigores
en que al Mariscal se nombra
del nuevo gobierno: qnando
Embaxador Ordinario
el Conde Ernesto del Rey
en la Corte de París.
es Consejero privado,
y sus dos, hijos que forman
Toma el Principe los despachos;
este nuevo triumbirato.
y firma.
Rey na. Muy pronto se desará
según tengo meditado,
Trine. Ya los dos están firmados,
habéis de saber, amigos,
id al quarro de mi Madre,
como luego que en mi quarto
y en estando despachados
se presentó, y--áVrni vista
me avisareis.
ese que.;se finge Olao,
Christ.Ri$ti*e$ií.*
vas»
'sorprendida-itne quedé
Frinc. Así Ernesto separamos
al mirarle;, y casi helado
del lado del Duque.Erico
el corazón y potencias,
al Mariscal, que al incauto
viendo que me han engañado*
joven tiene prevenido
No es este el Principe, no;
con proysctQs-ydfcpravados,
él es un, .hq.mb.re ordinario
tan pippios.ele-sufíambicion,
en sus modales y traza.
y orgullo desmesurado.
Y. habiéndole preguntado
Id Conde, y decid al Duque
algunas cosas, de. que
D2
pu-
28
El Principe
perseguido,
pudiera estar informado,
reside , y alli arrestado,
de nada me dio razón:
preso le conduciréis
y solo rne lia contestado
á la torre de Palacio,
en ciertos particulares,
donde con guardas de vista
sugeridos ó contados
le pondréis á buen recado.
por el Conde Ernesto. Yo
L o mismo executareis
he de sufrir este engaño?
con el Conde y su Criado,
por hijo no le conozco:
pues los tres en este crimen
antes bien p-r el contrario,
sin duda están complicados.
por «n impostor le tengo,
JDiiq. Resolución arriesgada,
atrevido y temerario.
Maris. No tengáis, Duque, cuidado»
Yo a la verdad, me avergüenzo,
y de confusión y empacho
Vaset y salen el conde Ernesto^
me lleno al considerar
y Chrisúano*
que en este presente caso
he procedido imprudente,
Cond. Perdonad, Señora , pues
y con ligereza lie obrado,
sin vuestra licencia entramos.
mandando que los honores,
Reyna. Dios os guarde: qué queréis?
de un Principe hereditario
Cond.Yo, al Duque vengo buscando
de Dinamarca se hagan,
de parte de vuestro hijo.
a u n hombre embustero y falso. Reytiá. Está conmigo ocupado.
Qué dirá de mí la Corte?
Y tú, Christiano, á qué vienes?
qué juicio harán los Estados
C/irist. A que firméis los despachos
de Europa quando lo sepan ?
del Duque y el Marisol;
Amigos, es necesario
pues ya el Principe ha firmados
sacar esta mancha que
Jleyna. Traed.
yo sobre mi fama he hechado:
Christ. Tome V. Alteza.
enmendar este defecto
de tiii gobierno , soldando
Toma la Beyna los despachos y tos
el yerro de mi imprudencia.
rasga, volviéndole los pedazos.
Vos, Mariscal, tendréis animo
para hacer lo que os ordene?
Keyna.Tomad, que ya van firmados?
Jíarisc. Yo, Señora, preparado5
idos, y jamás volváis
y pronto ecroy para hacer,
en mi quarro a presentaros.
y execurar todo qnanto
Cond. Quién, Señora ? Yo, ó mi hijo í
en vuestro servicio fuere,.
Jleyna, Los dos.
l,i tropa rengo á mi cargo
Cond. Señora, SÍ acaso
y disposición.
í vuestro servicio yo,
Rcyna. Pues id:
ó mi hijo hemos faltado::
Jleyna.
Idos Conde; pues ahora
y los Soldados tomando
yo de nada os hago cargo:
de mayor satisfacción
pasad con presteza al quarto
y tiempo habrá para todo.
donde el Principe fingid©
Cond, Dios os guarde muchos años;
de-
y prodigio en Dinamarca»
de mis leales servicios
SCENA
los desaires son el pago. váns.
S C E N A
III.
29
IV.
