La castellanización en la Nueva España

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Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Coordinación de Investigación y Posgrado del Instituto de
AVANCES
Cuaderno de Trabajo
La castellanización en La Nueva España
Ercilia Loera Anchondo
Núm. 184
Diciembre
2008
Comité Editorial de Avances
Dra. Martha Patricia Barraza de Anda
Dra. Consuelo Pequeño Rodríguez
Dra. Alba Yadira Corral Avitia
Mtra. Carmen Gabriela Lara Godina
Mtro. Gerardo Sandoval Montes
Dra. Magali Velasco Vargas
Dr. Ricardo Almeida Uranga
Dra. Sonia Bass Zavala
Mtra. Carmen Álvarez González
Mtra. Ma. Elena Vidaña Gaytán
Mtro. Oscar Dena Romero
Mtra. Katya Butrón Yáñez
Directorio
Jorge Mario Quintana Silveyra
Rector
David Ramírez Perea
Secretario General
Martha Patricia Barraza de Anda
Coordinadora General de Investigación y Posgrado
Francisco Javier Sánchez Carlos
Director del Instituto de Ciencias Sociales
y Administración
Consuelo Pequeño Rodríguez
Coordinadora de Investigación y Posgrado del ICSA
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Instituto de Ciencias Sociales y Administración
H. Colegio Militar # 3775
Zona Chamizal
C.P. 32310
Ciudad Juárez, Chihuahua, México
Tels. 688-38-56 y 688-38-57
Fax: 688-38-57
Correo: [email protected]
[email protected]
Avances
La castellanización en La Nueva España
“la lengua es compañera del imperio”
Antonio de Nebrija
Resumen
Este ensayo presenta el proceso de castellanización en la era colonial haciendo referencia a los eventos
más relevantes, sus características así como las adversidades que experimentaron los conquistadores
españoles y la población indígena en la cual predominaba el multilingüismo. Asimismo se analizarán los
principales conceptos y procesos lingüísticos que se desarrollaron concernientes a la adquisición de una
segunda lengua en la Nueva España.
Introducción
En todo tipo de conquista ya sea territorial, económica o cultural, la lengua
siempre ha sido una pieza clave en el proceso de transformación de la sociedad
dominada y la opresora, más aún cuando la cultura y el idioma de ambos pueblos son
sustancialmente diferentes. Utilizado como herramienta básica, el lenguaje ha sido un
instrumento para la imposición de corrientes ideológicas que desencadena en cambios
socioculturales, políticos y económicos en la población y que servirán a los intereses de
los pueblos colonizadores.
La introducción de la lengua española por parte de la Corona española en tierras del
continente americano en la era de la colonización es un ejemplo de los diferentes
matices que adquirió un idioma como instrumento en la imposición de la religión, la
cultura, el comercio, así como
la explotación por parte de los españoles.
Paradójicamente la castellanización sería un vehículo de las ideas liberales que se
gestaron en Europa y que tendrían un alcance mayúsculo en el Nuevo Mundo.
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Avances
El arribo de los españoles al continente americano inicia la colonización de tierras
amerindias y la comunicación entre ambos pueblos abre una nueva etapa lingüística con
rasgos muy definidos que marcarían a la Nueva España. La política concerniente a la
lengua en la era colonial se caracterizó primero, por la idea de que el español tenía el
objetivo de realizar una transformación cultural distinta a la de los pueblos en América.
En segundo plano, fue el hecho de que las lenguas mayoritarias con mayor influencia
cultural permanecieran y que fungieran como una lingua franca debido a que
se
manejaban múltiples lenguas. Por último, la obligatoriedad del manejo del español no
se presenta en los dos primeros siglos de la era colonial, de tal manera que a partir del
siglo XVIII la castellanización asume un carácter oficial (Cifuentes, 1998: 69-70).
