Rogelio

Anuncio
Análisis Literario
Ensayo Sobre la Ceguera
Domı́nguez Hernández Rogelio
4 de Noviembre de 2004
Sı́ntesis
Un hombre está esperando en su auto la luz verde del semáforo, súbitamente
comienza a ver todo blanco, se quedó ciego, comienza a gritar desesperado, la gente
acude a ver que pasa y uno de ellos decide que lo mejor serı́a llevarlo a casa. Se
ofrece a llevarlo en el auto del ciego y deja al ciego en la puerta de su casa.
Poco después, llega su mujer y conoce lo sucedido, por lo que decide llevarlo con
el médico. Afuera de su casa, la mujer busca el auto sin éxito, lo habı́a robado la
persona que trajo al ciego.
Una vez que llegaron al consultorio del médico, estaban esperando consulta un
niño estrábico y su madre, una chica de gafas oscuras y un viejo con una venda
negra tapando uno de sus ojos. El médico recibió al ciego inmediatamente, dada la
urgencia del caso, y lo revisó sin hallar los motivos de la “ceguera blanca”, jamás
habı́a visto un caso ası́ y le dio al ciego una lista de análisis que requerı́an hacerse
para investigar más sobre el origen de su ceguera.
El ladrón del auto, mientras lo llevaba a su casa se quedó ciego.
La chica de las gafas oscuras que estaba en el consultorio del médico era una
prostituta con un problema de conjuntivitis. Esa noche, mientras estaba con uno de
sus clientes, se quedó ciega.
El médico se quedó desconcertado con la rareza de la ceguera y, al volver a su casa,
platicó con su mujer sobre la extrañeza del caso y después fue a consultar libros en su
biblioteca personal. Mientras lo hacı́a, se quedó ciego. Pero siendo médico, tomó las
cosas con calma y hasta el dı́a siguiente, pues era tarde, decidió tomar medidas.
Intentó llamar a un directivo del ministerio de salud, pero sus intentos fueron
inútiles al tener que enfrentarse con el aparato burócrata que rige en estas instituciones. Ası́ que decidió hablar con el director del hospital donde él trabajaba. Ası́ lo
hizo y el director se mostró preocupado pero comentó que habı́a que estudiar los
casos un poco más antes de dar aviso al ministerio de salud. Ası́ finalizó la llamada,
pero poco después, el director llamó al médico informándole que un niño estrábico se
habı́a quedado ciego, el médico concluyó que era el mismo niño que estaba esperando
consulta cuando el primer ciego fue con él, por lo que el director decidió dar aviso
1
al ministerio de salud. Más tarde, también se reportaron los casos del ladrón y de la
chica de gafas oscuras.
Unas horas más tarde, el médico recibió llamadas del ministerio de salud donde
le pedı́an datos de las personas que estuvieron en el consultorio desde el dı́a anterior,
ası́ como para informarle que no debı́a salir de su casa, que una ambulancia irı́a por
él.
Llegó la ambulancia, subió el médico a ella, y también su mujer, pero fue informada que ella no podı́a ir, a lo que ella respondió: “Tiene que llevarme también a
mı́, acabo de quedarme ciega”
En éste momento, el gobierno habı́a decidido poner en cuarentena a todos los
contagiados, tanto los ciegos como los que estuvieron en contacto con ellos, que
fueran apareciendo. El lugar elegido fue un manicomio vacı́o, que constaba de 2
alas, una destinada a los ciegos y la otra a los contaminados. Cuando uno de los
contaminados se quedara ciego, serı́a expulsado de su ala y tendrı́a que dirigirse al
ala de los ciegos, los contaminados se encargarı́an de expulsarlo.
Ası́, al manicomio también habı́an llevado al primer ciego, al ladrón, a la chica
de las gafas oscuras y el niño estrábico.
El Gobierno les informó de la situación, ası́ como de las reglas que debı́an seguir.