Aparece la antesala y sale el Con*
de Ernesto,
Cubrense los vastidores , y se descubre el Oratorio, y el Principe _p¡tes- Cond. ¡Este desaire la Eeyna!
Cielos, quál será la causa?
to de rodillas delante de un crucifi¿de dónde puede nacer
xo. Salen el Mariscal y Soldatan repentina mudanza?
dos armados.
Mi conciencia no me arguye
haberle faltado en nada:
Maris. Jamás en mi corazón
sin duda que los favores
el miedo entrada ha tenido
que hace el Principe á mi casa
sino es en esta ocasión.
sin consulta de su Alteza
Cielos! qué me haya metido
la tienen desazonada:
en hacer esra prisión!
ó la envidia vil de algunos
U n temor me ocupa fiero,,
que procuran irritarla.
de maldad el horror
Mas, cómo incauta la Ecyna
es indicio verdadero.
les dá tan ficil entrada
Y o cometí un grande error,
á sugestiones indignas
el Principe::: qué severo?
de mi lealtad olvidada?
mas la Reyna, qué dirá
algún misterio hay aquí
si sus órdenes desprecio?
que mi discurso no alcanza.
y el honor me quitará.
Pues vaya fuera el temor*
que no se debe temer
Sale Rasquil acelerado.
quando medio re el honor:
llego pues; ello ha de ser:
Rasq. Mi Señor, qué h.iceis aquí
daos á prisión gran Señor.
con tanta mesura y pausa ?
Salid luego de Palacio:
Trine. Con quien habláis, Mariscal?
huid pronio, Señor, que anda
¿á quién buscáis?
buscándoos el Mariscal.
Maris. Yo::: si::: quando:;:
Cond. Para qué ?
á V. Alteza::: Señor:::
Masq. Brava cachaza!
la Bcyna me lo ha mandado.
Para prenderos os busca.
Trine. Mi Madre?
Cond. Rasquil, anda, vete y calla:
Maris. Señor la Reyna.
á mí el Mariscal, por qué?
manda que os lleve::: arrestado:::
Trine. De qué os turbáis Mariscal? Rasq. Porque la Reyna lo manda,
que ya el Principe voló.
Maris. A la torre de Palacio.
Trine. Pues si mi Madre lo manda» Cond. Dónde?
Rasq. X la torre mas alta
razo» es le obedezcamos.
de Palacio; y es lo bueno,
que voló sin tener ala*,
Zevantast el Principe y vans-t*
Cond*
30
El
Principe perseguido,
con cuidado ya me tiene
Cond. Qué escucho! sin juicio estoy
y con mucho sobresalto:
JRasq. El Marisc.il Jo llevaba
¿si habrán -hecho resistencia I
preso., como a un mal hechor,
mas no, porque :en, el Palacio
entre enrnedio cíe una manga
no se ha sentido alboroto.
de granaderos : yo mismo
Duq. En quanto al Principe, ha
que en la puerta os esperaba
juicio de que no resista:
di la-sa!a..de..s.u Alteza,
pero el Conde no es estraño
vi comq se lo llevaban:
•que &e haya puesto .en defensa,
mas ya estiaquí el MariscaL
ó resista temerario,
SÍIIJÍ el Mariscal con , Jos • Soldados* teniendo tantos amigos
que se hayan puesto á su lado.
Jlfaris.Conde, en.tregadme la espada,
yodaos a prisión al punto,
Sale ¿l Mariscal.
que así la Reynalo .manda.
Cond. Pues si lo manda la Jléyna
Maris. Con toda felicidad,
tomad,Mariscal la espada,
y sin algún embarazo
y vamos donde^ gustéis:
quedan hechas las prisiones
Dale la espada.
que V. Alteza ha mandado.
ya yo me jo sospechaba.
Él falso Principe , y el
Maris. Prended también al Criado.
,Conde Ernesto; y su Cfiado,
Vanse.
los tres arrestados quedan
Sold. i. Venid Eas.quil a la ¡aula
en la torre de Palacio.
donde estaréis á la sombra.
Al Capitán de la guardia,
Jiasij, ('0 mal haya mi desgracia,!