El inicio
De acuerdo a los especialistas, a la llegada de los españoles la comunicación
entre americanos y europeos fue mínima en las tres primeras décadas de estancia en el
continente (Cifuentes, 1998: 74). La estructuración de la población y la carencia de las
habilidades comunicativas fueron determinantes en el pobre contacto entre los españoles
y los indios. La geografía que se caracterizaba por los enormes territorios a explorar,
llanuras interminables, ríos inmensos y
distancias muy difíciles de traspasar
obstaculizaban la comunicación (López, 1998:10). Además de estas circunstancias
existían otras como el impacto de la conquista y las actitudes hostiles de los europeos
hacia la población indígena, los asentamientos españoles eran dispersos e inestables
(Cifuentes, 1998: 74), Para tener una comunicación con los indios, los conquistadores
usaron el lenguaje gestual. Así lo ejemplifica Bernal Díaz del Castillo al relatar la llegada
de los españoles a Yucatán:
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Avances
Llegados los indios con las diez canoas cerca de nuestros navíos, con señas de paz que les
hicimos, y llamándoles
con las
manos y capeando para que nos viniesen a hablar, porque
entonces no teníamos lenguas que nos entendiesen la de Yucatán y la mexicana [...] Y el principal
de ellos que era cacique, dijo por señas que se querían tornar en sus canoas e irse a su pueblo. 1
También se valieron de los indios cautivos que servían de intérpretes e intermediarios.
Otro procedimiento fue la total inmersión de los españoles en la vida del indígena
(Moreno, 1993: 49 ).
Es necesario puntualizar que conforme la lengua española apenas salpicaba a la
población indígena los españoles
procesaban el bilingüismo. Esta situación tuvo un
sentido bidireccional debido a que los indígenas no fue el único grupo que adquirió un
idioma extranjera, sino que también los españoles se vieron en la necesidad de aprender
las lenguas vernáculas con mayor urgencia en los primeros años de su llegada para
sobrevivir y movilizarse en tierras americanas. De tal manera que la adquisición de una
segunda lengua tuvo una connotación mayormente funcional. Muestra de lo anterior es el
momento en que Bernal Díaz del Castillo hace referencia a la actuación contundente
de la Malinche y de Jerónimo de Aguilar al lado del capitán Hernán Cortés. Éste último
pudo establecer contacto con los indígenas en la península de Yucatán y Tabasco
gracias a que Aguilar dominaba la lengua chontal que se utilizaba para el comercio y el
maya yucateco. Por otra parte, la Malinche originaria de Veracruz hablaba la lengua
náhuatl. Hernán Cortés pudo trasladarse desde el sur del Golfo de México hasta el centro
del Imperio mexica debido a la intervención de estos dos intérpretes (Cifuentes, 1998:
74).
1
Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Promociones Editoriales
Mexicanas, México D.F. 1979, t.1, pp. 10.
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Avances
Una vez los españoles se establecieron en tierras continentales tanto los descubridores
como los colonizadores se enfrentaron con la existencia de múltiples grupos indígenas
con distintas lenguas desplegándose ante ellos una situación de multilingüismo en el
Nuevo Mundo. Las prácticas económicas, administrativas y religiosas se dificultaban
(Cifuentes, 1998: 70). Debido a que la conversión de los indios al cristianismo era uno de
los objetivos principales y la presencia de
múltiples lenguas era un problema de
dimensiones mayúsculas, los españoles se percataron que habría que tomar una de
ellas como lingua franca. En México fue el náhuatl, cuya difusión logró que abarcara
geográficamente desde Zacatecas hasta Centro América. De esta manera los españoles
entraron en contacto directo con pueblos de diferentes lenguas que habitaban regiones
grandes. Otra gran lengua en el sur fue el quéchua. En Colombia fue el chibcha y el
tupiguaraní en Paraguay y gran parte del Río de la Plata y Brasil (Moreno, 1993: 51-52).
El proceso de castellanización no presentó las mismas características en diferentes
partes de América. La experiencia en las Antillas presentó una situación drásticamente
diferente. El proceso de la adquisición del español y la muerte de las lenguas indígenas
fue mucho más rápido que en el resto de América. Las condiciones determinantes en
esta situación fueron que los territorios en el Caribe eran pequeños, las culturas
indígenas no eran tan superiores como en el Nueva España, las tribus no presentaban
una heterogeneidad lingüística, y los indios no estaban distribuidos en una enorme
variedad de etnias como en la Nueva España (López, 1998: 44).
Asimismo en la región se presentaron otras situaciones que dieron lugar a la extinción de
la lengua indígena y la imposición de la lengua española. Hechos como la imposición
sociocultural del español y el intenso mestizaje -la población blanca siempre fue muy alta
dando lugar a la mezcla entre las razas- fueron otros ingredientes que facilitaron la
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Avances
castellanización. En el aspecto sociocultural cabe señalar que el español era la lengua de
prestigio y los esclavos se sentían motivados a aprenderla para mejorar su situación ya
que la legislación española a diferencia de la inglesa y francesa permitía que los
esclavos ahorraran y compraran su libertad (López, 1998: 86). En las Antillas españolas
se propiciaba el intercambio lingüístico entre colonizadores y dominados. Antes del
período caracterizado por las plantaciones era común ver a los amos blancos y a sus
esclavos trabajando juntos en lugares como los ingenios azucareros. La comunicación
entre los dos grupos era abierta. Por lo contrario, en las Antillas francesas,
específicamente en Haití, existía una división muy marcada en la sociedad tanto por
raza como por
estado socioeconómico. Existía una élite blanca que manejaba las
plantaciones y que subyugaba a la mayoría población negra (Rodríguez, 2000:16). No
es difícil suponer que el mestizaje y la comunicación entre estos dos grupos eran minima.