Todas ellas orientadas a evitar cualquier contacto con el exterior, una de ellas indica
que si alguien muere lo debı́an enterrar ellos mismos.
Dentro del manicomio, los internados platicaron y se reconocieron, incluso hubo
un altercado cuando el primer ciego reconoció al ladrón.
Intentaron organizarse para recorrer el manicomio y saber con qué cosas contaban, se formaron en una fila, y mientras caminaban juntos, el ladrón, que iba detrás
de la chica de gafas oscuras, comenzó a acosarla, a lo que ella respondió soltando
una patada hacia atrás, clavándole el tacón de su zapato en el muslo del ladrón.
Curaron la herida lo mejor posible y llevaron al herido a su cama.
En todos estos sucesos, la mujer del médico siempre fue la guı́a, pero intentaba
disimular lo mejor posible.
Posteriormente, fueron llegando más ciegos, entre ellos la esposa del primer ciego.
La herida del ladrón estaba infectándose seriamente, por lo que el médico y su mujer
decidieron acercarse a la puerta a pedir medicamentos. Fueron recibidos por un
guardia quien a distancia les avisó que no siguieran adelante que tenı́a ordenes de
disparar a quien se acercara. El médico no lo pudo convencer de la necesidad del
medicamento y tuvieron que volver.
La comida comenzó a escasear, y los ciegos tuvieron que repartir la comida.
Mientras, seguı́an llegando más ciegos.
Una noche, el ladrón cuya herida estaba cada vez más grave, decidió ir él mismo
a pedir medicamentos. Al acercarse a la puerta, alarmó al guardia y al verlo tan
cerca, disparó y el ladrón murió instantáneamente. Los disparos despertaron a los
ciegos y los guardias pidieron a los ciegos que se lo llevaran y lo enterraran.
Un dı́a después, los ciegos hambrientos estaban esperando la comida cerca de
la puerta. Los guardias, al momento de ir a dejar la comida se impresionaron de la
cantidad de ciegos y de la cercanı́a de ellos, por lo que sufrieron un ataque de miedo
2
y comenzaron a disparar contra los ciegos. Muchos de ellos murieron en esa ocasión.
Durante todos estos sucesos, el manicomio se fue convirtiendo en lugar sucio,
con sangre en el suelo, comida, excremento y muchos otros desperdicios. Los ciegos
andaban a gatas para no caer, no habı́a agua limpia, los baños estaban cada vez más
sucios, los muertos estaban mal enterrados. La mujer del médico hacı́a lo posible
por mantener en buenas condiciones a su esposo y a los primeros ciegos que llegaron
junto con ellos.
Llegaban más ciegos(entre ellos el viejo de la venda negra, que se encontró con
el médico y su mujer y se mantuvo cerca de ellos) y la comida no alcanzaba para
todos. Los ciegos comenzaron a pelear por la comida, intentaron organizarse, pero
los encargados de recoger la comida la robaban o eran presas de otros ciegos que se
las robaban.
El viejo de la venda negra contó a los primeros ciegos la situación de afuera, lo
que sucedió desde el inicio de la epidemia. Les contó cómo afuera, en la calle, a cada
momento se escuchaban gritos de personas que se quedaban ciegas, los accidentes
automovilı́sticos provocados por personas que se quedaban ciegas, etc. El mundo era
un caos, los autos habı́an sido abandonados a media calle, todos andaban a pie.
Y adentro del manicomio, las cosas empeoraban también. Un grupo de ciegos,
entre ellos un ciego natural que era el lı́der y que tenı́a una pistola, habı́an robado
toda la comida del dı́a y la habı́an guardado para ellos exigiendo a los demás ciegos
todas sus pertenencias de valor si querı́an seguir comiendo. Ciegos contra ciegos.
Todos tuvieron que ceder y entregar sus pertenencias para poder seguir comiendo.
