Comer mejor para rendir más

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Comer mejor para rendir más
El País, 17/07/93
LUCÍA ARGOS
Desde que Felipe el Hermoso murió nada más tomar un vaso de agua cuando estaba sudando, el
gesto quedó proscrito. Y nada más lejos de la realidad, dicen los especialistas en nutrición. -Hay que
beber, antes, durante y después de ejercicio físico. Los deportistas, hasta cinco litros diarios, que se
reducen a dos para el resto de los mortales. Un reciente curso celebrado en la Universidad de Alcalá
ha puesto de relieve los grandes errores que planean sobre la dieta y el deporte.
Según el estado actual de la investigación, los profesionales del deporte deben ingerir diariamente más cantidad de líquidos, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que el resto de las
personas. Y, sin embargo, no lo hacen. Estudios llevados a cabo en el departamento de nutrición de
la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense han demostrado que "el nivel calórico de los
deportistas españoles estudiados era el mismo que el de una persona sedentaria", explica la
especialista Marcela González Gross. Sólo el 17% de los deportistas analizados bebía agua durante
los entrenamientos, dice Rosa María Ortega, del mismo departamento.
Ambas acaban de participar en el curso Mitos y realidades en la alimentación del deportista,
celebrado los primeros días de julio en la Universidad de Alcalá de Henares. "Los deportistas son un
colectivo un poco olvidado. Resulta paradójico que se gasten millones de pesetas en cuidarles y se
olvide el punto de vista nutricional. Siguen las dietas que les ponen sus entrenadores, un poco
guiados por la experiencia, pero sería bueno que hubiera un experto para que explotara los conocimientos científicos que ya hay sobre el tema", indica Rosa María Ortega.
La realidad es que las personas que ejercen profesionalmente un deporte están alimentándose
igual que los demás, pero sometiéndose a una actividad extenuante, según las doctoras. Por
ejemplo, toman igual cantidad de grasa que de hidratos de carbono, explican, y eso repercute
después en que padezcan calambres o en su capacidad de recuperación tras el ejercicio. "Es muy
poco frecuente que se les haga un estudio sobre su estado nutritivo. El único a que se les somete es
el de detección de anemia, y hay que tener en cuenta que cuando existe alguna deficiencia en
vitaminas o minerales se produce un deterioro funcional y un menor rendimiento físico". Los propios
deportistas a veces ni se lo plantean.
En opinión de Marcela González, "se preocupan más los que hacen deportes individuales, pero
cuando se trata de equipos se reparte más la responsabilidad. Al ser más jugadores hay una mayor
relajación".
Gimnasia y halterofilia
Los deportes que suponen un mayor riesgo son aquellos que se deben combinar con dietas
hipocalóricas, como el es el caso de los gimnastas o de los que practican halterofilia. "Un problema
muy frecuente", subraya Rosa María Ortega, "es la desmineralización de las niñas que practican
gimnasia y que padecen amenorreas (ausencia de regla) a causa del estrés o los entrenamientos
exhaustivos. Si esto se combina con una dieta pobre en calorías, el riesgo es muy alto. Deben tomar
mucho calcio", añade, "porque en algunos casos hemos visto que su masa ósea está en el mismo
peligro que la de una mujer de 50 o 60 años".
El mismo problema afecta a las bailarinas, añaden las especialistas, y a las atletas de resistencia, "que muchas veces están encubriendo una anorexia". A veces los practicantes son sus peores
aliados. "Muchos deportistas están anteponiendo el rendimiento a la salud".
"El agua no engorda", insisten una y otra vez las especialistas en nutrición. Y los hidratos de
carbono que proceden del pan, la pasta o el arroz engordan lo mismo que las comidas proteicas. El
agua es la regla de oro para todo deportista. "No hay que esperar a tener sed para beber. Tener sed
significa que el cuerpo ya ha perdido medio litro de agua. Hay que hacerlo constantemente. Por
ejemplo, un jugador de fútbol puede perder hasta tres kilos de peso en un partido, y la mayor parte de
ello es agua necesaria. Este estado de deshidratación hay que recuperarlo inmediatamente. Con sólo
un 2% de deshidratación, el rendimiento baja en picado", asegura Marcela González.
Los errores descritos son todavía más acusados en los que practican ejercicio esporádicamente, "aquellos que creen que por pegarse una paliza un día ya son deportistas". Para remate,
suelen irse a tomar cervezas con los amigos después del ejercicio o del partido, y con ello no sólo
deshacen todo lo hecho, sino que además dejan que el alcohol produzca sus efectos perjudiciales en
un cuerpo deshidratado.
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