Retomando la situación lingüística en tierras mexicas, la
Corona se apoyó en las
órdenes religiosas para la adquisición de una segunda lengua en tierras continentales.
Los primeros en instruir a los indios fueron los franciscanos, después los dominicos, y
posteriormente los agustinos (Escobar, 1988: 645-648). La instrucción se presentó por
dos vertientes. Una por la cual se educaba al indígena en la lectura y escritura castellana
y cantos religiosos. La otra parte consistía en capacitarlos en oficios para cubrir sus
necesidades económicas (Escobar, 1988: 646). Otro de los grupos que participaron en
este proceso de educación formal fueron los jesuitas. Poco tiempo después de
establecerse en la Nueva España en 1572 (Gonzalbo, 1989: 25), los jesuitas abrieron
escuelas donde se formaron los criollos distinguidos que desempeñarían funciones
directivas en la sociedad (Gonzalbo, 1989: 28). Las escuelas también se abrieron a gente
humilde, indios y esclavos. Además de la enseñanza de gramática, también se realizaba
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la enseñanza de ejercicios de virtud y doctrina cristiana (González, 1957:155). Una
práctica que resultó eficiente fue la impartición de la doctrina en calles y plazas donde
aglutinaban no solo estudiantes y niños sino a población más diversificada (González,
1957:156). Otra práctica era la traducción de escritos cristianos que no se limitaba a una
mera transcripción a la lengua vernácula de los mismos, sino que se presentaba en
forma de diálogos para que fuesen más atractivos e inteligibles al grupo indígena
(González, 1957: 23).
Cabe mencionar que la castellanización de los indígenas era un proceso muy lento en
comparación con la conquista militar y religiosa en los primeros dos siglos de la
conquista (Cifuentes, 1998: 79). Hubo un conjunto de factores que contribuyeron a que el
idioma español no tuviera gran difusión en la Nueva España en ese período. Primero,
hubo carencia de escuelas y maestros (Escobar, 1988: 646,649). La política lingüística
de los monarcas no fue firme ni sistemática (López, 1998: 61), y por último
la
aceptación del multilingüismo por parte de las autoridades españolas era otro elemento
que le dio el carácter de opcional al uso del español en la Nueva España.
El mestizaje
Una situación definitiva que dio lugar a la mezcla entre razas fue el hecho de que
muy pocas mujeres españolas arribaron para poblar el
Nuevo Mundo. Además, a
diferencia de los Estados Unidos donde no se permitió la mezcla entre blancos e indios,
las autoridades de la Nueva España permitieron, promovieron y
autorizaron
formalmente los matrimonios mixtos (Basave, 1992: 17).
Aunque en los primeros años de conquista la castellanización se presentaba de una
manera incipiente, el fenómeno del mestizaje le dio un giro radical a la implantación de la
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Avances
lengua española. Para muchos expertos la mezcla entre los españoles e indígenas es el
primer paso sólido para la difusión del español en el Nuevo Mundo (Cifuentes, 1998:
116). El lenguaje fue un elemento de cohesión entre indígenas y los españoles.
El uso de lenguas vernáculas por parte de los criollos y mestizos que los situaba como
bilingües fue más que un papel decisivo como intermediarios de las dos culturas. El
manejo de dos lenguas era un ingrediente en la nueva cultura que revelaba su herencia
indígena y que los llevaría a tomar consciencia de sí mismos y por ende tener una
identidad. Como lo menciona Rodríguez, estos grupos se identificaban con sus patrias y
localidades agregando su herencia indígena a su concepto de americanidad (Rodríguez,
2000: 22).