Pasaron ası́ varios dı́as, cuando el grupo de ciegos que habı́an robado la comida
decidió que requerı́an más cosas. Ahora pedı́an mujeres. Esta petición causó una
indignación general en los ciegos. Pero ante la escasez de comida, las mujeres ciegas
y la mujer del médico decidieron cumplir la petición de los bandidos. Ası́, todas
las mujeres fueron violadas durante varias noches a cambio de comida, una de las
mujeres murió.
La mujer del médico, llena de indignación y de odio contra los bandidos, pero
en particular contra el jefe, en una de esas noches tomó unas tijeras, se adentró en
la sala de los bandidos mientras ellos violaban a las otras mujeres, y mató al jefe de
los bandidos.
De ésta manera, se acabaron las violaciones pero trajo como consecuencia la
escasez de comida para todos, pues los bandidos se habı́an encerrado y ya no iban a
entregar la comida nunca, mientras que los guardias ya tenı́an varios dı́as sin llevar
comida para los ciegos.
Los ciegos decidieron ir contra los bandidos y arrebatarles la comida. Se organizaron y fueron un dı́a a intentar amedrentar a los bandidos por sus acciones, pero
no pudieron contra ellos, y varios de ellos resultaron muertos.
Ante ésta situación, una mujer desesperada prendió fuego con una sábana y
provocó un incendio en el manicomio. El fuego los hizo buscar la salida, pero tenı́an
el temor de que los soldados les dispararan, pero los soldados no estaban allı́. Ası́,
los ciegos pudieron escapar y salir por fin del manicomio.
Una vez afuera, la mujer del médico guió a su grupo(el médico, el primer ciego
3
y su esposa, la chica de las gafas oscuras, el niño estrábico y el viejo de la venda
negra) en busca de comida por la ciudad.
La ciudad estaba llena de pequeños grupos de ciegos que vagaban por la ciudad
en busca de comida, las tiendas y casas estaban vacı́as. Nadie tenı́a hogar ya, habı́an
abandonado sus hogares para buscar comida. La ciudad estaba sucia. Excremento,
basura y cadáveres eran el paisaje.
La mujer del médico, dejó a los ciegos esperando mientras ella buscaba comida
para todos. A estas alturas, su grupo ya sabı́a que ella podı́a ver, esto lo supieron
durante el incendio. Encontró una tienda en la que habı́a una bodega que los ciegos
no habı́an podido encontrar. En esa bodega, encontró suficiente comida para su
grupo, cerró la bodega y fue con su grupo.
El grupo habı́a hecho el plan de ir a casa del médico y su mujer e instalarse allı́.
Pero en el camino, la chica de las gafas oscuras querı́a visitar su casa. Ası́ lo hicieron
y durmieron allı́ una noche. Después continuaron el camino a casa del médico y su
mujer.
Pro fin llegaron, la casa no habı́a sido invadida por ciegos, estaba intacta. Los
ciegos no quisieron entrar y ensuciar la casa, a ellos no les importaba pero respetaban
mucho a la mujer del médico para entrar sucios a su casa. Por lo que todos entraron
descalzos e inmediatamente que entraron se desnudaron. La mujer del médico les
dio ropa limpia y les sirvió de cenar.
Esa noche llovió y la mujer del médico aprovechó para bañarse y lavar la ropa
de los ciegos. Las otras 2 mujeres se despertaron y también se bañaron y ayudaron
a lavar la ropa. Al terminar las mujeres, los hombres se bañaron con la lluvia y el
viejo de la venda negra se bañó con el agua acumulada en recipientes en la bañera
del hogar.
Al otro dı́a, el primer ciego, su esposa, el médico y su mujer fueron en busca de
comida y también pasaron a visitar la casa del primer ciego y su esposa.
Ası́ pasaron los dı́as. Por los dı́as iban en busca de comida. Por las noches la
mujer del médico les leı́a libros a los ciegos.
