Poesías de Evaristo Carriego: misas herejes, la canción del barrio

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BRIEF
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A
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AfAi,^
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http://www.archive.org/details/poesasdeevarisOOcarr
ZL^OESI
DE
EVARISTO CARRIEGO
•
•
MISAS HEREJES
•
•
LA CANCIÓN DEL BARRIO
POEMAS POSTUMOS
BARCELONA
ESTABLECIMIENTO TipOLITOQrAficO
DE
1913
AUBER Y PLA
(:^¡
Pqc
Oí? -33;
7?
Lvida
de Evaristo Carriego queda sintetizada en
Mayo de 1883,
Octubre de 1912, día
de su muerte. En ese intervalo de veinte y nueve
años hay que poner muchos ensueños, muchas ilula sencillez
de dos fechas: 7 de
día de su nacimiento y 13 de
siones, ansiedad
enorme de
pulsos de un corazón
leal,
belleza,
vida, tan breve en el tiempo, tan
sidad de
la
honda en
la inten-
labor realizada.
Tenía de
el
generosos im-
para comprender esa
la
provincia en que había nacido todo
impulso heroico y obstinado que heredara de sus
progenitores, y lo que
él,
voluntariamente, llevado
por su espíritu nativo, se esforzara en asimilar. Era,
empero, neta y genuínamente, de Buenos Aires, de
la gran ciudad a donde llegara con cinco o seis años
de edad y de la que nunca más había de salir.
Buenos Aires fué su patria verdadera, su escenario natural, el paisaje único que podía interpretar
con la sinceridad de la similación absoluta. Y de
Buenos Aires el barrio pobre, el barrio humilde,
VI
pone sus notas típicas al lado
donde la familia bien, pero
venida a menos y relegada al suburbio, pone un
suave aroma de placidez burguesa.
Evaristo Carriego ha sido el cantor de los tipos
que han construido a la gran metrópoli; ha sido el
evocador, en versos llenos de una rara sencillez a
veces, otras de una vaga y extraña solemnidad, de
esos modestísimos seres que en las grandes ciuda-
donde
de
conventillo
el
modesta
la
des aplasta
casita
dolor oculto.
el
está la vida argentina,
porque
En
sus composiciones
no solamente
la
bonaerense,
creación se repite en cualquier punto de
la
república donde una nueva ciudad se funde y la
obra recomienza.
Pintor de las costumbres de una época, sus libros
la
el alma de su pueblo.
empero, está destinada a un éxito
más alto. No era Carriego de los que podían satisfacer su necesidad de gloria limitándola al aplauso
de los suyos. Y si la muerte interceptó sus pasos,
impidiéndole dar a su obra toda la extensión que a
tienen derecho a perdurar en
Esa obra que
altas
deja,
esperanzas correspondía, sus amigos, nume-
rosos y
permitir
De
fíeles,
la
ahí
han tomado a su cargo
la
tarea de
realización de sus deseos.
el
empeño con que un grupo de cama-
compilación de estas Poesías y la
adhesión espontánea de todos los que con su auxilio
pecuniario se ofrecieron a sufragar los gastos de
radas realizó
edición, de
la
manera que
producto de la venta, sirque honrada lo es en todos
y enaltecida queda por sí misma, la
el
viera para recordar, ya
los
espíritus
memoria
Obra
del poeta.
es esta
que no necesita de prólogos. Ca-
VII
rriego era sobradamente popular en la Argentina
para que nadie tenga necesidad de que la bellezas
de sus composiciones hayan de señalarse a nadie.
Los lectores extranjeros sólo necesitan saber que
fué joven,
que trabajó mucho y que murió prematuse lo dará, por añadidura, la
ramente. Lo demás
comprensión de sus poesías, sentimentales
e iróni-
cas, valientes y mansas, tristes y alegres, en la diversidad de notas que tuvo su lira, esa lira que fué
guitarra en las canciones del barrio y fué
para llorar en largo y ronco gemido
armonium
las tristezas
de
las almas incomprendidas.
Este libro no debe llevar prólogo crítico de ninguna especie. Esta es obra que camina por sus
propios pies y conmueve por su propia emoción,
sin intérpretes.
nada más que
explicación de
Para los que no conocieron al poeta,
dos fechas de su vida; a todos la
las
cómo y por qué surge
obra, en la noble inspiración de
dignifica a quienes lo llevan a cabo.
^
a la luz esta
un recuerdo que
/niSAS
HEREJES
A
don Salvador Boucau
Uno de
los
pocos
VIEJOS SeKAONES
POR EL ALMA DE DON QUIJOTE
Con
•
el
más reposado y humilde
continente,
de contrición sincera; suave, discretamente,
normales
por no incurrir en burlas de ingeniosos
teatrales
sin risueños enojos ni actitudes
comparsa,
de cómico rebelde, que, cenando en
la farsa,
en
llorará
que
ensaya el llanto trágico
dedico estos sermones, porque
al
Único,
al
Supremo
a quien pido que siempre
al
santo de los
que ahora
me
porque quiero,
tenga de su mano,
santos Don Alonso Quijano
está en la Gloria, y a la diestra del
su dulcísimo hermano Jesús
con
sí,
famoso Caballero,
las desilusiones
el
Bueno:
Nazareno,
de sus caballerías
renegando de todas nuestras bellaquerías.
Pero
con
me
sátiras
estoy temiendo
que venga algún chistoso
amables de burlador donoso,
o con mordacidades de socarrón
y descubra, tan grave
como
hiriente,
irónicamente,
EVARISTO CARRIEGO
6
—a
la
sandez de Sancho se
que mi amor
Porque
requiere
así
al
van
le
llama ironía
Maestro se convierte en manía.
las cosas; la
el visto
bueno y
el
más simple
favor de
a ella no se acoge no prospera
si
—
y,
la
creencia
Ciencia:
acaso,
su propio nombre pierde para tornarse caso.
Y
no vale
con
el
la
pena (no es un pretexto
fútil
cual se pretenda rechazar algo útil)
de que se tome en serio
los credos
lo vago, lo ilusorio,
que no tengan olor a sanatorio.
Las frases de anfiteatro, son estigmas y motes
propicios a las razas de Cristos y Quijotes
— no son muchos
los dignos de sufrir el desprecio
del aplauso tonante del
abdomen
del necio
—
en estos bravos tiempos en que los hospitales
de
la
higiénica
moda dan
sueros doctorales...
Sapientes catedráticos, hasta los sacamuelas
consagran
infalibles
cenáculos y escuelas,
de graves profesores, en cuyos diccionarios
no han de
leer sus
sueños los pobres
visionarios...
¡Délos dos grandes locos se ha cansado
así,
santo Maestro, yo he visto
al
la gente:
reluciente
rucio de tu escudero pasar enhalbardado,
llevando los despojos que hubiste conquistado,
en tanto que en pelota, y nada rozagante,
anda aún
sin jinete tu triste Rocinante!
MISAS HEREJES
(Maestro
supieras! desde que nos dejaste,
¡si
llevándote a la Gloria la adarga que embrazaste,
andan
las nuestras
cosas a las mil maravillas:
todas tan acertadas que no oso a describillas;
— Hoy, prima
no pesa en
Tus más
el
buen
sentido.
La honra de
tu lanza
grande Sancho Panza.
del
las alforjas
devotos se han metido a venteros
fíeles
y cuidan de que nadie
les
horade sus cueros.
Pero, aguarda, que, cuando se resuelva a decillo,
ya verás que lindezas
te
—
contará Andresillo
aunque hay alguna mala nueva, desde hace poco:
Aquel que también tuvo sus
primo de
tu
de loco,
ribetes
estas tierras indianas y bravias,
— ¡lástima de
lo añejo
de tus caballerías!
—
primo Juan Moreira, finalmente vencido
tu
del vestiglo Telégrafo, para siempre
mas
—
¡Si supieras, Maestro,
Tu
increíble Pecado...!
de dar en
la
como
Caer en
lo
la
hemos pagado!
falta
la
la
Conciencia!)
cueva, pródiga en desperdicios,
conquistas que imponen sacrificios:
mayores audacias cualquier tonto con suerte
es en estos concursos
el
Vencedor y
el
Fuerte,
pues todo está en ser duros. El camino desviado
malograría
Por
eso,
el
—
demencia
cordura por miedo a
Para husmear en
no hacen
sin
ha caído,
sin tornarse cuerdo: tu increíble Pecado...
justo
cuando
premio
llega la tan
del esforzado...
temida hora
EVARISTO CARRIEGO
de una reveladora
del gesto torturado
protesta de emociones,
el
de defensas de hielo para
rostro se reviste
el
beso del
triste;
y porque ahogarse deben, salvando peores males,
rudas acechanzas de
las
las
sentimentales
voces de rebeldía — quijotismo
inconsciente
—
también se fortalecen, severa, sabiamente,
músculos traidores
los
que
del corazón, lo
mismo
los del brazo, en sanas gimnasias de
donde
el
dolor rebote sin conmover
egoísmo,
dura
la
unidad, necesaria, de la férrea armadura:
quien no supere
— ¡Que bella es
no
hierro
al
la
es del siglo:
impasible cualidad de
no medra.
la piedra!
—
El ensueño es estéril; y las contemplaciones
suelen' ser
el
anuncio de
las resignaciones.
El ensueño es la anémica llaga de la energía;
la
curva de un
es quizás
el
abdomen
— toda
una geometría
un futuro teorema,
principio de
cuyas demostraciones no ha entrevisto
En
la
época práctica de
— hoy.
Maestro, tu
el
poema...
la lana y del cerdo
mismo
te
llamarías cuerdo
se hallan discretamente lejos los ideales
de los perturbadores lirismos anormales.
El vientre es razonable,
porque es una cabeza
que no ha querido nunca saber de
que
la
otra belleza
de sus copiosas sensatas digestiones:
fruto de sus
más
—
lógicas fuertes cerebraciones.
—
MISAS HEREJES
Por
eso,
honradamente, se pesan
las
bondades
del genio, en la balanza de las utilidades,
y
a los soñadores profetas se fustiga
si
hay felicitaciones para
Y
la
ésto
no
el
tiene vuelta,
que echa barriga.
pues está de por medio
razón, aceptada, de que ya no hay remedio...
Como
que cuando,
la Biblia del
a veces, en
el
Libro obligado
ambiente, de todos manoseado,
hay un gesto de hombría traducido en blasfemia,
por asaz deslenguado
lo
borra
La moral se avergüenza de
las
la
imprecaciones
de los sanos impulsos que violan
buen
del
decir. El
que se queme sus
mayor
sin
pecho
del
Academia...
nociones
las
mejor maldiciente
llagas filosóficamente,
pesar, antes de irrumpir en verdades
que siempre tienen algo de ingenuas necedades,
porque quien viene airado, con gestos de
a intentar gemir quejas
es
cuando más un
que
al
Por
eso,
oido de
raro,
aguando
es confesarlo
de fórmulas e ideas que
tragedia,
comedia,
sonador de utopías
muchos suenan
a letanías...
remordido pecador, yo
— preciso
la
— de
me
acuso
haber sido un iluso
me mueven
a risa,
ahora que no pienso sino en seguir, aprisa,
la
reposada senda,
libre
de los violentos
peligros que han ungido de mirras de escarmientos
las plantas atrevidas
que pisaron
las
rosas
EVARISTO CARRIEGO
10
puestas en
el
camino de
las rutas gloriosas.
Pero ya estoy curado, ya no más
que
las gentes
¡En
el
tonterías,
no quieren comulgar
agua tranquila de
las
insanias...
renunciaciones
se han deshecho las hostias de las revelaciones!
Ya no
forjo intangibles castillos cerebrales,
de románticos símbolos de torres augúrales.
Sobre
el
porque
y, sin
dolor ageno
sé
que una
ser pesimista,
medito,
ni siquiera
frase
no vale
lo
no caigo en
que un
la
grito;
locura
de buscar una página de serena blancura,
donde pueda
escribirse la canción inefable
que ha de cantar
el
Hombre
de un futuro probable.
MISAS HEREJES
11
LAS ÚLTIMAS ETAPAS
Ya
la
puestos en camino,
fuerza propulsora de la
nos
impele a seguir,
con
desmayos, de
actitud, sin
marcha
la
serena
la
causa
sustentora de un ideal glorioso,
que luce sus ensueños de esperanza
como
flámulas rojas que flotasen
en girones de carnes torturadas.
Nos impele
a seguir.
Siempre
deja un poco de fiebre sobre
en
la frente
un
la
el
brega
alma,
fulgor, y en la pupila
la radiante visión
de
las etapas;
etapas de dolor, hechas teorías
de credos
inefables,
de parábolas
de lengua incomprendida que pasasen
en
la
locomoción de
las audacias,
¡como una blanca tropa de
lirismos
por inmortales rutas incendiadas 1
EVARISTO CARRIEGO
12
Preciso es continuar. Todas las dudas
que agobian
son
la
cabeza con su carga,
grilletes fatales del
y su
sitio
mejor
cerebro
está en la espalda.
Arrojémoslas, pues.
En
el
avance
hay un cóndor audaz que no se
cóndor es
de
pasión, jamás sujeta,
la
las vidas
arrastra:
enfermas de ser sanas.
¡Con rumbo hacia
lo azul:
aunque deslumbre
lo intenso de la luz, hay que mirarla!
Los primeros fulgores,
quemarán,
la
tras la
noche de
las ansias;
primera visual que los descubra
ocultos en
así
la
sombra impenetrada,
como una antorcha cuyo fuego
ardiese
el
brazo que
¡Insanias de amor,
del
manicomio de
¡Locos, venid!
soltar al viento
Yo
la levantara.
que
los
enfermos
ese Ideal contagian!...
quiero aquí, en
un corazón con
el
canto,
alas:
Los discretos normales podrán,
sólo,
arrojarnos las piedras de sus lástimas...
¡No haya
vacilación! El derrotero
se ha poblado de enérgicas constancias;
pero, porque no siempre en
el
peligro
hay carne de temblores libertada,
también es necesario
MISAS HEREJES
13
hacer que resplandezcan llamaradas,
fecundo calor de un entusiasmo,
del
en
quietud mortal que todo embarga,
la
¡como una
en
el
floración de primaveras
propio país de
escarchas!
las
Si se llagan los pies en el
más
en
mucho
firme,
la
más, será
marca:
senda candente que cruzamos
se ve mejor
la
Alienten
Epopeya,
los
camino,
la
la
himnos
huella ensangrentada.
fraternales de esperanza
alzados entre vítores y músicas
con
clamor de
el
como un beso
cicatriz
las protestas bravas,
de paz sobre una inmensa
que dejase
la
jornada,
y en cármenes de púrpura
resurjan reventando sus fragancias
¡todas las rosas del
que perfuman
Y
un
en
el
la
salmo
Amor
perenne
enorme caravana!
coral,
que sinfoniza
salvaje ciclón sobre la pauta,
venga
el
con
alegre fiereza de
la
robusto canto que presagie,
una diana
que recorriese como un verso
altivo
gama,
el
soberbio delirio de
el
futuro cercano de los triunfos,
la
EVARISTO CARRIEGO
14
futuro precursor de las revanchas;
el
instante
supremo en que
la visión terrenal
los frutos
en
la
se agita
las canallas,
renovados
incesante fuerza de las savias,
germen luminoso que cayera
del
en
de
el
resurgimiento de las almas,
¡como una rubia polución de
en
el
soles
vientre del surco derramada!
¡Un ensueño en camino,
que sufre
obsesión de
la
la
montaña,
bajo la plenitud de las auroras
que alumbran
No
los tropiezos de la
hay obstrucción posible: es
la
promesa
de
la
de
la atávica
del Fin.
hoguera moral,
Arde en
el
la
marcha!
el
Principio
llama
negro escombro
Torre de ignorancias,
madre de ese temor:
lo incognoscible,
cuyos tupidos velos desgarrara,
en
la prisión intelectual
— rechazando
la
verdad de
al
procesar
el
la
la
La gesta de
más honda,
concepto de
la
Nada
Ciencia hecha Justicia
Esfinge del Nirvana!
las
causas en los siglos,
no ha bordado poemas en sus páginas.
El libro de los mártires
no
tiene
—
!
15
MISAS HEREJES
sino una historia de grandezas trágicas,
de sangre floreciendo en
tormento
el
sus azucenas que parecen
lacras...
¡Clarín de los suplicios cuyas voces
en
las
Toda
generaciones se dilatan
Idea fué
así.
¡
Dolor bendito
de heridas que supuran enseñanzas!
Al lado de
la
Cruz
— y es bueno no
¡el
leño o
pues
Y
la
el
Cruz y
al
la
—
Horca son hermanas!
la lidia,
la
pendón de
coronando
el
aun
como ejemplos
la
quererlas separadas
porvenir de
los trofeos,
en
Horca,
dogal: hablen las épocas,
por eso en
camino
está la
Cruzada,
las
bravuras
tibios, se levantan,
viriles
fulguración de
anunciados
la escarlata,
desde sórdidos pulpitos sangrientos
por muertos sacerdotes que aun tronaran
palabras de rencor, hechas conjuros,
predicando
el
sermón de
las
venganzas!
Triste labor del Odio,
que desata sus hordas de amenazas,
diciendo su creación demoledora
a las hoscas angustias de la Raza.
Los tremendos
instantes de la
prueba
EVARISTO CARRIEGO
16
saben de los martillos que no aplastan
los
ímpetus hermosos, más hermosos
después del golpe que sobre
y en
del
nerviosa, del
la espera,
derrumbe
a través de las
final;
última etapa,
la
brumas
que puedan ocultar
ellos baja;
momento
sigilosas
Ciudad blanca,
la
se descubren, allá, en otro horizonte,
espléndidas auroras que se alzan,
los risueños Orientes
los iris eternales del
— ¡bienvenidos! —
mañana;
¡arcos gloriosos de los triunfos nuevos
por donde toda
Y
así
la
Epopeya pasa!
de
tras el loco batallar
como después de
la
siglos,
jornada
en infinitas gotas se traduce
la
honra
sobre
del
sudor sobre
rudas
las
como un
viejo Pesar
la cicatriz
las caras,
frentes, pensativas
que meditara,
de sangre se resuelve
en agua de Perdón que todo
lava,
en agua dulce y bautismal, borrando
las huellas
más
infames,
más amargas,
¡como un Jordán de Olvido que
hasta
el
recuerdo
mismo de
las
quitase
manchas!
MISAS HEREJES
17
Preciso es continuar; cada desmayo
hace ver insalvables
En
noción de
la estéril
distancias.
las
lo imposible,
músculos morales se
los
y en
el
que
afán
se ven lejos las
el
relajan,
miedo empequeñece
cumbres más cercanas.
La formidable voz de anunciaciones
extremece
ambiente con sus vastas
el
repercusiones de tonantes notas,
cubriendo
las
necrópolis de calmas.
La anunciación postrer que
con
los alertas
de cerebros-guardias.
...Muertos odios
las
que vuelven en
opresiones de
la
...Ya
las
caricias
lucha bárbara,
¡como una herida que
y perfuma
se divulga
revienta en flores
vendas maculadas!
puestos en camino,
no se esquiva
el
La senda
de cualquier tropiezo
libre
nunca fué
la
más digna de
encallecida en
la
que
la
del breñal
Así va
obstáculo: se aparta.
la legión,
rumbo
como
planta
suerte deparara.
atravesando
los últimos espacios
del
la
ascensión penosa
abierto
al
que separan
porvenir soñado,
ruta augural, por
donde marchan
EVARISTO CARRIEGO
18
las
sombras
fugitivas del silencio,
en larga proyección, cantando hosannas
si
triunfantes por
cayendo
fin,
frente al Sol,
y
si
vencidos:
como
las águilas!
19
MISAS HEREJES
LA MUERTE DEL CISNE
largo alarido de tristeza
En un
.08 heraldos, sombríos, la anunciaron,
y las faunas errantes se aprontaron
a dejar
el
amor de
Con
el
Genio
la
del
aspereza.
bosque
a la cabeza,
una noche y un día galoparon,
y cual corceles épicos llegaron
en un tropel de bárbara grandeza.
Y
ahí están.
Ya
rugen coros de
cuando
allá,
Como
salvajes emociones,
líricos leones...
en los remansos de lo Inerte.
surgiendo de una pesadilla,
¡grazna un ganso alejado de
la
bondad provechosa de
la
la
orilla
Muerte!
.
20
EVARISTO CARRIEGO
LA APOSTOSÍA DE ANDRESILLO
I
Pues, aquí estoy, señores. Pues... yo soy Andresillo,
¿no recuerdan ustedes? Yo soy aquel
a quien
el
gran Quijote librara cierto día
— porque ahí
de
la
chiquillo
nube de
encajaba bien su caballería
palos,
que mi amo,
—
furioso,
sobre mí descargaba ferozmente donoso.
Al pobre señor loco
maldiciendo,
más
le
hice una ruin ofensa,
tarde, su gallarda defensa,
dejándole mohíno, cabizbajo y corrido
(Sé que
al
fui
correr de los años, comprendiendo
obra que yo pagase con acción tan
deseoso de
la
el
muy
humana
la
villana,
gracia del noble caballero,
sobre su incierto rumbo interrogué
y
—
un mentecato). Después, arrepentido,
bellaco, riendo,
(Desde entonces empieza
me
lo
al
ventero
relató su muerte...
malo de mi
suerte.)
21
MISAS HEREJES
II
Así, olvidando algunas de las cerriles
mañas,
vine a ser otro andante, soñador de fazañas
inauditas y fieras, en lides peligrosas
que
los
encantamientos no hacen siempre sabrosas.
Porque ya
al flaco
se mostraba cansado de su
dueño
Rocinante cambié por Clavileño,
y recorrí
la tierra,
buscando honor y fama
que ofrecer a mi hermosa, desconocida dama,
de quien he recibido desdenes y rigores,
hasta que,
me
vna
al fin,
vencido de los encantadores,
trajeron a ésta prisión o manicomio,
institución sabia, digna de todo encomio,
en donde escarnecido sin cesar, y aporreado
como mi buen
maestro, seriamente he pensado
que desfacer agravios no es sino una locura
que honrara sólo
al
triste
de
la Triste
Figura.
III
...Aquí
medro
y engordo. Tranquilamente yanto,
sin
jamás acordarme de mi viejo quebranto
tan
magro
y tonto. Nunca, ni aun en broma, peco
suspirando retornos
No
al
antiguo embeleco.
hay una sola parte donde mire y no encuentre,
22
EVARISTO CARRIEGO
como emblema
del siglo,
Y
así
va todo
que en
los
esto:
de
la
una bolsa y un
misma manera
menguados tiempos de
la
pasada
Los potentados, viven de prematuros
y
que nada tienen que se
los
De
famosas de
las lanzas
vientre...
cielos,
papen
lo
era.
duelos...
de antes
las justas
hoy, harían bastones los duchos comerciantes,
y,
sacando provecho, del yelmo del Mambrino
venderían quincallas para guardar tocino.
Si se habla a Dulcinea de
no
es
Los
mucho que
amorosas pasiones
se mezclen venteriles razones.
valientes envíos, vizcaínos y gigantes,
ahora se traducen en perlas y
brillantes.
Basilio está de malas:
aunque audaz
sus industrias no valen
las ollas
Hasta Aldonza Lorenzo,
la hija
el
muchacho,
de Camacho.
de Corchuelo,
reniega de los callos que heredó de su abuelo.
—
Si bien ya es
que
el
Para
olor de los ajos anda
los
ahora
una dama, no
que
ha dejado de ser
por sospechosas
El barbero y
muy
porque barrunto
en su punto.
—
libertan recuas encadenadas,
como entonces hay
Ginesillo,
sé
el
artes
cura,
asaz de pedradas.
titiritero:
ha ascendido a banquero.
pregonando sus
en buenas migas, raspan y escrutan
El bachiller Carrasco, sin reposar
ciencias,
las conciencias.
momento
,
pontifica en la cátedra de su doctoramiento,
deslumbrando
a los bobos,
que serán sus secuaces,
MISAS HEREJES
y acallando
la grita
23
de los puros y audaces.
(Mi aporreado maestro no hubiera permitido
que mease en su celada ningún recién
parido).
Los yangüeses de marras, prontos en sus desmanes,
cuidan yeguas ajenas y se llaman rufianes.
A
— ¡pobre
la Justicia
cualquiera
Malambruno
— Los andantes del
si
ven a
reina
hurta
le
la
—
corona.
se salen del
día,
la distancia las
Micomicona!
camino
aspas de un molino;
aunque hoy poco valdrían
los hidalgos gentiles
fuertes perseguidores de picaros y viles,
pues doncellas y viudas hallan amparo en esos
burdeles de oratoria con
Muy
semejante a aquello
que cuando
—
aromado —
nombre de Congresos.
— quizás en
los batanes hizo
lo
Sancho apremiado
por urgencias mayores, en situación bien
hay aquí
cierta
cosa que se dice
política.
Los gobernantes gozan de mil prebendas
y se rascan y
comen en
porque en pos
nadie baja a
la
crítica,
diarias
estas Baratarías,
del misterio de los grandes destinos
honda cueva de Montesinos.
IV
En
fin...
quietos curiosos: malicio que ya es
peroración, y acaso
me merezca una ducha
del jayán enfermero cuidador de mis males.
mucha
—
EVARISTO CARRIEGO
24
— en verdad que me ahorquen
y peor es meneallo.
hasta...
Con
que...
si
yo sé de los
tales
buenos señores
que os permitan mis doctos curadores
no
nuevas
sutiles burlas, si
de
en horas de ocios, a este caso tan raro
oir,
que dos, únicamente,
y
ellos
la
tenéis reparo
humanidad ha
visto,
no fueron otros que Don Quijote y
Aquí me
hallaréis siempre,
manso
Cristo.
a las exigencias
de discretas preguntas y suaves ocurrencias
de los graves galenos o de vuesas mercedes,
honesto y comedido
como
lo
ven
ustedes...
ENVÍOS
'27
MISAS HEREJES
A Doña
Sylla Silva de
En
Si
Mas y Pi
su álbum
de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos,
le resultasen ásperos sus rendidos saludos,
idealistas,
y quieres blandos ritmos de credos
aguarda delicados poetas modernistas
que alabarán en oro
tus posibles desdenes,
coronando de antorchas
devotos de
con que
la
blanca
lis
tus olímpicas sienes,
de tu aristocracia,
ilustro los rojos claveles
de mi audacia;
o espera, seductora, decadentes orfebres
que graben
tus blasones en sus creadoras fiebres:
yo, trabajo el acero de temples soberanos:
los sonantes cristales se
rompen en mis manos.
