36 1 índice 2 35 9. Documentos consultados San José Manyanet, Obras Selectas, (CSF) BAC. Jean Landousies, C.M, Los laicos en la Iglesia de hoy, Somos Vicencianos, 2002. Benjamín Romo, C.M., Religiosos y laicos, una misión común en la Iglesia y la sociedad, Somos Vicencianos, 2002. Compañía de Jesús, Colaboración en el corazón de la misión, Congregación General 35, Decreto 6. Compañía de Jesús, Colaboración con los laicos en la misión, Congregación General 34, Decreto 13. Hermanos Maristas, Asamblea Internacional de la Misión Marista, Revista FMS Mensaje nº 38, Junio 2008. Asociación de Laicos Bonilliani, (trad.2010) Estatutos, Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 43. Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, cap. IV. Juan Pablo II, Christi fideles laici, 1998. Juan Pablo II, Novo millennio ineunte, 2000. septiembre 2009 1. Introducción y justificación 5 1.1. Los laicos en la Iglesia 8 1.2. El ideal de San José Manyanet 13 2. Los laicos en el carisma, identidad, participación en la misión y vivencia de la espiritualidad de Nazaret 16 2.1. 2.2. 2.3. Naturaleza 16 Identidad 17 Comunión entre el Movimiento y la Congregación 3. Destinatarios del movimiento 22 3.1. 3.1.1 3.1.2 3.2 3.3 Tipos de vinculación 22 Asistentes o colaboradores 22 Miembros 22 Proceso de vinculación al Movimiento 23 Compromiso 23 4. Objetivos del movimiento 23 5. Estructura del movimiento y funcionamiento organizativo 24 5.1. 5.1.1 5.1.2 5.1.3 5.2. 5.3. Organización 24 Organización Local 24 Organización Delegacional 25 Organización Internacional 26 Administración 26 Sedes del movimiento 27 6. Plan de formación de los miembros del movimiento 6.1. 6.2. 6.3. 6.3.1 6.3.2 6.4. Objetivo de la formación 27 El proceso formativo 28 Itinerario formativo 28 Formación Inicial 28 Formación Continua 29 Proyecto de vida 29 7. Fórmula y Logo 30 8. Experiencia 31 8.1. 8.1.1 8.1.2 8.1.3 8.1.4 Líneas fuerza 32 De formación 32 De acompañamiento De implicación 33 De expansión 33 9. 34 participación y corresponsabilidad en la vida y misión de la Iglesia 32 Documentos consultados 34 3 20 27 De implicación Re la capacidad de respuesta de los laicos, teniendo ppreReconocer sente que ellos son también protagonistas y no sólo colab colaboradores en la vivencia y anuncio del carisma y espiritualidad de Nazaret. Implicarlos afectiva y efectivamente en la misión eclesial y congregacional. La implicación se logrará en el momento que se les haga conscientes de su pertenencia activa del carisma y misión, haciéndoles responsables de la misma. Invitarles a celebrar las fiestas propias de la Congregación y de la Iglesia. u proyecto de vida personal y familiar. De expansión Pr Presentarles Present tarles l llaa Sagrada Familia como modelo y referente para p sus hogares y animarlos en su compromiso desde su experien experiencia como laicos a ser apóstoles de otras familias. El Movimiento de Laicos Nazaret se pone bajo la protección de la Sagrada Familia de Nazaret y de San José Manyanet. Considera a la Sagrada Familia como el referente y modelo a seguir para lograr la transformación de la familia y de la sociedad. 4 Compartir la vivencia y testimonio de las virtudes de Nazaret con coherencia. Confiarles la difusión del carisma en sus familias como primer espacio de evangelización y posteriormente en los lugares donde ellos interactúan. 33 Líneas fuerza De formación La religiosa de Nazaret debe convocar a los laicos y junto a ellos: Participar en su formación como animadores de su proceso de crecimiento espiritual. 1. introducción y justificación Dar a conocer nuestro carisma por medio de: Obras del Padre Manyanet y otros Documentos de la Congregación, retiros o convivencias, encuentros mensuales, encuentro anual. Venid y veréis. Secuenciar una formación de iniciación cristiana y bíblica según las necesidades de cada grupo. ( Jn. 1, 39) Redactar un Plan de Formación (grandes líneas o ideas): humano-espiritual-eclesial- moral y del carisma de Nazaret. Preparar material para que los laicos puedan ejercer una labor pastoral: catequesis, clases de religión, reflexión, temas de formación familiar. Facilitar espacios, recursos y presencia para que los laicos desarrollen sus destrezas y habilidades, poniéndolos al servicio de los demás. De acompañamiento Ha rlos Hacerlos Hace l partícipes de nuestra espiritualidad motivándole motivándoles en la vivencia de los valores de Nazaret Nazaret. Aprender a caminar juntos, reconociendo y respetando las diferencias, estimulando el trabajo que realizan y fortaleciendo lo que nos une: el seguimiento de Jesús. Conocer y acompañar en su proyecto de vida personal y familiar. Motivar que conozcan y vivan su vocación laical y compromiso profético y misionero. Ayudarles a llevar a cabo el plan de formación. 32 Es la Palabra que ha iluminado el itinerario de ir e invitar a los laicos a conocer vivir, amar y anunciar Nazaret. En el XIX Capítulo General, después de estudiar y reflexionar este desafío, nos comprometimos a iniciar el recorrido y en el documento elaborado en este acontecimiento afi rmamos: “Ha llegado la hora de emprender una nueva Evangelización”. La presencia y misión del laico, como nuevo protagonista en las fronteras de la historia, es una inquietud sembrada por el Padre Manyanet, desde el origen de nuestra Congregación. Es una obligación urgente convocar a todos los laicos consagrados por el bautismo y comprometidos como Iglesia, a la tarea de evangelizar desde un estilo peculiar, que prolongue el espíritu de Nazaret y el talante de san José Manyanet en cuantos sienten la vocación particular de profundizar de este modo su consagración bautismal. Es abrir nuevas posibilidades, dejar que entre en nuestra Congregación el aire renovado del Espíritu a través de las personas que quieren convertirse en hijos, testigos y apóstoles de la Sagrada Familia, Jesús, María y José. 5 El XIX Capítulo General aprobó que durante el sexenio 2001-2007 se continuase estudiando el tema, a fin de encontrar la mejor forma de hacer operativo este proceso. En el XX Capítulo General se compartió alguna experiencia y se aprobó el proyecto que presentó como prioridad: “Compartir con los laicos nuestro carisma, espiritualidad y misión, promover la corresponsabilidad y crear espacios de formación. Como Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret consideramos nuestro carisma y espiritualidad como dones de la Iglesia que el Espíritu ha dado para el Pueblo de Dios. Los compartimos especialmente con todos aquellos que están vinculados a nuestros centros educativos y desean conocerlo y hacerlo vida.”