riro molino 60rcés De re metrica. BOGOTA - Arboleda 8\ Valencia - MCMX1V Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DE RE METRICA =- CON MOTIVO DE LOS HEXÁMETROS ALENCI1 «A POPAVÁN» i ENSAYO DE SOBRE LOS PRESENTADO RADO EN CLASICOS, PARA EL DOCTO- EN FlLOSOFIA EL COLEGIO NUESTRA POR LA EVOLUCION METROS VIRO SE:'lORA .\IOLlNA Y LETRAS MAYOR DE DEL ROSARIO GARCES ._~. BOGOT A - Arboleda &. Valencia - MCMXIV Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia EN PREPARACION: Ensayos sobre la evolución de la literatura en el Cauca. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia P ARENTIBVS. AMORIS. M V N V S. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia RAPHAELI. MARIAE. CARRASQVILLA. ANTO~IO. GOMEZ. IOSEPHO. RESTREPO. IOACHIM. CASAS. LVDOVICO. MARIAE. MORA. HOC. OPVS. D. D. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Bogotá, 2 de octubre de 1914. Seílor Rector del Colegio Mayor de Nuestra Rosario.--S. Sellara del D. He leido la tesis que ha presentado el se fiar Ciro Molina Garcés para optar el grado de Doctor en Filosolla y Letras. Es éste un trabajo serio y meditado, que revela no vulgar cultura clásica, mucha lectura, excelente gusto literario, y que contiene observaciones que hasta ahora no se hablan presentado, a lo menos en forma metódica, por los tratadlstas de métrica castellana. Es estudio par a especialistas, y los espfritus frivolos quizá hallen extrafio que se empleen tántas páginas en estudiar una cuestión métrica. En cambio, para quien sabe apreciar la técnica del arte, no es ocioso, sino de mucho interés. el estudio de la adaptación a nuestra lengua det metro l:n que escribieron Virglllo, Horacio y Lucrecio, y que ha servido en los tiempos modernos de medio de expresión a la Evangelina de Longfellow, a la lIIada de Voss, y a versos admirables de Carducci y de D' Annunzio. El trabajo del sefíor Molina será apreciado en los centros doctos, como una contribución erudita y oriv;lnal al estudio de la métrica clásica. Es muy digno de aplauso el seilor Molina, porque en vez de escribir su tesis sobre uno de esos asuntos trillados, en que la tarea se encuentra ya hecha, ha preferido tratar un punto de erudición que ofrece novedad en Colombia y sobre el cual no puede disertarse sino después de haber hecho sÚlidos estudios. Soy de S. S. servidor muy atento, ANTO:ol¡O GÓMEZ RESTRI!PO. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia DE ~E METRICA y-; A critica, a veces ilustrada y sesuda, a ve~ ces paradójica, se ha ocupado del estudio de la obra y de la vida del insigne maestro caucano, heredero del arte refinado y cultisimo de JOSÉ A. SILVA, no subjetivo como «el sutil analizador» santafereño, pero igualmente elegante y Célstizo y más variado y opulento; por desgracia cuantos han estudiado detenidamente la obra de Valencia se han contentado con descubrir secretas afinidades de escuela, descuidando el estudio completo de la personalidad compleja del único de nuestros hombres de letras que haya sabido resumir en sí y hacerse propias casi todas las modalidades de la evolución del arte contemporáneo. Pero no es mi intento, ni son para tanto mis fuerzas, el tratar de bucear aquí todas las profundidades y 80r- .u 9 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia prender los secretos de la grande obra de Valencia, sino simplemente llenar un injusto vacío de la critica, que ha pasado por alto el estudio de la forma eximia del canto A Popayán, el más feliz esfuerzo hecho en castellano para adaptar a nuestro sistema de versificación el ritmo amplio y solemne del hexámetro clásico, conservándole su Iibertad,Y la flexible gra- . cia de sus movimientos. Ejercicio sobremanera laudable, cuyo elogio _oigamos de los labios dulcísimos de ~iguel Costa y L1obera: «Me sembla, dice, que no es malsa ni int'i1Íl pera )'idioma exercitarlo dins la classica palestra al joch de les antigues estrofes. Ab tal gimnasia pot cobrar agilitat y v,or, com n'adquirían els joves de Grecia, exercitantse docils contra les dificultats y preparantse axí a guanyar les corones y palmes de les festes olímpiques» . Se me perdonará que en este ensayo no diga nada de los primores íntimos y de la comprensibilidad del canto, que juzgo digno de ser engarzado entre los más hermosos fragmentos de los Laudes. Nada falta en él para la glorificación de la gran ciudad, fecunda en heroísmos; orgullosa de sus lejanas y espléndidas epopeyas y madre intelectual del Cauca. Allí, como en el Libro II de los Laudes, E/ettra, reúne el poeta en una sola orquestación el elogio del presente con el épico y luminoso recuerdo de > 10 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia los tiempos idos, las estrofas se sucedel}.~.con la pomposa sonoridad de una marcha wagneriana, mientras el tono sibilino del símbolo ata fuertemente la glorificación de la Cittá jeconda del extinto imperio de Pubén, de Caldas y Torres, de los Arboledas y Mosqueras, de José H. López y Albán, con la evocación poderosa de las Ciudades del silencio de G. O' Annunzio. La oscuridad de muchos pasajes depende de lo desconocida que es la historia de la ilustre ciudad, aun entre sus propios hijos. Y si no se puede hablar de un gran poeta sin arrojarle siquiera un venablo envenenado, diré que el verso • y el Re)' de¡¡ollado mil veces purpura el Azul. es el único que, en mi sentir, desentona de la elegancia suprema del conjunto. Pero vuelvo al tema de que me había separado, atraído por las seducciones de la belleza interna del canto. El deseo de reconquistar las lenguas neolatinas la versificación, que fue patrimonio celosamente guardado por la lengua madre desde que, lleno de vida y dotado de raras prendas de musicalidad, lo recibió de Grecia, preocupó a los humanistas que en todo tiempo se han ocupado en asuntos relacionados con la gramática y la retórica y poética. Y para hablar sÓlo de España, recuérdense los esfuerzos del 11 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia maestro Antonio de Nebrija para establecer en castellano la poesía cuantitativa de los antiguos. Oigamos las propias palabras del insigne gramático, muy oportunameute citadas por Coll y Vehí: . «Tiene esso mesmo la sílaba logura de tiempo: por que unas son cortas: e otras luegas: lo cual siente la lengua griega e latina. e llama sílabas cortas e breves a las q gastan un tiempo en su pronuciación. luengas a las que gastan dos tiepos. como diziendo corpora. la primera sílaba es luega. las dos siguientes breves. assi que tanto tiempo se gasta en pronuciar la primera sílaba: como las dos siguietes: mas el castellano no puede sentir esta diferencia: ni los que componen versos pueden distinguir las sitabas luengas de las breves: no más que las sentían los que compusieron algunas obras en verso latino en los siglos pasados: hasta que que agora no se por que providencia divina comie~a este negocio a se despertar. Y no desespero que otro tanto se haga en nuestra lengua: si este mi trabajo hIere favorecido de los ombres de nuestra nación». «La esperanzas del buen Nebrija han quedado defraudadas, comenta el ático autor de los Diálogos Literarios, y es imposible que jamás se realicen. A pesar de tantas reglas de prosodia como se han ido inventado, no hemos 12 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ~ ~ ••• .1 llegado a sentir en lengua castellana la diferencia de largas y breves. Pero lo más gracioso de todo es que tampoco la sentimos en la griega y latina, tales como las pronunciamos". El error de Nebrija y sus continuadores Rengifo, don Ignacio de Luzán y Hermosilla, y junto con ellos don Mariano J. Sicilia y el traductor de Virgilio en hexámetros, don Sinibaldo de Mas, aunque estos últimos estuvieron más cerca de la verdad que los otros, consistió en que pretendieron reemplazar el ritmo fundado en el acento por no se sabe qué sistema cuantitativo, imposible de establecerse en castellano, donde si, como dice don Sinibaldo de Mas, es indudable que hay diferencia de tiempo al pronunciar una silaba que conste, por ejemplo, de un solo fonema como a, y una articulación como trans, no es menos indudable que esa diferencia es casi imperceptible y es de todo punto imposible establecer una poesia cuantitatim en que precisamente una sílaba lar!!a se pronuncie en un espacio de tiempo equivalente al que se emplee en pronunciar dos breves. Creo oportuno repetir lo que a este respecto escribe Menéndez y Pelayo, refiriéndose a Antonio Ranieri da Calle, Claudio Tolomei y sus amigos: «El error así de estos italianos. como de Baif, Jodelle y otros poetas de la Pléyade francesa, estuvo en mirar a uno solo de los 13 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia elementos de la métrica antigua, precisamente el que hemos perdido, y creer que la cantidad podía tener por sí un valor rítmico, independiente de la arsis y de la tesis .... El procedimiento no puede ser más sencillo, agrega; cargar el acento donde en el verso latino había de caer la arsis. Pero Carducci lo simplifica más, atiende sólo al acento». En italiano hay diferencias mucho más notables que en castellano entre la duración de la pronunciación de un mismo fonema; por ejemplo, la E abierta de cera, semblante y la E cerrada de cera, cera; la O cerrada de rosa, roída, y la O abierta de rosa, rosa, pero no es posible fundar en esas diferencias un sistema de rítmica cuantitativa, por no ser equivalente el tiempo que se emplee en pronunciar una abierta al empleado en pronunciar dos cerradas. Por eso creo sin fundamento lo que escribe G. D'Annunzio a su exquisito traductor francés M. G. HereIle (Cf.journal des Débats,31 de mayo de 1895), para felicitarlo por haber pretendido que la frase traducida tenga no solamente la intensidad representativa del original, sino que también conserve, tanto como sea posible, el movimiento y el ritmo. Podría mostrar algunos esquemas prosódicos de frases italianas en las cuales la cuantidad está marcada sobre cada sílaba para obtener en la traducción un efecto aproximativo de largas y de breves». 14 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Comprendiendo la verdad de la doctrina sentada por Carducci, anteriormente transcrita de un estudio de Menéndez y Pe1ayo, el insigne poeta catalán M. Costa y L10bera escribió sus admirables Horacianes, empleando el mismo procedimiento de las Odas bárbaras. «En cuanto a la versificación cabe declarar, dice, que no pretendo con estas odas reproducir exactamente los metros de la lírica griega y romana, porque las lenguas neolatinas no admiten el sistema de pies métricos fundado en la distinción de sllabas largas y breves. Lo que sí procuro es lograr una cierta aproximación (certa aproximació) a los versos y las estrofas de la antigua lira clásica, sirviéndome de la versificación puramente rítmica de sílabas tónicas y átonas, propia del catalán, en que el acento tónico vibra tan vivo y poderoso. Axí, pera acostarme al trimetre jambich me serveix el nostre vers d'onze silabes, com pera imitar el dimetre me valch del vers de set ab, final esdrúxola. Ab la matexa final el nostre vers hipartit de deu me dona una aproximació al asc(epiadich,.. Después agrega que sus principales innovaciones se reducen a las estrofas alcaicas y las asclepiadeo-gliconias, pero las Últimas únicamente las emplea en la oda Vora una jont, por ser de un ritmo muy difícíl en catalán: Plaume la NAyade qu'en les recóndites aboca l'am fora, ab notes tremoles de flauta idilica y sin¡¡loteig de tórtora. vcrdors ombrivoles 15 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Es mercadísima la aproximación de estos versos a los asclepiadeo-gliconíos latinos, como se puede ver al comparar, por ejemplo, el asdepiadeo horaciano: Maecenas, atavis-edite reglbus.-H. Carm. L. I. i. con Plaumc la Náyade-qu'en les recóndites anteriormente citado, y se percibirá cierta marcada semejanza, debida únicamente a la acertada colocación de los acentos y a la división en hemistiquios iguales a los latinos. Lo propio sucederá si comparamos los dos gliconios Miles te duce gesserit.-H. Carm. l. vi. y Singloteig de tortora. En cuanto a la estrofa alcaica, definitivamente conquistada para el italiano por Carducci, se expresa asi Costa y L1obera: «Les estrofes alcaiques me semblan la millor adquisició que presenta aquest Ilibre (Horacianes). Cal, empero, observar que'ls dos versos derrers guanyan d'una sílaba als corresponents de I'strofa alcaica llatina; m'hi vaig permitre aquesta lIibertat pera arrodonir y fer més assequible a tothom la frase rítmica: Sus! Vla loral Saupada l' ancora, inna les veles ratxa Iresquivola, y s'emporta la nau, lalaguera, com un ale de joventut y gloria. 16 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Con lo cual la estrofa alcaíca catalana gana mucho en sonoridad pero no logra conservar la fidelidad que guarda, por ejemplo, la estrofa alcaica de Carducci: Non piú del lempo l'ombra o de ¡'algide cure su'¡ capo mi senlo; senlomi, o Ebe, I'ellenica vila tranquilla ne le vene f1uire. En la estrofa catalana se conservan asclepiadeos los dos primeros versos, pero el poeta hizo decasílabo el penúltimo, en lugar de trasladarIo eneasílabo. Al último le dio once sílabas, siendo sÓlo decasílabo el verso dactílico-trocaiea latino. Costa y L10bera traza así el elogio de la estrofa del «gran Iírich de la iIIa de Lesbos»: «Els dos primers versos de l'estrofa aldiica semblan aletejar prenent la volada; el tercer avensa rapidíssim; y'l final, ja més reposat, té I'ayre de planar a les allures". En seguida agrega que cno es extraño que la lírica antigua y la moderna del helenismo italiano hayan hecho uso preferente de una forma tan alada». Gracias a las facilidades que le dio Costa y L1obera, tomó carta de ciudadanía en las más hermosas formas métricas de la poesía catalana, y es de lamentarse hondamente que no haya encontrado en castellano cultivadores del genio altamente horaciano del gran poeta catalán. 2 17 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia En castellano tampoco han escaseado muy laudables tentativas en este sentido, y Menéndez y Pelayo nos trae el venerable recuerdo de algunas. Felizmente ha podido asegurar el formidable investigador santanderino que «los eruditos y poetas que, como el Arzobispo Antonio Agustín, Jerónimo Bermúdez y Villegas, hicieron la tentativa de introducir en nuestra lengua los metros latinos, tuvieron el buen gusto de guiarse por el acento, y no por soñadas cantidades». En seguida estudiaré algunos de esos ensayos, deteniéndome solamente en los que tengan verdadera importancia, como la estrofa sáfica y el hexámetro. Creo de poco momento ciertas tentativas de imitación de algunos traductores de Horacio para remedar la cadencia de sus odas, produciendo a veces un efecto contrario, a causa de lo inadaptada que resulta en nuestra lengua la nueva forma, como le sucedió, por ejemplo, a don José Joaquín de Pesado, que tradujo el Maecenas atavis en versos decasílabos que, si bien imitan algo el ritmo del asclepiadeo, carecen de la severa elegancia del original latino. Más afortunada fue la estrofa sáfico-adónica naturalizada enteramente entre nuestros más difíciles y refinados instrumentos poéticos. La forma definitiva de esta estrofa en verso castellano se debe al arzobispo Antonio Agustín primero y luégo al Brocense, pero logró popula- 18 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia rizarla el gran poeta e insigne humanista don Esteban Manuel de Villegas, cuyos versos sáficos nada tienen Que envidiar a los mejores de otras lenguas, y pueden correr parejas con los d,~ Carducci y de Costa y Llobera. Transcribo algunas estrofas en fa vor de los que no sean versados en estas materias y a los cuales va dirigido este artículo. Horacio canta: OtiUttl divos rogat prcns\1s Acgaeo, eondidi! lunam in patcnti atra nubes simul ne!]ue eerta sidera lulgent nautis. (Cann. L. 11, XVI). Que tradujo Costa y Llobera conservándole todo su encanto: Calm.1 suplica'l per navegan Ll lIlar ampla qui's troba si ja neRre núvol la IInna y cap tapa guía este! propiei li dona; o bien la estrofa sáfica de Carducci tan sonora y ágil como, por ejemplo, cuando canta regiarnente: Alle fonti Tullo ora taee. la tenue trema, del Clitumno l'\el sereno miro saliente e d'un lieve pullular s~Rna J(or;¡o vcna: 10 spccC:lio de l'aeque. Como tipo de esta estrofa, en castellano, citare ahora una, sacada del coro primero del ac- 19 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia to III de sino por dana de Jerónimo la Nise Lastimosa, aunque no fuera dar una muestra de la poesía horanuestro buen trágico, antes citado, fray Bermúdez: Teme tus yerros, juventud lozana: abre los ojos: tus postrimerías piensa: del tiempo siempre te aprovecha, que va volando. o bien la de D. M. M. de Arjona: Ocio a los Dioses en el ancho Egeo Pide el piloto, cuando negras nubes Cubren la luna, y las estrellas vibran Luces dudosas. Pero, no obstante los frecuentes aciertos verificados en nuestra poesía, ya traduciendo, ya imitando a Horado, o bien en poemas originales, creo que la elegante concisión de la estrofa sáfica latina, dada la opulencia y exuberancia de nuestro idioma, no se presta, como en otras lenguas, para tratar ciertos temas elevados que parecen reclamar la gallarda y pomposa soltura del endecasilabo