Un dı́a, la mujer del médico entró con su esposo a una iglesia donde todas las
imágenes tenı́an tapados los ojos con un brochazo de pintura blanca y las estatuas
tenı́an los ojos vendados. El médico concluyó que fue un cura “el mayor sacrı́lego
de todos los tiempos y de todas las religiones, el más justo, el más radicalmente
humano, que vino aquı́ para decir al fin que Dios no merece ver”.
Ante la escasez de comida en la ciudad, el grupo estaba pensando en irse a vivir al
campo, para sembrar y criar animales para su sustentación. En ésto estaba pensando
el primer ciego durante la noche, mientras el sueño lo invadı́a, cuando de pronto vio
todo negro, vio la oscuridad, ante lo cual exclamó: Estoy ciego. Pero pensaba que
ahora su ceguera era negra, cuando abrió los ojos, comprobó que veı́a. Ante esto,
todos estaban contentos, nerviosos, esperan también ellos poder ver. Ası́ todos los
ciegos fueron recuperando la vista.
Mientras esto pasaba, la mujer del médico concluyó: “Creo que no nos quedamos
ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos que ,viendo, no ven”.
4
Comentario
No pretendo hacer un análisis a fondo sobre el libro, pues carezco del contexto
suficiente para hacerlo. No conozco a Saramago mas allá de los dos libros que he
leı́do(El Evangelio Según Jesucristo y Ensayo Sobre la Ceguera) y algunas opiniones
expresadas por Saramago a través de prólogos y artı́culos de opinión. No pretendo
descifrar todo lo que Saramago intenta expresar a través de la epidemia de ceguera
blanca. Sólo expresaré lo que pude comprender a través de éste fascinante libro.
José Saramago es un extraordinario escritor. Sólo he leı́do dos de sus libros: “El
Evangelio Según Jesucristo” y “Ensayo Sobre la Ceguera”. Ambos son excelentes
libros. Algo que llamó mi atención es el estilo narrativo de Saramago, diferente a
muchos otros, en el que Saramago toma el papel de narrador, pero que no se limita
a ser narrador, sino que, en ocasiones, expresa su propia opinión sobre los sucesos
que está narrando. En otras palabras, Saramago toma el papel de un narrador que
expresa su opinión cuando lo considera conveniente. Esto es mucho más notorio en
“El Evangelio Según Jesucristo”, en “Ensayo Sobre la Ceguera” utiliza más a los
personajes como voceros.
Otro detalle único de Saramago son los diálogos entre los personajes, donde las
frases de cada personaje están separadas con comas en lugar de guiones. Es un estilo
único que en un principio confunde, pero al que uno se acostumbra rápidamente. He
leı́do que otros escritores han adoptado dicho estilo, pero no lo he corroborado.
“Ensayo Sobre la Ceguera” es un libro especial. Es el primer libro que leo en el
que los personajes no tienen nombre, Saramago se refiere a ellos por algún distintivo
único, por ejemplo, “el primer ciego”, “la chica de las gafas oscuras”, etc.
Un libro con personajes sin nombre suena complicado, pareciera difı́cil familiarizarse con personajes sin nombre, pero no es ası́, al contrario, al referirse a los
personajes con algún distintivo provoca que uno se familiarice aún más con ellos,
que los recuerde por el suceso que los hizo quedarse ciegos(“el primer ciego”,”el
ladrón”), que se recuerde alguna caracterı́stica(“el niño estrábico”, “la chica de las
gafas oscuras”), su profesión(“El médico”), provocando que, cada vez que se menciona un personaje, en la mente del lector se regenere todo el contexto alrededor de
dicho personaje y que cada evento que sucede se agregue al contexto, permitiendo
al lector tener en cada momento el contexto completo del personaje.
De ésta manera, el lector se familiariza completamente con los personajes, llegando a compartir las alegrı́as y las tristezas de cada uno de ellos.
