Toda construcción está hecha de ruinas I Los ríos persiguen el camino de las aves Aquella noche bebimos de las vides Compartimos palabras y miradas Supimos la respuesta de preguntas no escuchadas Toma entonces mi mano y avancemos Sabes que la fe del ave sobrevuela los abismos II En las tibias mañanas yo te busco como busca la alondra conquistar el cielo. III Algo de diosa encarnas, es tu tiempo el instante de los panes y los peces. Algo de bruja tienes, de hechicera, de sibila que conoce todo signo encontrado en las entrañas del cordero. 68 Litoral e Carlos Manuel Cruz Meza* Algo de mujer primera, de milagro, de virgen y gitana, un sortilegio se refleja en tus muslos, un desvelo. Algo de mí mismo emanas, algo extraño, algo que seduce y enamora, algo… IV Como a la Divinidad, te encuentro presidiendo las cosas de este mundo. Bebo tu calor en el vino rojo y en cada sorbo intuyo el dulce sabor de tu boca. En el aroma noble del pan percibo los perfumes de tu cuerpo. … El almendro con su fresca sombra imita la tersura de tus manos protectoras. Los dioses bendicen a los hombres: aquel vino, aquel árbol, aquel pan, ese cuerpo, esa boca y esas manos. *Poeta y narrador, también ha publicado más de un millar de textos en revistas y suplementos culturales de todo el país, así como en medios internacionales; se ha desempeñado como promotor cultural, periodista, comentarista de cine y literatura en programas televisivos, fotógrafo, productor de cine y discos, diseñador gráfico, bloguero e investigador de historia criminal. Suyos son los poemarios Nirvana (2000), Corpus (2004) y Funeraria (2007), así como la novela Zona de guerra (1997) y el volumen de cuentos Al otro lado del espejo (1998) Litoral e 69 ¿Es acaso este amor un tiempo presagiado? ¿Un silencio compartido? ¿Un mito? ¿La posibilidad apenas de observarte y murmurar: me gusta cómo dueles? V Está escrito en el Libro de la Vida que en los días interminables y las noches eternas, compartamos el agua amarga de la pena, la sal en las heridas, las lágrimas, el frío, la bilis derramada. Que seque tu llanto con besos de ternura. Que exhausto te cargue a través de la montaña. Que cure tus llagas con pétalos de rosa cuando el mundo te acaricie con espinas. Seremos luego polvo más allá del viento, seremos luego viento más allá del polvo. Sé que nadie ha conocido tu rostro. Pero tú y yo somos de la misma sangre. 70 Litoral e