e s p a c i o l i b r e Cómo escriben los que escriben Sergio Sánchez Garduño* Advertencia Este es un texto elaborado para aquellos que aspiran a escribir análisis político y electoral. Habrá quienes expliquen lo relativo al análisis; este artículo pretende contribuir a estimular, mediante una colección de ideas de escritores, a quienes están esperando alguna provocación para tomar pluma y papel (o PC y mouse) y entonces escribir. Política y escritura Son escasos y por lo mismo notables, los políticos que han trascendido por sus escritos y viceversa. Hagamos un veloz pase de lista en los últimos dos o tres sexenios para verificar: presidentes de la república, gobernadores, senadores, diputados federales, diputados locales, presidentes municipales, regidores, síndicos, gabinetes federales, gabinetes estatales…, rápidamente hemos encontrado la respuesta. La política por supuesto que no tiene como condición a la escritura. Recientemente Enrique Krauze, durante una entrevista con Antonio Jaquez, después de haber presentado su libro Mexicanos eminentes, declaró:.. “Para un político abrir sus archivos, contar la verdad en una autobiografía o dejar que otros la cuenten sería tanto como abrir las entrañas de una vasta y completísima caja negra, que es la caja negra de la política”1, y para apreciar su tesis hay que recordar Mis Tiempos, de López Portillo o la La Herencia, de Jorge Castañeda, sólo por referirnos a México, pero habría comentarios similares sobre Giscard d’Estaing y también sobre W. Churchill. Y también existe la visión de la parte contraria. Sergio Ramírez (el nicaragüense preferido del régimen federal anterior) le aseveró en 1995 a Cristina Pacheco: “Me reconozco escritor y político. Esas dos actividades tienen una base común: la palabra. Político y escritor la usan, en ciertos momentos, de igual forma, para seducir, pero aun así, el de la literatura y de la política son dos lenguajes distintos”. 2 En fin, que escribir sobre política siempre será un tema poco agradable, nada sencillo, para la generalidad, pero para los interesados (aspirantes a politólogos o especializados electorales) siempre será un pendiente personal a resolver si acaso uno busca trascenden- * Sergio Sánchez Garduño es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma del Estado de México. Actualmente se desempeña como Subdirector de Prerrogativas y Fiscalización de la Dirección de Partidos Políticos del Instituto Electoral del Estado de México. 117 cia. Pero no escribir columnas políticas, ensayos especializados siempre dirigidos a enterados, sino producir escritos para hablar de política como un tema accesible para todos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos y aun niños, para la comunidad y la familia, en fin un tema tópico de atracción. ¿Por qué escribir? La respuesta inmediata es para comunicar, eso lo sabemos desde la educación más elemental. Pero hay que explicarlo y creo que Aurelio Asiain, cuando era secretario de Redacción de la revista Vuelta, lo hizo muy bien durante una entrevista en 1996: “… por una necesidad comunicativa, lo cual me ocurre con la correspondencia, que intento practicar como género literario, otras por un requerimiento lúdico, como algunas cartas que hago en forma de poema o bien por una necesidad expresiva y hasta constructiva, para poner en orden las ideas, pensamientos, emociones.”3 A partir de estos elementos, el político escribiría para convencer, para inducir, para persuadir y eso sería escritura política. Si hay ciencia política, literatura política, comunicación política, indudablemente que existe escritura política. ¿Cómo escriben los que escriben? Es la pregunta fundamental para los que quieren escribir. En una búsqueda que sin defensa alguna se podrá considerar como superficial, sólo encontré respuestas de literarios y de literatos asomados a la política, pero que me parecieron válidas por que son los que más escriben. De entrada, conviene darle la palabra –o la pluma– a Josefina Vicens, quien con el tono desesperado de quien quiere hacerlo y no puede, lo describe bien: "¿Cómo harán los que escriben? ¿Cómo lograrán que sus palabras las obedezcan? Las mías van por donde quieren, por donde pueden. Cuando ya las veo escritas, cuando con una vergüenza las releo, me dan pena. Siento que van desprendiéndose de mi y cayendo en mi cuaderno. Cayendo solamente sin forma, sin premeditada colocación.” 4 En la entrevista aludida, así le preguntan y así contesta Asiain: “Leer y escribir implican imaginar ¿Cómo ha modificado su percepción de la realidad esa práctica constante? Tiendo a percibir la realidad en términos verbales, se ha vuelto una manía traducir por escrito desde un cuadro que me impresiona hasta las personas que conozco”.5 Aquí en esta respuesta, y para el propósito, yo sustituiría las palabras cuadro y personas, por estructuras, elementos, circunstancias e instituciones políticas, pero seguiría ese elemental y básico método. ¿Qué dicen otros escritores? Traeré a cita algunos, empezaré por el más coloquial y concluiré con quien me parece elabora más su método. Por supuesto que habrá más, de una vez anticipo y me exculpo, pero es sencilla mi pretensión: provocar su búsqueda. Hace seis años con esa modestia y sencillez que le es característica, Carlos Fuentes confesó: “Cuándo un libro me grita ¡escríbeme!, viajo a Londres y me encierro a trabajar durante nueve horas diarias, nada ni nadie me distrae en la