adoracion a jesucristo en el santisimo

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ADORACION A JESUCRISTO EN EL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
(Hora Santa Apostólica Sacerdotal)
Padre Nuestro
Ave María
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
El Jueves Santo es el día en el que el Señor encomendó a los doce la tarea sacerdotal de celebrar, con el pan y el vino, el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre hasta su regreso.
ORACIÓN INICIAL Dios nuestro, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia, no a buscar que alguien les sirva sino a servir a todos, concédeles ser infatigables en el don de si mismos, constantes en la oración, alegres y bondadosos en el ejercicio de su ministerio. Por nuestro Señor Jesucristo, tú Hijo, que contigo vive y reina, en la unidad de Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
ACCION DE GRACIAS
Señor de nuestra vida y de nuestra historia, por quien todo se recrea y goza, venimos ante ti, como niños, para levantar nuestra voz en acción de gracias por nuestros sacerdotes. Respondemos: Te damos gracias Señor por tus Sacerdotes
-Por haberlos puesto en este mundo para hacerte presente en su persona. Te damos gracias Señor por tus Sacerdotes
-Por sus labios, que al pronunciar tus palabras nos devuelven la esperanza de la salvación. Te damos gracias Señor por tus Sacerdotes
-Por sus pies, que en infatigable caminar, aun a pesar de su cansancio, van en busca del que necesita ser consolado. Te damos gracias Señor por tus Sacerdotes
-Porque también, nos traen a nosotros tu sangre y cual otro Cristo, la dan para salvación aun muchas veces de la suya propia. Te damos gracias Señor por tus Sacerdotes
Gracias Señor porque te haces presente con tu Salvación a través de tus elegidos, nuestros sacerdotes. Pedimos tu bendición y protección para ellos. Guárdalos como posesión tuya. Cobíjalos en tu corazón. Bendito seas por siempre amado Jesús.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
Lectura: Carta a Los Efesios 2: 13- 18
Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz: Él que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los mandamientos con sus preceptos, para crear en si mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz, y reconciliar con Dios a ambos en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad. Vino a anunciar la paz: paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca. Pues por El, unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu.
Palabra de Dios.
Momento de silencio
Reflexión
En la antigüedad al sacerdote se le conocía también como pontífice, que en su raíz latina significa puente. El sacerdote es puente entre Dios y los hombres, pero también es puente entre los mismos hombres.
La identidad del sacerdote radica en esto, en ser puente que une a las personas, que une culturas, que une mundos distintos, que une lo humano con lo divino, lo santo con lo pecador, la justicia con la misericordia...
"Cristo es nuestra paz. Él hizo de judíos y de no judíos un solo pueblo, destruyó el muro que los separaba y anuló en su propio cuerpo la enemistad que existía. Puso fin a la ley que consistía en mandatos y reglamentos, y en sí mismo creó de las dos partes un solo hombre nuevo. Así hizo la paz. El puso fin, en sí mismo, a la enemistad que existía entre los dos pueblos, y con su muerte en la cruz los reconcilió con Dios, haciendo de ellos un solo cuerpo."
Salmo Responsorial (del Salmo 110 4109)
R. / Tú eres sacerdote para siempre. Esto ha dicho el Señor a mi Señor:
"toma asiento ami diestra; Yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies". R. / Tú eres sacerdote para siempre.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R. / Tú eres sacerdote para siempre.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R. / Tú eres sacerdote para siempre.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "tú eres sacerdote para siempre como Melquisedec". R. /Tú eres sacerdote para siempre.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
Bienaventuranzas por los sacerdotes:
-Bienaventurado el sacerdote que no olvida a Cristo, porque tampoco el Señor le dejará de lado cuando esté frente a El.
-Bienaventurado el sacerdote que permanece en silencio, porque sentirá la fuerza omnipresente y protectora de Dios.
-Bienaventurado el sacerdote que confiesa y perdona en nombre de Cristo, porque la puerta del cielo se abrirá para aquellos a los cuales tanto se perdonó desde la misericordia de Dios.
-Bienaventurado el sacerdote que es fuerte ante las dificultades, porque sentirá el peso y la dureza de la Cruz de Cristo.
-Bienaventurado el sacerdote que da lo que tiene, porque su caridad será recompensada por el Maestro que tanto hizo y dio.
-Bienaventurado el sacerdote que bendice, ama y acompaña, porque irá dejando semillas del amor de Cristo allá donde sus pies caminen.
