litoral, una revista con historia

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LITORAL, UNA REVISTA CON HISTORIA
Todos vienen a darme consejo.
Yo estoy dormido junto a un pozo.
Emilio Prados
En el otoño de 1926, en una imprenta llamada "Sur",
dos poetas malagueños —Emilio Prados y Manuel
Altolaguirre— hacen realidad el primer número de
LITORAL. Junto a ellos, toda una generación poética
—pintores, músicos, tipógrafos— abren cauce a la
inmortalidad de una revista, a un florecimiento en
todos los campos de las artes, en la que el nombre
de una generación —la del 27— se alza como el
siglo de oro de la literatura contemporánea. Nueve
ejemplares de la revista vieron la luz en esa primera
época, siendo el más célebre el homenaje que todos
ellos dedican a don Luis de Góngora en un número
especial del año 1927. Al aparecer la reedición facsímil de estos números, en unas breves palabras iniciales, Ángel Caffarena, dice: "Se ha discutido generalmente la definición que cuadre con exactitud a
este movimiento. Algunos le llaman "Generación de
la dictadura", otros "del 27". Yo pienso que no tiene
más posibilidad de nombre que el de GENERACIÓN
DE LITORAL".
Junto a la revista van apareciendo los suplementos,
donde publican sus primeros libros los entonces jóvenes poetas. Se le edita a Rafael Alberti La amante;
a Luis Cernuda Perfil del aire; y llega a ser emotivo
recordar lo que escribe Cernuda al rememorar ese
momento: Y en abril de 1927 llegó a mis manos el delgado volumen, con su título de Perfil del aire, la indicación de que era el cuarto suplemento de LITORAL,
y su pie de la imprenta "Sur" en Málaga. Junto a mi
cama, durante la noche, estuvieron los ejemplares;
creo que apenas dormí, y los poetas que recuerden la
aparición de su libro primero comprenderán mi desvelo" (1). Además de estos libros, Gerardo Diego
publica Fábula de Equis y Zeda; Vicente Aleixandre,
Ámbito; Prados, Tiempo y Canciones del farero; Altolaguirre, Las islas invitadas y Ejemplo; José María
Hinojosa, La rosa de los vientos; José Moreno Villa,
Jacinta la pelirroja; Jorge Guillén anticipa parte de su
Cántico y García Lorca de su Romancero gitano; José
Bergamín publica Caracteres y tantos más hoy perdidos en el tiempo o delicadamente guardados por
bibliófilos y coleccionistas (2).
Casi cincuenta años después, Rafael Alberti decía:
"LITORAL, ¡qué bellísimo nombre para una revista!... y ahora está aquí de nuevo, después de revivida heroicamente en estos últimos años por José
María Amado al frente de los nueve números, como
nueve olas espumantes del litoral malagueño." Y el
poeta prosigue: Cuántos han muerto ya —el más
amado, trágicamente allí en su propia tierra— y tantos fuera de su patria. Pero los pocos que quedamos
nos sentimos vivos, clavados en las nuevas horas batalladoras de entonces, y nos reconocemos en estas
hojas emocionadas como las ramas iniciales de un
árbol cuyo verdor benéfico se prolonga sin fin" (3).
Revivida, sí, tras un pequeño asomo en el exilio mexicano, donde con Prados —el cazador de nubes,
como lo llamaba Federico— y Altolaguirre dirigen
Moreno Villa, Juan Rejano y Francisco Giner de los
Ríos. De todos ellos únicamente este último vive y
asiduamente colabora en la revista.
"Yo debía haber muerto con vosotros
en la hora exacta de la muerte mía
y no tener tan lejos de mi frente
esa aurora que es ya vuestra mañana
cuando crecéis de entre las piedras
nuestras" (4).
Francisco Giner de los Ríos
La tercera etapa y la más larga, doce años y casi
cien números se inicia en mayo de 1968, en el mismo
mayo en que los estudiantes franceses escribían en
los muros de las universidades "Prohibido prohibir"
y la poesía "estallaba" en las calles, en aquellas famosas pintadas.
