713avo Amor

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713avo Amor
Andalucía es una tierra cargada de tópicos que se conocen en todo el Universo; tópicos
tan bien sabidos por todos que no hace ni falta enumerar. Lo gracioso es que, a veces,
parecen la única realidad posible en esta tierra. Sin embargo, esa cara de la moneda se
acompaña siempre de su cruz, tan real como la otra y llena esta de sombras y
complejidad. Va esto dicho porque, en el fondo, contrariamente a lo que muchos
pudieran opinar, la música de 713avo Amor, que parece alejada de lo que de un grupo
andaluz se esperase, es en el fondo ineludiblemente andaluza, como andaluza es la
desolación que desprenden muchas canciones de Viaje a 800, el vanguardismo seminal
de Lagartija Nick, el aura dramático de Triana y, por supuesto, la sobriedad del
flamenco cuando sale por soleás. Val del Omar, Lorca, Bécquer y, si sabe verse, hasta
Velázquez.
713avo Amor se forman en 1988 en Málaga de la mano de Carlos Desastre, Antonio
Acien y Emilio Salvatierra -más adelante, durante un breve tiempo, contaron con un
cuarto miembro, Albert Meagle-. Tras grabar tres maquetas, el grupo publica una
canción, “Última nota”, en el recopilatorio “Rock ‘n’ Babia” (Tritón/Running Circle,
1991) -la misma canción aparecerá posteriormente en la reedición de su primer álbum-.
En esta canción ya descubrimos algunos de los elementos básicos de 713avo Amor,
como es la dureza y complejidad de sus letras, su inclinación por el ruidismo y la
ruptura con ciertas estructuras rutinarias en el rock, ejecutado de forma primitiva pero a
la vez precisa. Pero también lo son los bellos pasajes que de ese modo son capaces de
construir y lo difícil que puede llegar a ser el etiquetarles. Asociados en su propuesta,
más o menos cercana, con Corcobado (tanto en solitario como en su etapa con
Demonios Tus Ojos; músico este con el que colaboraron en diversas ocasiones) y
Vírgenes Adolescentes, Desastre se inventa para describir su sonido y el de estos
últimos la de rumba ruido rock, a medio camino entre la broma y la declaración de
intenciones, ante todo, para desmarcarse de la escena noise-rock nacional, a la que al
parecer veían cierto impostado. Los referentes más claros para definir a 713avo Amor
serían, en cualquier caso, Slint o Fugazi.
La grabación de su primer LP “A Veces el Dolor” (Experience, 1993) se nutre de las
canciones de sus maquetas previas y perfila el discurso del conjunto malagueño como
una propuesta arriesgada, urgente y emocional. Tan liberadora de expresar como difícil
de digerir; el grupo estuvo relegado a un segundo o tercer plano de interés general que
ha acabado por moldear la imagen, entre legendaria y oscura, del conjunto. De todos
modos, aquellos no parecían ser laureles a los que aspirasen, y lejos de recular, en su
siguiente álbum, “Horrores Varios de la Estupidez Actual” (Triquinoise, 1994),
eleva a la categoría de sublime los atributos que definieron su anterior largo. Y, como
en los grandes relatos épicos, supuso su canto del cisne, separándose en marzo de 1994,
tras dar su último concierto en Bilbao -siendo su labor en directo otra de sus grandes
bazas-.
Tras la disolución del conjunto, la naturalidad inquieta de sus integrantes les lleva a
emprender otros tantos proyectos y colaboraciones. A destacar, Carlos y Emilio fundan
Después de Nunca en 1995 como una formación abierta a otras personas que participan
puntualmente en dicho proyecto, y que durará hasta 2007. Al mismo tiempo, Desastre
da forma a sus proyectos personales, tanto musicales como no, bajo la figura de El
Corsal Desastre -desde 1985- y posteriormente en Dando Amor, ya para entonces
establecido en México. Y buena forma esta de acabar porque enlaza con el principio, ya
que, a pesar de que podamos entrever esa raíz andaluza en 713avo Amor, el resultado,
como el de todos aquellos insignes mencionados, escapa de regionalismos y se hace
universal, porque a fin de cuentas el dolor -más allá de la forma que adopte- es
universal.
A veces el Dolor
El primer álbum de 713avo Amor es una altisonante y abrupta carta de presentación
escrita a través de los duros y punzantes contrastes en las estructuras que alberga.
Brillantes y melancólicas melodías son golpeadas súbitamente por furiosas guitarras;
una exaltación sonora que emociona por lo directo del amargor que desprenden.
