La Natividad de San Juan Bautista

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La Natividad de San Juan Bautista
El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre
(Lc 1,57- 66.80)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Jn 1,6-7;Lc 1,17)
Surgió un hombre enviado de Dios, que se llamaba Juan; este venía para dar testimonio de la luz
y preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que suscitaste a San Juan Bautista para que preparase a Cristo el Señor un pueblo bien
dispuesto, concede a tu familia el don de la alegría espiritual y dirige la voluntad de tus hijos por
el camino de la salvación y de la paz.
PRIMERA LECTURA (Is 49,1-6)
Te hago luz de las naciones
Lectura del Profeta Isaías
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en
las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me
escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
«Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado,
en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi
salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo,
para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel -tanto me honró el Señor, y mi Dios fue
mi fuerza-: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los
supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el
confín de la tierra.»
SALMO RESPONSORIAL (138
R/. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente.
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras.
Conocías hasta el fondo de mi alma. R/.
No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA (Hch 13,22-26)
Antes de que llegara Cristo, Juan predicó
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré
a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.”
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que
llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su
vida, decía: "Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las
sandalias."
Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: a vosotros se os ha enviado
este mensaje de salvación.»
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO (Lc 1,76)
R/. Aleluya, aleluya
A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus
caminos.
R/. Aleluya, aleluya
EVANGELIO (Lc 1,57-66.80)
El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre
Lectura del Santo Evangelio Según san Lucas
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y
parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días
fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino
diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y
escribió: «Juan es su nombre. » Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la
boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y
corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
«¿Qué va ser este niño? » Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su
carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Colmamos de ofrendas tus altares, Señor, para celebrar dignamente la Natividad de san Juan
Bautista; porque él proclamó que el salvador del mundo ya estaba cerca y lo mostró, ya presente
entre los hombres.
PREFACIO
La misión del precursor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Y al celebrar hoy la gloria de Juan Bautista, precursor de tu Hijo y el mayor de los nacidos de
mujer, proclamamos tu grandeza.
Porque él saltó de alegría en el vientre de su madre, al llegar el salvador de los hombres, y su
nacimiento fue motivo de gozo para muchos.
Él fue escogido entre todos los profetas para mostrar a las gentes el Cordero que quita el pecado
del mundo.
Él bautizó en el Jordán al autor del bautismo, y el agua viva tiene, desde entonces, el poder de
salvación para los hombres.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, te aclamamos nosotros en la tierra, diciendo sin
cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Lc 1,78)
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que has restaurado nuestras fuerzas con el banquete del Cordero celestial, haz que tu
Iglesia, llena de gozo por la natividad de San Juan Bautista, reconozca a su Redentor en aquel
cuya venida inminente anunciaba el Precursor.
Lectio
El cantico de Zacarías, denominado benedictus, es una composición análoga al magnificat de
María. Pero el contenido. La Madre de Dios da gracias por todo lo que Dios ha hecho en ella.
Zacarías sacerdote del Señor, hace un recorrido por la historia de Israel. Se dice y es verdad al
menos de un modo simbólico, que Zacarías es, en el fondo, el ultimo sacerdote del antiguo
testamento, porque es el padre del último profeta veterotestamento, San Juan bautista. Ante el
hijo de su ancianidad Zacarías reflexiona sobre la historia de la salvación y la resume en una
frase: “ Dios ha visitado a su pueblo”. En el cantico se hace evidente una doble actitud de los
hombres ante la religión. Los sistemas paganos y las religiones no cristianas se caracterizan
por el hecho de que es el hombre quien busca a Dios y quiere elevarse a el mediante sus propias
fuerzas una actitud que se refleja en la imagen de la torre de Babel, (Gn. 11).
En la historia de Israel ocurre lo contrario. Dios busca a los hombres, baja hasta ellos, los visita.
En este momento supremo de la historia de la salvación Zacarías lo percibe de un modo
particular.
Salvación de nuestros enemigos.
Los ancianos cuentan con gusto, e incluso sonriendo, las desgracias de las que se han salvado
de algún peligro, le estaremos agradecidos toda la vida.
Como conclusión señalaremos: a) el cantico de Zacarías constituye un testimonio de la profunda
unidad de la historia de la salvación (promesa y cumplimiento)
b) la exigencia social de las promesa de Israel (justicia, paz, victoria sobre las fuerzas
opresoras) esta asumida en la verdad del cumplimiento cristiano (perdón, misericordia, luz de
Cristo; en este “cumplimiento de los tiempos”, atestigua por Juan, es central la revelación de
Dios en Jesucristo, “el sol o estrella que nace de lo alto”.
Apéndice
Del Catecismo de la Iglesia Católica
Juan, Precursor, Profeta y Bautista
(523. 717 – 720)
"Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan". San Juan Bautista es el precursor
inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. "Profeta del Altísimo", sobrepasa a
todos los profetas, de los que es el último, e inaugura el Evangelio; desde el seno de su madre
saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser "el amigo del esposo" a quien señala
como "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Precediendo a Jesús "con el espíritu
y el poder de Elías", da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y
finalmente con su martirio.
Juan fue "lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre" por obra del mismo Cristo que
la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo. La "visitación" de María a Isabel se
convirtió así en "visita de Dios a su pueblo".
Juan es "Elías que debe venir": El fuego del Espíritu lo habita y le hace correr delante, como
"precursor" del Señor que viene. En Juan, el Precursor, el Espíritu Santo culmina la obra de
"preparar al Señor un pueblo bien dispuesto".
Juan es "más que un profeta". En él, el Espíritu Santo consuma el "hablar por los profetas", que
confesamos en el Credo. Juan termina el ciclo de los profetas inaugurado por Elías. Anuncia la
inminencia de la consolación de Israel, es la "voz" del Consolador que llega. Como lo hará el
Espíritu de Verdad, "vino como testigo para dar testimonio de la luz". Con respecto a Juan, el
Espíritu colma así las "indagaciones de los profetas" y la ansiedad de los ángeles (1Pe 1,10-12):
"Aquél sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con el
Espíritu Santo ... Y yo lo he visto y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios ... He ahí el
Cordero de Dios" (Jn 1, 33-36).
En fin, con Juan Bautista, el Espíritu Santo, inaugura, prefigurándolo, lo que realizará con y en
Cristo: volver a dar al hombre la "semejanza" divina. El bautismo de Juan era para el
arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento.
TESTIMONIO CRISTIANO
"En tales espejos (los santos) se mire el sacerdote que va a consagrar, y entre ellos no olvide
aquel tan principal que es San Juan Bautista, que, de solamente de echar agua en la cabeza de
Cristo, se tenía por indigno, y con profundo temblor y reverencia decía: «–Yo necesito dejarme
bautizar por ti, y ¿tú vienes a mí?» Y, a esta cuenta, mayor santidad ha menester un sacerdote y
mayor espanto y admiración le ha de tomar, pues trata al Señor con trato más familiar que San
Juan Baptista" "¡Pobre de mí y de otros como yo, que tenemos el oficio de San Juan y no
tenemos santidad!"
(San Juan de Ávila).
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