Palmera brasileña, que
al
caminante herido
ofrendaras tus dátiles de Pasión y de Olvido,
EVARISTO CARRIEGO
28
en
el
Desierto Único: tu eres la apoteosis
que, nimbando de incendios sus fecundas neurosis^.
cruzas por los vaivenes de sus hondos desvelos
como
Yo
si
fueras
Luna de sus noches de
Alondra moribunda
traigo a tu floresta la
que, en
el
violín del
duelos.
Bosque, preludió
Ardor
sinfonía terrena de aquel
que ahuyenta suavemente
las
la
errabunda.
eterno,
aves del Invierno,
y en las horas tranquilas descubre su cabeza
como un símbolo vago de Amor
...Y pasas,
y de Belleza.
y no sola, presintiendo dorados
Orientes, los propicios a los enamorados,
como una
novia enferma que evoca espirituales
promesas en
o esperas
al
las largas
amado, sonriente, como algunas
heroínas que aguardan
hojeando
noches sentimentales;
al
amor de
florilegios alegres
de
las
lunas
la Galia,
con manos de Giocondas poéticas de Italia.
¡Oh, las divinas magas que comulgan misterios
en los ratos fugaces de indecibles imperios...
cuyos tiernos mandatos y ansiadas tiranías
de
las claudicaciones
saben
las agonías!
—
29
MISAS HEREJES
Quiero brindarte versos porque
buena,
te finjo
con no sé que bondades, y porque eres morena
como
—
inspiradora de mis lejanos votos...
la
perspectivas azules de paisajes remotos.
Generosa que amparas de
como
las rosas inviolables
(¡Oh
donde
fugitiva de la
el
labios oprimen.
que tus
las instigadoras del
Paloma
del crimen!)
ensueño y
Ciudad vedada,
Dolor muriera bajo
<:aricia del
la
enamorada
Consuelo: Ciudad donde
suenan como campanas
Ya
como
los fríos crueles,
un fruto viviente de tus sanos vergeles,
las risas
de las futuras Misas!
sobre los hastíos de tus meditaciones,
en fugas radiantes escucharás canciones
de músicas heráldicas, de
que enardecen
las ansias
las
músicas locas
y enrojecen las bocas
en besos fecundantes, cual rocíos de mieles
que hasta en
el
yermo hicieron
florecer los laureles.
Yo, a tu rostro moreno consagraré
violetas,
las nerviosas amadas tristes de los poetas,
y allá en las tibias tardes, serenas de optimismos,
cuando
al
disipar todos tus
más graves mutismos
mis estrofas de hierro torturen
has de pensar, acaso,
si
es
tu garganta,
un hierro que
canta!
EVARISTO CARRIEGO
30
Como un
irradian y
deslumbramiento de rubias primaveras
perfuman
las
dichas prisioneras
de todos tus encantos. ¡Oh, poemas paganos!
Heroína y señora de rondeles galanos:
para que siempre puedas orquestar tus mañanas
calandrias y zorzales mis selvas entrerrianas
te
ofrecen en mis trovas.
Que
te
den
sus
las
grandes
y revienten las
en
liras
yemas donde
las exaltaciones gloriosas
que surgen en
el
como un carmen
en todos los momentos
más nobles
el
acentos,
Placer anida,
de
la
Vida
cálido Floreál de tus horas,
de auroras, eternamente auroras!.
MISAS HEREJES
A
31
Carlos de Soussens
Caballero de Friburgo, de un
castillo
cuyas águilas audaces remontaron
soñadoras de los nidos de
la
en
pupila
el
al sol abierta,
de aventuras,
el Ideal,
las líricas futuras,
coronando
las alturas
vuelo de armonías de una musa:
la orquestal.
Visionario de un ensueño que inspiró un vino divino,
melancólicas vendimias de las uvas de tu Abril...
tú también tendrás
un Murger, y verá
el
barrio Latino
perpetuarse tu bohemia; milagroso peregrino,
compañero de prisiones en
Que
al
la
Torre de
se cumpla, por tu gloria,
decirte de
la
marfil...
promesa de Darío,
una estatua sobre firme
pedestal;
que
relinchen tus corceles los clarines de su brío;
que
la
el
Virgen del sudario no desolé con su
jardín de poesía de un eterno Floreál.
frío
EVARISTO CARRIEGO
32
En las misas de tu
más
credo,
cordiales,
más
inquietas,
que
te
canten y consagren fugitivo de Verlaine;
que
te
nombren compasivas
las
Mimis y
Musetas,
las
y relaten conmovidos sus pintores y poetas
cuando entrabas predicando por
Que
tu azul Jerusalén...
tus pálidas princesas de inefables corazones,
un olímpico
lleven lirios de tus rimas a
con
las hostias fraternales
que
el
País...
de tus suaves comuniones,
orfebre de los triunfos en tus líricos blasones,
grabe todos tus laureles con olivo y
Ya serás en el
como aquel de la
flor
de
lis.
recuerdo, cuando seas un pasado,
leyenda que tus éxtasis meció,
ya serás, para in eternum, de algún bronce perpetuado,
como guardan
tus
memorias
aquel beso con que
Hugo
infantiles,
por sagrado,
tu niñez acarició!
MISAS HEREJES
33
A Juan Más y
En
la
gran copa negra de
la
sombra que avanza
quiero probar del vino propicio a
Quiero beber
y estos
(No
me
ratos,
sé
la
la
añoranza.
que bebiéramos
juntos,
de aquéllos, serán nobles trasuntos.
por qué
ha invadido
En
del vino
el
esta hora,
sombría y
silenciaria,
cerebro de fiebre visionaria.)
acera de enfrente, su clara risa suena
una muchacha alegre como una Nochebuena.
El arrabal, desierto,
conmueve un
organillo,
y bailan las marquesas del sucio conventillo;
y vienen las memorias, conturbadas e inciertas
como un vago
Pi
regreso de ensoñaciones muertas...
EVARISTO CARRIEGO
34
...He leído tu libro.
Un
saludo levanta
voz det entusiasmo, que perdura y que canta;
la
Ja voz alentadora de btienas expansiones
en
de nuestras comuniones.
las largas teorías
Aquel señor tan
y Único Caballero
(Y eso que tu
— Único hijo de Dúos,
loco...
— nos hermanó a los dos.
quisiste,
no sé por qué cruel
sospecha inconfesable, serle una vez
infiel...
Mas, ya estás perdonado. Pero en verdad
que en otra no
En
la
te
escapas sin sufrir tu
calma severa de
las
te
digo
castigo...)
meditaciones:
dolor de tus constantes inquietas obsesiones,
ideando
se
enfermó
el
derrotero de los
tu
De
el
duro en
el
Bien y
la
el
Mal,
un ansia de vida ascensional.
expansión
Has volcado
en
antes,
tus actuales fórmulas hiciste las
que en
plausibles
cabeza de ensueños imposibles...
Te veo como
pictórico de
rumbos
el
te
amadas
ofrendan bellezas flageladas.
consuelo de
vaso de angustias:
el
tu
mejor augurio
cáliz del tugurio.
35
MISAS HEREJES
Amas
el
bello gesto
tiene orgullo de
Te obseda
el
que en
las
— Compañero:
siglos, a las cumbres...
seamos en nuestra Misa
tentación, sermón, hostia: todo
Cantemos en
las liras
menos
diaria
plegaria.
de los credos tonantes
canción nunciadora de mañanas radiantes.
La vida
es
las llagas.
clamoreo de enormes muchedumbres
que van, con su Epopeya de
la
horas aciagas
púrpura para cubrir
es
Dolor siempre,
Dolor hecho carne y
es
así
cambie de nombre:
Dolor hecho Hombre.
Libertémosla, entonces, de los contagios viles
que, en la sangre,
¡En marcha
que un
los glóbulos viriles.
País nuevo de las
brumas
ausentes,
día vislumbraron los geniales videntes!
Derrotando
el
al
empobrecen
el
Silencio pregona la conquista
salmo combativo de un fuerte Verbo
Pongamos en
lo
hondo de
las frases
besos consoladores que suavicen
En procesión inmensa va
mordidas
las
el
artista...
más
sacras
las lacras.
macilento enjambre:
entrañas por los lobos del hambre.
EVARISTO CARRIEGO
36
Lo custodia
el
Misterio, y lleva en sus arterias
inoculado un virus de sórdidas miserias;
no hay que temer
quizá es peor
la
la
lepra
que roe
los abyectos:
higiene de los limpios perfectos.
Efígien su nobleza también los infelices:
¡Blasón de los harapos,
lis
de
las cicatrices!
la justa
de todos los rencores-
insignias de los bravos
modernos luchadores!
Lidiemos en
Para esperarte, amigo, después de
aunque sea en
Te
el
la
yermo yo plantaré mi
contienda,
tienda.
envío, pues, mis versos, mis versos torturados,
como
flores
amargas de jardines
violados...
¡Y sean mis estrofas los heraldos cordiales
de una
lírica
tropa de
poemas
triunfales!
MISAS HEREJES
A
37
J. J.
Al astrólogo Ensueño, sus novias:
contáronle
el
Soiza Reilly
las estrellas,
secreto de unas cosas tan bellas
que un ruiseñor
lunático,
que cantaba
a las rosas,
puso en sus sinfonías esas extrañas cosas.
Era un noble pronóstico, que, enigmáticamente,
irradiaba su Verbo,
como un límpido
Oriente
en gestación de soles. (Quizá una profecía
de los magos geniales en blanca Epifanía).
Eran graves promesas. Era un coro de astros
que dejaba en
la
Yo, en mi musa
hablaron
Y
es
al
que,
salvaje, los
las estrellas
con
la
evoqué, y entonces
voz de los bronces.
ritmo un saludo. Si hallas
porque cada
que
la
así
pauta sus luminosos rastros:
corazón resguarda de
al
la
canción dura,
estrofa tiene algo de armadura,
la flecha
clavarse, a veces se vuelve
amistosa:
ponzoñosa.
EVARISTO CARRIEGO
38
Tal vez en
me
el
Envío que trabaja mi mano
ayuda Perogrullo
como
...Son versos
muchas
¡tan ingenioso y llano!
zarzas, pero
síntesis bravas
La Epopeya
de temidas bellezas.
ha anunciado sonora,
del Triunfo se
galope del rojo centauro de
al
que
llega,
como
hay en sus rudezas
heraldo de
la
la
Aurora
Ciudad
precursor del saludo, del laurel y
lejana,
la diana.
— Floraciones de músicas en un carmen de gloria —
divulgan los clarines
la futura Victoria,
pues, sobre nidos de águilas, se ha soñado la lumbre
las teas clavadas
de
Desfilan en
los residuos
tus
el
la
más
alta
cumbre.
biógrafo del recuerdo entusiasta,
amargos de
vagabundos
testas
en
la sufriente casta:
trágicos, tus tristes heroínas:
de manicomios, cuellos de guillotinas;
tus perros soñadores, con nostalgias de luna,
humana pasión donde
la historia
de
la
el delito
el
beso, la
que
y
amada y
el
aduna
se
suicida
se fué de la reja y después de la vida;
tus asesinos bárbaros, apóstoles del
tus pobres Margaritas
Crimen,
que jamás se redimen,
tus poetas borrachos, con hambres de
apoteosis,
tus Nietzsches de presidios en celdas de neurosis...
MISAS HEREJES
Y
demás y
lo
todo...
39
La herida de
la
pena,
que
tiene tintes rojos para cada azucena,
y
último lamento del niño moribundo
el
que fué como un andrajo flotando sobre
Y
lo
que no harás nunca:
lo
alma que
tal
que dejó
al
el
mundo.
que ocultó su
lo
cerrarse se guardara la llave,
la vida,
clave,
•
por infame y monstruoso,
en una frase trunca de gesto doloroso.
...Sea tu credo,
el
hermano, mezcla de luz y acero:
triunfador es bravo y es duro
porque
la
bondad misma, no
que esconde
Así,
el
manten
burgués
el justiciero,
es sino el espejismo
sello del
tu lema: fuerte
señor Egoísmo.
como
la
muerte,
para siempre in eternum, porque ya de esa fuerte
raza de
Don
Quijotes
vamos quedando pocos:
— ¡no hablaron de los vientres los Zarathustras locos!Acometan serenos
los
modernos andantes,
que aun medran soberbios vestiglos y gigantes.
¡Cabeza y brazo para realizar el empeño:
si
Rocinante es torpe que venga Clavileño!
Den, sin temor, ejemplos de
viriles
acciones
delante de las jaulas de todos los leones,
y
el
burlador cobarde que se clave en
las bellezas
normales que
le
hacen ser
la frente
hiriente.
40
EVARISTO CARRIEGO
Buscando
no sabrán
pero, eso
los peligros, en ignoradas sendas,
las heridas
sí,
de femeniles vendas,
las lanzas,
encontrarán molinos
y,
señores caballeros,
aun mucho más, carneros,
entuertos y prejuicios, y otros añejos males,
bellacos, malandrines, follones, hidetales
y toda
la
caterva del torvo Encantamento
que ha hecho
del
abdomen
Ideal y Pensamiento.
...Compañero: levanta, coronando imposibles,
el
quijotismo, y lleva,
como armas
invencibles,
cuando emprendas alguna simbólica
el
Genio por escudo, y por blasón
la
salida,
Vida!
OFERTORIOS GALANTES
MISAS HEREJES
43
DE LA TREGUA
Un
la
instante
no más. Vengo a cantarte
canción del laurel ¡Alza
que
la frente
es la única digna del presente
que, en mi salutación, voy a dejarte!
Tendrá
el
orgullo de tu sentimiento,
hoy, otra vez,
el
soñador cansado
que se acerca a buscar
el
aquí, a tu lado,
generoso olvido de un momento.
Y
en
tu sol a
tregua fugaz, mientras se
la
mi pesar
consentirá
el
indefinido,
león, agradecido,
que peine su melena una paloma.
Una
ausencia gentil de mi fiereza,
cortés claudicación admirativa,
te dejará
anunciarme, imperativa,
la altivez
inmortal de tu belleza.
asoma
EVARISTO CARRIEGO
44
Pero, aunque pueda ser
así,
no quiero
sujeción de tus amables lazos,
la
ni en la suave
de
las
cadena de unos brazos
ternuras ser
un
prisionero.
Ni aguardes que hasta
pues no debo quitarme
aun en homenaje a
ni
siendo
Y
el
caricias lleve,
ti
la
tu
armadura
hermosura,
reposo de mi afán tan breve,
no puedo ceder,
ni frente al rico
róseo panal de tu sonrisa leda:
¡El hierro luce
y
el
mal junto a
la
seda
escudo no sinre de abanico!
Eso
sí,
en
la
canción, antes^ que vuelva
a mi fuerte Ideal, verás, acaso,
para orquestar
las
horas a tu paso,
un regreso de alondras a mi
Eso
sí,
la
selva.
canción tiene un lirismo
tierno y galante para cada beso
que amanece en
se
tus labios, y
por eso
ha puesto a declinar mi pesimismo.
Tal
es,
pues que
lo
que digo; y hoy, que^llenas
mi odres de pasión con
¡sobre
el
tus bondades,
rojo clavel de mis crueldades
sangrarán mi perdón tus azucenas!
MISAS HEREJES
...Y
después de beber en tus
como en
¡te
lago de
amor
45
castalias,
tranquilo y terso,
besaré las sienes con un verso
para calzar de nuevo
las sandalias!
EVARISTO CARRIEGO
46
EL CLAVEL
Fué
al
cuando
surgir de una
duda insinuativa
hirió tu severa aristocracia,
como un símbolo rojo de mi audacia,
un clavel que tu mano no cultiva.
Quizás hubo una frase sugestiva,
o viera una intención
tu perspicacia,
pues tu serenidad llena de gracia
fingió
Y,
una rebelión
así,
despreciativa...
en tu vanidad, por
condena de un
la
impaciente
orgullo intransigente,
mi rojo heraldo de amatorios credos
mereció, por su símbolo atrevido,
como un
apóstol o
la guillotina
como un bandido
de tus nobles dedos.
47
MISAS HEREJES
REVELACIÓN
Lujosamente bella y exquisita,
con
aire
de gitana tentadora,
llegaste, adelantándote a
rodeada de misterios a
la
hora,
la cita.
El salón reservado oyó la cuita
de una cálida noche pecadora,
y
al
amor de
reventaron
tu carne
las
ofrendadora
yemas de
Afrodita.
Fué en esa breve noche de
propicia
al
locuras,
Floreál de tus ternuras,
que, cual glóbulos de ansias pasionales,
tu sangre delictuosa
infiltró
el
en
el
de bohemia
cansancio de mi anemia
ardor de los fuertes ideales!
EVARISTO CARRIEGO
48
TUS MANOS
Me
obsedan tus manos exangües y
finas,
¡tus manos! puñales de heridas ajenas,
cuando en
el
teclado predicen, en notas,
las inapelables
deseadas condenas...
Tus manos, amores de nardos y
rosas,
cuya Histeria tiene sangre de pasiones,
como
aquellas suaves que guardan ocultas
en venas azules sombrías traiciones.
Como
las nerviosas
manos de mi amada,
que, en largas teorías de gestos cordiales,
devotas del dulce crimen amatorio,
degüellan mis mansos corderos pascuales!
MISAS HEREJES
49
EXÓTICA
Tiene un rico sabor de canela
el
.
encanto andaluz que derrama
hermoso donaire flamenco,
ese
que
trajiste del
— En su
barrio de Triana.
patio de sol, vio Sevilla
adornarse por
ti
las guitarras,
hoscos ceños de majos celosos
y torneos de
A
la
tu lado,
mantilla
fieras navajas.
me
—
envuelve en perfumes
que cubre
tus gracias,
y tu sangre, de ardor y misterio,
su bravia pasión
Y me
pongo
me
contagia.
a pensar en heridas
de claveles y frutas moradas,
cuando
en
el
se abre la flor de tus labios
carmen de todas
Y me
las ansias.
llenan de luz la cabeza,
yo no sé que canciones bizarras
50
EVARISTO CARRIEGO
de tu
tierra
de amor y
alegría,
y deseo aventuras extrañas,
aventuras rarísimas, cuando
— como un vaso de
en
la
copa mortal de
néctar de Málaga
tus besos
bebo un vino de sangre
gitana.
MISAS HEREJES
EN SILENCIO
Que
este verso,
vaya hacia
ti,
que has pedido,
como enviado
de algún recuerdo volcado
en una
tierra
de olvido-
para insinuarte
al
oído
su agonía más secreta,
cuando en
por
las
tus noches, inquieta
memorias,
leas, siquiera
una
tal
vez,
vez,
las estrofas del poeta.
¿Yo..? Vivo con la pasión
de aquel ensueño remoto,
que he guardado como un voto,
ya viejo, del corazón.
¡Y
sé,
en mi amarga obsesión,
que mi cabeza cansada,
01
EVARISTO CARRIEGO
52
caerá,
de
la
recién, libertada
prisión de ese ensueño
¡cuando duerma
sobre
la
el
postrer sueño
postrer almohada!
53
MISAS HEREJES
DE PRIMAVERA
En un
carro triunfal hecho de auroras,
y envuehas en flotantes museUnas,
con impudor de audacias femeninas
han llegado
las
nuevas doce horas.
El viejo de las frígidas doloras,
lloradas en letales sonatinas,
va huyendo, incorruptible, en sus neblinas,
de
las
doce muchachas pecadoras.
¡Una orgía de
de músicas
y
el
el
luz..!
Hoy
se
ha llenado
nido fecundado,
cantor de selváticos poemas,
— heraldo de los
sueños germinales
anuncia en sus pregones orquestales
el
reventar glorioso de las yemas!
—
54
EVARISTO CARRIEGO
INVITACIÓN
Amada,
estoy alegre: ya no siento
la
angustiosa opresión de
el
pájaro
fatal del
graznando se
alejó
Amada, amada:
de mi cabeza.
de nuevo,
ya,
vuelve a vibrar en mí,
que hasta sabe domar
a oir.
como
el
canto
otras veces;
hombre, porque puede
¡y el canto es
Ven
la tristeza:
desaliento
tus altiveces!
Abandona
Deja
al
mendigo en
para
el
dolor,
tanto,
la ventana...
paz. ¡Son tus ternuras,
como
las
de una hermana,
y sólo para mí suelen ser duras!
¡Manos de siempre compasiva y buena,
yo tengo todo un
sol
para que alumbres
ese olímpico rostro de azucena
hecho de palidez y pesadumbres!
55
MISAS HEREJES
Hoy
soy
así.
Soy un poeta loco
que ve su dicha de
tus tedios presa...
un poco
¡Ven y siéntate
al
piano: bebe
de champán en
la
música francesa!
No
quiero verte
triste.
De
tu cara
borra ese esguince de pesar cansino...
¡Hoy yo quiero
hoy tengo
el
vivir...
¡Qué cosa
rara,
corazón lleno devino!
—
EVARISTO CARRIEGO
56
EN EL PATIO
Me
gusta verte
así,
bajo
la parra,
resguardada del sol del medio
risueñamente audaz,
como
día,
gentil, bizarra,
una evocación de Andalucía.
Con
olor a salud en tu belleza,
que envuelves en exóticos
roja de clavelones la
vestidos,
cabeza
y leyendo novelas de bandidos.
— ¡Un
carmen andaluz, donde
en los viejos rincones
los rosales
la jaula
y
el
solitarios,
que ocultan y ensombrecen
color de tus canarios!
¡Cuántas veces no creo
todo
que
como
tus
florecen,
al
acercarme,
en un patio de Sevilla,
más
frescas flores vas a darme,
y a ofrecerme después miel con vainilla!
MISAS HEREJES
O me
57
doy a pensar que he saboreado,
mientras se oye una alegre castañuela,
un
rico arroz
con leche, polvoreado
de una cálida gloria de canela.
¡
Cómo me
gusta verte
así,
graciosa,
llena de inquietos, caprichosos
rodeada de macetas,
y,
mimos,
golosa,
desgranando pictóricos racimos!
Y
al
mojarse tus manos delincuentes,
reventar las uvas arrancadas,
como en sangre de
vidas inocentes
a tu voracidad sacrificadas!...
Y
ver vagar, cruelmente seductora,
en esos labios finos y burlones,
tu sonrisa
de Esfinge, turbadora
de mis calladas interrogaciones.
Y
desear para mí, las exquisitas
torturas de tus dedos sonrosados,
¡que oprimen
las
doradas cabecitas
de los dulces racimos degollados!
EVARISTO CARRIEGO
58
TU SECRETO
¡De todo
te olvidas!
Anoche
dejaste
aquí, sobre
el
piano, que ya jamás tocas,
un poco de
tu
alma de muchacha enferma:
un
libro,
vedado, de tiernas memorias.
Intimas memorias.
Yo
lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el
dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que
me nombras.
...Ven, llévate el libro, distraída llena
de luz y de ensueño. Romántica
¡Dejar tus amores ahí, sobre
el
loca...
piano!
...De todo te olvidas ¡cabeza de novia!
MISAS HEREJES
59
FILTRO ROJO
Porque hasta mí
la
llegaste silenciosa,
ardiente exaltación de mi elocuencia
derrotó
la glacial
que mostrabas,
indiferencia
altiva
y desdeñosa.
Volviste a ser la de antes. Misteriosa,
como un
rojo clavel tu confidencia
reventó en una amable delincuencia
con no sé que pasión pecaminosa.
Claudicó gentilmente tu arrogancia,
y
al
beber
— ¡oh,
¡y
las
el
locuaz vino de Francia,
uvas doradas y fecundas!
—
una aurora
tiñó tu faz de armiño,
hubo en
jaula azul de tu corpino
la
un temblor de palomas moribundas!
—
EVARISTO CARRIEGO
60
DESPUÉS DEL OLVIDO
Porque hoy has venido,
con tus adorables gracias
lo
mismo que
antes,
exquisitas,
alguien ha llenado de rosas mi cuarto
como en
¿Te
los instantes de pasadas citas.
acuerdas?... Regreso de
aun guardo, entre
con
la
no sé
Y
otras, aquella
que soñabas
si
a Lucía,
noches
lejanas,
novela
imitar, a ratos,
no sé
si
a Grazziela.
aquel abanico, que sentir parece
la inquieta, la tibia
presión de tu mano;
aquel abanico ¿te acuerdas? Trasunto
de aquel apacible, distante verano...
Y
aquellas
memorias que
escribiste
un
— un libro risueño de celos y quejas.
¡Rincón asoleado! Rincón pensativo
de cosas tan vagas, de cosas tan
viejas!...
día!
MISAS HEREJES
Pero no hay los versos: ¡Qué
51
quieres!... te fuiste!
— ¡Visión de saudades, ya buenas, ya malas! —
La nieve incesante
del
bárbaro astío
¿no ves? ha quemado mis
...
líricas alas.
Para que añoranzas? Son
como
las
filtros
amargos
ausencias sus hoscos asedios...
Prefiero las rosas, prefiero tu risa
que pone un
rayito
de
sol
en mis tedios.
Y porque al fin vuelves, después del olvido,
en hora de angustias, en hora oportuna,
como antes, es hoy mi cabeza
una pobre loca borracha de luna!
alegre
—
62
EVARISTO CARRIEGO
TU
Cuando escucho
el
un
cálido vino
me
llena
—
el
— licor de bohemia —
cerebro de músicas locas.
vino que moja tu noble garganta...
una húmeda
:
rojo violín de tu risa,
que olvidados acordes evocas,
en
Un
el
RISA
jaula de finos cristales,
cuyas orquestales invisibles
rejas,
aprisionan raros divinos zorzales.
Y
cuando
que roba
lo escancias, cordiales
de un ritmo
caricias a los terciopelos,
caen en mi copa, de espumas amargas,
cual lluvia de estrellas de líricos cielos.
¡Tu
risa!..
como un
sobre
un
el
Me
encanta,
me obseda
el
oído,
intangible sonoro teclado
que han volcado
rico y bullente
los
duendes amables
champaña dorado!