La consolidación
La segunda parte del siglo XVIII marca una nueva etapa en la castellanización de
la Nueva España. La política cambió radicalmente en este período y la imposición de las
leyes borbónicas a finales del siglo XVIII no solo daban un giro radical al establecer un
ejército permanente, un nuevo sistema de administración, restricción de los privilegios al
clero y una reestructuración del comercio (Rodríguez, 2000: 30), sino también
permearían la situación lingüística en la Colonia al imponer una lengua en común. Una
de las primeras decisiones fue la de implementar la castellanización, y otra en promover
la alfabetización masiva e imponer la gramática de la Real Academia de la Lengua
Española para la enseñanza de la escritura y la lectura (Cifuentes, 1998: 246). Aunado a
estas acciones, se lograron fundar 237 escuelas (Escobar, 1988: 650). Se prohibió el
uso de las lenguas vernáculas en todos los entornos de la Nueva España argumentando
que la transformación cultural de los indios solo sería posible estableciendo el español
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como obligatorio. Esta medida serviría para dar cohesión social, además de que la
lectura y la escritura erradicarían la ignorancia (Cifuentes, 1998: 114-115). Otro factor
que alimentaba la imposición del español era la expulsión de los jesuitas en 1767. Este
hecho quizá marca la primera gran medida contra las lenguas indígenas, debido a que
aunque se enseñaba el español, la catequesis se impartía en lenguas vernáculas
(Moreno,1993: 55).
Sin embargo de la misma manera que hubo una reacción de rechazo hacia las
cuestiones administrativas y militares también la habría hacia la política lingüística: hubo
grupos en la iglesia católica que no aceptaron las reformas ya que estas organizaciones
usaban las lenguas de los indios para realizar sus tareas religiosas, de tal manera que no
acataron el proyecto de establecer una lengua general, además argumentaban que la
difusión de los valores cristianos debería tratarse por separado de la enseñanza de un
lengua (Cifuentes, 1998: 246). Como podemos ver esta situación presenta a la lengua
como un factor adicional que muestra las primeras pinceladas de separación entre la
Iglesia y la Corona.
Más tarde el lenguaje fue clave en la reacción en la emancipación. Aunque la postura de
los indios fue favorable a la causa participando en batallas o con otros servicios (Ferrer,
2000: 242), se presentaron casos donde se
reflejaba
la gran desventaja que
representaba la ignorancia de la lengua practicada por los conquistadores. Muestra de lo
anterior es la preocupación de Allende que manifiesta a Hidalgo al hacer referencia a
que debido a que los indios no entendían el ”verbo libertad, era necesario hacerles creer
que el levantamiento se lleva a cabo únicamente para favorecer al rey Fernando” (Ferrer,
2000: 245). Es evidente que la ignorancia del lenguaje español fue una de las causas
que restringían el acceso al aprendizaje y a las ideas de vanguardia que se propagaban
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en la Nueva España y por consecuencia los indígenas no captaron entre otras cosas el
verdadero sentido de la lucha. Un ejemplo claro -aunque décadas más tarde- que
representa la manera en que la castellanización de los indios abría las puertas a la
instrucción y por ende a pensamientos liberales de la época, es el caso de Don Benito
Juárez García, de origen indígena en quien se aprecia el papel determinante del
aprendizaje de una segunda lengua (el español) para tener acceso a la educación que
sirvió como vehículo hacia un pensamiento ideológico que cambiaría la estructura social
y política de una nación.
A pesar de las decisiones que se tomaron para difundir el español,
éste no fue
dominante numéricamente en el período colonial ya que la población no requirió del
castellano para llevar a cabo sus necesidades comunicativas cotidianas. La mayoría de
los indígenas era analfabeta y vivía en poblaciones lejanas (Cifuentes, 1998: 246). Sin
embargo como podemos apreciar los actores políticos, los que ejercían el poder, los
principales protagonistas de la economía y los intelectuales si gozaban de una unidad
lingüística. La homogeneidad en la lengua era necesaria para quienes ostentaban el
poder. El hecho de que la población indígena no dominara el español, no afectaba a las
decisiones relevantes que se generaban entre la península y las autoridades de la Nueva
España.
El proceso de la adquisición de una segunda lengua en la era colonial nos permite
distinguir
los fenómenos lingüísticos que se gestaban
y por tal razón es oportuno
plantear conceptos relacionados con este tema para su análisis y reflexión. Debido a la
naturaleza de este trabajo es pertinente abordar aspectos como el valor del lenguaje, el
bilingüismo y la cultura.
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Avances
Valor del lenguaje
Paulatinamente la posición del español en la Nueva España en esferas de la
economía, la cultura, y la sociedad iban definiendo su valor en el continente americano.