toscano. En castellano sería completamente inadecuada, por ejemplo, para traducir el jam satis terris.... aunque ese sea el metro original. Nuestro don Rufino José Cuervo, que a par de ser una de las primeras autoridades filológicas era también un gran artista, se ocupó, quizás por mero pasatiempo, del asunto que trato en este bosquejo, en unos ligeros apuntes 20 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia echados al azar, con el lujo de ciencia que le era propio, en su Virgilio de Thílo, y que ahora trato de transcribir integramente, para que mi artículo tenga el mérito de dar a conocer una preciosa página del insigne humanista, que quizás de otra manera hubiera desaparecido. La nota ue Cuervo se refiere especialmente a los versos de Virgilio, pero precisamente es en este poeta donde encontramos el hexámetro en su forma más armoniosa y perfecta. Es hecho constante, dice Cuervo, que en to- dos los pueblos que hablan castellano los versos de Virgilio producen grata impresión al oido, aun en personas que poco o !lada los entienden; lo cual no es de difícil explicación. El final del hexámetro en su forma más común, tiene dos acentos fijos, UIIO en la penúltima sílaba y otro en la quinta hacia atrás. tuu rura mancbunf, sub tcgmine tagi; juera de eso la cesura lo divide en dos partes, la primera de las cuales tiene acentuada la penúltima o la antepenúltima sílaba; por manera pues, que el verso forma, para nuestro oido, un período con TRES ACENTOS, dos fijos y uno variable. Pero el corte de la cesura queda las más veces hacia la mitad del verso y lo divide en porciones que o son iguales o se acercan mucho a la igualdad. Sirvan de ejemplo: 21 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 7+7: Errabant acti fatis-maria omnia circum. AE. J. 32 Illi se praedae accingunt-dapibusqllc (lItllris. AR. 1. 210 Claudentur Belli portae;-Furor irnpius inlus. AE. 1. 29i Contorsit laevas prorarn-Palinurlls ad lindas. AE. 3. 562 Regalis inler mensas-Lalicemqlle Lyaeum. AE. 1. 686 Urbem, quam dicunt Roman,-Mdiboec, plllavi. Egl. 1. J(l 7+8: Arma virumqlle cano- Troiae qlli primllm ab oris. AE. 1. 1. Aequora tuta silent; -tllm silvis scaena coruscis. AE. 1. 1Ii4 Aspera tum pasitis-milescenl saecula bellis. AE. 1. 291 Solvite carde melum,- Teucri, secludile curas. AE. 1. 562 8+7: Nudavil caecumquc domus-scelus omne relex;t. AE. 1. 356 Saeva sedens surer arma el-senlu," vinclus aenis. AE. 1. 295 Qunquaginta ¡ntus lamulae,-quibus ordine longam. AE. 1. 70 Los cortes del HEXÁMETRO ojrecen suma variedad, pero en juerza de ella, al leer un pasaje se ofrecen, bien cerca unos de otros, períodos métricos semejantes, en nuestra pronunciación, a nuestros octasílabos y hectasílabos, como se ve en el siguiente: Accipiunt socios alque agmina conscia iungun!. AE. 11267 Sea la que se quiera la opinión que se tenga del valor que el acento tuviera en la poesla cuantitativa de los antiguos, lo cierto es que al oscurecerse la cantidad, apareció aquél como elemento único de la versijicación, acompañado las más veces por la fijeza del número de silabas en cada verso". Aclararé en seguida la exposición del insigne Cuervo con una ligera observación científica sobre el mecanismo interno del hexámetro 22 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia latino, de manera que salte a la vista la facilidad de adaptación de este verso al castellano, que es precisamente lo que pretendo probar en este ensayo de vulgarización. Ante todo importa notar con Federico Plessis que la versificación latina y la griega difieren entre sí tanto como las dos lenguas clásicas, ya que el hexámetro griego carece del elemento esencial de acento que el hexámetro dactílico latino recibió del antiguo verso satumiano. Por eso ha podido asegurar E. Hickm;¡n Du Bois, en su espléndido ensayo The Stress Aeeen! in LaUn Poetr)' (New York. The Columbia University Press. 1906), obra luminosa e indispensable para quien quiera profundizar estas materias,que esa supervivencia de un elemento de la antigua forma, ayudada por la aliteración y asonancía, que le vienen de la misma fuente, explican la inmediata popularidad de los Annales de Ennío, repercutiendo así como un eco del antiguo verso en la segunda mitad del hexámetro cuantitativo, lo que lo hizo inteligible inmediatamente para el pueblo (Cf. Opera cita!, página 81). Por las mismas razones que aduce E. Hickman Du Bois para explicarse la inmediata popularidad del hexámetro de Ennio, creo que sea un verso perfectamente adaptable al castellano, puesto que tiene como esencial el acento en la seRunda mitad, y, no obstante la libertad que 23 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia le permite desarrollarse ampliamente entre DIEZ y SIETE Y TRECE sílabas, según la combinación que se haga de pies dactílicos y espondaicos, conserva un ritmo de acento independiente de la arsis, que deja establecer una proporción poco más o menos del 40 por 100 al 60 por 100 entre las concordancias y las discordancias del acento rítmico del verso y el de las palabras (Op. Cit., pág. 81). Pero el número de veces en C!ue coinciden es suficiente para formar el verso. La enorme amplitud del movimiento producido por la alternancia de dáctilos y espondeos se basa en el isocronismo de los pies: I dáctilo y espondeo - I vv + - de aquí su infinita variedad. Como prueba de la opulenta riqueza del hexámetro dactílico pongo en seguida un cuadro de las diversas combinaciones de que es capaz con sólo la introducción de un espondea en el verso. - II-VVI-VV 2-- -vv 3-vv -- 4- vv -vv 15- v v -vv -vv 116-VV -vv -vv -vv -- -vv -vv -vv -vv -vv -¡ --vv I-vv -vv -vv -vv -vv -vv 1---- 1-1 -- --1---1 24 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia La primera forma (1) corresponde al hexámetro dactílico puro, raro en los poetas del siglo de Augusto, que en su refinamiento sólo empleaban las combinaciones más armónicas y variadas. En los griegos su uso es mucho más frecuente, por ejemplo en Hornero, citado por D. Jolln Frederick Christopher Graffe (traduc. ingllesa de J. Edw, Tayler, London, 1827. Appendo pág. 136), en su léxico de prosodia griega: , r¡pwo<; I ""\"\ af\.f\. l' Or.OT 1!1 : av "'? I,¡.un CTf 00 ICl'/CV l' I e (,'CT¿ lCa¿ I! aV1] 80.s .i1l3 irpwí ,or¡¡./'o80 ICrp. Ó 01' I of~aTo, ; Xa¿P€ 01' : ev¡;.q) , 80, I e. 483 En castellano se puede imitar el ritmo de este verso valiéndose de vocablos esdrújulos, como lo hizo José Eusebio Caro, en su arrebatado canto Ante el Mar: Céfiro j (,lpido lánzate! rápido empújame y vivo! En cuanto a la sexta forma (6) no se debe olvidar que sólo la usan los buenos autores en casos de armonía imitativa; por consiguiente, su adaptación al castellano debe hacerse con gran cuidado, tratando siempre de buscarle una razón que la abone. La regla de adaptación se podrá formular así, según lo anteriormente sentado: el hexámetro latino se imita en castellano por medio de un ver- 25 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia so que puede tener un número variado de silabas entre 13 y 17, dividido en dos hemístiquios, el segundo de los cllales debe tener precisamente acentuada la penúltima sílaba y la quinta hacia atrás, o en su defecto la séptima. En cuanto al primer hemistiquio hay gran libertad, aunque deben preferirse los acentos en la segunda y quinta sllabas, o en tercera, o cuarta y sexta para darle mayor ritmo al verso, sin que por esto, cuando así lo exija la armonía imitativa, el poeta esté impedido para guiarse por un oÍdo educado, ya que esta libertad la autorizan los hexámetros latinos en que no corresponden la arsis del verso y el acento de las palabras (Cf. E. Hickman Du Bois, Op. Cit.) (1). En España el más plausible esfuerzo hecho en este sentido se debe a don E. M. de Ville(J) Alguna vez suele no ser dáctilo el cuarto pie del hexámetrl) espondaico, pero esto fue seguramente una licencia y no debe imitarse. Tampoco ha~o mención del hexámetro de doce sílabas, espondaico puro, frecuente en los poetas ¡¡riegos, pero sabido es que el hexámetro griego no requeria como el latino el dáctilo en el quinto pie, asl en Homero 'o/'vXryv ,wd~OK(j)V 7T'aTpoKIT¡o<; Oetloto (Il. '0/'. 221) y que se encuentra muchas veces en Ennio, Lucrecio, cte., pero sólo debe usarse cuando asl lo exija la armonla imitativa. Su forma es - -1--1--1--1--1--1 Creo, también, superfluo notar que algún verso puede terminar en esdrújulo, como lo ha hecho Rubén Darío, pues lo autoriza el de Virgilio (AE., VI, 33) Bis patriae cecidere mallus. Quum protinus OMNIA. 