MISAS HEREJES
No
sé porque a veces,
si
63
en rápida fuga
tus polifonías se van diluyendo,
por mi
éxtasis
tristes
y jocosos
que muriesen llorando y
pierrots
No
pasan
porque a veces
sé
riendo...
me quedo pensando
en óperas breves, donde colombinas
hermosas y rubias, fingiesen
de luz en
O,
muy
gentiles
me
las
danzas de
collares
las serpentinas.
vagamente, bajo mecedores
ensueños de cosas francesas,
creo en florido jardín de Versalles,
acechando un coro de lindas marquesas.
Si acaso disipa
mis hondos mutismos,
con su leve magia de dulces misterios,
en
la
quietud vibra,
como una
sonata
de alegres clarines en un cementerio.
Cuando en
el silencio,
llegan del Hastío las
custodiando
sobre esas heridas: flores de
ella agita
Odio,
la
sombra,
y vuelca su taza de mieles...
Cuando en mis
severas Misas taciturnas
se oye tu fanfarria, de sones ligeros,
el
el
rondas crueles,
Genio, vencido por tu
musa
loca
suaviza del rito los bronces austeros.
EVARISTO CARRIEGO
64
Tus
líricas flautas
anuncian
la fiesta
y tus ocarines
de
las
harmonías,
gama
y mariposean por toda
la
crescendos chispeantes
como
Por
eso,
pedrerías.
semeja tu boca un mineático
salón,
decorado con frescos de notas,
donde
baila siempre, cautiva parlera,
una
roja
Por
que
la
dama, galantes gavotas.
eso, te ofrecen
mis cisnes
altivos,
tus adorables alondras desdeñan,
dulce agonía del último canto
y doblan
Por
el
cuello y escuchan y sueñan.
eso, si
bebo
tu risa
bohemia,
— armónico vaso de néctares suaves —
¡mi pobre cabeza se llena de luna
y claudican todos sus órganos graves!
65
MISAS HEREJES
RATOS BUENOS
Está lloviendo paz.
¡
Qué temas
viejos
reviven en las noches de verano!...
Se queja una guitarra,
y mi vecina hace
a lo lejos,
allá,
reir el piano.
Escucho, fumo y bebo, mientra
el
fino
teclado da otra vez su sinfonía:
El cigarro, la
familiar,
música y
generosa
el
vino,
trilogía...
...¡Tengo unas ganas de vivir la riente
vida de placidez que
Y
en
me
rodea!
por eso quizás, inútilmente,
el
cerebro un cisne
¡Qué bien
se está,
me
aletea...
cuando
el
ensueño en una
tranquila plenitud se ve tan vago!...
¡Oh, quien pudiera
diluir la
Luna
y bebería en la copa, trago a trago!
EVARISTO CARRIEGO
66
Todo
viene apacible del olvido
en una caridad de cosas
así
como
si
bellas,
Dios, arrepentido,
se hubiese puesto a regalar estrellas.
¡Qué agradable quietud! ¡Y qué sereno
el
ambiente,
sin
al
que empiezo a acostumbrarme,
un solo recuerdo, malo o bueno,
que, importuno, se acerque a conturbarme.
Y me
siento
feliz,
porque hoy tampoco
ha soñado imposibles mi cabeza:
En
el
fondo del vaso, poco a poco
se ha dormido, borracha, la tristeza...
67
MISAS HEREJES
A LA ANTIGUA
¡Oh, señora: gentil
¡oh, señora,
dama de mis
mi señora, yo
le
noches,
ruego
que abandone esa romántica novela:
«>
orgullosa favorita de sus dedos.
Que abandone sus
donde hay
citas,
callejuelas y
historias
de aventuras,
donde hay dueñas y escuderos
sombríos embozados
y tizonas y amorosos devaneos;
acechanzas del camino y estocadas
de cadetes o gallardos mosqueteros,
y,
amador noble y rendido de su
reina,
algún Buckinghan lujoso y altanero.
Que abandone,
le repito,
su romance,
su romance mentiroso, pues confieso
que me enoja
la
atención que
le
con agravio de mis quejas y mis
dispensa,
celos.
68
EVARISTO CARRIEGO
De mis
las
celos,
sí,
me
lo digo, tal
tienen
hazañas del cuidado caballero,
a quien sueña usted señora, contemplando
sus balcones, con la escala de
Romeo.
¡Oh, señora, mi señora! son
las doce...
¿Hasta cuándo piensa usted seguir leyendo?
¡Hay valor en su tenaz
que no teme
Son
las
los peligros del silencio!...
doce: ya se aprontan los aleves,
los galantes foragidos
a cruzar
indiferencia
la callejuela
de los besos,
de unos labios
donde anoche asesinaron
al
Ensueño...
¡Ay, entonces, de las bocas asaltadas
por
los rojos
embozados
¡Ay de usted señora mía
¡Que
la
del
si la
Deseo!
encuentran...
salve su hazañoso caballero!
69
MISAS HEREJES
LAS
A
todas las evoco. Pensativas,
cual
si
pasar,
en
MANOS
tuvieran alma, yo las veo
como
teorías
que viniesen
de un verso.
las estancias líricas
Las buenas,
las cordiales,
generosas
madrecitas de olvidos en los duelos,
las
buenas,
las
volvimos a
las cordiales,
ver, ni
en
que ya nunca
el
Las manos enigmáticas,
recuerdo.
las
manos
con vagos exotismos de misterio,
que ocultan, como en
las
libros invisibles,
fórmulas vedadas del Secreto.
Las manos que coronan los designios,
las
manos vencedoras
que sueña,
del Silencio,
a veces, derrotado,
en
las
un
tardío laurel de luz
el
genio.
EVARISTO CARRIEGO
70
Las pálidas, con sangre de azucenas,
violadas por los duendes de los besos,
que
una
vi
sobre
la
vez, nerviosas, deslizarse
gama
azul de
Las manos graves de
un
florilegio.
las ¿lovias
muertas,
rígidas desposadas de los féretros,
leves hostias de ritos amatorios
que ya nunca jamás comulgaremos;
manos inmóviles y
esas
que se
petrificaron en
como una
de
la
extrañas,
pecho
el
interrogante dolorosa
inmensa ansiedad
del postrer gesto.
Las crueles que saben
el
encanto
del fugaz abandono de un momento.
Las exangües,
las castas
severas domadoras
como
vírgenes,
del Deseo.
Las'santas, inefables, las ungidas
cbn mirras de perdón y de consuelo:
amadas melancólicas y breves
de los poetas y de los enfermos.
Las románticas manos de
que, en la
las tísicas,
voz-moribunda de un arpegio,
como conjuro agónico
llamaron a Chopin,
angustiado,
desfalleciendo...
MISAS HEREJES
71
Las manos que derraman por
la
noche
los filtros germinales en el lecho:
que escriben
las
sobre
las
las cláusulas
carnes que violó
Las manos sin amor de
más
frías
que se esfuma en
como paloma
las largas
del adiós
¡Las Únicas, las
manos que en
las
pusieron,
las
y más blancas que
fecundas
invierno.
el
amadas,
el
pañuelo
despedidas
supremo.
fieles, las
los ojos
al cerrarlos, la
anónimas,
de algún muerto
postrera
temblorosa caricia de sus dedos!
Las manos de bellezas
manos como
las
irreales,
de recuerdos,
lirios
de aquellas que se fueron a
en
la
piedad del éxtasis eterno.
Las místicas, fervientes
inmaterializadas en
las
el
las
como
las
imágenes
nazarenos.
triunfan del Olvido,
el
de no haberlas besado,
el
exvotos,
rezo,
tristes
manos que
¡esas, blancas
con
como
manos que humanizan
de los blondos y
Y
la luna,
remordimiento
ni siquiera
beso intangible del ensueño!
EVARISTO CARRIEGO
72
A COLOMBINA, EN CARNAVAL
Colombina ¿qué
se hicieron
tus risas de cascabel?
¡Ah! desde que se perdieron
— lo saben quienes
te
quedó inconcluso un
Surge de
y
como
oyeron
—
rondel...
las viejas salas
antes, oportuna,
vuelve a reinar, hoy que exhalas
suspiros por las escalas
con que
asaltaste la luna.
¿Por qué ese
como un fúnebre
Si es la
no
que
te aflijas,
reir
que suena
fagot?...
yo sé tu pena,
que serena
fué la muerte de Pierrot.
MISAS HEREJES
Murió de haberte
Y
querido...
ahora que sé tu mal,
para empaparte de olvido,
voy a mojar tu vestido
con agua de madrigal.
Pero debo imaginarte
entre todas confundida,
si
es
y
así,
que quieres
la estrofa
Y
disfrazarte,
empezaré a rimante
ayer ofrecida.
puesto que eres coqueta,
sensible a
un buen decidor,
porque
mandas, inquieta,
me
lo
vestiré
de poeta
para cantarte mejor.
Anónima enmascarada
que
de
vas, nerviosa, a la cita,
sutil
gasa adornada,
como una media
que
a la indiscreción
Lleva
que
la
calada
te
el
incita:
disfraz colorado,
acompaña
al
placer,
sangre que ha derramado
un corazón reventado
en tus manos de mujer.
73
EVARISTO CARRIEGO
74
Marquesita sin blasones,
sabia en la
broma
que escuchas en
galante,
los salones
correr mil murmuraciones
de elogios a
¡Cómo
la intrigante...
luce tu altanero
orgullo de flor de
lis
cuando habla ese caballero
con
traje
de mosquetero
tiempo de algún rey
del
Luis...
Coqueta, linda coqueta,
risueñamente locuaz:
escondida y bien sujeta
lleva
siempre
debajo del
Pues que
la fina
la careta
antifaz.
está oculta la
mano
hermosa
enguantada,
¡van, en la seda olorosa,
cinco
lirios
color rosa
corriendo una mascarada!
Como
adivino un deseo
de burla, en tu voz, y tienes
la
gracia del discreteo,
me
disfrazaré de Orfeo
para domar tus desdenes.
MISAS HEREJES
¿Qué
es esa melancolía
que a conturbar
alma de tu
el
¡Bien haya
del gesto
así llega
alegría?...
la bizarría
que
doblega!
te
¡Ensueño de marmitones,
y loca fregatriz
triste
que, por breves ilusiones,
abandona sus fogones
en
traje
Por
de tu
de emperatriz;
la gloria
altivez
de tan bella
la
gracia
de heroína,
aristocracia,
ha claudicado
del
de
la
acracia
changador de
la
esquina.
Modista, pobre tendera,
o esclava
del obrador:
vestida de primavera,
ya rendirás
al
hortera,
tenorio de mostrador.
Flor que aroma
el
delincuente
búcaro del Cafetín,
loca máscara insolente
que aguarda
lista,
impaciente,
su gallardo bailarín.
75
76
EVARISTO CARRIEGO
Ebrio de amor y de vino,
sensual donaire guarango
lucirá tu
cuerpo
noche en
esta
cuando
te
fino,
Casino
el
entusiasme
Muchacha
el
tango.
conventillera
que, en apuros maternales,
pasaste
la
noche entera
arreglando esa pollera,
honra y prez de
ya,
despertando
de otras de
irás
los percales,
la
ganas
las
vecindad,
con tus dos hermanas,
Terpsicor^ suburbanas,
a
un
baile de sociedad...
Mascarita... viejecita,
¡en
que deslumbrantes fugas
va tu añoranza bendita!...
¡Viejecita, mascarita
de careta con arrugas!...
...Colombina
¿Qué
se hicieron
tus risas de cascabel?
¡Ah! desde que se perdieron,
lo
saben quienes
te
oyeron
quedó inconcluso un
rondel...
MISAS HEREJES
¡Venga
de tu
risa
la flauta
de
divina
cristal!...
¡Colombina, Colombina:
allá
va una serpentina
continuando
el
madrigal!
77
EL ALAA DEL SUBURBIO
MISAS HEREJES
EL
ALMA DEL SUBURBIO
El griego musicante ya desafina
en
suave habanera provocadora,
la
cuando
se anuncia a voces, desde la esquina
— famoso — de última hora».
«el boletín
Entre
la
algarabía del conventillo,
esquivando empujones pasa
pues
trae noticias,
divulgando
las
la
rueda de los marchantes,
heraldo gangoso vende sus hojas...
donde sangran
de
uno que otro chiquillo
nuevas del pregonero.
En medio de
el
ligero,
las
los sueltos espeluznantes
acostumbradas crónicas
rojas.
Las comadres del barrio, juntas, comentan
y hacen
filosofía
sobre
el
destino...
mientras los testarudos hombres intentan
defender
al
amante que fué asesino.
81
EVARISTO CARRIEGO
82
La cantina desborda de parroquianos,
y
como
las
trucadas van a empezarse,
mugrienta baraja cruje en
la
que dejaron
las
copas que han de jugarse.
Contestando a
las
de los del grupo,
el
muchas insinuaciones
héroe del homicidio
de que fueron culpables
narra sus aventuras en
En
la calle, la
al
las elecciones,
el
presidio.
buena gente derrocha
sus guarangos decires
porque
manos
las
más
compás de un
lisonjeros,
tango, que es «La Morocha»,
lucen ágiles cortes dos orilleros.
La
tísica
de enfrente, que salió
al
ruido,
tiene toda la dulce melancolía
de aquel verso olvidado pero querido
que un payador galante
La mujer
le
cantó un día.
del obrero, sucia y cansada,
remendando
la
ropa de su muchacho,
piensa,
como
otras veces, desconsolada,
que
vez
marido vendrá borracho.
tal
el
...Suenan las diez.
se
y
apagaron
el
las velas
barrio entero
No
en
se oye ni
un solo
grito;
las bohardillas,
duerme como un bendito
sin negras opresiones
de pesadillas.
!
83
MISAS HEREJES
Devuelven
el
las
oscuras calles desiertas
taconeo tardo de los paseantes;
y dan
la sinfonía
de
las alertas
en su ronda obligada los vigilantes.
Bohemios de rebeldes
crías sarnosas,
ladran algunos perros sus serenatas,
que escuchan, intranquilas y desdeñosas,
desde su inaccesible balcón
las gatas.
Soñoliento, con cara de taciturno,
cruzando lentamente los arrabales,
allá
de
va
el
gringo... ¡pobre
Chopín nocturno
las costureritas sentimentales
¡Allá vá el gringo!
que uncida
a
un
como
bestia paciente
viejo carro
de
la
Harmonía
arrastrase en silencio, pesadamente,
el
alma del suburbio, ruda y sombría!
EVARISTO CARRIEGO
84
LA VIEJECITA
Sobre
doblado
la acera,
que
cuerpo
—
sol escalda,
el
—
la
cruz obliga
lomo imposible, que
es
una espalda
desprecio y sobra de
la fatiga,
pasa
la
el
la vieja, la
que
es,
inconsolable,
apenas, un desperdicio
del infortunio, la lamentable
carne cansada de
La
viejecita, la
un sedimento de
deshecho
inútil,
sacrificio.
que se
la
siente
materia,
salmo doliente
del Evangelio de la Miseria.
Luz de
sobre
la
pesares, propios o ajenos,
pena de su
faz
mustia
dejan estigmas, de dolor llenos,
entristeciendo su
misma
angustia;
su misma angustia que ha compartido,
como
el
mendrugo que no
la sacia,
con esa niña que ha recogido,
!
MISAS HEREJES
85
retoño de otros, en su desgracia.
Esa pequeña que va a su lado,
la
que mañana será su apoyo,
flor del
lirio
suburbio desconsolado,
de anemia que dio
el
arroyo.
Vida sin lucha, ya prisionera,
pichón de un nido que no fué eterno.
¡Sonriente rayo de primavera
sobre
nieve de aquel invierno
la
Radiación rubia de luz que arde
como un
triste
sol
nuevo
linda y deseada
la
que
un ocaso,
será, acaso,
Inés vencida, la dulce
de los tenorios de
cuando
le
frente a
promesa, mujer más tarde
el
monja
la taberna,
encanto de
la lisonja
dé su frase nefanda y tierna.
— Ritual vedado de sensaciones
trágicos sueños, fiebres aciagas,
hostias de vicios y tentaciones
de
las alegres
jóvenes magas...
¡Que de heroínas, pobres y oscuras,
en esos dramas ¡cuantas Ofelias!
Los arrabales tienen sus puras
tísicas
Damas de
Por eso
como una
las
sufre, la
Camelias
—
mendicante,
idea terrible y
fija
que no ha empañado su amor radiante
!
86
EVARISTO CARRIEGO
por esa
Mas
hija
que no
es su hija.
sus bellezas de renunciada
jamás del crudo dolor
la
eximen...
haber sido, siquiera, amada
¡sin
se siente
madre de
los
que gimen
Madre haraposa, madre desnuda,
manto de amores de barrio
¡es
bajo:
una amarga protesta muda
esa devota de San Andrajo,
que conociese sólo
de rudos
fríos
los besos
en los portales,
como descanso para
solo
le
sus huesos
dieron los hospitales!
Girón humano que siempre
flota
sobre sus ansias indefinibles,
bondad enferma que no
ni
en
que
se agota
las miserias irredimibles
un olvido
la torturan, sin
para sus lacras, para su suerte:
con
la
certeza de haber vivido
como un despojo
Por
tiene
para
la
eso, a veces, tiene
muerte!
amarguras,
amarguras de derrotada,
qu? se traducen en
frases duras
y dan en llanto de resignada;
pues nunca supo
la
miserable,
de amor alguno, grande o pequeño,
que
la alentara,
no
le
fué dable
MISAS HEREJES
sobre
vida soñar un sueño.
la
La dominaron
que
la flagelan
¡en la
87
los sinsabores,
como
vendimia de
a inocente:
los
amores
fué desgranado racimo ausente!
Fué
azucena sobre
la
de desdichas, a
flor
no vino
nadie,
el
pantano,
libertarla
no hubo una mano
que se tendiese para
arrancarla.
Sin transiciones, siempre vencida,
en
ni
tuvo
el
mismo
principio de su mal
las glorias
de
la caida:
Su primer cuna ya era
el
abismo.
Bajo un hastío que no deseara,
pasó su noche sin una aurora
sin
ni
que en
Y
así,
como un
en
la
vida
la
conturbara
una impaciencia de pecadora.
ha guardado con sus pesares
reproche, que se refleja
las arrugas,
sus azahares
de nunca novia, de virgen vieja.
Los años muertos sólo dejaron
esa agonía que no la mata...
¡Jamás a
como
ella la
aprisionaron,
entre flores, rejas de plata!
Forjó ilusiones, y las
la
sepultaron
más
leves
como en escombros;
sobre su testa cayeron nieves
EVARISTO CARRIEGO
88
y honras de arapos sobre sus hombros.
Porque fué buena, dio en
de cubrir todas sus
puso
cicatrices:
besos de su ternura
los
en sus hermanos, los
Por
infelices.
eso, a veces, tiene su duelo
en sus cansados ojos sin
llantos
sobre
locura
la
brillo,
que caen como un consuelo
las llagas del conventillo.
Carne que azotan todos
los males,
burla sangrienta de los muchachos,
dádiva y sombra de los portales,
mancha de vino de
Ahí va
la vieja,
los
borrachos:
como una
hiriente
fórmula ruda de una ironía:
llena de
en
la
sombras en
la
serena gloria del
esplendente,
día.
Tal vez alguna visión extraña
ha conmovido su indiferencia,
pues ha cruzado
triste
como una imagen de
¡Y
allá
y huraña
la
demencia.
— sombría, y adusto
obsesionada por
va taciturna,
las
ceño,
crueldades —
como un ensueño
que derrotaron
el
las realidades
!
MISAS HEREJES
89
GUAPO
EL
A
la
memoria de San Juan Moreira
Muy
devotamente.
El barrio le admira. Cultor del coraje,
conquistó, a
se
la
impuso en
y de
renombre de osado;
cien riñas entre
las prisiones salió
Conoce sus
la
larga
el
compadraje
consagrado.
triunfos y ni
gloria de otros, de
pues todo
el
aun
muchos
inquieta
le
temida,
Palermo de acción
le
respeta
y acata su fama, jamás desmentida.
Le cruzan
hondas
llevar
el
rostro,
cicatrices, y
de estigmas violentos,
quizás
le
halaga
imborrables adornos sangrientos:
caprichos de hembra que tuvo
La esquina o
le
el
patio,
la
daga.
de alegres reuniones,
oye contar hechos, que nadie
le
niega:
¡con una guitarra de altivas canciones
él
es Juan Moreira, y él es Santos
Vega!
90
EVARISTO CARRIEGO
Con
sombrero que inclinó a
ese
con esa melena que peinó
al
los ojos
descuido,
cantando aventuras, de relatos rojos,
parece un poeta que fuese bandido.
Las mozas más lindas del baile orillero
para
no se muestran esquivas y hurañas,
él
vez orguUosas de ese compañero
tal
que
tiene aureolas de
Nada
ni
que
no
es
amores y hazañas.
se le importa de la envidia ajena,
el rival
pueda tenderle algún
un enemigo que valga
pues ya una vez
Gente de
lazo:
la pena...
lo hizo ca...er
de un hachazo.
que aguardan crueles
avería,
brutales recuerdos en los costurones
que dejará
el tajo,
sumisos y
fíeles,
siguen y adulan imberbes matones.
le
Aunque
en
le
ocasiona
las elecciones es
que por
el
un
muchos malos
caudillejo
buen nombre de
los candidatos
en los peores trances expone
Pronto a
que
la
ilustra las
ratos,
el
pellejo-
— pasión del cuchillo
manos por
mutiladas —
pelea
él
su pieza, amenaza de algún conventillo,
es
una academia de
ágiles visteadas.
MISAS HEREJES
,
Porque en sus impulsos de alma pendenciera
desprecia
¡para
él la
la sola
el
peligro sereno y bizarro,
vida no vale siquiera
pitada de un
...Y allá
luciendo
!..
va pasando con aire altanero,
las
prendas de su gallardía,
procaz e insolente
que
triste cigarro
como un mosquetero
tiene en su guardia la
chusma
bravia.
91
EVARISTO CARRIEGO
92
DETRÁS DEL MOSTRADOR
Ayer
la vi, al pasar,
en
la
taberna,
detrás del mostrador,
como una
Vaso de carne
que
juvenil
estatua...
atrae
a los borrachos con su hermosa cara.
Azucena regada con
surgida en
florece,
el
ajenjo,
ambiente de
como muchas, en
la crápula,
el
vicio
perfumando ese búcaro de miasmas.
¡Canción de esclavitud! Belleza
triste,
belleza de hospital, ya disecada
quien sabe porque
mano que
casi siempre, hasta el sitio
Y
pasa sin dolor,
así,
de
la
empuja,
la infamia..
inconsciente,
su vida material de carne esclava:
¡copa de invitaciones y de olvido
sobre
el
hastiado bebedor volcada!
93
MISAS HEREJES
EL AMASIJO
Dejó de
de repetir
por
castigarla,
el
fin
diario brutal ultraje,
que habrá de contar luego,
en
felicitado,
rueda insolente del compadraje.
la
— Hoy, como ayer,
es,
cansado
acaso, la
la
misma que
causa del amasijo
le
obligara
hace poco, a imponerse con un barbijo
que enrojeció un recuerdo sobre
Y
la cara.
—
se alejó escupiendo, rudo, insultante,
los vocablos
más torpes
del caló
hediondo
que como una asquerosa náusea incesante
vomita
En
la
cloaca del bajo fondo.
el cafetín
crece
la
pues se está discutiendo
y,
algarabía,
lo
sucedido,
contestando a todos, alguien porfía
que ese derecho
tiene sólo
el
marido...
—
EVARISTO CARRIEGO
94
Y
en tanto que
la
pobre golpeada intenta
ocultar su sombría vergüenza huraña,
oye, desde su cuarto,
como siempre en
Y
—
que se comenta
risueño coro
la
hazaña.
se cura llorando los moretones
lacras
de dolor, sobre su cuerpo enclenque...
¡que para eso tiene resignaciones
de animal que agoniza bajo
Mentras escucha
como
sola,
el
rebenque!
desesperada,
gritan las otras... rudas y tercas,
gozando en su bochorno de
castigada,
burlas tan de sus bocas... ¡burlas tan puercas!...
95
MISAS HEREJES
EN EL BARRIO
Ya
al
y
el
la parra,
cantor del barrio se sienta, templando,
con mano nerviosa
La misma
la
van acercando
los de la casa se
rincón del patio que adorna
marca
la
dulce guitarra.
que aun
guitarra,
indeleble, la
marca
lleva en el cuello
salvaje
de aquel despechado que soñó
el
degüello
del rival dichoso tajeando el cordaje.
Y
viene
la trova:
rimada misiva,
en décimas largas, de amante fiereza,
que escucha insensible
moza, que no quiere
La trova que
la
salir
historia
despreciativa
de
la pieza...
sombrías pasiones
de alcohol y de sangre, castigos crueles
agravios mortales de los corazones
y muertes violentas de novias infieles...
EVARISTO CARRIEGO
96
Sobre
el
rostro adusto tiene
viejas cicatrices
en
de cárdeno
guitarrero
pecho un hosco rencor pendenciero
el
y en los negros ojos
Y
el
brillo,
la luz del cuchillo.
muestra, insolente, pues se va exaltando,
su bestial cinismo de alma atravesada:
jPalermo
celos
Y
le
ha oído quejarse, cantando
que preceden a
no
la
puñalada!
es para el otro su constante enojo...
¡A ese desgraciado que a golpes maneja,
le
hace
que
al
el
mismo
caso,
pucho que
por bruto y por
flojo,
olvida detrás de la oreja!
¡Pues tiene unas ganas su
de concluir con todas
altivez airada
las habladurías!...
¡Tan capaz se siente de hacer una hombrada
de
la
que hable
el
barrio tres o cuatro días!..
...Y con la rudeza de un gesto rimado,
la
canción que dice
la
pena del mozo
termina en un ronco lamento angustiado,
como una amenaza que acaba en
sollozo!
97
MISAS HEREJES
DE LA ALDEA
Regresan de
la era.
las fuertes risotadas
con que animan
Se oyen cercanas
y las canciones
la vuelta los
que siguen, desde
lejos,
mocetones
a las aldeanas.
Ya, detrás de las rejas de las ventanas,
muchachas contestaciones,
estudian las
para dar a
que de
las tímidas
declaraciones
rústicos labios salen galanas.
