Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-0286/09) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA: Su adhesión a la Resolución 61/17 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en su sexagésimo primer período de sesiones declaró al año 2009 como “Año Internacional de la Reconciliación”. Sonia Escudero.FUNDAMENTOS Señor Presidente: La comunidad internacional expresada a través de los países miembros de las Naciones Unidas, ha ido instituyendo como tradición, el dedicar cada año a un tema o causa, hacia la cual se ha pretendido movilizar la conciencia de la humanidad. Como punto de partida y a modo de referencia, se evalúan los resultados de experiencias anteriores surgidas de los distintos institutos de la Organización, así como también aquellas que fueron elaboradas e impulsadas por las organizaciones de la sociedad civil organizada. Las repercusiones favorables que han suscitado en los Estados, las observancias del “Año de las Naciones Unidas para la Tolerancia” en 1995 y en el año 2000 el “Año Internacional de la Paz, ambas iniciativas promovidas por la UNESCO, han impulsado que la Asamblea General en un acuerdo unánime y teniendo en cuenta los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, proclamara en su sexagésimo primer período de sesiones al año 2009 “Año Internacional de la Reconciliación”. Resulta evidente que existe un consenso mundial en cuanto a las intenciones de preservar a las futuras generaciones del flagelo de la guerra e instaurar mecanismos pacíficos para la resolución de los conflictos. La práctica de la tolerancia ha demostrado que es posible entre los países una convivencia en paz como buenos vecinos; por consiguiente, es menester fomentar las relaciones de amistad entre las naciones y promover la cooperación internacional para resolver los problemas universales de carácter económico, social, cultural o humanitario. No obstante es válido reconocer que aún existen muchos países y regiones del mundo que han sufrido recientemente o sufren en la actualidad, situaciones de conflicto que han enfrentado y escindido a las sociedades en sus distintas facetas, interna, nacional e internacional y que afectan notoriamente, tanto sea a las poblaciones protagonistas como a las ajenas a la cuestión, en la tarea diaria de consolidar una convivencia en armonía. Para unas u otras, los procesos de reconciliación se tornan particularmente necesarios y urgentes. Esta nueva impronta de las Naciones Unidas expresa la firme determinación del organismo, de generar procesos de entendimiento en todas las comunidades, obedeciendo el objetivo mayor al noble propósito de promover la creación en el mundo de un ambiente favorable a acciones e iniciativas de reconciliación en los diferentes niveles de la sociedad humana: entre Estados, entre gobiernos y ciudadanos, entre religiones, entre el Norte y el Sur, entre culturas, géneros, etnias, generaciones, individuos y entre el ser humano y la naturaleza. Sin lugar a dudas, esta es una propuesta recatada en cuanto a lo cauto de su intención, un llamado a conciliar en un marco natural de sociabilidad; sin embargo todos sabemos que cuando estamos transitando por un período de crisis, como los tantos que actualmente azotan a la humanidad, resulta difícil la componenda. Alentar la iniciativa de generar que la reconciliación sea el inicio de todo diálogo sectorial, ofrecerá grandes oportunidades a los gobiernos, organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil, así como al resto de la comunidad a planificar y ejecutar la consecución de acciones consensuadas. Observando hacia adentro de nuestras fronteras, sería sumamente oportuno dedicar este año especial a conseguir la concordia entre todos los argentinos. Declarar la amnistía deponiendo hostilidades y pacificando los métodos y costumbres que se utilizan para comunicar las ideas. Aceptar que pueden haber diferentes visiones sobre una misma cuestión y que sólo es dable de aplicar, aquella que menos descalifique a las otras. Reconciliar nuestro pasado con el presente, como medio genuino para proyectar el futuro. La inestabilidad de las relaciones entre los distintos actores de nuestra sociedad y sobre todo entre los gobernantes y los gobernados, coloca al país en una situación de desventaja en correspondencia con sus pares de la región. El predominio por la defensa del logro sectorial, obnubila el sentido común en los tratamientos de las cuestiones de interés común y ése es un escollo imposible de eludir a la hora de la toma de decisiones, un obstáculo enorme que perjudica a todo el conjunto de los habitantes y retrasa nuestro desarrollo como Nación. Señor Presidente, compartiendo en un todo de acuerdo con las Naciones Unidas el criterio de que la proclamación de un año internacional de la reconciliación, proporcionará a la comunidad internacional y muy especialmente a nuestro país la oportunidad de impulsar, con la participación activa de todos los interesados, esfuerzos para abordar procesos de reconciliación que se presentan como necesidad y condición para la construcción de una paz firme y duradera, insto a mis pares para que acompañen el presente proyecto de declaración, en adhesión a la observancia de este día tan especial. Sonia Escudero.