26 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia gas, pero su ensayo quedó como una mera tentativa, debido, sin duda, a la poca flexibilidad y gracia que le dio a su hexámetro, aunque tiene el mérito de ser la base de los trabajos posteriores. Compárese el hexámetro de Virgilio notando la colocación de los acentos: u:n~){l fj·)f-.':ltL'.'; <1~t.-rtihI1S, Arcades am~o, con la aproximación de Vil legas al traducirlo, con lo cual quedará probada mi opinión acerca del hexámetro del benemérito humanista: am~)$ a mozos tkrnos. d()~, ambos, Arcadcs ambos. Para formar mejor idea de los versos de Villegas, transcribo en seguida unos, tomados al acaso: y Coridón, Lícidas Pastor Amhos a VienJo V qu" Al pUf CuriLlÓn el amante el uno de cabras, ¡J03 que rayos dd sol iatigab.11l v:br.1n .Iu t,~;(,)f~ru!. la Canícula U cristal crí:I l{lJ~ ovejas, al orbe, laLlra la fu~ntc sOllora .... Tú, que 10:5 L'r~~liJos sohrepujas P~11u:Jc.5. gc:wrosn de Filis, de blancas mozos ambo.:), Arc.1des ambos, lL'fll'J:l, 10;5 el otro DUqU2, con del hundo tu ínclita Timavo frente .... Progne lamenta !~ravc, VCi1U3 arde, la fuente susurra, El fresco arrl1yu~lo rie, y el ayre s~ crespa .... Seis veces el verde soto corom') su cabeza De nardo, de amarillo En tanto Al rayo (1) del fuegu ción de VilieRas M.1drid, C,);¡sulté de d'Jil :';arcisl en el tomo al castellano viula Licoris su hielo .... (1) la muy erudita Alu:lso Corté, 21 de I"s 1913. El sabio rio de la a,1:Iptació:1 de morada de mi casta mio deshizo Cun ¡¡rail pruv~~h'J da illtroLlucció;¡ I.ertllra, trébul, que el pec:lO fria anota:Jor y mejor en su a·jmirable Clásicos Castellanos d~ Villeg.1s Llel hexálJ1~tro pensaedide La no es partida- latino. 27 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Entre nosotros don José E. Caro, seducido por los hexámetros adaptados elegantemente en la poesía inglesa, de que era profundo conocedor, trató de encerrar en tan espléndidos moldes su inspiración titánica. Del éxito de su tentativa nos hablará don Marcelino Menéndcz y Pelayo, que con tanta sagacidad ha estudiado la obra de Caro: ".... el espíritu impaciente de Caro no podia encerrarse largo tiempo en una forma cuya virtualidad parecía ya agotada por grandes poetas anteriores, y quiso abrirse nuevo camino, comenzando por ensayar la imitación prosódica del hexámetro clásico, ya solo, ya combinado COIl el endecasílabo. Los hexámetros de Caro, más parecidos a los ingleses que a los latinos, agrega el gran crítico, cumplen todavía menos que los de Villegas, con la semejanza o aproximación al tipo clásico y con las condiciones de acentuación que requiere todo verso para serlo-. (Menéndez y Pelaya, Obras completas, t. I1I, pág. 51). Los hexámetros de Caro En alta m ar tienen cierta dureza a causa de la poca variedad con que acentúa los versos, produciendo el efecto de que estuvieran aprisionados entre una coraza de acero. Acentúa siempre las sílabas primera y cuarta, como si todo hexámetro principiara precisamente por un dactílíco; el segundo hemistiquio responde siempre, como es natural, a la acentuación en penúltima sílaba y 28 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia quinta hacia atrás. Por ejemplo, la soberbia estrofa y un pensamiento de luz entonces 1Ieoa mi mente: Pienso qu', tú, tan la,:(o, y tan ancho, y tan hondo, y tan vasto, Eres con toda tu :nole. tus playas, tu inmenso horizonte, SMo una ¡:ota de agua, que rueda de Dios en la mano! corresponde aproximadamente a cuatro metros latinos cuya forma fuera i I 1 v v, , .- - l 1- v I - II - I V I .- l' V I I _ I -r' I -1- v v 1I 1 -vvl-vv!-vV I - -vvl-vvl-vvl I ¡-VII '1 I I v' I - I I I -vv I V ' 1 ' __ 1 -vvl-- '1 l' I - I I V V - V •• v I1 hexá- -1' 1 • -1 i Caro emplea mucho una forma acentuada como el dactílico puro, sobremanera áspero, en cambio no he encontrado ninguna aproximación al hexámetro espondaieo. No juzgo con tanta rigidez, como lo hace Menéndez y Pelayo. la combinación de hexámetros y endecasílabas, aunque resulte inarmónica, pues siendo el pentámetro absolutamente inadaptable, por ser meramente fundado en la cuantidad y no en la cuantidad y el acento como el hexámetro, tuvo que recurrir al endecasílabo, sin caer en el barbarismo de Villegas en sus dísticos, que a nadie podrán sonar como versos. Compárense estos dfsticos de Caro, duros y todo lo que se quiera, pero siempre versos: 29 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ¡Oh, no deseches, muj~r, al hombre que Dios te de:;tina! El grande amor que el corazón enciende, ¡Ese grande amor que a ti misterioso me inclina Dios en el fondo de mi sér 10 prende I con los renglones de Villegas: DISTHICOS ¿Cómo el monte sigues a Diana, dixo Citeres, Dkti'la hermosa, siendo la caza fea? No me 1,( desprecies, Ciprida, responde Diana, Tú también fuiste caza, la red lo diga. o LOS OTROS DlsTHICOS No el fuerte Ayaces, no los Troyanos acusa Mis propios Griegos culpo, lIIuriendo dice, He de advertir que ]a dureza de la opmlOn de Menéndez y Pelayo respecto del hexámetro de don José Eusebio, se debe a haber transcrito el parecer de don Miguel A. Caro, pues sabido es que el crítico español consideraba, casi siempre, como definitivos los juicios de nuestro gran humanista, pero en esta ocasión don Miguel Antonio estudió el verso de su padre .guiado por su oído latino, que según parece, por un rarísimo fenómeno, le permitía percibir la cuantidad silábica. Así estudiados los versos de don José Eusebio, desde el punto de vista de la cuantidad y el acento y no del solo acento, sin duda debían sonarle desastrosamente. Don Miguel A. Caro, en la sesuda edición de las obras de don José Eusebio que coleccionó y prologó (1873), en nota de la página VII de la introducción, dice: "Elllúmero aproxi- 30 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia mado de si/abas, ciertos cortes y el filial adonio es lo que asimila estos versos a }¡exámetros: la asimilación es muc}¡o mÚs pl'ljecta en aquellos tan conocidos de Villegas: Seis 'Jeees el I'erda.' soto corOllÓ S~l C"lbezu ..... ~ Fijándose aisladamente en un solo verso puede que nos produzca mejor efecto el de Villegas, pero en su totalidad nos parecen más armÓnicos los d·~ Caro. PMa que se conozca el tinoso parecer de don José Eust'bio acerca de la estructura interna del verso, cito, en squida, una nota suelta, publicada cn la pi¡gina XVI de la introducción de don Miguel Antonio (Ob. Cit.); «VERSIFICACiÓN CASTELLANA» «Es evidente quc lo que constituye el verso no f~S la medida en cuanto al número de silabaso Los renglones siguientes tienen cada uno once sílabas, y ninguno es verso cnuecasílabo: 3 Aldanjro :; el grande 3 Cristalinas, !l 10 venció a Dario 5 8 puras, corrknt~s 10 .lg1l3S 3 5 7 10 CristalilJ,1S, p!Jra.;, a:~U:lS corrientes. «Es clecir, ninguno tiene la cadencia nen, por ejemplo, los siguientes: 2 4 ¡¡ R que tie- J,) E~lt()nCe en mi de amor putencia:.; n'l~vas, 2·1 En ti pcríecta " tu belllad 2 ~ 6 Hermosa tÚ y h~rmoja :) Amante 4 yo caal ti ID hoy tr~nca; R 1') III is lJur nnnc:l, 8 hoy quisiera J'J amar. 31 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia «Tampoco 10 constituye la medida en cuanto a la naturaleza o cuantidad de las sílabas. Los dos versos siguientes: 2 4 6 10 Y tÚ, Dorila, cuya leve cuna 4 8 10 Entre el silencio de las selvas calmas, se componen, el primero todo de sílabas breves o simples, el segundo todo de sílabas largas o compuestas; ya pesar de eso, ambos son versos completos y como tales suenan. «Lo que constituye el verso esencialmente es la distribución de los acentos en serie regular; eso es lo que se llama ritmo. Quien dice ritmo dice verso. La medida no es una cualidad primitiva en el verso, sino simplemente una consecuencia del ritmo. Así pues, la diferencia esencial que hay entre el verso y la prosa, es la misma que hay entre la marcha militar y el paso ordinario; la igualdad de los compases que hay en aquélla y falta en ésta. Lo que hay de común entre el verso y la música es el compás. Lo que hay de más en la música es el tono. La conversación, o sea la prosa, carece de ambas condiciones». Se me perdonará la transcripción de esta nota, pero la he creído indispensable para apreciar debidamente la factura del verso de Caro, e ilustrar cuestiones anteriormente tratadas. Rubén Dario supo también seguir el rastro de los antiguos poetas, al propio tiempo que da- 32 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ba al ya gastado verso castellano más originales y exquisitos de la cesa, pero su hexámetro no guarda dio entre una demasiada libertad mo estrecho. Veamos ejemplos: los matices poesía franel justo mey un rigoris- ILos bárbaros, Francia I ¡Los bárbaros, cara Lutecla I Bajo áurea rolonda reposa tu gran Paladln. Del cíclope al golpe ¿qué pueden