Federico, le he entregado
que por salvar á mi amo,
las llaves de la prisión,
me hayan cogido en la trampa!
con la guardia de Soldados
¿á mí por qué me prendéis i
competente y necesaria,
Sold. i. Por cómplice en esta causa.
contra qualquier atemadoj
Jiasq. Lleve el diablo a vuestro amo,
haciéndole responsable
.y á toda su mala casta.
de los presos.
Sold. i. Ande vmd. Seor Peregrino, Eeyna. Os encargo,
dónde está la calabaza?
Mariscal., ahora .otra cosa,
Hasq. Permita Dios que los .dos
que con reserva, y .cuidado
muráis de mal de rabia.
vans,
practicareis. Visitad
los Consejeros de Estado,
S C E N A Y.
.que están á vuestro favor,
y son nuestros partidarios:
Aparece el. g.av'méte de la- Bey na, que diciéndolés de orden mia
estará sentada y el Buque.
que. conctirfan á mi quarto
esta noche ,'< n las'diez botas»
Itcyna. La acción que al Mariscal
á la desilada entrando;
executar he mandado,
pues- tengo.que consultarles
so
y prodigio en-: Dinrtnnircn.
3i
sobre un* asunto, muy arduo,
El. mundo con sus reveses.
que pide- pronto remedio:
nos ofrece la ocasión'
y que vengan disfrazados
de coger á manos llenas
para no ser conocidos.
las coronas que ofreció
El sigilo es necesario.
el Señor á quien- venciere.
Maris* Ka vuestro obsequio-,. Señora,, Princ. Siempre, Ernesto, lo mejor
soy el mas desinteresado., varis.
me aconsejas, como sabio;
mas no me- causa, dolor.
5 CE NA
VI.
verme preso ,. y arrojado
en esta obsc'ura- pxision,
jótrense, los- vastidores,. y apareanajada mi autoridad,
presos en la torre el Principe y el
y ultrajado el explendor
Conde Ernesto: Rasquil tendido
de mi Corona Real.
V durmiendo.
Mi sentimiento mayor'
es,. Ernesto, veros preso
P/inc. iQné? .aparentes y engañosaspor:;mi::cnusaY
J
las glorias del mundo son i.
cond. Yo , Señor,
todas coma sombra pasan,
muy al contrario, discurro;
todas son como la flor,
pues gustoso: en-la prisión
que á 1» mañana' aparece
estoy, por acompañaros;
de la vista admiración,
y mi mayor afliccionrecreo-de los, sencidos
es- pensar que. os he -traído
d e l i r a d o , , gala y honor,
¿ que probéis el: rigor
y í la tarde se marchita
de vuestra Madre- cruel»
á los rigores del, Sol.
que con el mas tierno amor,
O son como el humo leve,.
Y la voluntad., mas fina
que exálado de un tizón
° s esperaba : quién vio
qnando se- apaga la. llama,.
en tan limitado tiempo
tanto lo-dexa el dolor,
semejante mutación?;
y llanto amargo en los ojos;
Pasq. Aprended flores de mí,
í.dígalo á mi costa y o !
•lo que v a d e ayer á ó„
Conde , amigo í Maestro mió,
Cond. Rasquil, duerme descuidado,
no veis ,,noveis^ que leedor»
y está soñando.
de.; avisos y desengaños
Posq. Señor,
el:mundo nos dá: á los dos?
ni duermo, ni sueño ; pues
Condi Guerra- es la vida-del hombre,,
estoy puesto en oración.
nos dice allá el Santo Job;
Cond. Y en qué meditas?
y el campo» de la batalla
Pasq. Do Christo.
es el mundo; Qnién> llegó
meditaba, en; la. Pasión..
á conseguir la; victoria
Cornil En- qué paso ?
de la gloria y el honor,
Pasq. En-el"de Samos,,
sin pelear esforzado
qv.ando Je<m-Christo entró
qual valiente Campon í
triunfante en Jemsalén,
coa
32
El
Vrlm >e perseguido,
con vivas, y aclamación
de aquel inmenso gentío,
que á voces le confesó
por su Rey; y k los rres días
el mismo pueblo traydor
énmedio de dos ladrones
en una Cruz le colgó,
tratándole como á un hombre
embustero, engañador.
