estatutos de los arciprestazgos de la diócesis de asidonia

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ESTATUTOS
DE LOS
ARCIPRESTAZGOS
DE LA DIÓCESIS
DE ASIDONIA-JEREZ
Asidonia-Jerez
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ÍNDICE
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Edita: Boletín Oficial del Obispado de Asidonia-Jerez
Dirección Postal: Casa de la Iglesia. C/. Eguiluz, 8 - 11402 Jerez
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Depósito Legal: CA 408/01
DECRETO de 31 de Julio de 2001 por el que se aprueban los
ESTATUTOS DE LOS ARCIPRESTAZGOS DE LA DIÓCESIS
DE ASIDONIA-JEREZ …………………………………………………………
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INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………….
7
TÍTULO I: EL ARCIPRESTAZGO.
Art. 1 - Concepto.......................................................................
Art. 2 - Fines.............................................................................
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TÍTULO II: EL ARCIPRESTE Y EL SECRETARIO DEL ARCIPRESTAZGO
Art. 3 - Naturaleza...................................................................
Art. 4 - Nombramiento del Arcipreste....................................
Art. 5 - Elección de los candidatos..........................................
Art. 6 - Toma de posesión del Arcipreste................................
Art. 7 - Duración del mandato del Arcipreste........................
Art. 8 - Sustitución y cese........................................................
Art. 9 - Misión del Arcipreste. Deberes y derechos................
Art. 10 - El Secretario del Arciprestazgo................................
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TÍTULO III: EL EQUIPO SACERDOTAL ARCIPRESTAL
Art. 11 - Naturaleza del Equipo Sacerdotal...........................
Art. 12 - Misión del Equipo Sacerdotal Arciprestal...............
Art. 13 - Reuniones del Equipo Sacerdotal Arciprestal.........
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TÍTULO IV: CONSEJO ARCIPRESTAL DE PASTORAL
Art. 14 - Naturaleza.................................................................
Art. 15 - Miembros...................................................................
Art. 16 - Misión del Consejo Arciprestal de Pastoral.............
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DISPOSICIONES FINALES.......................................................................
APÉNDICE...................................................................................................
SIGLAS.........................................................................................................
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JUAN DEL RÍO MARTÍN,
POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA,
OBISPO DE ASIDONIA - JEREZ
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toda la comunidad cristiana de Jerez, de modo que presbíteros, diáconos,
religiosos y laicos encuentren en él un cauce de encuentro y comunión, un
instrumento eficaz para ejercer la corresponsabilidad y una plataforma
adecuada para programar y realizar las adecuadas acciones misioneras.
Por todo ello,
DECRETO
A lo largo de su historia, la Iglesia ha acudido a la antigua y venerable institución arciprestal, en sus distintos intentos históricos para
revitalizar su acción pastoral. Nacida en el s. IV, cuando el cristianismo
deja de ser un fenómeno urbano y minoritario para alcanzar a masas de
población alejadas de la sede episcopal, su consolidación e importancia,
como instancia intermedia para hacer más eficaz la función pastoral del
Obispo y asegurar la necesaria unidad, corre pareja a la multiplicación
de las parroquias.
Tanto Trento como el Código de Derecho Canónico promulgado en
1917 abordaron la institución del Arciprestazgo, en el deseo de aumentar
la calidad de la cura pastoral, desde una perspectiva básicamente clerical.
Partiendo de la renovación eclesiológica operada por el Concilio
Vaticano II y recogiendo las indicaciones tanto del decreto conciliar
Christus Dominus como del motu propio Ecclesiae Sanctae, el Código de
Derecho Canónico, promulgado por Juan Pablo II en 1983, define el
Arciprestazgo como grupo peculiar que reúne a varias parroquias cercanas para facilitar la cura pastoral mediante una actividad común (cf.
C.374 §2), poniendo el acento en la unión de las comunidades parroquiales, de manera que la figura del Arcipreste, más que como instancia
intermedia entre los párrocos y el Obispo, se contemple como impulsor y
coordinador de la actividad pastoral común y como ayuda para los párrocos y demás sacerdotes del distrito arciprestal.
En la Iglesia particular de Asidonia - Jerez la institución arciprestal ha sido una pieza clave durante sus primeros veinte años de existencia. En estos momentos, en que de algún modo se abre una nueva etapa
en nuestro esfuerzo evangelizador, queremos que el Arciprestazgo asuma
una función importante en la vertebración del presbiterio diocesano y de
APROBAMOS y mandamos editar estos nuevos ESTATUTOS DE
LOS ARCIPRESTAZGOS DE LA DIÓCESIS DE ASIDONIA - JEREZ,
los cuales configurarán nuestro derecho particular sobre la institución
arciprestal y entrarán en vigor el próximo 23 de septiembre.
