4. ¿Las leyes educativas contemplan las altas capacidades?.

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4. ¿Las leyes educativas contemplan las altas capacidades?.
En efecto, así es. Pero antes que nada hay que decir que la superdotación y
las demás especificidades que constituye el concepto amplio de altas
capacidades intelectuales, son especificidades clínicas no patológicas de
carácter neurobiológico y psiconeurológico, que afectan al ser humano a lo
largo de su vida. El tiempo de permanencia coyuntural de estas personas por el
sistema educativo produce consecuencias o repercusiones, a las que las leyes
educativas deben ser sensibles.
Por tanto, el sistema educativo, si bien no puede legislar sobre la naturaleza
clínica -no patológicos- de estos fenómenos de carácter biológico y
neuropsicológico, que afectan a la esencia de la persona a lo largo de su
existencia: su diagnóstico, o su tratamiento, sí puede y debe legislar sobre
sus repercusiones en el ámbito escolar, y así lo ha hecho. Ello, de la misma
manera que la legislación laboral contempla las repercusiones en el ámbito
laboral que supone la presencia en su ámbito de personas con trastornos o
discapacidades físicas o psíquicas.
Unos ejemplos nos ayudarán a una total comprensión: un niño puede tener
síndrome de Asperger, trastorno obsesivo compulsivo, síndrome de déficit de
atención, cáncer infantil, miopía, o celiaquía (ser celíaco). El sistema
educativo en ningún caso puede entrar en diagnósticos y tratamientos,
pues, entre otras razones, exceden de su ámbito competencial que es
exclusivamente educativo.
Es evidente que todas estas especificidades tienen repercusiones en el ámbito
escolar, como también, a partir de los 16 años existen repercusiones en el
ámbito laboral en las personas con deficiencias psíquicas o físicas, que
también están legalmente reguladas en la legislación laboral. Desde esta
perspectiva las leyes educativas también deben regular y regulan las
repercusiones educativas de todas las especificidades clínicas que presentan
repercusiones durante el tránsito obligatorio y temporal por el sistema
educativo.
Las Administraciones educativas deben respetar y respetan los
certificados médicos oficiales que los padres aportan al colegio indicando
la dieta alimentaria que el colegio puede ofrecer, o debe evitar, a su hijo
celíaco, los metros de distancia a que debe hallarse del encerado el hijo con
miopía, o la forma diferente de procesar la información y de aprender del
cerebro de un hijo con síndrome de déficit de atención, con síndrome de
Aspeger o con superdotación o con alta capacidad.
Además, estas repercusiones deben ser contempladas también por las leyes
educativas, máxime teniendo en cuenta que la actual Ley Orgánica de
Educación (LOE), impone el modelo de escuela inclusiva, la escuela que se
adapta a todas las especificidades y necesidades de cada alumno,
adaptándose a ellas.
Desde esta perspectiva, la máxima ley educativa del Estado, la Ley Orgánica
de Educación, (LOE), recoge adecuadamente las repercusiones escolares que
supone la superdotación y las altas capacidades.
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