. El sueño del P. Manyanet era hacer partícipes a los laicos del carisma de Nazaret, mediante una Asociación o Tercera Orden, tal como era la modalidad de su tiempo. Conscientes del cambio de época y del recorrido de la experiencia de ocho años, acordamos consolidar el movimiento laical, que se diferencia de los movimientos anteriores en que no forma parte de la congregación religiosa, sino que tiene su propia organización. El movimiento invita a un proceso abierto, amplio, flexible y se adapta a cualquier realidad. El Movimiento de Laicos Nazaret está formado por personas que se sienten atraídas por el carisma y la espiritualidad de Nazaret, que comparten la misión, algunos en nuestros Centros educativos y otros en diferentes ambientes de trabajo, parroquias, etc. El objetivo final es que conozcan, vivan y anuncien el carisma de Nazaret. El Movimiento debe implantarse a través de un proceso que se adapte a cada situación, realidad y contexto. Se deben tomar en cuenta las necesidades del grupo para establecer el plan de formación, pues algunos necesitan formarse en iniciación cristiana, mientras que otros en pastoral y/o teología. El carisma y espiritualidad de Nazaret es el tema que fortalece la identidad y pertenencia al Movimiento. La línea azul fuerte nos habla de vivir enraizados en tierra, de tocar nuestro mundo real y anclarnos en él. Las aspas arañan el cielo y giran en él. Clavados en tierra, su ambiente es el cielo. Eso es Nazaret. Las aspas pueden también simbolizar la familia de cada laico. Las aspas giran también abriéndose y expandiéndose. Por una parte, con el Movimiento Laicos Nazaret nuestro carisma se abre al mundo; por la otra, el mismo Movimiento ha ido implantándose en distintos países, es abierto y universal. Si nos fijamos en los paisajes donde se ubican los molinos de viento constatamos dos cosas: suelen ser paisajes áridos y con mucho viento y nunca hay un molino sólo. También hoy vivimos la aridez espiritual en nuestro mundo. En ese ambiente está el Laico Nazaret y está llamado a “aprovechar los vendavales” para transformar el mundo. Pero no puede caminar solo. El camino de los Laicos Nazaret es un camino de comunidad. En un clima de laicismo progresivo, la energía eólica – la que aporten los laicos a la Iglesia- es la gran alternativa. Además es una de las pocas energías que no contamina y no se extingue. El viento en el Logo no se ve pero el protagonista del molino es el Viento. En la Sagrada Familia el gran protagonista oculto fue también el Espíritu y lo descubrimos en todos los textos. El Laico de hoy en día debe vivir conducido por el Espíritu. La línea azul fuerte, que es el poste, es a la vez una L, La L de Laicos que se enlaza con la N de Nazaret. El texto: Al final, el lema: Un carisma para el mundo. Predominan los colores azules que reflejan el cielo. 8. Experiencia A lo largo de este sexenio en cada Delegación la evolución y el crecimiento han sido diferentes: Después del recorrido realizado por algunas Delegaciones y de analizar las propuestas, inquietudes y sugerencias surgidas en las diferentes Asambleas Territoriales, hemos generado unas líneas fuerza, para los próximos seis años, en nuestro camino de compartir con los laicos. 6 31 7. Fórmula y logo 7.1 Fórmula de compromiso del laico Nazaret Trinidad de la tierra, Jesús, María y José: VENEZUELA: hay grupos y asesores espirituales en todos los centros, en los cuales los laicos reciben formación sistemática, y están comprometidos en actividades pastorales en los colegios, parroquias y otros ambientes. Existe la coordinación nacional y coordinadores locales. La delegación planifica cada año un encuentro a nivel nacional, experiencia que cohesiona y fortalece el movimiento. COLOMBIA: Hay grupos y asesores espirituales en todas las obras y hay Me consagro a Ti para vivir con fidelidad mi consagración bautismal según el carisma de San José Manyanet. Me comprometo a vivir como hijo, testigo y apóstol de la Sagrada Familia. Asumo una vida sencilla de oración, amor y trabajo y la búsqueda continua de la Voluntad de Dios para que, con la gracia del Espíritu Santo y la ayuda de Jesús, María y José, consiga la plenitud de la caridad en servicio de la Iglesia. coordinaciones locales en algunas de ellas (Itagüí, Bogotá, Bello). Cada uno de los grupos tiene encuentros de formación mensuales y a nivel de Delegación se han realizado algunos encuentros nacionales. 7.2 Logo ESPAÑA: El logo está inspirado en los molinos de viento que producen ener energía eólica. Tiene tres aspas que simbolizan a Jesús eólica Jesús, María y José que vivieron siempre al aire del Espíritu, lo recogieron en sí y produjeron una “energía” de la cual hoy aún vivimos. El mundo estaba apagado por el pecado y su energía nos trajo la Luz. Hay grupos en cada colegio con una religiosa encargada, excepto en Campo Grande. Tienen encuentros mensuales y un encuentro nacional anual. BRASIL: Se inició la experiencia en el Colegio Santo Domingo Güimar (Tenerife) desde el 2010. La asesora y coordinadora es una religiosa. Tiene un recorrido diferente ya que se trabaja a nivel de profesorado al que se forma en el carisma y se les prepara para que puedan asumir cargos directivos. El acento se ha puesto más en la misión compartida, por eso no se ha constituido el Movimiento laical. Durante este sexenio en América se han realizado dos encuentros latinoamericanos, uno en Venezuela y otro en Colombia. Los laicos que ya llevan años en el movimiento solicitan hacer un compromiso público, que no sea consagración. El XXI Capítulo General ha determinado la fórmula que explicita su compromiso. Durante estos años se ha vivido la experiencia de hacer realidad el sueño del Padre Manyanet, y de este proceso de caminar juntos, religiosas y laicos, presentamos una propuesta de organización que conjuntamente hemos acordado y trabajado, y que han sido estudiados y revisados en las Asambleas Territoriales y ha sido aprobada en el XXI Capítulo General de 2013. 