Asimismo, CONVOCAMOS para el próximo mes de octubre elecciones para la designación de los candidatos a arciprestes, las cuales se
desarrollarán siguiendo las disposiciones de los ya vigentes nuevos
Estatutos de los Arciprestazgos.
Y para que así conste lo sello y firmo en Jerez de la Frontera, a
treinta y uno de julio de dos mil uno, festividad de San Ignacio de Loyola.
+Juan del Río Martín
Obispo de Asidonia-Jerez
Doy fe,
Francisco Fuego Luza
Secretario General - Canciller
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"Los espacios de comunión han de ser cultivados y ampliados
día a día, a todos los niveles, en el entramado de la vida de cada
Iglesia" (NMI 45)
1.- El arciprestazgo, en cuanto institución eclesial, encuentra su
fundamento inmediato en el misterio de la Iglesia, del cual deriva su propia existencia como instrumento de comunión eclesial y de unidad pastoral. Este misterio de la Iglesia, por su parte, fluye del Misterio fontal por
antonomasia, el de la Santísima Trinidad, ya que la Iglesia es expresión
del amor desbordante de Dios, que se autocomunica a los hombres por
medio de Jesucristo en la fuerza del Espíritu Santo (cf. LG 2-4)
2.- Este origen trinitario de la Iglesia marca tanto su naturaleza
como su misión. La Iglesia es, por naturaleza, comunión, participación en
la comunión divina. Así, la misión de la Iglesia es continuación de la
misión salvifica de Dios: "Donde están los tres, a saber el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo, allí está la Iglesia que es el cuerpo de los tres"
(Tertuliano, De Bapt. 6).
INTRODUCCIÓN
3.- De acuerdo con el plan divino de la salvación que se funda en el
misterio de la Encarnación, la Iglesia es, al mismo tiempo que realidad
sobrenatural, criatura verdaderamente humana y, por tanto, temporal e
histórica. Por ello, las imágenes que mejor expresan su naturaleza se
refieren, tanto a su componente humano-histórico (pueblo, cuerpo, templo, reino), como a su origen divino y su fin escatológico (cf. LG 6). La
Iglesia es el Pueblo de Dios (cf. LG 9), el Cuerpo de Cristo, el Templo del
Espíritu (cf. LG 4,7 y 9), germen o anticipo del Reino de Dios (cf. LG 5).
4.- La Iglesia es Pueblo de Dios, nuevo Israel que, convocado por
Dios y sellado por la Nueva Alianza realizada en Jesucristo, peregrina
por este mundo impulsada por el Espíritu Santo en la espera de la plenitud definitiva. La Iglesia es Cuerpo de Cristo, su Cabeza de quien recibe la vida de la gracia, que se comunica a cada uno de sus miembros a
través de los sacramentos. La Iglesia es Templo del Espíritu Santo que,
recibido de Cristo, habita en ella guiándola, unificándola, gobernándola
y renovándola en su peregrinar hacia la patria celeste. La Iglesia es germen del Reino de Dios; su misión es dilatar más y más este Reino en la
tierra hasta el fin de los tiempos (LG 9).
5.- La comunión intratrinitaria funda, por tanto, la comunión eclesial, que se realiza, a su vez, a diversos niveles: comunión sacramental
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(eucarística), en la fe (símbolo), jerárquica (colegialidad), ecuménica
(comunión incompleta) o escatológica (comunión de los santos). La Iglesia
universal, por otra parte, se asienta en la comunión de las Iglesias particulares en sí mismas y entre ellas.
"... se configura como comunión orgánica, análoga a la de un cuerpo vivo y operante. En efecto, está caracterizada por la simultánea
presencia de la diversidad y la complementariedad de las vocaciones y condiciones de vida, de los ministerios, de los carismas y de
las responsabilidades" (ChL 20).
6.- Esta comunión eclesial no se identifica, por tanto, con una mezcla amorfa e indiferenciada, sino en la corresponsabilidad y participación
de los distintos ministerios y estructuras eclesiales:
" La comunión ha de ser patente en las relaciones entre Obispos,
presbíteros y diáconos, entre Pastores y todo el Pueblo de Dios,
entre clero y religiosos, entre asociaciones y movimientos eclesiales.
Para ello se deben valorar cada vez más los organismos de participación previstos por el Derecho Canónico" (NMI 45)
7.- Entre estas instituciones eclesiales, verdaderos "ámbitos e instrumentos de comunión" (cf. NMI, 44), debe señalarse el papel del arciprestazgo, lugar donde los pastores de un territorio común construyen la
unidad de la acción pastoral supraparroquial (cf. ChD 30), no sólo para
aumentar la eficacia de ésta, sino, sobre todo, como expresión privilegiada de la comunión eclesial intradiocesana.