“Ensayo sobre la ceguera” plantea lo que sucederı́a si una epidemia de ceguera
se extendiera a todos los habitantes de una ciudad. Durante todo el libro, Saramago
plantea problemas éticos que surgirı́an en tal situación. Es un extraordinario ensayo
sobre la ética, el cual nos hace reflexionar sobre los valores de la sociedad actual.
Desde las primeras páginas, Saramago expone una primera actitud antiética. Un
hombre que está esperando la luz verde del semáforo, súbitamente se queda ciego,
comienza a gritar desesperado, la gente acude a ver que pasa y uno de ellos decide
que lo mejor serı́a llevarlo a casa. Lo lleva en el auto del ciego hasta su casa y, al
irse, decide robar el auto.
5
Desde este primer acontecimiento, uno empieza a preguntarse ¿Cómo es posible
abusar de un ciego? Una pregunta que puede extenderse a cualquier abuso posible
y lo preocupante es que cualquier abuso posible siempre sucede en esta sociedad.
Entonces nos surge la pregunta ¿En qué sociedad vivimos?. Y todas estas reflexiones
llegan dentro de las primeras 15 páginas del libro. A partir de allı́, dicha pregunta
se agudiza cada vez más, y Saramago intenta expresar su opinión a lo largo de todo
el libro.
Otro punto que trata Saramago es la respuesta del gobierno ante la posible
epidemia. El gobierno decide aislar lo mejor posible a los afectados por la “ceguera
blanca”. En un principio, promete garantizar las necesidades básicas de los afectados,
pero es incapaz de prever el crecimiento de la epidemia y, por lo tanto, de sostener a
los afectados conforme crece su número. El miedo comienza a controlar las acciones
del gobierno, las cuales se limitan a encerrar a todos los nuevos afectados por la
epidemia, para intentar evitar la propagación de la epidemia, y el egoı́smo comienza
a ser un punto clave a tratar por Saramago.
La estancia de los ciegos en el manicomio es impactante. Conforme pasan los
dı́as, los ciegos comienzan a tomar un comportamiento cada vez más cercano a los
animales. Comienzan a descuidar su apariencia, “¿Para qué queremos la estética?
Probablemente, sólo en un mundo de ciegos serán las cosas lo que realmente son”
comentaban el viejo de la venda negra y el médico. La diferencia que yo encuentro
entre estos ciegos y los animales es el egoı́smo que surge en los ciegos, “en verdad aún
está por nacer el primer ser humano desprovisto de esa segunda piel que llamamos
egoı́smo, mucho más dura que la otra, que por nada sangra” comenta Saramago en
algún momento de la historia.
También es impactante el estado de la ciudad de ciegos y las consecuencias traı́das
por la ceguera blanca. Las personas han perdido su hogar, ya no es necesario contar
con uno pues la escasez de recursos obliga a los ciegos a convertirse en nómadas y
andar vagando en busca de alimentos. Un enorme retroceso para la humanidad.
En el libro, sólo una persona no resultó afectada por la epidemia: “la mujer
del médico”. Ella finge estar ciega en el momento en que su esposo es llevado al
manicomio para ser llevada con él. La mujer del médico es la persona que carga con
“la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron” y la asume con gran
valor. Ésta mujer representa la esperanza que Saramago tiene en la humanidad.
Para Saramago la humanidad está a un paso muy pequeño de perderse, por
ejemplo una epidemia de ceguera blanca. pero algunas decisiones simples son capaces
de dar una luz de esperanza, por ejemplo, una mujer decide fingir su ceguera.
Saramago es un humanista, a pesar de las condiciones de la sociedad siempre
ha demostrado que tiene esperanza. Recientemente, en la gran marcha en contra de
la guerra en Irak que se realizó en España, se manifestó a favor de la humanidad:
“Ya es hora de que las razones de la fuerza dejen de prevalecer sobre la fuerza de la
razón. Ya es hora de que el espı́ritu positivo de la humanidad que somos se dedique,
de una vez, a sanar las innúmeras miserias del mundo”.