-Bienaventurado el sacerdote que, siendo perseguido o calumniado, sabe que su fuerza y su poder están en la Palabra del Evangelio, en el alimento de la Eucaristía, en la intimidad de la oración, en la comunión con toda la Iglesia.
¡Estad contentos, sacerdotes, porque un gran Sacerdote Eterno nos espera en el cielo!
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
LECTURA: Del santo Evangelio según san Lucas (5, 1-11)
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón:
"Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió:
"Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos.
Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mi, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor
Momento de silencio
Reflexión
¿Cómo elige Jesús? ¿A quién elige? Sólo El lo sabe! El llama a hombres de muy diferentes ambientes, de diversas culturas y muy poco parecidos entre sí. Podemos decir con san Pablo, que llama de tal modo, que en las limitaciones de los llamados se manifiesta el amor de Jesús que actúa a pesar de los límites de la humanidad de sus sacerdotes.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
Un Sacerdote es:
Un hombre configurado sacramentalmente con Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Consagrado por Dios para el servicio de sus hermanos, como continuador de la misión salvadora de Jesús. Un hombre con potestad recibida de Cristo, a través de la Iglesia para evangelizar, santificar y apacentar al pueblo de Dios. Un hombre de fe y gozosa esperanza, que ama como Cristo amó. Un hombre comprometido en la salvación plena de sus hermanos: cuerpo y alma, tiempo y eternidad, con Cristo y como Cristo. Un hombre de entrega generosa al servicio del Señor y de sus hermanos. Un hombre lleno de Espíritu que, dócil a su acción, realiza la obra de Jesús, se identifica con sus sentimientos y es transformado en Cristo.
Preces por los Sacerdotes
Unámonos todos para pedir al Señor, santidad para nuestros sacerdotes y abundantes vocaciones para esta sublime y necesaria misión en la Iglesia.
A los párrocos, fortalécelos en el servicio que prestan a su comunidad. A los confesores y directores espirituales, hazlos instrumentos dóciles de tu Espíritu. A los que anuncian tu Palabra, que comuniquen espíritu y vida, Señor. Escucha, Señor, nuestra oración.
A los que quieren fomentar vocaciones en tu Iglesia, ayúdalos para ser verdaderos testigos tuyos, Señor A los que trabajan entre los pobres, haz que te vean y te sirvan en ellos. Escucha, Señor, nuestra oración.
A los que atienden a los enfermos, que les enseñen el valor del sufrimiento. A los sacerdotes pobres, socórrelos, Señor. A los sacerdotes enfermos, confórtalos y sánalos, Señor. Escucha, Señor, nuestra oración
A los sacerdotes ancianos, dales alegre esperanza. A los tristes y afligidos, consuélalos, Señor. A los sacerdotes agotados, dales tu paz, Señor. A los que están en crisis, muéstrales tu camino. Escucha, Señor, nuestra oración.
A los calumniados y perseguidos, defiende su causa, Señor. A los sacerdotes tibios, inflámalos en amor Señor. A los desalentados, reanímalos con tu Espíritu. Escucha, Señor, nuestra oración.
A todos los sacerdotes, dales obediencia y amor al Papa. A todos los sacerdotes, que vivan en comunión con su Obispo. Que todos los sacerdotes sean uno, como tú y el Padre, Señor. Escucha, Señor, nuestra oración.
Que todos los sacerdotes llenos de ti, vivan con alegría su celibato. A todos los sacerdotes dales la plenitud de tu Espíritu y transfórmalos en Ti, Señor. Escucha, Señor, nuestra oración.
SUPLICA
Antes de alejarme de este Santo Sagrario quiero, oh Jesús mío, recurrir a las riquezas infinitas de Tu Corazón divino. Consagrado a Tu amor, creo que no puedo pedir nada mejor que la satisfacción de Tus mismos deseos. Los que quiero presentar al Padre antes de terminar el tiempo de gracias y en Tu nombre suplicar que los escuche.
El primer deseo de Jesús es la salvación de las almas; redimir al mundo mediante el amor, establecer el Reino del Amor Infinito en toda la tierra.
Permite pues, oh Jesús, que exprese mi ardiente voto de que establezca en todo el mundo el Reino de Tu Amor. Oh Amor Infinito, viviente en el Divino Corazón de Jesús, hazte conocer a los hombres a fin de que ellos Te amen como Tú quieres ser amado.