Fr¡/!c.Qü$ recuerdo, Conde Ernesto,
Rasquil soñando nos dio.
Salen Astolfo y Christiano disfraza"
dos con armas.
Astolf. La noche nos favorece
con sus sombras.
Christ-, El Palacio
está abierto : si será
descuido ? ó que desvelado
Federico nos espere?
Astolf. Entremos, pues, arriesgados
á todo tranze y peligro;
prueben las armas Christiano.
Entran y vuelven á salir con Fe~
derico.
Fedcr. Sin ser de nadie sentidos
á la torre hemos llegado.
Esta es la puerta, y las llaves
están aquí.
Saca las llaves y abre,
Cond. Gente ha entrado
en la torre. Yo saldré
acia la puerta a esperarlos»
Pero la.espada me falta;
nías no obstante,, si á ultrajaros
osado alguno se atreve,
con;los dientes, con las manos,
como sangriento león
he de hacerlo mil pedazos.
Deténgase quien entrare.
Christ, Padre mió , sosegaos,
que somos Astolfo y yo.
Cofid. Pues a dónde vais, Christiano?
Christ. A poner en libertad
á los tres , acompañados
del Capitán de la guardia,
Federico, fiel vasallo
de su Alteza , y nuestro amigo»
Feder. Dadme á besar vuestra mano»
Señor, y no os detengáis.
Seguros están los pasos,
y ya en el muelle leñemos
un Vergsntin preparado;
y en él con velocidad
á r.emo y vela vagando
pasaremos a Noruega
donde será proclamado
vuestra Alte¿a. En Dinamarca
estoy muy asegurado
que peligra vuestra vida.
Princ. Me dexa muy obligado
Federico , tu lealtad;
como de Astolfo y Christiano
la resolución valiente
con que se han aventurado,
poniendo en riesgo sus vidas.
Mas no es justo que volvamos
las espaldas al peligro
al primer revés y amago
de la fortuna. La fuga
seria un indicio claro
de algún crimen*-y con ell»
deiinqüenrcs declararnos:
obrando contra el honor,
y la conciencia agravando;
firmemente estoy resuelto
á la muerte en todo caso,
antes que á la fuga, acción,
indigna de mi real animo.
Idos vos, Ernesto, amigo,
la ocasión está en las manos:
con
y
prodigio
con vuestros hijos pasad
h otro Reyno.
Cond. Y o no salgo
sin V. Alteza : y primero
que me aparte de su Jado;
permita el Cielo Bivino:::
¡Princ. Basta Conde : vos Christiano,
vos Astolfo, y Federico,
de la esrancia retiraos;
poneos en salvo luego,
anres que vuestros contrarios
puedan llegar á saber
vuestro arrojo temerario,
y os prendan también,
T
Astolf. Señor,
solamente por mandarlo
V . Alteza, obedecemos:
s i n o , por los cielos santos,
esta noche había de ser
nueva Troya el Real T?a\ac\o.vans,
S C E N A
VII.
Cúbrese la torre, y aparece el gavi~
nete de la Reyna que estará sentada*
Habrá un bufete con recado de escribir ; salen el Duque
y el Mariscal.
JDuq, A dormido V. Alteza?
JReyna. M u y mala noche he pasado
en un continuo desvelo:
y si por un breve rato
vencida del sueño, un poco
me quedaba dormitando,
oprimido el corazón
de un continuo sobresalto,
mil imágenes funestas,
sueños tristes y pesados
me asustaban, ¡Ay de m í !
Maris. Desechad temores vanos,
Señora, de vuestro pecho,
y de sueños no-hagáis caso;
Dinamarca,
33
efectos de algún humor
melancólico y viciado.
Resuélvase V. Alteza
de una v e z , executando
la semencia de los jueces
que anoche fueron llamados.
Advierta bien V. Alteza
que en grande peligro estamos.
Los hijos del Conde Ernesto
tienen la Ciudad en vandos
por libertar á su Padre.
A Noruega han avisado
de la prisión de cstz hombre:
y es cierto que los Estados
de Noruega se armarán
para venir í sacarlo
de la prisión ; pues le tienen
por Principe hereditario,
legítimo hijo de Aquino
su Rey; y en aquesto caso
si V. Alteza no tiene
tropas con que rechazarlos,
tomarán á Copenhague
sin duda al primer asalto,
y V. Alteza será
víctima de sus contrarios,
perdiendo corona y vida
por su proceder pesado.