Como
van a concluirse
las romerías,
crecen las estruendosas algarabías...
Y, halagando a una novia provocadora,
pasa diciendo un
al
son de
la
mozo de
porte
fiero,
guitarra conquistadora,
las postreras
hazañas de un bandolero.
:
EVARISTO CARRIEGO
98
RESIDUO DE FABRICA
Hoy ha
tosido
mucho. Van dos noches
que no puede dormir; noches
fatales,
en esa oscura pieza donde pasa
más amargos
sus
días, sin quejarse.
El taller la enfermó, y así, vencida
en plena juventud, quizás no sabe
de una hermosa esperanza que acaricie
sus largos sufrimientos de incurable.
Abandonada siempre, son sus horas
como
su enfermedad: interminables.
Sólo, a ratos,
cuando
padre se
llega borracho,
acerca
le
por
la tarde...
Pero es para decirla
lo
invariable insulto,
mismo
el
¡le
y
el
reprocha
la
el
el
de siempre,
dinero que
llama haragana,
el
le
ultraje
cuesta
miserable!
MISAS HEREJES
Ha
que
El hermanito
tosido de nuevo.
a veces en la pieza se distrae
jugando, sin hablarla, se ha quedado
de pronto serio como
Después
se ha ido,
se
si
pensase...
ha levantado, y bruscamente
murmurando
al alejarse,
con algo de pesar y mucho de asco:
— que
la
puerca, otra vez escupe sangre...
99
EVARISTO CARRIEGO
100
LA QUEJA
Como
otras veces
la infeliz dijo,
vómito
cuando
la
angustia
graves cosas hurañas,
le finge
tibio
después que
mojó
la
el
rojo
almohada,
las
mismas quejas de
las
mismas quejas entrecortadas
por
el delirio, las
como un
Bajo
que
febriciente,
ella arroja
detritus de la garganta.
el
recuerdo remoto y vivo,
jornadas rudas de su desgracia,
rápidos cruzan por la memoria
sus desconsuelos de amargurada:
desde
que
el
sombrío
vio su carne
taller
primero
cuando era sana,
hasta la hora de la caída
de
la
que nunca se
Porque era
ascendió toda
supo
levantara.
linda, joven y alegre
la
suave escala:
del fino vaso elegante
que vuelca
flores en la cloaca.
—
:
101
MISAS HEREJES
Porque a su abismo
leves
mareos de
la
lo creyó
cumbre,
esperanza
quizá embriagaron sus realidades
puesto que huyeron sin inquietarla;
la
y
salvaron de los bastios
que levemente
la desolaran,
como poemas
sentimentales,
largos idilios
de cortesana.
Después... terrible, llegó
y hubo
el
el
descenso,
agonías de lucha infausta
tren lujoso, los bar de
moda,
— últimas glorias de consagrada
ya no volvieron a mecer tiernas
ensoñaciones interminadas,
ya no volvieron ansias ocultas
de
las
ni a
las
novelas de
obsedar,
fe
tristes,
romántica,
sus aventuras
heroínas que ella imitara,
pues, desde entonces, casi insensible,
vivió la vida de
una de
tantas...
y enamoróse de un orillero,
por un capricho, porque ostentaba,
como un
orgullo jamás vencido,
adorno y premio de sus audacias,
una imborrable
cicatriz
honda
sobre su rostro: cuartel de cara
brutal nobleza, blasón sangriento
que con
fiero arte
grabó
la
daga.
;
EVARISTO CARRIEGO
102
La
vio
suburbio pasar risueña,
el
porque en sus horas inconfesadas
de peregrina de los burdeles
fué la devota
que amó
las llagas
y a su belleza rindió homenaje
la
inmunda
jerga que deshojaba
en delictuosas galanterías
rosas obscenas para sus gracias;
la
jerga inmunda,
volvió la
que en madrigales
torpe frase guaranga
de los celosos apasionados,
que bravamente, como ofrendadas
invitaciones de amor, lucían
vivos claveles en la solapa,
largos reproches en sus cantares
y torvas
Sus
iras
en las miradas.
caballeros...
por su coraje,
de
las
Esos a quienes
la roja
pendencias y
heráldica
las prisiones
dio pergaminos de aristocracia.
Más
tarde
las tiranías
que
ella
el otro...
Las exigencias,
de aquel canalla
mantuvo,
las indecibles
horas de eterna mujer golpeada:
¡siempre
siempre
el
el
azote
como
azote sobre
caricia,
la
espalda,
sobre esos lomos que soportaron
sin rebeliones
de carne esclava:
MISAS HEREJES
103
¡lomos de pobre bestia sufrida,
de pobre bestia ya reventada!
Y
aquella noche, ¡noche tremenda!
en que sintiendo
del
náusea
la horrible
primer vómito, que arrancó
el
golpe
del bruto infame, loca de rabia,
embravecida, con todo su asco
le
escupió
Y
otra vez, y otra; feroz recuerdo
al
rostro su sangre insana...
del miserable, lleva la
lleva el
marca
estigma que dejó
con que,
marcharse,
al
tajo
el
abrió la cara.
le
Después, enferma... Los sufrimientos,
las
mentirosas voces de lástima
o los insultos jamás velados:
¡La vida puerca,
Perdió en
y
el
la
vida mala!
lecho sus atractivos,
destruida la antigua gracia,
así,
ya no hubo triunfos, pues los deseos
para saciarse
Por eso a
donde
la
hallaron
solas, hoy,
se muere,
hondos gemidos
la tos
bajo
donde
flaca...
en
le
el
cuarto
arranca
la tos violenta,
maldita que
la
desangra,
que
la
consume
la fiebre
tiene rencores de sublevada,
¡tiene
unas
cosas!...
¡Oh,
con los pulmones echar
si
el
pudiera
alma!
EVARISTO CARRIEGO
104
Por eso
grita
de incosolable,
inofensiva,
su queja
la
inútil
queja aciaga,
porque en su boca
son estertores de amordazada
las frases
duras que va arrojando
como un
detritus de la garganta
llena
que
de angustias,
los
al
mismo tiempo
pedazos de sus entrañas!
105
MISAS HEREJES
LA GUITARRA
Porque en
ella
orquesta
las partituras
la risa
con
el
de su garganta
lamento,
porque encierra una musa que todo
canta,
es la polifonista del sentimiento.
Por
la
prima aflautada vuelan
las notas chispeantes
de
poblando
y,
braman
las
el
las aves
y juguetonas,
ambiente de voces graves,
roncas iras en
las
bordonas.
Arco de mil envíos. Carcaj de ameres,
hacen sus flechas raudas
así
como, en
suele rugir
el
la
líricas presas,
pauta de los rencores,
pueblo sus marsellesas.
Ella lauda en su solfa los caballeros
del valor o del arte, y
aun hay un gajo
de laurel para todos los cancioneros
de
la fértil
Provenza del barrio bajo.
EVARISTO CARRIEGO
106
Por eso
elogia siempre los
finos ensueños,
las
como también
audaces pasiones
de los
La
fieros
desde
el
halaga
irresistibles
viejo idilio,
como
aureola
cordaje, quizás le llega
fondo de un rancho: que aunque española,
conoció
Bajo
sensibles
Tenorios de poncho y daga.
un
luz de
que ciñe su
más
el
el
amor gaucho de Santos Vega.
alero en ruinas, contando duras
malas correspondencias a sus deseos,
con
la
magia vibrante de sus ternuras
cautivan a las mozas criollos Orfeos.
Ella inspira en
baile las alabanzas
el
de floridos requiebros y relaciones,
o
las citas
de los
fugaces en las mudanzas
tristes cielitos
y pericones.
O, a los lentos acordes provocativos,
en su seno se agitan
habaneras,
las
que, libertando locos besos cautivos,
se
desmayan sensuales en
Órganos y
clarines, sus
suenan, cuando en
florece la
y sangra
el
voces finas
rojo de sus vergeles
amargura de
la
las caderas.
epopeya de
las
espinas
los laureles.
107
MISAS HEREJES
A
en
SUS cordiales sones apasionados,
noches alegres de serenatas;
las
envían los galanes desconsolados
sus doloridas quejas a las ingratas...
Por sus
historias pasan,
que presagiase largos
fatales duelos,
románticas cuitas del pecho herido,
las
o
como un gemido
las rojas
Cuando
venganzas de los Ótelos.
la
pulsan toscas manos brutales,
tiene temores de
ella
como
sensitiva,
bajo opresiones espirituales
insinúa caprichos de novia esquiva.
—Melodiosos mensajes de
mecen
se
y desde
las
el infinito
vienen los
las constancias-
memorias en sus cadencias,
de
«no me
las distancias
olvides» a las ausencias.
Ofrenda generosa de un dulce instante
que
en
el
llenase la caja de ritmos ledos,
las
cuerdas sonoras puso una amante
beso, que, aun borrado,
quema
los dedos.
Calandrias fugitivas que van pasando,
de tiempos de leyenda vivo trasunto,
por ella todavía cruzan vagando
los derroches de ingenio del contrapunto.
—
EVARISTO CARRIEGO
108
Modulando responsos conmovedores,
en
honda de su noble
exaltación
la
estro,
dice las odiseas de payadores
que murieron cantando como
En
manos
las
del
el
Maestro.
majo su gracia encela
— sangre
el
alma de
y,
en su carmen de amores, vino y canela,
chulas
las
bravia
revientan los claveles de Andalucía!
Castañuelas, jaleos, ricos mantones,
manólas, bizarrías, rosas bordadas...
¡Se
en
perfuman
las
patio de
el
Corona
las ágiles
sedas de sus canciones
aromas de
los aplausos
las
que
Granadas!
le
merecen
hazañas de los toreros,
o sobre algún sombrío cuento aparecen
evocadas visiones de bandoleros.
Vive en los Escoriales de los blasones,
o en
¡y
ya
en
las
Trianas flamencas de las Sevillas,
ya es una marquesa de áureos salones,
la
pobre muchacha de
Por
eso, luce orgullos
líi
altivez
la
de aristocracia
de regios rasos
como también
en
las bohardillas!
triunfales,
se llena de humilde gracia
coquetería de los percales.
MISAS HEREJES
A
SUS cálidos ritmos, de suaves tonos,
en su hamaca de nervios y
fantasía,
mecen provocadoras sus abandonos
las seis líricas
Es
damas de
la
Harmonía.
la polifonista del sentimiento;
es la de los dolores y los placeres:
¡la
la
que orquesta
la risa
con
el
lamento,
que canta aleluyas y misereres!
109
lio
EVARISTO CARRIEGO
LOS PERROS DEL BARRIO
Ya
a
llegan cansados en rondas hambrientas
husmear buenos trozos entre
los residuos:
caridad de afables cristianas sirvientas
que tienen por
ellos
cuidados asiduos.
La humildad que baja de sus lagrimales
se trueca en desplantes de ladridos fieros:
no en vano regresan de sucios portales
cumplida su ingrata misión de cerberos.
Espíritus sabios en sus devociones,
ladran sus blasfemias
como
pero en los oficios de
las
los
mueve
ángeles malos,
contriciones
a ser santos la unción de los palos.
Tal vez ellos mismos, en noches aciagas
son los milagrosos geniales
artistas,
de bíblicas lenguas, que curan
de anónimos Cristos
las llagas
sin evangelistas...
MISAS HEREJES
En
las castas
horas de amables ensueños,
son, regularmente,
en
el
decir,
como
nadie parcos
pero se tornan risueños
cuando beben agua de luna en
Gozan
la
111
los charcos.
primicia de las confidencias
en los soliloquios de los criminales,
y,
como
y aman
De
de
las
sus dueños, buscan las pendencias
los presidios y los hospitales.
noche, consuelan
la
angustia infinita
incurables que en los conventillos
dulcemente lloran a
que muere en
Margarita
la
las teclas
de los organillos.
Puntuales consignas, jamás olvidadas,
son los que despiertan, fielmente severos,
madrugadas
a las obreritas, en las
que anuncian
las
dianas de los gallineros.
Se entristecen cuando
—
Y
...
a ese sinvergüenza
la
mujer
en su compañía descubren
lejana cantina
donde
Final de la ofensa
insulta
que aun no ha venido.
está el
la
oculta
marido.
nunca perdonada,
rencor de los héroes de almas agresivas,
gustan
la
belleza de la puñalada
que alcanza
a las locas
muchachas esquivas.
EVARISTO CARRIEGO
112
Crías corajudas, de castigo eximen
a las delincuentas famas orilleras,
es
si
que se discute
que apasionó
al
la
causa del crimen
barrio semanas enteras-
Ponen sus rabiosas babas en
de
las enredistas
los cuentos
brujas habladoras,
y asisten en días de arrepentimientos
a las confesiones de las pecadoras.
Luctuosos de mugre van a los velorios
donde, haciendo cruces, arañan
y,
muy
las
puertas
compasivos, gruñen responsorios
y recitan Salves por
las
novias muertas.
Hallan escondrijos de cosas guardadas,
y,
cautos, divulgan en
el
vecindario
fórmulas secretas de alquimias, robadas
al
hosco silencio de algún visionario.
Con mucho
en
el
sigilo,
ferozmente serios
amplio, oscuro templo de
la acera,
celebran sus ritos de foscos misterios,
aullando exorcismos contra
Custodian
los
el
acto,
la
perrera.
de extrañas
figuras,
insospechados de infames traiciones:
hay autoritarias torvas cataduras
de perros caudillos y perros matones.
113
MISAS HEREJES
terror de valientes,
Uno, sobre todo,
jamás derrotado volvió a
¡quizás Juan Moreira le
la
covacha:
puso en
los dientes
su daga de guapo sin miedo y sin tacha!
Y
hay otro, apacible, gentilmente
culto,
de finos modales, ingenioso y diestro
en estratagemas de escurrir
y a quien los noveles
Y
hablando a los
llaman Maestro.
cuando
otro, que,
hay
le
fieles
bulto,
el
la fiesta
termina,
con raro lenguaje
parece un apóstol de gleba canina
que dice a
Y
otro,
las
gentes su Verbo salvaje.
primer premio de anuales concursos,
ninguno se agacha,
y que, en saber, ante
es una promesa que sigue los cursos
de
las
Y
academias de un perro Vizcacha.
siempre maculado de
en cien bellas
expone a
Y
la
otro,
frases,
cuidando
el
que con
la
fílosofi'as,
de credo inhumano,
Horda tremendas
finge repulsiones
impone
se llama nietzcheano,
que en su orgullo
otro,
aire
teorías...
de doncel apuesto
hablando de
acracia,
forma de su noble gesto
buen gusto de su
aristocracia.
EVARISTO CARRIEGO
114
Y
otro,
que
el
Domingo
donde dragonea ya de
va a las conferencias,
libertario,
afirma que toda clase de violencias
es en estos días
Y
un mal necesario.
bravo y talentoso,
otro, patriotero,
— nació en Entre
-
— elogiando
Ríos
el
suelo
de su cuna, agrega, que en tiempo glorioso
fué
hermano
Y
que
es el
otro,
Y
Calandria, y hermano en mi abuelo.
de impecada flacura de asceta,
a veces fulm.ina
no sé que amenaza,
escuchado tonante profeta
que augura
en
eii
el
destino mejor de
mocedades de sus
relatan historias de
otros, caballeros
y ya han recibido
correrías,
gauchos matreros
con quienes pelearon a
las policías.
que
Don
leen
Quijote
más de una pedrea,
que siempre
casi pontifican
ha sido recurso de toda
Y
Raza,
algunos, que acaso fueran ovejeros
las
Y
la
el
azote
ralea...
otros, familiares reliquias vivientes
que atiende
mas con
el
Estado, sarnosos y viejos,
su prestigio de bocas sin dientes,
inician a varios
que piden consejos.
115
MISAS HEREJES
...Y ahí están.
De
pronto vuelven, todos juntos,
a narrarse, en orden, sus melancolías:
pregunta y respuesta, como en contrapuntos
de fúnebres salmos que son
¡Parece que
el
alma de
letanías.
los
hubiese pasado por sobre
payadores
la tropa,
jueces gruñidores
y que, frente a graves
está
Juan sin Ropa!
está Santos Vega y
...¿Qué será ese inquieto pavor tumultuario
que desde
¡Cómo
de
si
ostiles
la
sombra
llega, a la
sordina?
rezasen lúgubres rosarios,
rumores se puebla
la
esquina!
Se van galopando... ¿Porque habrán huido?
...
¡Qué
sola ha
la
pena
del
¿No
quedado
la calle!
¡Qué honda
ronco furor del aullido!
sientes,
hermano? Se
aleja la ronda...
RITOS EN LA SO/ABRA
MISAS HEREJES
119
LOS LOBOS
Una noche
que se fué
de invierno, tan cruda
dgl portal la Miseria,
y en sus camas de los hospitales
lloraron
al hijo las
madres enfermas,
Mal en
con
el frío
y
ardor del ajenjo en
el
tras
del
un hosco
el
alma
las venas,
silencio de angustias,
un pobre borracho cantó en
— Compañero: no
algo raro y
...
ostil
en
la acera.
Asómate, hermano. ¡La
Son
los
la
los
los lobos...
calle está llena!
mismos que espían
sombra
sin fin
taberna:
salgas, presiento
La invadieron aullando
en
la
de
tu
paso
tu senda,
que en sórdidas tropas se anuncian
y en horas horribles arañan
la puerta...
120
EVARISTO CARRIEGO
...¿Qué no entiendes?
¿No
tiembla tu prole
salvaje ulular de las bestias?...
al
¿Nunca
¿Fué siempre
vio la Desgracia?
entraña sin hambre,
la
la
entraña repleta?
...Continúan aullando ¿no oiste?
Ritornelo feroz que resuena
como un lúgubre
por sobre
la
¡Y son todos!
y
Dolor
El
No
la
anemia.
ninguno;
falta
noche no pasa:
la
No
grito flotando
cuna que mece
es eterna.
es invierno; te cubre:
aguardes
ni
sueñes jamás primaveras.
El olvido está lejos; no viene
a dejar junto a
ti
su promesa,
su promesa de muerte
a veces tan
¡la
Nunca nadie sabrá de
que pusiese en tus ojos
con
la
Madre,
mala y a veces tan buena!
la
la
cual has caído tan
mano
venda,
hondo
que aquellos que quieren mirarte
En
tu
anónimo abismo
sin desear
se ciegan.
te agitas
un regreso, en
la
inquieta
sensación del inmenso desplome
que
arrastra consigo tus
Sin embargo, quizás
en
la
calma de
te
dudas tremendas.
azotaran,
tu indiferencia,
— flageladas visiones de ensueño —
MISAS HEREJES
posibles terrores de locas tormentas.
En
el
fondo temible de tu alma
anda suelto un espanto de
j
qué curioso
a ver
si ella
sería
tiene
...¿No los ves?
fiera:
asomarse
también sus violencias!
¡Cómo
asustan sus ojos,
sus inmóviles ojos que velan
en
las
noches
infaustas, propicias
hórrido asedio clavado
al
cuando
afuera,
Miedo desata sus hordas
el
las llagas del
y
allí,
Crimen
revientan,
con ruda caricia indeleble,
si,
toca una
las
mano
¡Y tú sigues
que en
lo
mismo! Diría
tus sueños mejores tuvieras
pesadillas de murrias de
letales
que no tiembla.
brutal
plomo
desganos de fiebres ya
viejas...
Sin querer en tu ruta inquietante
un momento
presentir, ni
la
siquiera,
amenaza mortal de un perenne
furor sigiloso de fauces que acechan...
...No te
a rondar
las
rías...
al
Ya vuelven de nuevo
amor de
la niebla;
famélicas bocas enormes
parece que llaman, imploran y esperan.
Cubren toda
la calle;
bravios,
121
:
^22
EVARISTO CARRIEGO
van marcando en
como
nieve sus huellas,
la
estigmas de atroces presagios,
sórdidamente cansados, jadean.
y,
¿Quién
No sé. ¿Quién los llama?
¿Por qué huyeron, dejando sus selvas...
Son tropeles que azuza el peligro
los trae?
y vienen de
lejos como una inclemencia...
¿Mas, que buscan? Los lomos hirsutos
extremecen sus rabias sangrientas
en un torpe rencor incesante
tal
vez una vida sus garras laceran.
No quiero acordarme.
aquí?.. No te duermas...
¿Mujer... hijos?
¿Están ellos
¿Han
aullado otra vez, o es
el
viento?
Los dos se han unido y aguardan la presa.
¡Yo los siento volver: son los mismos,
los conozco, los
de mis largas
monstruos que llegan:
vigilias
y junto a mi lecho
guardianes
fatal,
...Sus tentáculos hieren
Mira, hermano,
la
centinelas!
mi
entraña...
noche ¡cuan negra!
Se creyera que .pasa
la
vida
envuelta en un torvo girón de tinieblas.
¡Cómo
sin
Si
cae
la nieve,
un rayo de
en
la calle
luz! ¡qué tristeza!
pudiese pensar, pensaría
que dentro
del
alma
me
cabe una
estepa...
.
123
MISAS HEREJES
¡Oh, mi sangre sin
mis oscuras heridas
que en
el
borde
más.
...Ven, acércate
y verás en
como
la
sobre
medita
¿Quién
el
inciertas
filoso del
filtros del
a todos los
mis pasiones
sol,
vaso
Odio
No
te
se abrieran!
turbes
noche agorera
la
fúnebre ronda
Ensueño, con cara de
se ha puesto a reir?
pena...
¡Compañero:
se han mezclado a los lobos las hienas!...
El Silencio descubre su esfinge
y,
aullando, los monstruos avanzan a
...Hubo un ronco gemido en
se halló solo
y por eso
el
borracho en
la loca,
la
la
la
tientas!...
sombra,
tienda
extraña
mitad de aquel canto, quedó en
la botella.
EVARISTO CARRIEGO
124
IMÁGENES DEL PECADO
Enfermizas plenitudes
de emociones amatorias,
modernismo de
lo
Raro,
de embriagueces
que disfrazan
las
como fórmulas
ilusorias,
crudezas de sus credos materiales,,
severas
de blasones impolutos,
que, discretos, disimulan
los salvajes atributos,
las
paganas desnudeces de
las fuerzas
germinales.
Rosa-estigma que en los labios
han dejado
de
la
los orfebres
Ardencia. Bestias malas
de
lascivias y
de
fiebres,
que no doman
los actuales filosóficos Orfeos,
acechando por
las
noches
los oficios sigilosos...
MISAS HEREJES
por
las
125
noches consteladas
de los besos milagrosos
que deshacen en
Predilecta
las
bocas
el
rubí de los deseos-
medianoche
vagamente ensoñativa,
que ha exhumado un
bello libro
de lectura sugestiva,
de encubiertas
entrelineas de extravíos irreales...
¡Oh, curiosa, febriciente
cabecita conturbada,
que en
abandonos
los tibios
delatados en
la
almohada
se fecunda de las sabias poluciones cerebrales!
¡Oh, cuan negros los hastíos
de
las
púberes sensuales:
¡Oh, cuan largas
las
esperas
de los pálidos nupciales,
en los ratos aburridos de cloróticas
cuando creen que
las
abejas
evocadas vendrán,
a
traerles,
visiones...
fíeles,
compasivas,
con sus vinos y sus mieles,
as cantáridas nocturnas de las fuertes obsesiones.
Voz
fatal
que en
los gentiles
Evangelios de Afrodita,
^26
al
EVARISTO CARRIEGO
cenáculo vedado
de su roja mesa
invita,
¡Oh, furtivas comuniones en los cultos
xjue revelan
el peligro imaginable
de
donde,
las hostias
lívidas, se
las
consagradas
ocultan
cabezas desmayadas
de los duendes cautelosos que en
la
extraña misa velan.
Neurasténica enclaustrada
cuyos lirios de pureza
ha violado sin esfuerzo
la triunfal
Naturaleza:
Esa siempre parturienta, santamente dolorida.
Fué la hora en que cayeron
—
deshojados los
que,
al
sangrar
las
claveles,
castidades
en los tálamos crueles,
los augurios se
regaron con los
filtros
de
la
Vida.—
Virgen mística de celda,
brasa blonda de incensario,
fiel
ritual
por
la fe
de oscurantismo,
fría
imagen de santuario,
de su Locura tonsurada contra
que ha sentido en
los
insomnios
conmover su paz austera
un satánico deseo
el
Vicio,
MISAS HEREJES
de su sangre de
127
soltera,
de su palma que claudica del
inútil sacrificio.
Delicada sensitiva
de los cálidos antojos,
que se burla de
de
Que
al
la
la luz
ausencia
de los sonrojos...
exaltando sus caprichos
—
¡los
diabólicos, los
Cantar de los Cantares,
[tiernos!...
siempre nuevo en sus
sabe ungir de
la
caricias,
gloriosa
caridad de sus delicias
a las vértebras
que sufren
el
horror de los inviernos.
Favorita del Nirvana,
de los vinos superfinos,
espasmódica del
que
de
la
etér,
ilustró los
pergaminos
nueva aristocracia del hatchis y
la
morfina:
Ofertorio inconfesable
de exquisita delincuencia,
generosa, sorprendente
bien gustada quintaesencia
de ilusión por
el
pecado de
la
copa
Pubertad de conventillo
que, en su génesis, halaga
la teoría
lamentable
clandestina...
128
EVARISTO CARRIEGO
harapo y de
del
la llaga,
silenciando la inconsciente repulsión a lo maldito..
Alentadas bizarrías
de muchacha sensiblera,
que presume ingenuamente
Manon
de
arrabalera,
suavemente flagelada por
las
sedas del Delito.
Cortesana de suburbio,
que se sabe mustia y
vieja
y olvidar quiere los hondos
desconsuelos de su queja,
palpitante, en su derrota,
que,
al
por
la
última aventura,
cruzar los barrios bajos
en
la tarde
va creyendo ser
la
de
la cita,
la triste,
incurable Margarita
que abandona con
la
muerte su romántica locura.