Desde el punto de vista lingüístico para Coulmas el dominio de un lenguaje involucra un
potencial para el individuo para expandir su radio de acción (1992: 54). Aquí es necesario
reflexionar sobre el valor que tuvo la lengua española para que se empezara a diseminar
en tierras mexicas -que aunque en la colonización el proceso fue muy lento- éste se
estaba desarrollando y permanecería hasta nuestros días. Concerniente al valor de una
lengua, Coulmas aborda el aspecto funcional de ésta: factores como
el perfil
socioeconómico, su posición geográfica, su estatus sociopolítico, así como su asociación
con la religión determinan la funcionalidad de la lengua (1992:63). En el momento en que
los españoles logran vencer a los indígenas su situación sociopolítica cambia en el
Nuevo Mundo. Con el poder de su lado, la tecnología en la milicia y con la decisión
determinante de conquistar América, la posición del español también cambia. Agregando
que la intención de los españoles era evangelizar a la población por medio del castellano,
el proceso de la adquisición del español empezó a caminar. Es interesante puntualizar
que esta situación predominó sobre el hecho de que el español era hablado por un
reducido número de personas -en este caso los conquistadores- y logra imponerse sobre
una gran mayoría ajena a esa lengua. Como observamos aquí no se aplica uno de los
factores del valor de la lengua pronunciado por Coulmas que versa en el sentido de que
mientras más numeroso sea el grupo
parlante de una lengua su valor es mayor
(1992:59).
10
Avances
Bilingüismo
La interacción entre las dos culturas por la naturaleza misma de las circunstancias
propiciaba que los indígenas y los españoles percibieran el valor de la lengua dando
lugar al fenómeno del bilingüismo.
Los investigadores han propuesto varias definiciones para el término bilingüismo. Por
ejemplo Thiery propone que los verdaderos bilingües no tienen acento en ninguno de los
dos idiomas y son igualmente fluidos en las cuatro habilidades (lectura, escritura,
audición y habla) en las dos lenguas (Grosjean, 1982: 232). Macnamara por el contrario
considera a una persona bilingüe al que posee por lo menos una habilidad lingüística –
aún en un grado mínimo- en una segunda lengua (Grosjean, 1982: 232). En el presente
ensayo esta última definición es más realista y aplicable debido a que la historia nos
muestra que cuando ocurre la interacción de dos grupos diferentes prevalece la
comunicación oral y habilidades como la lectura y la escritura pasan a un segundo plano.
Melherbe afirma que el enfoque funcional es aplicar el bilingüismo en términos de ciertas
demandas sociales y ocupacionales de naturaleza práctica en una sociedad en particular
(Grosjean, 1982: 235).
En este punto es oportuno mencionar la manera en que
los indios desarrollaron el
bilingüismo. Aquí se presenta lo que siglos más tarde sería objeto de un gran debate
entre lingüistas: ¿Una lengua se adquiere o se aprende? Debido a las condiciones
prevalecientes en esa época los indios estuvieron expuestos al idioma extranjero en una
situación natural dentro de su cotidianidad. Este tipo de proceso donde no está presente
la instrucción formal se llama adquisición del lenguaje (Gartz, 1994). Por otra parte en el
momento en que los indios recibieron enseñanza organizada por parte de las órdenes
11
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religiosas para dominar el español se presenta el aprendizaje de un idioma que se
caracteriza por presentarse en un contexto educativo (Gartz, 1994).
Cultura
Un aspecto crucial en la castellanización en el Nuevo Mundo fue la cultura. La
adquisición de una lengua está relacionada con las culturas involucradas debido a que el
lenguaje es una de los elementos esenciales en la cotidianidad de un grupo. Para el
propósito de este trabajo la cultura se define como un sistema de actitudes y valores
aprendidos por individuos para alcanzar una adaptación social y psicológica (Krashen,
1995: 43). Este concepto se aplica a la imposición del español en tierras amerindias
debido a que como se mencionó anteriormente el objetivo principal de la política
lingüística era una transformación cultural que llevaría a una visión diferente de los
pueblos en América. Por esta razón era necesario aculturizar a la
población aborigen.
Aculturación se precisa como la adopción de los estilos de vida y valores del grupo
extranjero pero al mismo tiempo mantienen sus patrones culturales (Schumann, 1978:
75). Una condición clave para el aprendizaje de una lengua extranjera depende del
grado en que el individuo se acultura en el lenguaje extranjero (Schumann, 1978: 78), en
este caso el español. Sin embargo este proceso no se desarrollaba con éxito en la Nueva
España. Una de las razones por la que el español no se adquirió por la mayoría de los
habitantes en la época colonial fue que la cultura española no era asimilada por los
indígenas. Desde un principio se pretendió que la evangelización y la castellanización
irían de la mano para que los indios adquirieran nuevos valores culturales acerca de la
propiedad, el buen comportamiento moral, el uso de la riqueza y el trabajo con el objetivo
de conformar nuevas identidades locales y regionales en vez de eliminarlas (Bartely, 2).