Renacida de la mano de José María Amado —el especialista de imposibles, como lo califica Dionisio
Rafael Alberti y José María Amado
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Extracto de la Revista Jábega nº 30, año 1980. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
de las librerías, época en la que estaba prohibido
Sartre, Camus, Miller y en el cine no se podía ver ni
a Fellini, Bertolucci, Russel, Buñuel... y Federico García Lorca había muerto de muerte natural. La genialidad de Picasso era ignorada —solamente una triste
placa en la casa donde nació nos daba una muestra del reconocimiento del pueblo malagueño al pintor del Guernica—. Y entre otras amenazas el TOP
(Tribunal de Orden Público) multaba y tachaba a la
revista por citar Juan Rejano en un artículo la obra
de Picasso Sueño y mentira de Franco.
Sí, renacía, en una época difícil, con un propósito aún
más difícil, SOBREVIVIR dentro de un mundo poético. Y sobrevivió con un compromiso histórico, porque pensar es comprometerse y con un compromiso
de eternidad, como decía Unamuno, al sacar a la luz
con algún homenaje —a veces tardío— a quien el
destino había silenciado, y del que debía decir lo que
no se podía.
"No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, ya la frente,
me representes o silencio o miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?" (5).
Francisco de Quevedo
Ridruejo, frase acertadísima porque la labor de Amado ha sido una constante sobre los imposibles: "Para
andar por los caminos de hoy van a ser necesarias
otras palabras, otras voces, pero esas voces no traicionarán jamás un sentido poético ni sus almas libres", escribía en el número uno como pórtico de
entrada a este renacer. Con un formato y encuadernación que envidiaría cualquier "libro", asciende en
costos a límites —no poéticos— y a la vista de los
ejemplares aparecidos —últimamente trimestrales—
puede fácilmente verse que la calidad editorial se ha
mantenido en una horizontal durante estos doce años.
No así las constantes subidas de papel y costos en
las artes gráficas, amenazando una muerte literaria
tras cualquier revés en las cifras de un poeta, que
pueden ser muchas. Esta obra, en voz de José Bergamín, ha surgido en el silencio, y creo que de haber
un reconocimiento viene éste de afuera y no de esta
tierra malagueña donde LITORAL nace.
"Reseña", revista de literatura, arte y espectáculos,
con una indudable independencia crítica y que convoca anualmente unos premios —no económicos—
a la labor cultural en sus diversas facetas, otorgaba
"ex aequo" a LITORAL y al periódico "El País" en
el año 1976, considerando que representaba la labor
cultural más importante de aquel año en España. De
este premio la prensa malagueña no se hizo eco y
silenció una entrevista de un periodista independiente en la que resaltaba el hecho. LITORAL, pues, surge
del silencio y en una época de mordaza, cuando Alberti era un poeta censurado y se atacaba despiadadamente su nombre destruyendo los escaparates
Al llegar el número 50, a principios del año 1975, la
revista hace un balance de su labor en un número
dedicado a la "Vanguardia Española". Es un alto en
el camino para ver un pasado que a fuerza de luchar
y vencer no puede ser más estimulante. Los innumerables autógrafos, dibujos y poemas inéditos de
Rafael Alberti, las dedicatorias de Pablo Picasso, la
sabia compañía de José Bergamín, las cartas de puño
y letra de Vicente Aleixandre —emotivas, humanas,
y suscriptor fiel hasta hoy como dato curioso—, los
dibujos originales de Manuel Angeles Ortiz, Ramón
Gaya, Maruja Mallo, Benjamín Palencia y tantos otros
que fueron ilustrando el alma de las páginas de
LITORAL.