las risas de Grecia? ¿Qué puedlm las Gracias, si lIerakles agita su crin. lIay algo que viene como una invasión aquilina Que aguarda temblando la curva del Arco Triunfal, ¡Tannhauserl resuena la marcha marcial y ar¡¡enlina, y vese a lo lejos la ¡(loria de un casco Imperial. Todos estos hexámetros tienen un número fijo de sílabas (quince) y forman un verso agradabilísimo y muy apto para composiciones cortas de género heroico, pero se haría insufrible en una composición de cierta extensión, a causa de la monotonía producida por la invariable disposición de los acentos. Este verso corresponde a un hexámetro que tuviera esta estructura: I-vv [-vvi -vv- o bien - v v I -- - -- [ - -- I - v v I -v v I El verso de Marroquín, de 16 sílabas, ¡Magnánimo César I Los que van a morir le saludan, se puede asimilar fácilmente rrespondería a un hexátnetro -- v v ¡ - '1 v v ! al anterior y co- -l-vvl-vvl 33 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Los hexámetros de Darío en la Salutación al águila, Salutación al optimista, y la primera parte de su Oda a Bartolomé Mitre, pecan por demasiada libertad, pues emplea ciertas licencias que son idiosincráticas del latín y aún algunas inexplicables; no obstante, tiene muchos versos que se adaptan admirablemente a nuestra versificación, y que quizás tuvo presentes Ouillermo Valencia al determinarse a escribir su oda A Popayán, en un hexámetro de pronunciado sabor d'annunziano. Las licencias de Darío le hacen perder en determinadas ocasiones hasta el sabor de verso a algunas de sus poesías. Tomo algunos versos entre los más armoniosos,' poniendo en seguida su aproximación latina: Inclitas razas ubérrimas, sanl(re de Hispania fecunda -vvl-vvl-v vJ-vvl-vvl-Mira alzarse la torre a que diera cimientos y basas .... - - I -v v J - V v I - v v I - v v I - Sabe el inte~ro mármol cuáles varones encarna .... - - I - v v I - - I -v v I - v v I - Súbita y mágica música 6yese en férvidos ímpetus .... -v vl- v vl- v vl-v vJ- v vJ- v v verso este último hipercataléctico. Ouillermo Valencia, aprovechándose los trabajos altamente meritorios de sus antecesores, salió gaIlardamente vencedor en la arriesgada justa en que tuvo que romper su lanza con Villegas, experto gladiador de la palestra clásica, con Rubén Daría, el gran revolucionario de la 34 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia escuela nueva, con Caro, el coloso de la literatura en Colombia, dándole al hexámetro castellano el ágil movimiento y la majestad real que al italiano dieron Carducci y G. D'Annunzio. Comenzaré por transcribir el canto para facilitar más su análisis: A POPAYAN Glorll/cate la Cillú feconda G. 5 con 10 15 20 25 D'ANNUNZIO Ni marmoles épicos, claros de lumbre y coronas, ni muros invidos, que pnisperos hierros defiendan, y guarden leones de tranquila postura triunfal; ni erectas pirámides-urnas al Genio propiciasmagnificarnentc tu fama dilatan, sonora, V'lCCS eternas, fecunda ciudad maternall Extática, lúgubre, las procelosas cuadri¡:as tu sueño sacuden, nost.ilgico pozo de olvido I Abeja; de Jo!:¡a melifican del árbol en flor que nutres, y al águila, ebria de luz y viento, las g.1fras febriles y el pecha tremen!e de luchas, aplacan tus g,~lidas aguas de amargo sabor. Tú vives del :;i1encio.... Cércante vi¡¡i1antes colinas, do el Monte puro bajo el aznJ destella. Sofrenas tu rio, alma vi\'a del gesto fugaz, y el ánfora esbelta, rica de sangr~ au¡:usta, perenne derra11as, al brillo de estrell3s insomnes .... y brotan las bélicas palmas en lírico haz I Tú vives del pasado. Púrpura de razas soberbias en prófugo in,tante volaba quemando tus hombros, y en púberes .c:ajos te reian las pomas de miel. . , . ¡Levánta! la túnica fulge de honor y heridas; acudan tus buen0s y el ostro marchito restauren y mullan tus sendas con hojas de nuevo laurel! Y vives del futuro. Las árticas brumas del Tiempo rasgas; con oj,¡S sabios interro¡:as la :'I/oche; 35 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 30 35 tus hijos epónimos magniflcan el prlstino azur con trémulos halos, y miras tu raza ventura feliz en la Fuerza, feliz en sondar el Misterio que puso en el éter el m{stico Signo del Sur .... Tú vives de tus glorias. En himno sin término vuelan tu soberbia esperanza con alas de Victoria, tus bruñidos escudos, tu ¡(ladÍl) de fosco metal. Con numeroso verbo tus triunfos el ágora cnalba, y, castálida fuente, sólo por ti murmulla del héroe aquilino la pródiga voz de cristal. y vives de tus dones. Tu mísera gente africana .co por ti las manos muestra, sin hierros a la Vida, y, en férvido ahinco, monumentos de lorma sin fin erige con el bronce vivo de sus progenies que en móviles ¡¡rupos, de toscas o nobles lig11ras, relievan tu hazaña-del uno hasta el otro conlin .... y vives de imposibles. 45 50 55 60 Al óptimo, audaz C1ballero, Set10r de la Mancha, de escuálida, triste ligura, sepulcro le diste, bajo un roble de at10sa virtud. ¡Patético hidalgo! de prez tus armas brillan: dos veces tus pares probaron al orbe su temple: en trágico golfo, tu yelmo; tu lanza, en CuaspudJ Tú vIves del martirio. Monótono arroyo de sangre afluye de tu pecho al ávido mar sin orillas .... Del Orto al Poniente ¡¡Ioriliea tu sino-la cruz I Al ara latldica llevan, cual eterno holocausto, su genio tu prócer; el mútilo torso, Camilo; tu vlctima sacra, sus púdicos lirios de luz .... Y vives del orgullo. Colérica tribu de azores tus marchas preside. Las vlboras mudas se tuercen al ¡(olpe moroso de tu cetro de Insigne marfil. A ti los relámpa~os cit1en radial corona; a ti las tempestades rinden sus espadas d~ oro; conquistas evoca tu rostro de liero perfil. y vives de tu cielo, libélula errante, cogida entre las redes que urde la luz de monte a monte. La tarde se mustia Figuras ceñidas de tul agrúpanse pávidas Arde implacable hoguera; 36 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 55 '70 '75 ~O el cóncavl> cruzan torbellinos de nácares y oro, y el Rey de¡¡ollado mil veces purpura el Azul. ... En lóbre¡¡as simas tu savia la plebe concentra como el carbón sepulto, la chispa milenaria. Tus bíblicas madres, cual espigas al beso de abril, Inclinanse ¡¡rávidas .... ¡Pluyan eternamente, como las al(uas mudas entre las selvas mudas, tus próceros gérmenes de fausto vigor juvenil! Ni mármoles épicos, claros de lumbre y coronas, ni muros invictos, que prósperos hierros deliendan, y guarden leones de tranquila postura triunfal; ni erectas pirámides-urnas al Genio propiciaslIlagnificamente tu fama dilatan, sonora, con voces ekrnas, fecunda Ciudad maternal I Extática, lúgubre, las procelosas cuadri¡¡as tu sueño sacuden, nostálgico pozo de olvido!. .. Abejas de Jonia melilican del árbol en flor que nutres, y al á¡¡;uila, ebria de luz y viento, las ¡¡arras febriles y el pecho tremente de luchas, aplacan tus ¡¡;élidas aguas de amargo sabor. OUILl.ERMO VALENCIA Los 72 hexámctros de la oda de Valencia corresponden, aproximadamente, a versos latinos que tuvieran la forma que trato de determinar en el siguiente esquema, y una acentuación semejante a la de los hexámetros castellanos: vvl-vvl-1- -I-vvl--- ! - - I - v v I - v v 1- v v I - -vvl-I-vvl-vvl-vvl-V I I-vvl-vvl-vvl 5 1 I-vvl-vv!-vvl I I-vvl-vvl-vvl-V - v v I - v v I - - I - - I -v v I - --1- - 1- v v! - v v 1- v v 1-- 37 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia 10 --I-vvl-vvl-vvl-vvl-V --:--I-vvl-vVI--I--. - I - - . - vv I - vv I - vv I - --I--I-vvl-vvl-vvl-V -vvl-vvl-vvl-vvjvvl---1--1--1--1--1-15 - v v I - vv I - - I - vv I - vv I - V -vvl--I--I--l-vvl---I--I-vvl-vvj-vvl---I--I-vvl-vvl-vvl-V 20 25 -- vv I - - I - vv I - vv I - vv I - -vvl--I--I-vv!-vvl--vvl--I--I-vvl-vvl--V --I--I-vvl-vvl-vvl---I--I-vvl-vvl-vv ---I--I-vvl-vvl-vvl-V -vvl--I-vvl-vv I-vv 1-- -vvl--I--I--I-vvl--vv I-vv I-vv I-vv I-vv -vvl-vvl--I--I-vvl---I--I-vv j-vvl-vvl-30 --I--I--vv I-vvl-vvl-V 1- V -vv I--I-vvl-vvl-vvl---I-vvl--I-vvl--I---I-vvl-vvl-vvl-vvl-V -vvl--I-vv\ -vvl-vvl--35 - -I-vv 1--1 -vv 1--1--vvl--I-vvl-vvl-vv I-V 38 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia -vv I--I-vv I-vv I-vvl----I-vv 1-- 1-- I-vv 1---vv I--I-vv I-vv I-vv I--V 40 ---I-vv I--I--vv 1--1----vv 1-- i-- l-vv I-vv 1-I - v v I - v v 1 - v v I -- v -- - I -- v vi - - 1- v v 1- v v I-v v 1---I---I-vv I-vv I-vv 1-45 - v v I - v v I - - I - v v I - v v I -- V -- v v I - - I - - I - - I - - I --- vv ! - vv I - vv 1 - -- v v I - - I - - I - v v I - v v ! - V -- - I - - \ --vv I--I-vv I-vv I-vv 1-- I- vv I- - I- vv I- vv I- -- v v 1- -- I-v v 1- v v I --v v 1-- V 50 .- - -vvl-vvl-vv!