Sumado a esto, unas letras entre lo onírico y lo crudo, que en ningún momento pasan
por lugares comunes y que dibujan escenas en su mayor parte desesperantes, mostrando
lo más abyecto de nosotros mismos. Lo cierto es que puede resultar excesiva tanta
negritud, siendo este un disco que, a pesar de su claridad formal, se puede hacer difícil
de digerir. Sin olvidar, claro, los momentos puramente ruidistas, que fuerzan el límite de
algunas canciones llevándolas al su mismo límite.
Pero que no se confunda nadie; que "A Veces el Dolor" (Experience, 1993), entre lo
crudo y lo cocido, elija lo primero, no le obliga a renunciar a la belleza. Y este disco es
tremendamente bello y, probablemente, el más disfrutable de los dos que el grupo editó.
Véase -mejor dicho, escúchese- para ello lo que, tras un inicio -y un título- que asusta,
lo que en su interior esconde, tanto en música como en letras, "El mar es la manera más
fea y arrugada de todos los millones de maneras de corazones". Más evidente resultará
tal vez en la titular, "A veces el dolor" y sin lugar a dudas en "(Te escribo desta)
botellita de cielo". En la otra punta, las canciones más agitadas, que no aspiran al
descanso ni al conformismo. "¿Por qué una niña de seis años bebe más que yo?", grita
hasta la extenuación Carlos Desastre en "Cielo bajo tierra", sin duda la más
desencantadora y esperpénticas de sus letra, donde combinan inocencia y repugnancia "Desde mi ventana / veo a Luisa / esbozar una sonrisa; / su padre la hizo / mujer con
tres años [...]"-, y tornándose morbosamente adictiva. "Limosna para morir", cegadora,
excitante, intratable, es solo otro ejemplo más de los tantos que contiene este disco.
Es, en fin, un disco que recoge el ideario programático de 713avo Amor y nos lo arroja
con pasión e intención. Aunque para nada se podría usar el término "dócil" para definir
grupo u obra, es en "Horrores Varios de la Estupidez Actual" (Triquinoise, 1994), donde
encontraremos realmente las canciones, salvajes y experimentales a la vez, que
buscaban 713avo Amor para exorcizar nuestros corazones. Este aún usa de ciertos
efectismos que, de todos modos, no le restan ni un ápice de calidad.
Horrores Varios de la Estupidez Actual
Con claridad y precisión, el título de este disco nos resume lo que en él se narra.
¿Álbum conceptual? Tan probable como intrascendente; son otros y de mayor enjundia
los hallazgos o simplemente las conquistas que 713avo Amor tienen aquí. Mencionaba
el onirismo que emanaba de las letras del “A Veces el Dolor” (Experience, 1993), pero
aquí se convierten en pura lisergia; tal vez trastornada visión, pero absolutamente real.
Sin abandonar los elementos que hicieron grande a su primer disco, aquí nos
encontramos a unos 713avo Amor más explícitos y directos, con un Desastre que recita
mucho más de lo que canta, que te habla directamente a ti -“Tu canción favorita”-,
haciendo gala de un humor negro, casi maligno, que a veces bordea el cinismo. Este
disco es todo lo malo de nuestras cómodas vidas, y que encuentra su cenit en “Alubias y
sus sueños rotos”, canción apabullante, tremenda, llena de sorna y de descripciones tan
sucias y sofocantes como enfermizamente cercanas. Y en medio de todo eso, el pobre
Alubias, cero derrotas como amateur, viendo hechos trizas sus sueños, tan vulgares y
evidentes como los tuyos o los míos. Solo esta canción justifica por si misma todo el
álbum, pues en ningún momento como aquí encontramos mejor expresadas, con mayor
claridad y angustia, los horrores varios de la estupidez actual.
El caso es que aún queda mucho disco y mucho horror que relatar. Hacerse eco de todo
él solo puede ser malsano, o un sacrificio lleno de nihilismo. Pero 713avo Amor la
señalan tan explícitamente y con tanta furia que solo queda sobrecogerse: “El bar de
Dios”, “Irse” o “Un día, solo, ante la puerta de mi cabeza”, entre otras, revelan
historias que corren paralelas a nuestro día a día, pero que son mejores evitar.
La continuación a tanto agotamiento emocional solo podía ser el fin. Y el fin fue.
Limosna Para Morir / Cielo Bajo Tierra
El primer trabajo que publicó 713avo Amor fue este sencillo, a través de Subterfuge y
producido por ellos mismos y José Luis Clotet; ambas canciones fueron incluidas en su
álbum debut.
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