Torturada visión breve
del
amor de una heroína
del prostíbulo y la cárcel:
Roja
flor
de
guillotina,
que ha soñado con un novio que
la
finge
Con un blondo Nazareno
que
la
mueve
a inevitable
santa senda arrepentida.
una azucena:
129
MISAS HEREJES
— de
intuición insospechable
—
de Magdalena.
a seguir su religiosa vocación
Bella trágica historiada,
Salomé
del histerismo,
portadora de extrañezas
del país del exotismo,
iniciada en
el
secreto de las cláusulas suicidas,
que, en sus largas devociones
por
por
las fiestas misteriosas,
las torpes confidencias
y las pautas tenebrosas,
comulgó con
¡Oh,
las
los maestros
pascuas de
las
de
las
músicas prohibidas.
carnes
bondadosas, que florecen
por aquellas que concluyen...
por aquellas que envejecen.
ángeles pro¡Oh, los siete ángeles malos ¡Oh, los
al
exvoto de las
[picios
manos
sabiamente extenuativas,
que degüellan
las
palomas
de las blancas rogativas,
en
las vísperas sangrientas
de los negros sacrificios
EVARISTO CARRIEGO
130
EN LA NOCHE
Vencía
rimaba
sombra. Misterio, llegando,
la
la
angustia de sus misereres,
mojando, en
Maga
la
Muy
del
el
suave,
las cálidas
suelo, los frutos de Ceres,
germen que lucha creando.
el
Deseo pasaba contando
noches de extraños placeres,
diciendo los sueños de frescas mujeres
que en torpes neurosis
se fueron matando...
Su copa de sangre volcaba en
Ocaso muy
el cielo,
y
allá,
triste,
las
brumas.
bordeando de heridas
llagado de rojas espumas,
en una oscura visión de tugurio,
con voz de esperanza, cubriendo
las vidas
cantaba un apóstol su bárbaro augurio...
MISAS HEREJES
MURRIA
Con un blando rezongo
soñoliento
perro se amodorra de pereza,
el
y por sus fauces
esplín bosteza
el
plenitud de un largo aburrimiento.
la
En
la
bruma de mi hosco
como un
me
ratón
enorme
roe tenazmente
la
forjándole una cueva
Lleno de hastío,
un
cielo gris
al
abatimiento,
la tristeza
cabeza,
al
desaliento.
mirador
me asomo:
con pesadez de plomo
vuelca su laxitud sobre las cosas
Y
porque estoy
y deseo
las
las ansias
así, fatal,
...
envidio
dichas bulliciosas,
de
vivir...
¡Ah, qué fastidio!
131
EVARISTO CARRIEGO
132
VISIONES DEL CREPÚSCULO
Ya
en
la tarde libra el
las flechas
combate postrero,
de oro que lanza
el
ocaso,
— como un príncipe, caballero
rojo corcel del Ocaso. —
y se va
en
el
Se ahonda
misterio
y
el
el
misterio de las lejanías,
sombreado de
tinte
mortuorio,
barrio se puebla de las letanías
que llegan
del negro, cercano velorio.
Empieza a caer
la nieve...
Dulcemente,
un rumor de canciones resuena
en
patio del conventillo de enfrente,
el
que, en ritmos alegres, oculta una pena...
Las mozas, dicen sus ansias juveniles...
—
la
salud se hizo canto en sus bocas,
como
en una
lira
de cuerdas
viriles
que guarda un deseo de imágenes
locas:
—
MISAS HEREJES
Rayo de
sobre
sol
la
133
escarcha:
la
de inviolable sudario en
el
seno,
copa repleta del vino de
la
angustia
que
en
infiltra
la
sangre su sabio veneno.
Finge en arabescos
como
una
lluvia
mustia,
la
nieve que baja
de blancos pesares,
viejecita
que
hila su mortaja,
o una novia que arroja azahares.
Sobre una cabeza inquieta,
yo
la
veo caer,
que absorviese
y quedase en
entristecida,
como un beso
de una herida
los rencores
los
Se desconsuela
bordes impreso.
el barrio...
Todos
los
males
salvajes resurgen aullando impaciencias
como
presagios,
que en
las
noches mortales
florecen las llagas de sordas dolencias...
Asómate
a la ventana,
tras la niebla,
de
fiebres.
hermano. Mira,
espejismos extraños
Desde una
soltó la tristeza sus
frente
Rondan sugestiones en
a todas las luchas del
y
el
las bestias del
el
delira,
pensamiento,
Crimen
ambiente es propicio
pues
que
buhos huraños...
al
resueltas,
presentimiento
mal andan
sueltas.
134
EVARISTO CARRIEGO
...Me invade
es
miedo. Mi cerebro afiebrado
un biógrafo horrible de cosas
y raras de lo ignorado:
fatídicas
donde van a
En
la
llevaron
la
el
caer, silenciosas.
casa del
al
tísico,
que
lecho, graznó
los fríos
una corneja:
inspiradora de los cuentos sombríos
que junto
La
a la
lumbre musita
huerfanita, en
de gemir,
y,
el
la vieja...
desván ha cesado
aunque nadie
la asiste,
en su glacial abandono se ha quedado
obsedada del
sol,
como
triste
enferma que deseara un ardor eterno,
y,
envuelta en su suave caliente pelliza,
tuviese en
una noche cruda de invierno
un cálido sueño de tardes en Niza.
El mendicante se ha ido de la puerta..
Dice algo
como
si
muy hosco
su ceño fruncido,
algún dolor en su
mano
abierta
entre las limosnas hubiese caido.
El crónico del hospital, ya
sospecha, insensible,
y
como
la
moribundo,
gran Triunfadora,
en neblinas ve pasar
el
sonámbulo grave que aguarda
mundo,
la hora...
135
MISAS HEREJES
En su
como en
que
instante
supremo
la frente inclina,
su último adiós un bandido
llorase
al
pie de la guillotina,
y se fuese después redimido.
...¿Será el
el
miedo, hermano?
¿No
oyes
como brama
viento en la calle, tan sola y oscura?...
¡Si supieses!
Anoche, junto a mi cama,
con muecas burlonas pasó
la
Locura.
EVARISTO CARRIEGO
136
EN LA SOMBRA
Llegaba
la
noche con tono
Llorando de miedo
y,
la
violento.
tarde caía,
en hondas y abiertas prisiones, se oía
correr desbocados los potros del viento
Tomaba
el
áspero
infinito
traje
contorno sangriento
que todo cubría.
Misterio en un símbolo negro
mostrando en su
reía,
risa terrible contento.
El Mal, desataba los
monstruos del Vicio.
Marchaba un apóstol hacia
el sacrificio...
cantando sus grandes, sus fuertes ideales,
sus fuertes ideales cantando
muy
amenazada por sombras
Y,
allá,
la
tarde caía llorando de miedo...
quedo...
fatales,
137
MISAS HEREJES
REPROCHE MUSICAL
como anoche
Si te sientas
junto
al
piano,
a mis ruegos insensible, taciturna:
fugitiva
de aquel
aire
wagneriano
tú sabes. Si, cual trágica nocturna,
que
traes la
sombra
del
mutismo caprichoso
de unos celos singulares y tardíos,
volveremos a rozar
tema
viejo
del
*
¿Ves, amada?
el
enojoso
porqué
Ya
de tus hastíos.
»
se ha oído la sombría
voz solemne del Maestro: ya ha asomado
su faz grave
y
la
orquestal Melancolía,
esplín contagia
el
Deja
¡loca!
de
el
alma
tocar...
ven y cura tus neurosis,
con
las risas
rojo
10
filtro
de
que
la
del teclado.
Risueñamente,
flor
destilan
el
de anemia,
ardiente
música bohemia:
EVARISTO CARRIEGO
138
¡La que anuncia, por
las tardes
alegradas
de benditas borracheras, los regresos
presentidos a las carnes asoleadas
en
el
pleno mediodía de los besos!
Ríe y canta; torna bueno
y,
como
el
rostro huraño,
antes, tu garganta tentadora
volcará en mi copa negra
el
vino extraño
de una cálida armonía pecadora.
No me
digas m.ás del Rhin... Llueven tristeza
esos cielos de leyendas wagnerianas...
y ¡qué quieres! hoy yo tengo en
más
la
cabeza
neblinas que tus músicas germanas!...
MISAS HEREJES
BAJO LA ANGUSTIA
Dijo anoche, su canto de muerte
canción de
la
la tos
mojarse en
y, al
mostró
flores
las
en tu pecho,
notas rojizas,
de sangre
— ¡Pobrecitas
las
el
pañuelo.
carnes pacientes,
consumidas por fiebres de fuego:
para
tiene
ellas las
buenas,
las tristes,
un blanco sudario
...Mira: abrígate bien,
el invierno!...
hermanita,
mira, abrígate bien, yo no quiero
ver que cierre tus ojos la Bruja
de los flacos y frígidos dedos...
Hermanita ¡me viene una pena!
si te
escucho gemir, que presiento
las
nocturnas postreras heladas:
las
temidas del árbol enfermo.
¡Si supieras!...
me
Blandones sombríos,
parecen tus ojos ¡tan negros!
y tu lívida faz taciturna
un
fatídico heraldo
de duelo.
139
EVARISTO CARRIEGO
140
¡Si supieras!...
A
ratos
tus visiones sangrientas...
al
pensar, siempre alerta
que
te
pasas
la
noche
me asaltan
No duermo
el
oído,
tosiendo...
AI pensar en tu vida deshecha,
cuando miro esfumarse en mi ensueño
tus nerviosos esguinces cansados,
y moverse y cruzar
¡Hermanita: hace
tu esqueleto...
frío;
ya es hora
de los suaves calores del lecho,
pero cambia
la
me
el
recuerda
colcha: esa blanca
ajuar de los muertos!
MISAS HEREJES
141
FRENTE A FRENTE
Anoche,
por
la
enferma se fué de
fin libertada
Se fué
la vida,
de todos sus males.
como en un olvido,
hondos momentos finales.
sin angustias,
sonriendo en sus
Las madres del barrio, musitan plegarias,
y,
ahuyentando
con cara de
el
luto,
sueño posible,
la
velan
mientras las solícitas
a los pobrecitos huérfanos consuelan...
La robusta moza de
la otra buhardilla,
dio a luz esta tarde. Contempla gozosa
la flor
de sus noches: ese diminuto
amor, amasado con carne radiosa.
El marido, alegre, parece
dueño
y,
del
regalo que
un chiquillo
al fin le
llegara,
en un amplio fuerte gesto, para nuevas
viriles
conquistas los brazos prepara.
142
EVARISTO CARRIEGO
...Inviolables
Hembras Las dos
!
frente a frente.
Irreconciliables las dos bienhechoras:
Derramando siempre sus oscuras
en
el
...¡Qué triste está
las últimas
¡Canta,
la
larvas
intangible vientre de las horas...
el cielo!
penas de
amada
¡Cómo me
contagia
la luz vencida!...
nuestra, la canción triunfante,
canción eterna de
la
eterna vida!
MISAS HEREJES
143
DE INVIERNO
Frío y viento.
tiritando se
y en
durmió
la
casa miserable,
la viejecita,
abandonada como siempre,
la pieza,
gime y
Ya en
tose, sin alivio, la enfermita.
¡Oh, qué noche! Se
me
antoja ver extraños
rojos cirios en las calles solitarias...
¡con qué lúgubre sigilo van pasando
las angustias,
en sus rondas silenciarias!
Madre, hermana, prima, santas compasivas
de
las trágicas miserias sollozantes:
¿qué será de
tan adusta
¡Oh,
al
los
enfermos esta noche,
de presagios inquietantes?
las vidas,
condenadas en
el
lecho
suplicio de las fiebres horrorosas...
¡Pobrecitos los pulmones que no llegan
al
dorado mes
del sol y
de
las rosas!
^^^
¡Oh,
EVARISTO CARRIEGO
que se va tan resignada
que, soñando una esperanza, ya
no espera!...
la
¡Pobrecita
carne,
la
incurable que se
suspirando por
¡Oh,
de
al
la
muere
dulce primavera!
las frígidas
blancuras! las mortales,
las novias peregrinas,
que en su marcha
país de lo vedado se desposan
con los
tísicos
donceles de
la escarcha!...
MISAS HEREJES
FUNERALES BÁQUICOS
Ayer en
la taberna, tristemente,
un borracho,
pontífice del vino,
decía a otro borracho impenitente,
bebiendo
Yo
el
primer vaso matutino:
en mi interior un silencioso
llevo
Genio o Poder que nunca me abandona:
Enemigo ignorado y
que
fastidioso
mis heridas de placer encona,
volcando
el
agua fuerte
del
Odio y
en
las foscas riberas
y es en
el
del Pesar. (Esa
de
la
agua abunda
Muerte
riego del dolor fecunda.)
Por eso mismo tengo
indefinibles
rebeldías de lucha delirante
que sólo me hacen ver
donde cae
el
los imposibles
Esfuerzo a cada instante,
torturado y vencido
145
EVARISTO CARRIEGO
146
por
la brutal
diariamente,
Potencia que condena,
espíritu caído
al
a oir los soliloquios de
Dominación
del gran
Pena.
Desconocido que
a custodiar
el
arrojando a
Y
la
conturbadora
fatal,
me
obliga
Mal, hora tras hora,
la
espalda
la fatiga.
es esa tiranía la venganza
de un
fatídico
como un
monstruo cuya mano
destino atroz siempre
me
alcanza.
Pero pienso que en día no lejano
— cuando
caiga debajo de la
mesa
para nunca jamás ya levantarme
Genio que
ese
resolverá
Y
tiene
mi alma presa
por
tal vez,
—
fin,
dejarme.
entonces habré muerto. Bienvenida
eterna amada, la Libertadora,
la
que
al
derramar
de mi vaso será
el
la
vino de
llegarán las gotas
y en
el viaje
vida
defensora.
¡Del terrible licor, del
me
la
postrer
más amargo,
como
— ¡tan
besos,
rudo y largo!
—
tendré un cordial para mis pobres huesos.
Entonces, se oirá un himno de alegría
en todos los cenáculos viciosos,
y en
el altar
de
la
bodega
fría
MISAS HEREJES
pámpanos
cómo una exuberante
florecerán los
i
de
fiesta
con
la
sobre
gloriosos,
vendimias, festejada
las
copa risueña y desbordante
el
Los
147
Hastío agobiador alzada!
viejos bebedores,
musitarán responsos doloridos,
en sus báquicos salmos gemidores,
escuchando
el
sermón de
los vencidos;
y,
taciturnos, llenos de unción, bajo
la
santidad de los recuerdos
mojarán
en
la
el
fíeles,
hisopo de un andrajo
sangre mortal de los toneles,
para rociar mi caja
con sus tenues esencias vaporosas,
cuya embriaguez
irá
hasta
mi mortaja
cubierta de racimos y de rosas.
Después urdiendo extraños
muy
las
sacrificios,
quedo, acaso, seguirán mi entierro
Brujas
como en Sábados de
oficios;
y más tarde, por último, algún perro
lunático, burlón o visionario,
— feroz
amante de
las
cosas bellas
desde un negro escondrijo solitario
ladrará
el
epitafio a las estrellas!
PoEAAs Postumos
LA CANCIÓN DEL BARRIO
lili
EL CAMINO DE NUESTRA CASA
Nos
eres familiar
como una
cosa
que fuese nuestra, solamente nuestra;
familiar en las calles, en los árboles
que bordean
en
la acera,
y loca
la alegría bulliciosa
de los muchachos, en
las caras
de los viejos amigos,
en
las historias íntimas
de boca en boca por
y en
la
el
que andan
barrio
monotonía dolorida
del quejoso organillo
que tanto gusta
la
oir nuestra vecina,
de los ojos tristes-
Te queremos
con un cariño antiguo y silencioso,
¡caminito de nuestra casa! ¡Vieras
con qué cariño
te
queremos!
EVARISTO CARRIEGO
154
¡Todo
que nos haces recordar!
lo
Tus piedras
parece que guardasen en secreto
rumor de
el
los pasos familiares
que se apagaron hace tiempo ... Aquellos
que ya no escucharemos a
la
hora
habitual del regreso.
Caminito
de nuestra
como un
casa, eres
rostro querido
que hubiéramos besado muchas veces:
¡tanto te
Todas
conocemos!
las tardes,
por
la
misma
calle,
miramos con mirar sereno
la
misma escena
la
misma
gente...
alegre o melancólica,
¡Y siempre
la
muchacha
modesta y pensativa que hemos
visto
envejecer sin novio... resignada!
De cuando
en cuando, caras nuevas,
desconocidas, serias o sonrientes,
que nos miran pasar desde
Y
aquellas otras
poco
las
la puerta.
que desaparecen
a poco, en silencio,
que se van
del bario o de la vida
sin despedirse.
¡Ali, los
vecinos
POEMAS POSTUMOS
que no nos darán más
los
buenos
155
días!
Pensar que alguna vez nosotros
también por nuestro lado nos ¡remos,
quien sabe donde, silenciosamente
como
se fueron ellos...
EVARISTO CARRIEGO
156
MAMBORETA
I
Así
Es
la
llaman todos los chicos de Palermo.
la risa del barrio
con su rostro feúcho
y su andar azorado de animalito enfermo.
Tiene apenas diez años, pero ha sufrido mucho...
Los domingos temprano, de regreso de misa
la
encuentran los muchachos vendedores de diarios,
y en seguida comienza
y
las zafadurías
Como
la
cuando
corren,
la
está Dios?», la
Mamboretá
la jarana, la risa,
de los más perdularios.
la gritan
rodean y
<
su apodo no responde,
Mamboretá ¿en dónde
preguntan los muchachos traviesos.
suspira, y
si
— «¿Dónde está Dios?» —
es
,
le
que alguno
insiste:
mira mansamente
sus ojos pensativos de animalito
triste,
[con esos
POEMAS POSTUMOS
157
II
Una
viuda sin hijos
y alguien
la
sacó de
cuna,
la
con mucha razón, que
dice,
de bruja, de perversa no más, pues
lo hizo
le
/
adrede,
da una
vida tan arrastrada que ni contar se puede.
Mamboretá
sin
embargo, no
la viuda,
y
si
trabaja desde
está
falta
sobre todo,
con
la
por
quienes
la trata
la
la
Mamboretá no ha oído
floja,
de haragana,
luna de cuanto se
—«La inútil, la abriboca,
mañana;
llaman
le antoja:
la horrible, la tolola...»
todavía una sola
palabra de cariño. ¡Pobre Mamboretá!
Todo
y
las
¡Ah,
el
mundo
la grita,
todos
mujeres mismas a veces
cómo
se conoce
que no
la
la
manosean,
golpean...
tiene
mamá!
—
EVARISTO CARRIEGO
158
LA MUCHACHA
QUE SIEMPRE ANDA
Así anda
la
pobre, desde
la
TRISTE
fecha
en que, tan bruscamente, como es sabido,
aquel
la
mozo que
fuera su prometido
abandonó con toda
Si bien
del novio
muchos
lo
la
ropa hecha.
achacan a una locura
que oponía sobrados
peros...
todavía se ignoran los verdaderos
motivos admisibles de
la
ruptura.
Sin embargo, en los chismes, casi obligados,
de los pocos momentos desocupados,
una de
las
que cosen en
dice,— y esto
que desde que
él,
ni
una vez
el taller
lo afirma la
ella
propia abuela,
estuvo con
la viruela
siquiera, la ha vuelto a ver.
POEMAS POSTUMOS
159
LA FRANCESITA QUE HOY SALIÓ
A TOMAR EL SOL
Un poco
paliducha y adelgazada,
— ¡estuvo tan enferma recientemente! —
caminando de prisa por
la
asoleada
vereda, va la rubia convaleciente
que, con
rumbo
a
¡Salud, la linda rubia
Palermo dobló hacia
:
cara traviesa,
gesto de ¡viva Francia! y airoso
como que para eso nació
¿Será
o es
la
el
el
porte:
francesa.
desconocido que va delante
gracia burlona con que camina
que ahuyentó aquel capricho sentimental?
¡Adiós los ojos
que vio junto
en
la
a la
tristes del
estudiante
cama de su vecina
tarde de un jueves del
hospital!...
el
Norte.
EVARISTO CARRIEGO
160
A
h
COMO AQUELLA
OTRA.
vecina: te puedes dar la
Sí,
mano,
esa mano que un día fuera hermosa,
con aquella otra eterna silenciosa
«que se cansara de aguardar en vano>.
Tú
la
también,
como
ella,
bondadosa amante,
la
acaso fuiste
primera,
de un estudiante pobre, aquel que era
un poco chacotón y un poco
O
que
no
allá
faltó el
muchacho
periodista
en tus buenos tiempos de modista
en ocios melancólicos
y que una
te dijo,
triste.
fría
te
amó
noche ya
lejana,
como siempre: «Hasta mañana»...
pero que no volvió.
POEMAS POSTUMOS
161
EN EL CAFE
una semana
)esde hace
que
y,
tiene
una mirada
que todas
las
falta
ese parroquiano
tan llena de tristeza
noches, sentado junto
al
piano
bebe, invariablemente, su vaso de cerveza
y fuma su cigarro...
contempla a
la
pianista
Que
silenciosamente
que agota un repertorio
plebeyo, agradeciendo con aire indiferente
la
admiración ruidosa del modesto auditorio.
Hace ya cinco noches que no ocupa su mesa
y en
el
café su ausencia se nota
con sorpresa.
¡Es raro, cinco noches... y sin aparecer!
Entre los habituales hay algún indiscreto
que asegura a
que hoy
los otros, en tono de secreto,
está la pianista
más pálida que
ayer.
EVARISTO CARRIEGO
162
MAMBRÚ
SE FUE A LA
— «Mambrú se fué a
¿Con
te
la guerra...»
GUERRA
— ¡Vamos, linda ve-
su ronga catanga los chicos de
harán
llorar,
ahora?
No
la
acera
[ciña
seas sensiblera
y piensa que esta noche de verano es divina
y hay luna,
mucha
luna.
¡Todo por esa racha
de recuerdos que llegan sin traer
¡Todo por
allá,
el
veleta
causante!
en tus más lejanas locuras de muchacha!
¡Qué nunca en
y
al
que fué novio o amante
te aflijas
por quien,
tantos años se te oyera
cabo, ¿dónde está,
si
Seamos muchachitos... Empecemos
el
sin
que
te
una queja
ahora, cuando eres casi vieja,
al fin
y
ponga
al
fea,
— «Mambrú se fué a
es
que
está?
canto
como hace poco, el llanto:
la guerra, Mambrú no volverá!»
163
POEMAS POSTUMOS
OTRO CHISME
¿Ahora
se
el otro?...
Bueno
a ese paso
han de contagiar todos, entonces. Vaya
con
manía! Porque es
la
el
caso
que no trancurre un solo día
sin
que haya
sus novedades...
Nadie ha sabido
sacarle las palabras... ¡Es ocurrencia:
servir de burla a cuanto
hay en
verlo!
Palermo!... ¡Si
mal entendido
da impaciencia
La causa, de cualquier modo,
no ha de ser para
tanto:
pasarse horas enteras...
y,
sobre todo,
¡siempre con esa cara de Viernes Santo!...
Pues
¡lo
que son
las cosas!,
precisamente,
desde que aquella moza, que se
reía
de su facha, muriera tan de repente
anda
así el
hombre. ¡Bien
uno de sus amigos!
lo decía
EVARISTO CARRIEGO
164
Medio enterado
del
tal
asunto, existe quien asegura
que noche a noche vuelve tomado.
No
tiene compostura...
•
¡Pobre! Ni loco
que
Por algo ya no se puede
estuviese...
aconsejarle que cambie
un
poco...
¡Es indudable que lo hace adrede!
De ninguna manera
no quiere escuchar
piensa enmendarse:
nada....
Y, aunque era de esperarse,
como con
está
hecho un perdido
a quien
a
fin
que
su conducta desarreglada
poco
le
importa del que
dirán...,
de cuentas, ha conseguido
lo
hechen
del trabajo
por haragán.
POEMAS POSTUMOS
"^
LO QUE DICEN LOS VECINOS
¡Bendito sea! Tan luego ahora
mostrarse adusta. ¡Quien lo diría:
ella
que siempre conversadora
llenaba
patio
el
Es increíble
lo
con su
que
hacer que escuche
ruegan,
la
pone un gesto!
Y
en cuanto insiste se
y
la
hablan de esto;
apuran, y no contesta
una palabra:
la
cuesta
les
si le
ni
Muchos
alegría!
¡les
les resiente.
encuentran desconocida,
— ¡da una pena! — continuamente
van notando más retraída
como
Ya no
si
todo
es ni
la
incomodara.
sombra de
lo
que fuera
en otros tiempos. ¡Qué cosa rara
que haya cambiado de
¡Anda de
triste!
Y
cualquier zoncera
tal
manera!
es bien sabido,
la
vuelve idiota.
165
!
'***'
166
EVARISTO CARRIEGO
En pocos meses ha
enflaquecido
tanto la pobre...
Por caprichosa
le
pasa eso. Nadie
Los de
la
casa se hallan perplejos:
¡verla así desde
que
Esta mañana, sin
como
i
en
ir
asaltada por
duda que acaso
la
la aguanta...
se levanta
muy lejos,
una viva
fué pasajera,
han sorpredido tan pensativa
el
descanso de
la escalera!...
POEMAS POSTUMOS
^.
167
LA ENFERMA QUE TRAGERON ANOCHE
La enferma abrió
los ojos
que aún no ha descansado
ni
cuando
un solo
decía sus temores
al
practicante
que pasa
de
la
la visita
Desde que
la
la
hermana,
instante,
mañana.
trageron ha rechazado
sin contestar palabra,
todo remedio,
y por más que se hizo no hubo medio
de vencer un mutismo tan obstinado.
Y
ahora, en
del último
la
pesada semi-inconciencia
momento, su indiferencia
silenciosa parece ceder,
por
fin,
pero en los labios secos y en
sólo tiene un reproche de
para
las
compañeras
la
mirada
abandonada
del cafetín.
168
EVARISTO CARRIEGO
^
EL ENSUEÑO
Porque después
del golpe vino la airada
retahila de insultos
ella
la veja,
tornó a callarse, sin una queja,
ya a
Y
con que
las frases
por
fin,
más torpes acostumbrada.
en
el
lecho cayó, cansada,
conteniendo esa horrible tos que no ceja
y de nuevo a
el
la
boca sube y
Y
mientras
el
padre
como siempre que
deja
grita, brutal,
vuelve de
borracho
la cantina,
piensa en
el
dulce sueño irreal
que sonara
al
recuerdo de aquel muchacho
ella
que vio junto a
en
le
sabor de su enferma sangre afiebrada.
la
tarde de
la
cama de su vecina
un jueves
del hospital.