30 7 1.1 Los laicos en la Iglesia 6.3.2 Formación continua participación y corresponsabilidad en la vida y misión de la Iglesia Ser laico es también una vocación. La vida laical nace, como toda vocala llamada de Dios, que nos ama infi nitamente. Es fruto del bautismo que nos envía a la única misión cristiana: hacer presente el Reino de Dios en este mundo. ción cristiana, de la respuesta a Cristo nos reúne como Pueblo de Dios, iguales en dignidad y diferentes en servicios y estados de vida. “Todos y cada uno de nosotros trabajamos en la única y común viña del Señor con carismas y ministerios diferentes y complementarios” (Christifideles laici, 55). Somos un pueblo de hermanos porque somos hijos de un mismo Padre. Dentro de esta comunión eclesial, el Espíritu hace brotar, entre los laicos, carismas compartidos. El carisma de San José Manyanet se expresa en diferentes formas de vida, una de las cuales es el movimiento de laicos de Nazaret. Dios llama a unos a la vida religiosa, y a otros a la vida laical: dos formas diferentes de vivir una misma fe. Soñamos cada día con un Nazaret abierto al mundo, que vislumbra los signos de los tiempos y sabe adaptarse a ellos. Soñamos con un Nazaret de todos y para todos. Soñamos con una mayor comunión de comunidades donde la vocación religiosa y la vocación laical son regalo de unos para otros y complemento para un mismo proyecto, que sigue vivo y con fuerza entre nosotros. Soñamos con una Congregación que se lanza, con valentía y esperanza, a nuevos proyectos en favor de los niños, de los jóvenes y de las familias. En una Iglesia de comunión es importante el reconocimiento de la vocación a la que Dios llama a cada uno y la complementariedad de vocaciones. Entre los muchos dones que nos vinieron de la mano del Concilio Vaticano II , uno ha sido subrayar que el carisma del fundador pertenece a la Iglesia y no solo a sus discípulos religiosos. Por consiguiente, los laicos plantean hoy un reto a la visión limitada de que nuestro carisma es un tesoro que pertenece solo a las Misioneras de Nazaret. Cada uno de los miembros del laicado de Nazaret tiene su historia personal que contar, 8 Los miembros comprometidos se responsabilizan de su au autofformación ió y profundización f di ió de d los l contenidos t id de d la l fformación inicial y de la actualización de conocimientos y experiencias que favorezcan su crecimiento. Algunos contenidos: Estudio y profundización de la Sagrada Escritura. Documentos de la Iglesia. Lectura y reflexión de las exhortaciones del Papa. Conocimiento y reflexión de las directrices emanadas de la Madre General de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. Estudio de los documentos emanados de la Conferencia Episcopal en cada Delegación. Otros documentos o textos que sugiera el equipo local, delegacional o internacional. Elaboración del proyecto de vida personal y grupal. 6.4 El proyecto de vida Es lla a pri principal incipal i herramienta para facilitar el proceso formativo. Conti Contiene los objetivos que se quieren alcanzar, alcanzar las actividades que se realizarán realiza y los medios adecuados para crecer en espiritualidad, vida de familia y servicio apostólico. Cada miembro del Movimiento tendrá su proyecto de vida personal y lo compartirán con el grupo al cual pertenecen. El grupo local también elabora su proyecto de vida grupal con la participación de todos y será evaluado semestralmente. 29 6.2 El proceso formativo El proceso formativo compromete a los miembros del Movimiento Movimien a crecer gradual y globalmente en la dimensión humana, humana cristiana, cristiana carisca mática y apostólica. 6.3 El itinerario formativo El itinerario formativo comprende una formación inicial y una contin continua. 6.3.1 Formación inicial La persona que desean formar parte del Movimiento tiene un período í d de d preparación ió ddurante t ell cuall se realiza li ell mutuo t conocimiento y la cercanía afectiva y efectiva con el Carisma y la Espiritualidad de Nazaret. Se le acompaña y se le ayuda a discernir la posibilidad de establecer el compromiso con el Carisma y Misión propios de la Congregación. La duración de esta primera etapa es de tres años y los contenidos formativos son: La vocación y la misión del Laico en la Iglesia y en el mundo. La oración y la lectura orante de la Palabra “Lectio Divina”. El carisma, espiritualidad y misión de Nazaret como propuesta de vida para el laico. Historia de la Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, del Padre Fundador San José Manyanet y de la Cofundadora M. Encarnación Colomina. El Proyecto del Movimiento de Laicos Nazaret. 