El segundo deseo de Jesús es el de servirse, para este trabajo, de los Sacerdotes; hacer de ellos obreros activos y, por intermedio, obrar en las almas y en el mundo.
Oh Jesús, Sacerdote eterno y Salvador del mundo, para realizar este ardiente deseo de Tu Corazón, multiplica las vocaciones.
Envía muchos y santos operarios a Tu mies.
Oh Jesús, haz de cada Sacerdote un verdadero sembrador de Tu amor.
Te ruego por el Santo Padre, por los Obispos, por todos Sacerdotes que me han hecho bien... por todos los Sacerdotes. Te pido, oh Jesús que los sostengas en las batallas, confortes en la soledad, los alientes en los fracasos, fecundes fatigas y derrames en sus corazones el amor de Tu Corazón divino.
Oh Jesús, Sacerdote Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma, que aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes según los designios de Tu amante Corazón Sólo así conseguiremos Sacerdotes santos y pronto en el mundo no habrá más que un sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
ORACION POR NUESTRO SACERDOTE
San Miguel Arcángel, celoso guardián de la gloria de Dios, bajo tu celestial protección nos acogemos y te encomendamos a todos nuestros sacerdotes, es especial te pedimos por el Padre Felipe Trujillo. Tú que supiste salir vencedor contra Satanás, revístelo de tu fortaleza para que en los momentos de tentación se refugie en el amor de nuestro Padre Celestial y obtenga la victoria contra el enemigo. Intercede ante el Santo Poderoso para que siempre se encuentre amparado bajo su Sangre redentora y victoriosa, sangre poderosa que nos reconquisto de la muerte del pecado y nos devolvió a la vida.
Ponte siempre de su lado y sostenlo en todos los momentos de su vida, como a un tesoro cuídalo y protégelo, asístelo con tu poder y que nunca pierda la gracia de su santa vocación sacerdotal, antes bien que cada DIA crezca en el amor del Padre que lo Eligio como uno de sus hijos predilectos. Amén
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Oh, Jesús, Sacerdote Eterno, Divino Sacrificado, Tú que en un impulso de incomparable amor a los hombres, Tus hermanos, hiciste brotar de Tu Sagrado Corazón el Sacerdocio cristiano, dígnate continuar derramando sobre Tus ministros, los torrentes vivificantes del Amor Infinito. Vive en Tus Sacerdotes, transfórmalos en Ti; hazlos, por Tu gracia, instrumentos de Tu misericordia; obra en ellos y por ellos, y haz que, después de haberse revestido totalmente de Ti, por la fiel imitación de Tus adorables Virtudes cumplan, en Tu Nombre y por el poder de Tu Espíritu, las obras que Tú mismo realizaste para la salvación del mundo. Divino Redentor de las almas, mira cuán grande es la multitud de los que aún duermen en las tinieblas del error; cuenta el número de las ovejas descarriadas que caminan entre precipicios; considera la turba de pobres, hambrientos, ignorantes y débiles que gimen en el abandono.
Vuelve, Señor, a nosotros por Tus Sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra por medio de ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando, sacrificando y renovando los lazos sagrados del amor, entre el Corazón de Dios y el corazón del hombre. Haz, oh Jesús, que la Obra de Tu Amor responda siempre plenamente a los fines para los cuales la quisiste; haz que se extienda y se consolide y conquiste todas las almas al Reino dulcísimo de Tu Amor.
ORACIÓN FINAL.
Señor Jesús, queremos terminar nuestra hora de Santa dirigiendo nuestra mirada a María, a aquella que con su "sí" en la hora de la Anunciación hizo latir tu corazón y con él el del mundo. Gracias al 'Sí" de María la Alianza rota por el pecado pudo restaurarse pues ella hizo posible la encarnación del Verbo.
María, enséñanos a colaborar con Cristo, así como tú lo hiciste. Nuestra vida quiere ser prolongación de tu 'Sí"; que en Alianza de Amor contigo, siempre podamos estar disponibles para servir, para forjar el Reino de tu Hijo Jesús. Que como consagrados nos movamos ante todo por el amor de Cristo, que nuestro corazón haya sido conquistado por el amor de Cristo y que contagiemos a todos los hombres con el amor de Cristo.
María, queremos ayudarte en tu tarea: que por nuestro corazón consagrado lata el corazón del mundo.
María, reina del clero, ruega por lo sacerdotes!
¡Oh, Señor! Envía a tu iglesia santos y fervorosos sacerdotes. Amén.
Momento de meditación.
Canto.
Padre nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
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