POEMAS POSTUMOS
EL
169
HOMBRE QUE TIENE UN SECRETO
Algunos se hacen malas suposiciones
cada vez que
y franquea
la
donde busca
Eco de
el
pobre hombre dobla
puerta de
el
silencio
las diversas
la
esquina
la cantina,
de los rincones.
murmuraciones
de los más insidiosos, una vecina
dice
que nunca dejan de darle espina
esas
muy
Hoy
sospechosas ocultaciones.
—y
se halla
esto es explicable
un
tanto intrigada,
hace cinco minutos,
de
el
la calle,
hijo
de
12
cumplido
la
acodado en
al
mesa
la
buena gente
regresar
cierto
viuda que vive
la
—
pues casualmente
mandado,
al
lado
lo vio llorar,
EVARISTO CARRIEGO
170
s^
EL SILENCIOSO
QUE VA A LA TRASTIENDA
'v
Francanrénte, es huraña
la actitud
de ese obrero
que, de la alegre rueda casi siempre apartado,
se pasa así las horas muertas, con
sobre
la
el
sombrero
pensativa frente medio inclinado.
Sin asegurar nada, dice
que, por momentos,
el
almacenero
muchas veces
le
ha preocu[pado
ver con qué
aire tan raro se
contemplando
Como
el
lo
el
le
se
el
pueda
desentendido,
pedir,
no sabe qué zoncera
clavó los ojos, pero de una
que tuvo que
compañero
mozo, que es un entrometido,
más cargoso que
se acercó a preguntarle
y
el
copa que apenas ha probado.
a las indirectas se hace
otro día
y de
la
queda
manera
alejarse sin volver a insistir.
POEMAS POSTUMOS
EL SUICIDIO DE ESTA
En medio
del gentío ya
pasar, pues andan sueltos
MAÑANA
no hay quien pueda
los pisotones
que han promovido algunas
serias cuestiones
entre los ocupantes de la vereda.
En
la
un
la puerta,
jerga de
travieso chico
remeda
un vecino que a manotones
logró llegar
al
grupo de
que, una vez en
los
el patio,
Una buena comadre,
cuenta a una costurera
mirones
formaran rueda.
casi afligida,
muy
vivaracha
que, a estar a lo que dicen, era
el
suicida
— un borracho perdido, según oyó
el
marido de aquella pobre muchacha
que a
fines
de este otoño lo abandonó
171
EVARISTO CARRIEGO
172
EL CASAMIENTO
Como
del
nada consigue siendo prudente
montón de curiosos que han hecho rueda
esperando a los novios, vuelve
a disolver los grupos de
Que después
del
el
agente
vereda.
la
desorden que hace un
momento
se produjo, interviene de rato en rato:
cada cinco minutos cae
y,
el
sargento
con razón, no quiere pagar
En
la
el pato...
acera de enfrente varias chismosas
que se hallan
al
tanto de lo
que pasa,
aseguran que para ver ciertas cosas
mucho mejor
sería
i
f
%
quedarse en casa.
Alejadas del cara de presidiario
que
sujiere torpezas,
unas vecinas
pretenden que ese sucio vocabulario
no debieran
oirlo las chiquilinas.
(
POEMAS POSTUMOS
Aunque
—
tal
— todo es posible,
acontece
sacando consecuencias poco oportunas,
lamenta una insidiosa
la
incomprensible
suerte que, por desgracia, tienen algunas...
Y
no es
que haya
el
primer
salido
un zonzo... pues en enero
que transcurre,
del año
dio que hablar con
Con
los coches
los
muchachos
de
caso... Si bien le extraña
el
si
no
hijo del carnicero.
que asoman,
la gritería
dice las intenciones
común movimiento de
del
se engaña,
simpatía
traducido en ruidosas demostraciones.
Una
sino
la
vez dentro, es claro, no se comenta
ceremonia
muy
festejada,
bien que por otra parte
el reciente
Como
les
bochinche de
los retardados
impacienta
la llegada.
no han sido tantos
y sobran bailarines en ese instante
se va a empezar la cosa, salvo unos cuantos
que
más
se reservan para
El tío de la novia,
obligado a
buen
que se ha creído
fijarse si el baile
carácter, afirma,
que no
adelante.
toma
medio ofendido,
se admiten «cortes», ni
aun en broma.
173
—
EVARISTO CARRIEGO
174
— Que,
la
modestia a un lado, no se
ninguno de esos
La casa será pobre, nadie
todo
lo
que se
la
pega
seguramente.
vivos...
lo niega:
quiera, pero decente.
Y, continuando, entonces, del
mismo modo
prohibe formalmente los apretones:
compromisos,, historias
y,
sobre todo,
conversar sin testigos en los rincones.
La
<
polka de
la silla
»
dará motivo
a serios incidentes, nada improbables:
nunca
un rechazo despreciativo
falta
que acarrea disgustos irremediables.
Ahora, casualmente, se ha levantado
indignada
por
el «
la
prima del guitarrero,
doble sentido
del piropo
guarango
»
mal arreglado,
del
compañero.
La discusión acaba con
porfías del padrino
que se
las violentas
resiste
a las observaciones de las parientas
que
le
impiden que haga papel tan
El vigilante amigo,
cumpliendo
la
que en
la
triste...
parada
consigna diaria se aburre,
dice que de regreso de
una llamada
vino a echar su vistazo, por
si
algo ocurre...
175
POEMAS POSTUMOS
Como
es inexplicable
se permitan
que
horrores que no deben ser achacados
a los íntimos, varios padres le invitan
a proceder en forma con los colados.
En
el
comedor, donde se bebe a gusto,
lamenta
casi
novio que no se pueda
el
correr la de costumbre... pues, y esto es justo,
la familia le
Y
lo
que
pide que no se exceda.
es
él,
ahora tiene derecho
a desdeñar, sin duda, las perrerías
de aquellos envidiosos, cuyo despecho
fuera causa de tales habladurías...
Respecto de aquel otro desengañado,
en verdad cabe
es opinión de muchos
—
—
suponer que,
si
es cierto
comete una locura de
La madrina,
que anda tomado,
las
que
a quien eso
sabe.
él
no
le
parece
sino una soberana maldad, se encarga
de chantarle unas
frescas,
según merece
ese desocupado tan lengua larga...
Entre los invitados, una comadre
venirse sola:
narra
cómo ha podido
¡se le
antojó a su chico seguir
a traer la familia de D. Nicola!
al
padre
—
EVARISTO CARRIEGO
176
cuñada? ¡Qué cambio! Parece cuento,
...¿Su
siempre encuentra disculpas, y hasta
no
insistir,
desde que
le
ruega
pretextando su retraimiento
hermanita se quedó ciega.
la
Las mujeres distraen, de cuando en cuando,
a
la vieja
que anoche, no más,
reía
fingiéndose conforme pero dudando:
—
...
al fin
La
era la ayuda
que
ella tenía.
afligen los apuros. Llora,
las estrecheces
piensa en
el
temiendo
de antes ¡y con qué pena!
hijo ausente
que
esta
cumpliendo
los tres años, tan largos, de su condena...
La
crítica se
muestra
muy
indulgente:
— Las personas han sido mejor tratadas
que
otras veces, sintiendo, naturalmente,
que «hayan habido» algunas bromas pesadas...
En cuando
como
si
¡Han dejado
llenas
a las
muchachas ¡con unos
aires!
trabajasen de señoritas...
la
fama de sus desaires
de pretensiones
las pobrecitas!
•
Sin entrar en detalles sobre
el
odioso
golpe de circunstancias, alguien se queja
preguntando a
que
los
hombres quién
fué
el
se llevó a los novios de la bandeja.
gracioso
POEMAS POSTUMOS
En
el
patio dos
mozos arman
177
cuestiones,
y sin ninguna dase de miramientos
se dirigen airadas reconvenciones,
resabios de distantes resentimientos-
Como
el
guapo
provocación que
es
amigo de
evitar
toda
aleje la concurrencia,
ha ordenado que apenas
soda
les sirvan
a los que ya borrachos buscan pendencia.
Y, previendo
único en
ir
él,
la
bronca, después del gesto
declara que aun que
de nuevo a
la cárcel,
a darle un par de hachazos
Y
en medio del
las guitaras
el
le
cueste
se halla dispuesto
bullicio,
al
que
proteste...
que pronto
cesa,
anuncian estar cercano
aguardado instante de
la
sorpresa
preparada en secreto desde temprano:
Que, deseosos de aplausos y de medirse
de nuevo, recordando sus anteriores
tenaces contrapuntos sin definirse,
van a verse
las caras
dos payadores.
!
EVARISTO CARRIEGO
178
EL VELORIO
Como
ya en
el
barrio corrió la noticia,
algunos vecinos llegan consternados,
diciendo en voz baja toda
que amarga
A
apenas
mayorcito... ¡Si es para asustarse:
el
lo entierran
misma
el
llena
el
del
lo
cuadro de caras llorosas
ambiente de recogimiento,
padre recibe
con que
cuando fatalmente
desgracia vuelve a presentarse
En medio
que
suerte de los desdichados...
principios de año, repentinamente
murió
la
la
la injusticia
las frases
piadosas
acompañan en
Los íntimos quieren
el
sentimiento...
llevárselo afuera,
pues presienten una decisión sombría
en su mirar
fijo:
de cualquier manera
con desesperarse nada
sacaría...
POEMAS POSTUMOS
Porque hay que
ser
hombre, cede a
de los allegados, que fingen
de cansancio propio de
el
179
las instancias
gesto
las circunstancias:
— Paciencia, por algo Dios lo
La forma expresiva de
las
habrá dispuesto!
condolencias
narra lo sincero de las aflicciones,
que
«
recien
en estas duras emergencias
»
se aprecian las pocas
buenas relaciones.
Entre los amigos que han ido a excusarse
uno que otro padre de
a cumplir, sintiendo
—
...
ellos
también tienen enfermos en casa!
Encuentran
aunque
familia pasa
no poder quedarse:
el
golpe realmente sensible
irreparable, saben
que sus puestos
pero... les es imposible
están
allí,
al fin
crían hijos y se hallan expuestos...
Como
habla del duelo todo
vienen comentarios desde
mientras el teclado del
más ronco
y
más grave
la
el
conventillo
cocina,
ronco organillo,
solloza en la esquina.
Las muchas vecinas que desde temprano
fueron a brindarse, siempre cumplidoras,
están asombradas... ¡El era bien sano,
y en tan corto tiempo: cuarenta y
ocho horas!
EVARISTO CARRIEGO
180
¡Parece mentira! ¡Pobre
finadito!...
Nunca, jamás daba que hacer a
la gente:
¡había que verlo, ya tan hombrecito,
modos
tan fino en sus
y tan obediente!
La angustiada madre, que llorando apura
el cáliz
que
muestra a
con que
el
justo
Señor
la
depara,
las visitas la vieja figura
la
noche antes
aún jugara.
él
Y, afanosamente, buscando
al
acaso,
una serpentina,
halla entre las vueltas de
aquel desteñido traje de payaso
que
Y
le regalase
la
su santa madrina.
rubia imagen a
la
cual rezaba
truncas devociones de rezos tardíos,
¡ha,
que unción
la suya,
cuando comenzaba:
«Jesús Nazareno, rey de los judíos»!...
Como
y
ella
esas benditas cosas
torna
al
mismo fúnebre
y va siendo tarde, todas
la
con
ella,
quedarse
las
relato
rato.
que hace tiempo permanecen
se marchan, pues
la hora,
la dejan,
aconsejan
cariñosamente recostarse un
Muchas de
no
no
les
permite
pero antes se ofrecen
para algo de apuro que se necesite...
181
POEMAS POSTUMOS
Las de
«
compromiso
silenciosamente
»
van abandonando
pieza mortuoria:
la
sólo las parientes se aguardan, orando
por
el
angelito
que sube
a la Gloria.
La crédula hermana se acerca en
a ver, nuevamente,
«... si
puntillas,
ya está despierto...»
llama y pone sus frescas mejillas
y
sobre la carita apacible del muerto.
le
En
el
otro cuarto se tocan asuntos
de interés notorio: programas navales,
cuestiones, alarmas, crisis y presuntos
casos de conflictos internacionales.
Mientras corre
sobre
y
las carreras
el
mate, se insinúan datos
y las elecciones,
la «fija, al freno»,
de los candidatos
es causa de algunas serias discusiones.
Como
no es posible que en esos
instantes,
y habiendo muchachas, puedan sostenerse
sin
ningún motivo temas semejantes,
los juegos
de prendas van a proponerse.
Varios se retiran
como pesarosos
de no acompañarlos: no hay otro remedio,
quizás esperasen, sin duda gustosos,
si
fuerzas mayores que están de por medio...
EVARISTO CARRIEGO
182
Y,
al
dejar
al
padre menos
a las susurradas frases de
triste
despedida, sigue
casi misterioso:
el
la
afligido,
breve
convenido
— «Mañana a
las
nueve».
POEMAS POSTUMOS
183
HAS VUELTO
Has
hay
vuelto, org^inillo.
risas.
como
Has
En
acera
la
vuelto llorón y cansado
antes.
El ciego te espera
las
más de
las
noches sentado
a la puerta. Calla y escucha. Borrosas
memorias de cosas
lejanas
evoca en silencio, de cosas
de cuando sus ojos tenían mañanas
de cuando era joven...
la novia...
¡quien sabe!
Alegrías, penas,
vividas en horas distantes.
se le
pone
algún aire
Has
el
rostro cada vez
te
que suenas
antiguo ¡Recuerda y suspira!
vuelto, organillo.
modesta
¡Qué suave
La gente
mira
pasar, melancólicamente.
Pianito
que cruzas
la calle
cansado
184
EVARISTO CARRIEGO
moliendo
el
eterno
familiar motivo
gemía a
la
que
el
año pasado
luna de invierno:
con tu voz gangosa dirás en
la
canción ingenua,
la
la
esquina
de siempre, acaso
esa preferida de nuestra vecina
la costurerita
Y
que dio aquel mal paso.
luego de un valse
tristeza
que cruza
te irás
como una
la calle desierta,
y habrá quien se quede mirando
la
luna
desde alguna puerta.
¡Adiós, alma nuestra! parece
que dicen
las gentes
en cuanto
Pianito del dulce motivo que
mece
memorias queridas y
viejas!
Anoche, después que
te fuiste,
cuando todo
— qué
triste
el
barrio volvía
—
lloraban los ojos del ciego.
te alejas.
al
sosiego
II
LA COSTURERITA
QUE DIO AQUEL MAL PASO
13
POEMAS POSTUMOS
LA QUE HOY PASO
¡Qué
MUY AGITADA
tarde regresas!... ¿Serán las benditas
locuaces amigas que
Vas tan
agitada!...
han detenido?
te
¿Te habrán sorprendido
dejando, hace un rato,
Adiós, morochita!...
la
las risas
casa de citas?
Ya
cuando andes en todas
sospecho
verás,
Y
si
las charlas caseras:
esto ha ocurrido,
diste el
y encontré
mal paso,
el
muchacha,
de tus compañeras
diciendo que pronto mostraste
si
187
si
la hilacha...
que en verdad no es poco,
no
me
equivoco
secreto de esa agitación.^
¿quién sabrá
si
llevas en este
una duda amarga sobre
el
momento
pensamiento
y un ensueño muerto sobre
el
corazón?
EVARISTO CARRIEGO
188
¿NO TE VEREMOS MÁS?
...¿Con qué estás decidida?
¿Ni
No
te
siquiera
el
¿No
te
detiene nada?
anuncio de este presentimiento?
puedes negar que eres una desamorada:
vas
así,
un remordimiento!
tranquila, sin
¡Has sido tanto tiempo nuestra hermanita! Mira
sino te desearemos
...tu
buen
decisión de anoche
viaje y
la
mejor
creíamos mentira:
que tan acostumbrados estábamos
Nos quedaremos
De más
y
tú,
solos.
suerte,
a verte!
¡Y cómo quedaremos!...
fuera decirte cuánto te extrañaremos:
también, ¿es cierto que nos extrañarás?
¡Pensar que entre nosotros ya no estarás mañana!
Caperucita roja que
Caperucita
roja,
fuiste nuestra
¿no
te
hermana,
veremos más?
POEMAS POSTUMOS
189
LA INQUIETUD
Les tiene preocupados y
tristes la
la
ni
recuerdan ahora lo de
la
adivinanza
que propusiera alguno, para pasar
De
más
tardanza
hermana. Los niños no juegan con
de
vez en cuando,
el
padre mira
largos los minutos.
Una
el gato,
•
el rato.
el reloj.
Parecen
palabra dura
no acaba. Las muchachas, que cosen, permanecen
con los ojos
calladas,
Las
como
diez, y
al
fijos
en
la
costura.
aún no vuelve. Ya ninguno desecha,
principio, aquella dolorosa sospecha...
El padre,
que ha olvidado
la lectura
empezada
enciende otro cigarro... Cansados de esperar
los niños se levantan, y sin preguntar
dicen
las
nada
buenas noches y se van a acostar.
EVARISTO CARRIEGO
190
LA COSTURERITA QUE DIO
AQUEL MAL PASO
La costurerita que dio aquel mal
—y
lo
peor de todo,
con
el
sinvergüenza que no
después...
— según dicen
se fué hace dos días.
verla aguantar esa
las
compañeras,
Aunque
en
el
la
en
Ya no
—
hizo caso
la
vecindad
—
era posible
por más tiempo. Daba compasión
fingir
de
paso...
sin necesidad
a
maldad
insufrible
¡tan sin corazón!
nada llevan
las
conversaciones,
barrio corren mil suposiciones
y hasta en algo grave se llega a creer.
¡Qué cara
tenía la costurerita,
qué ojos más extraños, esa
que dejó
la
tardecita
casa para no volver!...
POEMAS POSTUMOS
CUANDO LLEGA
Todos
de esa duda, persiste
hermano recorre
que
EL
VIEJO...
están callados ahora. El desaliento
que repentinamente siguiera
El
191
al
como un
comentario
presentimiento.
las noticias del diario
está sobre la mesa.
La abuela se ha dormido
y los demás aguardan con
el
oído alerta
a los ruidos de afuera, y apenas se oye un ruido
las
miradas ansiosas se clavan en
El silencio se vuelve cada vez
una
frase
que empieza
la
puerta.
más molesto:
se traduce en
un gesto
de impaciencia. ¡La espina de esa preocupación!...
Y
cuando
en todas
las
llega el viejo,
miradas
que
fijas
salió
hace un instante,
en su semblante
hay una temerosa, larga interrogación.
EVARISTO CARRIEGO
192
.CAPERUCITA ROJA> QUE SE NOS FUÉ
¡Ah,
si volvieras...!
La casa
es
El
te
lo sabías
hacendosa
hacer con esas manos...!
los chicos, ¡pobrecito! te llama
recordándote siempre lo que
Y
para que
le
para que
como entonces
en
está la
oíros tiempos. ¡Eras la habilidosa
menor de
¡Cómo
extrañan mis hermanos!
un desquicio: ya no
muchacha de
que todo
¡Cómo
des
algo...
le
prometieras,
a veces
le
—
prepares
¡si
la
lo oyeras!
—
cama.
entonces! ¿Entiendes? ¡Ah, desde que te fuiste,
la casita
nuestra todo
el
mundo anda
triste,
y temo que los viejos se enfermen, ¡pobres viejos!
Mi madre
con
el
disimula, pero a escondidas llora,
supersticioso temor de verte
Caperucita
roja,
lejos...
¿dónde estarás ahora?
POEMAS POSTUMOS
AQUELLA VEZ QUE VINO
TU RECUERDO
La mesa estaba alegre como nunca.
Bebíamos
el té:
mamá
reía
recordando, entre otros,
no sé qué antiguo chisme de
familia,
una de nuestras primas comentaba
— recordando
con gracia
de un testigo irritado
que presenció en
—
los.
el
modales,
incidente
la calle;
los niños se
empeñaban, chacoteando,
en continuar
el
y
los
las
juego interrumpido,
demás hablábamos de todas
cosas de que se habla con cariño.
Estábamos
alguno
silencio
te
así,
contentos, cuando
nombró, y
el
doloroso
que de pronto ahogó
con pesadez de plomo
las risas,
193
EVARISTO CARRIEGO
194
persistió largo rato.
como
si
mudos,
Lo recuerdo
fuera ahora: nos
fríos.
Pasaban
quedamos
los minutos,
pasaban y seguíamos callados.
Nadie decía nada pero todos
pensábamos
que
la
mamá
lo
mismo.
Como
siempre
conmueve una emoción penosa,
disimulaba ingenuamente
queriendo aparecer tranquila. ¡Pobre!
¡Bien que
la
conocemos!... Las muchachas
fingían ocuparse del vestido
que una de
los niños,
ellas llevaba;
asombrados de un
silencio
tan extraño, salían de la pieza.
Y
los
sin
demás seguíamos callados
mirarnos siquiera.
!
POEMAS POSTUMOS
195
POR ELLA
...Déjala,
la tía: ella
y
ríe
prima! Deja que suspire
también tiene su pena,
alguna vez, siquiera. ¡Mira
que no
hace tiempo
te ríes
Suena
de improviso tu
en
la
y es
paz de
como
la
si
risa alegre
y sana
casa silenciosa
una ventana
se abriera
para que entrase
el sol.
Tu contagiosa
alegría de antes!
La de entonces, esa
de cuando eras comunicativa
como una hermana buena que
después de un largo
regresa
viaje.
La expansiva
alegría de antes! Se la siente
sólo de tiempo en tiempo, en
olvidar de las cosas...
el
sereno
EVARISTO CARRIEGO
196
¡Ah,
^
Con
Tú
ella se
lo dijiste,
nos fué todo
prima, lo
la
lo
ausente!
bueno.
dijiste...
Por
ella
son estos silencios malos,
por
ella
todo
el
con una pena
mundo anda
así, triste,
igual, sin intervalos
bulliciosos. El patio sin rumores,
nosotros sin saber lo que nos pasa
y sus cartas
¿Qué
muy
se habrá
breves y sin
hecho de
flores...
la risa,
en casa?
POEMAS POSTUMOS
¿QUÉ SERÁ DE
¿Qué
que
197
TI?
será de ti? ¡Hace tanto
Ya
te fuiste!
ni sé
cuanto tiempo.
¿De
te
nosotros
acuerdas alguna vez?
¿Verdad que
de lejos nos
sí?
Tu
cariño
seguirá...
Lejos de nosotros, ¡pobre,
qué sola
te sentirás!
Si se habla de
ti,
pensamos: ¿será
Y
a veces te
en seguida
feliz?
recordamos
con un vago asombro:
como
si
así
estuvieras muerta.
¿Después de aquel largo
adiós,
ahora que no eres nuestra,
quién escuchará tu voz?
EVARISTO CARRIEGO
1Q8
Madrecita, hermana, dulce
hermana que
se nos fué,
hermanita buena, ¿cuándo
te
volveremos a ver?
POEMAS POSTUMOS
199
POR LA AUSENTE
Fuma
pipa y
el
de nuevo
la
el
viejo su trabajosa
madre escucha con indulgencia
sabido proceso de la dolencia
que
aflige a
El
una pariente poco animosa.
muchacho concluye
composición, que sobre
en
la
escuela
le
la fastidiosa
la
negligencia
dieron de penitencia,
por haber olvidado no sé qué
Y
hondo
cosa...
silencio
que de repente
como una obsesión mala
muy quedo la hermanita
va a comenzar
la
en
el
llena el ambiente,
oración, noche a noche tartamudeada,
por aquella perdida, desamorada,
que hace ya cinco meses dejó
el
hogar.
EVARISTO CARRIEGO
200
LA VUELTA DE CAPERUCITA
Entra sin miedo, hermana: no
¡Qué cambiado
está todo,
¡Si supieras la vida
Mamá
verán en
ti
la
te
es cierto?
que llevamos pasada!
ha caído enferma y
Los menores
diremos nada.
te
qué cambiado! ¿no
el
pobre
viejo
ha muerto...
extrañan todavía, y los otros
hermana perdida que
regresa:
puedes quedarte, siempre tendrás entre nosotros,
con
el
cariño de antes, un lugar en
la
mesa.
Quédate con nosotros. Sufres y vienes pobre.
Ni un reproche
te
haremos:
ni
una palabra sobre
oculto motivo de tu distanciamiento;
el
ya demasiado sabes cuánto
aquel
¡Si
no
día,
te
te
hemos querido:
¿recuerdas? tuve un presentimiento...
hubieras
ido!...
III
INTIMAS
J
POEMAS POSTUMOS
203
AQUELLA VEZ EN EL LAGO
La góndola
volvía. Frente a frente
estábamos, en esa inolvidada
vieja tarde
por
Y
a tu
la
de otoño, purpurada
sangre del sol en
porque
te
el
poniente.
mostrabas displicente
mismo abandono abandonada,
se
me
lo
que quiero ocultar inútilmente.
antojó decir, sin decir nada,
Callaste, y
como
al
agitar
el
rico
blasonado marfil de tu abanico
hubo una muda negación
en
yo
la
sencilla
leve ironía de tu boca,
me quedé pensando
en una loca
degollación de cisnes en la orilla.
—
EVARISTO CARRIEGO
204
UNA SORPRESA
Hoy
recibí tu carta.
La he
leído
/
con asombro, pues dices que regresas,
y aún de
la
sorpresa no he salido...
¡Hace tanto que vivo
«
Que por
vas a verme
fin
fué la separación
...>
no vengas,
sufrirías
desilusión:
me
Y como
un
sin sorpresas!
Te
....
que tan larga
lo aconsejo,
j
una amarga
'•
encontrarías viejo.
viejo, ahora,
me
he llamado
|
a quietud, y a excepción
—¡siempre
de uno que otro recuerdo que en
el
pasado!
la frente
'i
;,
me pone alguna arruga de tristeza
no me puedo quejar: tranquilamente
fumo mi pipa
y
bebo mi cerveza.
I
ii
POEMAS POSTUMOS
205
COMO EN LOS BUENOS TIEMPOS
A
veces,
evocación de ese retrato
la fiel
donde
Y
aunque mucho
estás viva,
digo bien,
i
miro un poco entristecido
mucho
apenas
la
rato
ha que
te
rato,
has ido.
impresión que nada deja!