Reyna. Llamad aqui al Senescal.
Vase el Mariscal.
En que apuro nos hallamos.
I Es posible que mi Rey no
esté tan desmantelado,
y tan exhausto de fuerzas,
como el Conde á pondendo?
mas en dónde están mi1? hrios?
2no he sido yo la que hago
a todo el Norte temhhir?
¿no soy yo la que he admirado
á Europa con mi prudencia?
j no soy yo la que mediando
entre Reyes poderosos,
sus querellas he juzgido
E
01:
34
El Principe perseguido,
Se han probado estos delitos?
en l.i guerra y en 1J paz
Los tres reos se han citado?
como arbitrio Soberano ?
;
¿lcs términos de defensa
Pues como en esta ocasión:::
en dónde están.? ]os descargos,
JDttq. El Senescal ha llegado.
de los reos no parecen.
Pues corno se ha pronunciado
Sale el Senescal y el Mariscal*
una sentencia inaudita
2
los crímenes no probados?
Senes. Que me manda V. Alteza .
¿y quiere ahora V, Alteza
'Rey na. Senescal, os he llamado
que cometa el atentadoá efecto de que venís
de fumar esta semencia
el juicio que han. pronunciado
contra mi conciencia obrando ?
los jueces, en el proceso
Que éste feo borrón eche
que de mi orden se ha formado.
en mis canas y en mis anos i
contra el aleve impostor,
?qué condene al inocente?
que ha fingido ser Olao,
Permita.Dios.que mi. mano,
mi hijo el. Principe Real;,
antes
sq seque que tome,
leedle vos y emeraos
la pluma para.firmarlo*
para firmarle después..
Y. Alteza, me perdone,
si acaso me he propasado,
Vale la Rey a a el papel de la semenen honor de la verdad,
cia al Senescal, y lee.
y de la justicia hablando*.
Senes. Juzgamos y pronunciamos, que
el reo preso en la torre de Bala* Arroja el Senescal la sentencia sobra:
cío , llamado Enrique i que ha tela mesa y vase.
nido la osadía de fingirse el Principe Olao, heredero de estos Rey- Reytia.. Cielos , qué resolución 1.
nos , engañando á su Alteza la
el Senescal me ha dexado
Rey na Margarita , y admitiendo
atónita y mas confusa.
temerariamente los honores de Prin-Maris. No haga, Y. Alteza alto
cipe Real de Dinamarca, sea queporque el Senescal no firme;,
mado vivo como impostor y reo de
pues son escrúpulos vanos
alta traición y lesa magestad. El
esas fórmulas, superñuas
Conde Ernesto y su Criado cómen casos muy apretados,
plices en este delito sean condenacomo el presente lo es.
dos á cárcel perpetua.
"Ni es conveniente perdamos
el tiempo en mas dilaciones.
Reprcs. Qué juicio tan mal formado!
A qué , Señora , aguardamos i
¡ qué proceso tan iniquo!
S.mto Dios, i en dónde estamos ?
muera ese falso impostor
Qué sentencia *an cruel 1
que a. todo el Reyno ha engañador
aquí se vén vulnerados
Póngase en execucion
la justicia , la equidad,
la sentencia , y de cuidados
y derechos mas sagrados.
salgamos ya de una vez.
Rejtw,
y prodigio en Dinamarca.
I)uq. Este Mariscal tirano
Reyna. Muera p u e s : mas, A y !
y ambicioso , ha de acabar
que acaso a mi propio hijo condeno!
con
mi casa. El ha irritado
Esca voz ha penetrado
á la Reyna á la sangrienta
mi corazón: A y de mí í
execucion que esperamos.
Mañana practicará
Desmayase la 'Reyna, y el Mariscal
con
mi persona otro tanto.
toma la sentencia.
Su ambición aí Trono aspira;
Maris. Pues la sentencia en mi mano
por lo que n» será extraño
tengo y a , y está firmada,
quiera acabar con la ilustre
Duque á executarla paso;
sangre real de Valdemaro.
cuidad de la Keyna vos.
vas.