8.- El origen histórico del arciprestazgo hay que situarlo en la difusión masiva del cristianismo durante el siglo IV, cuando éste deja de ser un
fenómeno urbano y minoritario para alcanzar a las masas de población
fuera de las ciudades, lejos de la sede del Obispo. Esta nueva situación obligaría a algunos de los sacerdotes a desplazarse cerca de las nuevas comunidades cristianas, creándose así presbiterios rurales presididos, en nombre del Obispo, por uno de ellos, llamado Arcipreste o vicario, antes incluso del nacimiento de la parroquia como referencia territorial universal.
9.-A medida que se multiplican las parroquias, el arciprestazgo se
afianza como unidad territorial y el Arcipreste como autoridad intermedia
entre el Obispo y los párrocos de un determinado territorio donde ejerce
una función de inspección, presidencia e incluso de carácter judicial. En
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cualquier caso, es en el Concilio de Trento cuando aparece por vez primera
un derecho propio del Arcipreste, sobre todo en lo referente a la vigilancia
en el cumplimiento de normas para el clero (residencia, predicación, catequesis, formación, etc), así como sobre las visitas a las parroquias dando
cuenta al Obispo. Esta legislación cristalizará canónicamente, en lo básico,
en el estatuto del Arcipreste del Código de 1917 (cf. cc. 445-450)
10.- El Vaticano II aborda el tema del arciprestazgo en el decreto
"Christus Dominus" (n. 30) sobre el deber pastoral de los obispos en la
Iglesia, presentando a los Arciprestes como aquellos sacerdotes colaboradores cercanos del Obispo que ejercen un cargo supraparroquial en un
determinado territorio con un doble objetivo pastoral: la unidad y la eficacia. Los documentos posteriores, como el Motu proprio de Pablo VI
"Ecclesiae Sanctae", o el Directorio General de los Obispos "Ecclesiae
Imago", presentan la figura del Arcipreste como colaborador próximo del
Obispo, investido de facultades para el trabajo pastoral común, constituido para un tiempo determinado y asesor a la hora del traslado de
sacerdotes de su territorio. De esta forma, si desde Trento el acento se
había puesto en el aspecto canónico de la institución arciprestal (organismo intermedio entre la parroquia y la diócesis con una función de vigilancia legal), el Concilio Vaticano II, sin olvidar este elemento, hace hincapié en la acción pastoral (signo e instrumento de comunión eclesial así
como de unidad y eficacia pastoral adaptadas a un territorio concreto).
11.- El Código de Derecho Canónico promulgado en 1983 recoge esta
doctrina y normativa en los cánones 553-555, desde una visión mucho más
integradora y pastoral de la que se desprendía del Código anterior. A la
dimensión meramente administrativa y de vigilancia se insertan elementos como la coordinación de la acción pastoral, el fomento de la formación
intelectual y espiritual a los sacerdotes, o el cultivo de la fraternidad presbiteral a los que se refiere fundamentalmente el canon 555§2.
12.- Tomando como referencia todas estas indicaciones doctrinales,
pastorales y normativas, debe quedar claro que el arciprestazgo no pretende suplantar las funciones propias ni de la diócesis, ni de la parroquia, y sí constituirse en instrumento de integración y conjunción de
fuerzas a nivel supraparroquial, con el fin de promover y canalizar las
acciones pastorales de la Iglesia Diocesana. Los presentes estatutos pretenden ser un medio de ayuda adaptado a la propia realidad diocesana,
con el fin de que nuestros arciprestazgos sean verdaderos instrumentos
de comunión eclesial y de misión evangelizadora.
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TÍTULO I: EL ARCIPRESTAZGO
Art. 1 Concepto
1.- El arciprestazgo es una agrupación de parroquias cercanas por
sus límites geográficos y por su finalidad pastoral específica. La unidad
territorial y de acción pastoral es, por tanto, lo que determina su existencia.
2.- Los arciprestazgos estarán constituidos por las parroquias que
determine el decreto de constitución de los mismos. En él se integran el
Arcipreste, los párrocos, vicarios parroquiales, sacerdotes colaboradores
de las respectivas parroquias, miembros de institutos de vida consagrada, asociaciones, movimientos apostólicos, cristianos comprometidos y
demás fieles que residen y ejercen su apostolado dentro de los límites del
propio arciprestazgo.
Art. 2 Fines
1.- El arciprestazgo es instrumento de comunión y cauce de participación y corresponsabilidad entre los distintos estados y carismas, personas e instituciones que viven en un determinado territorio. Esta
corresponsabilidad ha de ser vivida en plena comunión con el Obispo y se
orienta a la misión evangelizadora de la Iglesia diocesana. De aquí derivan sus fines fundamentales:
a.- Ser instrumento de comunión, tanto entre las parroquias que
integran el arciprestazgo, como entre éstas y los órganos de
gobierno diocesanos, en todos aquellos intereses pastorales y
administrativos comunes al conjunto de parroquias, respetando, no obstante, la autonomía y competencia propia de los
párrocos a tenor del derecho vigente.
b.- Unificar, dentro de lo posible, la acción pastoral entre las parroquias, de acuerdo siempre con los planes pastorales diocesanos,
y teniendo en cuenta las características peculiares de cada arciprestazgo.
c.- Ejecutar las normas y directrices dictadas por el Obispo, tanto
generales como particulares, para el arciprestazgo.