Tal vez he preferido
más perderte
que haber seguido amándote, hasta
con
la
vergüenza de sentirte
verte
vieja.
Y, sin embargo, acaso mentiría,
si
quisiera decir
no he cesado de
que todavía
oirte junto al
que nadie ha vuelto
a abrir,
emoción de aquel tiempo
cuando aún eras prima de
piano
como
tan lejano
la
luna.
en ninguna
EVARISTO CARRIEGO
206
¿RECUERDAS?
Las rosas del balcón eran celosas
novias bajo
el
ironía falaz de
que
agravio de
la fina
una vecina
se ponía a reír de ciertas cosas.
Tu perdón desdeñoso
fué a las rosas
y tus labios a mí. La muselina
de
te
la
suave penumbra vespertina
envolvió en no sé qué ansias misteriosas.
Dijo
y
al
el
piano motivos pasionales,
temblar tus magnolias pectorales
con miel de invitaciones
al
pecado
de tu posible ruego incomprendido,
terminó
la
canción con un gemido
de alondra torturada en
el
teclado.
POEMAS POSTUMOS
207
LA MÚSICA LEJANA QUE NOS LLEGA
Accede,
— mientras
de
ruego así.^ Dejemos
te lo
se enfría
leer el capítulo
amada, cierra
Y
calla,
el
por
el té
que has preparado
empezado:
libro y escuchemos...
favor...
Guarda
burlas: ten la vergüenza,
tus finas
no imposible,
de que tu dulce voz halle insensible
rebelde
el
corazón que aún dominas.
como un
¿Ves? Llega
que pone en fuga
Bebe toda
no dejes en
la
la
el
breve pensamiento
arrepentimiento...
onda, hermana mía,
copa nada, nada...
Emborráchate, amada:
la
música es
el
vino hecho armonía.
208
EVARISTO CARRIEGO
CONVERSANDO
El libro sin abrir y
— con
esto,
Hermano, ya
de
reprocha
lo
—
tranquilamente:
excelencia del vino
me
vaso lleno,
para mí nada hay ausente.
Podemos conversar
la
¿el
me
hace bueno.
una exigencia
lo ves, ni
la vida... así
me
demás no quiero saber
agrada;
nada...
Practico una virtud: la indiferencia.
Me
disgusta tener preocupaciones
que hayan de conmoverme. En mis rincones
vivo la vida a
del
la
que es
la
manera eximia
feliz,
porque en verdad
esposa del señor de
la
se ha fugado conmigo....
vendimia
te
digo:
POEMAS POSTUMOS
209
CUANDO HACE MAL TIEMPO
Mientras dice
la lluvia
en los cristales
sus largas letanías fastidiosas,
me aduermo
de
las tibias
El
me
humo
en
las
blanduras deliciosas
perezas invernales.
del cigarro en espirales
finge perspectivas caprichosas,
y en
la
nube azulada van
insinuando contornos
¡Qué bueno
las
cosas
irreales.
es el diván en estas frías
tardes, fatales de monotonías!...
¡Qué bien
se siente uno,
con una pesadez
no moverme de
vivir
así,
estirado,
sensual!... ¡Quisiera
aquí! ¡Si se pudiera
eternamente amodorrado!
EVARISTO CARRIEGO
210
DE SOBREMESA
Anoche, terminada ya
y mientras saboreaba
me
el
la
cena
café
amargo,
puse a meditar un rato largo:
alma como nunca de serena.
el
Bien
lo sé
de todo
que
la
copa no
lo mejor, y, sin
por pereza quizás,
ni
que no ha sido buena.
a la suerte,
Pero,
como por una
no
le
ni
en
muestro a
las
la
embargo,
un solo cargo
hago
le
está llena
virtud rara
vida mala cara
horas que son más fastidiosas,
nunca nadie podrá tener derecho
a exigirme
se
una mueca... ¡Tantas cosas
pueden ocultar bien en
el
pecho!
IV
ENVÍOS
213
MISAS HEREJES
SARMIENTO
Una
luz familiar;
una
bondadosa verdad en
el
sencilla
sendero;
estoico fervor de misionero
un
que
traía
por biblia una
Cuando en
ámbito de
la
la
cartilla.
hora aciaga, en
el
obscuro
sangre, su mirada
de inefable visión fué deslumbrada
conjuro,
y levantó su voz, a su
en medio de
y entre
sobre
las trágicas derrotas
un sordo rumor de lanzas
las
pampas, sobre
se hizo cada vez
el
de
salvaje ulular,
las épicas
el
el
rotas,
suelo herido,
menos profundo
alarido
hordas de Facundo,
EVARISTO CARRIEGO
214
CANILLITA
En
¡Siempre
el
muerte de Florencio Sánchez.
mismo!... Ingrato... ¿Te parece
que jamás volvamos
Sí,
la
nunca hallaremos romero más
¡Qué cosas
No
loco...
las tuyas! ¡Irte a las estrellas!...
mereces
casi
¡Irte a las estrellas!
que
así te lloremos...
¡Adiós, Canillita!
Siempre, siempre, ¿sabes?
te
que hayas dejado tan sola a
Por
reprocharemos
Catita...
su pobre pajarito bueno,
ella,
bésale en los ojos, Jesús Nazareno
que
estás en la cruz!
¡por
ella
que todos
que ahora se queda más
los tristes
ciérrale los
poco
a encontrar tus huellas?
que en
el
triste
mundo
negros ojazos sin luz!
viste,
POEMAS POSTUMOS
215
VULGAR sinfonía
A Doña Leonor Acevedo
Como
pero
las extraordinarias
irreales doncellas
que vieron en
las hostias
las estrellas
imaginarias
de sus noches visionarias,
así tus
blancas patenas
quedarán tan sólo llenas
de tu gesto de mujer,
porque hoy no podría hacer
de segador de azucenas.
Y
bien puedo adivinar
— pese a una
amable indulgencia
bajo tu leve elocuencia,
que, en
la
décima vulgar
que aquí me atrevo
tu gentil
a dejar,
alma de Francia
no ha de aplaudir
la
arrogancia
de Borges
216
EVARISTO CARRIEGO
de diez bravos caballeros
que conversan prisioneros
en una
Pero
lírica estancia.
si
no hay madrigal
de antigua delicadeza,
sobre mi propia rudeza
tengo una rosa augural:
— que ya es
flor espiritual
pues son mis votos ahora,
que eternamente, señora,
vivas la olímpica gesta
del ensueño, de la fiesta,
de los
Y
lirios,
que
de
aurora.
la
tu hijo, el
niño aquél
de tu orgullo, que ya empieza
a sentir en la cabeza
breves ansias de laurel,
vaya, siguiendo la
ala
de
la
fiel
ensoñación,
de una nueva anunciación
a continuar la
que dará
del vino
la
de
vendimia
uva eximia
la
Canción.
POEMAS POSTUMOS
217
A CARCA VALLO
En su noche.
Porque
esta
hora todos
y es propicia la
vaya
el
trovar,
noche y
gustado en
la
el
el
vivimos contigo,
ambiente es cordial,
rincón amigo,
'
con un antiguo y vago sabor
sentimental.
Por
que todavía creen un poco en la
Luna,
que riman una canción de juventud,
los
por
los
por
las
damas que escuchan, suaves como
en alguna
primavera de versos, ¡compañero,
salud!
Salud, por esta hora
salud,
porque
al
que vivimos contigo,
conjuro del verso que
realicen su serena gloriosa
la
Amistad y
la Lira, la
te
comunión
gracia femenina,
un puñado de rosas de la tierra
Argentina
y una copa del rojo vino del corazón.
15
digo
V
LEVENDO A DUMAS
POEMAS POSTUMOS
221
LEYENDO A DUMAS
(Fragmento).
— Ya es hora, prima:
Empieza, pues,
Ruge
y
el
el
la lectura.
viento afuera: llueve,
viejo
caño murmura
un son constipado... un
Empieza
te
las nueve.
ya,
que
la
son...
abuela
ha prometido atención.
Abre
la
donde
dulce novela
tanta bella historia
nos cuenta
el
novelador,
que cuando uno hace memoria
no sabe cual
El
es mejor:
embozado que ama
a una que no conoce
y a quien dio cita la
dama
cerca del Louvre, a las doce.
La cena de
la hostería...
!
:
EVARISTO CARRIEGO
222
la hora... la callejuela...
¡Medrada
la fantasía
y vacía
escarcela
la
Cadetes, guardias, tizonas,
siempre en trances de estocadas
y venga oir
las
gasconas
ingenuas baladronadas.
Intrigas de cortesanos;
fastuosos, regios festines...
¡Qué
altivos,
qué soberanos
van los bravos paladines
pasando con sus sombreros
de multicolores plumas!
¡Ay, prima, los caballeros
amados
del viejo
Brunos
los del
Dumas!
Mediodía,
rubios los del Septentrión
quién viene de Picardía
y quién del pais Bretón.
Hidalgüelos, segundones,
bolsa ruin y noble cuna...
Mienten bien los fanfarrones
'
lances de
¡Y
amor
es de ver!
y fortuna.
En
el
apuesto
continente, ¡qué jactancia!
Luce empenachado
el
gesto
de los soldados de Francia.
¡Qué de contar cosas
bellas
!
!
POEMAS POSTUMOS
en
el
patio del
unas cuantas botellas
frente a
del
mesón,
buen vino borgoñón
¡yino de Borgoña, sabio
vino que torna
el
cuando
ingenio,
una razón
dice
sutil
el
labio
gentil;
vino de Borgoña, vino
que
si
se
nos deja
bebe una vez
como un
divino
recuerdo de su embriaguez
Abre
la
novela, amiga.
Nosotros
te
escucharemos:
Sabes que no nos
oir tu voz.
el
capítulo
fatiga
Continuemos
empezado
anoche, ese donde va
casi al fin
de su reinado
Carlos IX de Valois.
Carlos nueve, rey poeta,
príncipe de noble raza,
que con palabra
discreta
narra historias de
Rey cazador,
la caza.
rey trovero,
entendido en montería
que charla con su halconero
223
EVARISTO CARRIEGO
224
de achaques de cetrería
y hace versos con Ronsard.
Muchas veces
él
ha dicho
que quisiera
ser juglar;
pero sólo es
un capricho
de señor que se
fastidia
presa de un sombrío encono,
quizá
ver cuanta perfidia
al
hay en torno de su trono,
cuantas mezquinas traiciones...
Fuera su vida serena
a no ser las ambiciones
de
la
casa de Lorena.
Caviloso, hosco, altanero,
no
le
mirase
de venir
que no
Si es
el
le
la corte
heredero
da su consorte.
que
al
—
responder no intentas
burlarte, novelador:
¿de
^
las
cosas que nos cuentas
cuál de todas es mejor?
Narren prosas
las
odiosas
pasiones de Catalina.
¡Ah, las intrigas tortuosas
de su astucia florentina!
¡Margarita!... elogien versos
su belleza: canten
liras,
:
POEMAS POSTUMOS
pero no en votos adversos,
ni
en cortesanas mentiras,
el
nombre de
más
la
bella
princesa de cuento en
ninguna fué como
sabia en latín
No
flor:
ella,
y en amor.
lució tan alta estrella
constelación real
la
repito
que como
ninguna...
No
ella
es madrigal.
Los secretos que no ignora
¡
cierta azafata! Si hablara
y
la
oyesen, su señora
inclinaría la cara
avergonzada en
Mas no tema
ni
pecho.
la realeza;
por femenil despecho
cometiera
Elogie
el
el
tal vileza.
alabe
la lira,
dulce rostro soñado
a la luz serena y suave
de su sonrisa.
A
que
antipático,
personaje
Me
el
su lado
que
feo
de Alengón.
parece que
le
veo
meditando una
traición.
Nunca
enemigo
tuviese
—
225
226
EVARISTO CARRIEGO
tan desleal
Bearnés:
el
mal hermano, mal amigo
y mal príncipe francés.
Da
risa
cuando concibe
empresas que
si
sueña grandes:
él
a batallar se apercibe
— memorias mandan de Flandes
casi
no hay quien
¡vaya con
el
le
-
venza,
capitán!
y era nieto, ¡qué vergüenza!
del héroe de Marignán...
Llore
el
verso
al
gentilhombre
más cumplido y más
que en Provenza
al
amador más
Lector
el
que
téngale en
le
galante
llevó
nombre;
constante.
recuerde
memoria
fiel:
presumido, pisaverde,
pero valiente doncel.
Resuelto, airoso, buen porte,
poeta y espadachín,
entró con mal pie en
y fué trágico su
la
corte
fin.
¡Pobre Lamole! Verso, rima,
llorad
por
el
caballero
vuestra canción...
— Sigue,
prima.
POEMAS POSTUMOS
— ¿Y aquel bravo compañero,
pelirrojo, vulgarote,
que
locuaz, pendenciero,
mató uno que otro hugonote
en
la
San Bartolomé?
Siempre metido en pendencias
no dan poco que
reir
sus airadas ocurrencias;
eso
supo morir.
si,
Monseñor, Duque de Guisa,
¿esa apostura bizarra
no merece una sonrisa
de
la
¡Ah,
Reina de Navarra?
la
sonrisa orgullosa
tiempo
del dulce
cuando
la
ella
feliz,
encontraba hermosa
gloriosa cicatriz
que sobre
el
rostro persiste,
como un blasón de
Se os ve
¿qué
fiereza!
serio, adusto, triste:
es de la vuestra
Margarita... Ella
Sólo por decir:
grandeza?
no sabe!
¡la vi!
mordido de duda grave
abandonasteis Nancy,
y os
la halláis,
monseñor!
— jcon cuanta pena,
— de otro prendada...
227
»
228
EVARISTO CARRIEGO
A
el
de
No
duque de Lorena,
VOS,
la
cara cortada.
ya caído
solo,
en
el
embozo,
noche
la
desierta,
ahogando vuestro ardor mozo
acecharéis cierta puerta.
¡No! Ya no furtivamente
a la hora de la queda,
a vuestro oído impaciente
llegará el
rumor de seda
de un vestido:
«
— Dios
monseñor... La noche es
Vamos, seguidme, que
Voz
juvenil
os guarde
fría...
es tarde...
que decía
con acento picaresco:
«
— Dejad pasar, es amigo...»
al centinela
que
tudesco
vela junto
postigo
al
con soñoliento desgano.
Ya no como sombra vaga
cruzaréis, firme la
en
el
puño de
la
mano
daga,
por desiertos pasadizos
de negruras torvas, hondas,
lejos
de
reitres y suizos
que, ya giradas sus rondas,
como
al
calor familiar
POEMAS POSTUMOS
de
las
cosas de
la tierra,
hablan del distante hogar
o de lances de
No
iréis,
la
aunque marcial
trivial
paso,
el
apostura,
la
como marchando
de una
guerra.
sigiloso
acaso
al
aventura,
sonriendo de cuando en cuando
a la azafata que os mira
a hurtadillas, suspirando:
(¿por qué será que suspira?)
Ni temiendo algún
injusto,
algún celoso reproche
que os cause pena y disgusto
subiréis a
media noche,
con rendido pensamiento,
por ignorada escalera
retirado aposento
al
donde Margot os espera,
no
la
sin
que a su rostro asome
inquietud y
la
emoción,
mientras Carlos juega
al
home
con Juan, duque de Crillón,
quien fácilmente se
irrita
perdiendo algunos doblones,
en tanto Alenqón medita
en sordas conspiraciones
y
la
reina
madre reza
22Q
EVARISTO CARRIEGO
230
SUS oraciones nocturnas
porque huyan de su cabeza
las ideas taciturnas,
o,
el
abandonando hace
libro
que no
rato
leía,
departe con su Renato
de alquimia y hechicería.
No
ya por los corredores
de palacio habrán de
ir
luego
vuestros pasos sin rumores,
ni oiréis,
apagado,
el
ruego:
— «Alzaos, duque, espuela
— de azafata que os guía
—
y que de todo
la
>,
la
recela:
¡no os señale algún espía
a rufianescos aceros!
Se urden tantas emboscadas
que bien pueden sorprenderos
y daros de puñaladas...»
Margarita... Ella lo sabe:
sólo por decir «¡la
vi!...>
mordido de duda grave
abandonasteis Nancy.
Ya no más
iréis
a verla
ni elogiará la azafata
vuestra ropilla gris perla
ni vuestra
capa escarlata.
POEMAS POSTUMOS
La
azafata...
Oh, su
indiscreto,
su delicioso rubor...
Quizás pensaba en secreto:
— «¡Qué arrogante es Monseñor!...»
231
VI
INTERIOR
16
POEMAS POSTUMOS
235
LA SILLA QUE AHORA NADIE OCUPA
Con
la vista
clavada sobre
se halla abstraído
el
la
pocos momentos hace rechazó
del cual
apenas quiso probar
De tiempo
que
la
el
plato
sopa.
en tiempo, casi furtivamente,
llega en silencio alguna
hasta la vieja
copa
padre desde hace rato:
silla
que otra mirada
desocupada
alguien, de olvidadizo, colocó en frente.
Y, mientras se ensombrecen todas las caras,
cesa de pronto
el
ruido de las cucharas
porque insistentemente, como empujado
por esa idea
el
menor de
cuándo será
fija
que no
los chicos a
el
se va,
preguntado
regreso de
la
mamá.
EVARISTO CARRIEGO
236
POR LAS MADRECITAS MODESTAS
Por
el
os causó,
en
el
largo insomnio que tanto desvelo
— desvelo que tiene un testigo
perro amigo que
como un abuelo
os compadecía... Por vosotras, digo:
San José y
la
Virgen, Señora Santa Ana,
con vuestras miradas
fijas
en
la
cuna,
rogad como anoche para que mañana
se despierte
el
niño sin dolencia alguna.
Para que se queden
de ver
al
ellas sin la
marido marcharse a
la
espina
esquina,
cuidado,
y para que libre de todo
esta
noche
fría
que no
tiene lupa
gocen dulcemente de un sueño pesado:
Jesús Nazareno, velad por
la
cuna.
POEMAS POSTUMOS
237
LA QUE SE QUEDO PARA VESTIR SANTOS
Ya
¡Qué
tienes arrugas.
vergüenza!...
Bueno
serás abuelita sin ser madrecita.
Ayer, recordando tu pesar sereno,
me
dio
...
mucha pena
¿Ni siquiera una novela empezada?
Quizás
hasta
el idilio
que duró un verano,
que una noche por buena y confiada,
se cansó
Y
tu cara marchita.
la
novia de aguardar en vano.
tu sufrirías,
o no
sufrirías,
nerviosas esperas, y te quedarías
como
es natural,
tan indiferente
que
al
día siguiente
ya no habría nada, nada: solamente
húmedas
las
puntas de tu delantal.
EVARISTO CARRIEGO
238
LA DULCE VOZ QUE OÍMOS
TODOS LOS días
¡Tienes una voz tan dulce!...
Yo no
te
sé
por qué será:
oímos y nos dan muchas
ganas de quererte más.
Tienes una voz tan dulce
y una manera de hablar,
que aunque a veces
estés triste
haces
tú
también
de verdad
reir a abuelita
cuando
ella
quiere llorar.
¡Y ninguno sabe en donde
encuentras tanta bondad
para poder decir unas
cosas que nos gustan más!
¡Si vieras
No
lo
te
como nos
gusta!
habrás de imaginar
mucho que
sufriremos
—
...
POEMAS POSTUMOS
si
tú nos dejas...
que cuando
dice
239
Mamá
te
cases
nos tendrás que abandonar,
y eso es mentira: ¿no es cierto
que nunca
te casarás?
Nunca nos
dejarás solos
porque eres buena ¿verdad?
¿Alguna vez has pensado
qué haremos
si te
nos vas?
¿No
lo has
ni lo
queremos pensar.
Si tú te
pensado? Nosotros
nos
vas,
¿entonces
qué voz extraña vendrá
a decirnos esas» cosas
que
tú ya
no nos dirás?
¿Nos hará
la
olvidar tu voz
voz que vendrá? ¿Lo hará?
¿Hará
reir
cuando
a abuelita
ella
quiere llorar?
•
240
EVARISTO CARRIEGO
TE VAS
Ya
sabemos.
lo
No
nos digas nada.
Lo sabemos: ahórrate
pena
la
de contarnos sonriendo
que sufres
lo
desde que estás enferma,
i
Ah,
te
vas sin remedio,
te vas, y, sin
jamás
te
embargo, no
te
quejas:
hemos oído una palabra
que no fuera serena,
serena
como
tú,
como
el
cariño
de hermanita mayor con que nos besas,
de hermanita mayor que por nosotros
se olvidó de ser novia...
No
no quieres
afligirnos,
cuando nadie
te mira,
te quejas,
pero lloras
y tu tristeza
silenciosa no tiene una amargura...
¿Por qué serás
tan
buena?
!
POEMAS POSTUMOS
SOLA...
¡Ah, por
fin sola!
buenas amigas,
las
Te dejaron
las locas
de siempre.
¡Qué
qué
alegres se fueron,
risas las suyas
— ¡La zonza! —
te
dijeron al irse. ¡Es claro,
parecías tan
triste!
Bueno,
por
fín estás sola...
No
hay nadie,
todas las amigas se fueron
y se halla en silencio
la casa.
La abuela descansa, y
en
el
distante
los chicos
comedor
juegan despacio, sin dar gritos.
Apenas
persiste
si
afuera, en la calle,
un rumor apagado
de voces. Estás
en
la
sola, sola,
paz grave de tu cuarto.
241
242
EVARISTO CARRIEGO
Vela un momento, y cuando tengas
corazón bien en reposo
el
duerme como no duermes hace
mucho: con un sueño de plomo.
La última noche de
novia...
Llegó pronto, ¿verdad?
Mañana
adiós cuartito de soltera,
adiós camita, adiós almohada
del
sueño lejano y querido
que no
volverá...
¿Te sorprende
pensar en eso? Tan sereno,
tan dulce
que ahora parece.
¡Por
fin
muy
larga la espera, ¿recuerdas?
vino
el
novio! Fué larga,
pasaban los años
y...
nada,
ninguno... ¡Quedarte soltera!
¡Ay! bien lo temías.
En vano
los tiernos coloquios.
¡Qué
rabia!
aquellas preguntas del primo,
¡torpe, ciego!
— ¿Cuándo
Por
la
fin
vino
el
te
casas?
novio, y por fin
última noche de novia.
Llegó pronto, ¿verdad? ¡Tan pronto!
Mañana, mañana...
¡Bah! ¿Lloras?
POEMAS POSTUMOS
LOS VIEJOS SE VAN
¿No
te
da
a mí no sé
tristeza?
qué me
Bueno,
da...
¡Se van los viejos! Los pobres
poquito a poco se van.
Y
se van tan despacito
que
el
ni lo sienten, ¿será
consuelo de saber
que se habrán de
ir
en paz?
¡Ah, todo es inútil: nada
los detendrá.
este otoño,
o
¿Pasarán
el
invierno
otra vez los hallará
contándonos por
cosas de
Y
la
las
noches
mocedad?
cuando no
estén,
¿durante
cuánto tiempo aún se oirá
243
EVARISTO CARRIEGO
244
SU VOZ querida en
la
casa
desierta?
¿Cómo
en
el
recuerdo
serán
las caras
que ya no veremos más?
¡Qué ya no
veremos!...
Nunca
se te
ha ocurrido pensar
en
silencio
el
que dejan
aquellos que se nos van?
Y
en nosotros mismos, piensas
alguna vez, ¿es verdad?
En
nosotros, que también
nos tendremos que
Cuando nos
como
callar.
llegue la hora
a los viejos, ¿habrá
para nosotros
la
dulce
confortación familiar
que tanto
alivia?
¿Qué
labio
piadoso nos besará?
¿Nos sentiremos muy
solos?
¿Y nos iremos en paz?
POEMAS POSTUMOS
reíd
245
mucho, hermanitas
Reid mucho, hermanitas, reid con esa
risa
tan fresca y tan sonora, con esa risa fuerte
que
llena nuestra casa
de salud. La sonrisa
no es para vosotras todavía: ¡qué suerte!
Que
vuestra risa sea
como una
fuente, y vierta
su chorro alegre sobre nuestra melancolía:
sea
como una
caja de
música que abierta
perennemente suena desde que empieza
Hermanas:
alegría de
—
reid de
dueñas del
el día.
una vez toda vuestra sana
patio,
que mañana
¡ah,
mañana!— quién sabe si os habremos de oir.
¡Ay,
hermanas, hermanas juguetonas!
¡ay,
locas
rabietas de la abuela! ¿cuál de esas lindas bocas
será
la
que primero dejará de
reir?
EVARISTO CARRIEGO
246
NINGUNA MAS
No. Te digo que no. Sé
lo
que digo:
nunca más, nunca más tendremos
novia,
y pasarán los años pero nunca
más volveremos
Ya
lo ves.
Y
afligida quizá
que cuando
ni te
a querer a otra.
pensar que nos decías,
de verte
te
sola,
murieses
recordaríamos. ¡Qué tonta!
Pasarán los años, pero siempre
Si.
como un recuerdo bueno,
estarás
a toda hora
con nosotros.
Con nosotros... Porque eras cariñosa
como nadie lo fué. Te lo decimos
tarde,
¿no
es cierto?
Un poco
tarde,
ahora
que no nos puedes escuchar. Muchachas,
como
No
y
te
tú
ha habido pocas.
temas nada,
te
recordaremos,
recordaremos a
ti
sola:
ninguna más, ninguna más. Ya nunca
más volveremos
a querer a otra.
247
POEMAS POSTUMOS
EL NENE ESTA ENFERMO
Hoy
el
la habitual alegría
hogar no tiene
día
de los días hermosos, y eso que hoy es un
suavemente asoleado. En el patio no hay ruidos,
ni se
escuchan
rincones de
la
las risas
sonando en
los
dormidos
antigua casa. La regalona
siete años no entona
y traviesa hermanita de
aprendiera en la escuela,
que
las canciones ingenuas
ni riñe a su
—
¡ah, la
muñeca
mutilada. La abuela
pobre abuelita
casi
olvida su dolencia que lleva
está sana!
nunca
una semana
de no darla un momento de reposo.
amenaza inquietante ha violado
del hogar. Bajo
el
la
Una
incierta
puerta
techo
acecho
casa modesta se presiente en
de
la
al
dolor. Repentina, melancólicamente,
ha pasado una sombra
como por una
frente
—
como por una
frente,
que fué siempre serena
»
EVARISTO CARRIEGO
248
y que recién ahora
con
la
oscurece
pena
la
torva amargura de una arruga
la
Ronda
muy
honda.
a paso de lobo por nuestra casa, ronda
la tristeza, la angustia,
que ya ha puesto sus
en una mustia
fríos labios
carita enflaquecida.