28 ha recorrido su propio itinerario de fe y cuenta con una experiencia única del fundador y de su espiritualidad. Si queremos escuchar esas historias, conocer esos caminos de fe y llegar a apreciar con más plenitud las muchas experiencias de Nazaret y su espiritualidad que se dan alrededor de nosotras, hemos de compartir lo que tenemos en común y respetar las diferencias que hay entre la identidad de una Misionera de Nazaret y la de un laico del movimiento Nazaret El carisma del P. Manyanet pertenece a la Iglesia y no solo a nosotras. Los laicos plantean hoy un reto a la visión limitada de que nuestro carisma es un tesoro que pertenece solo a las Misioneras de Nazaret. La actualización de su vocación en tantas y tan variadas situaciones es también una forma con la que el Pueblo de Dios sirve al mundo en la promoción del Reino. Hay signos de que el ministerio laical seguirá expandiéndose en este milenio. Las Misioneras de Nazaret reconocen como una gracia de nuestro tiempo y una esperanza para el futuro que los laicos “tomen parte activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia en este decisivo momento de la historia” (Christifideles laici, 3). Por este motivo a las Misioneras de Nazaret se nos abrirán oportunidades de participación que irán mucho más allá de nuestra experiencia actual. Para servir a los laicos en su ministerio deberemos apoyarlos con creatividad y constancia a medida que vaya creciendo su responsabilidad apostólica dentro de la Iglesia. Esto nos exigirá vivir más plenamente nuestra identidad de mujeres consagradas, según nuestro propio carisma y misión. Muchos laicos cristianos reconocen su acción comprometida como un ministerio para el cual buscan ser formados y enviados, nos unimos a ellos para servir juntos, aprendiendo unos de otros, respondiendo a las mutuas preocupaciones e iniciativas y dialogando sobre los objetivos apostólicos. 9 Como mujeres consagradas llamadas a hacer presente el misterio de Nazaret en el mundo, debemos ayudar a los que lo deseen a reconocer y discernir las posibilidades apostólicas de su vida y misión. Compartir el carisma y la misión con los laicos exige formación y renovación en todas las religiosas de Nazaret. Tenemos una responsabilidad especial, a fin de que como bautizados adquieran una conciencia viva de la dignidad de su vocación y de las consecuencias que de ello se desprenden en su vida personal y eclesial. Compartir el carisma de la propia Congregación con los laicos es llevar el Evangelio y el espíritu de Nazaret a través de ellos a muchos rincones de nuestro mundo. Si deseamos que nuestro laicado dé pruebas de madurez y sea consciente de sus responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad y si queremos ampliar los horizontes de la evangelización, es necesario dar a los laicos una sólida formación humana y espiritual. Esta formación se asume como un reto fundamental para el futuro de nuestras comunidades y para la misión del laico en nuestras obras y por ello debe ser objeto de una atención permanente. Tenemos el compromiso de generar un plan de formación para los laicos. Para que la religiosa de Nazaret y el laico de Nazaret cumplan su misión en el mundo, es necesario que tanto en nuestra formación inicial como en la continua, sepamos comprender y respetar la vocación de los laicos y apreciar más la nuestra. El fortalecimiento del laicado es una gracia que nos pide una renovación personal, comunitaria e institucional, que puede ayudarnos tanto a comprender y respetar su propia vocación, como a apreciar más la nuestra. Esta emergente “Iglesia del laicado” repercute también en nue nuestra misión puesto que, aprender a cooperar con los laicos puede enriquecer nuestras obras apostólicas y acentuar el carisma de Nazaret. Al hablar de “nuestro apostolado”, tendremos que ampliar el contenido de la palabra “nuestro”, ya que incluye también el de los laicos. 10 forme económico anual a la asamblea que corresponda, salvo el tesorero internacional que lo presentará a la Superiora General. Los ingresos del Movimiento provienen de: La colaboración libre de los miembros. Los ingresos de actividades promocionales. Donativos de diversos organismos o personas. 5.3 Sedes del Movimiento Las sedes locales y delegacionales son acordadas entre el Movimien Movimiento y la Congregación. Congregación La dirección de la sede internacional es Curia General. Via Leone Magno, 25-27. 00167 Roma. Italia. 6. Plan de formación de los miembros del movimiento La formación favorece el crecimiento y el desarrollo de los dones humanos humanos, espirituales l y profesionales f l dde sus miembros b para que vivan en plenitud l d lla vocación y la misión como laicos dentro de la Iglesia y según el Carisma de Nazaret. 6.1 Objetivo de la formación El Laico Nazaret desea profundizar su vida cristiana, vivir el Evangelio Evang de Jesús de Nazaret, Nazaret a nivel personal, personal familiar y en el ámbito soci social y eclesial al cual pertenece. Para conseguir este objetivo sigue un itinerario formativo que favorece la progresiva asimilación de los contenidos del Carisma, Espiritualidad y Misión Apostólica propios de la Congregación. 27 Planificar los encuentros delegacionales y participar en la organización de los encuentros internacionales. Representar al Movimiento en los congresos, asambleas, reuniones, bien sea programadas por entes eclesiales o congregacionales. Mantener la comunicación entre el Movimiento y la Congregación de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. Administrar los fondos del Movimiento. 5.1.3 Organización internacional El Movimiento está coordinado por un Equipo Internacio Internacional tit id por ell presidente id t dde cada d Delegación D l ió y de d la l religioli constituido sa delegada general de la Congregación Las atribuciones del equipo son: Promover la unidad de las líneas carismáticas. Coordinar, animar, acompañar y apoyar los encuentros internacionales. Favorecer el intercambio cultural. Sostener proyectos internacionales de promoción humana y de formación. Mantener las relaciones, la comunicación y la comunión con la Congregación. Reunirse para tratar asuntos relacionados con la vida y la misión del Movimiento, cuando las circunstancias así lo requieran. Compartir el carisma con los laicos es a la vez un elemento de nuestro modo de proceder y una gracia que pide una renovación personal, comunitaria e institucional. Nos invita a compartir con ellos la misión y a crear formas de participación. Colaborar en la misión que es realizar el proyecto de Jesús, significa ser lo suficientemente