lesión ósea quística de la pared costal un raro caso de hidatidosis

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Quintana Blanco, D; Barragán Tabarés, JI; Sevilla, G; Alonso, C; Garzón, J; Viñuela, B
Antecedentes
La hidatidosis es una enfermedad endémica en la población rural
de varias de nuestras regiones(Castilla y León, Castilla la mancha,
La Rioja, Navarra, Aragón, Extremadura y Comunidad Valenciana).
Su frecuencia está descendiendo progresivamente, pero debemos
tener en cuenta que esta entidad puede presentarse en sus
localizaciones típicas, el pulmón y el hígado, y en otras menos
frecuentes, como el hueso.
Nuestro paciente es un hombre de edad media del entorno rural
que acude con dolor y tumefacción en el costado derecho, al
realizar las pruebas de imagen nos encontramos con una lesión
quística de la pared costal derecha.
En el TC vemos una lesión bien definida de densidad quística con
epicentro en el arco posterior de la 10ª costilla derecha, que
produce una esclerosis cortical de la costilla, con osteolisis y
fragmentación de la misma. La lesión es de morfología
polilobulada y se extiende por las partes blandas de la pared
abdominal.
Adicionalmente se realizó una ecografía, donde se visualizan
múltiples quistes anecoicos en el interior de la lesión de
ecogenicidad heterogénea, y una RM, donde se identifican
también estos quistes, con la apariencia típica “en rueda de carro”,
con una cápsula hipointensa en T2 que presenta un intenso realce.
Discusión
Las lesiones óseas quísticas deben hacer pensar en un espectro de
patología, fundamentalmente neoplásica, como el quiste óseo
unicameral, el quiste óseo aneurismático, el osteosarcoma, el
tumor de células gigantes, el condroblastoma y las metástasis.
Fisiopatología
La hidatidosis es una ciclozoonosis causada por la larva del E.
granulosus, que pasa del huésped definitivo (perro) al huésped
intermediario (oveja)
El ser humano puede irrumpir en este ciclo como huésped
intermediario accidental al estar en contacto con las heces de
perros infectados o con agua o alimentos contaminados .
Las vesículas o quistes hidatídicos están formados desde fuera
hacia dentro por: El periquiste (respuesta del huésped al parásito),
la capa laminada, y la capa germinal o lámina germinativa interna,
en la que se forman vesículas hijas (“quistes hijos”) con una
estructura similar a la del “quiste madre”
Hallazgos por imagen
La clasificación de los quistes
hidatídicos se basa en la ecografía:
- El tipo 1 son los quistes
uniloculares anecoicos (“simples”)
con pared definida (con doble línea
por la separación entre endoquiste y
periquiste) que pueden tener ecos
finos, la “arena hidatídica” (signo de
los copos de nieve). Aspecto
patognomónico.
- El tipo 2 son los quistes multivesiculares (con vesículas hijas) con
apariencia en rueda de carro o en panal de miel. Aspecto
patognomónico.
- El tipo 3 son quistes con membranas flotando en su interior
(“signo de la serpiente” por desprendimiento de la membrana
laminar) Aspecto patognomónico.
- Los tipos 4 (lesión heterogénea hiper o hipoecoica con contenido
degenerativo, sin vesículas hijas) y 5 (con calcificación total o
parcial de la pared) corresponden a quistes inactivos. Su aspecto
no es definitivo de enfermedad hidatídica.
El TAC es más sensible para la calcificación de la pared y la RM
muestra un anillo hipointenso característico en T2.
La afectación ósea es poco frecuente (0,5-2%). Los huesos más
afectados son las vértebras, pelvis, fémur, tibia y costillas.
En el hueso el quiste tiene una pared delgada sin periquiste, y
adopta una morfología irregular siguiendo la dirección de menor
resistencia del hueso.
Generalmente se presenta como una lesión lítica expansiva bien
definida que adelgaza la cortical que puede extenderse a partes
blandas.
En este caso hay una afectación ósea atípica, ya que produce una
osteolisis poco habitual, con una destrucción ósea con esclerosis
cortical que deja la morfología del hueso intacta en vez de
presentarse como una lesión insuflante con adelgazamiento
cortical.
Conclusiones
La afectación ósea del quiste hidatídico es muy poco frecuente, por
lo que hay que tener en cuenta el entorno del paciente, los
antecedentes de contacto con perros y ganado y ciertos
parámetros clínicos y analíticos como la eosinofilia, para sospechar
esta enfermedad cuando la imagen no sea patognomónica.
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