• Este es uno de los muchos testimonios que recibimos, fruto del oír los mensajes de la Palabra de Dios por medio de nuestro sitio en Internet. www.iglesiadelinternet.com Este es uno de los muchos testimonios que recibimos, fruto del oír de la Palabra de Dios durante la “Escuela de sanidad”. “Puedo dormir como una marmota” Apreciado pastor Erich Engler: ¡Al Señor sea todo el agradecimiento por la maravillosa sanidad que me permitió experimentar! En la reunión del mes de febrero, cuando oraste por los enfermos, yo me encontraba entre los que necesitaban oración. Desde hacia bastante tiempo, yo venía sufriendo de insomnio, hasta llegar al punto en que esto se empezaba a poner cada vez peor. Había noches en que yo no dormía absolutamente nada. Mi cuerpo reaccionaba con signos de extremo agotamiento y dado a que en el último tiempo tenía mucho trabajo, la situación se tornaba realmente problemática. A pesar de ello, yo sabía en lo profundo de mi corazón, que no debía ingerir ningún tipo de medicamento, sea que este fuera de origen homeopático o de cualquier otra índole, sino creer y confiar solamente en el Señor. La tentación de ingerir medicamentos para solucionar este problema siempre estaba presente, también luego que, una amable compañera de trabajo, me regalara para navidad unas gotas de un médico naturalista, las cuales arrojé al bote de la basura. Siempre venía a mi mente la historia de la mujer enferma de flujo de sangre desde hacía 12 años quien había sufrido mucho de muchos médicos, gastado todo lo que tenía y nada le había aprovechado. Sería lo mismo si hoy en día dijéramos que había llevado su dinero a los médicos de todo tipo sin resultado alguno. Al final de todos sus sufrimientos ella sabía que uno sólo era el que la podía ayudar y ¡ese era Jesús! Ella fue inmediatamente, tocó el borde de su manto y fue instantáneamente curada. Aunque en mi caso, llevó un poco más de tiempo, yo siempre tuve la completa seguridad que sólo Jesús podía curarme y no algún tipo de medicamento. Después de la oración en el mes de febrero, me mantuve firme confesando que Él me había sanado y no dejé nunca de agradecerle por ello. ¡Ahora estoy curada, y puedo dormir como una marmota! Me siento llena de energía otra vez. ¡Aleluya! ¡Estoy llena de agradecimiento! Soy consciente que hay personas que deben acudir al médico en una situación semejante, sólo que yo tuve la seguridad que ese no era el camino para mí. M. A. (S) Si Usted también ha sido bendecido, le animamos a compartir su testimonio para que a su vez miles de personas sean beneficiados. Los Testimonios se publican de manera anónima. Le animamos a escribirnos, nuestra dirección de contacto es: [email protected] www.iglesia-del-internet.com