humildes para saber retirarse y permitir al laico que colabore con nosotras en puestos de vanguardia en aquellos campos que también son suyos, en nuestras obras, en la Iglesia y en el mundo. Significa también cambiar actitudes ante el laicado, rompiendo con una mentalidad tradicionalista y asumir posturas de escucha, diálogo y discernimiento en conjunto. Participar es vivir en una actitud de apertura para dar y darse, y al mismo tiempo, recibir y dejarse transformar. Muchos santos y nuestro mismo fundador, vivieron una profunda evolución en su espiritualidad y carisma desde la interpelación de Dios, el encuentro con los laicos y los acontecimientos de su época. La formación de laicos y religiosas deben ser objeto de especial atención, así como punto de partida para el compromiso de generar un plan de formación, que facilite la cooperación de laicos y Misioneras de Nazaret en el ejercicio de su misión en el mundo. Desde nuestras comunidades hoy debemos preguntarnos, ¿cómo se vive la participación? ¿Cuál es la mentalidad predominante? ¿Cuál sería el punto de partida en cada Delegación? ¿Qué hace que una obra sea de Nazaret? ¿Cómo puede ser sostenida por un liderazgo no religioso? ¿Cuáles son los elementos de la formación? ¿Qué vínculos nos pueden unir? ¿Queremos todas consolidar este Movimiento con visión de futuro? La manera de ayudar a los laicos para que participen activamente en 5.2 Administración la vida de la Iglesia, según las necesidades es diferente en cada lugar. La Administración de los fondos del Movimiento la lleva el tesorer tesorero local, el delegacional y el internacional. cal internacional Cada uno deberá presentar un in26 La diversidad de las realidades y de los compromisos deberá ayudar a cubrir diferentes aspectos de la existencia humana en sus dimensiones individuales y colectivas. 11 Descubrir la necesidad de ampliar horizontes más allá de nuestra manera habitual de colaboración puede engendrar en nosotras muchos temores, con sus consecuencias, pero ante las exigencias de nuestro mundo, hemos de ser conscientes de que mayor es el riesgo de excluir de nuestro carisma a quien ya está formando parte de él. Los laicos descubren en él un campo ilimitado para la apertura del corazón y del espíritu misionero. Es esencial recordar la llamada uni- versal a la santidad, dirigida a todos y cada uno de los fieles laicos, pues esta llamada tiene sus raíces en el bautismo y se refuerza por medio de los demás sacramentos. Esta vocación de los laicos a la santidad se expresa, de manera especial, a través de su inserción en las realidades temporales y de su participación en las actividades del mundo. Esto significa que la vocación cristiana a la santidad está íntimamente unida a la vocación a la misión. Es la urgencia de un compromiso común con los hombres de buena voluntad . Los laicos se encuentran en el corazón de las sociedades pluralistas, donde se expresan una multitud de distintas corrientes que tienen que afrontar directamente en su vida de familia, de vecindario, de trabajo, de ocio. Ahí es donde, de múltiples maneras, viven su compromiso apostólico, por tanto, es necesario abrirlos a todos estos campos religiosos o culturales que es preciso que conozcan. Como conclusión retomamos un pasaje de la carta apostólica dirigida a toda la Iglesia por Juan Pablo II, al final del gran Jubileo del año 2000: “Nuestro paso al principio de este nuevo siglo debe hacerse más ágil al recorrer los senderos del mundo. Los caminos por los que avanza cada uno de nosotros y cada una de nuestras Iglesias son muchos, pero no El animador, el secretario y el tesorero, son nombrados por un mínimo del 51% de los miembros en una primera convocatoria. En caso de que no exista quórum se realizará la elección en una segunda reunión, con la mayoría de votos de los asistentes. La duración de los cargos será de un año, con derecho a ser reelegidos hasta por dos años. Compete a este equipo: Integrar laicos en el Movimiento según su solicitud y perfil. Fomentar y coordinar la participación de los laicos para planificar, ejecutar y evaluar la programación de la formación. Animar la proyección del Carisma en la misión apostólica para llegar a todas las personas con nuevos lenguajes de evangelización. Administrar los fondos del grupo local. 5.1.2 Organización Delegacional En cada Delegación el Movimiento está coordinado por un equipo i delegacional d l i l formado f d por un presidente, id t un secretario t y un tesorero, nombrados por una comisión de la Delegación, por un período de tres años, pudiendo ser reelegidos. La Delegada forma parte de pleno derecho del equipo delegacional. Agradecidas de que muchos, inspirados como nosotras en el carisma de La comisión de la delegación será integrada al menos por tres representantes de cada obra de la delegación. Las reuniones de la comisión delegacional serán válidas independientemente del número de obras representadas y del número de asistentes. Por tanto no habrá en ningún caso segundas convocatorias. nuestro sentido de misión en la formación de familias cristianas y Las atribuciones del equipo delegacional son: hay distancia entre quienes están unidos por la única comunión, la comunión que cada día se nutre de la mesa del Pan eucarístico y de la Palabra de la vida (Novo millenio ineunte, 58). San José Manyanet, hayan elegido trabajar con nosotras y compartir nuestra pasión por la educación de los niños y jóvenes, deseamos que nuestro espíritu de familia se abra a nuevos horizontes, con la esperanza de hacer crecer el carisma y llevar efectivamente un Nazaret a cada hogar. 12 Verificar la realización de los objetivos del Movimiento. Promover iniciativas generales para la formación, el desarrollo y el buen funcionamiento del Movimiento. 