--I-vvl----I--I-vv I-vv -vv I--I---I-vv I-vv i --- I-vv I-V vv I - - I - v v I - vv I - vv I - --I--I-vv I-vv I-vv 1--vv I--I-vv I-vv I-vv 1-- V --I--I-vvl-vvl--I---I-vv I-vv I-vv I-vv 1---I--I-vv I-vv I-vv I-V 55 - 60 -vv 1-- I-vv I-vv - vv I - - I - vv I - --I--I-vv I-vv I-vv 1-- I -- v v I - I-vv I-V 39 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia - vv I - vv I - 65 - v v 1 - - - - I- -vv I- - 1- v v I - -- v v I - v v 1 - v v ¡- I - v v I -. v v I - v v I - v I - I--I--I-vv I-vv 1-- -vv 1-- I-vv 1--1-- ¡ --- vv 1- - 1- v v I-v v I-v v 1- V 70 - v v I - v v I - - I - - I - - I --- -- ¡-vv I--I-vv -vv I-vv I--I-vv 1--1--I-vv I-V El verso tercero y sexto de cada estrofa es cataléctico, y se funda en la propiedad que tiene en nuestra versificación el final agudo, de suplir por una sílaba más, teniendo igualmente la ventaja de darle cohesión a la estrofa, por medio de una rima parca, sin hacerle perder al hexámetro nada de su peculiar libertad. Las formas más frecuentes son las del segundo verso, que se encuentra 21 veces (2, 4, 6, 8, 11, 12, 17, 18, 22, 23, 29, 30, 36, 42, 44, 47, 53, 56, 60, 63 Y 66), Y la del tercero, que se repite 15 veces (3, 19, 25, 31, 34, 37, 39, 43, 49, 51, 55, 57,61,65 Y 69); los restantes están en menor proporción, por ejemplo, la forma del primer verso se encuentra 5 veces (1, 7, 28, 45 Y 64); la del noveno, 3 (9, 33 Y 59); la del décimotercero, 2 (13 Y 27), Y así de las otras. Hay en todo el canto un solo hexámetro espondaico puro (14); Y algunos versos en que 40 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia el acento del último hemistiquio no cae conforme a la regla que deduje anteriormente, de acentuar en segunda y quinta hacia atrás (hexámetra dactílico), o bien en segunda y séptima hacia atrás (forma común de hexámetro espondaico), quedan, no obstante, autorizados por su asimilación con el de Virgilio, Egl. IV, 49: CJra deutn subolcs, mágnum jóvis incrementum. t De la cesura del hexámetro dactílico.-Por no pecar de nimio me contentaré con examinar la cesura o pausa del verso hexámetro de Valencia, en una sola estrofa, pues 'eso sobrará para probar el arte y el completo conocimiento del mecanismo del hexámetro dactílico que posee el excelso poeta caucano. LIámase cesura o pausa del hexámetro «la división del verso en dos porciones o miembros, y sirve para dar a la voz un adecuado y conveniente reposo, sin que dicha pausa lastime el sentido ni la armonía del verso». (Cf. Nociones de Prosodia Latina, por Miguel Abadía Méndez, página 59). La cesura en el verso latino y griego las estudia plenamente Charles Anthon, en sus prosodias de las respectivas lenguas clásicas, y sólo debo advertir que esta cesura, aparte de pequefias diferencias, es extensiva a la adaptación castellana del hexámetro, porque no es causada por particularidades de las lenguas de 41 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Hornero y de Virgilio, sino que pertenece a la estructura misma del hexámetro. Por transgredir a las leyes de la cesura chocan muchos versos de Rubén Darío, lo que no sucede con los hexámetros de Valencia, que las guarda con escrúpulo. Por ejemplo: Ni mármoles épicos-claros de lumbre y coronas, ni muros invictos-que prósperos hierros defiendan, y guarden leones -de tranquila postura triunfal; ni erectas pirámides-urnas al Genio propicias, magnlficamente-tu fama dilatan,-sonora, con voces eternas,-fecunda ciudad maternall La pausa del primer verso y del tercero corresponde a la de un hexámetro latino que la hiciera después de la cesura silábica pentemímeris, como en Tatae molis erat-Romanam condere gentem. Virg.; Las del segundo y sexto, equivale a la latina que viniera después de una cesura trocaica del tercer pie, así en Tecta metu petiere-ruunt de montibus amnes. Virg.; La pausa del cuarto verso se aproxima a la latina que divide el verso en dos mitades o partes iguales, como en Expleri mentem nequit-ardescitque luendo. Vig.; La primera pausa del quinto verso viene después de una cesura trocaica en el tercer pie y la segunda después de una cesura enemlmeris. 42 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Sabida es de sobra la importancia que en el verso latino desempeña la cesura de los pies dentro de un verso, y por mera curiosidad señalaré su aproximación castellana en un hexá· metro de Valencia, para completar este análisis, en la medida de mis fuerzas. Por ejemplo en el verso siguiente: Ni mármo-lcs épi-cos cla-ros de lumbre y coronas la primera cesura remeda la triemimeris latina, la segunda la pentemimeris, la tercera la heptemimeris, así en el verso de Virgilio, Egloga IV, 4. Si cani-mus syl-vas, syl-vae sint consule dignae. Del mismo modo se pueden señalar en casi todos los demás versos. Termino agradeciéndole debidamente al doctor Rafael María Carrasquilla, que siempre tienE: una frase luminosa para aclarar todo asunto, una sabia observación sobre las diferencias del tiempo empleado en pronunciar ciertas consonantes, pero que no pude aprovechar debidamente por estar ya en prensa la parte de mi ensayo referente a cuantidades. Igualmente agradezco a mi querido condiscípulo y ya entendido IingUista don José M. Restrepo Millán, el interés que tomó ayudándome a traducir las obras inglesas referentes a estas materias. 43 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia BIBLIOGRAFIA Abadía Méndez M. Nociones de Prosodia latina. Bogotá. Anthon Charles. A System oj Oreek Prosody and Metre. Harper and Brothers, New York. A System o} LaUn Prosody and Metre. Harper and Brothers, New York, 1870. Bello, A. Opera Varia. Carducci. Del/e Odi barbare. Bologna MOCCCXCIII Caro Miguel Antonio. De la aliteración considerada como elegancia métrica. Anuario de la Academia Colombiana. Bogotá. -Imp. de El Tradicionista, 1874. Caro José Euscbio. Obras, Edic. de El Tradicionista, 1873. Cejador y Frauca. Opera varia. ColI y Vehí José. Diálogos Literarios. 2.3 edic. Barcelona, t 882. 45 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Costa y L1obera, M. Horacianes. Ilustr. Cata!. Barcelona, 1906. Cuervo R. j. Apuntaciones criticas. Ultima edición de París. Cuervo R. J. Notas sueltas en su Virgilio de Thilo. Biblioteca Nacional de Bogotá. D'Annunzio, G. Delle Laudi. Fratelli Treves, Milano, MOCCCCIII. Darío Rubén. Opera varia. Graffe j. Christopher. Traduc. Inglesa, A Prosodical Lexicon oi the Greek Language. London, Printed for john Priestley, 1827. Hickman Du Bois, E. Stress accent in .LaUn Poetry. New York, 1906. Lebrija Antonio de. Gramática Castellana, Reproduction phototypique de I'édition princeps (1492). Publiée par E. Walberg. Max Niemeyer, Halle. A. S. 1909. Menéndez y Pelayo, M. Opera varia. Rengifo, Iván Diaz. Arte poética española. Madrid, Imp. de Francisco Martínez, 1644. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia CORTAS Sel10r bachiller don CITO Y LARGAS Molina Oarcés. Mi querido amigo: En el excelente ensayo titulado De re meen los nÚmeros 93 y 94 de [a Revista del Colegio del Rosario, a propósito de juzgar a nuestro Guillermo Valencia, menciona usted galantemente alguna observación mia sobre las diferencias del tiempo empleado en pronunciar ciertas consonantes. Deseo que usted conserve por escrito esas ideas, y algunas otras que quizá completen las teorías que usted expone muy bien sobre la cantidad de las síla has en castellano. Con razón dice ustcd, apoyado en altas autoridades, que cn castellano no existen sílabas largas y breves, en el sentido de que una de frica, publicado 47 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia las primeras equivalga a dos de las segundas; y añade que el tiempo que se gasta en pronunciarlas no altera la versificación en lo esencial. Pero usted conviene con don Sinibaldo de Más, en que hay unas sílabas más largas que otras; en que se gasta menos tiempo en decir a que trans. Añade el autor citado que la diferencia es casi imperceptible. Ese casi depende del oido del poeta y del lector. En la casi imperceptible diferencia de la longitud entre las sílabas se funda por mucho la armonía del verso y aun de la prosa oratoria. Miguel Antonio Caro, traduciendo el pasaje de Virgilio relativo al dardo lanzado por Laoconte contra el caballo de Troya, dice: Párte, clávase, vIbra, Es sabido que las sílabas que siguen a la acentuada se abrevian. Hubiera dicho el poeta, usando pretérito en vez de presente histórico: Partió, clavóse al punto, y no existiría la armonia imitativa del Steti! iIIa tremens. ¡Qué contraste entre esa frase, alada como la flecha, con lo que sigue: Conmovido, Dio el slnl) cavernóso hóndo bramldol 48 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Fíjese usted en con el acento en advertido que el Aún es mejor lnl(cnuerunt el dio, en la sinalefa so-hón, la última vocal, y no deje inverso tiene cinco acentos: Virgilio: Uteroque recuso, cavac gemitumquc dcdere cavernac (1). En la prosa, por lo mismo que es menos necesaria y menos notable la distribución recta de acentos y cantidades, se requiere un oído más delicado para emplearlos sabiamente. Vaya un ejemplo. En el incomparable discurso sobre Jesucristo,'dice don Marco Fidel Suárez, hablando de San Francisco Javier: «Mucho tiem~ po después al pasar los marinos de Inglaterra frente al promontorio donde murió aquel héroe, detenian sus navíos y hacían resonar las soledades del mar de la India, saludando a Javier con los honores de Almirante», Dígase «muchos años después"; «por la isla donde murió"; «saludando al misionero con los honores navales», y el magnífico periodo habrá perdido mucho de su grandiosa sonoridad. y si mudamos la frase «detenían sus navíos», cuya suavidad contrasta con lo anterior y lo siguiente, diciendo, verbigracia, «paraban las naves", le habremos quitado un primor exquisíto al pasaje. (1) Tanto más si se advierte que en ¡aUn no sonaba v jamás, sino u. Cejador. Fono/agio p. 105. 