En ese número, el 49-50 de la colección, su director
explica los propósitos de este renacimiento. Primero
el romper un injusto silencio sobre una viva realidad
cultural y poética en palabras suyas y también dar
entrada a los poetas y pintores de las generaciones
sucesivas a aquella del 27. LITORAL, como decía,
ayudó a dar a conocer a poetas desconocidos en
España, haciendo aportaciones temáticas sobre la
poesía escrita en el exilio o desde la cárcel. En la
miseria cultural de esos cuarenta años, muy pocos
conocían a Juan Rejano, Moreno Villa, Garfias, Quiroga Plá, y a los mismos Prados y Altolaguirre.
"España, que perdimos, no nos pierdas;
guárdanos en tu frente derrumbada,
conserva a tu costado el hueco vivo
de nuestra ausencia amarga
que un día volveremos, más veloces,
sobre la densa y poderosa espalda
de este mar, con los brazos ondeantes
y el latido del mar en la garganta" (6).
Pedro Garfias
Tampoco había constancia de la mítica figura de
Rafael Alberti o del sentimiento poético de José Bergamín. Y me atrevo a decir que solamente los menos
habían leído a Cernuda, Vallejo, León Felipe, etc., etc.
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Y qué decir de los
ción aislada del 50,
se descolgaba por
critores oficiales o
poetas jóvenes o de esa generallamada también del silencio, que
una lealtad ideológica de los esdel régimen.
"Nada está ya en su sitio. Todo oscila
y flamea, pero sin viento, y todo
es como el filo de un cuchillo frío
que hiere sin hundirse,
que nada importa ya si ahora
se hunde, pues lo más agudo
del grito yace dentro sepultado" (7).
Rafael Guillén
En las páginas de LITORAL apareció el primer homenaje a Rafael Alberti y por primera vez se editó
en España su Roma, peligro para caminantes y Cuaderno de Rute, este último se reprodujo el facsímil de
las hojas de ese cuaderno inédito de 1925, en plena
juventud del poeta.
"¡Cierra las piernas, mi vida!
¡Para, por Dios, ese cuerpo!
¡Quédate muerta a mi lado,
que estoy ya del todo muerto" (8)
Surge también el número dedicado a Dionisio Ridruejo con la presentación de su último libro, En breve,
entregado a la revista también con carácter inédito.
En una carta a modo de prólogo Ridruejo escribe:
"Esos pájaros de ribera interior, de ala parda y de
pío breve, van un poco amedrentados a asomarse a
la playa soleada por donde han volado plumajes de
tanto brillo y por donde han sonado voces de tan
exaltado gorjeo. ¡Qué le vamos a hacer! A lo mejor el
papel de LITORAL, oreado por la brisa marina, me
los devuelve un poco más graciosos y mejor enseñados". Cerrado en colofón este ejemplar el 30 de
mayo de 1975, un mes después moría Dionisio. ¡Qué
gran poeta, tal vez oscurecido por el ser político y
humano!
Ya anteriormente LITORAL había publicado La claridad desierta de José Bergamín, de quien Pedro Salinas dijo: "Bergamín es en la España intelectual de
hoy el representante más cabal de un pensar preocupado que se juega y se lo juega todo". Este libro
esencial nos descubre un Bergamín distinto al del
pensador, pero al mismo tiempo profundo dentro de
un pensamiento poético y a la vez claro y musical.
"Yo no sabia por qué
era tan triste tu llanto
el día que te dejé.
Y era que yo no sabía
que me llevaba tu pena
y te dejaba la mía" (9).
