Cápsula 14 - Culto Eucarístico

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San José, 17 de setiembre de a.D. 2012
Muy queridos hermanos en el presbiterado:
Dios es Amor y nos concede el privilegio de ser instrumentos de su amor.
Continuamos hoy con la presentación de los últimos números de las Notas
Previas del Ritual para el Culto eucarístico fuera de la misa. Partimos del número 102,
que tiene referencia específica a la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de
Cristo (Corpus Christi).
102. Entre las procesiones eucarísticas adquiere especial importancia y significación en
la vida pastoral de la parroquia o de la ciudad la que suele celebrarse todos los años en
la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, o en algún otro día más oportuno,
cercano a esta solemnidad. Conviene, pues, que, donde las circunstancias actuales lo
permitan y verdaderamente pueda ser signo colectivo de fe y de adoración, se conserve
esta procesión de acuerdo con las normas del derecho.
Pero si se trata de grandes ciudades, y la necesidad pastoral así lo aconseja, se puede, a
juicio del Obispo diocesano, organizar otras procesiones en las barriadas principales de
la ciudad. Pero donde no se pueda celebrar la procesión en la solemnidad del Cuerpo y
de la Sangre de Cristo, conviene que se tenga otra celebración pública para toda la
ciudad o para sus barriadas principales en la iglesia catedral o en otros lugares
oportunos.
C.: Esta celebración nace en la Iglesia Occidental durante el siglo 13, en signo de
manifestación de devoción a la sagrada forma y de fe en la presencia eucarística, como
respuesta a la fuerte crisis que se vivió durante tres siglos y, sobre todo, de cara a los
errores de Berengario de Tours, que negaba la presencia real del Señor. Se celebró por
primera vez en Lieja (Bélgica), por el obispo Roberto de Thourotte. El papa Urbano IV
en 1264 la extendió a toda la Iglesia. Después del Vaticano II se denomina en nuestra
lengua, SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10)
Tel. (506)2258-1015 Fax: 2221-2427 Apdo: 497-1000 San José, Costa Rica Dirección electrónica: [email protected] / www.arquisanjose.org.
103. Conviene que la procesión con el Santísimo Sacramento se celebre a continuación
de la misa, en la que se consagre la hostia que se ha de trasladar en la procesión. Sin
embargo, nada impide que la procesión se haga después de la adoración pública y
prolongada que siga a la misa.
C. 1.: Lo indicado en el n. 103 en las dos primeras líneas es teológicamente lo correcto.
Alguna vez ha sucedido que, con muy buena voluntad pero con ausencia de un buen
enfoque teológico, se ha hecho la procesión eucarística antes de la misa y rematando
con ésta. Eso no es correcto. – La cumbre de la celebración sacramental del misterio
eucarístico está en la celebración de la eucaristía que, comúnmente llamamos MISA. Es
en ese contexto que se da, reproduciendo los gestos y las palabras de Cristo, la
presencia eucarística o presencia real que se va a adorar luego en la procesión que,
por lo mismo, es justificada por la Iglesia como prolongación de la celebración
eucarística.
C. 2.: En este mismo contexto, la adoración pública prolongada que se sugiere en las
líneas siguientes, forma también parte de la misa y antecede la procesión que prolonga
la celebración y concluye con la bendición final que es, para este caso, la bendición
con el Santísimo Sacramento.
C. 3.: En el calendario universal se mantiene el jueves posterior al domingo de la
Santísima Trinidad como día propio para celebrar la solemnidad. No obstante, esa
fecha de celebración ha quedado únicamente para aquellos lugares (muy pocos) en los
que se mantiene esta solemnidad con carácter de PRECEPTO. De hecho las NORMAS
UNIVERSALES PARA EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO legislan en estos términos: «En
los lugares donde no sean de precepto las solemnidades de Epifanía, la Ascensión y
Corpus, señáleseles el domingo como día propio, de la siguiente manera: - a) La
Epifanía, el domingo que cae entre el 2 y el 8 de enero; - b) La Ascensión, el domingo
VII de Pascua; y – c) Corpus, el domingo después de la Santísima Trinidad.» (NUAC
7). El tenor de la ley es claro, lo cual indica que la escogencia entre jueves y domingo
no es optativa. En otras palabras, no se debe adelantar a jueves lo que es vinculante
(obligatorio) celebrar en domingo.
104. Las procesiones eucarísticas organícense según los usos de la región, ya en lo que
respeta al ornato de plazas y calles, ya en lo que toca a la participación de los fieles.
Durante el recorrido, según lo aconseje la costumbre y el bien pastoral, pueden hacerse
algunas estaciones o paradas, aun con la bendición eucarística. Sin embargo, los cantos
y oraciones que se tengan ordénense a que todos manifiesten su fe en Cristo y se
entreguen solamente al Señor.
C.: Antiguamente era de rigor que se prepararan cuatro altares para hacer otras tantas
estaciones. En el régimen actual se deja a criterio de los organizadores el número de
e
estaciones y se recomienda la orientación de los elementos que solemnizan cada
estación y el recorrido de la procesión. Es digna de encomio la gran dosis de
entusiasmo, entrega y devoción que ponen quienes colaboran directamente en la
preparación y ornamentación del recorrido, así como la manifiesta devoción de todo el
pueblo santo de Dios en una celebración tan amada por nuestros fieles.
Con un cordial saludo, les invito a que continúen compartiendo con nosotros
estas breves reflexiones, y que, con lenguaje catequético, las compartan con el pueblo
de Dios.
En Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote,
PBRO. ALFONSO MORA M.
Coordinador de la Comisión
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10)
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