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d.- Reflexionar y evaluar la situación social y religiosa en el territorio del arciprestazgo, sus problemas y necesidades, coordinando y comunicando dicha información con los responsables
de la pastoral diocesana.
e.- Posibilitar la utilización conjunta de bienes y servicios pastorales diocesanos y compartir, siempre que sea posible, los propios
de cada parroquia en vistas del bien pastoral común.
f.- Facilitar y programar encuentros periódicos entre los sacerdotes que integren el arciprestazgo, con el objetivo de intensificar
la fraternidad sacerdotal a través de la oración común, del diálogo y de la puesta en común de las diversas experiencias e iniciativas pastorales.
g.- Ser lugar de encuentro de los diversos institutos, asociaciones,
movimientos y cristianos comprometidos que trabajan en las
parroquias, para facilitar así la inserción en la acción pastoral
diocesana, respetando y coordinando los diversos carismas y
ministerios propios.
h.- Crear comisiones y responsables de actividades que superen la
capacidad operativa de la parroquia, o exija una determinada
especialización (Cáritas, catequesis, cursillos de preparación
sacramental).
i.- Coordinar la pastoral arciprestal con las comunidades de vida
consagrada ubicadas en el arciprestazgo y cuya tarea pastoral
pueda complementar a las parroquiales.
2.- Las directrices aprobadas por los distintos órganos arciprestales
para su acción pastoral conjunta no son normas de derecho particular
sino orientaciones pastorales que han de ser asumidas con responsabilidad, como un compromiso aceptado conjuntamente, signo eficaz de unidad pastoral, aunque respetando siempre la autonomía de cada parroquia, unidad primera de la acción pastoral de la Diócesis.
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TÍTULO II:
EL ARCIPRESTE Y EL SECRETARIO DEL ARCIPRESTAZGO.
Art. 3 Naturaleza
El Arcipreste, llamado también vicario foráneo o decano, es el sacerdote que, considerado idóneo según las circunstancias de tiempo y lugar,
está puesto al frente del arciprestazgo para fomentar la fraternidad y
coordinar la acción pastoral común (cf. C.I.C., cc. 553§1 y 554§1).
Puede ser Arcipreste cualquier sacerdote, diocesano o religioso, que ejerza su ministerio en el territorio arciprestal. Es recomendable que el
Arcipreste sea un sacerdote que lleve ordenado más de cinco años y que
goce de prestigio ante el pueblo y el clero por su doctrina, prudencia, piedad y actividad apostólica.
Art. 4 Nombramiento del Arcipreste
El Arcipreste es nombrado por el Obispo diocesano tras escuchar a
los sacerdotes que ejercen su ministerio en el arciprestazgo del que se
trata (cf. C.I.C., c. 553§2), quienes deben presentar dos candidatos elegidos libremente entre ellos.
Art. 5 Elección de los candidatos
1.- Ante el cese o sustitución del Arcipreste, los sacerdotes que forman el arciprestazgo, convocados y presididos por el Arcipreste cesante
o, en su defecto, por el Secretario del arciprestazgo, elegirán dos candidatos que serán presentados al Obispo para su posible nombramiento.
En cualquier caso, esta votación tiene carácter consultivo dado que es
potestad exclusiva del Obispo el nombramiento del Arcipreste.
2.- La elección de los candidatos se realiza por votación libre, directa y secreta entre los sacerdotes que forman el arciprestazgo. Se precisa
quorum de participación de dos tercios de los sacerdotes miembros y
mayoría absoluta en cuanto al resultado del sufragio. Si ésta última no
se produce en la primera votación, la segunda se realizará entre los tres
más votados, saliendo elegidos los dos candidatos, que más votos obtengan. En caso de empate, quedará elegido el sacerdote de mayor antigüedad en ordenación.
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3.- El Secretario del arciprestazgo, que regula la votación, proclamará a los candidatos, que serán presentados al Obispo diocesano por el
Arcipreste cesante o, en su defecto, por el Secretario.
2.- Procurar que se asuman en el arciprestazgo las líneas de acción
pastoral diocesana, adaptadas al territorio y circunstancias, y en espíritu de plena comunión eclesial.
4.- Si alguno de los presentes tuviera alguna dificultad para aceptar la elección deberá comunicarlo antes de la votación.
3.- Impulsar la unidad de acción pastoral en el arciprestazgo, velando para que se cumplan los acuerdos tomados.
Art. 6 Toma de posesión del Arcipreste
4.- Convocar, presidir y moderar las reuniones arciprestales de pastoral, de acuerdo con las normas propias y generales.