capital británica, la gente es fría, la 118 comida mala y el clima espantoso”6. Aquí yo sólo comentaría que para trabajar bajo estas condiciones no hay que viajar tan lejos. Tamaña elaboración se había producido en Woody Allen: “Si escribo tres páginas por día, en tres meses tengo un guión”. Álvaro Mutis llegó a expresar: “… Yo escribo con absoluta libertad, nunca hago notas previas, me siento a la máquina y es la máquina que va llevando”. Alberto Ruy Sánchez dijo: “Cómo muchos escritores yo siento a partir de una necesidad de contar historias, Yo escribo lo que necesito, todo se articula en función de la historia que hay que contar”. Pero también hay quien traza un plan para escribir. Elena Poniatowska señala: “ Yo pulo muchísimo los textos, hago un plan de trabajo y procuro apegarme a él, aunque es muy indefinido… muchas veces he esperado un cuento sin saber, hasta el final como va a terminar. Es la misma escritura por la que sé si un personaje me da para una novela o si es suficiente con lo que ha dicho en un cuento” otro sistema aparece descrito en una conversación entre Luis Sepúlveda y Martín Solares 7: LS: ¿Pasas algún tiempo sin escribir? MS: No. Para conseguir una buena novela se necesita un 95% de esfuerzo y un 5% de lo que algunos llaman talento y que para mí es tener la idea clara de lo que quieres conseguir. El 95% te exige trabajar todos los días, en cualquier situación en que te encuentres y aclararle a los demás que cuatro horas al día son francamente tuyas. LS: ¿Cómo se te ocurre una novela? MS: La verdad el que de pronto te asalta una historia que quieres contar y tratas de descubrir sus claves: Qué es, qué 119 cuenta, haces esquemas mínimos –que terminas traicionando– y decides la forma en la que vas a contar, hasta que llega ese momento tan especial de la escritura en que los personajes se apropian de la trama y tú te vuelves tan sólo un cronista de lo que ves”. El escritor: ave de rapiña Alguien –es una esperanza aunque seguramente serán muchos podrá decir que no se asemeja lo anterior a escribir sobre política; sin embargo, yo insistiría otorgándole nuevamente la voz –o la pluma– a Sergio Ramírez: “Uno dice: esto es materia novelable, esto tiene que estar escrito y uno termina por romper el pudor y con la idea de que existe una barrera entre lo que puede decirse y lo que no, todo, si es novelable, hay que utilizarlo. Por eso creo que el escritor más que un ladrón, es una especie de ave de rapiña, picotea cosas feas, come de ellas, pero siempre encuentra algo valioso, brillante, digno de ser contado y que debidamente pulido funciona”. Dígame preciado lector o lectora ¿Es o no aplicable a la escritura política? Casi para concluir yo le otorgaría la voz o la pluma a Sergio Pitol: “Yo ocupo un tiempo largo (a veces más largo que el de la escritura de la novela) organizando notas, imaginando una escritura precisándola cada vez más. Así se crean núcleos narrativos, grumos que puedan expandirse o dar de sí. …Luego empiezo a trabajar la novela con todo ese material hurgado y decantado de antemano, y trato de crear una arquitectura de hierro, una armazón, donde todo sea muy preciso para que nada se caiga… La mayor dificultad en este proceso es la construcción de la escritura, debe ser, a la vez, sólida y flexible para que soporte un mundo muy libre sin perder su consistencia”. Casi una conclusión Bueno, las anteriores constituyen explicaciones que, sobre todo estas últimas, expresan un método que utilizan los que escriben. Sin embargo, la recomendación general es empezar a escribir y alguien recomienda hacerlo biográficamente8. Para ello, y tratando de ahorrar esfuerzos por búsqueda, hay que revisar el número dos de la revista Letras Libres, que contiene fracciones de diversos diarios que han sido históricos: de Francisco I. Madero, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Antonio Carrillo Flores y otros; muy diferente la concepción de biografía y diario en cada uno de ellos, poco íntimos, más bien registro de acontecimientos particulares de trascendencia pública y el de Madero, que es el asiento de “transmisiones” espiritistas. ¿Cómo escriben los que escriben? Se ha leído que con esfuerzo, con propósito de hacerlo; unos simplemente volcando en papel su imaginación o su observación; otros escribiendo y reescribiendo; unos primero trazando líneas u otros diseñando estructuras. Entonces no hay conclusión. Deberían continuar a éste seguir por lo menos otros dos artículos, uno debería ser: Cómo escribir (frase al estilo Dale Carnege) y el otro para que me permitan continuar escribiendo en esta revista: Escribir sobre política. Como difícilmente lo haré, mejor les recomiendo para el primer tema leer a Victoria Nelson9; para el segundo me parecen buenos ejemplos los editoriales de Federico Reyes Heroles, René Delgado y de Jesús Silva Herzog Márquez. Citas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Proceso. 22 de noviembre de 1999. La Jornada Semanal. 7 de julio de 1995 Reforma. 20 diciembre de 1996 Vicens, Josefina. Citado en Argudin y María Luna. Aprender a pensar leyendo bien. México 1994. Editorial UIA y Plaza Valdéz. Pág. 151. Reforma. Supra. La Jornada. 15 de diciembre de 1994. La Jornada. 7 de julio de 1995. Ver Calvo Carrilla, José Luis. Acercarse a la literatura. México 1995. Editorial Alhambra Mexicana. 104 páginas. Nelson, Victoria. Sobre el bloqueo del escritor . Barcelona 1997. Editorial Península. 238 pp. 120