SC E N A
VIII.
Cúbrese el g avine te y se descubre la
prisión.
Trine. Grave tristeza el corazón me oprime;
por D i o s , Ernesto, alguna cosa dime
que mitigue mi pena;
pues de amargura el alma tengo llena.
Cond. No quiera V . Alteza
abandonarse tanto á la tristeza;
porque nunca conviene:
y mata dice el Sabio a quien la tiene.
El estado presente no os asombre;
porque siempre del hombre
en las manos de Dios está la suerte,
y es dueño de la vida y de la muerte.
Mas porque estéis un poco divertido
el sueño os contaré que yo he tenido
esta noche pasada : fatigado
un instaure me quedo transportado.
Parecíame que reclinado estaba
sobre un m o n t e , de donde registraba
un valle muy ameno y delicioso;
quando he aquí, de un monte muy frondoso
una Leona advierto que salia
buscando i un hijo que perdido había.
Registra todo el valle, y no le hallando
•un gran rugido dando por buscarle
el monte estremeció, y aun todo el valle.
El cachorro se hallaba
oculto entre unas matas donde estaba
E2
El Principe perseguida,
con la piel de un cordero divenido-,,
después que todo se lo había comido..
Ya la arrastra de un lado,
y ya del erro la sacude airado:
y ya sobre su lomo la cargaba
de tal suerte que todo lo rapaba.
Asi estaba, q.uando í su Madre oyendo,
de enue las matas, se salió corriendo,
tapado el leoncillo,
con la piel de aquel tierno corderillo.
Su Madre que le viable desconoce,,
y por su hijo no le reconoce:
el cachorro inocente
á su Madre se llega simplemente-»
sia temer sus rigor-es,
y en lugar de caricias halla errores*.
X<a Leona le embiste con corage^
teniéndole par otro en el ropa ge:
y al rasgarle la piel , y descubrirlo
conoce ser, su tierno cachorrillo..
Y ya desengañada finalmente:
le lame y acaricia tiernamente.
Este mi sueño fué, que he referido:descifre V. Alteza su sentido.
Jlasq. Si yo como JoseC, ó Daniel fuera,
y espíritu profético tuviera
el sueño descifrara fácilmente.
Mas en la. torre se ha sentido gente..
Sale el Mariscal y Soldados*
Maris* Ya la- hoguera preparada
queda, y todos los Soldados
tomadas las bocas calles
con las armas en la mano:
dispuestos y provenidos
los Oficiales y Cabospava evitar un morin,
que es fácil el populacho
para ello : la puerta abramos
para intimar 1$ sentencia
í los tres reos de Estado-
Abre el Maris-cal- la puerta;
Hepres. Conde Ernesto, y 1os demá&
que en esta torre arrestados
estáis, oid la sentencia
que contra los tres han dadoIos jueces del gran Consejo»
y que la Eeyna ha firmado.
Lee el Mariscal la sentencia,,
£útt¿,-Es posible, Mariscal,
que la Reyna haya firmado
esta sentencia, que solo unos
y prodigio en
jueces sobornados
han podido dar?
Maris-* Pensáis Conde Ernesto que
os engaño
como vos sabéis hacerlo?
Cond.Sl en mi> proceder honrado
qualquiera pusiere dolo,
es un infame villanoi
y en publico desafia
le desmiento,
Maris, No es del caso?
pues no tenéis libertad.
•P/W..E1 Conde Ernesto es honrado,,
Mariscal, cumplid el orden
de que venís encargado,
y no os propaséis a mas.
Yo estoy pronto y preparado.
á obedecer la sentencia,
qi*e contra mí< ha fulminado'
mi propia Madre : dexad
me despida d& mi Ayo.
Conde Ernesto, Maestro miov
estos últimos abrazos
sean testigos del amor abrazans».
que siempre os he profesado.
Cond. ;Ah! Principe y dueño mío!'
si los cielos Sobepanos
que se trocaran las suertes
dispusieran 1 Yo al cadahalso
iría gustoso^ por vos;
pues que yo soy el culpado*,
y vos estáis inocente.