El Arcipreste tomará posesión en una reunión ordinaria o extraordinaria del Equipo Sacerdotal del Arciprestazgo, mediante la lectura del
decreto de nombramiento.
5.- Presentar todos los años al Obispo la programación pastoral del
Arciprestazgo al comienzo del curso y una memoria al final.
Art. 7 Duración del mandato del Arcipreste
- Respecto al Equipo Sacerdotal
El nombramiento será por cuatro años, pudiendo renovarse hasta
dos veces este mandato (cf. C.I.C., c. 554§2).
1.- Promover la unión y cooperación de los sacerdotes del arciprestazgo, procurando la fraternidad sacerdotal y una verdadera corresponsabilidad por encima de la diversidad de edades, mentalidades, temperamentos o planteamientos pastorales.
Art. 8 Sustitución y cese
1.- El Arcipreste cesará en su cargo por fallecimiento, incapacidad,
cumplimiento de su mandato, traslado a un oficio eclesiástico de otro
territorio arciprestal, remoción o renuncia aceptada por el Obispo (cf.
C.I.C., c 554§3).
2.- En cualquier caso, el Obispo podrá nombrar nuevo Arcipreste
según lo establecido en los arts. 4 y 5
3.- Durante el tiempo que transcurre desde el cese hasta el nuevo
nombramiento, el Secretario del arciprestazgo desempeñará las funciones del Arcipreste.
2.- Procurar que los sacerdotes vivan conforme a su estado cumpliendo sus deberes propios.
3.- Ofrecer los medios espirituales adecuados a todos los sacerdotes
del arciprestazgo, especialmente a los más necesitados, así como velar
por su formación permanente informándoles y procurando su asistencia
a conferencias, reuniones teológicas, etc...
4.- Preocuparse de la ayuda material y espiritual a los sacerdotes
enfermos y de que se celebre dignamente el funeral de los fallecidos.
Art. 9 Misión del Arcipreste. Deberes y derechos (cf. C.I.C., c 555)
5.- Convocar, presidir y moderar las reuniones del Equipo
Sacerdotal Arciprestal.
- Respecto a la pastoral arciprestal
- Respecto a las Parroquias
1.- Facilitar la participación de los sacerdotes, diáconos, religiosos,
religiosas y laicos en la acción pastoral conjunta, respetando los carismas
de cada uno, animando y estimulando a los diversos agentes pastorales.
1.- Procurar el debido cumplimiento de las prescripciones litúrgicas,
especialmente en lo referente a la celebración eucarística y a la custodia
del Santísimo Sacramento, así como velar por el decoro y dignidad de los
templos, objetos y ornamentos sagrados.
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2.- Distribuir los óleos sagrados a las parroquias, renovándolos cada
año y procurando su debida conservación.
3.- Participar en el Sínodo Diocesano en el que serán convocados
como miembros sinodales (cf. CIC, c. 463).
3.- Velar por el cuidado y administración de los bienes eclesiásticos,
ayudar a los párrocos en la custodia de los objetos de valor histórico,
artístico o documental, procurando que los inventarios e inscripciones en
los Registros se encuentren actualizados.
4.- Estar en contacto con los Vicarios Episcopales informándoles de
los asuntos que les conciernan.
4.- Cuidar que se entreguen al Obispado las colectas diocesanas y se
envíen al mismo los presupuestos y balances anuales.
1.- Informar al Obispo de todo lo correspondiente a su arciprestazgo que precise su conocimiento y atención, especialmente en lo referente
a los sacerdotes (problemas graves, fallecimiento, etc).
5.- Procurar que se conserven los libros parroquiales, custodiando
asimismo los documentos y objetos parroquiales ante el fallecimiento del
párroco.
6.- En caso de cese del párroco, y de no haber vicario parroquial,
asumir provisionalmente la parroquia como administrador parroquial
con los derechos y deberes propios, comunicándolo al Obispo y al Vicario
General para que se provea cuanto antes. Goza de jurisdicción plena en
caso de ausuencia imprevista del párroco.
7.- Asistir a la toma de posesión de cada nuevo párroco.
8.- Informar a la comisión diocesana correspondiente de todo lo referente a enajenaciones, arrendamientos, adquisición de bienes o realización de obras en su distrito arciprestal.
9.- Visitar, previo aviso, las parroquias de su distrito arciprestal, al
menos una vez al año, como expresión de fraternidad presbiteral, pero
también para alentar el trabajo pastoral, recoger datos útiles y animar la
labor apostólica de sacerdotes y fieles. Así mismo , revisar los libros
parroquiales, firmándolos y refrendándolos con el sello arciprestal.
- Respecto al Obispo
2.- Para ello, tratar regularmente con el Obispo en la frecuencia que
éste determine y siempre que lo solicite en su nombre o en calidad del
cargo de Arcipreste.
3.- Acompañar al Obispo en la Visita Pastoral al arciprestazgo allí
donde y cuando éste reclame su presencia.
