JUNTA NACIONAL: 24 de julio de 1936 EI 24 de julio de 1936, a los seis días de iniciarse la lucha abierta, ante las acuciantes urgencias de aquellos primeros momentos que reclamaban la máxima concentración en pro del esfuerzo bélico, se constituyó la llamada Junta de Defensa Nacional que, si bien para algunos no muy exigentes con la faena política, constituyó el primer Gobierno de Franco, hay que reconocer que se trataba más bien de una reunión de militares relevantes en la preparación de la sublevación destinada principalmente a colegiar las decisiones de aquellos decisivos momentos. De lo que ya no cabe la menor duda es de que aquella Junta pueda ser calificada como de «Gobierno de Franco», ya que en ella el después Generalísimo figuraba como simple vocal. Su presidente era el general don Miguel Cabanellas Ferrer. Además de los dos generales citados, formaban parte de dicha Junta en calidad de vocales don Andrés Saliquet Zumeta, don Miguel Ponte y Manso de Zúñiga, don Emilio Mola Vidal, don Fidel Dávila Arrondo, don Gonzalo Queipo de Llano, don Luis Orgaz Yoldi, don Federico Montaner Canet y don Federico Moreno Calderón. El 29 de septiembre de 1936 se promulga un decreto en el que se dice que «en cumplimiento del acuerdo adoptado por la Junta de Defensa Nacional, se nombra Jefe del Gobierno del Estado Español al Excmo. General de División, don Francisco Franco Bahamonde, quien asumirá todos los poderes del nuevo Estado». El día primero de octubre de ese mismo año se disuelve la llamada Junta de Defensa Nacional y se crea la Junta Técnica del Estado, en la que ya participan personalidades civiles y tiene más apariencia de Gobierno. El presidente de dicha Junta Técnica, tenía a la obligación de someter los dictámenes acordados a la aprobación del Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. Hasta el 3 de junio de 1937 fue su presidente don Fidel Dávila Arrondo, que ya había formado parte, en calidad de vocal, de la Junta de Defensa Nacional. Eran presidentes de las respectivas comisiones las siguientes personas: Hacienda: Andrés Amado y Reygondaud de Villebardet. Justicia: José Cortés López. Industria, Comercio y Abastos: Joaquín Bau Nolla. Agricultura y Trabajo Agrícola: Eugenio Olmedo. Trabajo: Alejandro Gallo y Artacho. Cultura y Enseñanza: José María Pemán y Pemartín. Obras Públicas y Comunicaciones: Mauro Serret. La Junta Técnica del Estado ejerció sus funciones hasta comienzos del año 1938. Su actuación se desarrolló casi exclusivamente en plan de responder a la cobertura de las necesidades elementales derivadas de la guerra civil y a buscar el apoyo exterior frente al régimen republicano. En 1938, la situación, desde el punto de vista de la estrategia militar, había experimentado una favorable evolución. La posición de los sublevados contra el régimen republicano se iba fortaleciendo por momentos. Si bien las tres ciudades españolas más importantes Madrid, Barcelona y Valencia- continuaban en poder de los republicanos, la extensión de la llamada «zona roja» se iba reduciendo por momentos. Las tropas del generalísimo Franco habían alcanzado ya las orillas del Mediterráneo, conquistando la provincia de Castellón y parte de la de Tarragona, con lo que las fuerzas enemigas que daban divididas en dos zonas independientes: una formada por las cuatro provincias catalanas -aunque ya había comenzado la penetración en Lérida y Tarragona- y otra en la que se agrupaban las provincias de Valencia, Alicante, toda la región murciana, Castilla la Vieja, excepto Toledo, parte de Granada y Almería. Había, pues, en buena lógica, que ir dando estructura jurídica al llamado Nuevo Estado y alejar en la medida de lo posible la imagen de una mera dictadura militar. Falange, con sus «26 puntos» proporcionaba una base ideológica apta para cobijar al nacionalismo que había asumido el poder.