25 5. Estructura del movimiento y funcionamiento organizativo La organización del Movimiento está orientada a garantizar la identidad, identidad la vocación, ó la l pertenencia y lla misión ó dde cada d miembro. b Q Quiere hhacer propicia la realización de los objetivos del mismo, velar por los procesos formativos y procurar el crecimiento de la corresponsabilidad, de la interdependencia y de la complementariedad entre la Congregación y los laicos Nazaret en el mundo. El Movimiento está constituido por laicos que eligen vivir su propia vocación cristiana católica laical según el carisma de San José Manyanet y de acuerdo con las líneas comunes que comparte con la Congregación. Para realizar los objetivos propuestos de conocer, amar, vivir y anunciar Nazaret, tiene como herramientas principales: El Proyecto de vida personal, de familia, de grupo (ver n° 6.4). Encuentros formativos sistemáticos y periódicos. Misión apostólica de acuerdo a las posibilidades de cada miembro. Asambleas a fin de proyectar, organizar, planificar y evaluar. 5.1 Organización El Movimiento se organiza a nivel local, delegacional e internacional internacional. 5.1.1 Organización local Cada grupo está coordinado por un equipo local constitu constituido por un animador, un secretario, y un tesorero, asesorados espiritualmente por una religiosa de la Congregación. 24 1.2 El ideal de San José Manyanet Es urgente, hoy más que nunca, que todos los cristianos vuelvan a emprender el camino de la renovación evangélica, acogiendo generosamente la invitación del apóstol a ser “santos en toda la conducta” (1P 1,15; Christi fideles laici) San José Manyanet, fiel a la llamada de Dios y a las necesidades de su tiempo, abarca en una sola mirada la fundación de sus dos Congregaciones Religiosas, los Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José, en el año 1864 y las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, en el 1874, pero su visión va más allá y se proyecta en la fundación de una asociación de laicos . En sus escritos recogemos claramente la idea de la Asociación de los Laicos, organizados como “Los Camareros y las Camareras de la Sagrada Familia”, con el fin de prolongar su carisma, y propagar el conocimiento, amor y devoción a la Sagrada Familia a todas las familias del mundo. El Padre Manyanet expresa con claridad su pensamiento: Toda persona que desee llevar una vida religiosa y no pueda o no tenga fuerzas suficientes para ligarse con el vínculo de los santos votos en el Instituto de la Sagrada Familia puede ingresar en la Tercera Orden del mismo Instituto, en la cual se lleva una vida arreglada y muy conforme a los preceptos de Jesucristo y de su santa Iglesia... (CSF) 13 Para hacer realidad el sueño de San José Manyanet de compartir con los laicos el carisma recibido intentamos contextualizar su ideal, convencidas de que su papel en el mundo se hace insustituible y que sin su participación activa y operante no podrán realizarse las grandes transformaciones que el mundo necesita y reconociendo a los laicos que forman parte activa en nuestras obras apostólicas, que han manifestado, expresamente, sentirse llamados a vivir el carisma de San José Manyanet. Queremos dar otro paso en la organización de los laicos Nazaret. Los laicos, en cuanto consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo, son admirablemente llamados y dotados, para que en ellos se produzcan siempre los frutos del Espíritu. (LG 34) Concilio Vaticano II, A partir ti ddell C ili V ti II los l laicos l i aparecen como protagonistas t it de una misión eclesial activa. “…Incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el Pueblo cristiano en la parte que les corresponde” (LG 31). Evangelizar es ante todo, “dar testimonio de una manera sencilla y directa del Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo” (EN. 26) Esta misión es para toda la Iglesia, para los cristianos implicados y comprometidos, que desde las exigencias de la consagración bautismal, desde la vocación específica y la ocupación profesional intentan dar una respuesta coherente con el Evangelio de Jesucristo en todos los campos del apostolado (Apostolicam actuaositatem 9-14). Vivir la vocación laical en la Iglesia es un compromiso ineludible. Vivir la vocación laical desde un carisma es una llamada particular que convoca para dar una respuesta personal desde la vocación cristiana, movidos por 14 3.2 Proceso de vinculación al Movimiento El interesado, ya sea asistente, colaborador o miembro solicita al equipo local el ingreso al Movimiento o la aceptación en otra función de vinculación como miembro. El equipo local estudia la solicitud de acuerdo al perfil de Movimiento y del interesado, y en un lapso de tiempo no mayor de 15 días, notifica su decisión a éste por escrito. 3.3 Compromiso El miembro del Movimiento laical deberá manifestar su deseo de comprometerse expresamente con el Carisma y Misión de Nazaret una vez finalizada la etapa de formación inicial, o cuando se sienta preparado, previa aceptación de su solicitud por parte del equipo local. El compromiso se puede renovar cada año, en la Fiesta de San José, el 19 de Marzo. 4. Objetivos del movimiento El fin del Movimiento de laicos Nazaret es favorecer el crecimiento de la ppersona y lla madurez d de d su vocación ió cristiana i i para que pueda d ser en ell mundo, según su propio estado de vida, constructora de una sociedad nueva y establecer vínculos con parroquias, diócesis y otros movimientos laicales a fin de conocer y participar en proyectos y planes pastorales de la Iglesia, de acuerdo a la Espiritualidad de Nazaret y al ideal de San José Manyanet: “Hacer de cada hogar un Nazaret”. 