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música | música abierta | septiembre 2011
MÚSICA
Schoenberg: dos vías para
una misma expresión
p15
música abierta
rubén l. someso | Compositor
“En sus obras ha hecho usted realidad aquello que yo, de forma incierta,
desde luego, he estado buscando en la música con tanto anhelo. Ese caminar
independiente de los propios destinos, de la vida propia de las distintas voces
que hay en sus composiciones, es exactamente lo que también yo intento
encontrar en la pintura. Actualmente existe una gran tendencia a encontrar
la ‘nueva armonía’ a través de caminos constructivos”
Escribía Kandinsky a Schoenberg luego
de asistir con sus compañeros de la Nueva Asociación de Artistas de Munich a un
concierto el 2 de enero de 1911.
Es de sobra conocido el paralelismo que
ambos autores, Vassilij Kandinsky en la
pintura y Arnold Schoemberg en la música, mantuvieron en la búsqueda de la abs-
Marx y la “subversión del sujeto” de
Nitche cuestionaron el poder de la razón
en todos los ámbitos.
En esta época, Schoenberg nos dejaría un
testimonio irrepetible de la confluencia de
la música y la pintura en un mismo sentimiento. Un sentimiento expresionista,
que como muchos otros autores de la
Von Zemlinsky, había sido prácticamente
autodidacta. Mientras que su evolución
intelectual corría a cargo de su interés
por la pintura y la literatura del momento, y su participación en las numerosas
tertulias de intelectuales, celebradas en
los cafés vieneses, Landtmann y Griensteildl, a finales del siglo XIX.
Ver
Óleo sobre lienzo
28x20 cm.
Autorretrato azul
Óleo sobre madera 31,1x22,9 cm.
dinsky, quién realizó un profundo estudio
de las obras, acompañado de un análisis
de la psicología del propio Schoenberg.
Durante los siguientes tres años,
Schoenberg, fue nombrado “profesor
extra- ordinario” para realizar un curso
de composición en la Wiener Musikakademie en 1910. En ese mismo año, estimulado por la próxima exposición de sus
cuadros en la galería Heller, se vuelve a
dedicar a la pintura.
Como podemos ver, algunas de estas
obras, como las visiones fantásticas
recuerdan los cuadros de Kubin, pintor y
escritor que, junto con Kandinsky y Paul
Klee, perteneció al Caballero Azul, fundado en Munich poco antes de la Primera
Guerra Mundial. Este grupo, realizaría la
primera exposición el 18 de diciembre de
1911 en el Thannhauser de Munich, con
varios lienzos del propio Schoenberg.
Durante esos años su catálogo musical se
encuentra en lo que hoy denominamos su
primera etapa compositiva, que va desde
1899 hasta la Primera Guerra Mundial.
Destacan obras como: el Sexteto de cuerda Noche Transfigurada, los Gurrelieder,
las Cinco piezas para orquesta, y el Pierrot
Lunaire. Sin embargo centraremos nuestra atención en dos piezas que nos ofrecen uno de los mejores ejemplos de analogía pictórico musical de la época. Los
dramas líricos Erwartung y Die Glückliche
Hand. En estas obras se unen los principios del expresionismo y las concepciones más recientes del psicoanálisis en
referencia al mundo de los sueños, al
erotismo y al subconsciente. En ambas
piezas, Schoenberg nos ha dejado una
serie de pinturas que reflejan el decorado
con el que debían ser representadas las
obras, con lo que pone de manifiesto la
misma expresividad interior a través de
los dos lenguajes, el pictórico y el musical.
Autoretrato
caminando
Óleo sobre cartón
49x4,9 cm.
tracción. Un nuevo lenguaje que llegaría
para ambos en la década de los años 20,
pero que se venía fraguando desde muy
temprano el siglo XX.
Los años que precedieron a la Primera
Guerra Mundial lo fueron de agitación
social, alimentados por nuevas teorías
científicas y filosóficas, que tendrían un
importante reflejo en el arte. La teoría de
la Relatividad de Einstein, el Psicoanálisis
de Freud, la teoría socioeconómica de
época surge de la inspiración de las
propias experiencias psicológicas internas, dejando de ser un fiel reflejo de la
realidad para convertirse en una visión
personal e irracional de la misma.
Arnold Schoenberg nacía el 13 de septiembre de 1874 en Viena (Austria), en el
seno de una familia de origen judío.
Su formación musical, si exceptuamos
unas lecciones de contrapunto impartidas
por su amigo y compositor Alexander
La dedicación de Schoenberg a la pintura
nunca tuvo la continuidad necesaria,
siempre a la sombra de su carrera musical. Pero en 1907, coincidiendo con la
partida de Mahler a Nueva York, que lo
deja sin su mejor compañero de tertulia,
Schoenberg, se dedica con intensidad al
dibujo y a la pintura. Hasta tal punto que
algunas de sus obras serían expuestas en
1910 en una galería vienesa, impresionando a importantes artistas como Kan-
Inventa
tu historia
Erwartung. Acuarela, pastel, tinta china
sobre papel 31,4x45 cm.
En Erwartung (Expectación), basado en el
texto de Marie Pappenheim. Se describen
los sentimientos de una mujer durante la
noche, en un bosque, buscando a su
amante, hasta que finalmente lo encuentra muerto. En esta obra, de treinta minu-
tos de duración, y compuesta para soprano dramática y gran orquesta, Schoenberg consigue reflejar con la música los
estados pasionales del hombre, ensalzando así, el estilo poético del texto, que ya
anunciaba el futuro expresionismo.
La mano feliz, escena
Óleo sobre cartón 22x30 cm.
Nada más concluir Erwartung, inicia la
composición de Die Glückliche Hand (La
mano feliz), que toca las mismas esferas
del subconsciente rechazando todo realismo. El texto no tiene tema ni realidad, sino
que procede por símbolos, en un juego de
colores que está en armonía absoluta con
la música. Aquí Schoenberg, hace intervenir unos coros que comentan la acción,
y que como en la tragedia griega se
dirigen al personaje principal, (que esta
vez es un hombre), introduciendo, de
paso, el procedimiento del hablado y el
ritmado en la técnica coral.
Sería de esta búsqueda de la máxima
concreción expresiva, de la que nacerían
la ordenación de los elementos constructi-
Sus obras
impresionaron
a importantes
artistas como
Kandinsky
vos, que tanto Schoenberg en la música
(Sistema Dodecafónico), como Kandinsky
en la pintura (Tª de Colores y Punto y
línea sobre el plano), llevarían a cabo en
el período de entreguerras.
Schoemberg moriría el 13 de julio de
1951 en Los Ángeles, dejando inconclusa una de sus partituras más ambiciosas
realizada con el nuevo método: la ópera
Moisés y Aarón. A pesar de las duras
críticas recibidas en la época por sus
avances, el sistema dodecafónico, le
proporcionaría a la postre, un lugar definitivo en la historia de la música..
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