José Bergamín
De toda esta labor que representa LITORAL quizás
su convocatoria sobre la generación del 27 en su
cincuentenario y a los diez años de su renacimiento
haya sido uno de los hechos más ambiciosos de la
revista. El triunfo de José Bergamín tiene una especial significación de cuarenta y cuatro personalidades en voto razonado y carta dirigida a la revista,
más de treinta señalan al poeta como la figura de
mayor proyección entre los aún vivos de la generación del 27. Entre ellos pintores, académicos, políticos y seres relevantes dentro del panorama musical,
el cine, el teatro y la intelectualidad española: Enrique Tierno Galván, Luis Buñuel, Antonio Gala, Gon-
zalo Torrente Ballester, Cristóbal Halfter, por citar
algunos. Este llega a ser un libro de primera magnitud, tanto por el carácter editorial —edición especial,
firmada y numerada, de 1.000 ejemplares—, en la que
además de "separata"" con el juicio de los convocados se edita la breve antología poética de José
Bergamín Por debajo del sueño, donde se adelantan
poemas de su último libro aún inédito, Esperando la
mano de nieve.
Se le han dedicado homenajes a Antonio Machado,
al Machado real, descontentadizo, número que nos
trae el recuerdo de Jesús Ussía, con su barba blanca
como un apóstol de la genialidad y que colaboró en
LITORAL hasta su muerte, en septiembre de 1975.
También se hizo eco de Federico García Lorca en
ese Llanto de Granada y a Prados y Altolaguirre, León
Felipe, Miguel Hernández —número preparado por
Ángel Caffarena desde Alicante, hombre que tanto ha
hecho por la poesía en esta Málaga con sus Ediciones del Guadalhorce. Y a Luis Cernuda, César Vallejo, Mao Tse Tung, en el que se incluye la poesía
de Mao con la gráfica de sus textos en chino.
También se presenta a Alberto Sánchez el escultor
de quien Picasso dijo: "La obra de Alberto ha influido considerablemente en muchos artistas de nuestra
época. En muchos artistas importantes". Y el "Postismo" también fue tratado en la figura de Carlos Edmundo de Ory como muestra de un fenómeno intermedio. "Ahora estoy seguro de que somos fantasmas", escribiría Carlos Edmundo en el ejemplar que
preparó Félix Grande. Ya antes, LITORAL había editado un número a la Nueva generación —hoy ya muchos consagrados dentro de las letras—, haciendo
dos promociones bien definidas de la poesía española de postguerra de los años 50 y los 60, edición
que corrió a cargo de Joaquín Jiménez Arnáu y que
incluía entre otros a Azúa, J. A. Goytisolo, Gala, Molina Foix, Batllo, Ana María Moix, etc.
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"¿Es dulce amar? ¿Es dulce quejarse?
Omnipotente y dócil
iba el amor en busca de sí mismo...
(el amor muere en medio
de lo maravilloso)
¿En busca de qué voy
yo?... Retorno. Retorno...
Yo retorno a mí mismo
y me estáis aguardando" (10).
Antonio Gala
LITORAL siempre ha querido tener un carácter monográfico en la presentación de sus números, un enfoque a fondo del poeta donde se reproducen estudios
de la obra, textos sobre la personalidad humana y
una muestra antológica de su poesía. Todo esto
acompañado de fotos, autógrafos —algunos de indudable interés como el inédito de León Felipe que
Francisco Giner de los Ríos entrega para el homenaje que se le dedica al poeta.
Entre las aportaciones temáticas además de las ya
antes citadas LITORAL ha tratado el fenómeno taurino en su colección, uno en sus inicios, un homenaje
a Antonio Ordóñez desde la serranía de Ronda e
Ilustración y defensa del toreo de José Bergamín.
Y, antologías de poesía americana contemporánea,
sobre la muerte de Pablo Neruda, en el que escribe
Darío Carmona, y un número especial sobre la revolución portuguesa —la revolución de los claveles—,
edición bilingüe con colaboraciones de Castilla del
Pino, Roberto Mesa, Enrique Tierno Galván, María
Belho da Costa y el que luego fue presidente de Angola y premio internacional de poesía, Agostinho
Neto.