Art. 10 El Secretario del arciprestazgo
1.- Será elegido por los sacerdotes del arciprestazgo según el canon
119 del actual Código de Derecho Canónico.
2.- Podrá ser elegido cualquier clérigo que resida y desarrolle su
misión pastoral en el territorio arciprestal.
3.- Su misión será levantar acta de cada reunión, enviando copia a
cada uno de los miembros, y una vez aprobada por los componentes del
arciprestazgo, se le enviará al Obispo. Así mismo remitirá el orden del
día, materiales, informaciones o notificaciones con antelación suficiente
a cada uno de los miembros. Archivar todo el material del curso arciprestal de cara a las memorias o evaluaciones posteriores.
- Respecto a los organismo diocesanos
1.- Conocer, informar y promover las orientaciones generales de la
pastoral diocesana, coordinando las parroquias del arciprestazgo con las
diversas delegaciones y secretariados.
2.- Potenciar la comunión efectiva del arciprestazgo con la diócesis.
4.- Suplirá al Arcipreste cuando, por enfermedad o ausencia, no
pueda estar presente en las reuniones arciprestales.
5.- Cesará en su cargo en el momento de tomar posesión el nuevo
Arcipreste, debiéndose proceder a su reelección o a la elección de otro.
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TÍTULO III:
EL EQUIPO SACERDOTAL ARCIPRESTAL
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ral de conjunto. A la hora de programar deben atender a la programación
pastoral diocesana. Esta actividad pastoral debe tener en cuenta, además de a los sacerdotes y diáconos, a los religiosos, religiosas y laicos.
Art. 11 Naturaleza del Equipo Sacerdotal
Art. 13 Reuniones del Equipo Sacerdotal Arciprestal
1.- Está formado por todos los sacerdotes que desempeñan una función pastoral en el territorio del arciprestazgo por nombramiento del
Obispo.
2.- Asimismo pueden ser invitados los sacerdotes jubilados, religiosos no sacerdotes y diáconos que prestan algún servicio en el territorio
arciprestal que podrán asistir y participar aunque sin derecho a elegir o
ser elegido Arcipreste.
Art. 12 Misión del Equipo Sacerdotal Arciprestal
El Equipo Sacerdotal Arciprestal, célula del presbiterio diocesano
en un territorio concreto, tiene tres misiones fundamentales:
- Fraternidad sacerdotal (cf. PO 8)
1.- Favorecer la comunicación de gracias, bienes, cualidades, proyectos e ideas, mediante la oración en común, el mutuo conocimiento y el
encuentro frecuente y gozoso.
2.- Profundizar en la acogida mutua desde maneras de ser y pensar
diferentes, así como desde diversas tareas y planteamientos pastorales.
3.- Proveer ayuda mutua tanto material como espiritual y ministerial, especialmente hacia aquellos sacerdotes que más lo necesiten por
edad, enfermedad, soledad, dificultades pastorales, etc.
- Formación permanente (cf. PDV 70-72)
El Equipo Sacerdotal Arciprestal promoverá la formación como
expresión y exigencia del sacerdote a su ministerio, que encuentra en la
caridad pastoral su fundamento. Dicha formación será integral en cuanto debe incluir múltiples dimensiones (intelectual, espiritual, humana,
pastoral y comunitaria) y permanente, porque abarca todas las etapas de
la vida del sacerdote.
- Pastoral Arciprestal
El Equipo Sacerdotal estará atento a las necesidades evangelizadoras de
las parroquias que forman el arciprestazgo, integrándolas en una pasto-
1.- Las reuniones periódicas del Equipo Sacerdotal Arciprestal constituyen el instrumento más cercano e inmediato de comunicación entre
las parroquias del arciprestazgo, de elaboración de una acción pastoral
conjunta y de consolidación de una verdadera fraternidad sacerdotal.
2.- La asistencia de los sacerdotes a estas reuniones periódicas es de
gran importancia por lo que la ausencia, siempre por causa grave, deberá ser comunicada al Arcipreste que posteriormente informará al ausente de lo tratado.
3.- El Equipo Sacerdotal confeccionará, de común acuerdo y al principio de cada curso, el calendario de reuniones, procurando facilitar la
máxima asistencia de los miembros.
4.- La periodicidad de las reuniones corresponderá decidirla al
Equipo Sacerdotal, pero es recomendable que sea al menos mensual. En
ningún caso podrá haber menos de un encuentro trimestral.
5.- El contenido de las reuniones dependerá de las circunstancias y
momento de cada arciprestazgo, pero deberá incluir siempre estos cuatro
puntos: oración-reflexión, estudio-formación teológica, revisión-planificación pastoral, convivencia fraterna.
6.-En las reuniones del Equipo Sacerdotal Arciprestal la función del
Secretario es la de levantar acta de ellas, y la del Arcipreste convocarlas,
presidirlas y moderarlas.