12
Avances
Inclusive para el rey Carlos V la adquisición del español era el único mecanismo para
que los indios modificaran sus costumbres y sus hábitos religiosos (Cifuentes, 1998:
101). Sin embargo los indios que habitaban en las montañas, simulaban su conversión al
catolicismo llevando a cabo rutinas como el bautismo pero al mismo tiempo seguían
arraigados a sus ejercicios religiosos. Esta práctica les permitía negociar y conservar
sus tierras en las Haciendas Coloniales. De tal manera que predominaban diferencias
culturales sobre lo que significaba el trabajo, el uso del tiempo libre, las festividades
comunitarias, etc. (Bartely, 2). Se observa que en lugar de aculturación prevalecía la
preservación en la cual el grupo que aprenderá la segunda lengua rechaza el estilo de
vida y los valores del grupo de la lengua extranjera (Schumann, 1978: 75). Además de
este fenómeno se presentó un término acuñado por Schuman, la distancia social el cual
incluye un número de factores que afectan al aprendiente dentro de un grupo social en
contacto con el grupo de la lengua foránea (Schumann, 1978: 78). Uno de los elementos
es la subordinación de uno de los grupos, condición que se presentaba por naturaleza
en esta relación de conquistadores y dominados. Los españoles consideraban a la
población aborigen como una raza inferior. Muestra de lo anterior es la manera en que
Bernal Díaz del Castillo se refiere a los indios:
...tenían mujeres cuantas querían, y tenían otros muchos vicios y maldades. Y todos estas cosas
por mi recontadas quiso Nuestro Señor Jesucristo que con su santa ayuda que nosotros los
verdaderos conquistadores [...] se los quitáramos y los pusimos en buena policía de vivir y les
ensañamos la santa doctrina. 2
Estas situaciones evidencian el rol de la cultura en la adquisición de una segunda lengua
y nos remite a lo que Antonio de Nebrija acertadamente enunció: “La lengua es la
2
Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Promociones Editoriales
Mexicanas, México D.F. 1979, t. 2, pp. 309.
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Avances
compañera del imperio”
donde claramente se lee que la conquista suponía la
hispanización y ésta la inserción de la lengua española (Moreno, 1993: 51).
Conclusiones
La lengua no fue determinante para realizar la conquista por parte de los
españoles debido a que en los dos primeros siglos el dominio militar y religioso
experimentaba un paso mucho más acelerado que la castellanización. Sin embargo si
hubo la necesidad de desarrollar el bilingüismo para alcanzar uno de los principales
objetivos, la transformación cultural. Factores como la política lingüística por parte de la
Corona y la cultura definieron que el proceso fuera lento; prueba de ello fue que la
castellanización no caracteriza lingüísticamente
los dos primeros siglos de la vida
colonial. La última etapa de la colonización en el siglo XVIII es marcada por el rigor de la
Corona en torno a la formalización de la enseñanza del español. En ese momento la
castellanización da los pasos firmes para implantarse definitivamente. Al igual que la
conquista territorial y económica la castellanización tuvo un carácter impositivo.
La adquisición del español
fue determinante para la transformación cultural que se
pretendía y que finalmente se logró. Por otra parte
se percibe el valor de la
homogeneidad lingüística utilizada para conservar la unidad en el mundo americano. Por
parte de los conquistadores, el no tener una lengua en común con los dominados retrasó
y dificultó las empresas a realizarse. Paralela a esta situación se observa la importancia
de manejar una lengua en común entre los que ejercían el poder. La comunicación entre
las autoridades en la península ibérica y las que estaban establecidas en tierras
americanas debía tener fluidez sin dar lugar a malos entendidos. Por parte de los
indígenas los -dueños originales y población mayoritaria de América- la ignorancia del
14
Avances
idioma español fue un obstáculo adicional de tal manera que no tuvieron acceso a las
ideas de libertad y por consecuencia menos participación en la independencia de sus
pueblos. Sin embargo, paradójicamente la castellanización sirvió como instrumento para
los criollos y mestizos en el poder en la Nueva España y de esta manera levantar la voz
a favor de los intereses americanos.
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Avances
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