4 49 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Las relaciones entre la cantidad de las sílabas y el acento prosódico son conocidísimas en latín. La cantidad de la penúltima sílaba decide de la acentuación del vocablo. En castellano es evidente que la vocal acentuada es más larga que las demás. No insisto en ello, porque, gracias a esa propiedad, se pueden hacer versos hexámetros, como los que usted analiza y explica. Mas el acento, que dentro del verso sólo alarga la sílaba para darle sonoridad, cuando ocurre en la sílaba final; hace que una larga equivalga para el oído a dos sílabas, como usted lo observa, y aun a tres, como hubiera podido añadir. Pombo dice: Las espumas del naufragio Tra¡¡o acerbo, pero el último Que el amor le present6. El primero de estos versos tiene ocho sílabas, nueve el segundo y siete el tercero; y sin embargo, todos tres son octosílabos. No puede decirse que en este caso una larga equivalga a dos breves; porque tó (larga) es igual a jrágio (larga y breve) y a último (larga y dos breves). Tan importante es esta propiedad, que ella sirve para saber si ciertos versos son simples o compuestos. ¿ Puede, al fin del primer hemistiquio, reemplazarse un vocablo agudo por uno 50 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia grave con una sílaba más, o por un esdrújulo con dos silabas de sobra? El verso es compuesto. ¿No es lícita la sustitución? El verso es simple. Así, el alejandrino a la francesa consta de trece silabas, con la cesura después de la sexta, que ha de ser acentuada. En cierta caledral- una campana había ¿ Podrá añadirse una sílaba breve al primer hemistiquio? Sí, con la condición que forme sinalefa con la vocal en que empieza el siguiente: Que sólo se tocá-ba alKún solemne día. Este verso es simple. Digamos ahora: En la Ciudad Heroica-dos campanas habla, En la Ciudad MaKnífíca- dos campanas había Que sólo se tocaban-al¡¡;ún solemne día. Estos tres alejandrinos son compuestos, cada uno de dos heptasílabos. Las sílabas resultan largas, no sólo por I1evar el acento, sino por el número de letras de que constan. Compárese el tiempo en que se dice a, yo, su con el que se emplea en pronunciar trans, cans, subs. Pero hay otra cosa. Algunas consonantes se pueden alargar, y generalmente se prolongan en la declamación y la lectura, mientras otras no son capaces de pronunciarse en más o menos tiempo. La n y la 51 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia m en articulaciones inversas, la da, son ejemplos de lo primero; lo segundo. El trrueno horrrrennndo rr, la r líquila p, la 1, de que enn fragor rrreviennnta. Claro está que pronunciar así es un colmo de afectación ridícula, pero el más natural y perfecto de los lectores, alarga un poquitín las erres y las enes de horrendo y reventar; y para eso las empleó el grande Olmedo. Por lo contrario, nadie prolonga consonantes al decir: Por la inflamada esfera. Como ésta no es tesis científica sino conversación familiar, no estoy oblígado a la ley de la unidad; y a propósito de Olmedo y del magnífico exordio de su Canto a Bolívar, oiga usted esta estrofa latina, muy anterior al siglo XIX: Quale, cum creIum lonal alque densae Fulgurant nubes, ruit et vagatur FuImen, in partes varias agente Numinis ira .... (1) ¿ Es una mera coincidencia? signe vate ecuatoriano conocía da? Ella forma parte del himno San Fernando, tal como se reza de España el día 30 de mayo. mó la idea del Breviario en el ¿ O acaso el inla estrofa citade vísperas de en las diócesis Sí Olmedo topasaje transcri- (1) Puede traducirse asl: «Del mismo modo que cuando truena el cielo y se inflaman las densas nubes, revienta y se dilata el rayo, con todas direcciones, movido por la cólera divina .... » 52 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia to, nada pierde de su mérito excelso; porque ya se sabe que el robo literario es lícito si está acompañado de asesinato, como dijo un ingenio francés. Pero volvamos a las consonantes largas o capaces de prolongarse. La s entra en la categoría o no cabe en ella, según el modo de pronunc:iarla en los distintos pueblos que hablan castellano. El du)¡;c són de rumorosas: flautas. Este verso del Duque de Rivas, dicho por un vecino de Burgo1', tiene deliciosa armonía imita tiva. En labios de un bogotano del pueblo, en los de un ecuatoriano, tiene sobra de dulce; en boca de habitadores de la costa atlántica no tiene sabor marcado. Sería curioso un estudio, mitad biológico, mitad IingUística, acerca de la influencia de la zona, el clima, el paisaje y los demás accidentes que llama medio ambiente la ciencia moderna sobre [a pronunciación de las letras y la modulación de [as frases. El modo de pronunciar [a ese en nuestras costas altánticas, es el mismo de las riberas marinas andaluzas. En [a orilla del mar el s0nido sibilante se apaga; hacia lo interior, y sobre todo en las montañas, se acentúa. Aquel apagamiento y esta acentuación son más notables en la gente vulgar que en las clases educadas. 53 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Al pronunciar la ese en articulaciones directas, no difieren el colombiano del litoral y el de los Andes: la palabra sota lo mismo suena en unos labios que en otros. Pero, al decir oscuro, el andino silba la ese; el costefío la emite blandamente o la reemplaza por una aspiración, muy suave en las personas letradas, fuerte, casi jota, en el hombre del pueblo. El bogotano dice pesscado; el coster10 cu !to, pescado o pehcado; el sin educacióu, pejeado. Observando lo que ha sucedido con el francés, pudiera pensarse que la elisión de la ese final de sílaba fuera refinamiento de cultura .. En los orígenes de aquel idioma se decía y se escribía mesme (del enclítico latino metipsum); teste (latín testa). A medida que se fueron ablandando las costumbres al contacto del cristianismo, se fue suavizando la ese. De mesme pasaron a nzehmc (como diria un cartagenero), y después a alargar simplemente la e y decir nzenze. En las montañas antioqueñas la cosa es distinta. Allá se pronuncia la ese lo mísmo al principio que al fin de una articulación: en señor y en astro la letra suena lo mismo. Y, pese a mi orgullo bogotano, la ese antioqueña se parece más a la castellana que la de estos picos del Monserrate. Sólo que es más fuerte en Medellín que en Valladolid. La de los compatriotas de Gutiérrez González tiene algo de la eh frall- 54 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia cesa, la sh inglesa. Me figuro que un castellano viejo, al oírlc a un antioquefío decir cosa, pensará: iqué exageración!, al escuchárselo a un bogotano: iqué barbaridad! Este es el único sonido en que diferimos bogotanos y antioqueños. De los costeños nos diferenciamos también en que ellos pronuncian la n final de sílaba con un parecido a lo nasal francés. Bien en boca de un cartagenero y de un lionés suenan muy semejantes. Suerte aná.loga, pero más infeliz que la de la ese, ha correspondido a la eUe. Fuéra de CastilIa y Aragótl, se convirtió en ye. Y aquí en Colombia, la cuitada vive en Cundinamarca, Boyacá, parte de Santander y la noble Popayán; y aún la invade, la acosa, su rival, traída por la inmigración, que haría que Bogotá fuera provincia si no fuese porque obliga a las provincias a ser Bogotá. Pero se preguntará: si apenas los dialectos colombianos difieren en la pronunciación de una o dos letras, ¿ cómo cs tan fácil distinguir por el habla al antioqueño del costefío, al tolimensc del caucano? Aquí vuelve el argumcnto de su tesis: todo está