LA CONFESION PUBLICA DE LOS GOBERNANTES

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LA CONFESION PUBLICA DE LOS GOBERNANTES
Cuando miramos atentamente en las Sagradas Escrituras específicamente, en lo que respecta a
la confesión o rendición de los gobernantes de las naciones, al señorío del Dios Todopoderoso. Se
muestran algunos detalles dignos de ser tomados en consideración.
José ante Faraón
Cuando José interpreta de forma precisa, convincente y profética el sueño de Faraón. El rey de
una forma deliberada, pública y manifiesta da a conocer a todos su voluntad y decisión (Gn. 41:3745,55).
Daniel y sus Amigos ante abucodonosor
Por lo que leemos en la Escritura, este gobernante fue un rey terco y reincidente en cuanto al
trato del Señor para con él, mediante su profeta Daniel. Pero en cada ocasión donde fue impactado por
la manifestación de Dios, este gobernante hizo declaraciones públicas, irrefutables (Dn. 2:46-48; 4:1-3;
34-37).
En la experiencia de Nabucodonosor con los tres varones judíos, amigos de Daniel, nuevamente
se expresa públicamente, ya que lo acontecido sucedió en un evento de carácter expresamente público.
En esta oportunidad el rey no solo confesó sino que lo dio a conocer mediante un decreto (Dn. 3:2630).
Daniel ante Darío
En lo sucedido respecto a la violación del edicto real que prohibía orar a otro Dios. Daniel no
obedece el edicto y por esa razón es lanzado al foso de los leones. Cuando el rey Darío presencia la
forma prodigiosa en la que Dios preserva al profeta de los leones, mediante su ángel; el rey da a
conocer su decisión mediante una ordenanza escrita en todo su reino (Dn. 6:25-27)
Ciro y la edificación del Templo
Respecto al rey Ciro de Persia, se nos dice que cuando su espíritu fue despertado por el Señor,
“hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino”, darle libertad a los judíos para
subir a Jerusalén, edificar la casa del Señor, e incluso ser ayudados con ofrendas voluntarias para la
casa de Dios (Esd. 1:1-4).
Jonás en ínive
A la predicación de Jonás en Nínive, el pueblo de esa ciudad creyó a Dios y proclamaron ayuno.
Pero la noticia de lo sucedido llegó hasta el rey, el cual se humilló, e hizo proclamar mediante mandato
una apertura total hacia el Señor (Jon. 3:6-10).
De los reyes piadosos de Israel y quienes realizaban una buena gestión gubernamental a favor
de su pueblo tenemos muchos ejemplos. Cuando la crisis se avecinaba, la Escritura con toda claridad
nos da a conocer el proceder de los reyes.
Ezequías ante la invasión Asiria
Los embajadores asirios le entregan las cartas al rey Ezequías, a las cuales él les da lectura, sube
a la casa del Señor, las presenta ante Él y ora en la presencia de Jehová, exponiéndole toda la situación.
Luego mediante el profeta Isaías recibe la respuesta (2Re. 19:14-16,20).
Josafat ante los Moabitas y Amonitas
Cuando estas naciones vienen contra el rey Josafat, se dice que “tuvo temor; y Josafat humilló
su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá
para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a
Jehová. Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de
Jehová…”. Nuevamente mediante la voz profética recibe las directrices de lo que debe de hacer
(2Cron. 20:3-5, 13-17).
Pablo y Bernabé ante un Procónsul
En el Nuevo Testamento tenemos la experiencia de un procónsul llamado Sergio Paulo, un
hombre prudente. Quien llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. Junto a él había
un falso profeta quien era mago y de origen judío. Pero fue avergonzado por la manifestación del
Espíritu Santo a través de los apóstoles. Al ver esto el procónsul creyó maravillado la doctrina del
Señor.
Todos estos ejemplos nos muestran a los jerarcas, dando el debido reconocimiento al Dios
Todopoderoso de una forma abierta, pública y voluntaria. Y en la mayoría de los casos son los
gobernantes que toman la iniciativa para exaltar y traer a escena a los siervos del Señor.
Como ministros de la Palabra, es muy conveniente tener presente estos importantes detalles,
para que podamos juzgar declaraciones y procedimientos de nuestros gobernantes en lo que respecta a
su fe y reconocimiento del Señorío de Jesucristo.
Hoy, contamos con medios escritos y televisivos, los cuales son herramientas muy apropiadas
para un gobernante, para dar a conocer a todos algo tan transcendental como es el rendirle a Dios una
nación.
Continuaremos orando por nuestro actual presidente y todos los que están en eminencia, así
como por los que hayan de venir. Para que nuestra nación viva quieta y reposadamente. Que la piedad y
honestidad sean virtudes que predominen en todos los que somos ciudadanos de esta linda nación. Para
que nuestro pueblo sea salvo y venga al conocimiento de la verdad. Así se nos manda por el Señor en
su Palabra.
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