Es que
el
nene
está enfermo.
Cesó
la
voz querida
de rumorear sus charlas adorables con esa
locuacidad que hacía bulliciosa
¡Ay
el
gesto atufado de su enojo risueño
que apenas cesaban cuando
y los cantos
como dos
le
«
mesa.
la
el
sueñOi
invisibles alitas de alguaciles,
tocaba en sus ojos con sus dedos sutiles!
— ¡Abuelita, abuelita, hazme pronto
¡Qué
Por
un
triste
ahora, abuela,
las habitaciones
silencio
el
nene no
como
vaga
penoso que se
diría
cama!»
la
te
llama!
algo extraño
huraño,
y tú vas arrastrando tu cansancio de días
e inútiles
son todas
para que
te
«
las filiales porfías
recuestes un
momento
siquiera:
— ¿Qué espera mamá vieja? a acostarse... ¿qué es[pera? —
Y sabemos
dulce temor que
el
¿Quién, como
la abuelita,
te
detiene:
cuidaría del nene?
Niño Dios, Nazareno
de
las rubias
que curabas
¿no podrías
estampas, coronado de espinas,
las llagas
ser
bueno
con tus manos divinas:
POEMAS POSTUMOS
otra vez, en la hora de las angustias graves,
y decir
las
piadosas palabras que tú sabes
para que
él
para que
ella
17
se mejore,
no
llore?
249
250
EVARISTO CARRIEGO
EL ANIVERSARIO
La casa amaneció
Un
en los rostros:
No
triste, callada.
aire melancólico se advierte
la
pena es resignada.
se oye reir ni se habla fuerte.
Los muchachos faltaron a
y desde
y sombrío fulgor, arde
en
la
la escuela,
muy temprano, con
incierto
la vela
del muerto.
que fuera habitación
El recuerdo luctuoso les alcanza
a todos
por
igual.
Durante
unas cuantas
visitas
el
día
de confianza
estuvieron a hacerles compañía;
pero, entrada
al fin
la
noche, los amigos
se despidieron, y la
pena
contenida en presencia de testigos
extraños, fué a la hora de
la
cena
POEMAS POSTUMOS
No
más
intenso quizás.
y
silencio tornóse doloroso:
el
251
había extraños
sintiéronse molestos, casi huraños,
en ese comedor tan bullicioso
otras veces.
Se levantó
sin las conversaciones
la
mesa
de costumbre,
permanecieron largo rato presa
de una serena y vaga pesadumbre
que no turbó una sola
frase.
Ahora
como
charlan de cosas familiares
en los días tranquilos a
del
de
la
té.
la
la
La hermana hojea
hora
primer tomo
el
novela que empezara
el
jueves,
abuela reta a alguno y en seguida
de dos o
tres observaciones,
breves
pero enérgicas, vuelve a su aburrida
soñolencia.
La madre escucha y
pensando en
el
calla,
ausente por quien vive
en continua aflicción desde que se halla
tan lejos,
el
ingrato que no escribe
hace mucho,
En un
rincón
ni
la
aún de cuando en cuando...
huerfanita cose
ajena a cuanto se habla, suspirando
cada vez que
el
hermano enfermo
con esa ronca tos que
le
atrozmente.
Cansadas
sofoca
tose
EVARISTO CARRIEGO
252
de
que no
la tarea diaria,
es paca,
comienzan a sentirse algo pesadas
las
de
hacendosas manos
la tía soltera
que medita,
evocando memorias de lejanos
noviazgos de muchacha, mientras quita
las rojas iniciales
de una toalla
recién planchada,
de
la
lámpara
amortigua
lado
al
cuya pantalla
fiel
la luz.
Casi acostado
en
el sillón el
mayor fuma
hijo
su tercer cigarrillo
y cerca
uno de
de nuevo
el
los chicos
resultado de
suma
un
sencillo
problema de aritmética.
En
paz que envuelve
la
viene, a intervalos,
la
suave
pieza
el
recuerdo grave
a conturbarlos. Reina una
tristeza
pensativa.
La charla continua
como
sin ganas, lenta, displicente,
sobre
el
cae en
el
mal tiempo. Afuera,
la
garúa
patio despaciosamente.
POEMAS POSTUMOS
253
MUCHACHOS
EL OTOÑO,
e>
El otoño,
muchachos.
Ha
llegado
sin sentirlo siquiera,
lluvioso, melancólico, callado.
El familiar bullicio de la acera
tan alegre en las noches del verano
apagando a
se va
abandona
oración. La gente
la
puertas
las
más temprano.
Las abandona silenciosamente...
Tardecita de ojoño,
menos
gemía
frecuente
el
el
el
organillo...
así
y lluvioso,
te
llevarás?
Tan
te
año?
silencioso
que nos das miedo.
Sí,
y
tristona
vecina!
dejarás, otoño, en casa este
¿qué hoja
llegas
la
esquina
la
algún nuevo desengaño?
Otoño melancólico
¿qué
que en
¡Qué
anda, desde hace días,
¿La tendrá
ciego entona
aire
sentimos, en
la
entrar sin un rumor...
nuestra
tía soltera!
anochece
paz casera,
¡Cómo
envejece
EVARISTO CARRIEGO
254
MIENTRAS EL BARRIO DUERME
...
¿Tú, tampoco
me
has oído?
Bueno, que no se repita
otra vez ese silbido.
¡Eh, muchachos, no hagáis ruido:
se fué a dormir abuelita!
Recordando vuestros sustos
continuamente se queja.
Vamos, muchachos, sed
y no
la deis
más
cada día está más
Ahora
Cuando
justos
disgustos;
vieja...
se ha vuelto odiosa...
se
da a porfiar
¡se
pone de
Ya
lo veis:
fastidiosa!
por cualquier cosa
no cesa de rezongar!
!
POEMAS POSTUMOS
¡
Va
¿TÚ, también?
...
que olvidaste
pisas la cola
por debajo de
¿Con qué
la
mesa
muestras violento
porque mi sermón
...
Es
No
plato
el
gato
al
te
para rato
promesa:
tu
después de romper
le
255
te irrita?
inútil ese cuento...
te
mueves de
tu asiento
:
conozco, mascarita!
¡te
Si tratas bien el asunto
de hoy
— ¿oyes, cabeza hueca? —
y copias lo que
te
apunto
tendrás a las diez en punto
café
con pan y manteca.
Y, a propósito, ya veo
que
en
te
la
volcaste la sopa
ropa, ¿no?, yo creo
que comer
así es
muy
feo:
¡linda te has puesto la ropa!
Tú...
no inquietes a
tirándola de
tu
hermana
la trenza.
¿Respondes de mala gana?
¡Todo por una manzana!
¡Pedazo de sinvergüenza!...
EVARISTO CARRIEGO
266
¿Y
tú? ¿Recién
has fijado
te
que no para de garuar?
¿Al patio así? Ten cuidado,
no salgas desabrigado
que
te
puedes
resfriar.
Cae monótonamente
el
agua...
el
barrio
¡Qué
!
silencioso
El perro de enfrente
dejó de ladrar.
¿La gente
se habrá entregado
Pienso en
mala
al
ellos...
reposo?
En
su oscura
suerte, y pienso luego
con un poco de ternura:
¿en qué sueño de amargura
se hallará abstraído
Allá, solo,
moliendo
la
en
el
ciego?
el altillo,
misma
pieza
quizás suena un organillo:
aunque
el
aire es tan sencillo
no cansa ¡da una
Llora
el
ritmo soñoliento
que tanto gusta a
amiga
tristeza!
la
loca
nuestra... El son lento...
¡Toca con un sentimiento!
¿Qué pensará cuando toca?
257
POEMAS POSTUMOS
¡Cómo
le
hace comprender,
noche a noche,
cuánto
le
apena
que fumar
el
humo
¿Y
sin
al lazarillo,
el
tener
poder ver
del cigarrillo!
los otros?
¿Los huraños
vecinos? La costurera
ya un poquito entrada en años...
¿Si serán los
que
la
desengaños
dejaron soltera?
Si bien la historia
no es
clara,
dice la chismografía
que una prima
el
le
robara
novio en su misma
jugando a
Al
más
fin
y
cara:
la lotería.
al
cabo valiera
olvidar la traición;
pero por esa zoncera
de
la
pena que
le
diera
se enfermó del corazón.
Otro que
lleva
haragán de
una
al
vida...
lado:
es
el
¡y
encuentra quien lo convida
a embriagarse!... ¡La bebida!...
¿Por qué vendrá en ese estado?
258
EVARISTO CARRIEGO
¿Y
hombre
ese
hablar, en
de
vivir casi
que
sale ya
y vuelve
¿Y
que nadie ha oído
al
una semana
escondido,
anochecido
muy
de mañana?
aquéllos que nos dejaron?
¡Tan obsequiosos y
El día
fíeles!...
que se mudaron
recuerdo que nos mandaron
una fuente de
¿Y
la
pasteles.
viuda de
la
esquina?
La viuda murió anteayer.
¡Bien decía la adivina,
que cuando Dios determina
ya no hay nada más que hacer!
De
los cuatro huerfanitos
no se sabe qué
dónde
¿a
será:
irán? ¡pobrecitos,
hermanos, los muchachitos
que se quedan
...
Mira,
sin
mamá!
muchacho,
la
vela
se va a terminar, repasa
tus lecciones de la escuela...
Ya
se ha
dormido
la
¡qué silencio hay en
abuela:
la casa!..
POEMAS POSTUMOS
ESTÁ ENFERMO Y QUIERE VERTE
¿No me
a lo
respondes? ¿Te han dicho
que vengo?
No
es hora
de negarte: ese capricho
sería cruel ahora.
Quiere que vayas a
Quedó en un
¡Vieses!
verle...
grito, entretanto.
Debemos
tenerle
compasión: padece tanto!
¡Y vuelta a
Ya
¡si
Se
misma queja!
un momento se calma,
ni
vieses
cómo
se te partiría
el
la
le
el
se queja
alma!
conoce en
la
cara
sufrimiento. Al hablar
vuelve
que no
la
le
cabeza para
vean
llorar.
25Q
EVARISTO CARRIEGO
260
¡Si
le
no regreso contigo
he de causar una pena!
Después de todo
Vamos, por
mi amigo...
es
favor, ¡sé
Aunque siempre
tú
•
buena!
.fué
un ingrato
no eres rencorosa,
¡vamos! estarás un rato
y
le
dirás cualquier cosa!
Vamos, antes que
se
muera;
así le perdonarás...
¡Vamos!
el
pobre
te
espera:
¡vendrás a verlo! ¿vendrás!
:
261
POEMAS POSTUMOS
EN EL CUARTO DE LA NOVIA
Se levantaron de
y fueron a ver
de
la
el
la
mesa
vestido
novia
¡Qué lindo
estaba,
tan blanco, tan blanco! ¡qué lindo!
¿Y
la
novia?
tenía de
Todos
¡ay, la novia!
alegre la
los ojos la
Como
caramiraron
y ella se puso colorada.
«
— ¡Señora, señora! —
»
Le llovieron
las alusiones y las
de
las
bromas
muchachas. ¡Qué palabra,
qué palabra tan dulce: novia!
Alguna recordó entre burlas
ingenuas lo del primer beso:
«
— ¡Había que verla, muchachas!
EVARISTO CARRIEGO
262
Valía la pena, por cierto.
Y
cuando empezaba:
«
Se
>
le
¡Ave María! ¡De qué
más
— Una noche...:
heló en los labios
la risa.
modo
raro miraba la prima!
!
POEMAS POSTUMOS
263
¡POR EL CORAZÓN!..,
¡Tan colorada
sandía!
la
¿Será más rica que
el
melón?
Esta primer tajada es mía:
para
prima,
ti,
Ya
lo
Comenzó
le
del
corazón.
¡No
salió la otra...
Ayer fué
que
el
mismo
...
i
Es gracioso
a llorar por
arrebatara
el
digo!
higo
el
mocoso
hermano. ¿Más? ¡En seguida!
¿Volvemos? ¡Pues no
se figura
que hay que brindarle cuanto pida:
caramba con
la
criatura
¡Linda se ha puesto!
se ha puesto lo
No
más
!
¡Sí,
regalona...
quiere sino lo mejor,
como
si
señor!
tuviese corona!
EVARISTO CARRIEGO
264
Y, por cualquier cosa no deja
en paz a nadie: se levanta,
y ya oímos alguna queja
de
¡La santa!
la señorita.
La culpa
la tiene abuelita.
¡Es natural!
la
Cuidado con
no
sé quien
mima
tanto!
retarla... ¡Hijita!
puede con
tu llanto.
¡Está de mal acostumbrada!
En cuanto
la
miran se enoja.
¿Negarle algo a ella? ¡no es nada!
¡Claro, hace lo
que
se le antoja!
La pavota... Se muerde un dedo
de rabia,
¡Cómo
patalea!
¡Y pone una cara
¡Ay, Jesús,
Fea,
sí,
!...
¡
Da
qué cara tan
fea
como un
miedo!
fea!
susto.
¿Hasta cuando con esos gritos?
—
...¡Si lo
decíamos de gusto!
Bueno, basta de pucheritos...
¡Qué
zorza! ¡Si será inocente!
¡Derrama cada lagrimón!...
¡Llorar de ese
¡Y todo por
el
modo!
¡Valiente!
corazón!...
MISAS HEREJES
265
LA LLUVIA EN LA CASA
VIEJA
Hoy
un día
es
quien se atreve a
¡Qué modo de
en
el
horrible.
salir
llover!
techo de zinc
el
Ya
es valiente
de su agujero...
Furiosamente
aguacero
tamborilea sin cesar. Lo grave
es
que se llueve aquí peor que
y hay para
como
rato, es natural...
diablos se ha abierto esta
gotera.
¡Esta gotera!
se
Por
el
agua: baja a
filtra el
se divide en las grietas,
alcanza a
las
Pero hay que ver
pozo, y
mientras
18
el
la
cielo raso
las
y,
paredes,
de paso,
aranas en sus redes.
reciente lagunita
el
afuera,
Quién sabe
tinaja
viejo
el patio...
La fangosa
que rodea
que rebosa
caño canturrea.
EVARISTO CARRIEGO
266
Las muchachas están en
una
se
ha puesto a preparar
algo quejosa de que
y otra derrite en
Las demás,
lo
de todas
la sartén la grasa.
siempre, en diserciones;
noches: sobre
Bueno, a contar
el
juego.
bolillas y cartones:
¿es qué tendremos
lotería,
Alegres charlan...
No
luego?
han de ser muy pocas
¡Conversan tan de prisa!
las historias...
¿Qué
masa,
la
harina,
falte
como
las
cocina:
la
se conversará
cuando esas locas
apenas pueden aguantar
la risa?
¿Bromitas a lanovia? Se conoce
que hoy se llevó un buen reto de
abuela:
la
niña estuvo anoche hasta las doce
¡la
leyendo,
oronda, una novela!
muy
como
¡Sí señor!
suena,
Pero, lo sospechamos
no es
ya verá
Y
en
el
no
ella,
el
...
pillo
sigue
el
jardín!
Adiós
el
al fin,
vista, así,
oronda...
culpable:
que
se esconda,
cuando abuela
chaparrón.
era un adorno
¡Daba una
Es
al
inútil
muy
lo hable.
¡Cómo
diluvia
enrejado;
maldita
lluvia...
recién pintado!
POEMAS POSTUMOS
¡Adiós,
con
267
este viento, la glorieta!...
¡Los claveles, muchachas, los claveles:
quien no vuelva trayendo una maceta
se quedará esta noche sin pasteles.
¡A ver, Florinda, a ver donde
pisamos:
las baldosas del patio se
hallan flojas
y te salpican toda entera... Vamos,
por ahí no, con cuidado, quc^k mojas!
Tan
a destiempo
jAh, ese primo,
el
resbalón ¿no es cierto?
hubiese andado
si
listo!
¡Y se atreve a decir que ha descubierto
unas cosas más lindas! ¡Lo que ha
visto!
¿Reproches? Se ha lucido
¡También
la otra
Se ha lucido.
Lo hizo de
la
supiese ahora
sé!... ¡Si
lo supiera!
gusto, madre;
sí,
de gusto:
empujo adrede ¿sabes? ¡Mentiroso!
¡Por culpa de
¡Y
zonza es tan auteraf
¡Si lo
alguno que yo
la lectora.
festeja
La
¿Que
rubia...
le
él la
pobre se dio un susto!
sus gracias,
ganó
¡Cómo
el odioso!...
viene de agitada!
a correr a las eternas
despaciosas? ¡Jesús, qué colorada!
¿Será porque al saltar mostró
las piernas?
EVARISTO CARRIEGO
268
¡Míralas,
A
madre! llegan hechas sopas!
mudarse, muchachas, a mudarse.
no? dejarse estar con estas ropas
¿Sí,
empapadas, no vayan a enfermarse...
Y
aún se quedan a
porfiar. ¡Las fachas!
¿Hay más? Caramba con
las señoritas...
muchachas,
¡Hasta cuando, por Dios! Pronto,
que
fritas!
se van a enfroí las tortas
POEMAS POSTUMOS
269
AHORA QUE ESTAS MUERTA
¡Si supieses!
cada día
te
sentimos más. Apenas
te
olvidamos un momento,
levantamos
la
cabeza
y en seguida nos parece
que vas a entrar por
No
en casa se
¡si
A
la puerta.
sabes con qué cariño
te
recuerda:
nos pudieses
oir!
veces, de sobremesa,
cuando nos reunimos todos
y
pobre viejo conversa
el
con
los
muchachos, de pronto
después de alguna ocurrencia,
nos quedamos pensativos
un
rato largo: se
todo
el
mundo
queda
así,
y
el
viejo
EVARISTO CARRIEÜO
270
mesa
se retira de la
una
palabra...
palabra...
Da pena
sin decir
Una
verlo sufrir en silencio.
cómo
¡Ah,
Abuelita,
si
se te recuerda!
que
está sorda,
hablamos delante de
ella
por nuestras caras conoce
que hablamos de
Por
noche,
la
al
¡La vieras!
ti.
acostarnos,
es claro, los chicos rezan,
aunque no
lo necesites
porque siempre
y no
¡al
hiciste
fuiste
buena
mal a nadie:
contrario!
¡Una
tristeza
nos da cuando recordamos
algunas diabluras nuestras!
Cuando pensamos
las veces,
aquellas veces, ¿recuerdas?
que
te
hacíamos rabiar
de gusto, por mil zonceras-
Éramos un poco malos,
pero ahora que estás muerta
nos tienes que perdonar
todos aquellas rabietas,
y las
bromas que
te
dábamos,
esos gritos a la puerta
POEMAS POSTUMOS
de tu cuarto, cada vez
que
te
ponías paqueta
para recibir
novio,
al
y esas travesuras, y esas
mentiras que
para no
Y
tú,
ir
te
contábamos,
a la escuela...
apenas nos retabas
entonces...
i
Una
tristeza
nos da cuando recordamos!
Pero, ahora que estás muerta,
¿no
es verdad
que nos perdonas
todas aquellas rabietas?
271
EVARISTO CARRIEGO
272
HAY QUE CUIDARLA MUCHO,
HERMANA, MUCHO...
Mañana cumpliremos
quince años de vida en esta casa.
¡Qué horror, hermana, cómo envejecemos,
y
cómo pasa
el
tiempo,
cómo
pasa!
Llegamos niños y ya somos hombres,
hemos visto pasar muchos inviernos
y tenemos tristezas. Nuestros nombres
no dicen ya diminutivos
tiernos,
ingenuos, maternales; ya no hay esa
infantil alegría
de cuando éramos todos
«
a la mesa:
— ¡Qué abuela cuente, que abuelita cuente
un cuento antes de dormir; que diga
la historia del rey indio...»
Gravemente
la
voz querida comenzaba...:
273
POEMAS POSTUMOS
*— ¡Siga
la abuela, siga,
no se duerma!»
«^ ¡Bueno!...
¡Ah,
la
casa de entonces! La modesta
casita en donde todo era sereno,
nuestra casita de antes! No, no es esta
la
misma. ¿Y los amigos,
las triviales
ocurrencias, la gente que vivía
en
cosas habituales?
el barrio... las
jAh, la vecina enferma que leía
su nóvela de amor! ¿Qué se habrá hecho
de
vecina pensativa y
la
que
pecho?
sufría del
¡Era de linda!
¿no
triste
Tú
te acuerdas,
Ella leía siempre
la conociste,
hermana?
una novela
sentada a una ventana.
Nosotros
la
Y
abuela
miraba también. ¡Pobre! Quién sabe
qué
el
mirábamos.
la
la afligía.
A
veces ocultaba
bello rostro, de expresión
muy
suave,
entre sus blancas manos, y lloraba.
¡Cómo ha
ido cambiando todo, hermana,
tan despaciosamente!
cambiando
todo...
Cómo
¿Qué
ha ido
se irá
mañana
de lo que todavía no se ha ido?
Ya no
la
abuela nos dirá su cuento.
EVARISTO CARRIEGO
274
La abuela
se ha dormido, se ha callado:
momento
abuela interrumpió por un
la
muy
largo
cuento amado
el
.
Aquellas risas límpidas y claras
se
han vuelto graves poco a poco, aquellas
risas
que no
tienen
se
habrán de
oir.
Las caras
sombras de tiempo en tiempo; huellas
de pesares antiguos, de pesares
que aunque
En
las
se saben ocultar existen.
nocturnas charlas familiares
hay silencios de plomo que persisten
hoscos, malos.
En torno de
faltan algunas sillas.
fijas
en
como en
ellas,
la
mesa
Las miradas
sorpresa,
evocan dulces cosas esfumadas:
rostros llenos de paz, urrtanto inciertos
pero nunca olvidados. ¿Y los otros?
nos preguntamos muchas veces. Muertos
o ausentes, ya no están: sólo nosotros
quedamos por aquellos que
y aunque
fría,
la
como
guarda
se han ido;
casa nos parezca extraña,
sin sol,
calor:
aún
mamá
el
nido
nos acompaña.
Resignada, quizá, sin un reproche
para
la
suerte ingrata, va olvidando,
pero, de cuando en cuando, por la noche,
la
«
sorprendo llorando:
_ ¿Qué tiene
madre? ¿Qué
es lo
que
la
apena?
POEMAS POSTUMOS
¿no se
275
lo dirá a su hijo... al hijo viejo?
jVamos, madre, no
no nos
sea buena,
llore,
—Y
aflija más... basta! >
calmada, libre
al fin
de su congoja
atroz,
de
la
dejo
amargura
duerme!
así se
y
la
pupilas de ternura!
¡húmedas
las
¡Ah, Dios
no quiera que se nos enferme!
Es mi preocupación... ¡Dios no
Es mi eterno temor.
explicártelo. Si ella se
lo quiera!
no puedo
¡Vieras!
nos fuera
¿qué haríamos nosotros? Tengo miedo
de pensarlo.
de
cómo
Me
admiro
ha encanecido su cabeza
en estos meses últimos:
la
veo vieja y siento
la
una
miro,
tristeza
nada
tan grande... ¿Esa aprensión
hermana? Tú tampoco
te
anuncia
estás tranquila:
tu perdida alegría te denuncia...
También
Yo no
sé,
tu
corazón bueno
pero creo que
vigila.
me
falta
algo cuando no escucho
su voz.
Una
Hay que
inquietud vaga
cuidarla
me
asalta...
mucho, hermana, mucho...
índice
MISAS HEREJES
Sermones
alma de Don Quijote
Viejos
Por
el
5
Las últimas etapas
II
La muerte del cisne
La apostosia de Andresillo
20
19
Envíos
A Doña Sylla Silva de Mas y
A Carlos de Soussens
A Juan Más y Pi
A J. J. Soiza Reilly
Pi
27
31
33
37
Ofertorios Galantes
De
la
tregua
43
El clavel
46
Revelación
47
Tus manos
48
Exótica
49
En
silencio
51
De
primavera
53
Invitación
54
En
el patio
56
Tu
secreto
58
Filtro rojo
59
Después del olvido
60
Tu
risa
Ratos buenos
A
la antigua
62
65
67
Las manos
69
A
72
Colombina, en carnaval
EL Alma del Suburbio
El
alma del suburbio
81
La
viejecita
84
El
guapo
89
Detrás del mostrador
92
El amasijo
93
En
el
barrio
95
De
la
aldea
Residuo de fábrica
97
98
P»Q8.
La queja
La guitarra
,
Los perros del barrio
100
105
.
.
.
110
Ritos en la sombra
Los lobos
Imágenes del pecado
En la noche
Murria
•
.
.
.
119
124
130
131
Visiones del crepúsculo
En
sombra
Reproche musical
j».
la
Bajo
la
angustia
136
...
...
Frente a frente
De
invierno
137
130
.
141
....
*
Funerales báquicos
'
j^-
POEMAS POSTUMOS
LA Canción del barrio
I.
El camino de nuestra casa
Mamboretá
.
La muchacha que siempre anda triste
La francesita que hoy salió a tomar el
Como
aquella otra
En
café
el
Mambrú
153
•
.
.
156
158
sol
.
se fué a la guerra
\
.
.
Otro chisme
Lo que dicen los vecinos
La enferma que trajeron anoche
El ensueño
El
hombre que
J59
.,_
.
162
.
165
163
167
168
tiene un secreto
que va a la trastienda
El suicidio de esta mañana
.
169
El silencioso
\
170
\
171
El casamiento
172
El velorio
178
Has vuelto
183
H.
LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL
MAL PASO
La que hoy pasó muy agitada
No te veremos más ?
La inquietud
jg^
i
188
La costurerita que dio aquel mal paso
Cuando
........
jgo
llega el viejo
Caperucita Roja . que se nos fué
Aquella vez que vino tu recuerdo.
«
''"'«^"'>
...
.
.
.
".'.".".'.'.
192
,^3
195
La
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Los
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Baje
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si
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