Elegir gafas de sol para la montaña

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ELEGIR GAFAS DE SOL PARA LA MONTAÑA
Las gafas de sol han de proteger los ojos y evitar los efectos peligrosos o nocivos del astro rey. Por
consiguiente, la elección de sus lentes no debe basarse en modas o criterios estéticos, sino en el uso que se
les dará. Para la montura dejaremos nuestros gustos y optaremos por la que más nos favorezca.
• La gafa de sol ideal debe ser neutra desde el punto de vista óptico, cubrir de frente y lateralmente
de los rayos nocivos, tener un alto grado de protección contra los rayos ultravioleta, ausencia de
rugosidades y bordes vivos, con cristales u orgánicas, nunca de plástico.
• Además de hacer frente a las radiaciones solares, unas gafas deben permitir una óptima agudeza
visual.
• No se deje engañar por el color de las lentes. Algunas lentes blancas filtran el 100% de la radiación
UV mientras que otras muy oscuras no filtran correctamente la luz UVA pero si la visible,
favoreciendo una mayor dilatación pupilar y, como consecuencia, un incremento de la radiación UVA
que recibe el ojo.
• Preste especial atención a los niños, su cristalino es casi transparente hasta los 10 ó 12 años, y sus
ojos absorben toda la radiación. No les compre gafas de sol de juguete.
• Para que la lente solar proteja de forma adecuada, debe estar perfectamente adaptada al rostro: la
montura no debe quedar ni descentrada ni alejada de la cara.
• Antes de comprar cualquier gafa de sol, compruebe que esté marcada con el sello de la Comunidad
Europea y que en la etiqueta figure la clase a la que pertenece o la categoría de su filtro.
• Las categorías de filtro de las gafas de sol van del 1 al 5, para actividades en la montaña se
recomienda a partir del 3.
La salud visual está en juego
La exposición al sol sin protección puede originar importantes lesiones en la córnea, retina y cristalino,
provocando conjuntivitis, la afección más habitual, úlceras crónicas y la aparición prematura de cataratas.
Para prevenir las cataratas lo más eficaz es llevar gafas de sol que filtren la radiación UVA y UVB, y a ser
posible con protectores laterales que eviten la radiación reflejada en el suelo, paredes, y en algunas partes
del cuerpo como la cara y el cuello.
Los daños que provocan unas gafas inadecuadas no aparecen en seguida, sino después de algunos años y en la
mayoría de los casos las lesiones son irreversibles.
Algunos dolores intensos de cabeza y fotofobias anormales (intolerancia y temor anormal a la luz) también
están producidos directamente por la utilización de gafas de sol, que no disponen de los filtros adecuados
para evitar el paso de la radiación ultravioleta a los ojos.
Óscar Hernández Caballero – Guía de actividades en la naturaleza
www.selvanegraoutdoor.es – ALEMANIA – [email protected] – Móvil +49 (0) 15151796064
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