Es taré siempre llorando
lo que me quede de vida
por vuestro fin desgraciado^
por vuestra funesta suerte»
sin dar treguas a mi llantoId como obediente Isaac,
para ser sacrificado
p$r orden de vuestra Madre;
Yo espeno que Dios mirando
vuestra inocencia , suspenda,
el fatal y decretado
Dinamarca.
2t
golpe sobre vuestra-vidar
que las llamas olvidando
su inata velocidad
por decreto de lo' alto,
vuestra inocencia publiquen;
como en Babilonia, quanda
los tres jóvenes hebreos
fueron á el horno arrojados.
Mientras el Conde dice los versos 3e
arriba, los Soldados quitan al Priti"
cipe el manto real, y le ponenuna túnica blanca,
Princ. A Dios Conde, á Dios amigor
voy "a ser''sacrificado'
por la verdad y justicia:
los instantes no perdamos*
Tocan marefia & la sordina, y ¿os
Soldados tomando al Principe enmeñio comienzan á marchar despacio,.
dando lugar á que concluya lo< que
tiene que decir. Saca el Principe
un Crucifico.
Frinc, ¡O adorado Beefenror!'
todo mi bien y esperanza,
en vos tengo confianza
que me perdonéis, Señor:
si vos por solo mi amor
quisisteis , siendo inocente,
morir en la Cruz pendiente*
después de tanto penar,
¿cómo me podré quexar,
mi Dios, siendo delínqueme?
Como a un hombre seductor
á la muerte os condenaron;
y también os acusaron
ser del Rey no usurpador»
¡O mi Dios y Salvador!:
en esto solo os imito:
Vos sabéis que este delito
yo
n{}
El Principe
yo Señor, no be comerído;
y de lo que as he ofendido
que me perdonéis repito.
Con inmensa caridady
á los que os crucificaron^
y en:.la.-PasÍpn-JbJasfcma!'on
ofrecéis vuestra amistad:
por. este amor., perdonad
á los que me han inf.im.ido.,
y á <esta .muerte sentenciado.
Señor, por. Vos l.bs'perdono,
y su •igriorajiei-a- en abono
alego de su pecado.
Dadme Vos conformidad
en mi. dtípastitfíla/3i\s¿W,
y en h horade. ini::.-.muonre,
hágase -tu voluptad;
mosi.rad.G0fl migó-.-P^clad
en vuestro juicio tremendo:
esto solo yoyAtemiehdo,
y así os digo con fervor
en vuestras.-.manos ,• Señor
mr espíritu os encomiendo; vatis*
Cond,..Omnipotente Ssñor,
Rey inmortal, de.los-.siglos,
justo J u e z , universal,
¿cómo^es que habéis ..permitido.
se condene al. inocente?
si yo mismo ..le he;-.-traído
por vuestra disposición,
sacándole, de aquel sitio
donde.estaba dedicado
á vuest.rprobjsequio y servicio;
cómo per.mií'is;:: m a s , ah!
venero -vuestros, juicios,
Snvestigables y!ocultos
á nosotros escondidos.
Eafquil, amigo, ay de mil
quánto.estoy, compadecido
de la suerte ¡desgraciada
de nuestro Principe.invicto!
•con quánta. serenidad
•vi caminando al suplicio 1
perseguido,
el corazón se me parte
de sentimiento al oirlo.
Mas no obstante , quiero ser
testigo de su martyrio.
Quédate aquí: mientras voy
al alto de este edificio,
desde donde se descubre
de la hoguera todo el sitio»
Sube el Conde á- la torre.
liasq. Yo , Señor., iré también;
!pues quedarme aquí metido
será, morirme de miedo.
Ya, todo tiemblo y tirito;
¿si vendrán, ahora por mí
p a t a l e a r m e al-•suplicio?
ahorcarme será lo menos;
pues quizá.me quemen vivo.
aparece el Conde- ¿n lo alto y dice
despacio lo que' se sigue,
mirando
de quando en qúando al vestuario con atención.
