Semántica - IES Amurga

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SEMÁNTICA
1.- DEFINICIÓN
El signo lingüístico sirve para expresar las diferentes realidades, externas e
internas, que conforman nuestra existencia como seres humanos. Está formado por un
significante (forma acústica o escrita) y un significado (concepto), unidos por una relación
arbitraria acordada socialmente.
Por otro lado, el significado consta de una sustancia (concepto abstracto del
referente que tiene el emisor o el receptor de un mensaje) y una forma (significado
gramatical manifestado en los diferentes componentes que se materializan en el
significante). De esta manera:
“Árbol” ------------- La sustancia del significado de este término es la imagen
interna que cada persona tiene de esa realidad así nombrada.
-------------- La forma del significado viene condicionada por el hecho de
ser un sustantivo, con género masculino, número singular, susceptible de funcionar como
núcleo de un sintagma nominal que a su vez puede desempeñar funciones sintácticas varias
(sujeto, C.D, C.I….)
El análisis y estudio de la sustancia del significado es la finalidad de la ciencia
lingüística denominada semántica. Esta sustancia debe estar formada lingüísticamente, es
decir, tener una forma en el idioma, esa forma es la que se expresa léxicamente, la forma
léxica cuya unidad mínima es el lexema. Por ello, la semántica se centra sobre todo en las
tendencias de organización y distribución de sus elementos menores, los lexemas.
2.- EL TRIÁNGULO SEMÁNTICO
El signo lingüístico formado por un significante y un significado, se relaciona con un
elemento extralingüístico, el referente o realidad que el signo simboliza. La relación entre
esos tres polos de la comunicación forma el triángulo semántico.
SIGNIFICADO
(Concepto)
SIGNIFICANTE
(Forma acústica o escrita)
REFERENTE
(Objeto real externo o interno)
3.- EL CAMPO SEMÁNTICO.
Partiendo de la relación de interdependencia de los signos, en el estudio de los
significados se llega a la noción de campo semántico: subconjunto conceptual en que se
estructura el conjunto general de los significados. Dada una serie de elementos léxicos,
puede comprobarse si forman un campo semántico si pueden conmutarse uno por otro y, al
mismo tiempo, oponerse, cualidades propias de la interrelación que rige toda estructura.
Por ejemplo: alba, amanecer, mañana, mediodía, tarde, anochecer, noche .
 Cada unidad es expresión de un momento temporal de la jornada
cotidiana y pueden conmutarse en cualquier oración en que
intervengan: “Vendré al anochecer/ al mediodía/ mañana…”
 Cada unidad se opone a la otra por el distinto momento temporal
expresado.
No obstante, cada unidad léxica o lexema posee unas características constantes,
sustanciales: unos rasgos distintivos semánticos (semas) semejantes; es decir, se refieren
a un momento temporal de la jornada cotidiana. Por esta razón, constituyen un campo
semántico.
4.- RELACIONES SEMÁNTICAS ENTRE LOS TÉRMINOS.
Si a un significado correspondiese un significante siempre, estaríamos ante el caso
ideal de lo que se denomina monosemia. Sin embargo, aunque esa monosemia se produzca,
sobre todo en los lenguajes especializados y científicos, los más formalizados, en la lengua
cotidiana, no sucede normalmente así.
En numerosas ocasiones, a un significante corresponden diversos significados y,
viceversa, un significado puede ser expresado por diferentes significantes.
1.- Relaciones de polisemia y homonimia.
Cuando el receptor decodifica un signo debe tener siempre en cuenta el contexto,
porque un significante puede tener varios significados, entre los que debe elegir el
adecuado. Esta posibilidad viene producida por la existencia de dos características
semánticas del signo: polisemia y homonimia.
 Polisemia: A un significante le corresponde, según el contexto, varios
significados, hecho muy frecuente en cualquier idioma. Esto responde al principio de
economía que rige las lenguas, sin embargo, también produce cierta ambigüedad del signo,
que, o se apoya en el contexto o la situación para identificar el verdadero significado, o
sirve para la ironía y el humor, muy útiles en literatura. Ejemplo: Antonio es un inocente
(candoroso, ingenuo, puro, inofensivo, pero también tonto, simple y bobo)
 Homonimia: Ofrece varios significados para un solo significante. Pero esto
viene motivado por la evolución histórica de una lengua, que con el paso del tiempo, va
confundiendo diferentes significantes en una única forma por evolución fonética. De este
modo, “vino” bebida alcohólica/ 3ª p.s. pto. Pfo. Sim Venir; “cojo” verbo coger/ persona con
un defecto en la pierna.
Las palabras que presentan homonimia se dividen en dos tipos:
Homófonos y homógrafos.
a) Homófonos: Se pronuncian igual, pero se escriben de forma
diferente. Ejemplos: ojear/hojear; tubo/tuvo; onda/ honda.
b) Homógrafos: Se escriben y pronuncian igual. Es necesario acudir
al artículo o al plural para saber su significado. Ejemplos: el
cólera/ la cólera; el corte/ la corte; esposa/ esposas.
2.- Relaciones de sinonimia y antonimia.
En ocasiones, el emisor debe buscar entre varios un significante adecuado al
significado que quiere comunicar. Esto se debe a que un significado se expresa a través de
distintos significantes produciendo dos efectos semánticos: sinonimia y antonimia.
