Tejemos la compasión y la reconciliación en solidaridad global

Anuncio
CENTRO ESPIRITUAL Y CAPITULO CONGREGATIONAL 2009
Tejemos la compasión y la reconciliación en solidaridad
global
“Tan sólo que practiques la justicia, que amar con ternura y te portes humildemente con tu Dios.” (Mi 6:8)
Reconciliación
La Reconciliación no es una palabra es mucho más: Una Espiritualidad, una
actitud de vida…una manera de vivir la palabra de Dios.
Por vocación nosotras religiosas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor
somos llamadas a vivir la Reconciliación y trasmitirla; quién nos enseña a nosotras a
tejer el manto de la Reconciliación de una manera práctica exigente y radical…
María Eufrasia, que vivió más de 20 años en situación de contradicción…lo sabemos
ahora por sus cartas, por los testimonios…
Nos permite este tiempo retomar en nuestras manos la Biblia, documentos de
Iglesia, la Vida de María Eufrasia, nuestras Constituciones que no
han
pasado…iremos paso a paso en ésta reflexión de mirarnos y mirar éste tesoro que la
Iglesia nos ha confiado: “La Iglesia nos confía una participación en su misión de
reconciliación. Esto exige que seamos conscientes de nuestra necesidad
personal de continua conversión…” Const. 4.
Por nuestro compromiso en el seguimiento de Cristo, todas somos embajadoras de
Reconciliación es como la gracia y la vida, una corriente que transforma a sus
beneficiarios, impulsándolos a obrar por ella y a trasmitirla. Al hacerlo pueden
comprender cada vez mejor lo que significa la reconciliación, la inmensidad del
amor que está en el origen de la iniciativa de Dios.
La palabra Reconciliación toca lo más sensible de nuestro llamado y de nuestra
misión, Contemplativa y Apostólica, es un compromiso que exige respuestas claras
y posturas de riesgos en un mundo que también habla de reconciliación pero lejos
de la Reconciliación Evangélica que sólo es posible cuando hay amor. Juntas…
ahora … iniciamos el recorrido bíblico… sabemos desde ya, que la iniciativa es de
Dios… que va tejiendo la Historia…Comenzamos… Examinemos juntas esta historia
bíblica, a fin de descubrir los valores que encierra su mensaje:
José y sus hermanos Gn. 45,1-8 la Reconciliación entre hermanos.
El hijo amado de Jacob, vendido como esclavo por sus hermanos que nunca habían
aceptado el lugar que su Padre le concedía…después de muchos años José es
elevado a un cargo sólo menor al del faraón, la hambruna muy extendida en el país
obliga a sus hermanos a ir a Egipto en busca de comida, José se encuentra en una
posición ideal para la venganza contra aquellos que lo han tratado cruelmente… sus
CENTRO ESPIRITUAL Y CAPITULO CONGREGATIONAL 2009
hermanos han aprendido a ser compasivos…él les revela su verdadera identidad …La
historia nos revela que José se emocionó y lloró fuerte de forma que todos los
Egipcios lo oyeron(Gn. 45,2). Cuando se hubo calmado dijo a sus hermanos
“Acercaos aquí… yo soy José vuestro hermano que vendisteis a los egipcios.
Pero ahora no se preocupen y no les pese haberme vendido porque Dios me ha
enviado por delante para salvaros la vida” ( Gn.45, 4-5.)
Si en un primer momento el tejido estaba flojo, aparentemente roto entre los
hermanos, siempre se ha mantenido un hilo (el sentimiento) que a pesar de las
circunstancias y de la historia se ha permitido “retejer” “reiniciar” los lazos
familiares. Este hilo es el amor del Padre que ha hecho posible, el regreso.
En el Nuevo Testamento existe un lazo entre la paternidad divina y la gran alegría
del banquete. El reino de los cielos es comparado a un banquete donde es El Padre
el que invita (cf. Mt.8; 22; 22,4; 26,29) El punto culminante de la Historia de
Salvación esta expresada en la imagen del banquete preparado por Dios Padre en la
Bodas del Cordero (cf. Ap.19, 6-9) tema que Juan Pablo II profundamente ha
comentado en el 1er, Capítulo de la Exhortación Apostólica “Reconciliación y
Penitencia” del 2 de Diciembre 1984. Nosotras sentimos que en ésta Reconciliación
Dios Padre es el “maestro tejedor” teniendo cuidado de establecer los lazos entre
los dos hijos de la parábola sino también entre El y sus hijos.
La Reconciliación es un don del Padre. El sólo lo puede hacer. Don que viene de
lo alto: “En el nombre de Cristo, nosotros a ustedes le suplicamos, déjense
reconciliar con Dios” (2 Cor. 5,20). Como Jesús nos explica en la parábola del Padre
Misericordioso (cf. Lc.15; 11,32), por El, el perdón y la reconciliación son una
fiesta. El Padre, en éste pasaje del Evangelio como en muchos otros el Perdón y la
Reconciliación son fuente de gozo para todos. Para nosotras, a fin de ser en
nuestro entorno artesanas de Reconciliación dejándonos reconciliar. Cuando JP II
(en el mismo texto) habla de “Nostalgia de Reconciliación” evoca a los “hombres
de buena voluntad y a los verdaderos cristianos” quienes tienen el deseo aún más
vivo que la división. La aspiración a una reconciliación sincera y profunda.
Leamos juntas 2Co 5.17-20: “Por ésta misma razón, el que está en Cristo es una
criatura nueva. Para él lo antiguo ha pasado; un mundo nuevo ha llegado. Todo
eso es la obra de Dios, que nos reconcilió con El en Cristo y que a mí me
encargó la obra de la Reconciliación. Pues en Cristo, Dios Reconciliaba al mundo
con él; a los hombres ya no les tomaba en cuenta sus pecados, y a mí me
entregaba el mensaje de la reconciliación. Nos presentamos pues como
mensajeros de parte de Cristo, Como si Dios mismo les rogara por nuestra boca.
¡Déjense reconciliar con Dios!: se lo pedimos en nombre de Cristo.”
Y para poder hacer todo esto de donde nos vendrá el poder? Pablo responde:
“Todo viene de Dios” (v.18)
En lo que concierne a Juan Eudes y María Eufrasia, nosotras a cada una, las
invitamos a mirar los textos de la Sesión sobre Reconciliación de Junio 2006
dados por Francoise Le Brizaut y Odile Laugier (Ellos están disponibles en la
CENTRO ESPIRITUAL Y CAPITULO CONGREGATIONAL 2009
Biblioteca
del
Centro
Espiritual
en
el
sitio
web
de
la
Congregación:
http://www.buonpastoreint.org/?rub=download/download&cat_id=c4494de792dafd )
Reflexión:
Nosotras probamos en nuestra vida de todos los días, “de tejer”, compasión y
reconciliación. Qué tejemos nosotras? Qué tejemos las unas y las otras? Qué
nosotras seguimos haciendo?
Es un tiempo de verificar juntas, bajo la mirada de Dios, que compasión y que
reconciliación nosotras tejemos?
Sabemos nosotras contemplar la obra de Dios a través de éste tejido
Gracias de enviarnos tus reflexiones, tus preguntas nos permitirá enriquecer la
investigación común! Gracias por dejar hablar a tu corazón…
par Alicia Corvacho, RBP
Descargar