¿SABES QUIÉN ES JESUCRISTO

Anuncio
¿SABES QUIÉN ES JESUCRISTO?
Reflexión dominical (16.09.12)
Mons. José Ignacio Alemany Grau
Obispo Emérito.
Cuando Jesús fue presentado en el
templo el anciano Simeón les dijo a la
Virgen y a San José que aquel niño
estaba puesto como signo de
contradicción.
Veamos cómo nos presentan el tema
las lecturas de hoy.
Isaías nos describe así al siervo
sufriente que es imagen del Mesías:
“Yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí
mi espalda a los que me apaleaban,
las mejillas a los que mesaban mi
barba; no me tapé el rostro ante
ultrajes ni salivazos. El Señor me
ayuda por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como
pedernal sabiendo que no quedaría
defraudado…”
La predicción fue muy clara y hoy
aparece en las lecturas de este
domingo ese signo del siervo sufriente
de Yavé, Mesías y Señor.
Tampoco nos extraña mucho esto
cuando leemos que san Pablo les dice
a los Corintios: “Nosotros predicamos
a Cristo crucificado, escándalo para
los judíos, necedad para los gentiles”.
Con estas palabras describió el profeta
los padecimientos del futuro Mesías.
El mismo apóstol repite que él predica
siempre a Jesucristo muerto y
resucitado.
En cuanto al salmo responsorial, te
invito a que lo leas de dos formas
diferentes: por un lado como que eres
tú quien te comprometes a caminar en
la presencia del Señor y vas aplicando
a tu vida el salmo 114.
También leemos en el Apocalipsis:
“Vi un cordero de pie, como
degollado” que indica precisamente la
resurrección tras la muerte violenta de
Cristo.
Por otro lado piensa que es Jesucristo
blasfemado, maltratado y crucificado
quien lo está rezando durante la parte
dolorosa de su vida: “Me envolvían
redes de muerte, me alcanzaron los
lazos del abismo, caí en tristeza y
angustia. Invoqué el nombre del
Señor: ¡Señor, salva mi vida!”
Creo que esto es lo más importante
que debemos tener en cuenta siempre.
De todas formas, y ante todo,
recordemos
que
Jesucristo
es
verdadero Dios y verdadero hombre y
por eso sufre como hombre y merece
como Dios. De esto precisamente
depende nuestra salvación.
1
Pero luego, sigue pensando también en
Jesucristo cuando leas: “arrancó mi
alma de la muerte, mis ojos de las
lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor en el
país de la vida”.
Y no queda ahí la revelación de
Jesucristo, sino que completa la misión
del Mesías con estas palabras: “Y
resucitar a los tres días”.
Pedro, frente a esta revelación de
muerte, se rebela y protesta. Piensa
que de ninguna manera puede
realizarse esta misión extraña del
futuro de Jesús y llevándolo aparte lo
reprende.
Como ves es un salmo mesiánico que
nos describe la vida de Cristo.
El Evangelio nos cuenta el episodio de
Cesarea de Filipo. Jesús preguntó a los
discípulos:
Jesús rechaza esa especie de tentación
que le presenta Pedro y nos advierte a
todos los que queremos seguirle que el
único camino es éste:
“¿Quién dice la gente que soy yo?”
Era fácil contestar y lo hacen todos:
“Unos, Juan Bautista; otros Elías; y
otros, uno de los profetas”.
“El que quiera venirse conmigo, que
se niegue a sí mismo, que cargue con
su cruz y me siga. Mirad, el que quiera
salvar su vida la perderá; pero el que
pierda su vida por mí y por el
Evangelio la salvará.
Ahora Jesús va a fondo y quiere saber
la fe que tienen sus discípulos en Él:
“Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo?”
Pedro le contestó:
Mesías”.
“Tú
eres
Santiago, en la carta que continuamos
leyendo en este domingo, nos advierte
que seguir a Cristo sólo con la fe no es
suficiente: “Si la fe no tiene obras, por
sí sola está muerta”.
el
Este es el relato breve que hace san
Marcos y que Mateo describe con más
detalles.
Aunque nos cueste un poco,
terminemos
nuestra
reflexión
dominical haciendo nuestras las
palabras del verso aleluyático:
Aún hay otro detalle importante.
Cuando Pedro ha reconocido la
grandeza de Jesucristo como Mesías,
es el mismo Señor quien les aclara,
porque quiere que tengan la idea
completa de su misión: “el Hijo del
hombre tiene que padecer mucho,
tiene que ser condenado por los
ancianos, sumos sacerdotes y escribas,
ser ejecutado…”
“Dios me libre de gloriarme si no es
en la cruz del Señor, en la cual el
mundo está crucificado para mí y yo
para el mundo”.
José Ignacio Alemany Grau, obispo
2
Descargar