•Cond ¡Ah , Principe generoso \
con quámo v a l o r , y brío
sube a l a hoguera! Sentado
en el horrendo patíbulo
sus alhajas mas preciosas
á los Ministros impíos
de su muerte executores
vá repartiendo. El librito
del Oficio de la Virgen
es lo primero : el anillo:
u n relicario precioso:
el rosario :'el Crucifixo:
despojos de un peniíente,
mas que de Principe rico.
Y a ponen fuego á la hoguera:
ya en. los maderos teñidos
de alquitrán , pez. y resina,
por todas partes prendido
el
y •> prodigioen Dinamarca,
el elemento voraz,
globos arroja encendidos:
al Cielo suben las llamas,
m a s , ¡ó gran Díosl qué prodigio!
el fuego al Principe hace
en resplaudecieftte gira
obsequio,: sin ofenderle
ni de la ropa en un hilo*
Sus llamas son eloqnontes.
lenguas ¡,. que dicen ¿Lgr.itos
del Principe;:la 'inocencia.
Y conto aquellos tres,.nSHños
del horno-1 de Babilonia*
el Principe agradecido
á favor:tanr;-Soberano*
al Señor le canra Hymnos
de honor , gloria y alabanza,
por los siglos infinitos.
S G E N A
39
IX.
Se descubra el salón de-Palacio y qui~
tan al Principe la fornica blanca,poide/tdole el manto: Real, y sw
t ándase, ienel Sé lio dice.
Princ. Gracias al Omnipotente
rinda m 03-4 amigos mios„
qüo^quiso t manifestar
su gr.in poder infinito,
su a mor y ' misericordia
con este su Siervo- indigno.
Id Christiano, con Asrojfo
y el Capitán Federico,
y sacad a vuestro Padre
de la torre , y aqui mismo
traedle sin detención.
léanse los tres.
Canta el Principe.
Senes. Inocente dueño mió,
e,s;as lágrimas que vierto llora.
C¿r/?/-.Bcnediciteomnia opera Domini
Domino.
sbn el mas seguro, indicio
Laúdate & super exáltate eum
de la admiración y gozo
in saeculaque tengo de veros vivo.
VocJVwz el gran Principe Ol.nor
él es nuestro Rey benigno,
Salen el Conde, los tres y Rasqtñl.
y Dios vuelve por su causa
con milagros y prodigios.
Cond. O mártyr de la justicia!
Rasq. Agua Señor en la hoguera,,
O invicto Principe Olaoí
y no quede- tizón vivo.
¿es verdad que vivo os veo?
¿es verdad que vivo os hallo?
Voc. Muera el Mariscal tirano.
ó es ilusión del sentido?
Rasq. Que quemen á ese Judio.
qué bien se ha manifestado
Cond. Ya en hombros de sus vasallos
vuestra inocencia 1. qual oro.¡
y mas leales amigos
que por el fuego probado
desde la hoguera a Palacio
sus mas preciosos quilates
el Principe es conducido,
baxa.
se demuestran sin engaño*
Amado de Dios L dexad
Tocan chirimías, y salen Astolfo
que los pies llegue á befaros
y Christiano que traen al Principe
tn hombros, acompañados del Senes-'
Llega á besar los pies.
con temor reverencial.
cal, y Federico con los Soldados.
Princ. Llegad Brnesto á mía brazos
en
40
El Prhcrp, perseguido*
i la Virgen de Aranzajm
en donde estaréis mejor;
que os librara de las llamas;
y pues el Señor hs obrado
y la Virgen me ha escuchad»,
conmigo misericordia,
aunque
pecador. Dexad
como Padre Soberano;
que os bese los pies y manos
yo debo usarla tamhien
como
á mi Rey y Señor,
perdonando á mis contrarios»
como a Mártyr, como á Samo»
al Mariscal iGeneral,
Aun
oléis á chamusquina
al Duque, á mi Madre y quantos
aunque no estáis chamuscado*
contra mi vida y honor
Y
aquí di fin la Tragedia
sin saberlo conspiraron.
del Principe Enrique Qlao,
üasq. Señor, aquí está Rasqnil
que
en la Ciudad de Fulgin*
inseparable Criado
murió pon fama de Santo,
de V. Alteza: en la torre
y cuya historia refieren
he estado siempre rezando,
los Anales Franciscanos,
Señoj, desde que salisteis
FIN.
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