EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD Y ESO ES DIFÍCIL DE ACEPTAR El abuso del alcohol es un importante problema de salud pública en todo el mundo, especialmente en los países occidentales e industrializados, donde es una causa común de enfermedad y muerte. Es el origen de muchos disturbios psicosociales, el uso crónico y excesivo de bebidas alcohólicas puede provocar enfermedades en órganos vitales, como hígado, páncreas, corazón y sistema nervioso. El riesgo de estas enfermedades se incrementa a medida que el consumo de alcohol es mayor. Este cuadro puede ser aún más grave, pues muchos médicos no están familiarizados con el diagnóstico del alcoholismo o pueden contemporizar con el deseo de proteger a la familia de los estigmas de tener un pariente alcohólico. El término alcoholismo se suele sustituir por dos categorías: abuso del alcohol y dependencia del alcohol. Los criterios para el diagnóstico de la enfermedad dependen más de los síntomas y problemas causados por el alcohol que de la frecuencia y cantidad de bebida ingerida. Criterios de diagnóstico del alcoholismo De acuerdo con los criterios del manual de enfermedades mentales de la Asociación estadounidense de Psiquiatría (DSM-IV), el diagnóstico de dependencia del alcohol requiere la presencia de tres o más de los siguientes criterios en el último año del paciente: Tolerancia: necesidad de ingesta de cantidades cada vez mayores para producir el efecto deseado o la intoxicación o disminución del efecto del alcohol con la ingesta de las mismas cantidades. Abstinencia: presencia de síntomas desagradables con la retirada del alcohol o el alivio de estos síntomas con el retorno del uso del alcohol. Falta de control en el uso del alcohol: fallo en el intento de parar o disminuir el uso de alcohol o el uso de cantidades mayores durante más tiempo de lo que se había planificado inicialmente. Perjuicio de las actividades diarias: reducción o perjuicio en las actividades sociales, ocupacionales o de recreación a causa del alcohol. Tiempo gastado con el uso de alcohol: gasto de períodos desordenados de tiempo intentando obtener la bebida, consumiendo o recuperándose de los efectos de la misma. Uso del alcohol por despecho de los problemas: uso continuado del alcohol incluso reconociendo los problemas causados por él. Fuerte deseo o compulsión para beber: el mismo manual define el abuso del alcohol como un estándar de mala adaptación a su uso, llevando a perjuicios clínicamente significativos, manifestados por uno o más de los siguientes criterios, también en el último año, como: - Ingesta de alcohol de forma recurrente originando un perjuicio de las obligaciones del trabajo, casa y de la escuela; -Ingesta recurrente de alcohol en situaciones físicamente peligrosas; -Problemas legales relacionados con el consumo de alcohol; -Ingesta continuada de alcohol debido al despecho de problemas sociales y personales recurrentes y persistentes causados o generados. Alcohol, enemigo número uno del hígado De las innumeras enfermedades relacionadas con el alcohol, las enfermedades hepáticas se destacan por su gran frecuencia y mortalidad. La enfermedad hepática alcohólica puede originarse tanto del abuso como de la dependencia del alcohol. La enfermedad del hígado causada por el alcohol es una causa importante de problemas de salud, incluyendo esteatosis (acumulación de grasa en el hígado), hepatitis alcohólica y cirrosis hepática. En Brasil, el alcohol es la mayor causa de cirrosis hepática, y mundialmente es una de las principales causas de transplante hepático. El uso crónico de alcohol también causa lesiones en el sistema nervioso, originando una serie de síntomas neuropsiquiátricos. De la misma manera, la enfermedad pancreática se observa frecuentemente en pacientes alcohólicos. Pese a que los resultados del examen físico y de las pruebas de laboratorio de los pacientes presenten indicios de la presencia de alcoholismo, el diagnóstico depende básicamente de la historia suministrada por la persona o sus familiares. La medida de etanol en sangre, por ejemplo, refleja solo el consumo reciente (menos de 24 horas). Otras pruebas sanguíneas rutinarias pueden identificar indirectamente el consumo excesivo de alcohol a largo plazo. Es necesaria una cuidada historia de cantidad, duración y tipo de bebida consumida para relacionar estas enfermedades con el consumo de alcohol. En búsqueda del mejor tratamiento Una vez diagnosticado el abuso o dependencia del alcohol, se deben discutir con el paciente las opciones específicas y más adecuadas de tratamiento. El médico puede recomendar un seguimiento especializado y, si la persona está de acuerdo, incluso indicar un experto o un programa específico, como Alcohólicos Anónimos (AA), que puede ser fundamental en el proceso de recuperación. Sin embargo, la responsabilidad del cambio de comportamiento pertenece a la persona. Es fundamental aclarar al paciente que el alcohol causa diversas enfermedades, sobre todo en el hígado, eso le ayuda a aceptar el cambio de su hábito de beber y a realizar los exámenes de función hepática. Parte de la agresión del alcohol a los tejidos y órganos puede revertirse al suspender su ingesta, si las alteraciones no están en etapa avanzada. Los impactos de los efectos nocivos del alcohol en la salud del individuo pueden estar directamente relacionados con las enfermedades causadas por el alcohol o indirectamente con las consecuencias en la familia, en el trabajo, en el grupo de amigos y en la sociedad, en general. Por tanto, quien intenta parar de beber sin éxito, es criticado por otras personas por su abuso del alcohol, por la falta a sus compromisos a causa de la bebida, se siente mal o culpable de su hábito de beber o si la primera cosa que hace por la mañana es ingerir bebidas alcohólicas para sentirse mejor o curar una resaca, debe acudir a un médico inmediatamente.