Las ilustraciones han tenido en este renacimiento del
año 68 un interés especial:
Entre los ilustradores de la primera época se encontraban entre otros, Juan Gris, García Lorca, Picasso,
Palencia, Dalí, Bores, Cossío, Manuel Angeles Ortiz,
este último autor del anagrama del pescadito que
abre todos los números de la revista. A lo largo de
estos doce años han dibujado en estas páginas nombres como Maruja Mallo, Palencia, José Caballero,
Manuel Angeles Ortiz, y dentro de una nueva generación, Brickman, Béjar, Chicano, Genovés —autor del
cartel sobre la amnistía que envolvió a ese número
dedicado a la poesía escrita desde la cárcel—, Pérez
Estrada, Díaz Pardo, Aute, Cayetano Aníbal, Peinado,
Lobato, Díaz Del, Ugarte —al que se le hizo un suplemento especial en el número dedicado a la poesía
americana— y tantos otros que han dejado su huella
entre poemas y artículos y que sería imposible numerar.
Pablo Picasso ha estado presente prácticamente en
todos los ejemplares aparecidos, señalando la geografía de su universalidad, que nació y vio por primera vez la luz en esta Málaga. Se le han dedicado dos
números íntegros a él y fue la revista la única que
al cumplir los 90 años le dedica un homenaje en
España y que a través de Rafael Alberti expresa su
agradecimiento.
La música, en la figura del maestro Manuel de Falla,
ha tenido también su presencia y la narrativa andaluza, como un pulso de un fenómeno llamativo —la
abundancia de narradores de esta tierra, algunos ya
tan conocidos como Quiñones o Bonald.
Recientemente la revista ha publicado los libros Moheda de Rafael Guillén —poeta de una generación
perdida— y El hacedor de calendarios de quien escribe estas líneas. Entre sus números futuros aparecerán homenajes a Francisco Giner de los Ríos, Juan
Rejano —en imprenta—, poeta vinculado a LITORAL
al dirigir con sus fundadores su etapa mexicana. Al
llegar el número 100, un homenaje especial a Emilio
Prados.
LITORAL, una revista con historia que ha sabido
mantenerse en la cábala de estos tiempos donde la
poesía sigue siendo de minorías. Revista de la Poesía
y el Pensamiento, que esperemos siga en este presente —a veces muy difícil—, porque el presente no
tiene nunca fin.
Lorenzo SAVAL
NOTAS
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
De Historial de un libro (La realidad y el deseo), México, 1958.
Próximamente la revista editará e.l facsímil de todos estos suplementos, siendo los primeros Tiempo de Emilio Prados, Las Islas
invitadas y Ejemplo de Manuel Altolagutrre y La rosa de los vientos de José María Hinojosa, para seguir con Ámbito incluido
en un futuro homenaje a Vicente Aleixandre.
Extractos del prólogo de Rafael Alberti para el libro Historia de Litoral, edición facsímil de los nueve primeros números de
LITORAL y los de su etapa en el exilio mexicano. Detlev Avvermann-Frankfurt, Ediciones Turner, Madrid, 1975.
Extracto del poema "A los muertos de España" del libro Elegías y poemas españoles, México, 1966.
Extracto de la Epístola censoria al Conde Duque de Francisco de Quevedo. Publicado en el número 61-63, Poesía en la cárcel, LITORAL, 1976.
Fragmento del poema "Entre España y México" del libro Poesía de la guerra española de Pedro Garfias, reproducido en el
número 59-60, Poetas en el exilio, LITORAL, 1976.
Del poema "Cabaljos por el fondo de los ojos", publicado en el número 11 de LITORAL.
Fragmento final de un poema de Cuaderno de Rute, número 70-72 de LITORAL.
Verso aparecido en la contraportada de La claridad desierta, del que el poeta dijera: "Yo daría desde ahora todo lo que he
escrito en mi vida en prosa y verso, por esta sola copla que ni siquiera sé si he escrito yo, pero que sí sé que ya no es mía".
Extracto del poema XXII de Antonio Gala, aparecido en el número 15-16, Nueva generación, LITORAL, 1970.
76
Extracto de la Revista Jábega nº 30, año 1980. © Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga (www.cedma.com)
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