 Sinonimia: Tiene lugar cuando un significado se puede expresar con
diferentes significantes, entre ellos son sinónimos. Por ejemplo: apaciguarse-calmarse;
moderarse-sosegarse; loco-enajenado-perturbado-lunático-ido.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada sinónimo matiza de forma
distinta el significado y permite una gran riqueza expresiva. En este sentido no nos
podemos olvidar de los sinónimos contextuales.
 Antonimia: Es lo contrario de la sinonimia puesto que un significante tiene
el significado opuesto al otro. Puede presentarse de dos modos:
a) Gramaticalmente (a través de prefijos): obedecer/
desobedecer; cumplir/ incumplir; belicista/ antibelicista.
b) Léxicamente (a través de los lexemas): vestirse/
desnudarse; macho/ hembra; traer/ llevar.
No hay que olvidar que no todos los antónimos se oponen en el
mismo grado: entre “grande” y “pequeño” caben otras matizaciones: “grandísimo, mediano,
ínfimo”.
5.- DENOTACIÓN Y CONNOTACIÓN.
Estos dos conceptos están muy relacionados con el de contexto y expresan la posición
del emisor o del receptor ante el mensaje. Así:
 Si el mensaje se expresa objetivamente, es decir, con una función
referencial, se dice que su significado es denotativo.
 Si añade al dato objetivo una valoración personal, basada en la propia
experiencia, es decir, si se utiliza con una función emotiva o conativa, se
dice que su significado es connotativo.
De esta manera “matemáticas” posee un valor denotativo claro:
determina ciencia; mientras que connotativamente puede estar relacionada con valores
como difícil, arduo, pesado, incomprensible, frustrante, interesante, útil.
6.- EL CAMBIO SEMÁNTICO.
Se denomina cambio semántico al hecho de que un signo cualquiera sufra una
variación en su significado o en su significante, alterando la relación entre ambos y con el
resto del sistema.
Esta posibilidad que ofrece la lengua es una clara demostración de sus posibilidades
de evolucionar y cambiar continuamente, como organismo vivo que es, con una larga historia
en la que ha desaparecido, se han modificado y se han creado numerosos y diferentes
signos.
Se pueden clasificar, atendiendo a cada uno de los componentes del signo.
1.- Cambios del significante, causado por la semejanza o contigüidad de dos
significados.
a) Metáfora: Se produce por semejanza o analogía entre los significados, no es
necesario que los rasgos significativos de ambos sean iguales en su totalidad, basta con que
compartan algunos. Amplía las acepciones de una palabra, resulta muy subjetiva y persona, y
se presta a la imaginación y a la creatividad; de ahí su utilización básicamente literaria. Sin
embargo, también se producen en la lengua normal:- por utilización de partes del cuerpo
humano o animal aplicadas a objetos ( boca del túnel; patas de la mesa; cabeza de grupo); por la aplicación de características animales al ser humano (Antonio es un cordero, es un
lince, un toro); - por traslado de la percepción de un objeto por un sentido a otro ( voz
clara, dulce; color chillón); - por aplicación de actividades materiales a realidades
espirituales ( medir la palabras, sopesar las argumentaciones…)
b) Metonimia: Se produce por contigüidad o proximidad de distintos
tipos entre dos significados que poseen semas íntimamente relacionados y pueden cambiar
sus significantes de uno a otro. Puede darse por distintas circunstantes: - porque el objeto
tome el nombre de su lugar de origen ( tomé un jerez; compró un murano); porque se tome
el nombre de un todo para designar una parte, o de una parte para designar un todo ( tenía
cien cabezas de ganado, Pedro es un músculos, era todo oídos); - porque se tome el
continente de un objeto por el contenido ( se bebió dos vasos; comeré solo un plato…); porque se aplique a una obra el nombre de su autor ( compré un Velásquez; me he leído
todo Cervantes); -porque una actividad determinada se nombre por el momento temporal en
que se ha desarrollado ( el tendero hace el agosto con los turistas; tocan a maitines)
2.- Cambios de significado por semejanza o contigüidad entre los significantes. Se
subdividen en:
a) Vulgarismo: Denominado también etimología popular. Se produce cuando el
hablante desconoce el significado de una de las dos palabras, casi siempre
culta y de poco uso popular, y su significante es semejante al de otra de la que
tampoco se tiene un concepto muy claro: confunde entonces en una misma
formas ambos significados. Así se usa “vagamundo” por “vagabundo”, “actitud”
por “aptitud”, “perjuicio” por “prejuicio”.
b)
Elipsis: Se unen significados diferentes porque la economía de la lengua,
cuando dos signos acostumbran a aparecer relacionados siempre en los mismos
contextos, suprime uno de los dos y añade su significado al otro, cambiándole
el suyo original. Se produce reducción de elementos que, aparte del cambio
semántico, suelen producir también un cambio sintáctico y morfológico en la
relación del nuevo signo con el resto de componentes del conjunto.
Por ejemplo: El urbano me ha multado (el guardia urbano)
Tiene un pura sangre (un caballo de pura sangre)
Desayuné un cortado (desayuné un café cortado)
7.- LA LEXICOLOGÍA.
Aunque muchas veces se confunda con la semántica, y, en verdad, sea una ciencia
muy cercana a ella, la lexicología se centra en el estudio del léxico de la lengua, es decir, de
sus palabras: cómo se forman, qué tipología presentan, cómo clasificarlas. Por consiguiente
pertenecen a la lexicología:
 El estudio de la clasificación de las palabras según los componentes que
la formen (palabras simples, compuestas, parasintéticas).
 El estudio de los diferentes procedimientos de formación de palabras
(composición, derivación, utilización de siglas, onomatopeyas, préstamos
lingüísticos).
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