TÍTULO IV:
CONSEJO ARCIPRESTAL DE PASTORAL
Art. 14 Naturaleza
1.- El arciprestazgo, además de equipo sacerdotal, es comunidad
eclesial en la que se incluyen párrocos, diáconos, religiosos, laicos, aso-
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ciaciones, comunidades y movimientos. Es, por tanto, ámbito de expresión de la corresponsabilidad pastoral de la que habla el Concilio
Vaticano II (cf. ChL 28).
3.- Elaborar un Proyecto Pastoral Arciprestal, partiendo del
Programa Pastoral Diocesano y favoreciendo la comunión interdiocesana.
2.- El Consejo Arciprestal de Pastoral es un órgano permanente,
colegiado y de carácter consultivo, que incluye representantes de todas
las parroquias, así como de las asociaciones, congregaciones, movimientos o comunidades existentes en el arciprestazgo. El número de los miembros dependerá de las características de cada arciprestazgo según lo establezcan sus propios acuerdos, pero debe ser suficiente para que se vean
representadas todas las instituciones eclesiales, y no excesivo para
garantizar su eficacia y operatividad pastoral.
4.- Colaborar con las distintas delegaciones y secretariados diocesanos, así como servir de cauce de comunicación entre éstas y las diversas
realidades e instituciones eclesiales presentes en el arciprestazgo.
3.- La periodicidad de sus reuniones dependerá de cada caso, siendo recomendable un mínimo de un encuentro semestral. El calendario de
éstas deberá quedar fijado al principio del curso, buscando facilitar el
máximo de asistencia tanto de los sacerdotes, como de religiosos y laicos.
4.- Las reuniones estarán presididas y moderadas por el Arcipreste,
actuando como secretario el del arciprestazgo.
5.- Cada Consejo elaborará un reglamento de funcionamiento interno (periodicidad de las reuniones, elecciones y votaciones, duración y cese
de los cargos). Este reglamento deberá ser aprobado por el Obispo, provisional o definitivamente.
Art. 15 Miembros
Formarán el Consejo Arciprestal de Pastoral todos los sacerdotes
con cargo pastoral en el arciprestazgo, una representación de cada comunidad religiosa presente en él, uno o dos seglares representantes del
Consejo Pastoral de cada una de las parroquias.
Art. 16 Misión del Consejo Arciprestal de Pastoral
1.- Estudiar la realidad social y eclesial del Arciprestazgo, buscando una respuesta pastoral común desde el diálogo mutuo y la comunicación recíproca de ideas y proyectos.
2.- Facilitar el encuentro y el conocimiento mutuo entre las parroquias, comunidades y movimientos, promoviendo las tareas conjuntas y
el enriquecimiento recíproco.
DISPOSICIONES FINALES
Primera: Los presentes Estatutos se promulgan "ad experimentum" por un periodo de cuatro años.
Segunda: Estos Estatutos, una vez promulgados por el Obispo,
abrogan las anteriores disposiciones de derecho particular diocesano
sobre los Arciprestazgos y Arciprestes.
APÉNDICE
Constitución "Christus Dominus" del Concilio Vaticano II (1964)
"En el ejercicio de la cura de almas, los párrocos con sus colaboradores, de tal manera han de ejercer su función de enseñar, santificar y gobernar, que los fieles y las comunidades parroquiales se sientan verdaderamente miembros, tanto de la diócesis como de toda la Iglesia universal. Por
eso han de colaborar con las otras parroquias y con los sacerdotes que ejercen su función pastoral en el territorio (como son, por ejemplo, los arciprestes o decanos) o dedicados a obras de carácter supraparroquial, para
que la pastoral en la diócesis no carezca de unidad y sea más eficaz" (n. 30).
Motu proprio "Ecclesiae Sanctae" de Pablo VI (1971)
"Entre los más próximos colaboradores del Obispo diocesano se
encuentran aquellos sacerdotes que ejercen un oficio pastoral de índole
supraparroquial, entre los que deben recordarse los vicarios foráneos,
que también se conocen con el nombre de arciprestes o decanos y entre
los orientales protopresbíteros. Nómbrense para el ejercicio de este cargo
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a los sacerdotes más sobresalientes en doctrina y celo apostólico, para
que, investidos por el Obispo de las debidas facultades, puedan promover
adecuadamente y dirigir el trabajo pastoral común en el territorio a ellos
encomendado. Por esta causa, dicho oficio, no está adscrito a una determinada sede parroquial.
Los vicarios foráneos, arciprestes o decanos, deben estar constituidos para un plazo determinado por un derecho especial; de tal forma, sin
embargo, que puedan ser removidos a voluntad del Obispo diocesano.
Conviene, sin embargo, que el Obispo diocesano los escuche siempre que
se trate del nombramiento, traslado o remoción de los párrocos que viven
en el territorio a ellos encomendado" (n. 19,1).