23 3. Destinatarios del movimiento Las personas que quieren vivir el carisma y la espiritualidad de Nazaret pue pueden participar integrándose al MOVIMIENTO DE LAICOS NAZARET por dos vías distintas: 3.1 Tipos de vinculación Asistentes o colaboradores Son las personas que concurren y participan espontáneamente en las actividades del Movimiento o de las obras apostólicas de la Congregación. Miembros Los asistentes que expresamente manifiestan su deseo de comprometerse con la vivencia del Carisma de Nazaret. Pueden ser: Personas que están vinculadas a las obras de la Congregación y comparten el carisma y la misión con las religiosas durante su permanencia en los Centros. Identificados con el carisma y la misión: Comprometidos: Son las personas que se han sentido llama- das a seguir a Jesucristo en el misterio de Nazaret, desde su vocación laical y, mediante un compromiso expreso, deciden integrarse al proyecto de conocer, amar, vivir y anunciar Nazaret. Corresponde a estos miembros: Participar en la formación continua, tanto a nivel personal como de grupo. Compartir con las religiosas el carisma y la misión en las obras de la Congregación. Ejercer su apostolado en parroquias, en sus lugares de trabajo, en obras sociales y asociaciones. Proponer a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo para todas las familias. 22 un carisma específico, nacido en el seno de la Iglesia, para la Iglesia y para el mundo. En nuestro caso es el carisma del Padre Manyanet quien convoca de una manera particular a quienes se sienten llamados a vivir su vocación cristiana inspirados/as por su mismo estilo de vida, “como en Nazaret”. El carisma de San José Manyanet se resume en este aspecto de la vida de Jesucristo: “Seguir y anunciar a Cristo en su misterio de Nazaret”. Y lo singular de este carisma es la contemplación y vivencia de la Sagrada Familia: Jesús, María y Jose. Esto define nuestra identidad, espiritualidad, estilo de vida y misión. Quienes queremos hacer nuestro camino de vida cristiana guiados/as por el carisma de San José Manyanet, estamos “Llamadas a vivir según el espíritu de la Sagrada Familia” y esta espiritualidad de Nazaret, para San José Manyanet tiene una dimensión trinitaria: “La Trinidad del cielo: Padre, Hijo y Espíritu Santo y la trinidad de la tierra: Jesús, María y José”. Las actitudes que caracterizan nuestra espiritualidad son: “La actitud de fe, la piedad filial y la sumisión a la voluntad del Padre” (Const. nº 4). Nuestro estilo de vida está marcado por un modelo familiar cuyo referente es el hogar de Nazaret. “Nuestra vida de familia está basada en el amor, la humildad, la sencillez, el trabajo y la alegría” (Const. nº 4). El gran desafío es mantener el sello de nuestra identidad que nos compromete a volver con frecuencia nuestra mirada a Nazaret, a poner en práctica las virtudes de la Sagrada Familia y dedicar especial atención a las familias, hasta lograr actualizar el ideal de: “hacer de cada hogar un Nazaret”. La contemplación de la Sagrada Familia y la transformación de la familia y de la sociedad es el gran desafío de las dos Congregaciones por San José Manyanet. Su visión se concreta en “formar familias cristianas al estilo de Nazaret, principalmente, por medio de la educación de los niños y jóvenes” (Const. nº 7). 15 San José Manyanet considera la escuela católica, como la mejor plataforma de evangelización de la persona y de transformación de la sociedad, y a esto dedicó toda su vida: Llevar el Evangelio de Nazaret, a través de la educación, a todas las familias de la tierra. En otras momentos, situaciones difíciles en la vida del Movimiento o de la Congregación: Experiencias de formación. La misión apostólica en las obras de la Congregación. sobre todo cuanto concierne a la fidelidad al carisma, a los signos de los tiempos y a las orientaciones de la Iglesia y de la Congregación. Experiencias e informaciones relacionadas con la vida del Movimiento, las actividades pastorales y educativas, las iniciativas de promoción y de solidaridad. Atención especial a las familias a través de actividades programadas por el Movimiento. Comunicación 2. Los laicos en el carisma, identidad, participación en la misión y vivencia de la espiritualidad de Nazaret 2.1 Naturaleza Los momentos y la manera de compartir están previstos en la vida de la comunidad religiosa y de cada grupo local, de acuerdo a la realidad. De acuerdo al deseo expreso del Padre Manyanet, las personas que deben formar parte del Movimiento de laicos Nazaret son: Toda persona de cualquier edad, -que tenga uso de razónsea del sexo femenino o masculino, de cualquier estado de vida y condición social, siempre que manifieste su deseo de pertenencia -al Movimiento- y tenga la capacidad de comprometerse con unos vínculos espirituales y apostólicos estables y duraderos... (cf. CSF) La Superiora General es la primera responsable del Movimiento. Es la encargada de promover la vivencia del Carisma de Nazaret y velar para que las líneas comunes, que se comparten sean efectivas para la buena marcha del Movimiento, fomentar el crecimiento personal y grupal de los todos miembros y mantener los vínculos de unidad en relación con la Congregación. Corresponde al Capítulo General, estudiar y aprobar el documento constitutivo del Movimiento, y a la Superiora General, nombrar a una delegada que asuma la coordinación general del Movimiento. La relación entre el Movimiento y el Gobierno General de la Congregación se establece por medio de los presidentes del Movimiento a nivel de las delegaciones y la Delegada de la Superiora General en cada territorio. El Movimiento de Laicos Nazaret es la unión de laicos cristianos que comparten, según su vocación específica, el Carisma, la Espiritualidad y la Misión de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, fundadas por San José Manyanet. 16 21 y jóvenes en las obras apostólicas de la Congregación o sea a través de intervenciones de carácter social, político y económico que tutelen los derechos de la familia misma y promuevan los valores cristianos, en el entorno del trabajo, en la parroquia, en la Asociación de vecinos y en otros ambientes. En todos los ámbitos facilitan las relaciones asertivas y fraternas, la tolerancia a las diferencias culturales, religiosas, ideológicas, sociales y promueven la convivencia humana. Se movilizarán bajo el lema que les exige ser: “una familia para las familias”. 2.3 Comunión entre el Movimiento y la Congregación El espíritu de familia caracteriza la relación entre el Movimiento y la Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. Éste se basa en el diálogo abierto y el afecto recíproco y se expresa en una efectiva colaboración y corresponsabilidad, respecto al carisma, espiritualidad y misión. En palabras de San José Manyanet: “…los que ingresan participan además del inmenso caudal de obras…como miembro de un mismo cuerpo místico” ( … ). Los miembros del Movimiento y la Familia Religiosa comparten: Momentos de “Vida fraterna y oración” En la medida de las posibilidades, con ocasión de las celebraciones propias: 2.2 Identidad La identidad del Movimiento nace del Misterio de Nazaret, dond donde la vida del Hijo de Dios–Jesús– por el milagro de la Encarnación, asumió la condición humana y escogió la vida de familia junto a María y José donde según dice el Evangelio “crecía en estatura, en sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2,40). Este Misterio de la vida oculta de Jesús en Nazaret se hizo don del Espíritu para el Padre Manyanet y allí encontró la fuente inagotable de su carisma. Mediante la contemplación y vivencia del misterio de Nazaret, San José Manyanet, asimiló el estilo de vida propio del hogar de Jesús, Ma- ría y José y se hizo: Hijo para crecer y aprender desde la sencillez de Nazaret. Testigo para contemplar lo que ocurre en el interior de Nazaret. Apóstol para salir y anunciar el Evangelio de la Familia. Los que pertenecen al Movimiento de laicos Nazaret están llamados a realizar el mismo itinerario espiritual y apostólico de San José Manyanet y se comprometen a ser hijos, testigos y apóstoles de la Sagrada Familia de Nazaret. 2.2.1 Contemplar Nazaret. Hacerse hijo de la Sagrada Familia Espiritualidad – Vida de fe Fiesta de la Sagrada Familia Conmemoración de la muerte de M. Cecilia Cros (9 de marzo) Fiesta de San José (19 de marzo. Día del laico Nazaret) Aniversario de la canonización del Padre Fundador (16 de mayo) Aniversario de la Fundación de la Congregación (28 de junio) Conmemoración de la muerte de M. Encarnación Colomina noviembre) Solemnidad de San José Manyanet (16 de diciembre) 20 (27 de Dios manda a su Hijo y lo hace partícipe de la vida norma normal de una familia. f ili Jesús J ú acepta t ser Hij Hijo y llo asume ddesde d lla obedienb d cia al Padre, tomando la naturaleza humana y creciendo gradualmente. Él, asumiendo la vida de familia, no sólo santifica esta realidad, sino que además manifiesta la vida divina, en la comunión trinitaria de “Dios Familia”. Entra a formar parte de la historia humana, de un pueblo con sus costumbres, de una 17 familia marcada por la época y de una cultura que expresa el comportamiento humano y sus diversas manifestaciones. oler, gusta y aprender de la experiencia, porque capta la vida por dentro. El laico que pertenece al Movimiento tiene como referencia la vida de Jesús, María y José en su experiencia de vida familiar y recorre el camino que San José Manyanet dejó trazado como itinerario de crecimiento humano, espiritual y apostólico: Los laicos de Nazaret integran la contemplación del Misterio de Nazaret en la vida cotidiana y se comprometen a: donde se crece y donde se ama y se forja la capacidad para ser una persona libre, responsable, comprometida consigo misma, con el Evangelio de Jesucristo y con la transformación de la sociedad. a. Cultivar y vivir las virtudes de Nazaret, especialmente en el núcleo familiar: oración en familia, diálogo, acogida, comprensión, comunión, respeto, solidaridad y reconciliación. Nazaret “hogar” donde se construyen personas competentes y emprendedoras para realizar los cambios que necesita nuestro mundo. Donde se forma la persona en los auténticos valores humanos y en las virtudes cristianas y se nutre del Evangelio y se entrena en el discernimiento de la voluntad de Dios. b. Trabajar con dignidad para participar en el proyec- to de recrear el mundo al estilo de su Creador y vivir cada día con actitud de gratuidad. Nazaret “escuela” c. Amar la vida, protegerla y hacerla crecer y fructifi- car de un modo sencillo, auténtico, sobrio y transparente. d. Acompañar, orientar y apoyar a todos y cada uno de los miembros de la familia, amigos y personas que necesiten un gesto solidario y acogedor. Nazaret “taller” donde se aprende a transformar, a re- crear y a convertir la vida para el servicio a los demás y donde se abren infi nitas posibilidades para disfrutar el presente e inventar el futuro. 2.2.3 Anunciar Nazaret. Hacerse apóstol de la Sagrada Familia Misión – Vida de trabajo Nazaret “templo” donde se descubre en mundo como ámbito de Dios y la persona se encuentra con consigo misma y con su Creador, donde se vive y se comparte la fe y se aprende a respetar la vida y la creación y donde la contemplación de la Sagrada Familia es parte de la vida cotidiana. 2.2.2 Vivir en Nazaret. Hacerse testigo de la Sagrada Familia Estilo de vida familiar como en Nazaret Ser discípulo es convertirse en testigo, poner todos sus senti sentidos en jjuego para captar Misterio t lla esencia i ddell Mi t i que se esconde d en la vida cotidiana de la Santa Familia y mirar, escuchar, tocar, 18 El Movimiento de laicos Nazaret está llamado hacer visible y a t t li ell Misterio Mi t i de d Nazaret. N t Deben D b hacer h l posible contextualizar lo para que todos conozcan, amen y tengan como referente el modelo de vida familiar que nos propone la Iglesia, al invitarnos a contemplar e imitar a Jesús, María y José, de tal manera que el Mundo llegue a ser, según el proyecto de Dios, una sola Familia. La misión específica y prioritaria de la acción pastoral educativa, social y profesional del Movimiento de laicos Nazaret es “La familia”. Los laicos se dedican especialmente a su formación y promoción sea a través de la pastoral familiar organizada, escuelas de madres y padres, la formación integral de niños 19