en lo largo o breve de las sílabas, en cl canto peculiar con que sc habla, y (;ue se llama acento (acento andaluz, acento ara~onés), tomando el efecto por la causa. Haga usted decir a varios colombianos esta frase: "Gregario Gutiérrcz,' 55 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia El del interior dará a todas las sílabas igual cantidad, alargando sólo las acentuadas: go y tie, y hará una pausa marcada entre los dos vocablos. Los antioqueños pasan fugitivamente sobre la sílaba go, abrevian la pausa y levantan el tono al pronunciar fié. Sus paisanos del valle del Cauca cantan la frase como en Antioquia, pero no suben una nota en la penúltima sílaba. En Neiva la separación de las dos palabras es marcadisima; las dos sílabas acentuadas se alargan mucho y se alarga también la final del vocablo. Entre costeños, las voces se distinguen, los dos acentos se marcan, pero con elevación de tono en uno y en otro. Usted, que es estudiante del Rosario, el microcosmos colombiano, conoce las diferencias de acento y pronunciación en nuestras diversas regiones mejor que yo; porque cuando sus condiscípulos vienen a tratar conmigo procuran hablar bogotano; mientras que con usted se expresan con toda libertad. Nuestro Colegio presta, entre otros, el servicio de reunir en su seno jóvenes de todos los ámbitos de la República, estrechar amistades entre personas de los departamentos más alejados entre si, limar asperezas y unificar a los hijos de la misma patria, conservando las diferencias necesarias a la variedad, que es elemento de orden y belleza. 56 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Cuando converso con mis vieJos discipulos, que ya no son discípulos y todavía no son viejos, me siento tan a mis anchas, tan en familia, que me pregunto, parodiando a Víctor Hugo, traducido por Bello: ¿Soy de provincia como ellos? ¿O cllos son bogotanos como yo? Usted es de la tierra que ha dado mayor número de grandes hombres a Colombia; del suelo que produjo en lo civil, a Caldas; en lo eclesiástico, al Arzobispo Mosquera; en lo literario, a lsaacs. Siga ese rumbo, y pueda ser que la vida me alcance para aplaudirlo. Su viejo maestro y amigo, R. M. CARRASQUILLA Mayo: 1914. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Si como acabamos de ver los hexámetros castellanos de Ouillermo Valencia logran damos, en cuanto nuestro idioma lo permite, una perfecta ilusión del más noble y elegante verso latino, los siguientes hexámetros de mi amigo y maestro doctor José Joaquín Casas imitan, aun en nimios detalles, los primores del verso virgiliano, dándonos la mejor traducción que de la égloga IV existe en lengua castellana: EGLOGA DE VIRGILlO A POLlON (IMITACIO:-¡ DEL RITMO LATINO) A Ciro Molina Garcés. Más altos asuntos, Musas sicilianas, cantemos: No a todos placen humildes tamariscos y arbustos; Sean, si las cantamos, di¡:nas del cónsul las selvas. La última edad ya lIe¡:a del vaticinio cUllleo; De si¡:los gran orden sur¡:e y empieza su ¡{ira; Ya torna la virgen, torna de Saturno el reinado; Ya nueva pro¡:enie del alto ciclo nos llega. Tú al niño que hoy nace, por quie:! la férrea casta Se a¡:ota, y al mundo áurea nación aparece, 10h casta Lucina! asiste: ya reina tu Apolo. Ya, cónsul tú, la ¡{Ioria de esta edad alborea, 59 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia ¡Polión l Y dichosos meses su curso apresuran, Jefe tú. Si de antiguo crimen duraban vestigios, Irritos quedando, de miedo libran el mundo. Aquel vivirá cual los dioses; con ellos los héroes Verá juntos; él mismo veráse ilustre con ellos, Digno de su padre, regir pacifico el orbe. y a ti ¡tierno niño 1, de arado intacla, la tierra Yedras vagarosas, profuso bácar anuncia, y entre colocasia tejido acanto risueño. Cargadas de leche las ubres, irán las cabrillas Solas; sin recelo de fiera zarpa las greyes. Ya tu cuna misma florece en tiernos capullos. Pérfida serpiente, hierba falaz que atosiga, Morirán; de Asiria hrotará el amomo fragante. Tiempo vendrá: claros hechos, paternas hazailas Sabrás, y en qué finca de heroicos nombres la gloria; Susurrarán, dorando los pingiles campos las mieses; Rúbidos racimos colgarán del áspero abrojo, Las duras encinas sudando rócidas mieles. Mas, como del viejo fraude perduren reliquias, Habrá quien a Tetls se atreva, quien ciña de torres Las plazas, quien raje la dura tierra con sulcos. Entonce otro Tifis será; y Argos nuevo que embarque Selectos héroes; y otros beHsonos campos; Y a Troya, famoso irá vez segunda un Aquiles. De aqul, cuando recio varón te hicieren los años, Huirá del piélago el nauta, ni en tráfico el pino Tesoros cambiará; todo lo dará toda tierra. NI sufrirá el césped rastrillos, ni falce la villa; Robusto el labriego soltará del yugo los bueyes; NI lucirá la lana varios mintiendo colores; Sino entre las hierbas, tintos de múrice y gualdo, Sus blancos vellones verá mudarse el carnero, Y el sándix, de suyo dará ropaje al cabrito. -Tales corred ¡oh siglos 1»- por alto numen dijeron, Mirando a los husos, y en voz concorde, las Parcas. El tiempo ya llega: honores singulares recibe, ICara prole divina, de J ove alumno preclaro I Rodar vacilante mira fa esfera del mundo, Y tierras, y mole de mares, y el cielo profundo; Mira cuál todo se alegra ante el siglo felice. 60 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia Bogotá, Sulor doctor Ciro Molillo octubre de 1914. Darces. Amigo estimado: Verificar que el canto «A Popayán". de Guillermo l/alencia, es «el más feliz esfuerzo hecho en castellano para adaptar a nuestro sistema de versificación el ritmo amplio y solemne del hexámetro clásico conservándole su libertad y la flexible gracia de sus movimientos» es un problema de geometría rilmica, que requiere para su solución, amor por las disciplinas artísticas, criterio templado al calor del método y erudición fundamental. La adaptación del hexámetro clásico al canto seI¡oril de Valencia, como aparece en el final de su estudio, es para mí, técnica y revela conocimiento intimo de la prosodia latina y de la versificación castellana -·ya se sabe lo que esto implica;-y en Valencia, dominio tal del arte de la rima, que no encontró, no pudo encontrar usted en todo el canto, con toda su penetrución, «sino un verso que desentone de la elegancia suprema del conjunto». "Y el Rey degvllado TI"I veces purpura el azuln• Irremediable para el vate payanés haber pensado siquiera en dar aclitud diferente a este verso. La visión se le ofrece en los atardeceres del lerrulio, la lleva en la retina y no hizo sino exteriori- 61 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia zarla en dos brochazos sencillamente verdaderos. Se impuso la visión a despecho det ritmo. Para lograr hacer el análisis formulado en el cuadro final, se requería la exposición previa que sirviera de fundamento a aquél y la hizo usted integralmente. No seria nuevo para usted el que le diga que es la primera vez que haya leído una explanación sobre la materia, tan completa, con puntos de vista tan originales y desarrollada con tánta den·. sidad. Ha hecho usted un trabajo muy suyo y no será la menor de sus compensaciones el sorprender el acuerdo en que está usted en ciertos puntos con maestros de verdad. Con su t¡'abajo ha cimentado usted gráficamente el canto "A Popayán~ con el cimiento del ritmo que no muere. ¿eux dieux eux mémes mellrtTlt Milis les vers souverai1/s Demeure1lt Plus forls que les airai1/s. (Th. Gaulia. ¿'Art.) Tienen trabajos como el suyo, al que se interese por ellos, el incentivo de engolfarlo a uno en achaques de erudición, y es dificil impartir opinión sin la estadlstica de las citas. Por esta vez y por tratarse de una carta amistosa he huido el reclamo. Usted sabe cómo detesto las cartas eruditas, y la mía no tiene otro objeto en este caso sino el de felicitarlo por su tesis de Doctor en Filosofía y Letras del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. De usted adicto amigo, CESAR JULIO RODRlGUEZ 62 Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia I Oh I si yo hasta entonces vida tuviera, y aliento Tal que a celebrar te con di~no canto bastara J Si Lino entonces u Orfeo conrnil{<Jalternasen, Yo a entrambos vencí era, de excelsa ayuda asistidos, Este de Calíope y aquél del fúlgido Apolo. SI Pan compiltera conmigo, siendo árbitro Arcadia, Yo a Pan, siendo el árbitro Arcadia, también vencer/a. Sonrfe ya, loh nido I con tierna risa a tu madre: Esa, a quien pusieron diez meses larga congoja. Sonríe ya, Iniño 1: a quien su madre no rfe, Ni a la mesa dioses le admiten, ni .1/ tálamo diosas. JOSÉ JOAQulN CASAS IH87. Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia