Documento Movimiento Laical Nazaret 2013-2019

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1
índice
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35
9. Documentos consultados
San José Manyanet, Obras Selectas, (CSF) BAC.
Jean Landousies, C.M, Los laicos en la Iglesia de hoy, Somos Vicencianos, 2002.
Benjamín Romo, C.M., Religiosos y laicos, una misión común en
la Iglesia y la sociedad, Somos Vicencianos, 2002.
Compañía de Jesús, Colaboración en el corazón de la misión, Congregación General 35, Decreto 6.
Compañía de Jesús, Colaboración con los laicos en la misión, Congregación General 34, Decreto 13.
Hermanos Maristas, Asamblea Internacional de la Misión Marista,
Revista FMS Mensaje nº 38, Junio 2008.
Asociación de Laicos Bonilliani,
(trad.2010)
Estatutos,
Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 43.
Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, cap. IV.
Juan Pablo II, Christi fideles laici, 1998.
Juan Pablo II, Novo millennio ineunte, 2000.
septiembre 2009
1.
Introducción y justificación 5
1.1.
Los laicos en la Iglesia 8
1.2.
El ideal de San José Manyanet 13
2.
Los laicos en el carisma, identidad, participación
en la misión y vivencia de la espiritualidad
de Nazaret 16
2.1.
2.2.
2.3.
Naturaleza 16
Identidad 17
Comunión entre el Movimiento y la Congregación
3.
Destinatarios del movimiento 22
3.1.
3.1.1
3.1.2
3.2
3.3
Tipos de vinculación 22
Asistentes o colaboradores 22
Miembros 22
Proceso de vinculación al Movimiento 23
Compromiso 23
4.
Objetivos del movimiento 23
5.
Estructura del movimiento y funcionamiento
organizativo 24
5.1.
5.1.1
5.1.2
5.1.3
5.2.
5.3.
Organización 24
Organización Local 24
Organización Delegacional 25
Organización Internacional 26
Administración 26
Sedes del movimiento 27
6.
Plan de formación de los miembros del movimiento
6.1.
6.2.
6.3.
6.3.1
6.3.2
6.4.
Objetivo de la formación 27
El proceso formativo 28
Itinerario formativo 28
Formación Inicial 28
Formación Continua 29
Proyecto de vida 29
7.
Fórmula y Logo 30
8.
Experiencia 31
8.1.
8.1.1
8.1.2
8.1.3
8.1.4
Líneas fuerza 32
De formación 32
De acompañamiento
De implicación 33
De expansión 33
9.
34
participación y corresponsabilidad en la vida y misión de la Iglesia
32
Documentos consultados 34
3
20
27
De implicación
Re
la capacidad de respuesta de los laicos, teniendo ppreReconocer
sente que ellos son también protagonistas y no sólo colab
colaboradores en la vivencia y anuncio del carisma y espiritualidad de
Nazaret.
Implicarlos afectiva y efectivamente en la misión eclesial y congregacional. La implicación se logrará en el momento que se les
haga conscientes de su pertenencia activa del carisma y misión,
haciéndoles responsables de la misma.
Invitarles a celebrar las fiestas propias de la Congregación y de
la Iglesia. u proyecto de vida personal y familiar.
De expansión
Pr
Presentarles
Present
tarles
l llaa Sagrada Familia como modelo y referente para
p
sus hogares y animarlos en su compromiso desde su experien
experiencia
como laicos a ser apóstoles de otras familias.
El Movimiento de Laicos Nazaret
se pone bajo la protección de la
Sagrada Familia de Nazaret y de
San José Manyanet. Considera a la
Sagrada Familia como el referente
y modelo a seguir para lograr
la transformación de la familia
y de la sociedad.
4
Compartir la vivencia y testimonio de las virtudes de Nazaret
con coherencia.
Confiarles la difusión del carisma en sus familias como primer
espacio de evangelización y posteriormente en los lugares donde
ellos interactúan.
33
Líneas fuerza
De formación
La religiosa de Nazaret debe convocar a los laicos y junto a ellos:
Participar en su formación como animadores de su proceso de
crecimiento espiritual.
1. introducción y
justificación
Dar a conocer nuestro carisma por medio de: Obras del Padre
Manyanet y otros Documentos de la Congregación, retiros o
convivencias, encuentros mensuales, encuentro anual.
Venid y veréis.
Secuenciar una formación de iniciación cristiana y bíblica según las necesidades de cada grupo.
( Jn. 1, 39)
Redactar un Plan de Formación (grandes líneas o ideas): humano-espiritual-eclesial- moral y del carisma de Nazaret.
Preparar material para que los laicos puedan ejercer una labor
pastoral: catequesis, clases de religión, reflexión, temas de formación familiar.
Facilitar espacios, recursos y presencia para que los laicos desarrollen sus destrezas y habilidades, poniéndolos al servicio de
los demás.
De acompañamiento
Ha rlos
Hacerlos
Hace
l partícipes de nuestra espiritualidad motivándole
motivándoles en
la vivencia de los valores de Nazaret
Nazaret.
Aprender a caminar juntos, reconociendo y respetando las diferencias, estimulando el trabajo que realizan y fortaleciendo lo
que nos une: el seguimiento de Jesús.
Conocer y acompañar en su proyecto de vida personal y familiar.
Motivar que conozcan y vivan su vocación laical y compromiso
profético y misionero.
Ayudarles a llevar a cabo el plan de formación.
32
Es la Palabra que ha iluminado el itinerario de ir
e invitar a los laicos a conocer vivir, amar y anunciar Nazaret.
En el XIX Capítulo General, después de estudiar y reflexionar este desafío, nos comprometimos a iniciar el recorrido y
en el documento elaborado en este acontecimiento afi rmamos:
“Ha llegado la hora de emprender una nueva Evangelización”.
La presencia y misión del laico, como nuevo protagonista en
las fronteras de la historia, es una inquietud sembrada por el
Padre Manyanet, desde el origen de nuestra Congregación.
Es una obligación urgente convocar a todos los laicos consagrados por el bautismo y comprometidos como Iglesia, a la
tarea de evangelizar desde un estilo peculiar, que prolongue
el espíritu de Nazaret y el talante de san José Manyanet en
cuantos sienten la vocación particular de profundizar de este
modo su consagración bautismal.
Es abrir nuevas posibilidades, dejar que entre en nuestra Congregación el aire renovado del Espíritu a través de las personas que quieren convertirse en hijos, testigos y apóstoles de la
Sagrada Familia, Jesús, María y José.
5
El XIX Capítulo General aprobó que durante el sexenio 2001-2007 se continuase estudiando el tema, a fin de encontrar la mejor forma de hacer operativo
este proceso.
En el XX Capítulo General se compartió alguna experiencia y se aprobó el proyecto que presentó como prioridad: “Compartir con los laicos nuestro carisma,
espiritualidad y misión, promover la corresponsabilidad y crear espacios de
formación. Como Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret consideramos nuestro carisma y espiritualidad como dones de la Iglesia que el Espíritu
ha dado para el Pueblo de Dios. Los compartimos especialmente con todos
aquellos que están vinculados a nuestros centros educativos y desean conocerlo y hacerlo vida.”.
El sueño del P. Manyanet era hacer partícipes a los laicos del carisma de Nazaret, mediante una Asociación o Tercera Orden, tal como era la modalidad de
su tiempo.
Conscientes del cambio de época y del recorrido de la experiencia de ocho
años, acordamos consolidar el movimiento laical, que se diferencia de los movimientos anteriores en que no forma parte de la congregación religiosa, sino
que tiene su propia organización. El movimiento invita a un proceso abierto,
amplio, flexible y se adapta a cualquier realidad.
El Movimiento de Laicos Nazaret está formado por personas que se sienten
atraídas por el carisma y la espiritualidad de Nazaret, que comparten la misión, algunos en nuestros Centros educativos y otros en diferentes ambientes
de trabajo, parroquias, etc. El objetivo final es que conozcan, vivan y anuncien
el carisma de Nazaret.
El Movimiento debe implantarse a través de un proceso que se adapte a cada
situación, realidad y contexto. Se deben tomar en cuenta las necesidades del
grupo para establecer el plan de formación, pues algunos necesitan formarse
en iniciación cristiana, mientras que otros en pastoral y/o teología. El carisma
y espiritualidad de Nazaret es el tema que fortalece la identidad y pertenencia
al Movimiento.
La línea azul fuerte nos habla de vivir enraizados en tierra, de tocar
nuestro mundo real y anclarnos en él. Las aspas arañan el cielo y giran
en él. Clavados en tierra, su ambiente es el cielo. Eso es Nazaret. Las aspas pueden también simbolizar la familia de cada laico. Las aspas giran
también abriéndose y expandiéndose. Por una parte, con el Movimiento
Laicos Nazaret nuestro carisma se abre al mundo; por la otra, el mismo
Movimiento ha ido implantándose en distintos países, es abierto y universal. Si nos fijamos en los paisajes donde se ubican los molinos de viento
constatamos dos cosas: suelen ser paisajes áridos y con mucho viento y
nunca hay un molino sólo.
También hoy vivimos la aridez espiritual en nuestro mundo. En ese ambiente está el Laico Nazaret y está llamado a “aprovechar los vendavales”
para transformar el mundo. Pero no puede caminar solo. El camino de
los Laicos Nazaret es un camino de comunidad. En un clima de laicismo
progresivo, la energía eólica – la que aporten los laicos a la Iglesia- es la
gran alternativa. Además es una de las pocas energías que no contamina
y no se extingue.
El viento en el Logo no se ve pero el protagonista del molino es el Viento.
En la Sagrada Familia el gran protagonista oculto fue también el Espíritu
y lo descubrimos en todos los textos. El Laico de hoy en día debe vivir
conducido por el Espíritu.
La línea azul fuerte, que es el poste, es a la vez una L, La L de
Laicos que se enlaza con la N de Nazaret.
El texto:
Al final, el lema: Un carisma para el mundo.
Predominan los colores azules que reflejan el cielo.
8. Experiencia
A lo largo de este sexenio en cada Delegación la evolución y el crecimiento han
sido diferentes:
Después del recorrido realizado por algunas Delegaciones y de analizar las propuestas, inquietudes y sugerencias surgidas en las diferentes Asambleas Territoriales, hemos generado unas líneas fuerza, para los próximos seis años, en
nuestro camino de compartir con los laicos.
6
31
7. Fórmula y logo
7.1
Fórmula de compromiso del laico Nazaret
Trinidad de la tierra, Jesús, María y José:
VENEZUELA: hay grupos y asesores espirituales en todos los centros,
en los cuales los laicos reciben formación sistemática, y están comprometidos en actividades pastorales en los colegios, parroquias y otros
ambientes. Existe la coordinación nacional y coordinadores locales. La
delegación planifica cada año un encuentro a nivel nacional, experiencia
que cohesiona y fortalece el movimiento.
COLOMBIA: Hay grupos y asesores espirituales en todas las obras y hay
Me consagro a Ti para vivir con fidelidad mi consagración bautismal
según el carisma de San José Manyanet. Me comprometo a vivir como
hijo, testigo y apóstol de la Sagrada Familia. Asumo una vida sencilla de
oración, amor y trabajo y la búsqueda continua de la Voluntad de Dios
para que, con la gracia del Espíritu Santo y la ayuda de Jesús, María y
José, consiga la plenitud de la caridad en servicio de la Iglesia.
coordinaciones locales en algunas de ellas (Itagüí, Bogotá, Bello). Cada
uno de los grupos tiene encuentros de formación mensuales y a nivel de
Delegación se han realizado algunos encuentros nacionales.
7.2 Logo
ESPAÑA:
El logo está inspirado en los molinos de viento que producen ener
energía
eólica. Tiene tres aspas que simbolizan a Jesús
eólica
Jesús, María y José que vivieron siempre al aire del Espíritu, lo recogieron en sí y produjeron una
“energía” de la cual hoy aún vivimos. El mundo estaba apagado por el
pecado y su energía nos trajo la Luz.
Hay grupos en cada colegio con una religiosa encargada, excepto en Campo Grande. Tienen encuentros mensuales y un encuentro
nacional anual.
BRASIL:
Se inició la experiencia en el Colegio Santo Domingo Güimar (Tenerife) desde el 2010. La asesora y coordinadora es una religiosa. Tiene un recorrido diferente ya que se trabaja a nivel de profesorado
al que se forma en el carisma y se les prepara para que puedan asumir
cargos directivos. El acento se ha puesto más en la misión compartida,
por eso no se ha constituido el Movimiento laical.
Durante este sexenio en América se han realizado dos encuentros latinoamericanos, uno en Venezuela y otro en Colombia. Los laicos que ya llevan años en el
movimiento solicitan hacer un compromiso público, que no sea consagración.
El XXI Capítulo General ha determinado la fórmula que explicita su compromiso.
Durante estos años se ha vivido la experiencia de hacer realidad el sueño del
Padre Manyanet, y de este proceso de caminar juntos, religiosas y laicos, presentamos una propuesta de organización que conjuntamente hemos acordado
y trabajado, y que han sido estudiados y revisados en las Asambleas Territoriales y ha sido aprobada en el XXI Capítulo General de 2013.
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7
1.1 Los laicos en la Iglesia
6.3.2
Formación continua
participación y corresponsabilidad en la vida y misión de la Iglesia
Ser laico es también una vocación. La vida laical nace, como toda vocala llamada de Dios, que nos ama infi nitamente. Es fruto del bautismo que nos envía a la única misión cristiana:
hacer presente el Reino de Dios en este mundo.
ción cristiana, de la respuesta a
Cristo nos reúne como Pueblo de Dios, iguales en dignidad y diferentes en servicios y estados de vida. “Todos y cada uno de nosotros trabajamos en la única y común viña del Señor con carismas y ministerios
diferentes y complementarios” (Christifideles laici, 55). Somos un pueblo
de hermanos porque somos hijos de un mismo Padre.
Dentro de esta comunión eclesial, el Espíritu hace brotar, entre los laicos, carismas compartidos. El carisma de San José Manyanet se expresa
en diferentes formas de vida, una de las cuales es el movimiento de laicos
de Nazaret.
Dios llama a unos a la vida religiosa, y a otros a la vida laical: dos formas diferentes de vivir una misma fe. Soñamos cada día con un Nazaret
abierto al mundo, que vislumbra los signos de los tiempos y sabe adaptarse a ellos. Soñamos con un Nazaret de todos y para todos. Soñamos con
una mayor comunión de comunidades donde la vocación religiosa y la
vocación laical son regalo de unos para otros y complemento para un
mismo proyecto, que sigue vivo y con fuerza entre nosotros.
Soñamos
con una Congregación que se lanza, con valentía y esperanza, a nuevos
proyectos en favor de los niños, de los jóvenes y de las familias. En una
Iglesia de comunión es importante el reconocimiento de la vocación a la
que Dios llama a cada uno y la complementariedad de vocaciones.
Entre los muchos dones que nos vinieron de la mano del Concilio Vaticano II , uno ha sido subrayar que el carisma del fundador pertenece a
la Iglesia y no solo a sus discípulos religiosos. Por consiguiente, los laicos
plantean hoy un reto a la visión limitada de que nuestro carisma es un
tesoro que pertenece solo a las Misioneras de Nazaret. Cada uno de los
miembros del laicado de Nazaret tiene su historia personal que contar,
8
Los miembros comprometidos se responsabilizan de su au
autofformación
ió y profundización
f di ió de
d los
l contenidos
t id de
d la
l fformación
inicial y de la actualización de conocimientos y experiencias
que favorezcan su crecimiento.
Algunos contenidos:
Estudio y profundización de la Sagrada Escritura.
Documentos de la Iglesia.
Lectura y reflexión de las exhortaciones del Papa.
Conocimiento y reflexión de las directrices emanadas de la
Madre General de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.
Estudio de los documentos emanados de la Conferencia
Episcopal en cada Delegación.
Otros documentos o textos que sugiera el equipo local, delegacional o internacional.
Elaboración del proyecto de vida personal y grupal.
6.4 El proyecto de vida
Es lla
a pri
principal
incipal
i
herramienta para facilitar el proceso formativo. Conti
Contiene
los objetivos que se quieren alcanzar,
alcanzar las actividades que se realizarán
realiza
y los medios adecuados para crecer en espiritualidad, vida de familia y
servicio apostólico.
Cada miembro del Movimiento tendrá su proyecto de vida personal y
lo compartirán con el grupo al cual pertenecen.
El grupo local también elabora su proyecto de vida grupal con la participación de todos y será evaluado semestralmente.
29
6.2 El proceso formativo
El proceso formativo compromete a los miembros del Movimiento
Movimien a
crecer gradual y globalmente en la dimensión humana,
humana cristiana,
cristiana carisca
mática y apostólica.
6.3 El itinerario formativo
El itinerario formativo comprende una formación inicial y una contin
continua.
6.3.1 Formación inicial
La persona que desean formar parte del Movimiento tiene un
período
í d de
d preparación
ió ddurante
t ell cuall se realiza
li ell mutuo
t conocimiento y la cercanía afectiva y efectiva con el Carisma y la
Espiritualidad de Nazaret. Se le acompaña y se le ayuda a discernir la posibilidad de establecer el compromiso con el Carisma y Misión propios de la Congregación.
La duración de esta primera etapa es de tres años y los contenidos formativos son:
La vocación y la misión del Laico en la Iglesia y en el
mundo.
La oración y la lectura orante de la Palabra “Lectio Divina”.
El carisma, espiritualidad y misión de Nazaret como propuesta de vida para el laico.
Historia de la Congregación de las Misioneras Hijas de la
Sagrada Familia de Nazaret, del Padre Fundador San José
Manyanet y de la Cofundadora M. Encarnación Colomina.
El Proyecto del Movimiento de Laicos Nazaret.
28
ha recorrido su propio itinerario de fe y cuenta con una experiencia única
del fundador y de su espiritualidad. Si queremos escuchar esas historias,
conocer esos caminos de fe y llegar a apreciar con más plenitud las muchas experiencias de Nazaret y su espiritualidad que se dan alrededor de
nosotras, hemos de compartir lo que tenemos en común y respetar las
diferencias que hay entre la identidad de una Misionera de Nazaret y la
de un laico del movimiento Nazaret
El carisma del P. Manyanet pertenece a la
Iglesia y no solo a nosotras. Los laicos plantean hoy un reto a la visión limitada de que
nuestro carisma es un tesoro que pertenece
solo a las Misioneras de Nazaret.
La actualización de su vocación en tantas y tan variadas situaciones es
también una forma con la que el Pueblo de Dios sirve al mundo en la
promoción del Reino. Hay signos de que el ministerio laical seguirá expandiéndose en este milenio. Las Misioneras de Nazaret reconocen como
una gracia de nuestro tiempo y una esperanza para el futuro que los
laicos “tomen parte activa, consciente y responsable en la misión de la
Iglesia en este decisivo momento de la historia” (Christifideles laici, 3).
Por este motivo a las Misioneras de Nazaret se nos abrirán oportunidades de participación que irán mucho más allá de nuestra experiencia
actual. Para servir a los laicos en su ministerio deberemos apoyarlos con
creatividad y constancia a medida que vaya creciendo su responsabilidad apostólica dentro de la Iglesia. Esto nos exigirá vivir más plenamente nuestra identidad de mujeres consagradas, según nuestro propio
carisma y misión.
Muchos laicos cristianos reconocen su acción comprometida como un
ministerio para el cual buscan ser formados y enviados, nos unimos a
ellos para servir juntos, aprendiendo unos de otros, respondiendo a las
mutuas preocupaciones e iniciativas y dialogando sobre los objetivos
apostólicos.
9
Como mujeres consagradas llamadas a hacer presente el misterio de Nazaret en el mundo, debemos ayudar a los que lo deseen a reconocer y
discernir las posibilidades apostólicas de su vida y misión.
Compartir el carisma y la misión con los laicos exige formación y renovación en todas las religiosas de Nazaret. Tenemos una responsabilidad
especial, a fin de que como bautizados adquieran una conciencia viva
de la dignidad de su vocación y de las consecuencias que de ello se desprenden en su vida personal y eclesial. Compartir el carisma de la propia
Congregación con los laicos es llevar el Evangelio y el espíritu de Nazaret a través de ellos a muchos rincones de nuestro mundo. Si deseamos que nuestro laicado dé pruebas de madurez y sea consciente de sus
responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad y si queremos ampliar los
horizontes de la evangelización, es necesario dar a los laicos una sólida
formación humana y espiritual.
Esta formación se asume como un reto fundamental para el futuro de
nuestras comunidades y para la misión del laico en nuestras obras y por
ello debe ser objeto de una atención permanente. Tenemos el compromiso de generar un plan de formación para los laicos. Para que la religiosa de Nazaret y el laico de Nazaret cumplan su misión en el mundo, es
necesario que tanto en nuestra formación inicial como en la continua,
sepamos comprender y respetar la vocación de los laicos y apreciar más
la nuestra.
El fortalecimiento del laicado es una gracia
que nos pide una renovación personal, comunitaria e institucional, que puede ayudarnos
tanto a comprender y respetar su propia
vocación, como a apreciar más la nuestra.
Esta emergente “Iglesia del laicado” repercute también en nue
nuestra
misión puesto que, aprender a cooperar con los laicos puede enriquecer
nuestras obras apostólicas y acentuar el carisma de Nazaret. Al hablar de
“nuestro apostolado”, tendremos que ampliar el contenido de la palabra
“nuestro”, ya que incluye también el de los laicos.
10
forme económico anual a la asamblea que corresponda, salvo el tesorero
internacional que lo presentará a la Superiora General.
Los ingresos del Movimiento provienen de:
La colaboración libre de los miembros.
Los ingresos de actividades promocionales.
Donativos de diversos organismos o personas.
5.3 Sedes del Movimiento
Las sedes locales y delegacionales son acordadas entre el Movimien
Movimiento y
la Congregación.
Congregación
La dirección de la sede internacional es Curia General. Via Leone Magno, 25-27. 00167 Roma. Italia.
6. Plan de formación de los miembros del
movimiento
La formación favorece el crecimiento y el desarrollo de los dones humanos
humanos, espirituales
l y profesionales
f
l dde sus miembros
b para que vivan en plenitud
l
d lla vocación y la misión como laicos dentro de la Iglesia y según el Carisma de Nazaret.
6.1
Objetivo de la formación
El Laico Nazaret desea profundizar su vida cristiana, vivir el Evangelio
Evang
de Jesús de Nazaret,
Nazaret a nivel personal,
personal familiar y en el ámbito soci
social y
eclesial al cual pertenece. Para conseguir este objetivo sigue un itinerario formativo que favorece la progresiva asimilación de los contenidos
del Carisma, Espiritualidad y Misión Apostólica propios de la Congregación.
27
Planificar los encuentros delegacionales y participar en la
organización de los encuentros internacionales.
Representar al Movimiento en los congresos, asambleas,
reuniones, bien sea programadas por entes eclesiales o
congregacionales.
Mantener la comunicación entre el Movimiento y la Congregación de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de
Nazaret.
Administrar los fondos del Movimiento.
5.1.3 Organización internacional
El Movimiento está coordinado por un Equipo Internacio
Internacional
tit id por ell presidente
id t dde cada
d Delegación
D l
ió y de
d la
l religioli
constituido
sa delegada general de la Congregación
Las atribuciones del equipo son:
Promover la unidad de las líneas carismáticas.
Coordinar, animar, acompañar y apoyar los encuentros
internacionales.
Favorecer el intercambio cultural.
Sostener proyectos internacionales de promoción humana
y de formación.
Mantener las relaciones, la comunicación y la comunión
con la Congregación.
Reunirse para tratar asuntos relacionados con la vida y la
misión del Movimiento, cuando las circunstancias así lo
requieran.
Compartir el carisma con los laicos es a la vez un elemento de nuestro
modo de proceder y una gracia que pide una renovación personal, comunitaria e institucional. Nos invita a compartir con ellos la misión y
a crear formas de participación. Colaborar en la misión que es realizar
el proyecto de Jesús, significa ser lo suficientemente humildes para saber
retirarse y permitir al laico que colabore con nosotras en puestos de vanguardia en aquellos campos que también son suyos, en nuestras obras,
en la Iglesia y en el mundo. Significa también cambiar actitudes ante el
laicado, rompiendo con una mentalidad tradicionalista y asumir posturas de escucha, diálogo y discernimiento en conjunto. Participar es
vivir en una actitud de apertura para dar y darse, y al mismo tiempo,
recibir y dejarse transformar. Muchos santos y nuestro mismo fundador,
vivieron una profunda evolución en su espiritualidad y carisma desde la
interpelación de Dios, el encuentro con los laicos y los acontecimientos
de su época.
La formación de laicos y religiosas deben ser
objeto de especial atención, así como punto
de partida para el compromiso de generar un
plan de formación, que facilite la cooperación de laicos y Misioneras de Nazaret en el
ejercicio de su misión en el mundo.
Desde nuestras comunidades hoy debemos preguntarnos, ¿cómo se
vive la participación? ¿Cuál es la mentalidad predominante? ¿Cuál
sería el punto de partida en cada Delegación? ¿Qué hace que una
obra sea de Nazaret? ¿Cómo puede ser sostenida por un liderazgo no
religioso? ¿Cuáles son los elementos de la formación? ¿Qué vínculos
nos pueden unir? ¿Queremos todas consolidar este Movimiento con
visión de futuro?
La manera de ayudar a los laicos para que participen activamente en
5.2 Administración
la vida de la Iglesia, según las necesidades es diferente en cada lugar.
La Administración de los fondos del Movimiento la lleva el tesorer
tesorero local, el delegacional y el internacional.
cal
internacional Cada uno deberá presentar un in26
La diversidad de las realidades y de los compromisos deberá ayudar a
cubrir diferentes aspectos de la existencia humana en sus dimensiones
individuales y colectivas.
11
Descubrir la necesidad de ampliar horizontes más allá de nuestra manera habitual de colaboración puede engendrar en nosotras muchos temores, con sus consecuencias, pero ante las exigencias de nuestro mundo, hemos de ser conscientes de que mayor es el riesgo de excluir de
nuestro carisma a quien ya está formando parte de él.
Los laicos descubren en él un campo ilimitado para la apertura del
corazón y del espíritu misionero. Es esencial recordar la llamada uni-
versal a la santidad, dirigida a todos y cada uno de los fieles laicos, pues
esta llamada tiene sus raíces en el bautismo y se refuerza por medio de
los demás sacramentos. Esta vocación de los laicos a la santidad se expresa, de manera especial, a través de su inserción en las realidades
temporales y de su participación en las actividades del mundo. Esto
significa que la vocación cristiana a la santidad está íntimamente unida a
la vocación a la misión.
Es la urgencia de un compromiso común con los hombres de buena voluntad .
Los laicos se encuentran en el corazón de las sociedades
pluralistas, donde se expresan una multitud de distintas corrientes que
tienen que afrontar directamente en su vida de familia, de vecindario, de
trabajo, de ocio. Ahí es donde, de múltiples maneras, viven su compromiso apostólico, por tanto, es necesario abrirlos a todos estos campos
religiosos o culturales que es preciso que conozcan.
Como conclusión retomamos un pasaje de la carta apostólica dirigida a
toda la Iglesia por Juan Pablo II, al final del gran Jubileo del año 2000:
“Nuestro paso al principio de este nuevo siglo debe hacerse más ágil al
recorrer los senderos del mundo. Los caminos por los que avanza cada
uno de nosotros y cada una de nuestras Iglesias son muchos, pero no
El animador, el secretario y el tesorero, son nombrados por un
mínimo del 51% de los miembros en una primera convocatoria.
En caso de que no exista quórum se realizará la elección en una
segunda reunión, con la mayoría de votos de los asistentes. La
duración de los cargos será de un año, con derecho a ser reelegidos hasta por dos años.
Compete a este equipo:
Integrar laicos en el Movimiento según su solicitud y perfil.
Fomentar y coordinar la participación de los laicos para
planificar, ejecutar y evaluar la programación de la formación.
Animar la proyección del Carisma en la misión apostólica para llegar a todas las personas con nuevos lenguajes de
evangelización.
Administrar los fondos del grupo local.
5.1.2 Organización Delegacional
En cada Delegación el Movimiento está coordinado por un
equipo
i delegacional
d l
i l formado
f
d por un presidente,
id t un secretario
t
y un tesorero, nombrados por una comisión de la Delegación,
por un período de tres años, pudiendo ser reelegidos. La Delegada forma parte de pleno derecho del equipo delegacional.
Agradecidas de que muchos, inspirados como nosotras en el carisma de
La comisión de la delegación será integrada al menos por tres
representantes de cada obra de la delegación. Las reuniones de
la comisión delegacional serán válidas independientemente del
número de obras representadas y del número de asistentes. Por
tanto no habrá en ningún caso segundas convocatorias.
nuestro sentido de misión en la formación de familias cristianas y
Las atribuciones del equipo delegacional son:
hay distancia entre quienes están unidos por la única comunión, la
comunión que cada día se nutre de la mesa del Pan eucarístico y de
la Palabra de la vida (Novo millenio ineunte, 58).
San José Manyanet, hayan elegido trabajar con nosotras y compartir
nuestra pasión por la educación de los niños y jóvenes, deseamos que
nuestro espíritu de familia se abra a nuevos horizontes, con la esperanza
de hacer crecer el carisma y llevar efectivamente un Nazaret a cada hogar.
12
Verificar la realización de los objetivos del Movimiento.
Promover iniciativas generales para la formación, el desarrollo y el buen funcionamiento del Movimiento.
25
5. Estructura del movimiento y funcionamiento
organizativo
La organización del Movimiento está orientada a garantizar la identidad,
identidad la
vocación,
ó la
l pertenencia y lla misión
ó dde cada
d miembro.
b Q
Quiere hhacer propicia
la realización de los objetivos del mismo, velar por los procesos formativos y
procurar el crecimiento de la corresponsabilidad, de la interdependencia y de
la complementariedad entre la Congregación y los laicos Nazaret en el mundo.
El Movimiento está constituido por laicos que eligen vivir su propia vocación
cristiana católica laical según el carisma de San José Manyanet y de acuerdo
con las líneas comunes que comparte con la Congregación.
Para realizar los objetivos propuestos de conocer, amar, vivir y anunciar Nazaret, tiene como herramientas principales:
El Proyecto de vida personal, de familia, de grupo (ver n° 6.4).
Encuentros formativos sistemáticos y periódicos.
Misión apostólica de acuerdo a las posibilidades de cada miembro.
Asambleas a fin de proyectar, organizar, planificar y evaluar.
5.1
Organización
El Movimiento se organiza a nivel local, delegacional e internacional
internacional.
5.1.1
Organización local
Cada grupo está coordinado por un equipo local constitu
constituido
por un animador, un secretario, y un tesorero, asesorados espiritualmente por una religiosa de la Congregación.
24
1.2 El ideal de San José Manyanet
Es urgente, hoy más que nunca, que todos los cristianos vuelvan a emprender el camino de la renovación
evangélica, acogiendo generosamente la invitación
del apóstol a ser “santos en toda la conducta”
(1P 1,15; Christi fideles laici)
San José Manyanet, fiel a la llamada de Dios y a las necesidades de su
tiempo, abarca en una sola mirada la fundación de sus dos Congregaciones Religiosas, los Hijos de la Sagrada Familia Jesús, María y José, en
el año 1864 y las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, en
el 1874, pero su visión va más allá y se proyecta en la fundación de una
asociación de laicos .
En sus escritos recogemos claramente la idea de la Asociación de los Laicos, organizados como “Los Camareros y las Camareras de la Sagrada
Familia”, con el fin de prolongar su carisma, y propagar el conocimiento,
amor y devoción a la Sagrada Familia a todas las familias del mundo. El
Padre Manyanet expresa con claridad su pensamiento:
Toda persona que desee llevar una vida religiosa y
no pueda o no tenga fuerzas suficientes para ligarse
con el vínculo de los santos votos en el Instituto de la
Sagrada Familia puede ingresar en la Tercera Orden
del mismo Instituto, en la cual se lleva una vida arreglada y muy conforme a los preceptos de Jesucristo y
de su santa Iglesia...
(CSF)
13
Para hacer realidad el sueño de San José Manyanet de compartir con los
laicos el carisma recibido intentamos contextualizar su ideal, convencidas de que su papel en el mundo se hace insustituible y que sin su participación activa y operante no podrán realizarse las grandes transformaciones que el mundo necesita y reconociendo a los laicos que forman parte
activa en nuestras obras apostólicas, que han manifestado, expresamente, sentirse llamados a vivir el carisma de San José Manyanet. Queremos
dar otro paso en la organización de los laicos Nazaret.
Los laicos, en cuanto consagrados a Cristo y ungidos
por el Espíritu Santo, son admirablemente llamados
y dotados, para que en ellos se produzcan siempre los
frutos del Espíritu.
(LG 34)
Concilio
Vaticano
II,
A partir
ti ddell C
ili V
ti
II los
l laicos
l i aparecen como protagonistas
t
it
de una misión eclesial activa. “…Incorporados a Cristo por el bautismo,
integrados al pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función
sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la
misión de todo el Pueblo cristiano en la parte que les corresponde” (LG 31).
Evangelizar es ante todo, “dar testimonio de una manera sencilla y directa del Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo” (EN.
26) Esta misión es para toda la Iglesia, para los cristianos implicados y
comprometidos, que desde las exigencias de la consagración bautismal,
desde la vocación específica y la ocupación profesional intentan dar una
respuesta coherente con el Evangelio de Jesucristo en todos los campos
del apostolado (Apostolicam actuaositatem 9-14).
Vivir la vocación laical en la Iglesia es un compromiso ineludible. Vivir la
vocación laical desde un carisma es una llamada particular que convoca
para dar una respuesta personal desde la vocación cristiana, movidos por
14
3.2
Proceso de vinculación al Movimiento
El interesado, ya sea asistente, colaborador o miembro solicita al equipo
local el ingreso al Movimiento o la aceptación en otra función de vinculación como miembro.
El equipo local estudia la solicitud de acuerdo al perfil de Movimiento y
del interesado, y en un lapso de tiempo no mayor de 15 días, notifica su
decisión a éste por escrito.
3.3
Compromiso
El miembro del Movimiento laical deberá manifestar su deseo de comprometerse expresamente con el Carisma y Misión de Nazaret una vez
finalizada la etapa de formación inicial, o cuando se sienta preparado,
previa aceptación de su solicitud por parte del equipo local.
El compromiso se puede renovar cada año, en la Fiesta de San José, el 19
de Marzo.
4. Objetivos del movimiento
El fin del Movimiento de laicos Nazaret es favorecer el crecimiento de la ppersona y lla madurez
d
de
d su vocación
ió cristiana
i i
para que pueda
d ser en ell mundo,
según su propio estado de vida, constructora de una sociedad nueva y establecer vínculos con parroquias, diócesis y otros movimientos laicales a fin de
conocer y participar en proyectos y planes pastorales de la Iglesia, de acuerdo
a la Espiritualidad de Nazaret y al ideal de San José Manyanet: “Hacer de cada
hogar un Nazaret”.
23
3. Destinatarios del movimiento
Las personas que quieren vivir el carisma y la espiritualidad de Nazaret pue
pueden
participar integrándose al MOVIMIENTO DE LAICOS NAZARET por dos
vías distintas:
3.1 Tipos de vinculación
Asistentes o colaboradores
Son las personas que concurren y participan espontáneamente en
las actividades del Movimiento o de las obras apostólicas de la Congregación.
Miembros
Los asistentes que expresamente manifiestan su deseo de comprometerse con la vivencia del Carisma de Nazaret. Pueden ser:
Personas que
están vinculadas a las obras de la Congregación y comparten el
carisma y la misión con las religiosas durante su permanencia
en los Centros.
Identificados con el carisma y la misión:
Comprometidos: Son las personas que se han sentido llama-
das a seguir a Jesucristo en el misterio de Nazaret, desde su vocación laical y, mediante un compromiso expreso, deciden integrarse al proyecto de conocer, amar, vivir y anunciar Nazaret.
Corresponde a estos miembros:
Participar en la formación continua, tanto a nivel personal como de grupo.
Compartir con las religiosas el carisma y la misión en las
obras de la Congregación.
Ejercer su apostolado en parroquias, en sus lugares de trabajo, en obras sociales y asociaciones.
Proponer a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo
para todas las familias.
22
un carisma específico, nacido en el seno de la Iglesia, para la Iglesia y para
el mundo.
En nuestro caso es el carisma del Padre Manyanet quien convoca de una
manera particular a quienes se sienten llamados a vivir su vocación cristiana inspirados/as por su mismo estilo de vida, “como en Nazaret”.
El carisma de San José Manyanet se resume en este aspecto de la vida de
Jesucristo: “Seguir y anunciar a Cristo en su misterio de Nazaret”. Y lo
singular de este carisma es la contemplación y vivencia de la Sagrada Familia: Jesús, María y Jose. Esto define nuestra identidad, espiritualidad,
estilo de vida y misión.
Quienes queremos hacer nuestro camino de vida cristiana guiados/as
por el carisma de San José Manyanet, estamos “Llamadas a vivir según
el espíritu de la Sagrada Familia” y esta espiritualidad de Nazaret, para
San José Manyanet tiene una dimensión trinitaria: “La Trinidad del cielo: Padre, Hijo y Espíritu Santo y la trinidad de la tierra: Jesús, María y
José”.
Las actitudes que caracterizan nuestra espiritualidad son: “La actitud de
fe, la piedad filial y la sumisión a la voluntad del Padre” (Const. nº 4).
Nuestro estilo de vida está marcado por un modelo familiar cuyo referente es el hogar de Nazaret. “Nuestra vida de familia está basada en el
amor, la humildad, la sencillez, el trabajo y la alegría” (Const. nº 4).
El gran desafío es mantener el sello de nuestra identidad que nos compromete a volver con frecuencia nuestra mirada a Nazaret, a poner en
práctica las virtudes de la Sagrada Familia y dedicar especial atención a
las familias, hasta lograr actualizar el ideal de: “hacer de cada hogar un
Nazaret”.
La contemplación de la Sagrada Familia y la transformación de la familia
y de la sociedad es el gran desafío de las dos Congregaciones por San
José Manyanet. Su visión se concreta en “formar familias cristianas al
estilo de Nazaret, principalmente, por medio de la educación de los niños
y jóvenes” (Const. nº 7).
15
San José Manyanet considera la escuela católica, como la mejor plataforma de evangelización de la persona y de transformación de la sociedad,
y a esto dedicó toda su vida: Llevar el Evangelio de Nazaret, a través de la
educación, a todas las familias de la tierra.
En otras momentos, situaciones difíciles en la vida del Movimiento o de
la Congregación:
Experiencias de formación.
La misión apostólica en las obras de la Congregación.
sobre todo cuanto concierne a la fidelidad al
carisma, a los signos de los tiempos y a las orientaciones de la
Iglesia y de la Congregación.
Experiencias e informaciones relacionadas con la vida del Movimiento, las actividades pastorales y educativas, las iniciativas
de promoción y de solidaridad.
Atención especial a las familias a través de actividades programadas por el Movimiento.
Comunicación
2. Los laicos en el carisma, identidad,
participación en la misión y vivencia
de la espiritualidad de Nazaret
2.1
Naturaleza
Los momentos y la manera de compartir están previstos en la vida de la
comunidad religiosa y de cada grupo local, de acuerdo a la realidad.
De acuerdo al deseo expreso del Padre Manyanet, las personas que deben formar parte del Movimiento de laicos Nazaret son:
Toda persona de cualquier edad, -que tenga uso de razónsea del sexo femenino o masculino, de cualquier estado de
vida y condición social, siempre que manifieste su deseo
de pertenencia -al Movimiento- y tenga la capacidad de
comprometerse con unos vínculos espirituales y apostólicos estables y duraderos...
(cf. CSF)
La Superiora General es la primera responsable del Movimiento. Es la
encargada de promover la vivencia del Carisma de Nazaret y velar para
que las líneas comunes, que se comparten sean efectivas para la buena
marcha del Movimiento, fomentar el crecimiento personal y grupal de
los todos miembros y mantener los vínculos de unidad en relación con
la Congregación.
Corresponde al Capítulo General, estudiar y aprobar el documento
constitutivo del Movimiento, y a la Superiora General, nombrar a una
delegada que asuma la coordinación general del Movimiento.
La relación entre el Movimiento y el Gobierno General de la Congregación se establece por medio de los presidentes del Movimiento a nivel de
las delegaciones y la Delegada de la Superiora General en cada territorio.
El Movimiento de Laicos Nazaret es la unión de laicos cristianos que
comparten, según su vocación específica, el Carisma, la Espiritualidad
y la Misión de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret,
fundadas por San José Manyanet.
16
21
y jóvenes en las obras apostólicas de la Congregación o sea a
través de intervenciones de carácter social, político y económico que tutelen los derechos de la familia misma y promuevan
los valores cristianos, en el entorno del trabajo, en la parroquia,
en la Asociación de vecinos y en otros ambientes. En todos los
ámbitos facilitan las relaciones asertivas y fraternas, la tolerancia a las diferencias culturales, religiosas, ideológicas, sociales y
promueven la convivencia humana. Se movilizarán bajo el lema
que les exige ser: “una familia para las familias”.
2.3 Comunión entre el Movimiento y la Congregación
El espíritu de familia caracteriza la relación entre el Movimiento y la
Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret. Éste se basa en el diálogo abierto y el afecto recíproco y se expresa
en una efectiva colaboración y corresponsabilidad, respecto al carisma,
espiritualidad y misión. En palabras de San José Manyanet: “…los que
ingresan participan además del inmenso caudal de obras…como miembro de un mismo cuerpo místico” ( … ).
Los miembros del Movimiento y la Familia Religiosa comparten:
Momentos de “Vida fraterna y oración”
En la medida de las posibilidades, con ocasión de las celebraciones
propias:
2.2
Identidad
La identidad del Movimiento nace del Misterio de Nazaret, dond
donde la
vida del Hijo de Dios–Jesús– por el milagro de la Encarnación, asumió
la condición humana y escogió la vida de familia junto a María y José
donde según dice el Evangelio “crecía en estatura, en sabiduría y gracia
delante de Dios y de los hombres” (Lc 2,40).
Este Misterio de la vida oculta de Jesús en Nazaret se hizo don del Espíritu para el Padre Manyanet y allí encontró la fuente inagotable de su
carisma.
Mediante la contemplación y vivencia del misterio de Nazaret, San
José Manyanet, asimiló el estilo de vida propio del hogar de Jesús, Ma-
ría y José y se hizo:
Hijo para crecer y aprender desde la sencillez de Nazaret.
Testigo para contemplar lo que ocurre en el interior de Nazaret.
Apóstol para salir y anunciar el Evangelio de la Familia.
Los que pertenecen al Movimiento de laicos Nazaret están llamados a
realizar el mismo itinerario espiritual y apostólico de San José Manyanet
y se comprometen a ser hijos, testigos y apóstoles de la Sagrada Familia
de Nazaret.
2.2.1 Contemplar Nazaret. Hacerse hijo de la Sagrada Familia
Espiritualidad – Vida de fe
Fiesta de la Sagrada Familia
Conmemoración de la muerte de M. Cecilia Cros (9 de marzo)
Fiesta de San José (19 de marzo. Día del laico Nazaret)
Aniversario de la canonización del Padre Fundador (16 de mayo)
Aniversario de la Fundación de la Congregación (28 de junio)
Conmemoración de la muerte de M. Encarnación Colomina
noviembre)
Solemnidad de San José Manyanet (16 de diciembre)
20
(27 de
Dios manda a su Hijo y lo hace partícipe de la vida norma
normal de
una familia.
f ili Jesús
J ú acepta
t ser Hij
Hijo y llo asume ddesde
d lla obedienb d
cia al Padre, tomando la naturaleza humana y creciendo gradualmente. Él, asumiendo la vida de familia, no sólo santifica
esta realidad, sino que además manifiesta la vida divina, en la
comunión trinitaria de “Dios Familia”. Entra a formar parte de
la historia humana, de un pueblo con sus costumbres, de una
17
familia marcada por la época y de una cultura que expresa el
comportamiento humano y sus diversas manifestaciones.
oler, gusta y aprender de la experiencia, porque capta la vida
por dentro.
El laico que pertenece al Movimiento tiene como referencia la
vida de Jesús, María y José en su experiencia de vida familiar y
recorre el camino que San José Manyanet dejó trazado como
itinerario de crecimiento humano, espiritual y apostólico:
Los laicos de Nazaret integran la contemplación del Misterio
de Nazaret en la vida cotidiana y se comprometen a:
donde se crece y donde se ama y se
forja la capacidad para ser una persona libre, responsable, comprometida consigo misma, con el Evangelio
de Jesucristo y con la transformación de la sociedad.
a. Cultivar y vivir las virtudes de Nazaret, especialmente en el núcleo familiar: oración en familia, diálogo, acogida, comprensión, comunión, respeto, solidaridad y reconciliación.
Nazaret “hogar”
donde se construyen personas
competentes y emprendedoras para realizar los cambios que necesita nuestro mundo. Donde se forma la
persona en los auténticos valores humanos y en las virtudes cristianas y se nutre del Evangelio y se entrena en
el discernimiento de la voluntad de Dios.
b. Trabajar con dignidad para participar en el proyec-
to de recrear el mundo al estilo de su Creador y vivir
cada día con actitud de gratuidad.
Nazaret “escuela”
c. Amar la vida, protegerla y hacerla crecer y fructifi-
car de un modo sencillo, auténtico, sobrio y transparente.
d. Acompañar, orientar y apoyar a todos y cada uno
de los miembros de la familia, amigos y personas que
necesiten un gesto solidario y acogedor.
Nazaret “taller” donde se aprende a transformar, a re-
crear y a convertir la vida para el servicio a los demás y
donde se abren infi nitas posibilidades para disfrutar el
presente e inventar el futuro.
2.2.3
Anunciar Nazaret. Hacerse apóstol de la Sagrada Familia
Misión – Vida de trabajo
Nazaret “templo” donde se descubre en mundo como
ámbito de Dios y la persona se encuentra con consigo
misma y con su Creador, donde se vive y se comparte la
fe y se aprende a respetar la vida y la creación y donde
la contemplación de la Sagrada Familia es parte de la
vida cotidiana.
2.2.2
Vivir en Nazaret. Hacerse testigo de la Sagrada Familia
Estilo de vida familiar como en Nazaret
Ser discípulo es convertirse en testigo, poner todos sus senti
sentidos
en jjuego para captar
Misterio
t lla esencia
i ddell Mi
t i que se esconde
d en
la vida cotidiana de la Santa Familia y mirar, escuchar, tocar,
18
El Movimiento de laicos Nazaret está llamado hacer visible y a
t t li ell Misterio
Mi t i de
d Nazaret.
N
t Deben
D b hacer
h
l posible
contextualizar
lo
para que todos conozcan, amen y tengan como referente el
modelo de vida familiar que nos propone la Iglesia, al invitarnos
a contemplar e imitar a Jesús, María y José, de tal manera que
el Mundo llegue a ser, según el proyecto de Dios, una sola
Familia.
La misión específica y prioritaria de la acción pastoral educativa, social y profesional del Movimiento de laicos Nazaret es
“La familia”. Los laicos se dedican especialmente a su formación y promoción sea a través de la pastoral familiar organizada, escuelas de madres y padres, la formación integral de niños
19
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