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c. 554 1.- Para el oficio de arcipreste, que no está ligado con el de párroco de una determinada parroquia, el Obispo ha de elegir a aquel sacerdote a quien considere idóneo según las circunstancias de lugar y de
tiempo.
2.- El arcipreste debe nombrarse para un tiempo determinado, que
se concretará en el derecho particular.
3.- Según su prudente arbitrio, el Obispo diocesano puede con causa
justa remover libremente de su oficio a un arcipreste.
c. 555 1.- Además de las facultades que se le atribuyan legítimamente
por derecho particular, al arcipreste tiene el deber y el derecho:
Directorio Pastoral de los Obispos "Ecclesiae Imago" (1973)
"Tengan los Obispos en gran estima los arciprestazgos ya que pueden ayudar mucho a la pastoral orgánica y son instrumentos indispensables para la aplicación en la diócesis de los principios de subsidiariedad y de una justa distribución de los ministerios" (n. 184)
"Los demás párrocos del arciprestazgo, con la ayuda del arcipreste,
forman entre sí como una célula del presbiterio diocesano, en donde, de
modo adecuado, se coordina también el apostolado específico de los religiosos, religiosas y los laicos que trabajan en el arciprestazgo, de manera que
la acción pastoral se incremente y aparezca más organizada" (n. 185).
Código de Derecho Canónico (1983)
c. 374 "2. Para facilitar la cura pastoral mediante una actividad común,
varias parroquias cercanas entre sí pueden unirse en grupos peculiares
como son los arciprestazgos."
c. 553 "1. El arcipreste, llamado también vicario foráneo, decano o de
otro modo, es un sacerdote a quien se pone al frente de un arciprestazgo.
2. A no ser que el derecho particular establezca otra cosa, el arcipreste es nombrado por el Obispo diocesano, después de oír, según su
prudente juicio, a los sacerdotes que ejercen el ministerio en el arciprestazgo del que se trata.
_ De fomentar y coordinar la actividad pastoral común en el arciprestazgo.
_ De cuidar de que los clérigos de su distrito vivan de modo conforme a su estado, y cumplan diligentemente sus deberes.
_ De procurar que las funciones religiosas se celebren según las prescripciones de la sagrada liturgia; se cuide diligentemente el decoro
y esplendor de las iglesias y de los objetos y ornamentos sagrados,
sobre todo en la celebración eucarística y en la custodia del
Santísimo Sacramento; se cumplimenten y guarden convenientemente los libros parroquiales; se administren con diligencia los bienes eclesiásticos; y se conserve la casa parroquial con la debida diligencia.
2.- En el arciprestazgo que se le encomienda, el arcipreste:
_ Procure que los clérigos, según las prescripciones de derecho particular y en los momentos que éste determine, asistan a las conferencias, reuniones teológicas o coloquios, de acuerdo con la norma
del can. 279§2.
_ Cuide de que no falten a los presbíteros de su distrito los medios
espirituales, y sea especialmente solícito con aquellos que se hallen
en circunstancias difíciles o se vean agobiados por problemas.
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_ Cuide el arcipreste de que los párrocos de su distrito que sepa que
se encuentran gravemente enfermos no carezcan de auxilios espirituales y materiales, y de que se celebre dignamente el funeral de
los que se fallezcan; y provea también para que cuando enfermen o
mueran, no perezcan o se quiten de su sitio los libros, documentos,
objetos y ornamentos sagrados u otras cosas pertenecientes a la
Iglesia.
_ El arcipreste tiene el deber de visitar las parroquias de su distrito,
según haya determinado el Obispo diocesano.
SIGLAS
Documentos del Concilio Vaticano II
- LG:
- DV:
- ChD:
- PO:
Lumen Gentium (Constitución dogmática sobre la Iglesia).
Dei Verbum (Constitución dogmática sobre la divina revelación).
Christus Dominus (Decreto sobre el oficio pastoral de los
Obispos).
Presbyterorum Ordinis (Decreto sobre el ministerio y vida de
los presbíteros).
Otros documentos.
- CIC:
- ChL:
- ES:
- EI:
- PDV:
- NMI:
Código de Derecho Canónico, 1983.
Christifideles Laici (Exhortación apostólica postsinodal de
Juan Pablo II, sobre la vocación y misión de los laicos en la
Iglesia y en el mundo, 1988).
Ecclesiae Sanctae (Motu proprio de Pablo VI, 1966).
Ecclesiae Imago (Directorio sobre el Ministerio Pastoral de los
Obispos, 1973).
Pastores Dabo Vobis (Exhortación apostólica postsinodal de
Juan Pablo II, sobre la formación de los sacerdotes en la
situación actual, 1992).
Novo Millennio Ineunte (Carta apostólica de Juan Pablo II al
concluir el gran Jubileo del año 2000, 2001).
Separata Nº. 2 del Boletín Oficial del Obispado de Asidonia - Jerez.
23 de Septiembre de 2001.
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