Y más recientemente, el mes pasado, Saramago escribe “George W. Bush o la
edad de la mentira”, prólogo para el libro “El Nerón del siglo XXI” de Jamer H.
6
Hatfield, del cual no me puedo resistir a reproducir un fragmento importante:
. . . Me pregunto cómo y por qué Estados Unidos, un paı́s en todo tan
grande, ha tenido, tantas veces, tan pequeños presidentes...
George W. es seguramente el más pequeño de todos. Con su mediocre
inteligencia, su ignorancia abisal, su expresión verbal confusa y permanentemente atraı́da por la irresistible tentación del disparate, este hombre se presenta ante la humanidad con la pose grotesca de un cowboy
que ha heredado el mundo y lo confunde con una manada de ganado. No
sabemos lo que realmente piensa, no sabemos siquiera si piensa (en el
sentido noble de la palabra), no sabemos si en realidad no será un robot
mal diseñado que constantemente confunde y cambia los mensajes que le
pusieron dentro. Pero, honra le sea hecha al menos una vez en la vida, hay
en George Walker Bush, presidente de Estados Unidos, un programa que
funciona a la perfección: el de la mentira. El sabe que miente, sabe que
nosotros sabemos que está mintiendo, pero, por pertenecer a la tipologı́a
de comportamiento del mentiroso compulsivo, seguirá mintiendo aunque
tenga delante de los ojos la más desnuda de las verdades, repetirá la mentira incluso después de que la verdad le haya estallado ante su rostro.
Mintió para hacer la guerra contra Irak como ya habı́a mentido sobre
su pasado turbulento y equı́voco, es decir, con la misma desfachatez. La
mentira, en George W., viene de muy lejos, la trae en la masa de la sangre. Como mentiroso emérito, él es el corifeo de todos los mentirosos que
lo han rodeado, aplaudido y servido como lacayos durante los tres últimos
años. Ahora son menos los yes men, pero todavı́a sueltan sus gorgoritos
embaucadores. No habı́a armas de destrucción masiva en Irak, las que
existieron fueron destruidas tras la Guerra del Golfo, en 1991. Pero Anthony “Tony” Blair y José Marı́a Aznar, los tenores preferidos de George
W., continúan, en su santo nombre, girando al gastado y rayado disco
de la amenaza que Sadam Husein representaba para la humanidad . . .
George Walker Bush expulsó la verdad del mundo para, en su lugar,
inaugurar y hacer florecer la edad de la mentira. La sociedad humana
actual está impregnada de mentira como de la peor de las contaminaciones morales, y él es uno de los mayores responsables de este estado
de cosas. La mentira circula impunemente por todas partes, se ha erigido en una especie de otra verdad. Cuando hace algunos años un primer
ministro portugués, cuyo nombre por caridad omito aquı́, afirmó que “la
polı́tica es el arte de no decir la verdad”, no podı́a imaginar que George
W. Bush, tiempo después, transformarı́a la chocante afirmación en una
travesura ingenua de polı́tico periférico sin conciencia real del valor y del
significado de las palabras. Para George W. la mentira es, simplemente,
una de las armas del negocio, y, tal vez la mejor de todas, la mentira
como arma, la mentira como vanguardia de los tanques y de los cañones,
la mentira sobre las ruinas, sobre los muertos, sobre las pobres y siempre
7
frustradas esperanzas de la humanidad. No es cierto que el mundo sea
hoy más seguro que hace tres años, pero no dudemos que serı́a mucho
más limpio y tranquilo sin la polı́tica imperial y colonial del presidente
de Estados Unidos de América, George Walker Bush, y de cuantos, conscientes del fraude que cometı́an, le abrieron el camino hacia la Casa
Blanca. Después de dispararle un tiro a Abraham Lincoln.
Seguramente, Saramago no debe estar muy contento con los recientes resultados de las elecciones en Estados Unidos, como ninguna persona con una diminuta
cantidad de sentido de la humanidad lo podrı́a estar.
8
Descargar